Crculo de Periodistas de Bogot

Archivos febrero 2020

Ana Cristina Restrepo, columnista de EL COLOMBIANO, ganó premio de periodismo CPB

10 febrero 2020 –

Foto: Colprensa.

Tomado de: El Colombiano.

La periodista y columnista Ana Cristina Restrepo ganó en la noche de este viernes el Premio Nacional de Periodismo CPB 2020 en la categoría Periodismo de Opinión con su trabajo titulado Los Muertos del Agua, publicado en EL COLOMBIANO el pasado 6 de noviembre.

En su publicación, Ana Cristina, hace una crítica al director del Centro Nacional de Memoria Histórica, Darío Acevedo, por los cambios que quiso hacerle al guión del Museo de la Memoria. En ese entonces Acevedo le dijo a su equipo de trabajo: “Poner a hablar un río, perdónenme muchachos, eso está muy bien para una obra literaria, una poesía […] Recuerden cómo se burlaban de Maduro porque hablaba con un pajarito”.

Con ese foco, la periodista Ana Cristina Restrepo recalca el significado de los ríos del país como lugares en los que el conflicto armado colombiano dejó miles de víctimas.

Tras recibir el Premio, Ana Cristina Restrepo señaló: “Opinar en un gran medio de comunicación (y más si es uno regional) es un privilegio y un compromiso de servicio público. Cada día le agradezco a la vida el poder servir a través de la palabra y agradezco a EL COLOMBIANO por el espacio, a sus reporteros les agradezco por su coraje, por llevarme a lugares donde no siempre puedo llegar. Y, sobre todo, agradezco a cada uno de mis lectores porque sin ellos no existen mis palabras. La libertad de prensa es garante del funcionamiento de las democracias”.

Otros ganadores de los premios fueron Edison Bolaños y Pablo Torrijos, de Colombia 2020 de El Espectador, por el trabajo titulado Norte del Cauca: triángulo del narcotráfico, en mejor trabajo periodístico en prensa. Mientras que en la categoría Televisión, el ganador fue el programa Zona Franca de Red Más Noticias con su especial Deforestación en la Amazonía, Estado deforestador. CityTv también se hizo a uno de los premios por su cobertura del inicio del Paro Nacional el pasado 21 de noviembre.

El jurado de los premios CPB para esta ocasión estuvo integrado por Sandra Borda, Marisol Cano, Juan Esteban Constaín, María Lucía Fernández, Juan Gossaín, Fernando Quijano, Fernando Ramos y Germán Rey.

NUESTROS AGREMIADOS

31 agosto 2020 –

Por: Comunicaciones CPB –

Socios del Círculo de Periodistas de Bogotá (CPB) celebran la despedida de 2019, en un ambiente de colegaje y confraternidad, en las instalaciones de Cafam. Luego de la asamblea general, celebrada el sábado 30 de noviembre, en la que fue aprobado el presupuesto para la vigencia 2020, la presidente Gloria Vallejo ofreció a los socios el tradicional almuerzo de fin de año.

CPB pide garantizar protección a periodistas amenazados

7 febrero 2020 –

Imagen de: Eric Drooker –

Por: Prensa CPB –

Tras la aparición de un panfleto de las autodenominadas Águilas Negras, en el que amenazan contra la vida de Ignacio Gómez, Jairo Tarazona, José Luis Mayorga y Manuel Bolívar, el Círculo de Periodistas de Bogotá (CPB) pide a las autoridades y organismos de control que en forma perentoria se garantice la vida de los comunicadores y se investigue estos hechos, que de nuevo buscan poner una mordaza al periodismo.

La libertad de expresión y de prensa son la mayor garantía que tiene la sociedad y la democracia. No se puede permitir que grupos al margen de la ley ataquen y persigan con amenazas a periodistas que cumplen con su deber de tener al país informado, de llevar la verdad a la opinión pública.

Las nuevas amenazas involucran a Ignacio Gómez –subdirector de Noticias Uno–, Jairo Tarazona de RCN Radio, José Luis Mayorga de la Agencia Reporteros sin Fronteras y Manuel Bolívar, exdirector del desaparecido NC Noticias.

Estas nuevas amenazas se suman a las existentes contra varios periodistas del país, en especial del Cauca y del Valle del Cauca.

Según comentaron los comunicadores, las amenazas les llegaron por correspondencia y, además, les han enviado mensajes vía telefónica.

El CPB hace un llamado para que con carácter urgente los organismos competentes asuman una investigación rigurosa sobre estos y otros casos, para dar con los responsables y parar este ataque a la prensa que vulnera el derecho a informar y ser informados, contemplados en la Constitución Nacional.

Este viernes se conocerán los ganadores del Premio CPB 2020

6 febrero 2020 –

Foto: Comunicaciones CPB.

Por: Comunicaciones CPB.

Los ganadores de la estatuilla El Sacrificado, símbolo de los Premios CPB 2020, se conocerán este viernes durante la ceremonia de la Noche de los Mejores, certamen que se llevará a cabo en Cafam de la Floresta y será transmitido en vivo por el Canal Capital, entre las siete y las ocho de la noche y contará con la producción del Canal Caracol.

Las once categorías que recibirán el reconocimiento son: prensa, radio, televisión, tesis de pregrado, medios virtuales, opinión, caricatura, fotografía, mejor libro, mejor trabajo periodístico de cámara y mejor trabajo de corresponsal.

Ya tuvo lugar la Plenaria de Jurado donde fueron decididos los tres finalistas en cada una de las categorías. El jurado está integrado por Juan Gossaín, Juan Esteban Constaín, Fernando Quijano, Fernando Ramos, Sandra Borda, Germán Rey, María Lucía Fernández y Marisol Cano.

 “El Premio CPB, máximo certamen del Círculo de Periodistas de Bogotá, exige una labor sin interrupción de más de cinco meses. Este año, 1055 periodistas enviaron en total quinientos dos trabajos que pasaron por el tamiz del  jurado y pre jurado que analizaron, entre otros factores, la investigación, el rigor periodístico, la confrontación de fuentes, el criterio, la independencia y el sentido periodístico. Los trabajos seleccionados serán subidos a la página web del CPB para que los conozcan los colombianos y, sobre todo, los estudiantes de las facultades de Comunicación Social y Periodismo”, dijo Gloria Vallejo, presidente del CPB.

El Círculo de Periodistas de Bogotá es la agremiación más respetable y antigua que hay en Colombia y que ha contado con socios como expresidentes de la república, directores de medios de comunicación y más de 5 mil periodistas en toda su historia.

En 1981, un grupo de periodistas, encabezados por Fernando Barrero Chávez, determinaron en la Junta directiva del CPB crear los Premios para los Periodistas.
Y desde ese momento, cada año, en el Día del Periodista o cerca de él, se congregan decenas de comunicadores con el fin de intercambiar opiniones, informaciones y hasta números telefónicos.

En esta celebración están quienes llevan 38 años asistiendo a cada uno de los Premios, pero también están los recién egresados de las Facultades de Comunicación Social, quienes están en el ejercicio y quienes están en uso de buen retiro.

El Premio CPB –máximo galardón que se entrega en Colombia a los periodistas—es codiciado por miles de comunicadores de todo el país.
De hecho, más de los premios los han recibido trabajos que llegan de apartadas regiones que buscan trascender con la información local.
Son más de 400 periodistas los que han logrado obtener el “Sacrificado” –obra que diseñó especialmente para este Premio, el maestro Rodrigo Arenas Betancur—y que simboliza el desempeño del comunicador que busca el horizonte para llevar la verdad.

Con un despliegue técnico y humano, Caracol Televisión, con la coordinación de la periodista Amparo Pérez se encarga de la producción del certamen. Presentadores del Canal se encargan de acompañar el programa. Son más de 250 horas de edición y de fino cuidado de cada uno de las categorías ganadoras.

Por su parte, el Canal Capital, con la autorización de la señora alcaldesa Claudia López transmite el certamen periodístico y lo lleva al mundo a través de su sistema satelital y de internet.

La empresa Andrés Chamorro Iluminación, se vincula como patrocinadora del certamen, aportando  las luces y del sonido de la ceremonia. Son más de cinco camiones con equipos los que se llevan para completar el programa.

Este año los Premios cuentan con grandes patrocinadores como Cafam, Movistar, Coomeva, Vanti, Los Olivos, La Universidad La Gran Colombia  que apoyan al Periodismo colombiano.

Germán Rey analiza el Periodismo luego de ser Jurado del Premio del CPB 2020

6 febrero 2020 –

Foto: La silla vacía –

Por: Comunicaciones CPB –

El periodista, catedrático, estudioso de las comunicaciones, analista de la vida noticiosa y escritor, Germán Rey, considera que vivimos una época de mucha algarabía, de parlantes que con frecuencia ensordecen, de confusiones que se desvanecen en la banalidad, sin embargo, aclara, “el periodismo es lo contrario a todo ello y su principal reto es encontrar su nuevo lugar en la sociedad”.
Germán ha estudiado, descrito, criticado y defendido el periodismo. Estudió psicología en la Universidad Nacional de Colombia y trabajó en la Fundación Social dirigiendo proyectos organizacionales de valores, cultura empresarial y comunicación. Mantuvo por muchos años su columna de crítica de televisión en El Tiempo, hasta que fue designado Defensor del Lector por dos años. Sigue vinculado a esa casa editorial como asesor del Proyecto de Memoria y de los programas de responsabilidad social.
Sigue en su tarea como profesor universitario y relator de congresos y seminarios.
Ha publicado, entre otros libros: Oficio de equilibrista – 21 casos periodísticos; Los ejercicios del ver – Hegemonía audiovisual y ficción televisiva, junto a Jesús Martín Barbero; Balsas y Medusa, sobre la política en los medios y desde Las Dos Orillas, sobre el Derecho a la Información.
Fue director del Centro Ático de la Universidad Javeriana, en Bogotá, el primer centro de recursos tecnológicos de información y comunicación en América Latina para el desarrollo de la educación y ha colaborado con la Fundación Gabriel García Márquez.
La junta directiva del Círculo de Periodistas de Bogotá le solicitó su colaboración para ser jurado de los Premios que se entregarán en la Noche de los Mejores el próximo 7 de febrero en el Teatro Cafam de Bogotá. Responsabilidad que aceptó “gustoso y como una excelente experiencia”.
–¿Para dónde va el periodismo colombiano?
–Como en todo el mundo, el periodismo vive una época de preguntas, turbulencias e incertidumbres. Pero lo que si se acrecienta es la validez de los principios que le dieron origen: el pluralismo, la investigación, la fiscalización de los distintos poderes, el rigor y la participación en la construcción de la vida pública.
–Después de ver los trabajos. ¿Cuál es su opinión sobre el periodismo colombiano?
–El panorama encontrado no es muy diferente al que he hallado en otros premios. Es un periodismo que está preocupado por los problemas de su propia sociedad: la corrupción, las violencias, las desigualdades económicas. Está tan saturado por todo ello que a veces olvida otros matices que tiene la sociedad. Matices problemáticos, pero también rendijas hacia el futuro.
–¿Cómo analiza el ingreso de nuevas tecnologías en el periodismo colombiano?
–Con mucho optimismo y con enorme curiosidad. Veo más trabajo colaborativo y de equipo. Una incidencia de la minería de datos, la visualización y el contexto digital. La convergencia tecnológica está trayendo nuevas oportunidades de diálogo entre los lenguajes del periodismo y las redes sociales son un lugar –complejo y abigarrado- para hacer un periodismo de inmediatez y controversial.
–¿El centralismo tiene dominado al periodismo colombiano?
–El centralismo ha tenido dominada la vida del país. No solamente el centralismo geográfico o institucional, sino el centralismo mental, de las ideas y las comprensiones. El centralismo de los actores de la sociedad. Por eso continúan siendo invisibles los territorios y sus gentes, las diferentes opciones de vida y buena parte de la sociedad que no está establecida sino emergiendo.
–¿Qué le impresionó en estos trabajos periodísticos?
–Hay un prejuicio en mi mirada. He visto lo que ya ha sido seleccionado. A veces es más importante ver lo que falta más que lo excepcional. Me llamó la atención el coraje de periodistas jóvenes que quieren explorar el país desde otros caminos y que el periodismo de campo no está totalmente clausurado. Por fortuna.
–¿Los libros son una solución para las denuncias?
–Los libros más que soluciones, son oportunidades. No solamente para denunciar, también para advertir, para curiosear, para resaltar, para imaginar. Me gustan los libros que se abren al debate, al llevar la contraria con argumentos. Con buenos argumentos. Y como diría Montaigne, para contar.
–¿Cuál debe ser el trabajo de las Facultades de Comunicación Social?
–El de estar atentas a los cambios que se están produciendo, el de acompañar los caminos de búsqueda de los jóvenes, el de renovarse, el de no ser sedentarias sino practicantes de los tránsitos. El de experimentar nuevos diálogos entre las disciplinas, los saberes, las emociones y las sensibilidades.
–¿Se nota que hay libertad de expresión en Colombia?
–La libertad de expresión existe cuando se da una verdadera conversación entre las diversas libertades civiles. No es una libertad solitaria y aislada. Si se asesinan líderes sociales se coarta la libertad como experiencia individual pero también como hecho colectivo. Cuando quedan territorios y personas invisibles en ellos se achica la libertad. Y una libertad achicada es menos libertad y más silencio.
–Principal problema para desarrollar el periodismo en Colombia
–Vivimos una época de mucha algarabía, de parlantes que con frecuencia ensordecen, de confusiones que se desvanecen en la banalidad. El periodismo es lo contrario a todo ello. Su principal reto es encontrar su nuevo lugar en la sociedad.

Marisol Cano: “En Colombia hay periodismo, y del bueno”

6 febrero 2020 –

Foto: Pontifica Universidad Javeriana.

Por: Comunicaciones CPB.

Para la decana de la Facultad de Comunicación Social de Periodismo de la Universidad Javeriana y jurado de los Premios de Periodismo del Círculo de Periodistas de Bogotá (CPB), en Colombia “las múltiples oportunidades que brinda el mundo digital han facilitado tanto las cosas, que corremos el riesgo de hacer un periodismo facilista y poco exigente”.
Luego de analizar más de mil trabajos presentados por unos quinientos periodistas de todo el país y que participaron en las once categorías propuestas para los Premios del CPB, la estudiosa en temas de información, considera también que las Facultades de Comunicación Social deben fortalecer los principios fundamentales del periodismo en el entorno digital.
“Temas como la independencia, la responsabilidad, la distancia de todos los poderes, el rigor, la contrastación, el interés público, la riqueza del lenguaje, la capacidad de poner a dialogar voces distintas y conocimiento del contexto y de la historia para lograr la mejor representación de la realidad, se les debe poner atención en las Facultades”, explicó.
Le sorprendió también que en los nuevos medios y en el uso de los recursos tecnológicos haga falta tanta edición, tanto cuidado de los textos y de las piezas. “Como todo cabe y todo puede ser publicado, se cae en prácticas poco exigentes, de poco rigor en la selección y el cuidado de las piezas, del lenguaje, de la estructura, de las narrativas, de la información”, dijo, luego de analizar los trabajos presentados.
Al ser consultada sobre cómo ve el Periodismo 2020, comentó que “con grandes asimetrías y necesitando más pausa y más autoexigencia”.
Considera también que la Academia puede apoyar al Periodismo de Investigación de varias maneras. “Aportando investigaciones en múltiples disciplinas, aportando análisis de grandes volúmenes de información, contribuyendo a formar ciudadanía en el mundo digital, suministrando fuentes, innovando, siendo laboratorio para proponer y experimentar con modelos de sostenibilidad para el periodismo de calidad, contribuyendo a la comprensión social del periodismo como un bien público, formando periodistas intachables en su comportamiento ético y exigentes en la calidad de su trabajo”.
Su experiencia como Jurado de los Premios CPB la califica como “enriquecedora”.
UNA VIDA EN EL PERIODISMO
Marisol Cano Busquets es periodista, catedrática y decana. Nació en Bogotá y es egresada de la Javeriana, en Comunicación Social. Docente universitaria por más de 20 años en las cátedras de Teorías de Comunicación, Periodismo Cultural, Deontología del Periodismo y Proyecto Profesional en Periodismo.
Doctora en Comunicación de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona y Magister en Estudios Avanzados en Comunicación Social en la misma universidad. En tres ocasiones ha sido galardonada con el Premio Nacional de Periodismo Simón Bolívar. Obtuvo la Medalla al Mérito Artístico y Cultural a Destacadas Mujeres del Arte y la Cultura, otorgada por la Alcaldía Mayor de Bogotá. Durante catorce años fue la directora del Magazín Dominical de El Espectador y fue directora de la Unidad de Medios de la Universidad Nacional, donde creó y dirigió UN Periódico.
Ha sido coautora de libros y revistas de periodismo, entre ellos, Tinta indeleble: vida y obra de Guillermo Cano Isaza. En la actualidad es Decana de la Facultad de Comunicación Social de la Universidad Javeriana.
Los ganadores de los Premios de Periodismo CPB se darán a conocer en la ceremonia “La Noche de los Mejores” que se realizará este 7 de febrero en el Teatro Cafam de Bogotá y que además contará con una transmisión de televisión que contará con la producción de Caracol Televisión y la emisión de Canal Capital.
Será también el encuentro de más de mil comunicadores y periodistas del país.

 

Fernando Ramos: “Sin investigación no hay buen periodismo”

3 febrero 2020 –

Foto: Twitter.

Por: Prensa CPB.

Para Fernando Ramos, corresponsal de CNN en español y jurado de los Premio CPB 2020, de Periodistas para Periodistas, que año a año organiza el Círculo de Periodistas de Bogotá, hay que incentivar a nuevos comunicadores para que hagan investigación.

“Durante los últimos años hemos visto a los mismos periodistas en ese oficio. Debemos recordar que sin investigación no hay buen periodismo y simplemente, nos quedaríamos en la anécdota”.

Sorprendido por la cantidad y calidad de los trabajos puestos a consideración del jurado, 502, por 1055 periodistas del país, dijo: “Creo que lo más rescatable de esta encomienda que nos dio el CPB, fue la posibilidad que tuvimos, con varios colegas, de empezar a debatir los temas de fondo de periodismo, de hacernos una especie de autocrítica y de formular nuevas formas de hacer este oficio”.

“Descubrimos a través de estos trabajos a otro país. Muchas de las temáticas que son las de siempre, pero también hay obras que muestran un esfuerzo, dedicación y un interés por nuevas narrativas, por mostrar otros contenidos que no se hablan en periodismo normalmente”, agregó.

“Se están empezando a utilizar estas nuevas herramientas tecnológicas, pero esto implica un reto en cuanto a la calidad. No es solamente utilizar un dron, sino saber para qué se utiliza, cuándo y cómo se justifica incluir una imagen con este medio”, explicó.

“El Periodismo encuentra nuevas formas para contar las informaciones. Las cosas que se hacen, por ejemplo, con un celular. Hoy en día, cualquier periodista, que tenga imaginación y capacidad de investigación puede hacer periodismo desde cualquier parte, en cualquier hora y se convierte su información con un celular, en un medio de comunicación”, agregó.

“En Colombia hacemos buen periodismo. Encontramos que se está dando voz a mucha gente que muchas veces no la tenía, se está volviendo a la vieja escuela de la reportería, entrevistando a la gente en la calle, escuchando voces y a esa otra Colombia, a personas que no tiene oportunidad en los grandes medios. Para esto sirven las nuevas tecnologías”, puntualizó.

“Las regiones también expresan sus problemáticas y son nuevas puertas para conocer a Colombia”, concluyó.

Fernando Ramos nació en San Onofre, Sucre. Comenzó su carrera en los años 90 en el Noticiero del Medio Día, que luego sería el Noticiero Nacional. Ejerció también el periodismo en 7 AM Caracol y fue subdirector del noticiero RCN, en las secciones de la mañana y los fines de semana. Ha dicho que “hacer periodismo en Colombia es una de las cosas más fascinantes del mundo”. Sus primeros intentos en el periodismo comenzaron enviando cartas a los diferentes periódicos, las que de pronto empezaron a ser publicadas. Eran escritos que debían mantener actualidad aún después de pasado un tiempo, porque no sabía cuándo se iban a divulgar. Así inició su carrera en el periodismo.

En la época en que se encontraba frente a la subdirección de RCN, la cadena de noticias estadounidense lanzó un concurso para escoger el corresponsal en Colombia. Se postuló y resultó escogido entre varios colegas e incluso compañeros de trabajo.

Desde el Teatro Cafam de Bogotá, este viernes 7 de febrero, con la producción de Caracol Televisión y la transmisión de Canal Capital, se llevará a cabo la Noche de los Mejores, ceremonia donde se premiarán once categorías y se entregará el Premio al Mérito Periodístico Guillermo Cano Isaza, otorgado por la junta directivas el CPB.

En el Hay Festival debatieron sobre el periodista como servidor de la sociedad

3 febrero 2020 –

Tomado de: RCN Radio.

En el marco de este evento cultural se hizo un homenaje a Javier Darío Restrepo, director del Consultorio Ético de la Fundación Gabo.

n la edición número 15 del Hay Festival en Cartagena, la directora de Noticias de RCN Radio, Yolanda Ruiz y la periodista Mónica González conversaron sobre la importancia de recuperar la confianza de lectores y oyentes, de forma que  se contribuya a las necesidades informativas de la audiencia y al servicio de la democracia; además, resaltaron los retos de la ética periodística.

¿Realmente existe la ética periodística?, se cuestionaron. “Está muy de moda tirarnos piedra y decirnos vendidos, Javier Darío Restrepo define que la ética no se enseña, no se aprende, no se obliga, la ética es algo que tú decides, es entender lo que hace el periodismo, el objetivo mismo no es el poder es el servicio público, y creo que la ética nos hace querer ser mejores”, dijo Yolanda Ruíz.

La periodista agregó que es necesario“construir todos los días algo distinto, cumplir con nuestra labor como veedores de todos los poderes; sí existe la ética pero la violamos, y es una de las razones por la cuales se pierde la confianza, pero también hay periodismo corrupto, la mayoría de los colegas que hace trabajo de campo, hacen su labor pero muchas veces terminamos pagando justos por pecadores, es hacer un periodismo que entienda lo que eso significa, es contarle a la sociedad lo que significa saber aunque no quiera saberlo”.

A este gran interrogante, sobre si existe la ética periodística, la periodista y escritora chilena Mónica González, aseguró que sin ética no hay periodismo, “y sin periodismo no tenemos libertad. La ética y la libertad van ligadas, porque enfrentamos el peligro de la democracia”.

“El problema ético es intrínsecamente de conciencia, para la difamación están los tribunales, pero la ética es un problema de conciencia, hay que tener un clima ético que obligue a que la vida es más importante que la propiedad, por lo menos yo quiero saber quiénes son esos más de 700 líderes sociales que han sido asesinados en Colombia después del proceso de paz”, manifestó.

Aclaró que los periodistas necesitan, en cada redacción, el recordatorio ético.“No debemos omitir ni ocultar, eso se llama ser cómplices de masacres, y en nuestro continente estamos llenos de esos, de cómplices activos y pasivos, de abusos, de despojo de tierras y del mal vivir”, afirmó.

González recordó además el discurso de Gabriel García Márquez en 1982 cuando recibió el Premio Nobel de Literatura. “Él entendió que la calidad de vida está ligada a un periodismo con verdad y ética, en ese discurso, nuestro premio nobel hablaba de lo que no se habla en los medios”, indicó.

Búsqueda de la verdad

Sobre este tema, la directora de Noticias Yolanda Ruíz expresó que hay que tratar que el periodismo se salga del escenario de la polarización,  “debemos revisar el papel que hicimos durante el momento del conflicto, se debe buscar el objetivo o sea acercarse a la verdad, dar contexto, escuchar las distintas voces, hay un reto que es hacer la tarea bien hecha”.

En un escenario donde no ha acabado la violencia, el trabajo del periodismo es descubrir los liderazgos tóxicos y tratar de desenmascarárlos. Las nuevas tecnologías nos han planteado unos retos enormes: los ciudadanos tienen la posibilidad de contar lo que puedan, la información se mueve a una velocidad que los periodistas no podemos controlar, estamos ante una escenario de herramientas que empoderaron a la ciudadanía, una persona con un celular no es periodista y por eso no podemos perder el norte”, indicó Ruíz.

“Aplaudo que todos puedan informar cualquier situación, eso es democracia, y es la posibilidad de contar, pero eso no es periodismo, el buen periodista confirma, luego contrasta, contextualiza y luego publica”, sostuvo.

En medio del conversatorio, Yolanda Ruiz recordó un capítulo de su libro En el filo de la navaja, tras señalar que “estamos cediendo a la dictadura del clic”, y sobre esto reflexionó: “el periodismo no es publicar algo que pueda ser falso, no es esperar un me gusta o algo que me de tráfico, en el caso de Colombia, tenemos que saber lo que estamos viviendo en un país que nos necesita debemos entender la realidad y usar las nuevas tecnologías como herramientas valiosas para hacer buen periodismo”.

Confianza

La directora de Noticias de RCN Radio indicó que “no se inventa lo que hoy sucede en el país, pero la gente piensa que solo mostramos la tragedia que ocurre, cuando tenemos que cubrir secuestros, masacres, muertos decapitados, se dejan de ver otras cosas, por eso yo todas las mañanas digo: pasan otras cosas, como la minería ilegal, los problemas de la salud y la educación, aquello que no se vio por enfrentar la guerra”.

Y al respecto recomendó:“tenemos que abrir la ventana para poder entender lo que pasa, tenemos que mirar lo que ocurre, hay crisis en el periodismo, pero hay crisis de confianza en las instituciones. La libertad de prensa es un derecho de la sociedad de estar bien informada”.

En compañía de Jaime Abello Banfi, Yolanda Ruiz y Mónica González concluyeron que el periodismo es una de las bases esenciales de la democracia. “A la sociedad le digo que tener buenos medios de comunicación depende de ellos mismos, de la información que están demandando y construyendo”, señaló.

“Debemos ser talentosos para escribir historias que nos permitan sacar el miedo, lo que está en peligro hoy día no es la libertad de expresión, es el acceso a la buena información”, apuntó.

El coronavirus pone a prueba al periodismo

3 febrero 2020 –

Foto: GETTY IMAGES / ANTHONY KWAN. 

Tomado de: El País (España).

La frontera entre la información y el alarmismo, o en temas de salud es muy tenue y la aparición de un nuevo coronavirus en China ha puesto otra vez a prueba a los medios de comunicación. El debate entre los lectores de EL PAÍS saltó desde que se publicó la primera noticia hace tres semanas. Desde entonces, casi todos los días hay alguien que critica al diario porque cree que exagera el problema. Otros opinan lo contrario. La polémica no acaba pese a que el propio periódico ha llamado públicamente a la cautela y la mesura.

El problema del nuevo virus fue identificado el 16 de diciembre en un hospital de Wuhan (China), pero Pekín no informó a la Organización Mundial de la Salud (OMS) hasta el 31 de diciembre. Diez días después, EL PAÍS publicó en la web la primera información con este titular: Un virus similar al SARS, responsable de la misteriosa neumonía en China.

En el texto se indicaba que había 59 personas infectadas, pero ningún fallecimiento. La comparación con el SARS (Síndrome Respiratorio Agudo Grave), que causó 774 muertes en 2002 y 2003, provocó las primeras críticas. Esto comentó un lector en la web: “Venga, a alarmar. 59 afectados por una pulmonía a lo sumo, cero muertos”. Otro le respondió: “Pues es para alarmarse. Si el virus procede de un animal (como se cree), hay un grave problema de salud pública que puede provocar una epidemia”.

Fue el principio de un debate que se disparó cuando el periódico comenzó a publicar el tema en su edición impresa a partir del 17 de enero. El titular en la página 26 de ese día fue: La OMS vigila el avance del virus descubierto en China y detectado en otros dos países. Para entonces, la enfermedad se había cobrado una víctima mortal. Y dos más el día 20, cuando el encabezamiento en la web fue este: El mortal virus de Wuhan se expande por China. El lector Pedro Brañas me dijo por correo que le parecía “inaceptablemente alarmista”. “No me parece un titular responsable para un periódico serio”.

Siete días después, los infectados eran ya 4.400 en una veintena de países —la mayoría en China, pero la infección ya había llegado a Europa— y la cifra de fallecidos superaba el centenar. Aun así, algunos lectores mantenían posiciones críticas como estas: “Este extraño virus tiene a todos los medios de comunicación poniendo a la población en alerta emocional como si se tratara de la epidemia del fin del mundo”; “alarmismo, que hay que vender”; “esta retransmisión puntual de cada caso solo sirve para transmitir paranoia y alarmismo”.

Varios lectores se preguntan por qué el periódico narra esta infección y no los graves efectos de la gripe. En la temporada 2018-2019, recuerda C.F., la gripe costó la vida en España a 6.300 personas.

Oriol Güell, especialista en sanidad y firmante de varias informaciones sobre el coronavirus, sostiene que el periódico está cubriendo con amplitud, pero también con prudencia, “una información de gran relevancia científica y médica y, por tanto, de indudable interés para los lectores”. Entre el 20 y el 27, dos noticias sobre el coronavirus estuvieron entre las diez más leídas del periódico y el 30 fue la más seguida cuando la OMS declaró la alerta internacional. “Desconocemos la magnitud que tendrá esta epidemia e informar de su evolución día a día es una obligación ineludible de los medios”, afirma Güell. Añade que la gripe común (como el tabaco, el tráfico o los suicidios) causa miles de muertes al año, pero “son fenómenos ya conocidos”, mientras el coronavirus de Wuhan “es algo nuevo de consecuencias aún imprevisibles”.

Para justificar semejante cobertura (medio centenar de textos en 15 días), Güell recuerda que las magnitudes de esta infección no tienen precedentes: 10.000 infectados en 25 países (España incluida) y más de 200 muertos en un mes, confinamiento de 56 millones de personas en 13 ciudades chinas, impactos bursátiles mundiales, medidas de prevención en miles de aviones y aeropuertos, repatriaciones de extranjeros…

Datos objetivos avalan que el comportamiento del diario no ha sido excesivo. EL PAÍS solo abordó el tema cuando hubo pruebas de la gravedad del caso: el 9 de enero en la web y el 17, en papel. Hasta el 21, no apareció ninguna llamada en primera página y el 24 fue, por vez primera, la principal noticia de la portada con un titular informativo, no alarmista: China aísla a 21 millones de personas para frenar la expansión del virus.

Incluso el periódico publicó un editorial el día 29 titulado Ponderación, en el que decía: “Hay que mantener una atenta vigilancia, pero sin caer en alarmismos que puedan agravar los daños consustanciales a una epidemia de esta naturaleza”.

Como ha señalado The Economist, “el mundo está mejor preparado que nunca para detener el coronavirus de Wuhan”. Es así, porque los gobiernos —el chino, el primero— y las autoridades sanitarias han aprendido de graves errores del pasado. Salvando las diferencias, también los periódicos, y entre ellos EL PAÍS, han aprendido de equivocaciones del pasado.

Cómo escribo mis crónicas

3 febrero 2020 –

Por Alfonso López Michelsen.

Nunca se me había venido a la mente auscultar el proceso de cómo escribo mis crónicas. Sin el requerimiento propio de la curiosidad periodística del director de “Opiniones”, don Arturo Villar Bergnes, probablemente nunca habría hecho esta confesión ante el público, ante Dios, ante mí mismo.

Divido mi tarea en dos etapas: La primera, generalmente obra del subconsciente, buscando el tema. La segunda, que yo llamaría de carpintería, poniéndolo en blanco y negro sobre el papel.

Hallar un tema que interese al mayor número de lectores y darle un tratamiento nuevo, no es cosa fácil. Toma a veces varios días y aun varias semanas, mientras rueda en la cabeza algo que se oyó en una conversación, que se leyó en un libro o de lo cual se fue testigo. Poco a poco se van elaborando los conceptos, en momentos de reflexión, y, finalmente, se van seleccionando los giros más apropiados para el tono que se le quiere dar al escrito, en procura del sector de la opinión lectora al cual se quiere llegar. Cuando comienzo a escribir –generalmente lo hago al dictado—no solamente tengo los conceptos ordenados sino los ejemplos y los vocablos a flor de labio, para entregar el mensaje que me propongo divulgar.

Escribir con claridad y en frases breves no parece una tarea difícil. Es, como decía el ingenio español, “hablar como mi madre hablaba”; pero se hace indispensable adornar la prosa, dándole cierto contenido literario, que no aparezca traído de los cabellos, y enlazar naturalmente las distintas partes de la oración.  Confieso que tengo horror de los superlativos y de las alusiones imprecisas, tanto como el uso de adjetivos gastados en los últimos tiempos como el reiterado “formidable” y el “tremendo”, que se predica por igual de la explosión demográfica y del puño de Kid Pambelé. Tampoco me engolosino con el procedimiento relativamente frecuente entre mis compatriotas de sustituir las palabras de uso corriente en nuestro medio por aquellas castellanas que aparecen afectadas y postizas en América, y que, para sorpresa mía, es algo de recibo como ejemplo del buen decir entre los profesores de segunda enseñanza, cuando se trata de la docencia de la lengua o de la calificación de los trabajos de los alumnos. Escribe bien, en este sentido, quien dice: “el labriego arriaba las acémilas por las dehesas”, y no quien escribe: “el campesino arriaba la recua por entre los potreros”. La reacción ha producido el abuso en el empleo de estos giros librescos ha sido tan extrema, con toda reacción violenta, que muchos han acabado por caer en la literatura de la alcantarilla. Trato de evitar uno y otro extremo.

El mayor problema con que tropieza el escritor, pero principalmente quien aspira a periodista, es el reducir a unas pocas cuartillas su pensamiento, procurando alcanzar la rara virtud de la concisión. Alguna vez en Francia mi profesor de latín me decía que la medida de un buen escritor estaba en la posibilidad de ser reducido al latín sin recurrir a expedientes aclaratorios. Lo ampuloso, lo retórico, lo insustancial, que permiten nuestras lenguas, no se puede aprisionar en cláusulas latinas. Sobre agregar que aquello que no es claro riñe, también, con un idioma en donde la construcción no permite incluir varios conceptos en una misma frase. Por cierto que el inglés, a pesar de contar con uno de los vocabularios más ricos de las lenguas modernas, tiene, en común con el latín, el mismo imperativo de uno admitir simultáneamente en la misma frase varios conceptos. En un idioma en donde no solamente impera, con contadas excepciones, la frase corta (la sentencia, si se pudiera traducir literalmente) sino también en donde, no obstante, la posibilidad de decir correctamente, en dos tres o cuatro formas, la misma idea, solo una, ya estereotipada, es de recibo. Construir frases a golpes de diccionario condice a veces a fabricar oraciones sin sentido. De ahí que, para mí la mayor dificultad, cuando trato de pergeñar mis crónicas, reside, después de la selección del tema, en la búsqueda de la claridad y de la concisión. Siempre recuerdo aquella carta de Madame de Sevigné a Madame de Grngman disculpándose de no tener disponible tiempo largo para escribir corto, lo cual constituye, en todo tiempo, una verdad de a puño. Siglos más tarde, Churchill, al dar consejos a un aprendiz de literato, le ponía de relieve cómo, para un discurso de diez minutos se necesitaban seis horas de preparación, a tiempo que, para uno de media hora, bastaban tres y cuando solo se disponía de una hora lo mejor era dedicarla a una intervención de una hora.

El tormento de estar sentado frente a una cuartilla virgen que se impone llenar con la pluma o con las teclas de una máquina de escribir no existe para mí. Dictar es una especie de conversación, que fluye naturalmente. Cuando se tiene por interlocutor a la misma persona, que ya conoce todas nuestras manías, no nos asalta ningún pudor de pensar en su presencia, y, lo que es más frecuente, de romper lo ya escrito, o ensamblarlo, en forma diferente, recortando con un par de tijeras los distintos puntos y parte.

Y, una última observación. Hace muchos años me había impuesto el hábito de consultar cada uno de mis escritos con el mayor número de personas entre quienes consideraba versadas acerca de los distintos temas. Su consejo, siempre valioso, pero contrario al de algún otro d ellos consultados, me iba obligando a restarle aristas a mis afirmaciones hasta convertirlas en un promedio de opiniones antagónicas y contradictorias. He preferido desde entonces darle rienda suelta a mi vehemencia y aun excederme en defensa de mis convicciones. Persuadido, como estoy, que el valor de un escrito depende de su capacidad de suscitar inquietudes en el lector, he llegado a la conclusión de que para abrir la puerta se impone golpear con aldabonazos tan fuertes que hagan despertar de su letargo a un muerto.

Tomado de la revista Periodismo, órgano de la Agencia Colombia Press. 1982.

 

¿Puede trasladarse el modelo de promociones de los periódicos impresos al digital? El caso de The Telegraph

3 febrero 2020 –

Tomado de: Laboratorio de Periodismo.

En la década de los 90 y el primer lustro del siglo XXI, (aunque aún colea incluso ahora la práctica en algunos periódicos) el sector de la prensa mantuvo e incluso incrementó notablemente sus grandes cifras de venta debido, en una gran parte, a la agresiva política de promociones que se llevaba a cabo.

Con la compra del ejemplar diario, se recibía una cartilla que debía rellenarse con varios cupones, para obtener gratis, o a un precio competitivo, desde libros, películas, colecciones de láminas, etc., hasta otros objetos algo más ajenos a la función cultural del periódico como sartenes y ollas, mantas, fundas nórdicas, robots de cocina, secadoras y hasta taladros percutores.

Los editores y directores generales ya sabían que la difusión real se había frenado y que las cifras de venta al punto, en general, se mantenían o incrementaban si se acertaba con la promoción, pero ya no guardaban esa relación tan directa de antaño con respecto al producto periodístico per sé.

Los quioscos se poblaron de cachivaches y semejaban más una tienda de todo a 100 que un espacio en el que se ofrecían revistas y periódicos. Cuando el boom de las promociones pasó, aunque algunos medios siguieron enzarzados en postreros rifirrafes promocionales, los periódicos se vieron cara a cara con sus verdaderas cifras de difusión.

Aunque evidentemente la crisis que sobrevino después y puso patas arriba la industria de los medios tal como la conocíamos, tuvo muchos aristas, esta de las promociones no fue banal.

Más pendientes de las promociones que de la calidad periodística

Durante la época de las grandes promociones, una gran parte de los directivos de los medios estaban más preocupados por conseguir una buena promoción que de supervisar el producto periodístico en sí y evitar que se fuera alejando de la ciudadanía. Y cuando el poder de las promociones se derrumbó, se vio que el rey estaba desnudo.

Ahora que empieza la batalla por conseguir usuarios de pago en los periódicos digitales, en un mercado reducido en muchos países, y en el que se sabe que el que primero que capte al lector, más opciones tiene de retenerlo, la pregunta es: ¿Puede trasladarse aquel modelo a las estrategias para captar suscriptores digitales?

The Telegraph y su agresiva promoción para captar suscriptores digitales ADA

Uno de los primeros periódicos que está probando la fórmula es The Telegraph. The Telegraph ha tenido un crecimiento del 44% en suscripciones digitales en 2019, hasta alcanzar  los 213.868, superando por primera vez las 209.443 suscripciones de la edición impresa. El mes pasado, el Telegraph logró el récord de suscripciones.

¿Qué está ofreciendo el Telegraph a aquellos que compran una suscripción digital ADA (All Digital Access) de un año? Un Fitbit charge 3, una pulsera de actividad con un precio oficial de 149,95 euros (aunque hay ofertas periódicas por debajo de los 100 euros).

Página de suscripciones de The Telegraph. Recuadrada en rojo, la oferta.

Por la suscripción ADA cobra 200 libras, unos 235 euros. La suscripción ADA brinda a los lectores acceso ilimitado a toda la información, desde todos los dispositivos y una App premium, así como servicios sólo premium “que ofrecen una perspectiva completa y noticias de última hora las 24 horas del día y los 7 días de la semana”.

La apuesta de The Telegraph llega en un momento en el que hace poco decidió salirse de la Audit Bureau of Circulations (ABC), la empresa que audita las ventas de la edición impresa en Reino Unido (como la OJD en España), porque el grupo va a centrarse “en una estrategia de “suscriptor first” respaldada por una inversión a largo plazo en la transformación digital de The Telegraph”, apuntaba la editora en un reciente comunicado.

Es decir, han decidido, al menos sobre el papel, dejar de preocuparse por la “foto fija” de la edición impresa, y centrar sus esfuerzos en captar a los usuarios de pago digitales antes que nadie, mediante agresivas promociones como la del Fitbit.

La pregunta es: ¿Puede funcionar el modelo de las promociones de prensa al entorno digital?

La pregunta es: ¿ese modelo de agresivas promociones para captar suscriptores digitales, como lo fue antaño en la edición impresa, puede funcionar y lograr que se fidelicen los suscriptores, o cuando acaben los 12 meses de suscripción (el equivalente a lo que duraban las promociones coleccionables en prensa), el suscriptor cancelará la cuenta? 

IRAK | Tres periodistas muertos y un intento de asesinato en lo que va de año

3 febrero 2020 –

Foto: Pixabay.

Tomado de: RSF.

El primer mes de 2020 ha sido especialmente duro para la prensa iraquí: tres periodistas han sido asesinados, mientras que una cuarta ha escapado de un intento de asesinato. Reporteros Sin Fronteras (RSF) expresa su enorme preocupación por la intensificación de los ataques contra la prensa e insta a las autoridades a fortalecer la protección de los periodistas.

El jueves 30 de enero, la periodista Ashteaq Adel, columnista del programa ‘Extra’ en Asia TV, escapó de un intento de asesinato en la capital, Bagdad. Varios hombres armados que llegaron en motocicletas dispararon contra ella, pero no lograron alcanzarla directamente. En estado de shock, Adel fue trasladada al hospital para recibir tratamiento médico.

Ashteaq Adel presenta una columna en el programa ‘Extra’ donde explica las noticias nacionales al público. En su espacio del 8 de diciembre, pidió a las autoridades que se responsabilicen por la gran cantidad de manifestantes asesinados desde el inicio de las protestas populares en octubre. Según la última evaluación de Amnistía Internacional, las manifestaciones ya se han cobrado la vida de 600 personas.

«Los periodistas iraquíes que cubren las manifestaciones ya no son los únicos objetivos, porque están en peligro incluso aquellos que hablan de ello en sus programas», advierte la oficina de RSF en Oriente Medio. «Las autoridades iraquíes deben hacer todo lo posible por esclarecer este intento de asesinato y garantizar la seguridad del columnista de Asia TV, pero también, en general, de los periodistas y fotógrafos iraquíes que son blancos directos».

Aunque Ashteaq Adel escapó de la muerte, diez días antes, el fotoperiodista Youssef Sattar recibió un disparo en la cabeza mientras cubría las protestas en el distrito Bab Al-Sharki, en el centro de Bagdad.

El 10 de enero, otros dos periodistas también murieron por cubrir las protestas. Ahmad Abdelsamad, corresponsal de la cadena Dijlah TV, recibió un disparo mortal en la cabeza y su cámara, Safaa Ghali, que resultó gravemente herido por los disparos, murió a causa de las heridas después de ser llevado al hospital.

Estas tres muertes desde el comienzo del año se suman a una cifra ya alta. Desde el inicio del movimiento de protesta, seis periodistas iraquíes han sido asesinados. Todos fueron atacados deliberadamente.