Por: Miguel Ángel Rojas
Estudiante de comunicación social de la Universidad Javeriana.
Durante más de 70 años el Círculo de Periodistas de Bogotá (CPB) ha desarrollado una importante labor como agremiación en la que los profesionales de dicho oficio han convertido la agrupación en un eje de reunión y un espacio para la creación de vínculos estrechos entre personas de diferentes medios y otros ámbitos de la comunicación.
Bajo esta situación este gremio se ha mantenido por una gran cantidad de tiempo, lo cual lo convierte en una agrupación con bases fuertes y equilibradas que a través de los años se ha ido fortaleciendo en búsqueda de la difusión de la verdad y el respeto por la libertad y la dignidad de la persona. Lo cual, la ha convertido en una institución con valores y principios fuertemente establecidos para que la labor del periodismo pueda ejercerse de una forma adecuada.
Con esto podemos dar un paso inicial a una historia muy interesante de un gremio que nació en 1945, en una época marcada por la lucha política entre conservadores y liberales. Sin embargo, esta “guerra política”, no impidió que este gremio naciera en cabeza de su presidente del momento Enrique Santos Castillo, lo cual marcaría una cambio total para el ejercicio del periodismo y el de sus profesionales, ya que existiría más respaldo al libre desarrollo de la libertad de información, sin dejar de nombrar el intento por combatir la censura.
Una de las labores más interesantes y completas que tiene el CPB, es la búsqueda de las libertades humanas y el intercambio de opiniones e información, por lo que dentro de su labor se creó una comisión de ética que intenta humanizar al periodista a partir de un buen ejercicio de la profesión. Está comisión en cabeza y ayuda de otros participantes del gremio, permitió que a comienzos de los años 90, se realizara una edición importante al código de ética del CPB; en el que por su parte se intenta precisar la labor de un buen periodista a la hora de ejercer este compromiso tan importante que tiene con la información que surge en el día a día.
Sin embargo, este código fue reformado en el 2006 en la celebración de los 60 años de la fundación del gremio, ya que se buscaba una óptima actualización teniendo en cuenta códigos y manuales éticos europeos y americanos. Estos cambios fueron apoyados por diferentes profesionales dentro del campo correspondiente, tales como: periodistas, abogados, politólogos, reporteros y académicos que aportaron sus respectivos conocimientos e investigaciones en una causa en común que era renovar un código ético, que carecía de bastantes elementos que dejaban en manifiesto un urgente cambio de ideas y propuestas.
Bajo esta situación los diferentes profesionales de dichos campos, llegaron a varias conclusiones que hicieron que al código se le hiciera una gran reforma que se adaptará a las condiciones de los periodistas del día de hoy. En primera instancia se ajustó el contenido, la estructura y la redacción de las ideas y propuestas del código del año de 1990, pero adaptándolas al contexto actual en el que las exigencias relacionadas a las nuevas tecnologías tuvieran prioridad.
En segundo lugar se tuvo en cuenta el constante estudio y actualización sobre temas relacionados con la censura y autocensura, temas muy poco tratados y desarrollados dentro del anterior código ético y que en esta actualización iban a tener una fuerte reforma para que el periodista bogotano de hoy tuviera más respuesta a situaciones éticas-conflictivas relacionados a la censura de la información.
En tercer lugar se habló de la creación de una doctrina de la ética periodística, en la que los que ejercen el oficio en sus nuevas generaciones pudieran tener un acceso a conocimientos relacionados con la ética del profesional y se pudiera llegar a una constante reflexión, análisis, debate y desarrollo de temas específicos relacionados a la materia. Por último se lleva a cabo la posibilidad de diseñar y realizarse talleres prácticos donde estudiantes, profesionales, facultades y medios puedan aprender y ejercer la ética desde el ámbito diario de su vida.
Entrando más a fondo de lo que es el código de ética del Círculo de Periodistas de Bogotá, se puede mencionar su premisa: “La libertad de prensa, para que la sociedad tenga conocimiento veraz y oportuno de la realidad”. También se puede poner en manifiesto el objetivo general del código que es: “Enseñar a los periodistas unos principios de conducta fundados en los valores éticos de la profesión como base del compromiso de todos los que tienen responsabilidad en el proceso de informar: empresarios, editores y reporteros”.
A partir de esto el CPB ha intervenido como ente mediador de casos concretos en los que la deontología periodística de de algunos periodistas fue denunciados o demandada por sus expresiones o publicaciones. Esto gracias a que el gremio ha sabido investigar y llevar a cabo defensas efectivas teniendo como principal arma a un código bien estructurado que cuenta con diez páginas en las que se pone en evidencia el buen trabajo del comité ético y sus ayudantes para lograr una gran defensa y posterior ayuda a aquellos miembros del oficio; que sientan que sus derechos como profesionales no se les sean vulnerados, y que contrariamente sientan un gran respaldo por un gremio que durante muchos años se ha fortalecido en el ámbito de la ética.
En este sentido se pueden mencionar dos situaciones concretas en las que la intervención del CPB dio frutos en búsqueda de la defensa del oficio periodístico de cada uno de los afectados.
Un claro ejemplo , el caso de Vicky Dávila, periodista reconocida de la cadena radial RCN. El 15 de noviembre de 2013 en su noticiero radial de la FM, lanzó la expresión: “los enfermeros solo están preparados para aplicar inyecciones” haciendo referencia a un caso particular de una enfermera que se hacía pasar por médica para hacer excusas médicas que otorgaba a varios miembros del congreso de la república. Bajó esa expresión las organizaciones Nacionales de enfermería mandaron un comunicado a RCN Radio, en el que hicieron referencia al daño al buen nombre de la profesión, una situación que puso en aprieto público a la periodista que fue increpada por varios individuos en redes sociales.
Con esta situación llevada a la rectificación y reparación por parte de la periodista en uno de sus programas posteriores, el CPB intervino con un comunicado donde expresaba que la periodista, en el contexto de su expresión no estaba ofendiendo al gremio nacional de enfermeras ni hablando de mala manera de esta profesión, simplemente que bajo un contexto específico y bajo su libertad de expresión, hizo un comentario con sentido de sátira, en el que se pone en evidencia la suplantación de una médica por parte de enfermera, que sin la debida acreditación profesional, otorgaba excusas médicas a miembros del congreso.
También se puede mencionar el caso del 2 de octubre de 2014, en el que la fiscal cuarta encargada del caso del estudiante Luis Andrés Colmenares, Martha Lucía Zamora Ávila, denunció a periodistas del periódico El Espectador y la revista KienyKe ante la Fiscalía por publicar información privada del caso Colmenares. Mencionó además que se vulneró el derecho a la correcta transmisión de la información. Bajo esta situación la fiscal consideró una conducta anti ética por parte de los periodistas, teniendo en cuenta que salieron a luz pública información que debió mantenerse en privado y de conocimiento exclusivo de las autoridades que se encargaban del caso del estudiante.
En esta ocasión, el CPB intervino y bajo una investigación apoyada por la Fiscalía General de la Nación y los correspondientes medios de comunicación implicados en el caso, se llegó a la conclusión de que los testimonios, no fueron directamente tomados por los periodistas sino que fueron obtenidos por las declaraciones de uno de los testigos presentes de los hechos (Alberto Martínez Durán). A partir de esto, el curso de la denuncia tomó un rumbo diferente, en el que se tuvieron en cuentas los debates respecto a libertad de prensa y de expresión consagrados en la constitución política de Colombia. Por la tanto los periodistas fueron eximidos de toda responsabilidad, ya que actuaron ejerciendo el derecho a la libertad de prensa.
Con estos dos ejemplos se puede evidenciar el compromiso que tiene el CPB con los profesionales del oficio. Es decir, según las necesidades de cada caso, el gremio siempre ha buscado la manera de intervenir en dichas privaciones comunicacionales de cada una de las situaciones, mostrando su respaldo al buen periodista y demostrando la importancia de un periodismo transparente. Es por eso que el código de ética del CPB en el que se tienen en cuenta leyes estipuladas por organismos públicos y que también cuenta con adaptaciones de otros códigos a nivel mundial,. está a favor de los derechos que tiene la labor del periodismo cuando es ejercido de la manera correcta.