El periodista y dirigente político de izquierda Carlos Lozano dijo que está viviendo un verdadero «paseo de la muerte», pues necesita tratamiento para el cáncer que padece y la EPS Coomeva no se lo ha podido garantizar. Según dijo tiene atención asegurada solo hasta este martes en la Liga contra el cáncer. Entre Fosyga, Coomeva y la Liga se tiran la pelota y su salud se agrava. Dijo que tres instituciones le han cerrado las puertas por el no pago de la EPS.
Tomado de la sección «debes saber»,de El Tiempo dominical.
Trump, este viernes, firmando su primer decreto en el Despacho Oval flanqueado por su vicepresidente y jefe de gabinete.EVAN VUCCI (AP) / EL PAÍS VÍDEO (REUTERS)
Washington
Donald Trump aprobó la noche del viernes su primer decreto como presidente de Estados Unidos. El objetivo fue una de sus enseñas de campaña: la reforma sanitaria del mandatario saliente, Barack Obama. La orden ejecutiva, que Trump firmó en el Despacho Oval tras finalizar el desfile presidencial, insta a los departamentos gubernamentales a flexibilizar la regulación relacionada con el llamado Obamacare, mientras el Congreso debate cómo derogar y reemplazar la ley.
El decreto pide a las agencias que “alienten el desarrollo de un mercado abierto y gratuito” sobre servicios sanitarios, y permite anular provisiones de la ley que impongan cargas fiscales a los Estados y sus ciudadanos.
Poco después de la toma de posesión de Trump, la página web de la Casa Blanca recogía el listado de prioridades del nuevo presidente, que suponen un repliegue de Estados Unidos para centrarse más en sus problemas nacionales: recortes fiscales, derogación de regulaciones energéticas que obligaban a reducir emisiones contaminantes, impulso al proteccionismo comercial, refuerzo de las Fuerzas Armadas y la lucha contra el crimen, y un muro en la frontera con México contra la inmigración irregular. En política exterior, aboga por un plan “agresivo” contra el yihadismo. El republicano promete que los ciudadanos guiarán su política y dejarán de ser los “olvidados”.
Su equipo también eliminó de la página oficial de la Casa Blanca casi todas las menciones a las políticas de cambio climático. El movimiento no ha llegado por sorpresa. De esta forma, cumplía su promesa de hacer retroceder la política de Obama al respecto. Además, la página se ha remodelado: también se han eliminado los planes sobre los derechos de gays, lesbianas, transexuales y bisexuales (LGTB) y el resto de páginas en las que se informaba de las políticas del anterior presidente, informa The New York Times.
El republicano firmó además los dos primeros nombramientos de su Gobierno, después de ser aprobados por el Senado: los generales retirados James Mattis como secretario de Defensay John Kelly al frente del Departamento de Seguridad Interior. Ambos juraron el cargo en una ceremonia con el vicepresidente Mike Pence.
A Trump le quedan 13 jefes de departamento pendientes de ser confirmados por el Senado. En su primer día como presidente en 2009, Obama ya tenía a siete secretarios de su Gobierno oficialmente nombrados. A la espera de su aprobación por los legisladores, los departamentos tienen secretarios en funciones procedentes de la anterior Administración. Por ejemplo, el que era subsecretario de Estado con Obama, Tom Shannon, es ahora el jefe en funciones de la diplomacia estadounidense.
En su primer comunicado presidencial, Trump elogió los nombramientos de Mattis y Kelly, e instó al Senado a cumplir su “obligación constitucional” y confirmar “con rapidez a mis altamente cualificados nominados para el Gobierno”.
“Estuve muy ocupado, pero estuvo bien. Un día precioso”, dijo Trump, sobre su investidura, en unas breves declaraciones a la prensa en el Despacho Oval, que sufrió sus primeras modificaciones tras la salida de Obama. Las cortinas grises situadas detrás del escritorio han sido sustituidas por unas doradas. Y además colocará un busto del ex primer ministro británico Winston Churchill.
En paralelo a la firma de la orden ejecutiva (decreto) sobre la reforma sanitaria, el nuevo jefe de gabinete de Trump, Reince Preibus, difundió un memorando en que insta a todas las agencias a congelar cualquier nueva regulación, según explicó el portavoz Sean Spicer.
El freno a regulaciones y a Obamacare eran dos iniciativas que se daban por descontadas en las primeras horasdel republicano en la Casa Blanca.
En varios documentos difundidos este viernes por la Casa Blanca, el equipo de Trump da algunos detalles sobre sus políticas económica, exterior y comercial. En energía, aboga por rebajar los límites contaminantes, pero no hay mención al Acuerdo de París contra el cambio climático, del que el republicano ha dicho que podría retirar a EEUU.
También llama la atención la escasa referencia a la política migratoria, más allá de prometer deportar a los inmigrantes indocumentados con antecedentes delictivos. Sobre el muro fronterizo con México, emblema de campaña, Trump reiteró la semana pasada que iba a construirlo y que preveía que lo pagara el país vecino.
Sí se mantiene la promesa de sacar a EE UU de la Asociación Transpacífica, el acuerdo de libre comercio con 11 países del Pacífico. El magnate, que hizo del proteccionismo una enseña electoral, considera el TPP un “desastre” y aboga por negociar acuerdos bilaterales. También apuesta por revisar el NAFTA, el acuerdo de libre comercio con México y Canadá, y amenaza con salirse del tratado si los otros dos países se oponen a renegociarlo.
En política exterior, Trump aboga por la doctrina de “paz mediante la fuerza”, un guiño a la estrategia estadounidense durante la Guerra Fría, abanderada por el expresidente Ronald Reagan. “Este principio hará posible un mundo estable, más pacífico con menos conflictos y más terreno en común”, señala uno de los informes de la Casa Blanca.
Pese a alejarse del multilateralismo, insignia de la presidencia de Obama, y de la idea de EE UU como faro moral, el texto defiende la vía diplomática en el tablero internacional y hablar con enemigos, como ha hecho Obama con Cuba e Irán. “El mundo debe saber que no vamos al extranjero en busca de enemigos, que siempre estamos contentos cuando viejos enemigos se convierten en amigos, y cuando viejos amigos se convierten en aliados”, sostiene la nueva Administración.
Quién lo creyera, Señor, pero a veces pecas y empatas: pusiste a vivir en el mismo país a Walt Whitman y a Trump.
Señor, los polacos dicen que la vejez te salió mal. En lo de Trump, tampoco te fue mejor. No había necesidad de incurrir en un lapsus con nombre de pato para notificarnos, ‘urbi et orbi’, que haces lo que quieres.
Sospecho que tomaste compensatorio el día que se aprobó el articulito aquel de la Constitución gringa, que le permite a gente como Trump ser presidente con dos millones de votos menos que Hillary. A veces tienes un sentido del humor que te envidiarían Mark Twain, Groucho Marx y Woody Allen juntos.
Si en algún momento de su eterno mandato de cuatro años se te ocurre decirle “estás despedido”, gracias mil.
Quién lo creyera, Señor, pero a veces pecas y empatas: pusiste a vivir en el mismo país a Walt Whitman y a Trump.
Por una vez, lamento que me hubieras negado la condición de suculenta fémina, de caderas hechizas hechas en el quirófano, para no darle ni la hora de la semana pasada en caso de que me echara los perros.
Pregunta: ¿podrías sacar de la manga algún escandalito que nos permita ahorrarnos al señor Trump? Ya nos diste la mano con Nixon.
Al lado de Nixon, Trump es un aprendiz con el sartal de mentiras que suele ensartar. El caballero se saca de la boca una hamburguesa para decir ‘posverdades’, el nuevo nombre de las mentiras. Señor, no es por molestar con jota, pero esta vez se te fue la mano en gallina. Puedes rectificar.
Menos mal Trump todavía ignora quiénes somos nosotros. En esto te damos unas cataratas del Niágara de agradecimientos.
Mafalda, retirada del bullicio, diría que el mundo está enfermo de los Estados Unidos.
¿Será que es mucho pedirte que le escondas el Twitter al hombre que se ha casado tres veces y detesta los números impares?
Si ya como presidente, posesionado este viernes, insiste en construir el nefasto muro en la frontera con México, te sugiero repetir el episodio de la torre de Babel y confundir a los trabajadores. Cuando pidan un ladrillo, que les alcancen una caja de condones.
Ah, recuerda esconderle el cuarto donde bosteza el botón nuclear.
Bogotá, 21 de enero _ RAM_ El gobierno le aclaró al fiscal general, Néstor Humberto Martínez, que según el punto 38 del acuerdo final para la terminación del conflicto, la participación de guerrilleros de Farc en el Sistema Integral de Verdad, Justicia y Reparación y la Justicia Especial para la Paz, depende de la dejación de las armas.
En un comunicado el gobierno establece: “Claramente quien no participe del proceso de dejación de armas en los términos establecidos en el Acuerdo Final, es decir, que hace entrega de sus armas a las Naciones Unidas en las Zonas Veredales, no podrá tener acceso a los tratamientos penales especiales previstos en el Sistema”.
Mientras que el fiscal Martínez había dicho que así como está redactado el proyecto de acto legislativo que crea la nueva Justicia de Paz, “las disidencias de las Farc podrían terminar cobijadas con las penas alternativas a pesar de haberle hecho ‘conejo’ a la negociación de La Habana”.
En cuanto al tema de la llegada a las Zonas Veredales Transitorias de Normalización y a los Puntos Transitorios de Normalización (PTN), las Farc,el comunicado del gobierno dice: “a través de un delegado expresamente designado para ello, hará entrega al Gobierno del listado de todos los y las integrantes de las Farc”.
Un ejemplo de periodismo objetivo es el trabajo desarrollado por Alejandro López Ortiz, internauta vinculado a la red social que propende por la reivindicación de los derechos de los pensionados a la igualdad y a una vida digna.
López Ortiz dudó de la veracidad de una información divulgada inicialmente por DEBATE, un periódico virtual de reciente aparición al servicio del Centro Democrático del expresidente Uribe, el cual, aprovechando una resolución de la Registraduría Nacional sobre el reconocimiento de un comité de ciudadanos dispuesto a recoger apoyos para un referendo constitucional aprobatorio, tituló la información, con evidente mala intención: “EN COLOMBIA SÍ SE PUEDE REVOCAR AL PRESIDENTE, REGISTRADURÍA APROBÓ RECOLECCIÓN DE FIRMAS PARA REFERENDO REVOCATORIO DE SANTOS”.
Para una persona que usualmente tenga que ver con asuntos constitucionales, de inmediato se da cuenta que el titular es fruto de la ignorancia o la mala fe porque tanto la Constitución como la ley solo habilitan en Colombia la revocatoria de mandato de gobernadores y alcaldes. Pero, para un lector que no tiene mayor información legal y constitucional, y que además tiene del presidente Santos tan mala imagen, según las encuestas, pues, su impulso es a dar por cierta la noticia, y hasta alegrarse de su consecuencia.
López se dio a la tarea de averiguar, por derecho de petición, el alcance de la resolución de la Registraduría y lo consiguió, y ha procedido correctamente a difundir en su red social la respuesta oficial del ente nacional.
VER RESPUESTA DE LA REGISTRADURÍA
Aprovechemos la circunstancia para hablar de posverdad, esa palabreja que, según el Diccionario Oxford, fue la más usada en los medios de comunicación en el 2016 con el significado de “circunstancias en las que los hechos objetivos tienen menor influencia en la formación de la opinión pública que los llamamientos a la emoción y a la creencia personal”.
La columnista en GES, Violeta Yangüela, se refirió recientemente al término, posverdad, en su columna “Hackeo y Twitter”, agregándole claridad al significado al explicar que el término “pos”, pegado a verdad, indica que la verdad, en este caso, pertenece a un tiempo en el cual se ha vuelto insignificante o irrelevante, o sea, lo que queda atrás, está superado.
Llegamos así a la era en la que algo que aparenta ser verdad es más importante que la verdad misma. Lo verdadero no es lo que está ocurriendo, es decir, la realidad misma, sino lo que se dice y guste a la gente y, además, haga parte de sus creencias. En pocas palabras, lo que importa no es la realidad sino su percepción.
¿Por qué ahora insistir tanto en esto, al menos de nuestra parte? Porque nos parece, salvo mejor opinión, que esta posverdad fue la que dominó tres resultados electorales que se erigieron en el 2016 como emblemáticos de que algo raro está sucediendo en la democracia occidental: el Brexit de Gran Bretaña; el NO del plebiscito por la paz en Colombia; y, la elección de Trump en Estados Unidos. En los tres casos, los analistas más conspicuos van coincidiendo en que la gente votó más con emoción y por creencias personales que por razones medibles, verificables y comprobables.
A decir verdad, posverdad es un arma electoral ya de uso corriente en nuestro medio. Posverdad dominó la reelección de Santos en donde la gente no votó tanto por sus resultados de gobierno del primer cuatrienio, como por la esperanza de una paz estable y duradera; posverdad que, dos años más tarde, adquiere otra dimensión: la gente ya no votó por la esperanza de una paz estable y duradera sino por la animadversión que tenía por las Farc-Ep y por el mismo gobierno. Si a esto le agregamos la creencia desplegada de que los acuerdos de La Habana se metían con la ideología de género y la familia, el coctel quedó servido a favor del NO. Nosotros le hemos agregado a este coctel un pasa bocas: la confianza del gobierno de que el SÍ a la paz ganaba por sí solo y que no era necesario regar mucha mermelada sobre los políticos para que salieran a comprar votos, como lo hacen en elecciones de Congreso y Presidencial.
¿Y qué tiene que ver todo lo anterior con la falsa noticia de que en Colombia se puede revocar el mandato presidencial?
Ah, pues, como políticamente al sistema le ha dado tanto resultado la polarización, qué mejor que cultivarla y llevarla hasta las elecciones de Congreso y Presidencial del 2018 en donde, con cara sigue ganado el sistema y con sello seguimos perdiendo todos nosotros.
Si en el pasado reciente nos llevaban a las urnas con la promesa de acabar con las Farc o negociar la paz, a partir del 2014 nos llevaron a escoger entre Santos o Uribe que son, como dice la gente, la misma perra con distinta guasca. Y parece que por el mismo camino nos quieren llevar a las elecciones del 2018. Hoy en día, para mal de Colombia y de sus gentes, la alternativa democrática no es gobierno-oposición sino los mismos con las mismas.
—
Fin de folio.- No es votando con el estómago como podremos sacar a los malos de la casa de todos. Si queremos cambiar no podemos seguir haciendo lo mismo, como alguna vez dijera Einstein.
Juan Darío Lara (i), Jaime Viana, Amparo Pérez y Fernando Barrero
Anécdotas del encuentro del fallecido líder cubano con una delegación de periodistas hace 40 años.
Por: JUAN DARÍO LARA |
Que se empeñe por razones económicas una joya o cualquier otro objeto de valor no es extraño, para eso están destinadas las casas de compraventa que, por una suma que no es la requerida ni la justa, sacan de apuros a cualquier persona.
Sin embargo, entre todos los tipos de artículos que circulan a diario en las vitrinas de estos establecimientos, hubo uno de valor emotivo y romántico que no merecía este triste final. Se trató del estilógrafo bañado en oro con el que el comandante Fidel Castro firmó la Constitución de Cuba.
Un valioso instrumento que estuvo ligado con un personaje que creó actitudes contradictorias en el mundo y que hace 40 años fue empeñado por una deuda en una de esas casas de compraventa o en algún lugar de diversión de la capital del país.
En febrero de 1976, el entonces EmabajadorRamiro Andrade, exparlamentario del Movimiento Revolucionario Liberal (MRL), fallecido en junio del año pasado, se reunió con el extinto Comandante para dialogar en tono jocoso y serio con algunos periodistas y empresarios colombianos que para esa fecha visitaban la embajada de La Habana, este último, en un acto de desprendimiento y generosidad, le obsequió el preciado estilógrafo al fallecido periodista Yolian Londoño Passos.
En un momento de la reunión, el emblemático líder cubano quiso prender un gigantesco habano, y en un gesto audaz Londoño le extendió su brazo que sostenía un ‘mechero’ prendido con una llama inmensa que sorprendió a Fidel, no solo por el fogonazo sino porque lo obligó a echar su cabeza hacia atrás para evitar de esta manera que se quemara su espesa barba.
Aterrado preguntó: “¿Qué es eso? ¿Un ‘mechero’ hecho por los ‘gringos’?”, lo que de inmediato causó un estallido de risas entre los asistentes que lo rodeábamos.
Como un acto de reciprocidad con el periodista, Castro sacó del bolsillo izquierdo de su chaqueta verde oliva el famoso estilógrafo de oro y se lo obsequió a Londoño, no sin antes decirle: “Con esta pluma firmé la Constitución de Cuba”.
Los periodistas Alberto Giraldo, Amparo Pérez, Fernando Barrero y Jaime Viana, con quien compartí esta experiencia en Cuba, quedaron al igual que yo, atónitos por el acto que había acabo de realizar el líder cubano. Entre los empresarios de la misión comercial que visitaban la isla en ese momento estaban Fabio Echeverry Correa, presidente de la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia (Andi); Emilio Urrea Delgado, presidente de Fenalco; Armando Devia, presidente de la Cámara Fedemetal adscrita a la Andi, y Alberto Galeano, director de Proexport (ahora Procolombia).
Al concluir la reunión con Fidel Castro, varios integrantes de esta comitiva le ofrecieron al periodista comprarle el invaluable objeto por el precio que fuera, sin embargo él prefirió guardarlo para mostrárselo a su familia y amigos una vez aterrizara de nuevo en Colombia.
No obstante, la admiración por el inesperado regalo que recibió de manos del propio Fidel Castro le duró poco a Londoño, quien en un arrebato de sinceridad me confesó que lo había empeñado; no recordaba dónde ni por cuánto dinero a cambio.
En ese diálogo que sostuvo en la embajada de La Habana hace cuatro décadas, el mandatario cubano exhibió a los asistentes los amplios conocimientos que tenía sobre Colombia, en especial sobre su economía, política y otras actividades; incluso en algún momento de la noche hasta llegó a preguntar sobre la producción de hierro del país y las “sabrosas arepas colombianas”.
Ése día además aprovechamos para preguntarle sobre la participación que tuvo en el desarrollo del famoso ‘Bogotazo’, que tuvo lugar el 9 de abril de 1948, tras el asesinato del excandidato presidencial por el partido Liberal Jorge Eliécer Gaitán.
Castro nos aclaró que nunca participó en esa acción. “Me hallaba en los alrededores del Hotel Granada, cuando observé una muchedumbre gritando que se dirigía hacia la avenida Jiménez, traté de ir pero me detuve por precaución. Lo lamenté mucho”.
Respondió también preguntas de los invitados a la embajada sobre la participación de las tropas cubanas en Angola, en lo que se conoció en su momento como ‘Operación Carlota’.
El Comandante argumentó que lo hacían por el abandono en que los tenía el ‘imperialismo yanqui’; potencia a la que despreció a causa del embargo comercial que realizó Estados Unidos a Cuba desde comienzos de los 60.
¡Qué paradoja! Castro no solo alcanzó a ver restablecidas las relaciones entre Cuba y los Estados Unidos en el 2015, además extendió su revolución a Colombia apoyando las guerrillas internas del país y facilitó su territorio por más de cuatro años para que se desarrollaran de manera efectiva los diálogos de paz entre las Farc y el Gobierno Nacional.
Fidel Castro murió el viernes 25 de noviembre del año pasado a las 9:30 de la noche (hora de Cuba), según lo comunicó oficialmente su hermano Raúl: “Ha muerto Fidel Castro, el Comandante de la Revolución Cubana”.
Tenía 90 años recién cumplidos y hacía algunos días había dicho ante el Congreso del Partido Comunista Cubano: “A todos nos llega nuestro turno”.
Por Juan Darío Lara, socio del CPB,
Especial para EL TIEMPO
Los siete importantes y célebres miembros del jurado del Premio de Periodismo CPB estudian y analizan los trabajos postulados.
El 9 de febrero, en “La noche de los mejores” el jurado revelará los nombres de nominados y ganadores.
Con un extraordinario jurado y con 404 postulaciones hechas durante un mes, el Premio de Periodismo CPB conmemora 35 años de haber sido creado.
La prestigiosa y gran periodista María Elvira Arango, directora de Los informantes, programa semanal de Caracol Televisión, fue elegida presidenta del jurado del Premio Nacional de Periodismo CPB 2017.
El jurado está integrado por estos siete célebres e influyentes periodistas: Carlos Gustavo Álvarez, María Elvira Arango, Javier Ayala, Daniel Coronell, Vladimir Flórez, Álvaro García y Germán Santamaría.
La elección de María Elvira Arango, la realizaron los miembros del jurado, por unanimidad, durante el acto de instalación del mismo, realizado en la sede del CPB, el pasado jueves 19 de enero. Con Daniel Coronell, quien se encontraba en Miami, donde es el presidente ejecutivo y director de Noticias de Univisión, se estableció comunicación vía Skype para que desde allí participara en la reunión.
En el mismo acto, el jurado recibió los trabajos seleccionados y sus respectivos análisis y valoraciones realizados por el pre jurado, integrado por 23 socios del CPB. Pero, los integrantes del jurado pueden solicitar las listas de los concursantes por categorías y/o parte o todas las postulaciones. El jurado es el que tiene la última palabra y quien, con total libertad e independencia calificará, elegirá y premiará los mejores trabajos presentados en 13 categorías.
Ésta es la relación, por categorías de los 404 trabajos postulados, en un mes: del 22 de noviembre al 27 de diciembre de 2016:
Televisión……………………………….……….75
Prensa …………………………………….………59
Medios virtuales…………………….………. 53
Trabajo sobre la paz…………………….…. 52
P. B. de un periodista (libro)…………….34
Tesis o investigación…………………….… 30
Fotografía…………………………………..……26
Radio………………………………………….……23
Caricatura………………………………….……16
Corresponsal………………………..…15
Trabajo periodístico cámara……10
Opinión…………………………………… 7
Libertad de expresión……………. 4
Es decir, que los 35 años del Premio Nacional de Periodismo CPB se conmemoran con un jurado de lujo y con 404 postulaciones, el número más alto de postulaciones de los últimos años del Premio. Todo un record.
El propio jurado revelará los nombres de los nominados y ganadores el día del periodista, el 9 de febrero 2017, en la ceremonia de entrega de los premios, que se realizará en el Teatro Galería Cafam de Bellas Artes, en el programa “La noche de los mejores”, que será producido por Caracol TV y transmitido en directo por el Canal Uno, entre las seis y las siete de la noche.
Durante la misma ceremonia, la Junta Directiva del CPB, presidida por William Giraldo, dará a conocer el nombre del ganador del Premio al “Mérito Periodístico Guillermo Cano”.
Todos los ganadores recibirán la estatuilla El Sacrificado, creada por el maestro Rodrigo Arenas Betancourt, especialmente para el CPB
Más información y contactos con la prensa
LUZ STELLA TOCANCIPÁ
Directora Comunicaciones Premio Nacional de Periodismo CPB Cel: 316 8756576 / Tel: 4661050 – 4660730 Calle 67 No 7-94 oficina 403 Bogotá D.C
Ya no hay vuelta atrás: a las 18 (hora peninsular) de este viernes 20 de enero, Estados Unidos tendrá nuevo presidente. Y, a diferencia de lo que ha pasado con sus antecesores, su llegada al cargo se produce en mitad de una gran incertidumbre, esa paradoja que genera el miedo a que de verdad cumpla con lo que prometió en campaña. Porque sí, algunas de las ideas que Donald Trump tiene para volver a «Hacer América Grande” preocupan, y mucho, al resto de líderes del mundo. Casi tanto como que sea un xenófobo, racista. misógino y mentiroso compulsivo.
Preocupa especialmente su política exterior, con un proclamado a los cuatro vientos acercamiento a Rusia y a su presidente, Vladimir Putin, y su intención de centrarse más en lo que pasa de puertas adentro de EEUU y no tanto en lo que sucede fuera, con lo que esto supone para sus aliados, incluidos los europeos. Él mismo ha dicho que «cada uno debe hacerse cargo de sus propias amenazas y de sus propios intereses», por lo que es bastante inquietante pensar cómo va a ser su política de seguridad y de lucha antiterrorista. Como su predecesor en el cargo, Barack Obama, no ha cumplido y no ha cerrado Guantánamo, es más que probable que Trump la vuelva a “llenar” -ya ha manifestado que echarle el candado a la prisión era un error- y es toda una incógnita qué papel piensa asumir en conflictos clave como es Siria, guerra en la que su “mejor amigo” -Putin- es aliado de Bashar Al Assad.
Obama y Trump tras las elecciones del 8 de noviembre
Inquieta también qué pasará con dos de los grandes logros de Obama en política exterior: el restablecimiento de las relaciones con Cuba y el acuerdo nuclear con Irán, asuntos sobre los que Trump ha expresado sus reticencias y que podría tratar de revertir una vez asuma el cargo.
Por si todo esto fuera poco, son varios los organismos internacionales que ya han puesto nombres y apellidos a lo que más les atemoriza: el hecho de que Trump no tiene ningún aprecio por la importancia de promover los Derechos Humanos. Así lo han denunciado tanto Amnistía Internacional como Human Rights Watch, que han dejado claro cómo les inquietan algunas de las personas designadas por Trump para estar en su Administración por su historial. ¿Un ejemplo? El candidato a fiscal general, Jeff Sessions, quien se ha mostrado contrario a los derechos civiles, de la comunidad LGTBI o el derecho a la libertad reproductiva.
Nada comparado con la gran polémica del muro con México, ese que desde el día en el que Trump entró en campaña se convirtió en su promesa estrella. Y ese que proclama una y otra vez que se construirá y que pagarán las autoridades mexicanas. Qué decir también de la reforma sanitaria de Obama -Obamacare- “desastrosa”, en palabras del presidente, y que tiene los días contados. Ha prometido que tan pronto asuma el cargo derogará la ley que hace que sea legal y no ha dado detalles de qué planes tiene para sustituirla.
LOS ACTOS PREVISTOS
Pero más allá de todos los interrogantes que se abren con el mandato del magnate, este viernes Estados Unidos se pondrá de gala para recibir al que ya será, oficialmente, su nuevo presidente. Será un día repleto de actos “elegantes”, aunque deslucidos ya que tendrá notables ausencias, y que cumplen con el protocolo estipulado en la Constitución. Desde que se aprobó en 1937, la fecha de la velada no ha cambiado: se celebra el 20 de enero a las 12 horas para que »nunca haya un período de presidente en funciones».
Aunque la ceremonia comienza de manera oficial a las 11:30 de la mañana (hora local), el evento empieza varias horas antes para las 800.000 personas (según estimaciones del Departamento de Seguridad Nacional) —menos de los que asistieron a la primera inauguración de Obama— que se han desplazado a la capital por este motivo. Los puntos de acceso a la explanada se abrirán a las seis de la mañana para evitar aglomeraciones.
Trump y Melania llegaron el jueves a Washington para los actos de investidura
A primera hora de la mañana, Trump visitará la Casa Blanca para tomar un café con el presidente saliente Barack Obama. Previamente habrá asistido a un servicio religioso en la iglesia St. John’s Episcopal Church, en donde se ha realizado el servicio religioso inaugural de por lo menos seis presidentes: Franklin D. Roosevelt, Harry Truman, Ronald Reagan, George H.W. Bush, George W. Bush, Barack Obama. Es llamada la “Iglesia de los Presidentes”.
Habitualmente, después del café, las dos parejas suelen posar juntas antes de partir hacia el Capitolio. A veces -como en 2009- el vicepresidente entrante y su esposa se unen a esta reunión. A continuación comienza el desfile hacia el Capitolio, que normalmente el presidente electo y el presidente saliente suelen hacer juntos. Allí les esperan los miembros del Congreso y del Senado para comenzar el evento. Por lo general, se reúnen 1.000 personas y se invita a distintos músicos. Sin embargo, esto último a Trump le ha costado bastante.
Una vez hayan llegado al Capitolio, tendrá lugar el acto central: bajo la atenta mirada de ex presidentes -entre ellos Barack Obama o Bill Clinton- y sus mujeres, Trump jurará el cargo. Lo hará sobre una Biblia de su propiedad y sobre otra que usó Abraham Lincoln en su primera toma de posesión, según ha anticipado ya el Comité de la Investidura Presidencial. El juramento del cargo será administrado por el juez John Roberts, presidente de la Corte Suprema de EEUU. Poco antes que él habrá jurado su cargo el vicepresidente Mike Pence.
La Biblia que usó Abraham Lincoln en su primera toma de posesión
Después el mundo escuchará las primeras palabras del Trump presidente. Sin moverse del Capitolio pronunciará su discurso, de unos 20 minutos, y que será muy «inspirador y con visión de futuro», según ha adelantado el futuro portavoz de la Casa Blanca, Sean Spicer.
Tras el discurso, el recién estrenado presidente recorrerá en coche los menos de tres kilómetros que separan el congreso de la Casa Blanca por la avenida de Pensilvania. En otras ocasiones, los presidentes han recorrido parte de este trazado a pie para saludar a los ciudadanos que dan la bienvenida al presidente desde las calles. Trump ya ha anticipado que lo hará en su limusina y espera encontrarse en dicho recorrido a miles de seguidores. Tanto, que ha vaticinado en Twitter que «la gente llegará a Washington de forma masiva» para participar en las celebraciones de su investidura. Una vez en la Casa Blanca, Trump ocupará unas gradas localizadas enfrente de la residencia para presidir el desfile inaugural, en el que participarán grupos civiles, miembros de los cuerpos de seguridad y orquestas locales.
En la noche, se acostumbra realizar un baile inaugural. En su segundo mandato Obama visitó ocho bailes pero Trump solo confirmó su asistencia a tres: dos en el Centro de Convenciones Walter E. Washington y una de las Fuerzas Armadas en el National Building Museum.
Para entonces un helicóptero ya habrá trasladado a la familia Obama a su nueva residencia en Washington. Y así comenzará un nuevo capítulo de la historia de EEUU, el que irá ligado al presidente número 45 del país. Nada más y nada menos que Donald Trump. Quién nos lo iba a decir.
El equipo de máximo nivel del presidente electo Donald Trump ha pasado un total colectivo de 83 años en el ámbito de los negocios.
Se debe a sus propuestas de políticas, que incluyen medidas en pro de las empresas, como reformas fiscales, desregulación e incentivos a la inversión.
El sector corporativo de los Estados Unidos se muestra optimista conforme ejecutivos de primer nivel comienzan a ocupar las principales posiciones de la Casa Blanca.
La elección de Donald Trump ha generado un sinnúmero de sorprendentes estadísticas. Ray Dalio, jefe del fondo de cobertura de Bridgewater, analizó las biografías de la nueva administración y descubrió que los ocho funcionarios más altos tienen un total de 55 años de experiencia gubernamental, la mayor parte de la cual fue en el ejército.
Eso es insignificante en comparación con los últimos ocho presidentes. El equipo de máximo nivel de Barack Obama (constituido por las posiciones de presidente, vicepresidente, jefe de gabinete, procurador general y secretarios de Estado, Comercio, Defensa y Tesoro) tenía 117 años de experiencia colectiva.
Para las presidencias de George W. Bush, Bill Clinton y George H. W. Bush, los totales eran de 80, 101 y 79 años, respectivamente.
Sin embargo, el equipo de máximo nivel de Trumpha pasado un total colectivo de 83 años en el ámbito de los negocios. La administración del presidente Obama tenía un total de solo cinco — sí, solo cinco — años.
Así es que la característica definitoria del ‘equipo Trump’ no es simplemente que muchos son ultrarricos; es que han sido curtidos por sus experiencias en las altas esferas corporativas.
Los nombramientos de menor envergadura que actualmente se están haciendo refuerzan ese patrón. Esta semana, por ejemplo, Trump puso la Comisión de Bolsa y Valores (SEC, por sus siglas en inglés) en manos de Jay Clayton, un abogado del sector privado que nunca ha trabajado en el gobierno.
¿Es esto bueno para los negocios estadounidenses? Se pudiera sugerir que algunos de los nombramientos de Trump dicen más acerca de su estilo que del contenido de sus políticas, ya que prefiere escoger a personas de una inclinación similar a la suya, específicamente a individuos ajenos al gobierno que odian los procesos burocráticos y que enfatizan los resultados tangibles.
Esto pudiera ser energizante. Pero no está claro si un equipo de “hacedores” tendrá una ideología coordinadora y, mucho menos, las habilidades diplomáticas necesarias para ser capaz de lograr algún resultado con el Congreso.
También es alarmante que el nombramiento de este equipo de alto nivel no haya detenido las críticas populistas antinegocios de Trump.
Esta semana, General Motors estaba en la mira de los tuits de Trump (por producir automóviles en México). Anteriormente era Ford (que acaba de cancelar una inversión en México debido a la presión).
Boeing, Apple y Carrier también han sido blancos, y otros les seguirán. Este no es el comportamiento normal de un presidente a favor de los negocios.
Pero la psicología empresarial, como la política de Washington, puede ser irracional. Y lo que llama la atención es que todos los ejecutivos con los que he hablado recientemente se sienten decididamente optimistas. “Lo que me ha impresionado durante las últimas semanas es el cambio en los ‘espíritus animales’ en los negocios, tanto pequeños como grandes”, me comentó esta semana David Cote, el presidente y director ejecutivo de Honeywell.
“No cabe ninguna duda al respecto; existe un sentimiento de optimismo”. Esto se debe parcialmente a las propuestas de políticas de Trump, las cuales incluyen medidas en pro de las empresas, como las reformas fiscales, la desregulación y los incentivos a la inversión.
Pero el otro factor es el punto acerca de los datos de Dalio: esos 83 años de experiencia en las altas esferas corporativas.
Aunque nadie sabe si Trump realmente logrará hacer algo (ni si la Reserva Federal responderá a los recortes de impuestos subiendo las tasas), los líderes empresariales pueden ver el cambio simbólico que representan esos nombramientos al gabinete.
Y aunque nadie puede crear crecimiento económico con mero simbolismo, los símbolos pueden tener un poderoso impacto psicológico.
“Estamos a punto de experimentar un profundo cambio ideológico liderado por el Presidente”, argumenta Dalio. “Esto pudiera tener un impacto mucho mayor sobre la economía estadounidense de lo que se pudiera calcular basándose únicamente en cambios en las políticas tributarias y de gastos públicos, porque pudiera animar a los ‘espíritus animales’”.
Tal y como señaló Jeff Immelt, el director ejecutivo de General Electric (GE), recientemente: “Simplemente se escucha mucho más optimismo: las personas están pensando en proyectos de inversión que no estaban considerando antes. La noción de que pudiéramos modernizar nuestro código tributario, todo esto hace que la gente piense de otra manera”.
Tal optimismo puede que sea inapropiado. Pero no puede ignorarse. El punto clave para los inversores es observar lo que el equipo de ejecutivos de alto nivel de Trump realmente realiza en el campo de las políticas durante los próximos meses y también lo que compañías como GE hacen con sus planes de inversión.
Eso no es solo por los tuits populistas de Trump. En términos económicos, intimidar a Ford para que mantuviera una planta de automóviles en EE. UU. es casi irrelevante. Pero si las compañías estadounidenses se están preparando para desatar más inversiones, como dice Immelt, esto pudiera ser verdaderamente significativo, sobre todo teniendo en cuenta que los gastos de capital (capex) han sido tan decepcionantemente débiles durante los últimos años.
Entonces hay que prestarle verdadera atención al siguiente conjunto de estadísticas de gastos de capital; y a los planes corporativos que los verdaderos ejecutivos de alto rango lanzarán cuando publiquen sus ganancias a finales de este mes, casi al mismo tiempo que el gabinete de ejecutivos de primer nivel de Trump estará siendo juramentado.
Financial Times
Barack Obama, el presidente que sacó a EE. UU. de la recesión
Recibió un país con la peor crisis económica y financiera en 80 años. En su mandato se crearon más de 17 millones de empleos.
Ni siquiera los 10 grados centígrados bajo cero de temperatura bastaron para apagar la efervescencia de los más de dos millones de personas que asistieron en Washington DC a la posesión de Barack Obama como presidente de Estados Unidos el 20 de enero de 2009.
Con el lema de ‘Esperanza’, el nuevo presidente simbolizaba ese cambio que pedían los estadounidenses después de dos devastadoras guerras en Irak y Afganistán con sus centenares de muertos, y sobretodo, una crisis económica que después fue reconocida como la otra ‘Gran Depresión’.
Eran tiempos sombríos, de estrés, desesperanza, incertidumbre, temor y ansiedad para los habitantes de la primera potencia económica mundial que experimentaban día a día la pérdida de su propiedad raíz y empleos, mientras los grandes ejecutivos y el Gobierno luchaban contra la crisis financiera del 2008, el PIB caía aceleradamente, Wall Street se desplomaba hora tras hora, la quiebra de la industria automotriz y la quiebra de bancos como Lehman Brothers.
La situación era tan desesperante que una reunión con el congreso en la mañana del 18 de septiembre de ese año, el secretario del Tesoro, Henry Paulson, les aseguró que para las dos de la tarde de ese mismo día, se podrían desaparecer unos 5,5 billones de dólares de riqueza del país y pidió, junto con el presidente de la Reserva Federal, Ben S. Bernanke, 700.000 millones de dólares en un término máximo de tres días para salvar la economía del país.
Consciente de la grave crisis económica, Obama se puso a trabajar inmediatamente el día posterior a su elección (4 de noviembre de 2008). Durante el 2009, la administración de Obama sufrió la pérdida de unos ocho millones de empleos, con una tasa de desempleo que rondó el 10 por ciento, la economía se contrajo 2,7 por ciento, mientras que hasta el 2010, más de 11 millones de personas perdieron sus casas y apartamentos.
Apenas un mes después de su posesión, el Congreso estadounidense aprobó un paquete de estímulo económico por 787.000 millones de dólares, con el cual se redujeron los impuestos, se extendieron beneficios para los desempleados y se iniciaron innumerables obras públicas en todo el país.
El 30 de marzo de 2009, el Gobierno federal rescató a la industria automotriz tomando el control de General Motors y Chrysler salvando tres millones de trabajos, forzando a las empresas a ser más eficientes y globalmente competitivas, lo mismo que a la banca con unos siete billones de dólares.
La recesión terminó seis meses después cuando el PIB volvió a positivo por primera vez desde el 2008, a comienzos del 2010 ya llegó a 3,9 por ciento. Para el 30 de marzo de 2010, ya se habían gastado 633.500 millones de dólares del paquete de estímulo.
El 23 de marzo de 2010, el presidente estadounidense revolucionó el sistema de salud del país, uno de los peores del mundo, con el popularmente conocido como ‘Obamacare’, un seguro de salud universal de bajo costo.
El mandatario vio la necesidad de crear un seguro de salud obligatorio, ya que la dificultad para pagar los altos costos médicos ocasionaban el 50 por ciento de las quiebras del país. Para el 2014, el 95 por ciento de la población estadounidense ya estaba bajo este esquema de salud mientras que las visitas al hospital y los costos se redujeron.
En julio del 2010, y como parte de las reformas para evitar otra crisis financiera, la administración promovió la ley Dodd-Frank, una legislación para regular a los grandes bancos y proteger financieramente al consumidor, que incluía tarjetas de crédito y cuotas inmobiliarias.
En cuanto a los bancos se estableció un control más exhaustivo a las entidades demasiado grandes para quebrarse, a las cuales, entre las principales medidas se les prohibió estar muy involucrados con los fondos hedge, derivados riesgosos, intercambios de créditos impagos y materias primas. De la misma manera a las agencias de calificación como Moody’s y Standard & Poor’s se les exigió volverse más estrictas en sus sistemas de evaluación.
En diciembre de 2010 y como parte de las medidas para sacar al país de la crisis, el Congreso aprobó un recorte de impuestos por 858.000 millones de dólares para personas naturales y empresas.
Desde ahí, el desempeño económico del país ha sido calificado entre ‘bueno y aceptable’ por gran parte de los economistas durante el resto de la administración Obama, la cual termina este viernes.
Todos los indicadores muestran números positivos: una baja inflación, crecimiento del PIB, PIB per cápita, disminución del déficit federal en dos tercios, aumento de las exportaciones, ventas récords de automóviles, minoristas y sector inmobiliario, las ganancias en Wall Street promediaron el 150 por ciento, ganancias de las compañías y comercio, pero sobre todo, la recuperación del empleo: durante la presidencia de Barack Obama se crearon 17 millones de empleos.
Sus detractores le achacan la baja tasa de crecimiento y el incremento de la deuda nacional.