Crculo de Periodistas de Bogot

Archivos abril 2019

La historia de Colombia en once rutas, así celebra su bicentenario de independencia en la FILBogotá

30 Abril 2019.

Un viaje a la construcción de un país en una instalación de tres mil metros cuadrados. Un pabellón levantado sobre los conceptos de Soberanía, Libertad, Independencia, Igualdad y Ciudadanía que reivindica la aportación de comunidades poco reconocidas entonces y reclama de los visitantes su interacción.

Tomado de: Portal  Web  WMagazín. Leer Más

Cierre Radio Caracas Radio

30 Abril 2019.

El CPB repudia el cierre de Radio Caracas Radio que acaba de hacer el gobierno Venezolano y hace un llamado a los periodistas del país hermano a persistir en un periodismo libre. Leer Más

Yeiver Rivera, Socio del CPB, presentó su libro en la FILBo

30 Abril 2019.

El Bronx, de la realidad a la ficción.

La intervención llevada a cabo el sábado 28 de mayo de 2016 por parte de las autoridades al sector conocido como “El Bronx”, en el centro de Bogotá, y su desarticulación, llevó a que cientos de habitantes de calle buscaran y recibieran atención y cientos más empezaran a deambular por las calles de varias ciudades del país, generando incertidumbre e intranquilidad de muchos de sus pobladores.

Pocos meses después, el periodista Yeiver Rivera Díaz, publicó el libro Viví en el Bronx, testimonios del horror editado por Ediciones Gaviota, en el que relata el drama que allí vivieron sus habitantes; un lugar dedicado al tráfico y consumo de sustancias psicoactivas, prostitución, abuso sexual infantil, secuestro, tráfico de armas, asesinatos selectivos, entre otras acciones que en su momento fueron reveladas por las autoridades.

En la actualidad, el sector ha sido denominado como “Distrito creativo” por parte de la Alcaldía Mayor de Bogotá, donde se desarrollan eventos culturales y artísticos y una serie, con el mismo nombre del lugar, es emitida a nivel nacional e internacional por varios canales de televisión. Pero, ¿qué tanta realidad hay en ella, hasta dónde las imágenes que miles de personas ven pueden ser comparadas con la realidad que allí se vivió, la realidad es superior a la ficción, cómo lograron sobrevivir cientos de personas a ese horror, la despenalización o legalización es el camino?

Estas y otras preguntas fueron discutidas y analizadas el pasado domingo 28 de abril en  en la sala Jorge Isaacs de la Feria Internacional del Libro de Bogotá en el conversatorio: El Bronx, de la realidad a la ficción realizado por el autor de la investigación y con la participación de la psicóloga Adriana Beltrán.

En el libro, que fue finalista del Premio CPB 2017, se expone de manera real, cruda y directa lo que ocurrió en este lugar de Bogotá, narrado por sus propios protagonistas. Un conversatorio que llevó a los asistentes a conocer de primera mano porque Viví en el Bronx, es un verdadero descenso a las bajas pasiones del ser humano.

El Espectador en la FILBo: Con La Pulla llegó la hora del periodismo viscera

30 Abril 2019.

Juan Carlos Rincón y María Paulina Baena hablaron sobre el nacimiento y el día a día en la elaboración del formato de opinión que completa tres años.

La pulla lleva tres años influyendo en la opinión pública.
Tomada de : El Espectador.

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Los peligros de las redes sociales

29 de abril 2019.

NUEVA YORK — Somos una sociedad de lectores. La mayoría de nosotros suele leer algo todos los días: un libro, tuits, un artículo, un mensaje de texto. En el subte o en la calle es frecuente ver a alguien inmerso en un texto. Hay, sin embargo, una diferencia vital entre los lectores de este siglo y los del siglo pasado. Y no es el soporte —la edición impresa del periódico, el Kindle o la pantalla del celular—. El cambio es acaso menos obvio, pero sí decisivo, y ha sido provocado por la irrupción de las redes sociales, los epicentros de la información inmediata e incesante. Ahí, los textos que se leen de manera cotidiana son breves, fugaces y muchas veces impulsados más por el arrebato que por el razonamiento.

Tomado de: New York Times.

Los textos más pausados y pensados, también a menudo más extensos —en los que una tesis se desdobla en párrafos argumentales, ejemplos, estudios, consecuencias lógicas y conclusiones—, no son frecuentes en Twitter y Facebook. Ni los límites de extensión en la primera ni la dinámica en ambas lo permiten.

Y es que las redes obedecen a una lógica de la ocurrencia y no a una de debate sustancial. Hay una paciencia en el desarrollo de los textos de largo aliento (no todos y no siempre) que implica un valioso ejercicio intelectual que corre el riesgo de perderse con la brevedad ingeniosa y la inmediatez que recompensan las redes sociales.

Este no es, o no quiere ser, un lamento nostálgico por el pasado, pero sí un llamado de atención sobre los riesgos que entrañan las formas de comunicación que caracterizan nuestro siglo: la brevedad y la falta de argumentación puede reducir la conversación a una frase tuiteable. ¿Qué peligros hay en una sociedad de lectores de formas tan sucintas, a menudo vehementes y generalmente escasas de argumentos y datos verificados? Los 280 caracteres que permiten los tuits pueden simplificar la complejidad de una reflexión y, por lo tanto, empobrecer el debate público.

Maryanne Wolf, en Reader, Come Home, su estudio reciente sobre la evolución del cerebro del lector en el mundo digital, advierte que las nuevas generaciones de lectores podrían estar atrofiando los procesos cerebrales ligados a leer: capacidad crítica, empatía, reflexión. Esto produce, inevitablemente, un efecto adverso en las sociedades democráticas.

El peligro no es tuitear o leer mensajes de texto, sino reducir nuestra dieta como lectores a los mensajes de las redes sociales. Y ese riesgo no es menor: con ciudadanos menos diestros en la reflexión sustancial se abre el camino a perder la capacidad crítica y la empatía de la que habla Wolf.

Las reglas retóricas en las redes han masificado una tendencia preocupante: el desarrollo de argumentos remplazado por el filo de la condensación, frases muchas veces ingeniosas pero casi siempre vacías o triviales. Si bien ciertas formas literarias —el aforismo, el haiku, el refrán— comparten la forma sucinta, buena parte de los tuits son exabruptos vehementes, públicos y muchas veces anónimos. Es lo que William Shakespeare llamó “el relato de un necio, lleno de sonido y furia, pero sin significado”.

Este fenómeno entraña un fenómeno que debe alertarnos: el prestigio de la labor intelectual se ha erosionado y se ha tendido a desdeñar los ejercicios que implican pensar y argumentar. Ese es justamente el recurso de algunos mandatarios como Donald Trump, Andrés Manuel López Obrador o Jair Bolsonaro. Estos políticos han sabido entender bien la dinámica del lenguaje de las redes: menos propuestas estructurales y más declaraciones lapidarias. Sus discursos incitan a la reacción irreflexiva y visceral de los ciudadanos y menosprecian la labor analítica de sus críticos, a los que llaman “fifís” o “enemigos del pueblo”. Estos gobernantes populistas se benefician del empobrecimiento del debate público que las redes facilitan: la crítica se debilita, el debate se dispersa. Como el eslogan del franquismo: “¡Muera la inteligencia, viva la muerte!”.

CreditCarolyn Kaster/Associated Press

Esa guerra contra el conocimiento del populismo 2.0 es la que debe mantenernos en guardia como ciudadanos. La salud de las democracias depende en buena medida de la transparencia y disponibilidad de la información, y de la capacidad de los ciudadanos para entenderla y analizarla. Cuando el consumo total de lectura de una sociedad se restringe a frases cortas que circulan por Twitter —cuya eficacia depende no del análisis o veracidad, sino de su ingenio—, esa sociedad se condena no solo a la tiranía de lo superfluo, sino a la del autoritarismo.

Wolf cita al filósofo canadiense Charles Taylor en las conclusiones de su ensayo y advierte que “poseer un lenguaje implica estar continuamente tratando de extender sus poderes de articulación”. Las redes sociales permiten una distribución de la palabra más veloz y eficaz que nunca, pero al mismo tiempo debilitan esos poderes del lenguaje.

En una milagrosa tarde de hace al menos cinco mil años, en cierta región de la antigua Mesopotamia, algún antepasado nos otorgó un instrumento que nos permite convertir nuestras palabras en presencias materiales. Los inventores del arte de la escritura fueron los contables; su propósito era asentar una transacción comercial, la compra o venta de ganado, por ejemplo. Pero muy pronto descubrimos que este invento otorgaba poder a ciertos individuos privilegiados: poder de testimoniar, de argumentar, de convencer y también de mentir.

Al mismo tiempo que la escritura se convirtió en instrumento que funcionaba tanto para informar como para engañar, confirió poder a los contestatarios, críticos e inconformes. Hasta fines del siglo XX, las grandes revoluciones se producían a partir de un libro que argumentaba la necesidad de un cambio. El manifiesto comunista de Karl Marx y Friedrich Engels y La cabaña del tío Tom de Harriet Beecher Stowe, entre muchos otros, fomentaron la ruptura del statu quo y llevaron a transformaciones radicales de la sociedad. Estos libros instaron a sus lectores a la reflexión y también a la acción.

Quizás por ello, para impedir posibles brotes revolucionarios, los potentados blancos del sur de Estados Unidos prohibieron a los esclavos aprender a leer. Así de disruptiva es la acción de leer. Aunque en las sociedades occidentales actuales no hay prohibiciones a la lectura, las redes pueden jugar ese papel limitador: al favorecer la concesión y la fugacidad, nuestras maneras de argumentar se sesgan.

Esto no significa que los textos electrónicos no puedan ser utilizados con fines creativos o loables. Las redes sociales han sido una plataforma magnífica para hacer más visibles los activismos medioambientales y sociales. Y en el campo literario, Margaret Atwood inventó en Twitter una forma poética inspirada en los haikus japoneses. No es un asunto maniqueo, las redes pueden ser benéficas en muchos sentidos, pero irreversiblemente empobrecedoras en otros.

La solución no pasa por dejar de informarnos por Twitter o Facebook, pero sí por retomar la lectura: leer ficción, leer periodismo, leer más. Pero no solo eso: debemos evitar la tentación de reproducir la dinámica de las redes sociales que funciona a partir de la indignación y el instinto en los debates de nuestra vida política, económica y social. No debemos replicar los modos de Twitter en nuestra interacción con la realidad. Por el bien de nuestras democracias debemos recuperar los beneficios de la lectura extensa y meditada.

“Este es un gremio muy arrogante, los periodistas no somos muy dados a hacer autocríticas”: Yolanda Ruiz

29 de abril 2019.

La directora de RCN Radio hace memoria de sus casi 30 años de reportera y publica el libro ‘En el filo de la navaja’ del que conversó con Óscar Ritoré.

Tomado de: Las 2 Orillas. Leer Más

Arranca alianza ente KienyKe.com y The New York Times

29 de abril 2019.

Apartir del 29 de abril, los colombianos podrán leer y disfrutar artículos y multimedia de The New York Times International Weekly en el medio nativo digital Kienyke.com.

Tomado de: Kien y Ke. Leer Más

Los 10 grandes empresarios que han sobrevivido con Chávez y Maduro

29 de abril 2019.

Reconocidas multinacionales como Coca-cola, McDonalds, General Motors partieron, mientras tradicionales millonarios venezolanos han aguantado y siguen produciendo.

Tomado de: Las 2 Orillas.

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Propondrán fórmula para proteger la extradición en la JEP
29 de abril 2019.
Foto: Yomaira Grandett.

Una fórmula que propondrá este lunes el Partido Liberal en el Senado podría ser el camino que deje a salvo el mecanismos de la extradición en la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), pero sin aceptar las objeciones presidenciales a la ley estatutaria del modelo de juzgamiento para los excombatientes.

Tomado de: El Tiempo. Leer Más

Reporteros sin Fronteras pide a la ONU apertura en favor de medios taiwaneses

La Isla tiene el mejor índice de libertad de prensa en Asia, mientras el de China empeora, advierte Reporteros sin Fronteras.

La organización Reporteros sin Fronteras (RSF) de nuevo reitera su solicitud a  la ONU para que facilite el cubrimiento de sus eventos a los medios de comunicación de Taiwán y a sus periodistas, y que ahora hagan parte del cubrimiento  durante la versión número 72 de la Asamblea Mundial de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en Ginebra, a fines de este mayo.

Otros eventos cercanos que RSF incluye en su petición son: la 74ª Asamblea General anual de ONU, del 7 al 30 de septiembre en Nueva York y la 40ª Asamblea de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) del 24 de septiembre al 4 de octubre en Montreal.

Dijo Reporteros sin Fronteras que la ONU ha accedido a las presiones de China para que no acepte a los medios y periodistas de Taiwán, dado que la Isla y su pasaporte no son reconocidos.

«La prohibición actual contradice el derecho fundamental a la información gratuita establecida en el Artículo 19 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos», dijo Christophe Deloire, secretario general de RSF. «Acreditar a periodistas y medios de buena fe no es un movimiento político y no debe depender de su nacionalidad o del origen geográfico  que representan», agregó.

En mayo de 2018, a los periodistas taiwaneses se les negó por segundo año consecutivo la acreditación para cubrir la Asamblea Mundial de la Salud organizada en Ginebra. Lo mismo ocurrió durante la Asamblea trienal de 2016 organizada por la OACI.

Taiwán se encuentra actualmente en el puesto 42 (el más alto de Asia), en el Índice Mundial de Libertad de Prensa de Reporteros sin Fronteras 2018; China cae al 176, con más de 65 periodistas y ciudadanos periodistas en sus cárceles, señala RSF.

EL PLANTEAMIENTO DE TAIPEI

Para el Gobierno de Taiwán, “el principio de universalidad de derechos humanos consagra trato indistinto a todo ser humano en sus derechos fundamentales, como lo es la Libertad de Información, sea por su nacionalidad, lugar de residencia, sexo, origen nacional o étnico, entre otros”.

“La verdad no tiene refutación. Tratar de bloquear a los 23 millones de habitantes de Taiwán de informar o informarse está en contra de la universalidad de derechos fundamentales de cualquier ser humano”.

TAIWÁN, A LA VANGUARDIA EN EL MUNDO

Taiwán cuenta con 23.5 millones de habitantes. Ocupa el segundo lugar en Asia, entre los cuatro tigres asiáticos: Singapur, Corea del Sur, Hong Kong y Taiwán,  y el número 24 en el Mundo, en cuanto a desarrollo humano, según lo ha reconocido la ONU en su Informe sobre Desarrollo Humano.

Según el Informe de Felicidad Mundial 2018  que publica la Red de Soluciones para el Desarrollo Sostenible, Taiwán tiene el lugar número 26 entre los países más felices en el mundo y el primero en Asia del Este. Este informe cubre a 156 países y comprende factores como expectativa de vida saludable, ingresos, libertades, respaldo social y corrupción. Los finlandeses son los más felices y los chinos continentales tienen el puesto número 86.

En 2018  el PIB de Taiwán  llegó a US $ 569.375M, siendo la economía número 21 en el mundo. Su PIB per cápita es de US $ 24.155, el número 38 en el mundo.

En 2017 sus exportaciones totalizaron US $ 320.142M, significando 55.14 % de su PIB. Dedica más del 3 % de su PIB a inversiones en investigación y desarrollo. Está en el lugar número 13 del ranking Doing Business, que clasifica a los países según la facilidad para hacer negocios. En el ranking de competitividad mundial tienen el lugar número 13.

La tasa de alfabetización para los hombres es del 99,7 % y para las mujeres del 97,3 %.  La expectativa de vida para ellos es de 77 años y para ellas de 83,5 años. Los taiwaneses tienen un bajo nivel de percepción de corrupción gubernamental.

El CPB rechaza actos vandálicos en marcha de este jueves

Foto: Twitter @luisperez0929.

El CPB apoya la marcha pacífica, pero rechaza los actos de violencia como los ocurridos este jueves contra reporteros gráficos. Es un atentado contra la libertad de prensa. Condena el vandalismo contra la Catedral Primada de Colombia y pide identificar a los responsables.

Vándalos atacaron con piedras la Catedral Primada de Bogotá

Justo cuando los manifestantes se concentraban en la Plaza de Bolívar de Bogotá para terminar las movilizaciones de centrales obreras, el gremio del magisterio, estudiantes y sindicatos, varios vándalos usaron piedras para atacar la Catedral Primada, luego arrancaron las polisombras que protegían la edificación y las incendiaron.

Tomado de: El Tiempo. Leer Más