Crculo de Periodistas de Bogot

Archivos enero 2020

BRASIL | RSF: «La acusación contra el periodista de investigación Glenn Greenwal es una represalia injustificada”

28 enero 2020 –

Foto: Pixabay –

Tomado de: RSF.

La Fiscalía Federal de Brasil ha acusado formalmente al periodista de investigación estadounidense Glenn Greenwald de haber «ayudado, alentado y guiado» a un grupo de piratas informáticos que supuestamente le proporcionaron información comprometedora sobre el poder brasileño. RSF denuncia que se trata de acusaciones injustificadas.

El 21 de enero, la Fiscalía acusó a siete personas como parte de la investigación sobre el pirateo de teléfonos móviles de altos funcionarios brasileños en 2019. Entre los acusados figura el periodista estadounidense Glenn Greenwald, residente en Brasil y cofundador del diario digital The Intercept Brasil.

El fiscal federal Wellington Oliveira considera que el periodista «ayudó, alentó y guió» a un grupo de seis hackers informáticos para que borrasen los mensajes que le habían transmitido, a fin de que no se le pudiera vincular con la obtención ilegal de datos. Esta acusación se basa en una conversación entre el periodista y uno de los piratas informáticos, cuyo contenido fue encontrado en un ordenador incautado por la policía.

Esta misma conversación había llevado previamente a la policía federal a concluir, en un informe publicado en diciembre de 2019, que el periodista había adoptado «una postura cautelosa y distante en relación con la comisión del pirateo». A principios de agosto, una decisión de la Corte Suprema de Brasil también reafirmó el derecho constitucional a la protección de las fuentes.

«Las acusaciones presentadas contra el periodista Glenn Greenwald son absurdas, injustificadas y van en contra de las opiniones ya formuladas», denuncia la oficina de RSF en América Latina. “El fiscal federal se basa en una conversación en la que el periodista simplemente se preocupaba por preservar el anonimato de sus fuentes, como haría cualquier profesional de las noticias. Es claramente una represalia contra el trabajo del equipo de The Intercept Brasil que reveló fallas en el poder judicial y político en Brasil».

Desde junio de 2019, The Intercept Brasil ha venido publicando una serie de informaciones en las que revela serias irregularidades en la investigación por anticorrupción en el caso «Lava Jato». Los artículos exponen intercambios privados entre varios fiscales y miembros del poder judicial obtenidos a través de una fuente anónima citada por Glenn Greenwald. Los mensajes desvelan con claridad la connivencia entre el ex juez y actual Ministro de Justicia, Sérgio Moro, el fiscal principal a cargo del caso «Lava Jato», y todos los equipos a cargo de las investigaciones.

Estas publicaciones provocaron ataques contra Glenn Greenwald, su familia y sus compañeros de trabajo, en especial periodistas en The Intercept Brasil. El presidente Jair Bolsonaro dijo el 27 de julio de 2019 que el periodista podría «ser encarcelado».

Las tensiones entre periodismo y ‘blockchain’

28 enero 2020 –

Foto: Shutterstock.

Tomado de: La Vanguardia.

La cadena de bloques (blockchain) es la tecnología de la cuarta revolución industrial que suscita más recelos entre expertos y profesionales de múltiples sectores. Probablemente porque es uno de los sistemas más difíciles de entender. El periodismo ha sido una de las actividades más cuestionadas en las últimas décadas. En poco tiempo ha tenido que afrontar una profunda crisis económica y otra, igualmente grave, de credibilidad. Por estas dos razones, la alianza de ambos elementos ha generado un debate más animado que productivo entre los profesionales de los medios de comunicación.

El término blockchain se emplea para referirse a un registro descentralizado de criptomonedas como el bitcoin o ether. Y a una red de computadoras que operan de igual a igual. O a una base de datos inmutable. Por separado, estas ideas pueden comprenderse con relativa facilidad. Pero la superposición de funciones complica la definición, como han explicado los analistas Arvind Narayanan y Jeremy Clark y también los investigadores Gili Vidan y Vili Lehdonvirta en un artículo de la revista científica New Media Society.

 

A partir de esta ambigüedad, las empresas periodísticas supuestamente pueden valerse del blockchain para encontrar un nuevo método de verificación de contenidos y de publicidad. O tal vez para dar con modelos de negocio que descansen sobre pagos virtuales, o para garantizar el acceso a información pública archivada según este modelo, como subraya otro experto, John Keefe, en el prestigioso portal especializado Nieman Lab, de la fundación homónima, dentro de la Universidad de Harvard (Estados Unidos). No obstante, numerosos observadores, como Narayanan y Clark, aclaran que, en este campo, la teoría está muy por encima de la práctica.

Esta tecnología, pensada para almacenar datos de manera segura, agrupa el material en paquetes que se ordenan estrictamente. De este modo, los usuarios pueden ver cómo ha sido estructurada la información y si alguien ha intentado reorganizarla o eliminarla. Para los profesores Michael Noferl, Peter Gomber, Oliver Hinz y Dirk Schiereck, el blockchain aporta estabilidad a la vida digital, protegiendo el contenido, a pesar de que se acumulen versiones e interacciones de los miembros de una comunidad. Ellos expusieron esta visión en 2017 en la publicación Business Information Systems Engineering tras la interpretación entusiasta de sus colegas Wessel Reijers, Fiachra O’Brolchain y Paul Haynes, que un año antes equipararon el blockchain a un “contrato social”.

 

 

Pocos meses después, las dudas pesaban más que las expectativas. En cualquier caso, el planteamiento parecía idóneo para el periodismo, e iniciativas como Po.et, AdChain o SocialFlow se habían lanzado a explorar esa vía. Sin embargo, su ejemplo no cundía como se esperaba. Además, ninguna organización de referencia internacional apostaba con convicción por esta innovación, como sí habían hecho con la inteligencia artificial, el aprendizaje automático, la ciencia de los datos, la robótica, la internet de las cosas, los wearables, la computación en la nube o los drones.

En el presente, quienes defienden el blockchain para el periodismo dicen que, con esta fórmula, es posible implementar soluciones para los micropagos, validar como es debido los derechos de autor de reporteros y colaboradores y hacer un seguimiento correcto de la publicidad digital. Las grandes incógnitas que permanecen abiertas afectan a las jerarquías y responsabilidades establecidas en los medios y a la transparencia en el contacto con fuentes y actores de la actualidad.

 

 

“Fármacos como la rapamicina ayudarán a vivir más de 100 años”

28 enero 2020 –

Foto: INSTITUTO WHITEHEAD / MIT.

Tomado de: El País (España) –

El científico estadounidense investiga el mecanismo de acción de una molécula antitumoral que promete alargar la vida de los seres humanos.

Cuenta el biólogo David Sabatini que, cuando aterrizó por primera vez en la remota Isla de Pascua (Chile), le pareció “un lugar mágico”. Allí, en las bacterias del suelo sobre el que se alzan los célebres moáis, una expedición científica identificó en 1975 una molécula desconocida hasta entonces, la rapamicina, bautizada así por el nombre nativo de la isla: Rapa Nui. Muy pronto quedó claro que aquella molécula era excepcional: inhibía el crecimiento de algunos tumores, combatía los hongos y evitaba el rechazo de órganos trasplantados. Hace una década, científicos de EE UU administraron rapamicina a ratones. Y los roedores vivieron el equivalente a 10 años humanos más.

Sabatini, nacido en Nueva York en 1968, se crió en una familia de científicos argentinos emigrados a EE UU. Cuando apenas tenía 25 años, se preguntó cuál sería el mecanismo de acción de la aparentemente milagrosa rapamicina y lo descubrió. La molécula inhibía en las células la proteína mTOR, una especie de interruptor que, en condiciones normales, se activa cuando hay nutrientes y permite el crecimiento celular. Hasta el 60% de los tumores malignos tiene su origen en la acción aberrante de este interruptor, según el biólogo, del Instituto Tecnológico de Massachusetts. La semana pasada, Sabatini y su colega Michael Hall ganaron por estos trabajos el Premio Fronteras del Conocimiento de la Fundación BBVA, dotado con 400.000 euros.

Pregunta. Muchas veces la prensa habla de la rapamicina como «la molécula milagrosa». ¿Es mucho decir?

Respuesta. No sé si milagrosa, pero yo creo que la rapamicina es una de las moléculas más interesantes que existen. Tiene propiedades clínicas y ya se usa en medicina, porque está aprobada para muchas indicaciones y posiblemente se añadirán más, como el envejecimiento. También tiene conexiones culturales interesantes, porque viene de la Isla de Pascua, la Rapa Nui. Es una molécula que tiene muchas dimensiones interesantes. Y si uno mira la literatura científica, parece que hace de todo, parece un milagro. Vamos a ver si es cierto.

P. ¿Para qué indicaciones ya está aprobada la rapamicina?

R. Hay varias moléculas que son un poco diferentes, pero en esencia son rapamicina. Una indicación para ellas es la inmunosupresión [la inhibición de las defensas de una persona para evitar el rechazo de un órgano trasplantado]. Otra, en cardiología, para prevenir la reestenosis [el cierre de una arteria]. Y también contra algunos tumores, en particular contra el cáncer de riñón y algunos tipos de cáncer de mama. También se utiliza en diferentes patologías relacionadas con el sistema inmunitario. La rapamicina tiene grandes posibilidades. El gran desafío es cómo usarla para hacer el bien y al mismo tiempo no hacer daño, porque obviamente la proteína mTOR tiene otras funciones importantes. Ahí está el campo ahora: en cómo encontrar ese equilibrio.

P. Usted habla de aplicaciones futuras de la rapamicina. ¿Cuáles?

R. Yo creo que habrá algo, seguro, para ralentizar el deterioro asociado a la vejez. También creo que habrá implicaciones en el sistema nervioso, porque algunas epilepsias están causadas por mutaciones y la activación de la mTOR. Creo que esas serán las primeras aplicaciones. Creo que con el tiempo sabremos cómo mandar moléculas como la rapamicina a tejidos concretos. Y eso va a abrir muchas otras posibilidades: por ejemplo, dirigirse a algunas enfermedades de los músculos, como el deterioro asociado a la vejez.

P. Algunos expertos, como el médico israelí Nir Barzilai, creen que las enfermedades asociadas al envejecimiento —el cáncer, el alzhéimer, los problemas cardiovasculares— se podrían retrasar en bloque. ¿Usted qué opina?

R. Yo creo que sí. Y creo que la rapamicina es una de las mejores candidatas que existen.

P. ¿Para frenar el cáncer, el alzhéimer y todo a la vez?

R. Para ralentizar, no para frenarlo por completo. Ahora vemos que muchas de estas enfermedades de la vejez tienen algunos mecanismos en común, como el deterioro del sistema inmunológico. Moléculas como la rapamicina, que pueden prevenir esos procesos, van a tener posiblemente un impacto en muchas enfermedades. En animales se ve, pero hay que ver cómo se traduce eso a humanos. En particular, a humanos que ya viven una vida saludable, que no comen demasiado, que hacen ejercicio. Vamos a ver si la rapamicina también ayuda a esa gente.

«Creo que la rapamicina es una de las mejores candidatas [para ralentizar las enfermedades asociadas al envejecimiento]»

P. ¿Cómo debería ser un ensayo clínico para demostrar que la rapamicina ralentiza el envejecimiento, el cáncer, el alzhéimer?

R. Yo no soy ningún experto en ensayos clínicos, pero tendrían que ser muchos participantes y durante mucho tiempo. No hay ninguna solución rápida para esto. Creo que, poco a poco, se van a ir aprobando indicaciones más pequeñas y desde ahí se va a expandir gradualmente para otras indicaciones.

P. Hace una década, el equipo de los científicos estadounidenses David Harrison y Richard Miller publicó un estudio en el que demostraban que la rapamicina aumentaba la esperanza de vida de los ratones. El equivalente humano sería vivir unos 100 años en promedio.

R. Sí, pero los ratones viven en jaulas chiquitas, estarán un poco deprimidos. Yo creo que aquella investigación fue fundamental. Fue la que llevó el campo de la rapamicina al público. Fue el punto de inflexión. Pero creo que el ensayo más importante ahora es el que está llevando a cabo Matt Kaeberlein con perros en Estados Unidos. Lo que es lindo es que los perros son muy diferentes, viven en casas diferentes, comen diferentes cosas, hacen diferentes ejercicios. Yo creo que, si vemos un efecto de la rapamicina ahí, será un triunfo enorme, porque no hay ningún animal con un estilo de vida más cercano al humano que el perro. Vamos a ver qué pasa.

P. ¿Cree que en un futuro viviremos más de 100 años gracias a la rapamicina?

R. Yo creo que gracias a la medicina, a una mejor alimentación, al ejercicio y a fármacos como la rapamicina.

P. El efecto de la rapamicina sería similar al de la restricción calórica. ¿Por qué comer menos alarga la vida?

R. No se sabe bien. Con la restricción calórica, obviamente, uno baja los nutrientes. Y entonces la proteína mTOR se inhibe. La otra manera de inhibir mTOR es usar la rapamicina. ¿Por qué la restricción calórica alarga la vida? Es una pregunta muy interesante. Probablemente, porque el organismo detecta que las condiciones no están bien y pone un poco de pausa, para sobrevivir a esas condiciones hasta que mejoren. Yo creo que esa es la razón un poco más filosófica. A nivel molecular, hay muchas razones, pero una de las principales es que se aumenta un proceso llamado autofagia [el sistema de reciclaje mediante el cual una célula destruye sustancias nocivas y aprovecha sus componentes].

P. ¿Usted ha pensado en tomar rapamicina?

R. Tengo muchos amigos que toman rapamicina, pero yo no me lo he planteado. Por ahora, no. Hago otras cosas, como el ayuno. No como durante un tiempo. Trato de no desayunar, por ejemplo. Posiblemente, pronto aparecerán nuevas versiones de la rapamicina. Veremos. Pero sí es cierto que tengo varios amigos que la toman y están bien.

P. Pero la toman de manera no legal [todavía es necesario descartar posibles efectos nocivos de la molécula].

R. La toman off-label [para una indicación no aprobada en la ficha técnica del fármaco]. Se puede comprar para indicaciones como la inmunosupresión, no hay nada ilegal.

P. ¿Pero usted recomienda que la gente consuma rapamicina?

R. No. Yo creo que nos falta información por ahora. Quiero ver lo que pasa con este ensayo clínico con perros. Va a ser muy interesante.

Coronavirus de Wuhan: ¿cuál es la diferencia entre pandemia, epidemia y una infección endémica?

28 enero 2020 –

Foto: AFP.

Tomado de: BBC.

Ciudades completas bloqueadas, cientos de supermercados desabastecidos y largas filas de personas esperando comprar medicamentos y mascarillas en las farmacias.

Ese es el panorama que el brote del coronavirus de Wuhan dejó en la provincia china de Hubei, donde surgió el brote infeccioso que ya provocó decenas de muertes y afectó a miles de personas.

Las autoridades sanitarias en distintas partes del mundo han alertado de la necesidad de hacer controles y de mantener una buena higiene entre la población para evitar que esta desconocida enfermedad continúe transmitiéndose.

Pareja de chinos con mascarilla
REUTERS – Organismos de salud vigilan la evolución del coronavirus ante el temor de que pueda convertirse en una pandemia mundial.

Y es que en menos de dos meses la «neumonía de Wuhan» se ha propagado rápidamente, no solo en el interior de China sino también a otros países como Japón, Tailandia y Estados Unidos.

Ante estos acontecimientos, organismos de salud vigilan la evolución del coronavirus ante el temor de que pueda convertirse en una pandemia mundial.

Pero ¿qué es una pandemia y cuál es la diferencia con una epidemia y una infección endémica?

¿Qué es un virus y cómo se propaga?

Comencemos por el principio: un virus es una colección pequeña de proteínas y material genético.

Persona se lava las manos
GETTY IMAGES – Los especialistas coinciden en que una buena higiene es mucho más efectiva que el uso de mascarillas para prevenir la transmisión de virus.

Hay muchísimos virus en el mundo. Un ejemplo, y que contagia a muchas personas cada año, es el de la influenza o gripe.

En Reino Unido, por ejemplo, puede afectar a alrededor del 10 o 20% de su población cada año.

La gripe se propaga cuando la gente estornuda o tose. El virus se transmite entre personas o mediante sustancias infectadas como los mocos.

Pero otros virus se pueden propagar mediante contacto directo cuando las personas se abrazan o besan, y hay otros que se transmiten por contacto sexual como es el caso del VIH.

¿Epidemia, pandemia o endemia?

Rosalind Eggo, académica especialista en enfermedades infecciosas en la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres, le explicó a la BBC las diferencias entre epidemia, pandemia y endemia.

«La infección endémica está presente en una zona de manera permanente, en todo momento durante años y años», dice la experta.

Un ejemplo podría ser la varicela en muchos países, donde se registran casos todos los años. O la malaria, que en partes de África es una infección endémica.

Una niña enferma en una cama y un termómetro marcando una temperatura alta.
GETTY IMAGES – La malaria en un ejemplo de infección endémica en algunas zonas de África.

Por otra parte, una epidemia es «un aumento de casos seguido de un punto máximo y, luego, una disminución«.

Es lo que ocurre en los países donde se registran epidemias de gripe cada año: en otoño e invierno aumentan los casos, se llega a un máximo de infecciones y después disminuye.

Por último, la pandemia es una epidemia que ocurre «en todo el mundo más o menos al mismo tiempo».

Eggo recuerda la influenza que comenzó en México en 2009 y que después llegó a todo el mundo, fue una pandemia de gripe.

¿Estamos preparados ante una posible pandemia?

La experta recuerda que la mayor movilidad y el número de viajes en aumento que se realizan en todo el planeta son la principal causa de que se pueda desatar una hipotética pandemia.

Cómo funcionan las vacunas

«La gente seguirá viajando por todo el mundo y si la infección puede sobrevivir en los lugares a los que llega, entonces tendremos una pandemia», dice.

Eggo destaca el papel vital que las vacunas realizan a la hora de hacer frente a enfermedades.

«Las vacunas permiten que nuestros cuerpos vean cómo es un virus o una bacteria, antes de conocerlo de verdad. Si nos encontramos con ese virus o esa bacteria, nuestros cuerpos pueden responder de manera rápida y sólida», asegura.

Entonces, ¿sabríamos reaccionar ante una nueva pandemia?

«El mundo está más preparado que nunca. Y los científicos, los países, las agencias de salud pública como la OMS, trabajan en estrecha colaboración para garantizar que estemos lo más preparados posible si hay una nueva pandemia», concluye Eggo.

Cómo el polen se convirtió en una herramienta para resolver crímenes

28 enero 2020 –

Foto: PATRICIA WILTSHIRE.

Tomado de: BBC.

La profesora Patricia Wiltshire es una lasprincipales ecólogas forenses del mundo, ha ayudado a fuerzas de la policía en varios países a resolver crímenes y sus conocimientos sobre el polen han sido fundamentales en unas 300 investigaciones.

Tal como le contó a la BBC, su interés por la botánica comenzó durante su infancia en Gales.

Patricia Wiltshire, que ahora tiene 77 años, recuerda con cariño las caminatas que hacía con su abuela, Vera May Tiley, gracias a las cuales conoció el mundo de la naturaleza.

«Vivíamos en un pequeño pueblo minero, en Cefn Fforest, cerca de Blackwood, en el sur de Gales.

«Íbamos a caminar y (mi abuela) me mostraba los nidos de los aves, los insectos y plantas que podíamos comer, como el espino y el ajo de oso (llium ursinum)».

«Ella también era una buena jardinera, apasionada por proteger sus plantas de las plagas, así que aprendí sobre las enfermedades de estas y sobre cómo cultivar alimentos», cuenta.

Prof Wiltshire
PATRICIA WILTSHIRE – Patricia Wiltshire durante su primer año en la escuela primaria en 1953.

El interés de Wiltshire en las plantas aumentó aún más después de un accidente que tuvo cuando era pequeña.

«Cuando tenía siete años decidí asustar a mi madre saltando sobre ella, pero no me di cuenta de que llevaba un sartén con aceite caliente», recuerda.

«Sufrí quemaduras graves y tuve que pasar dos años cubierta de vendas», explica.

«También me enfermé de neumonía, sarampión, tosferina y bronquitis, lo que me dejó con un problema de tos crónica».

«Falté mucho a la escuela pero tenía mis enciclopedias, las cuales eran mi alegría».

A pesar de su naciente interés por las plantas y la botánica, Wiltshire no pensó en hacer de ellas su profesión.

Lo que hizo, a los 17 años, fue mudarse a Londres y empezar a trabajar como empleada pública.

Durante la siguiente década, Wiltshire se formó como técnica de laboratorio médico en el Hospital de Charing Cross, y aprendió histología (la rama de la biología que estudia la composición y estructura de los tejidos orgánicos), bacteriología, y bioquímica (los procesos químicos de los organismos vivos).

Kew
PATRICIA WILTSHIRE – Patricia Wiltshire revisando material de referencia en el herbario de los Jardínes Botánicos de Kew en Londres.

Posteriormente cursó la licenciatura en botánica y se convirtió en profesora y experta en palinología, el estudio del polen y las esporas.

El polen y las esporas pueden durar millones de años en las condiciones correctas, incluso sobre la superficie de la tierra y la vegetación.

Así que Wiltshire comenzó a especializarse en sitios arqueológicos, tomando muestras de la tierra y recreando el ambiente en y alrededor de los antiguos sitios romanos como la Muralla de Adriano en el norte de Inglaterra y Pompeya en Italia.

Abeja con polen en las patas
GETTY IMAGES – El polen pueden durar millones de años en las condiciones correctas.

El momento «eureka»

Pero en 1994, ya en su cincuentena, recibió una llamada que cambió el curso de su carrera.

Era de un oficial de policía en Hertfordshire, Inglaterra, preguntándole si podía ayudarlo con la investigación de un asesinato.

Un cuerpo carbonizado había sido abandonado en una zanja y se veían marcas de llantas en el campo contiguo.

La policía quería saber si un coche que le pertenecía a uno de sus sospechosos había estado presente en ese terreno.

«Nunca había hecho nada como eso antes, pero analicé todo en el coche y encontré polen en los pedales y en el espacio para las piernas que correspondía al polen del borde de un campo agrícola», cuenta la profesora.

«Cuando el policía me llevó a la escena del crimen, pude identificar el punto exacto donde el cuerpo había sido abandonado por el tipo de flores que había en esa sección de la zanja».

«Fue un momento eureka para mí porque nunca pensé que esto pudiera ser tan específico», agrega.

Prof Wiltshire
PATRICIA WILSHIRE – Patricia Wiltshire ha trabajado en casos alrededor del mundo.

A pesar de su propio escepticismo inicial sobre la ecología forense, la profesora comenzó a trabajar en cada vez más casos.

En 2002, ayudó a la policía a reunir evidencia para el caso de dos niñas asesinadas, Holly Wells y Jessica Chapman, en Soham, Inglaterra.

La policía había descubierto sus cuerpos en una zanja, pero quería establecer el camino que el asesino había seguido.

Wiltshire fue capaz de lograrlo analizando la regeneración de plantas pisoteadas que conducían a la zanja.

La policía después condujo una búsqueda detallada de la ruta de la profesora y encontraron un cabello de Jessica en una rama.

Wiltshire subsecuentemente presentó evidencia en el juicio de Ian Huntley, quien fue condenado por el asesinato de las dos niñas de 10 años.

Prof Wiltshire
PATRICA WILTSHIRE – Patricia Wiltshire estudiando muestras de hongos.

No es el único caso de alto perfil en el que ha trabajado en Inglaterra, Gales y otros países.

«En 2005 me llamaron a New Tredegar, en el valle de Rhymney», en Gales.

«Dos hombres había matado a patadas a un tercero y después abandonaron su cuerpo sobre helechos», recuerda.

«A los días regresaron a quemarlo, pero la gente vio el humo y llamó a la policía».

«Después arrestaron a los dos hombres y querían que yo descubriera si ellos habían estado en ese lugar».

Wiltshire comparó el polen de los zapatos de los hombres al de la escena del crimen, pero se sorprendió cuando vio que el polen no era del tipo que normalmente se encontraba en Gales.

Eventualmente se dio cuenta de que los camiones que pasaban por el camino adyacente transportaban moscas del mantillo de Inglaterra y que habían volado hacia el campo depositando polen y esporas.

El hecho de que el polen había sido ubicado con tanta precisión, y de que era igual al de los sospechosos y de la escena del crimen, llevó a que los dos sujetos confesaran.

Prof Wiltshire
PATRICIA WILTSHIRE analizando un coche quemado.

En otro caso en Bridgend, Gales, un cuerpo quedó abandonado durante mucho tiempo en un terreno mojado y turboso.

Wiltshire posteriormente encontró rastros de polen de nogal en la tierra y en los zapatos de los sospechosos, pero ella sabía que no había nogales cerca de allí.

Sus indagaciones la llevaron a descubrir que un nogal había sido derribado por un granjero hacía 30 años. El polen había quedado en la tierra desde entonces.

Wiltshire, que publicó sus memorias en 2019, dice: «La gente quizás no se da cuenta, pero el polen y las esporas puede decirnos cosas que el ADN y las huellas digitales simplemente no nos dicen».

«El polen no desaparece con el tiempo. Se queda en la ropa y los zapatos de la gente. Si caminas sobre tierra o sobre vegetación, inevitablemente lo recogerás».

Desde su primer caso, Wiltshire ha sido capaz de utilizar una amplia variedad de conocimientos que ha adquirido para desarrollar la ecología forense, la cual ha ayudado a resolver muchos casos con el paso de los años.

«A veces la policía me llama ‘la bruja galesa’ por la forma en la que proceso una cantidad enorme de datos y presento nuevas ideas».

«Pero no es magia, es análisis», dice la experta.

‘La demonización de los periodistas debe terminar’

24 enero 2020 –

Foto: Ian Langsdon / EFE.

Tomado de: El Tiempo.

Los asesinatos de Charlie Hebdo fueron el primer ataque masivo a periodistas en Europa.

En este mismo mes, hace cinco años, Saïd y Chérif Kouachi asaltaron las oficinas parisinas de la revista satírica francesa Charlie Hebdo y, en una pesadilla que duró apenas minutos, mataron a 12 personas. En los días posteriores, millones de personas marcharon en Francia y otras partes para manifestar su solidaridad con los periodistas asesinados.

Para los europeos, los asesinatos de Charlie Hebdo representaron el primer ataque masivo contra periodistas cerca de casa. #JeSuisCharlie (‘Soy Charlie’) se convirtió en uno de los hashtags de Twitter más populares de la historia. La libertad de prensa fue tendencia.

Desde entonces, sin embargo, la lucha para defender la libertad periodística ha decaído, y la movilización pública resultó ser efímera –inclusive en el caso de Charlie Hebdo–. En enero de 2019, el personal de la revista se quejó en un editorial de que la gente ya no quería oír hablar de la masacre. “¡Quizá deberían seguir adelante!”, aparentemente les decían.

Esta indiferencia evidente tiene mucho que ver con lo que muchos creen que representa Charlie Hebdo: la libertad de expresarse de una manera que podría provocar a los demás. Y esta libertad ha estado sometida a una presión cada vez mayor en los últimos cinco años.

En una conferencia de prensa hace dos años, el presidente checo blandió una réplica de un AK-47 inscrita con las palabras ‘para los periodistas’

Esta tendencia queda en evidencia en las respuestas dadas a los periodistas que arrojan luz sobre hechos y opiniones poco populares o inconvenientes. Están expuestos a un aluvión diario de ataques a su integridad, inclusive por parte de importantes líderes políticos.

En Estados Unidos, el presidente Donald Trump en repetidas oportunidades se ha referido a los periodistas que son críticos con él como el “enemigo del pueblo”. Y en una conferencia de prensa hace dos años, el presidente checo blandió una réplica de un AK-47 inscrita con las palabras “para los periodistas”. Al incurrir en este comportamiento, estos y otros líderes normalizan ataques contra los miembros de la prensa.

Y los miembros de la prensa están decididamente bajo ataque. Según Reporteros Sin Fronteras, 49 periodistas en todo el mundo fueron asesinados en 2019 por su trabajo. (El promedio anual para los últimos cinco años es aún más alto: 81).

Además de esto, la cantidad de periodistas que fueron detenidos arbitrariamente aumentó a 389 el año pasado. Las amenazas en las redes sociales, contra periodistas femeninas principalmente, son cosa de todos los días, y a los periodistas se los suele golpear, se los ataca con gases lacrimógenos o se les roban sus equipos.

La violencia contra los periodistas es un ataque a un pilar esencial de la democracia. Y mientras estos ataques continúen, no es “hora de seguir adelante” en absoluto.

Por el contrario, es hora de que los líderes de la Unión Europea despierten y protejan mejor a los periodistas en riesgo. Esfuerzos como la iniciativa PersVeilig en Holanda, en la que la policía, los fiscales públicos, el sindicato de periodistas y los editores colaboran para contrarrestar la violencia contra los periodistas, deberían implementarse en toda Europa.

Los políticos que atacan verbalmente a los periodistas tienen que asumir sus responsabilidades y los medios deberían hacer algo más para mostrar solidaridad con los colegas en otras publicaciones.

En términos más generales, existe una necesidad urgente de una mayor conciencia y una defensa pública más sólida del valor del periodismo para la sociedad. Y en este sentido ha habido ejemplos exitosos en los últimos años.

Los asesinatos de los periodistas Ján Kuciak, en Eslovaquia, y Daphne Caruana Galizia, en Malta, desataron protestas masivas que obligaron a los primeros ministros de estos dos países a renunciar. Por otra parte, la investigación de la relatora especial de las Naciones Unidas Agnès Callamard del asesinato de Jamal Khashoggi, columnista de The Washington Post, sensibilizó a la opinión pública sobre el comportamiento criminal de las autoridades de Arabia Saudita.

Estos casos necesitaban –y recibieron– una atención prolongada. ¿Pero quién ha oído de Norma Sarabia, de México, o de Eduardo Dizon, de las Filipinas, que también pagaron el precio máximo por ejercer su profesión? El periodista nigeriano Jones Abiri fue a prisión por segunda vez el año pasado con cargos inventados, mientras que un fotógrafo nicaragüense recientemente nos dijo que ha dejado de trabajar como periodista por el momento, porque implicaba poner en riesgo su vida todos los días. ¿Quién está defendiendo a estas personas menos conocidas?

El sistema judicial debería asignarle una mayor prioridad a procesar los ataques contra los periodistas, mientras que una serie de resoluciones relevantes adoptadas por la Asamblea General y el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas ha arrojado resultados limitados. Una mejor manera de poner fin a la inacción judicial sería crear una comisión de investigación con mandato internacional, que también allanara el camino para resolver los cientos de casos cerrados de periodistas asesinados por hacer su trabajo.

Decenas de periodistas son asesinados cada año y, en nueve de cada diez casos, los perpetradores caminan en libertad. Mientras exista esta impunidad, vale la pena matar periodistas.

Hace cinco años, todos éramos Charlie. Hoy seamos también los cientos de periodistas que han sido asesinados desde entonces.

Los inversores empiezan a fijarse de nuevo, aunque con timidez, en algunos medios

24 enero 2020 –

La falta de un modelo de negocio en los medios de comunicación, en un contexto de una larga crisis en la industria de los medios, había alejado el interés de los inversores por invertir en periódicos.

Modelos poco sostenibles e inciertos, en una ola en la que parecía que las grandes beneficiadas serían siempre las tecnológicas que median entre el contenido y los lectores, dejaron a la industria de medios fuera del foco de los inversores.

“No, no estamos interesados en invertir en medios”, era la respuesta habitual cuando medios nativos o incluso legacy en dificultades buscaban inversores que les dieran una inyección para poder sobrevivir o ponerse al día en tecnología en un momento complicado.

Sin embargo, algunas tendencias están haciendo que los medios de comunicación, unos más que otros, vuelvan a ser del interés de algunos fondos o inversores, aunque no de una manera prioritaria, según las fuentes consultadas por Laboratorio de Periodismo.

Estas fuentes apuntan a que la puesta en marcha de los muros de pago y la apuesta por una estrategia basada en los ingresos del lector, junto con una buena diversificación de negocio, hace que sean más atractivos ahora, “pero sin perder la cabeza”, matizan.

“En nuestro caso -apunta una de los inversores consultados – nos fijamos en empresas que tengan una trayectoria importante y sean sólidas, pero que estén atravesando momentos complicados porque la industria en la que están está sufriendo. En el momento en que empieza a percibirse que se puede salir de la crisis estructural, y que, además, se vislumbra un posible modelo de negocio, estas empresas pasan a ser interesantes, siempre y cuando su valor siga estando por debajo del precio de mercado que deberían tener en circunstancias normales”.

“En estos momentos -continúan estas fuentes-, parece que empieza a verse algo de luz, aún lejana, pero algo de luz en el fondo del túnel, y los medios que mejor lo estén haciendo son candidatos a que entren inversores, porque se van a revalorizar tan pronto como el mercado empiece a mejorar, aunque no es algo ni a corto, ni siquiera tal vez a medio plazo. En mi particular opinión, van a pasar al menos entre siete y diez años hasta que la industria se recupere bastante, Y, lógicamente, no todos van a sobrevivir”.

A este respecto -agregan estas fuentes- , “no todos los medios son igual de interesantes. Interesan más aquellos que tienen, digámoslo en términos  de “value”, un buen foso defensivo, porque tienen lectores muy leales y a poco que la situación escampe se va a notar; porque han hecho los ajustes que se debían y la estructura de costes es aceptable, siendo capaces de producir un producto de calidad; porque en el caso de que exista deuda, es asumible y las inversiones se realizaron en las áreas que se tenían que hacer para ganar competitividad, y muchos otros factores de valoración”.

El sector de los medios de comunicación escritos, aseveran, debe entrar en un proceso de fusiones, que logre consolidar la tendencia, “y eso ayudará a una revalorización de las participaciones que se tomen ahora. Eso también las hace interesantes. Pero ojo, se pueden contar con los dedos de dos manos y sobran varios dedos, los medios o grupos españoles atractivos en este momento”.

Estas fuentes indicaban que algunos inversores ya habían apostado por realizar importantes inversiones en grupos de comunicación españoles recientemente, como por ejemplo García Paramés (Cobas AM) en Vocento.

A escala internacional, justo esta semana, el nativo digital Axios recordaba que hay varias tendencias que hacen que los inversores estén de nuevo interesados en los medios de comunicación. Según indicaban, las principales tendencias son:

  1. Una ola global de nuevas leyes de derechos de autor que es probable que haga que las plataformas tengan que comenzar a pagar a los editores por usar su contenido, incluso si es solo un titular enlazado o un fragmento de texto.
  2. Algunas compañías tecnológicas se están adelantando. Facebook está pagando a editores seleccionados hasta varios millones de dólares anuales para distribuir su contenido. Plataformas como Apple, Twitter y Snapchat les dan a los editores una parte de los ingresos por publicidad que obtienen o venden su contenido.
  3. Mayor demanda de creadores y creatividad para producir podcasts y programas de televisión para las nuevas plataformas de transmisión.
  4. Un cambio normativo y cultural hacia la privacidad está empujando a más anunciantes a confiar en datos de origen para dirigirse a los usuarios. Varias editoriales, como Vox Media, News Corp. y The Washington Post, han creado nuevos mercados de datos para capturar esa demanda.

Estas tendencias harían que los inversores sean menos pesimistas a la hora de entrar a comprar participaciones de empresas o invertir en ellas por el potencial de crecimiento y rentabilidad futura que puedan tener. 

La edad de las palabras

24 enero 2020 –

Foto: El País –

Entrevista a Gabriel García Márquez

Por Mateo Cardona Vallejo y Miguel Ángel Flórez Góngora*

Todos los cartageneros son amigos de García Márquez. Más que eso, son los celosos protectores de su tranquilidad. Y a veces, cuando aparecen esas molestas ladillas –los inevitables periodistas– a montarle asedio, no hay ninguno que no esté dispuesto a prestarle una ayuda desinteresada: así, si el reportero de turno se atiene a la información recibida de boca de alguno de ellos, bien puede terminar siguiendo la procesión de la Virgen de Chiquinquirá –de veraneo por el cerro de La Popa–, desayunando en La Boquilla o interrogando los dibujos del salitre en lo profundo de las mazmorras de la fortaleza de San Felipe, a kilómetros de distancia del escritor, a quien los cartageneros han dotado finalmente de los mágicos dones de la presencia ubicua y la invisibilidad.

Y es que para encontrar a García Márquez de nada sirven los recursos usuales de la paciencia y el sentido común. Hace falta, en cambio, retroceder al juego de escondidas de la infancia, y entregarse a él con el dulce abandono de sí que exige todo verdadero juego. Una vez depuesta toda esperanza, no es raro verlo aparecer de pronto, sonriente y vestido de blanco, como una especie de duende burlón, preguntando qué pasó con la entrevista. En una habitación del hotel que sirve de sede al Festival de Cine nos sentamos al cabo, resueltos a sacarle al mago sus secretos.

La huella de Nostradamus

En Cien años de soledad se alude reiteradamente al arte de la alquimia. ¿Cuál ha sido su relación con esta tradición?

La poesía es alquimia pura, de manera que mi relación con la alquimia viene desde mi interés por la poesía. En el caso de Cien años de soledad, me interesaba entrar a la novela con una ciencia, la Opera Magna, que trataba de encontrar la piedra filosofal, el medio para convertir en oro todos los metales, la literatura pura; pero ante todo lo que decían los alquimistas: que la finalidad última de la alquimia era la transformación de su propia alma. Entonces, de paso establecía de una vez el ambiente, todas las posibilidades y, sobre todo, la libertad con que el libro iba a ser hecho. Al principio pensé simplemente en la alquimia como una cita en la novela; luego me di cuenta que para hablar de ella tenía que ir estudiando, y me entusiasmó hasta el punto que me costó muchísimo trabajo salir de la etapa de Melquíades.

¿Su interés por la tradición hermética obedece a una vocación por lo oculto?

Lo único que le reprocho a la pregunta es la palabra «oculto», porque no veo eso como ciencias ocultas. Creo que todo eso es verdad, que todo es posible y que así debe ser; es el racionalismo el que ha acabado con todo. Esto lo he discutido mucho con los europeos, y les he dicho que su mundo es igual al nuestro, que allí suceden cosas tan maravillosas como acá, sólo que ellos pueden estarlas viendo y no las creen, porque les han enseñado qué se puede creer y qué no. Nosotros estamos abiertos a todo; para nosotros la realidad es todo. Voy a dar un ejemplo: estaba trabajando en un taller –yo hago talleres sobre cómo se cuenta un cuento, y la primera condición que pongo es «no tengan límite de ninguna clase, ni les dé pena; digan lo que se les ocurra; después veremos si lo criticamos o lo evaluamos, pero suéltense…»– y, casualmente, ese día llevamos unos tés con galletitas. Una galletita se me cayó de la boca, y me acorde que cuando yo estaba chiquito me decía mi mamá: «Mijo, cuando a ti se te caiga el pan de la boca, acuérdate que tu mamá tiene hambre». Sin saber que era me dio mucha risa y cogí inmediatamente el teléfono y llamé a Cartagena a contarle el cuento a mi mamá. Me contesto mi hermana Margarita y le pregunté si mi mamá estaba ahí. «–No está aquí, porque hoy es el día de su cumpleaños. Llegaron Jaime y Enrique de Santa Marta, y la comida se estaba demorando y ellos tenían mucha hambre. Y se la llevaron a un restaurante». Les conté esto a los muchachos del taller y creyeron que me lo había inventado.

¿Eso podría sugerir que en alguna de sus obras ha podido anticiparse a los hechos reales?

En mil novecientos sesenta y dos publiqué Los funerales de la Mamá Grande, cuento en el que el Papa venía a Colombia. Después, cuando Pablo VI vino a Colombia, dijeron que yo me había anticipado… Lo que pasa es que era perfectamente factible que el Papa viniera a Colombia, sólo que en esa época los Papas no viajaban, y parecía imposible que se metiera por los caños de La Mojana. Porque, además, en el momento en que a un escritor se le ocurre que el Papa puede venir, de ahí en adelante ya puede hacer lo que le dé la gana con el Papa. Entonces, así me han ido sucediendo muchas cosas. La más preocupante de todas para mí es que en Cien años de soledad yo digo que Álvaro Cepeda «compró un pasaje eterno en un tren que nunca acababa de viajar». Álvaro estaba en Nueva York cuando, en Barranquilla, nosotros empezábamos a escribir, y nos enviaba postales donde nos hablaba de «la hierba azul de Kentucky», y todas esas citas que yo hago en esa frase eran la pura realidad. Yo me di cuenta que Álvaro se iba a morir: el problema es que, si no se hubiera muerto, nadie lo habría pensado.

¿A qué peligros lo ha expuesto este tipo de sabiduría?

Todos los intérpretes de Nostradamus y de cuantos han hecho predicciones saben que toda profecía es cifrada, para que no se derrote a sí misma. No sé si es verdad o es mentira; yo escribo lo que creo, pero me da mucho miedo cuando estoy escribiendo y descubro una cosa que puede ser interpretada en determinado sentido en relación conmigo, con mi familia o con mis amigos, y la cambio.

¿Lo fantástico en su producción literaria es resultado del ejercicio total de la imaginación o de experiencias visionarias?

Yo creo que es un mayor cuidado en la observación de la realidad, una cosa puramente profesional. Dentro de mi vocación y aptitudes está la manía de la observación, de observar con más atención la realidad que lo circunda a uno, de modo que ve cosas que los otros no ven, pero que verían también si tuvieran el mismo interés, porque ellas están allí.

¿Dentro de su imaginación creadora, es más determinante la tradición hispano-católica o las formas sincréticas del misticismo caribe?

No hay duda que es caribe, Yo soy bastante espontáneo en ese aspecto, y no trato de intelectualizar en absoluto, sino que me dejo a ver dónde me llevan las corrientes culturales que me atraviesan. Estoy del todo convencido, inclusive por el análisis de mis propios libros, que la mayor formación mía es el sincretismo del Caribe.

A mí me ha sucedido una cosa muy curiosa. Uno habla mucho de lo blanco, de lo español y de lo indio, a pesar de que en el Caribe dejaron muy pocos indígenas. Yo viví esto muy de cerca, por la Guajira: la casa de Aracataca estaba llena de guajiros –de indios guajiros, no de habitantes del departamento de la Guajira–. Eran gente distinta, que aportaba un pensamiento y una cultura a esa casa, que era de españoles, y que los mayores no apreciaban ni creían. Pero yo vivía más a nivel de los indios, y ellos me contaban historias y me metían supersticiones, ideas que yo notaba que no tenía la abuela –porque ella tenía otras, pero eran completamente católicas, muy ligadas a ese culto católico de la muerte, porque es una religión que está hecha para no ser feliz sino en la muerte, y no hay que preocuparse de cuándo se arregla esto–.

A pesar de todo, nunca tomé en cuenta el elemento negro. Además, en el Magdalena se veía menos que aquí en Cartagena. Ya a principios del setenta fui a Angola, y descubrí que estaba en mi casa de Aracataca. La conmoción cultural que tuve fue primero muy fuerte, y enseguida me paró las orejas y todos los sentidos: allí estaba el pilón, la mano del pilón, las totumas, el ñame, la yuca, pero unas matas de yuca tan grandes –aquí las cortan cuando llegan a cierta altura, y yo no sabía que pudieran crecer tanto– que metían los tanques de guerra y los camiones a su sombra, y eso sí era para mí el colmo de la fantasía, no encontrarme con matas de yuca sino con árboles de yuca, y entonces me di cuenta hasta qué punto tenía yo un ingrediente negro en mi cultura, del cual no había sido consciente. Y además está la música: esas vainas que hay en Cartagena, donde siempre está sonando un tamborcito… Uno se despierta por la madrugada y le pregunta a alguien de dónde proviene el sonido, y si sabe te explica y, si no, sales, lo vas buscando, y resulta que unos se quedaron trasnochados en La Boquilla… Pero ese tamborcito está en todo el Caribe; lo he oído en la Martinica, en la Guadalupe, en las inglesas, en las francesas, en las holandesas, en las españolas, en todas las islas del Caribe tú despiertas y suena un tamborcito.

En términos místicos, ¿se considera a sí mismo un mago, un aprendiz de mago o un iniciado? 

Soy un ser humano hecho y derecho, y es lo único que he querido ser en este mundo.

El poder de la poesía

El mito de Orfeo prescribe el descuartizamiento final del poeta. ¿Cómo cree usted que la sociedad occidental castiga hoy al artista?

No, yo creo que cuando menos ha sido castigado el artista en toda la historia de la humanidad es hoy. Antes tenían el terror de que cambiáramos la vida, la sociedad; ya no nos toman tan en serio…

¿Cree que la literatura puede ser más eficaz en la tarea de consolar a los hombres que la filosofía?

Creo que la literatura es el mejor instrumento, el ungüento mágico para hacer pasar todo. Cuando digo literatura pienso también en el cine y la televisión como una extensión creativa…

¿Qué es lo que sólo puede decirse a través de la literatura?

Más específicamente a través de la poesía… La poesía es un arte que informa, sobre todo. La fuerza de la poesía es su capacidad de comunicarlo todo. Como pertenezco a la comisión de Ciencia, Cultura y Educación, he tenido que investigar cómo se podría realizar la educación informal de las artes y las letras –porque evidentemente no es en los colegios, del modo en que se están enseñando la aritmética, la química, la física y las demás ciencias, como se lograría esto–, y en el camino de mi investigación he llegado a darme cuenta que en la formación artística la familia es lo determinante. Me encontré con una señora, que era como el caso extremo, que quería que su hija fuera pintora. Y ella estaba tan preocupada por esto que una tarde salió, vio el sol y le dijo a la amiga que la acompañaba: «Caray, mira el atardecer que le hizo a la niña». No se daba cuenta de la cantidad de poesía que le metió a esa frase. ¡Qué bello atardecer!

¿Escribir es realmente ser otro?

Entiendo que se diga, o que se piense, porque yo creo en la inspiración. No en la forma en que lo decían los románticos, que era como una especie de soplo divino. Tal vez sería un poco más materialista en el sentido de que uno tiene un tema y empieza a atizarlo, y llega un momento en que hay tal identificación entre uno y el tema, que es casi un milagro que estalla y empieza uno a flotar y a escribir como si alguien le estuviera soplando por dentro. Ese dominio de la narración a veces no se logra, y lo mejor es no escribir a la fuerza. Pero a ese punto se llega, y ése es el verdadero momento de felicidad… Es un orgasmo, que es lo que uno busca todos los días cuando se sienta a trabajar. Llegado a ese punto, entonces, claro, uno se siente otro, pero no es otro, es uno mismo.

Desde sus primeras obras usted ha insistido en la urgencia de reescribir la historia. ¿Piensa hoy que la historia humana tenga algún sentido que no sea literario?

En el caso concreto de Colombia, yo traigo el tema de que hay que reescribir y reinterpretar la historia. Nosotros no sabemos en qué país vivimos. Nosotros vivimos en un país que nos definieron probablemente a fines del siglo pasado o principios de éste, –los letrados; nos enseñaron que Colombia era de un modo, nos acostumbramos a creer que así mismo era, y de pronto nos damos cuenta que estamos viviendo en un país -tratando de gobernarlo, de arreglarlo o de acabarlo– sin saber qué país es.

Hay que reescribir la historia. Ustedes se dan cuenta que lo que enseñan en las escuelas no es la historia del país sino la historia de las administraciones. Y si queremos encontrarla, probablemente la verdadera historia ha ido quedando a pedazos en la literatura. Los mismos costumbristas, normalmente tenidos por menores, dejaron una imagen de la vida de su tiempo que no está en la historia. Cordovez Moure dice más del Santafé de su época que todos los historiadores juntos. Y yo, sin darme cuenta, he caído en la trampa de tratar de interpretar lo que yo creo es la historia a través de la literatura; y ése, en cierto modo, es el valor de Cien años de soledad: es una metáfora de la historia de este país, para no tener que meterla en los moldes de la cronología y los sistemas de pensamiento. Se identifica más este país en una obra de ésas que en un trabajo de historia académica. La trampa consiste en esto: después me meto en El amor en los tiempos del cólera, que está ubicada en una Cartagena entre finales del siglo pasado y principios de éste. Luego me pregunto: ¿qué habrá más atrás?, y acabo de escribir una novela, Del amor y otros demonios, que sucede en el siglo XVIII, con una ventaja sobre los historiadores: que hay elementos que no son del siglo XVIII sino del siglo XVII, sin especificarlo. Si yo digo que este es el siglo XVIII, inmediatamente aparecen los académicos diciendo: éste no es el siglo XVIII sino el XVII. No, yo no digo qué siglo es; trato de presentar un mundo del pasado que yo, por razones de pura carpintería, he decidido que es 1750, por ejemplo, para poder tener un punto de referencia.

El oficio de inventar la vida

En Del amor y otros demonios usted basó su investigación en la exploración léxica del momento histórico, ¿Cómo concilió esta exigencia con las expectativas del lector moderno?

El único límite que tuve fue el lenguaje, porque a mí me habría gustado que la historia ocurriera en el siglo XVII, pero en ese siglo el idioma que se hablaba aquí todavía era demasiado español, sobre todo en las formas de trato: el vos, el vosotros; y me encontraba que mis personajes empezaban a hablar de ese modo y yo no creía en ellos, los veía como de cartón-piedra o de plástico, y así no me servían… Entonces empecé a hacer una investigación del lenguaje a ver cuándo cambiaban esas formas de trato. Comenzaban a cambiar ya a mediados del siglo XVIII. Los diálogos los he escrito como hoy, con un cierto tono del siglo XVIII, pero sin usar las formas del trato de esa época. Hablando de anacronismos, sólo he tenido cuidado de no usar palabras que no existieran en ese momento. Es el problema de la edad de las palabras. Digo «problema» por facilidad, porque en realidad no es un problema sino un gusto, un placer. Es una parte del trabajo empezar a descubrir eso. A última hora se me iba la palabra «inmunizar», que no existía. Tengo la impresión de que muchos escritores y mucha gente que comienza a escribir no son conscientes del trabajo que implica hacerlo seriamente. A mí me ha tomado por lo menos un año buscar todos los datos y la información para mi último libro. Tengo un obispo que de pronto dice, «Mujeres, las había a manta». «A manta» significa exactamente la cosecha que se deja tirada en grandes cantidades. Alguien me dijo que esa forma de hablar, que ese giro era ya del siglo XIX. Iba a dejarlo así, pero me fui a buscar la edad de la palabra. No sólo sí existía en el XVII, sino que se decía más todavía: «a manta de Dios». Pues claro: gané, y di un salto. Entonces, siempre hay que seguir esa preocupación, porque a lo mejor te mejora. Es un trabajo de orfebrería, complementado por el trabajo adicional de que no se note el esfuerzo que costó. No hay un mejor oficio que el de inventar la vida como a uno se le da la gana.

Su obra ha contribuido a formar un nuevo tipo de lector y de crítico en el mundo hispánico actual ¿Cuál es su balance de esta nueva crítica?

Me parece, realmente, que ellos ayudan a acentuar y a mejorar la comunicación entre el autor y el lector. Pero no hay que dejar que lo confundan a uno: porque ellos hacen una lectura intelectualista, y yo he logrado que me lean desde el más bajo nivel cultural y el mínimo alfabetismo. Yo lo he descubierto porque la gente me para y me habla. Toda esta preocupación porque una palabra sea del siglo XVIII, y no del XIX o del XVII, todo esto es por la conciencia moral que tiene uno de que su trabajo debe estar bien hecho, y no por el temor de que lo entiendan o no. Porque es claro que lo que está limpiamente escrito y contado para la gente es bien recibido: lo que la gente quiere es que le cuenten cosas de otra gente, identificarse con ellos en el sufrimiento y en la alegría. Es lo que he pretendido siempre, más allá de segundos significados. Los críticos son unos intelectuales que buscan relaciones estéticas y culturales que yo francamente no entiendo porque para mí es un misterio qué es lo que quieren.

¿No es el crítico un lector que responde?

El crítico es un lector que no cree que lo que se le dice es lo que se dice, sino que hay otra cosa que no está dicha. Y entonces trata de buscarla y hace que el relato sea lo que él cree que se dijo y no lo que se está diciendo. Esto puede parecer simplista, pero ésa es mi cultura, yo soy un autodidacta: a los autodidactas se nos va la vida tapando huecos, porque no tenemos una estructura cultural, mental, sistematizada. Pero estoy absolutamente convencido que es lo mejor para las artes.

¿Correspondió el despertar de su vocación literaria con el descubrimiento del erotismo en la pubertad?

Nunca he pensado en eso. Cuando descubrí el erotismo ya me sabía de memoria casi todo lo que valía la pena de los clásicos españoles. A los once, doce años, era un lector desaforado de poesía. Mucha de la poesía romántica colombiana, Julio Flórez, y sobre todo una gran cantidad de poetas populares que había y que ya nadie recuerda; porque en las casas se recitaba mucho: no había televisión, no había radio, y la música se transmitía de forma oral, igual que la poesía, pero menos. Vendían cancioneros, pero también vendían antologías en cuadernitos, y lo que leía dos, tres veces, me lo aprendía de memoria y todavía me lo sé. Después perdí esa facultad. No me acuerdo ya de lo que leí ayer… Pero ahora, recordando esa época, puedo decir que aprendí el erotismo después que la poesía.

El amor es el gran tema de su obra, ¿Es posible rescatarlo de la degradación a que lo somete el tiempo?

Yo no siento el amor en el tiempo. El amor no transcurre en esa dimensión.

William Burroughs sostiene que el amor es un engaño inventado por el sexo femenino, y que hombres y mujeres no se entenderán jamás porque sus intereses son opuestos. ¿Cree en esa fatalidad?

No, la dificultad para entenderse es que tienen sexos opuestos. Son sexos distintos; ¿puede imaginarse el inmenso misterio que significa ser de otro sexo? De todas maneras, ha habido puntos de contacto, y la prueba está en la explosión demográfica que nos está ahogando. Una de las cosas que más me interesa a mí es la mujer, porque claro, yo he creído saber cómo son los hombres, pero se me ha ido la vida tratando de averiguar cómo son las mujeres. Y lo más misterioso que puede resultar es un ser de otro sexo, de otro género. Uno cree conocer muchísimo a una mujer; un día abres una gavetita por equivocación, porque uno no sabe a qué se debe, pero las mujeres tienen unos estancos donde uno no penetra, y buscando algo te encuentras con unas tijeritas, con un cuadernito y con un mundo totalmente insondable, que a mí me enternece mucho.

Cuando usted escribía Cien años de soledad en México, dijo que en cierto modo sentía que estaba inventando la literatura, ¿Indica ello que el libro que creaba desbordaba su propio conocimiento literario en aquel momento?

Verdaderamente, el origen de Cien años de soledad es que yo sentía que ni los libros que leía, ni los libros que había escrito antes –que eran cinco– no se atrevían lo suficiente. Y me preguntaba: ¿Por qué a las Mil y una noches les creemos que las alfombras vuelan y que sale un genio de una botella, que fue para mí el descubrimiento más fantástico de la literatura; por qué esto se lo han creído, y a nosotros no nos creen si decimos que una estera vuela, ¿si una estera es una alfombra de yute? Entonces dije: «Yo me voy a atrever», y me atreví porque veía que en la realidad de mi infancia todas esas cosas parecían normales. Hubo un momento en que empezaron a parecerme inverosímiles, cuando ya tuve una cierta formación racional. Lo que logré con Cien años de soledad fue atreverme, y cuando uno se atreve entonces se le amplía el universo creativo en una forma extraordinaria. Fue lo que sucedió.

Usted ha dicho que El otoño del Patriarca es una cantaleta. ¿Existe una relación concreta entre Su discurso y la tradición oral?

En mi caso sí. Mis puntos de partida siempre son como ése. Es algo que me quedó, que me viene dando vueltas. Ojalá la literatura pudiera ser una forma de la tradición oral. Yo no creo que mi gusto por el vallenato sea simplemente casual. Ahora hay vallenato comercializado y lo que se quiera, pero la creación dentro de la tradición oral ha existido siempre. Los cuenteros antioqueños son una cosa maravillosa.

¿Cuál es su aporte a la literatura utópica?

Yo no propongo mundos posibles. Trato de contar mundos inclusive imposibles, deseables o necesarios. Pero, ¿proponerlos?

Cartagena de Indias, 7 de marzo de 1994

  • MATEO CARDONA VALLEJO Escritor colombiano, profesor de la Universidad Javeriana y MIGUEL ANGEL FLOREZ Periodista colombiano. 

 

Coronavirus en China: cuáles son los síntomas y otras 3 preguntas clave

24 enero 2020 –

Tomado de: BBC.

Ya van cientos de casos confirmados y varias personas muertas a causa del coronavirus originado en la ciudad de Wuhan, en el centro de China, que mantiene en alerta a las organizaciones sanitarias alrededor del mundo.

Aunque la mayoría de los casos se han presentado en varias regiones del país asiático, también se ha confirmado la propagación del virus a países como Tailandia, Corea del Sur, Japón y Estados Unidos.

Pero, ¿cuán severos son los síntomas? ¿Cómo se transmite? ¿Y cómo se puede prevenir el contagio cuando hay riesgo?

En este video te damos algunas respuestas.

 

Los billetes concentran hasta 3.000 tipos de microbios

24 enero 2020 –

Foto: KEN RINALDO.

Tomado de: El País.

El hecho de que una bacteria consuma la figura de la reina de Inglaterra o la de George Washington impresas en un billete fue lo que más sorprendió e inspiró a Ken Rinaldo. Este artista estadounidense de 62 años expone este sábado su obra Borderless Bacteria / Colonialist Cash en el Laboratorio de Arte de Berlín para mostrar al público un mundo invisible que desconoce: la vida en el interior de un trozo de papel que se maneja a diario. Este objeto es, seguramente, el que más concentra bacterias y un vehículo de trasmisión. Estas pueden vivir varios días, e incluso semanas, fuera del sistema biológico que las hospeda como, por ejemplo, la piel. Al posarse sobre un billete, que está principalmente hecho de algodón, el microorganismo se adapta y encuentra nuevos nutrientes que le ayudan a sobrevivir.

Un dolar americano invadido por micelio y hongos en una caja enriquecida de agar.
Un dolar americano invadido por micelio y hongos en una caja enriquecida de agar. KEN RINALDO

Un estudio realizado por investigadores del Centro de Genoma y Biología de Sistemas de la Universidad de Nueva York (NYU) publicado en 2017 demostró que los dólares de un mismo banco de Manhattan contienen 3.000 tipos de microbios. La mayoría vienen de la piel, la boca y la vagina. Esta cifra tiene sentido ya que el ser humano alberga 38 billones de bacterias, que por mililitro de orina infectada se encuentran 100.000 colonias y que la mitad del peso de las heces son bacterias.

Además, las personas intercambian esos microorganismos generalmente inofensivos cada día, al dar un beso, al dar la mano, en el metro, al abrir una puerta y por supuesto, al utilizar dinero. Jane Cartlon, autora del estudio y directora del centro de investigación de Nueva York, asegura que comprender la distribución e interacciones de los microbios, importantes componentes del ecosistema, es clave para comprender el funcionamiento del planeta y que no hay que alarmarse. Eso sí, «las personas deben continuar lavándose las manos con frecuencia para evitar la transferencia de organismos de un lugar a otro», precisa.

Un billete chino en la exposición de Rinaldo tras semanas de cultivo.
Un billete chino en la exposición de Rinaldo tras semanas de cultivo. KEN RINALDO

Juan Fernando Alzate, bacteriólogo y director del Centro Nacional de Secuenciación Genómica de Colombia, piensa que es muy interesante ofrecer una imagen de algo que no se puede ver. «La gente en general no sabe de microbios y al hacerlos tangibles, les permite entender mejor su organismo. Es tener conciencia de que, en un objeto aparentemente muerto, hay vida», opina antes de añadir que si viviese en Berlín llevaría a sus hijos a ver la exposición de Rinaldo.

El científico explica que el billete es un vehículo de transmisión y seguramente el que más concentración de bacterias tenga al ser algodón, de ahí su interés para múltiples investigadores. «No hay que crear alarmismo, por supuesto, y si suprimimos esos objetos de la circulación, seguramente aparezca un sustituto. Sin embargo, hay que cuidar la higiene y cambiar el comportamiento», asevera. Al día siguiente de publicar su estudio sobre los billetes colombianos donde se encontraron 233 géneros bacterianos de los cuales 12 corresponden a especies con potencial patogénico y que varios medios hablaran de ello, Alzate fue a tomar su café en el bar de siempre. Por primera vez, el camarero llevaba guantes para manejar el dinero y al experto le pareció una buena iniciativa. «Que circule la microbiota en una casa me parece fabuloso, pero en un hospital o en centros que sirven comida, se tendría que restringir el uso de billetes o, al menos, controlarlo», concluye.

Un billete de 10 libras con la figura de la Reina de Inglaterra.
Un billete de 10 libras con la figura de la Reina de Inglaterra. KEN RINALDO

El proyecto expositivo de Ken Rinaldo, según cuenta, sirve también para denunciar los conflictos económicos y políticos actuales. “Las bacterias son los primeros colonizadores y es gracioso ver cómo son capaces de borrar el símbolo del poder de un país”, comenta. El artista y científico utiliza el cultivo de estos microorganismos para dibujar la relación entre Europa e Inglaterra o la de Estados Unidos y México y poner en evidencia las similitudes por encima de las diferencias. “He adaptado mi primera colección [de 12 parejas] de 2017 a nuestra actualidad”, justifica.

La primera idea del artista es que “antes de ser personas somos ecosistemas”. Sus obras consisten en cajas transparentes enriquecidas de agar, una sustancia que solidifica los medios de cultivo, en las cuales cohabitan dos billetes. Con el paso del tiempo y en función de las condiciones, aparecen manchas a veces uniformes, otras de colores distintos y formas dispares: el panorama microbiano, aunque incompleto, crece y se establece tras varias semanas. “Ver en imagen las bacterias y las reacciones biológicas ayuda a la persona a entender cómo se producen. Además, y sobre todo, permite ver que estamos todos conectados”, explica. El proyecto de Rinaldo, en definitiva, es una forma de saber si el yuan chino tiene las mismas comunidades de hongos y bacterias que un dólar americano y proponer una mirada divertida del conflicto entre los dos países. «En el universo de las bacterias, no existen las barreras. El efectivo es un vector de cultivos biológicos comercializados mundialmente», añade el artista.

CPB rechaza ataque a medios y agresiones contra periodistas en las marchas

22 enero 2020 –

Foto: AFP –

Prensa CPB.

“El Círculo de Periodistas de Bogotá (CPB) está de acuerdo con la realización de marchas pacíficas, justas y que busquen reivindicaciones sociales como una expresión digna y soberana, pero rechaza las discriminaciones contra medios de comunicación, las agresiones físicas y verbales contra periodistas que cubren las protestas y las infiltraciones de vándalos y encapuchados”, dijo Gloria Vallejo, presidente del CPB.

En las marchas de ayer 21 de enero, un grupo de encapuchados agredió verbal y físicamente a la periodista Katty Sánchez, de RCN, hecho que se suma a una serie de ataques cometidos en diferentes partes el país contra este y otros medios de comunicación.

“Muchos estudiantes dijeron que tenía que irme. Una muchacha me trató súper mal y me rapó el teléfono y también los audífonos, me los dañó. Me pegaron en la espalda durísimo, no sé con qué, pero fue muy fuerte, me duele bastante. Luego me empezaron a gritar que era una ‘paraca’ que tenía que irme”, denunció Katty, periodista de La Cariñosa de RCN Radio al ser entrevistada sobre los sucesos presentados en la marcha de ayer.

La intervención del Secretario de Gobierno, Luis Ernesto Gómez, y de varios gestores de convivencia que hacían presencia en la marcha que se desarrollaba en Kennedy, sobre la avenida Boyacá con Américas, evitó que la comunicadora siguiera siendo maltratada.

La presidente de la agremiación periodística recordó que la Constitución Política de Colombia garantiza la libertad de expresar y difundir el pensamiento y las opiniones, la de informar y recibir información veraz e imparcial, y la de fundar medios masivos de comunicación.

“Defendemos la libre expresión, las manifestaciones pacíficas y justas, pero no podemos aceptar y rechazamos que se ataquen los medios de comunicación y se tomen acciones violentas contra los periodistas”, concluyó Gloria Vallejo.

Estos son los retos del periodismo, según el CEO del New York Times

21 enero 2020 –

 Tomado de: Laboratorio de Periodismo –

La International News Media Association organizó días atrás un webinar cerrado en el que los socios pudieron preguntar al CEO del New York Times, Mark Thompson, cuáles son a su juicio los retos que debe encarar la industria de los medios en general y los periodistas en particular para salir de la crisis.

Estas son, según Mark Thompson, algunas de las claves que todo medio de comunicación y todo periodista debería tener en cuenta:

Claves en el crecimiento del New York Times

“Descubrimos hace unos cuatro o cinco años que debíamos ser, ante todo, un servicio de suscripción”. “Lo más importante fue vender nuestro contenido de calidad y aquello que puede hacer el periodismo de The Times. Deberíamos comenzar a pensar en nosotros mismos más como un servicio de suscripción de calidad, como un HBO o un Netflix”.

Para Thompson, lograr eso significaba que la empresa necesitaba invertir, ante todo, en periodismo. En ese sentido, The Times tiene cientos de periodistas más que hace unos años, unos 1.750 en total.

“Es muy inusual, en este momento de la historia, que los editores contraten periodistas en lugar de despedirlos”, dijo Thompson. “Pero en realidad, pensamos que era algo bueno. Vamos a ser diferentes a los demás. Vamos a construir nuestra fuerza mientras otros se debilitan, y eso nos ayudará a encontrar una audiencia “.

Agregó que el equipo de The Times cree firmemente que hay muchas personas que se preocupan profundamente por lo que está sucediendo en el mundo y que pagarán por el acceso al mejor periodismo que lo cubra.

Tendencias en cuanto a suscripciones digitales

Thompson explicó en cuanto a las tendencias en suscripciones digitales que cuando The Times lanzó su modelo de pago digital en 2011, la mayor parte de la gente no tenía grandes esperanzas de éxito. Pensaron que podría haber un par de cientos de miles de suscriptores digitales potenciales. Todavía estaban enfocados en el negocio de la impresión, tratando de detener su declive, en lugar de enfocarse y hacer crecer el negocio digital.

“Ahora, tenemos una visión muy diferente”, sostiene. “Tenemos muchas plataformas: la impresión es una de nuestras plataformas. Nos encanta nuestro producto impreso, vamos a imprimir durante otros 15 años o más, pero no hay crecimiento allí. Con el tiempo, el número de suscriptores disminuirá, los anunciantes disminuirán y, en última instancia, la economía de esa plataforma fracasará. Esa es nuestra opinión. El viejo barco se hundirá al final”.

La tarea, por lo tanto, se convirtió en hacer crecer un negocio digital que sea lo suficientemente grande como para cubrir todos los costes de la empresa y generar ganancias para sus accionistas. Para hacer eso, la compañía necesita muchos más suscriptores digitales que suscriptores impresos porque se gana menos dinero con las suscripciones digitales.

“Necesitas escala real. Lo que buscamos, quizás más que cualquier otro periódico del mundo, es una escala real. Lo realmente alentador de los resultados que anunciamos ayer es que nuestro modelo se está acelerando actualmente. Hemos sumado un millón de suscriptores digitales más en un solo año “. El periódico se ha fijado la meta de llegar a 10 millones de suscriptores para 2025.

El cambio cultural que se necesita

Además de la escala, el otro gran desafío es el aspecto del cambio cultural , dijo.

“Hemos estado en el infierno y regresamos con un cambio cultural en The New York Times. Es un cambio inmenso. Es un negocio muy diferente. Necesitas diferentes habilidades. Se necesita un enfoque diferente sobre la toma de decisiones. No se puede hacer de la manera clásica, de arriba hacia abajo. Estás haciendo la transición de un negocio de alto margen a un negocio de margen relativamente bajo”.

El error de asumir que conocemos el futuro

“Creo que a menudo todos somos culpables de asumir que conocemos el futuro”, compartió Thompson con los miembros de INMA. “Hubo un tiempo en que los editores pensaban que había un gran negocio con la publicidad digital y eso los salvaría.

Recientemente hubo un momento en que la gente pensaba que las plataformas principales se volverían tan poderosas que los editores quedarían excluidos del mercado”.

Sin embargo, ese equilibrio de poder está retrocediendo ligeramente a favor de los editores, agregó. Google y Facebook son más vulnerables y comienzan a hacer algunos movimientos positivos hacia los editores.

“Soy periodista”, dijo. “La mayoría de la gente odia estas disrupciones, estos cambios desgarradores, pero estoy fascinado por ellos. No sabemos dónde termina la historia. No sabemos cómo se verá el mundo “.

La relación de los medios con las plataformas

Hubo un momento en que las plataformas dijeron que estaban haciendo un favor a los editores al distribuir sus marcas, titulares e incluso contenido a nuevas audiencias globales, dijo Thompson, y esto era cierto, en cierto sentido. El complicado mundo de la distribución se hizo más simple a través de las plataformas.

“Podrías hacer una noticia y llevarla a todo el mundo. Así que había una ligera sensación de que las plataformas le estaban haciendo un favor a los editores. Creo que ahora, si tienes una marca de noticias de calidad, estás ayudando a una plataforma si estás permitiendo que tu marca de noticias se asocie con esa plataforma. Estás ayudando a Google o Facebook o Twitter con tu presencia, y eso debe reflejarse en la relación”.

“Nos vemos renegociando nuestra relación con las grandes plataformas y pidiendo valor a cambio de usar nuestro valioso contenido. Queremos que las personas puedan aprender sobre nuestro periodismo, tal vez incluso probarlo, pero si van a tener una experiencia completa de nuestro periodismo, queremos que lo hagan en nuestra plataforma. Queremos que las plataformas ayuden a pagar el periodismo del que obtienen los beneficios ”.

El desafío para los medios de comunicación

El desafío para los medios de comunicación, planteó, es estar a la altura de las circunstancias: “Este es un gran momento en la historia, y lo más importante es que tenemos que apoyarnos en eso y entender bien esas historias. Creo que en términos de vender suscripciones y vender publicidad, este es potencialmente un año muy importante”. 

Reiteró que los medios tradicionales están lejos de estar muertos. Las grandes marcas de noticias siguen siendo poderosas, y Thompson no cree que desaparezcan.

Relató un ejemplo personal de la historia de Nixon y el Watergate, que es lo que lo llevó a meterse en el periodismo. Fueron The New York Times y The Washington Post “luchando” por la cobertura de esa historia. 

“Eso no ha cambiado. Medio siglo después, los nombres no han cambiado. Los medios tradicionales, que no hace mucho tiempo eran un insulto, ahora son una ventaja colosal. Tener una marca, una cabecera, que las personas asocian con confianza, confiabilidad y consistencia, es una ventaja inmensa ”.

El impacto de los muros de pago en los ingresos publicitarios

“Para nosotros ha sido esencialmente neutral. Les damos a los usuarios registrados solo unos pocos artículos cada mes antes de que tengan que pagar. Esto no ha afectado nuestro número de usuarios únicos de ninguna manera. No puedo ver ningún impacto significativo a la baja en esto en nuestra publicidad “.

Agregó que los muros de pago solían ser una idea de “o uno u otro”, ya sea que tendría que sacrificar los ingresos por publicidad o los ingresos por suscripción. Sin embargo, eso ha resultado no ser cierto.

Equilibrio entre el instinto periodístico y las estadísticas y los datos

“Creo que depende de la organización de los medios. Nuestra tradición es muy sólidamente humana. Sabemos que cuando hablamos con nuestros usuarios y suscriptores, cuando comienzas a hablar de personalización, se ponen muy nerviosos. Quieren que los editores humanos les muestren las historias. Estamos muy comprometidos con la idea del juicio humano en el periodismo “.

Competir contra los periódicos gratuitos

Esta es un área difícil, dijo Thompson. “Si tienes una reputación de hacer buen periodismo y eras una marca de confianza, lo cual debes construirlo con un periodismo distintivo, creo que cualquier cosa que hagas obtendrá ese aura. Creo que el camino para un periódico que solo tiene noticias breves y genéricas es muy limitado, porque esas cosas están disponibles de forma gratuita en Internet “.