Foto El Nuevo Siglo – Juan Sebastián Cuéllar
FIRMARON COMPROMISO
En prohibición para abandonar el país y salir de Bogotá sin permiso, así como con una serie de compromisos, terminó la diligencia judicial en la que la Fiscalía solicitó medida de aseguramiento para los hermanos Francisco y Catalina Uribe Noguera, procesados por favorecimiento, en el marco de la investigación que se sigue en contra de Rafael Uribe Noguera, por el rapto, violación y asesinato de la pequeña Yuliana Samboní, el pasado 4 de diciembre.
La decisión fue adoptada por el Juzgado 68 penal de Bogotá, a solicitud del ente acusador que la semana pasada removió del caso a una fiscal porque no pidió que se les profiriera medida de aseguramiento.
La fiscal del caso había manifestado que todo aquel que tenga conocimiento de la comisión de una conducta delictiva y ayude a eludir la acción de la autoridad o a entorpecer la investigación de estos hechos está incurso en este delito, que implica una pena de prisión mínima de 16 a 72 meses de prisión.
Dijo que la medida restrictiva se hace necesaria por el riesgo de obstrucción a la justicia y la capacidad que tienen los procesados de evadir la acción de las autoridades. “No avisaron, eludieron la acción de las autoridades, ayudaron a su hermano con la omisión de llamar al Gaula cuando lo encontraron”.
Advirtió que Uribe Noguera bajó al sótano del edificio y en el parqueadero se percató que el vehículo tenía el zapato blanco de la niña de lo cual tenía conocimiento que era buscada por un grupo de policías; pero que aun así no informó de lo que estaba sucediendo.
La Fiscal al solicitar la medida de aseguramiento manifestó que existe un riesgo evidente de la no comparecencia al proceso toda vez que hace pocos días tenían planeado salir del país desde el 25 de diciembre, fecha en la cual la Embajada de Estados Unidos en Colombia determinó cancelarles la visa.
La Fiscalía describió los apartes de las conversaciones sostenidas por Francisco Uribe Noguera, en los que al parecer se evidencia el conocimiento que se tenía de la gravedad de los hechos relacionados con la pequeña Yuliana Samboní.
Según la investigación del ente acusador, estas dos personas sabían de la ubicación de la camioneta y de lo que estaba pasando en el apartamento. Llevaron hasta un taxi al presunto autor de la violación y homicidio de la pequeña a la Clínica Monserrat y pasaron horas eludiendo en todo momento la labor de las autoridades, explico la delegada Fiscal.
“Ellos decidieron por sus propios medios ir al apartamento, al lugar donde ocurría el ilícito y a pesar de que sabían que había ocurrido un secuestro, nunca buscaron a las autoridades, entorpecieron la actividad investigativa”, sostuvo la funcionaria judicial.
Aseguró que las garantías de las menores víctimas y la de sus familias prevalecen en el ordenamiento jurídico colombiano, lo cual permite una correcta impartición y efectiva impartición de justicia. “La presencia de los hermanos es vital en las audiencias, es primordial para garantizar el éxito en esta investigación”, concluyó la Fiscal del caso al sustentar la petición de la medida de aseguramiento.
La Procuraduría apoyó la tesis de la Fiscal y acompañó la solicitud de medida de aseguramiento, la cual quedó en país por cárcel para los Uribe Noguera, quienes se comprometieron a asistir a todas las audiencias a que sean citados, a no salir de Bogotá sin permiso y no podrán salir de Colombia.
Las pruebas
Francisco y Catalina Uribe Noguera son investigados por favorecimiento en secuestro simple y para sustentar la imputación la Fiscalía cuenta con los videos de seguridad, las declaraciones recaudadas, entre ellas las del vigilante, Fernando Merchán, quien posteriormente se suicidó, y las entregadas en interrogatorios por su hermano Rafael.
Hay en poder de la Fiscalía reportes y análisis link de los abonados telefónicos entre los hermanos, detalles que hablan por ellos y dicen dónde se encontraban y a qué hora de ese 4 de diciembre de 2016.
En esos resultados los investigadores identificaron contradicciones de lo dicho por Catalina y Francisco, por ejemplo, que a determinada hora ya tenían conocimiento de dónde estaba su hermano y si tenía la niña, pero no dieron aviso a la Policía aun cuando sabían de la desaparición y que fue la camioneta de su cuñada la utilizada para el secuestro.
Los videos del Equus 66 muestran cómo Francisco ingresó al edificio y estuvo por más de una hora, salió con destino a una clínica en el norte de Bogotá y sólo después le informó al Gaula, que previamente se había comunicado con él; además, según la Fiscalía, en el apartamento 603, escena del crimen, eran claras las evidencias de que la niña estuvo o se encontraba allí.
Un mes después
Luego de 30 días de ocurrido el homicidio de la menor, el padre de la niña, Juvencio Samboní, aún clama para que más allá de una reparación económica los culpables paguen por el atroz crimen.
Tras el impacto que ocasionó este crimen, el fiscal general, Néstor Humberto Martínez, ordenó acelerar las investigaciones y ante la contundencia de las pruebas el arquitecto Rafael Uribe confesó ser el asesino de la menor.
Agentes de Estados Unidos también apoyaron a la Fiscalía evaluando más de 100 pruebas y 30 videos que permitieron reconstruir paso a paso el crimen de la pequeña.
Este feminicidio, de acuerdo con la Fiscalía, evidenció la manipulación de la escena del crimen en el apartamento 603 del edificio Equus 66, ubicado en el norte de Bogotá y el favorecimiento de los hermanos de Rafael Uribe.
Los giros que ha tenido esta investigación originaron también la salida de la fiscal 121 de la unidad de vida de Bogotá, Adriana Alarcón, por abstenerse de pedir, en principio, una medida restrictiva para los hermanos de Rafael Uribe.
Ahora el caso quedó en manos de la fiscal especializada María Lorenza del Castillo, quien solicitará hoy una medida de aseguramiento contra Francisco y Catalina Uribe y el próximo 11 de enero formulará acusación contra el autor del crimen, Rafael Uribe Noguera, actualmente preso en una celda de aislamiento de la cárcel de máxima seguridad de La Picota, en el sur de Bogotá.