Crculo de Periodistas de Bogot

Archivos marzo 2020

Periodismo de calidad en tiempos de alarma

27 marzo 2020 –

Tomado de: Eleconomista.es –

En el plazo de muy pocas semanas, España y el mundo entero se han sumergido en una pesadilla. La primera epidemia global en más de cien años ha provocado una psicosis colectiva sin precedentes, que aumenta día a día a través del miedo que provoca la incertidumbre sobre el presente y el futuro. Nuestros allegados enferman y mueren. Los recuerdos de los encuentros con amigos y familiares quedan lejanos. El confinamiento multiplica la ansiedad. Una situación que parece no tener fin.

Pero la progresión del virus se contendrá -eso lo comprobaremos antes o después-, con investigación, con conciencia social y con medidas de prevención y de aislamiento. Y tendremos que superar la del miedo, que atraviesa puertas y fronteras a una velocidad escalofriante. Superar esta última precisará de un esfuerzo colectivo sin precedentes en el que el papel de los medios de información, de los editores y periodistas, será esencial. Sólo proporcionando una información cercana, útil, veraz, completa, rápida, precisa y comprometida con los ciudadanos lograremos frenar el temor al contacto social. A la normalidad.

El periodismo es, sin duda, el mejor antídoto contra la desinformación, los silencios y las mentiras que, premeditadamente, generan movimientos interesados en el desequilibrio de las instituciones. Intereses que se multiplican con igual rapidez que el propio coronavirus, generando una situación grave y confusa, dañina para todos los que la estamos padeciendo.

Ante estas circunstancias, nuestra responsabilidad como editores y periodistas es más importante que nunca. Seguramente, el mayor reto al que nos hemos enfrentado desde la Segunda Guerra Mundial. Los ciudadanos de todos los países tienen ahora no solo el derecho, sino la necesidad urgente de nuestro trabajo. Es verdad que nos encontramos ante una contingencia nueva y, por tanto, desconocida para todos, pero los medios de comunicación hemos demostrado históricamente que sabemos cómo reaccionar ante este desafío; cuanto más complicada era la situación, más evidente ha sido nuestra capacidad de reaccionar, haciendo nuestro trabajo con más esfuerzo, más esmero, más seriedad y más eficacia.

Los periodistas y editores somos, antes que ninguna otra cosa, un servicio público de primera necesidad. Lo mismo que los médicos, los enfermeros, los fabricantes de material sanitario, los policías o soldados, los repartidores… estamos en la primera línea de este combate común, aun a costa de nuestra salud, conscientes de que tenemos el deber inexcusable de garantizar el derecho de los ciudadanos a saber la verdad. No otra cosa. La verdad de lo que sucede.

Por lo tanto, nunca como ahora hemos sido tan necesarios. Nunca como ahora ha sido tan evidente nuestra función de cohesión social, de defensa del sistema democrático, de estímulo de la solidaridad y de la conciencia ciudadana. Nunca como ahora ha sido tan grande nuestro afán de hacer el mejor periodismo. Nunca tan loable nuestro compromiso con la verdad; un deber social y ético inexcusable.

Y, pese a todo, nunca lo hemos tenido más difícil que ahora. La inmensa mayoría de nuestros medios no son de titularidad pública, sino privada. Somos empresas que necesitamos recursos para hacer nuestro trabajo y prestar eficazmente nuestro servicio a la sociedad. El terremoto de internet y la terrible crisis económica mundial, que comenzó en 2008, supusieron para la prensa libre y democrática de todo el mundo un golpe durísimo y un reto sin precedentes. Muchos no sobrevivieron. Otros, emprendimos una difícil transformación profesional y estructural para adaptarnos a las necesidades informativas de una sociedad cambiante en sus valores, pero sobre todo en su tecnología. A un ritmo sin precedentes. Tras años de sacrificios lo estábamos consiguiendo. Con enormes dificultades, pero viendo ya la luz al final del túnel.

Y entonces llegamos a este nuevo escenario, de improviso, sin precedentes cercanos, casi con la virulencia y la rapidez de un rayo. Y se produce una paradoja perversa; el periodismo se hace más necesario que nunca, las audiencias se multiplican, pero nuestros medios de subsistencia se evaporan en días, y con ellos nuestro sustento para sobrevivir. La publicidad prácticamente ha desaparecido. Comprar periódicos es cada vez más complicado. El frenazo económico mundial, que apenas tiene precedentes en el tiempo que nos ha tocado vivir, nos ha afectado de una forma brutal. Precisamente ahora, cuando se nos exige –y nos exigimos a nosotros mismos– más que nunca, tenemos menos medios que nunca.

Prestamos un servicio esencial en unas circunstancias tan excepcionales como las actuales

Prestamos un servicio esencial en unas circunstancias tan excepcionales como las actuales. No podemos cesar en nuestra actividad. No podemos cerrar ni tomarnos unas semanas de descanso hasta que todo esto pase, porque eso sería traicionar a la sociedad que ahora mismo nos necesita de manera perentoria. Pero necesitamos encontrar solución a nuestros problemas. Necesitamos financiación a corto plazo, necesitamos liquidez, necesitamos un puente que nos permita llegar hasta el otro lado del río sin ahogarnos en el intento.

El sacrificio, esfuerzo y responsabilidad la estamos poniendo los periodistas

Ahora se ha de ver el compromiso con la libertad de expresión y con el derecho a la información de las autoridades, de los gobiernos, de las administraciones públicas y de organismos oficiales. Si de verdad creen –y sabemos que muchos lo hacen– que nuestros medios, esos que mantienen 36.000 puestos de trabajo directos y 160.000 indirectos, no son sólo necesarios sino indispensables para apuntalar la serenidad en una sociedad atemorizada; si están convencidos, como nosotros lo estamos, de que esa serenidad se logra con una información veraz, completa y recta; si no dudan de la necesidad que tienen los ciudadanos de disponer de medios sanos e independientes, entonces tienen la obligación de posibilitar nuestra existencia y de permitirnos superar este trance facilitando nuestro trabajo. El sacrificio, el esfuerzo y la responsabilidad los estamos poniendo nosotros. Que nadie tenga la tentación de confundirse: los medios de comunicación constituimos un pilar esencial de la convivencia democrática, con nuestros errores y con nuestros fallos. Una sociedad sin medios solventes no podrá jamás sentirse una sociedad libre y en ella la convivencia estará seriamente amenazada.

No estamos hablando de beneficios ni de cuentas de resultados. Ahora eso no importa. Hablamos de mantenernos vivos para continuar con nuestro compromiso de apoyo a los ciudadanos, a su dignidad, a la cohesión social, al sostenimiento de la democracia. Hablamos de poder seguir haciendo buen periodismo pese a las circunstancias, de continuar con nuestra labor, aún a costa del enorme sacrificio que a todos se nos está exigiendo en este terrible trance. Hablamos, en definitiva, de que los medios puedan continuar con su compromiso irrenunciable en defensa de la libertad y del futuro democrático de nuestro mundo.

Coronavirus y periodismo: ¿es el «home office» como ver los toros desde la barrera?

27 marzo 2020 –

Foto: @derega.

Tomado de: marketingdirecto.com –

Puede que el periodismo esté sobreviviendo al teletrabajo impuesto por el COVID-19, pero cuando todo pase, regresará a las redacciones y desde allí volverá a dar el salto a la calle, que es, fin y al cabo, su hábitat natural.

La pandemia del coronavirus ha forzado a muchísimos medios a trasladar sus redacciones a los casas de sus empleados (y a hacer de alguna manera periodismo desde el sofá).

A no pocos les sorprende que tantísimos programas de televisión puedan seguir emitiéndose y también que tantísimos diarios y revistas puedan seguir recalando en los quioscos cuando buena parte de su plantilla se ha acogido al «home office» (ese que tanto venía reclamando, por cierto, la galaxia periodística desde hace tiempo).

Se supone que el teletrabajo no ha hecho sino acelerar aún más la digitalización de un sector, el periodístico, en el que muchos contemplaban hasta hace poco con más recelo que otra cosa herramientas como las utilísimas videoconferencias, explica Ulrike Simon en un artículo para Horizont.

Aunque confinados en casa, los periodistas pueden seguir viéndose las caras los unos a los otros, pueden continuar debatiendo y pueden organizar sus flujos de trabajo desde la distancia. Este fue al menos el balance (entreverado de optimismo) que muchos hicieron de los primeros días de cuarentena.

Entretanto los medios se llenaron de consejos para lidiar mejor con el «home office«. Se recomienda encarecidamente cuidar el aseo (más allá de las manos), no estar todo el día en pijama y vestir adecuadamente (sin necesidad de ponerse, eso sí, de tiros largos), hacer pausas y procurar hacer algo de ejercicio (por aquello del «mens sana in corpore sano»).

¿Están el teletrabajo y el periodismo hechos realmente el uno para el otro?

Así y todo, y pese a que el teletrabajo ha sido colmado de lisonjas en los últimos días (al «home office» se le adjudican auténticos milagros desde el punto de vista de la productividad, por ejemplo), no todo es de color de rosa en esta práctica laboral. Hay, de hecho, profesionales que simple y llanamente no están hechos para el trabajo.

¿Por qué? Porque están huérfanos de la disciplina necesaria y porque para ellos la cercanía es mucho más que contemplar el vello que asoma de la nariz de sus colegas y husmear la decoración de sus hogares mediante videoconferencia.

Hay además una enorme diferencia entre trabajar desde casa de manera forzosa y hacerlo por voluntad propia y después de una cuidadosa preparación en la que estén involucradas sillas ergonómicas y habitaciones consagradas en exclusiva al teletrabajo).

Puede que el periodismo esté sobreviviendo (como puede) a la reclusión en casa impuesta por el COVID-19, pero una vez saboreadas las mieles (no necesariamente almibaradas) del «home office» regresará a las redacciones y desde allí volverá a dar el salto a la calle, que es donde está, al fin y al cabo, su hábitat natural.

Que el confinamiento haya hecho descubrir (por fin) a los periodistas y muchísimos otros profesionales las maravillas solapadas a las nuevas tecnologías es una buenísima noticia. Pero lo cierto es que las personas se comunican de manera diferente cuando no media un dispositivo entre ellas. Y por eso ninguna genialidad tecnológica podrá reemplazar lo que tanto echan en falta ahora los periodistas: la comunicación cara a cara.

El periodismo necesita para germinar cercanía y esa cercanía es inevitablemente de naturaleza física. Implica mirarse a los ojos y interpretar el lenguaje corporal de las personas. Todo ello es inherente a la comunicación en su vertiente más humana. Y el periodismo está adscrito, al fin y al cabo, a la industria de la comunicación, ¿o no?, se pregunta Simon.

Bendición Urbi et Orbi. Papa: “la oración es nuestra arma vencedora”

27 marzo 2020 –

Foto: Vatican Media.

Tomado de: vaticannews –

El Papa Francisco eleva su suplica al Señor y nos pide que confiemos en Él y respondamos a su llamada a “convertirnos”. También nos pide que sigamos el ejemplo de las personas corrientemente olvidadas que están en el timón de la barca en estos momentos de crisis sanitaria por la pandemia.

Mireia Bonilla – Ciudad del Vaticano

“Al igual que a los discípulos del Evangelio, nos sorprendió una tormenta inesperada y furiosa. Nos dimos cuenta de que estábamos en la misma barca, todos frágiles y desorientados; pero, al mismo tiempo, importantes y necesarios, todos llamados a remar juntos”. Con estas palabras, el Papa Francisco ha iniciado su reflexión centrándose en el Evangelio según San Marcos, capitulo 5, versículo 35, tras la escucha de la Palabra desde el atrio de la Basílica de San Pedro en el momento extraordinario de oración convocado por él mismo el pasado domingo ante la emergencia sanitaria por coronavirus. El Papa además ha expresado que “nos encontramos asustados y perdidos” pero en esta barca – recuerda – “estamos todos”, de hecho, continúa, “al igual que esos discípulos, que hablan con una única voz y con angustia dicen: “perecemos”, también nosotros descubrimos que no podemos seguir cada uno por nuestra cuenta, sino sólo juntos”.

Jesús calma la tempestad

Reflexionando sobre el Evangelio de San Marcos, el Papa habla de la “tempestad”: “La tempestad desenmascara nuestra vulnerabilidad y deja al descubierto esas falsas y superfluas seguridades con las que habíamos construido nuestras agendas, proyectos, rutinas y prioridades”. Para Francisco, la tempestad también nos muestra “cómo habíamos dejado dormido y abandonado lo que alimenta, sostiene y da fuerza a nuestra vida y a nuestra comunidad” y pone al descubierto “todas esas tentativas de anestesiar con aparentes rutinas “salvadoras”, incapaces de apelar a nuestras raíces y evocar la memoria de nuestros ancianos, privándonos así de la inmunidad necesaria para hacerle frente a la adversidad”. Pero esta tempestad también nos quita el “maquillaje” de los estereotipos con los que disfrazábamos nuestros egos siempre pretenciosos de querer aparentar y deje al descubierto “esa (bendita) pertenencia común de la que no podemos ni queremos evadirnos; esa pertenencia de hermanos”.

No hemos escuchado el grito de nuestro planeta enfermo

El Pontífice también ha elevado una súplica en estos momentos de prueba: “mientras estamos en mares agitados, te suplicamos: “Despierta, Señor””. El Papa asegura que hemos avanzado rápidamente, sintiéndonos fuertes y capaces de todo y codiciosos de ganancias – dice – “nos hemos dejado absorber por lo material y trastornar por la prisa”. Es en este momento en el que el Papa, dirigiéndose al Señor, asegura que “no nos hemos detenido ante sus llamadas”, tampoco “nos hemos despertado ante guerras e injusticias del mundo” ni “hemos escuchado el grito de los pobres y de nuestro planeta gravemente enfermo”. De hecho, dice, “hemos continuado imperturbables, pensando en mantenernos siempre sanos en un mundo enfermo”.

En esta Cuaresma resuena la llamada urgente: “Convertíos”

“Señor, nos diriges una llamada, una llamada a la fe. Que no es tanto creer que Tú existes, sino ir hacia ti y confiar en ti” dice Francisco. En esta Cuaresma resuena la llamada urgente: “Convertíos” en la que se nos llama a tomar este tiempo de prueba como un momento de elección. “No es el momento de tu juicio, sino de nuestro juicio – asegura el Papa – el tiempo para elegir entre lo que cuenta verdaderamente y lo que pasa, para separar lo que es necesario de lo que no lo es”. También es el tiempo “de restablecer el rumbo de la vida hacia ti, Señor, y hacia los demás”, puntualiza.

Sigamos el ejemplo de las personas ejemplares, corrientemente olvidadas

El Papa también nos pide que dirijamos nuestra mirada a tantos compañeros de viaje que son ejemplares, pues, “ante el miedo – dice – han reaccionado dando la propia vida”. El Papa se refiere a la generosa entrega de personas comunes “corrientemente olvidadas” que no aparecen “en portadas de diarios y de revistas, ni en las grandes pasarelas del último show” pero, sin lugar a dudas, “están escribiendo hoy los acontecimientos decisivos de nuestra historia: médicos, enfermeros y enfermeras, encargados de reponer los productos en los supermercados, limpiadoras, cuidadoras, transportistas, fuerzas de seguridad, voluntarios, sacerdotes, religiosas y tantos pero tantos otros que comprendieron que nadie se salva solo”.

La oración y el servicio silencioso son nuestras armas vencedoras

El comienzo de la fe es saber que necesitamos la salvación. “Invitemos a Jesús a la barca de nuestra vida” nos pide el Papa y “entreguémosle nuestros temores, para que los venza”. Francisco asegura que si hacemos esto, experimentaremos, al igual que los discípulos, que con Él a bordo, no se naufraga”. En este sentido, el Papa nos hace un ejemplo gráfico: “Tenemos un ancla: en su Cruz hemos sido salvados. Tenemos un timón: en su Cruz hemos sido rescatados. Tenemos una esperanza: en su Cruz hemos sido sanados y abrazados para que nadie ni nada nos separe de su amor redentor”.

Al final de su reflexión, el Papa ha pedido al Señor que bendiga “al mundo”, de salud “a los cuerpos” y consuele “los corazones”. “Nos pides que no sintamos temor, pero nuestra fe es débil y tenemos miedo” ha concluido.

Año crítico para la educación superior colombiana por coronavirus

27 marzo 2020 –

Foto: Pixabay –

Por:Universidad.edu.co –

La incertidumbre reina. Nadie sabe qué pasará. Lo único claro es que por la pandemia serán más los efectos negativos que positivos en el sector. Oportunidad para cambiar. Análisis.

Este análisis de los escenarios y consecuencias que se verán en la educación superior tras la expansión del Covid-19, constituye una mirada realista, apoyada en la forma como esta calamidad pública está evolucionando día a día, fundada en la lógica del sector universitario y ratificada en la aparición de escenarios hasta hace poco insospechados como los de cuarentena total y obligatoria del país.

Lo que inició como un imprevisto de relativo “fácil” control por parte del sistema (aplazar unos días o virtualizar), ha pasado a convertirse en una seria preocupación de rectores y directivos por la dificultad de responder adecuadamente al compromiso académico, y -sobre todo- porque con el pasar de los días y la prolongación de esta calamidad de salud pública, las finanzas de las IES se verán seria y preocupantemente afectadas al cierre de 2020.

La obligatoria cuarentena decretada por el Gobierno Nacional hasta después de Semana Santa, al parecer, no podría ser la única, en palabras del ministro de Salud, Fernando Ruiz, y eso configuraría uno de los peores escenarios que afectaría la continuidad y culminación del primer semestre académico. Es más, la imposibilidad pronta de controlar la epidemia podría, incluso, llegar a suspender y cancelar el semestre y, de extenderse la situación más allá de lo manejable, difícilmente el año 2.020 podría tener dos semestres académicos como es usual en el sector. 

Esto último no es fácil que se dé, pero tampoco se puede descartar. Que el año tenga 52 semanas ayuda a ajustar de forma relativamente fácil los calendarios académicos, pues los semestres de 16 a 18 semanas por periodo (o 32 a 36 por año) se pueden reprogramar.

Las IES públicas se han venido (mal) acostumbrando a extender sus semanas de clase para poder tratar de cumplir los dos semestres académicos del año, como resultado de los paros y protestas de profesores y estudiantes. Las privadas no. No obstante, algunas de estas públicas aún no han podido terminar el segundo semestre del año pasado, primero por las protestas contra el Esmad y las decisiones de los gobiernos locales frente al control de los campus, y ahora por el coronavirus.

A la fecha ninguna IES ha cancelado formalmente el semestre académico. La que más ha avanzado ha sido el Politécnico Jaime Isaza Cadavid, que lo suspendió indefinidamente ante la imposibilidad de responder a las condiciones de virtualidad con las que esperaba suplantar la formación presencial. Pero llegarán las cancelaciones o más suspensiones indefinidas de semestre, pues muchas IES se están comenzando a ver en aprietos para atender debidamente lo que significa desarrollar la virtualidad de sus estudiantes, porque no cuentan con sólidas plataformas, infraestructura tecnológica, formación de profesores, habilidades digitales en estos, y no todos los estudiantes -en cuarentena- tienen equipos de cómputo, dominio de la virtualidad o conectividad para cumplir con sus actividades.

Vale recordar que, como hemos dicho en El Observatorio, virtualizar clases presenciales no es una cuestión de “soplar y hacer botellas”. No en vano el sistema de aseguramiento de calidad ha sido uno de los que más ha matizado la diferencia entre la metodología presencial con la de distancia-virtual. Por ahora, nadie ha dicho nada, por la emergencia y la solidaridad, pero de extenderse la situación, el Ministerio de Educación tendría que entrar a dar claridad sobre los niveles mínimos de calidad, de tecnología, de pedagogía y de resultados de los programas presenciales virtualizados de la noche a la mañana. ¿Si se logra terminar el primer semestre de forma virtual y la alerta continúa, se va a continuar en formato virtual con estudiantes presenciales?, y ¿a qué costo?

Claramente, una de las consecuencias positivas de esta situación, es que la adopción de plataformas y metodologías virtuales debería dejar de ser opcional para las IES, y entrar a hacer parte de condiciones básicas tanto para registro calificado como para acreditación de alta calidad.

El momento ha sido aprovechado para que algunas IES expertas en virtualidad ofrezcan su experiencia para actuar solidariamente y apoyar a las que así lo deseen (como Areandina, Católica del Norte, Ceipa, UNAD y Poli, entre otras), y también a que algunas de las tradicionales estén corriendo a adecuar plataformas y formar profesores para responder con la debida calidad a lo que su tradición les exige (p.e. Andes, Javeriana, Sabana, Rosario, Nacional…). Algunas otras, con poca o ninguna experiencia en virtualidad, se están mostrando, de la noche a la mañana, como expertas en el tema, con un interés que parece más de mercadeo que otra cosa).

Lo cierto es que publicitar que se está trabajando la virtualización con la mayoría de los estudiantes presenciales y de forma exitosa, tiene un preocupante trasfondo de muy seguros fallos en calidad, de oportunidad, y de satisfacción de las expectativas formativas del programa y de los propios alumnos. ¿Cuántos de ellos aceptarán sin reparo alguno la situación, a los mismos valores de matrícula que pagaron por lo presencial, sin la debida propedéutica para actuar en línea, y en déficit en contenidos y asignaturas que, a la fecha, por asuntos prácticos o de paradigmas disciplinares no han sido virtualizadas, como por ejemplo estudios relacionados con deportes, artes escénicas, gastronomía, o programas de salud y de derecho, de los que ni siquiera existen en la oferta nacional en modalidad virtual, aprobada por el Ministerio.

¡Paradójica situación! De un momento a otro, después de años de rechazo de las IES mal llamadas “grandes” y de los propios miembros de las salas de CONACES (con argumentos más caprichosos que racionales) se pasó a formar virtualmente, por ejemplo, “gracias al Covid 19” a abogados, que de otra forma se pensaba como imposible.

¿Y si la conectividad nacional comienza a fallar consistentemente por el inusitado aumento en la demanda? Otra variable para considerar

Menos ingresos económicos

Económicamente a las IES públicas el Estado no les reduce los aportes anuales si estas no cumplen su calendario académico en un año, pero la situación en las privadas (que no reciben un peso del Gobierno) es totalmente diferente. No poder desarrollar un segundo semestre académico en un año sería perder casi el 50 % de sus ingresos por matrículas, lo cual las pondría en una situación calamitosa.

Si en pocos meses se olvida este problema de salud pública, muy seguramente el gobierno seguirá tratando de aliviar la difícil situación económica del país, y los billones de pesos hoy reservados para cubrir la emergencia se traducirán en reducción de subsidios sociales y, posiblemente, de algunos de los compromisos adicionales financieros prometidos por el Estado para la educación superior pública caerán. Esto alimentará los políticos de oposición y los movimientos estudiantiles que han demandado por estos recursos en años anteriores, y volverán los problemas de estabilidad y gobernabilidad en la educación superior pública…. Con pedidos adicionales: Por ejemplo, el acceso a internet -conectividad- podría demandarse como un derecho fundamental universal y, acompañado de este, el derecho a tener un PC por estudiante para su trabajo académico.

Un calendario académico “enloquecido”

Julio y agosto, meses que generalmente constituyen el inicio del segundo semestre académico de la universidad, constituirán una presencia, simultánea, de muy variadas opciones:

Algunas universidades, como por ejemplo la Libre, que adelantó vacaciones de estudiantes, posiblemente estará empatando el primero con el segundo semestre; la mayoría, que decidió aventurar en lo virtual para no cancelar calendario académico, aspira a estar comenzando segundo semestre a tiempo, si es que la cuarentena no le lleva a aplazar el primero o, inclusive, llega ese momento sin haberlo terminado; algunas que han desarrollado varios periodos de admisiones al año podrían sacar provecho de esta situación; el aplazamiento (no se sabe hasta cuándo) en la realización de los exámenes Saber 11 puede afectar la programación de las IES y les llevaría a reprogramar calendarios de admisiones; la finalización de año de los colegios calendario B podría correrse y, sumado a lo anterior, la demanda de nueva matrícula; y si llega el nuevo periodo sin haber terminado el anterior, IES presenciales tendrían problema de infraestructura para recibir los grupos de “primíparos”, entre otros aspectos.

Las IES que sepan administrar estas circunstancias, hacer una oferta oportuna, con beneficios de matrícula y costos serán las que se lleven la mejor tajada.

Así mismo, la gestión de últimos semestres podrá verse complicada por las prácticas de estudiantes aplazadas en las empresas, por la acumulación de nuevos grupos, por la tradicional y compleja gestión de cupos, por ejemplo, en programas de salud, y el posible aplazamiento y duplicación en la demanda de laboratorios presenciales especializados, que no pudieran haber sido usados total o parcialmente durante el primer semestre de 2.020.

Y si, por inadaptación de docentes o estudiantes, incumplimiento o fallos tecnológicos, de la improvisada virtualidad, hay necesidad de repetir cursos ya programados y supuestamente vistos en línea, pero ahora de forma presencial, esto afectará la programación académica, la configuración de grupos y los tiempos de avance y grado de estudiantes.

Entre tanto, la universidad pública aún estará tratando de terminar, o comenzar, el primer semestre de 2.020.

Supervivencia o acreditación

Si 2.020 cierra con los dos semestres ofertados y cumplidos, claramente actividades como periodos intersemestrales (que representa un aporte adicional de ingresos a las IES), así como ceremonias de grado, eventos de educación continuada, consultorías y venta de servicios, que complementan las finanzas de las IES, sufrirán una significativa merma en su realización y, por ende, en los ingresos esperados.

Debe sumarse a esta situación (en el hipotético caso de que el segundo semestre pueda iniciar en aparente normalidad) que la demanda de nuevos estudiantes estará fuertemente golpeada, tanto por los hechos ya claramente identificados en el sector (el segundo semestre siempre trae menos estudiantes que el primero, competencia de IES extranjeras, cursos virtuales, más programas e IES en la oferta y disminución en la credibilidad de los jóvenes en torno a que un programa tradicional – largo de educación superior le dé respuesta a sus expectativas), como por la difícil situación económica que se avecina en el mundo.

Seguramente en el balance contable de fin de año, las IES aumentarán el rubro de cartera de difícil cobro por los muchos estudiantes que “se colgarán” en los créditos con éstas, otro tanto lo hará con el Icetex, por la situación de difícil pago, poco empleo y aumento en el desempleo que se prevé viene en el corto y mediano plazo por el coronavirus.

Miles de estudiantes de la educación superior y sus familias trabajan por conseguir el sustento del día a día, son domiciliarios, taxistas, meseros, vendedores en almacenes, en hoteles, trabajan en el comercio informal… y estos son parte de los más afectados por los aislamientos y cuarentenas actuales. Muchos difícilmente podrán terminar el semestre académico y, menos aún, podrán matricularse en el siguiente.

Con unos ingresos fuertemente golpeados, con la obligada inversión en plataformas tecnológicas y con la responsabilidad social, moral y humana de sostener la nómina de profesores y personal administrativo y de recurrir a los ahorros para salvar el 2.020, las IES recortarán eventos académicos, formación de docentes, capacitación del personal, viajes nacionales e internacionales de sus académicos, membresías y publicidad, y si el tema se complica, tendrán que posponer construcciones de nuevos edificios, y visibilidad internacional, entre otros aspectos. Dicho, en otros términos, la prioridad será la supervivencia antes que la acreditación.

No hay mal que por bien no venga

Por el bien del sector, ojalá que este ejercicio de prospectiva de El Observatorio esté equivocado, que la pandemia se supere pronto y que la normalidad regrese al sistema de educación superior con el menor trauma posible y, por el contrario, se descubra una enorme oportunidad para crecer en medio de la crisis.

Algunos de estos hallazgos positivos pueden ser:

– Que la “necesidad” y emergencia pública acabó con la soberbia y sobradez de algunos rectores y académicos que, por años, han subestimado, considerado de baja calidad y para pobres, la educación virtual, y que en adelante las plataformas virtuales y el trabajo en línea tendrán que entrar a hacer parte del día a día de la relación docente – estudiante. Esto traerá una situación polémica: Este escenario llevará a que profesores “tradicionales” no puedan seguir el nuevo ritmo de la virtualidad y se queden en el camino, o algunas IES consideren (erróneamente) que virtualizar les resulta más económico y una oportunidad para reducir el número de profesores.

– En las IES terminarán los “miedos” a abordar nuevas iniciativas, a virtualizar programas, y a entrar a competir con ofertas no formales, en línea y de IES y entidades extranjeras o relacionadas con las empresas.

– Y el “encierro” nos ayudará a repensarnos como responsables de la educación superior, a ir más allá de los debates sobre las formas e intereses de las políticas públicas, de las minucias de los registros y la acreditación, de las permanentes demandas por más recursos, de históricas exigencias y peleas contra el establecimiento de parte de agrupaciones de docentes y estudiantes, y posiblemente aparecerán nuevos discursos sobre la responsabilidad de la educación superior en la formación de profesionales más humanos, más comprometidos con una sociedad que demanda de la solidaridad y la unión la forma de crecer como comunidad.

* * *

Antes de la pandemia, la universidad, como sistema social, estaba debilitada por las críticas de quienes consideran que no daba respuestas oportunas a las expectativas de la sociedad y de las nuevas generaciones, con programas no siempre pertinentes, desarticulada del sector productivo y ausente de la integración de un proyecto de país.

Esto ha justificado, en gran medida, su baja en la demanda, la aparición de más competencia con formatos diferentes y su pérdida en el protagonismo como actor social.

La emergencia del coronavirus puede ser un mensaje adicional, muy preocupante, sobre la urgencia de que ésta se replantee en sus estilos, se acerque más a la sociedad, a la formación humana y a lo que preocupa a las pequeñas comunidades. Si la universidad se constituye en un mensaje de optimismo y de esperanza para que el conocimiento aporte al verdadero desarrollo social, serán los jóvenes quienes la busquen, y no al revés.

El preocupante efecto del coronavirus en las economías más vulnerables del mundo

27 marzo 2020.

Foto: Ulet Ifansasti para NYT –

Tomado de: The New York Times –

Los capitales internacionales abandonan los mercados emergentes, por lo que las naciones más desfavorecidas reciben una gran parte del impacto económico causado por la pandemia.

En Nueva Delhi, una vendedora de frutas cuyas ventas se han reducido a la mitad ahora diluye la leche que les da a sus cinco hijos. En el centro de Turquía, una empresa que ofrece paseos en globos aerostáticos para turistas mandó a sus 49 empleados a un descanso indefinido y redujo su salario a la mitad.

En Manila, un cantinero que trabaja en una empresa internacional de cruceros está anclado en casa, y se pregunta si sus ahorros alcanzarán hasta que el buque pueda regresar al mar. En Johannesburgo, una madre que se gana la vida trenzando el cabello de sus clientes regresa a casa con las manos vacías.

También en Buenos Aires, un conductor de taxi recorre las calles desiertas en busca de pasajeros, temeroso de contraer el coronavirus, pero todavía más aterrado de perder su taxi si no puede hacer los pagos respectivos.

“No sé qué voy a hacer”, dijo. “Esta situación está totalmente fuera de mis manos”.

Ahora que la pandemia de coronavirus ha puesto a la economía global en un sorprendente estado de suspenso, los países más vulnerables del mundo sufren daños cada vez más intensos. Las empresas, a falta de ventas, tienen que despedir a sus empleados. Los hogares que no cuentan con ingresos suficientes gastan a cuentagotas en alimentos. Los inversionistas internacionales abandonan los llamados mercados emergentes a un ritmo no visto desde la crisis financiera de 2008, con lo que provocan una disminución en el valor de las monedas y obligan a las personas a pagar más por bienes importados como alimentos y combustible.

“Será igual de malo, o quizá incluso peor, que la crisis financiera global para los mercados emergentes”, dijo Per Hammarlund, estratega principal para mercados emergentes del Grupo SEB, un banco de inversiones globales con sede en Estocolmo. “El panorama es sombrío”.

También es una amenaza para el porvenir global. Los mercados emergentes representan el 60 por ciento de la economía mundial en términos de poder adquisitivo, según el Fondo Monetario Internacional (FMI). Una desaceleración en los países en desarrollo se traduce en una desaceleración del planeta.

Un malecón donde la gente solía reunirse a admirar la puesta de sol en Manila ahora luce vacío. 
Credit…Jes Aznar para The New York Times

Desde el sur de Asia hasta África y América Latina, la pandemia confronta a los países en desarrollo con una emergencia de salud pública combinada con una crisis económica, y cada una agrava los efectos de la otra. Las mismas fuerzas actúan también en las naciones ricas. Sin embargo, en los países pobres, donde miles de millones de personas viven al borde de la calamidad incluso en épocas de bonanza, los peligros se amplifican.

Esto ocurre justo en un momento en que muchos gobiernos tienen una deuda que limita su capacidad de ayudar a los más necesitados. Desde 2007, la deuda total pública y privada en los mercados emergentes se ha multiplicado de alrededor del 70 por ciento de la producción económica anual al 165 por ciento, según Oxford Economics.

La pandemia ha disparado una marcada salida de inversiones internacionales de los mercados emergentes, en busca de la seguridad de los bonos del gobierno de Estados Unidos.

Apenas el año pasado, un grupo de más de veinte mercados emergentes, como China, India, Sudáfrica y Brasil, recibieron flujos de inversión de 79.000 millones de dólares, según el Instituto de Finanzas Internacionales. Durante los dos últimos meses, una inversión neta de 70.000 millones de dólares salió de esos países.

Ese cambio ha reavivado el temor de que algunos países se deslicen hacia la insolvencia y no puedan cumplir sus obligaciones de pago, en especial Argentina, Turquía y Sudáfrica.

“La velocidad es sorprendente”, señaló Sergi Lanao, economista jefe adjunto del Instituto de Finanzas Internacionales. “Quienes ya eran vulnerables antes, definitivamente enfrentan una situación de lo más complicada”.

La mayoría de los economistas dan por hecho que ya nos encontramos en una recesión mundial, una recesión sincronizada que castiga a los países de manera indiscriminada y transforma las fortalezas económicas tradicionales en vulnerabilidades alarmantes.

En mecas turísticas como Tailandia, Indonesia, Turquía y Sudáfrica, la imposición efectiva de una cuarentena mundial bien podría provocar el desempleo masivo en industrias como la hotelera, la restaurantera y la turística.

El número de visitantes ha caído en el Gran Palacio de Bangkok y en otros sitios turísticos de Tailandia a consecuencia del coronavirus.
Credit…Adam Dean para The New York Times

La interrupción de la industria en todo el planeta ha disminuido de manera drástica la demanda de materias primas, lo que ha golpeado a los productores de cobre como Chile, Perú, la República Democrática del Congo y Zambia, además de a los productores de zinc como Brasil e India. Los exportadores de petróleo son especialmente susceptibles a la recesión ahora que los precios permanecen bajos, situación que genera presión en Colombia, Argelia, Mozambique, Irak, Nigeria y México.

Coronavirus: qué se sabe sobre la mutación del SARS-CoV-2 (y qué significa esto para la lucha contra la pandemia)

27 marzo 2020 –

Foto: Getty –

Tomado de: BBC.

El primer paso para derrotar a un enemigo es identificarlo, conocer cómo se comporta y tratar de predecir cuál será su próximo movimiento.

Pero, ¿qué pasa si en medio de la batalla el enemigo se transforma y las armas que preparábamos contra él ya no funcionan?

Esa es una de las preguntas que se hacen los científicos que trabajan a toda marcha para encontrar una vacuna o un tratamiento que pueda controlar la pandemia del nuevo coronavirus.

Los investigadores ya conocen el genoma del SARS-CoV-2, el virus que causa la enfermedad covid-19. Ese es un gran avance, ¿pero y si de repente comienzan a notar que el virus está mutando?

¿Eso lo haría más peligroso para los humanos?

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Derechos de autor de la imagenGETTY Image captionEl SARS-CoV-2 causa la enfermedad covid-19.

Proceso rutinario

La palabra mutación suena dramática, pero en realidad es parte de la rutina de los virus formados por cadenas de ácido ribonucleico (ARN), que transportan la información genética del virus.

«La mutación es un aspecto monótono de la vida para un virus de ARN (como el coronavirus)», escribió en un reciente artículo de la revista Nature el microbiólogo Nathan Grubaugh, profesor de epidemiología en la facultad de medicina de la Universidad de Yale en Estados Unidos.

A medida que un virus se reproduce haciendo copias de sí mismo, va generando unos “errores“ en su genoma que se traspasan a las futuras copias del virus.

Los virus tienen un ARN «propenso al error«, explica Grubaugh, así que acumulan mutaciones en cada ciclo de copiado.

El experto, sin embargo, explica que la mayoría de estas mutaciones impactan negativamente algunas funciones del virus y son removidas por selección natural.

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Derechos de autor de la imagenGETTY Image captionEl coronavirus está formado por cadenas de ARN.

«La mutación es una consecuencia inevitable de ser un virus», dice Grubaugh, quien sostiene que la mutación de un virus no es motivo de preocupación durante el brote de una enfermedad.

El caso del coronavirus

¿El coronavirus está mutando?

«Sí, todos los virus de ARN mutan, pero muy pocas de estas mutaciones le traen alguna ventaja al virus», le dice a BBC Mundo George Rutherford, profesor de epidemiología en la Universidad de California en San Francisco (EE.UU.).

¿Y está mutando más rápido que otros virus? “Muta a la misma velocidad, más o menos, que otros virus de ARN”, dice Rutherford.

A principios de marzo un estudio realizado en Wuhan, China, con 103 pacientes contagiados de covid-19 sugirió que el coronavirus había mutado en al menos dos nuevas cepas, una más agresiva y otra menos agresiva que el coronavirus que se ha estado propagando.

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Derechos de autor de la imagenGETTY Image captionMuchas de las mutaciones de un virus lo afectan negativamente.

Esta investigación, sin embargo, no convenció a varios científicos.

Grubaugh, por ejemplo, dijo que las conclusiones del estudio eran «pura especulación«, ya que los cambios que habían hallado eran tan insignificantes que no podían considerarse nuevas cepas.

Richard Neher, biólogo y médico de la Universidad de Basel en Suiza, se refirió al supuesto hallazgo de una nueva cepa más agresiva como un «artefacto estadístico«, relacionado con la región en la que se realizaron las pruebas.

Los autores del estudio, por su parte, advirtieron que su investigación estuvo basada en información “muy limitada”.

Stanley Perlman, virólogo de la Universidad de Iowa, quien trabajó en el comité internacional que le dio nombre al coronavirus, le dijo al diario The Washington Post que el virus «no ha mutado de manera significativa«.

En entrevista con BBC Mundo Tarik Jasarevic, vocero de la Organización Mundial de la Salud (OMS), afirmó que «hasta el momento no tenemos evidencia de ningún cambio en el virus«.

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Derechos de autor de la imagenGETTY Image captionLos expertos afirman que hasta el momento el SARS-CoV-2 no ha mutado significativamente.

¿Qué significa esto en la batalla contra el virus?

«Si el virus no cambia es más fácil encontrar posibles soluciones», dice Jasarevic de la OMS.

Un virus estable, como hasta ahora ha mostrado ser el SARS-CoV-2, les permite a los científicos conocer mejor a qué se enfrentan.

Es útil, por ejemplo, para saber durante cuánto tiempo ha estado circulando el virus entre la población, explica Rutherford.

La estabilidad del SARS-CoV-2 también podría ser una ventaja para el desarrollo de una vacuna.

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GETTY Image captionHasta ahora no existe un tratamiento o vacuna efectivo contra el coronavirus.

En un artículo de la revista Science Andrew Rambaut, biólogo evolutivo molecular de la Universidad de Edimburgo, explica que el SARS-CoV-2 acumula en promedio entre una y dos mutaciones por mes.

«Eso es entre dos y cuatro veces más lento que la gripe«.

El virus de la gripe muta mucho más rápido, por lo que cada año se hace necesaria una nueva vacuna. Esto ocurre porque el cuerpo humano deja de ser inmune a la nueva versión del virus.

Peter Thielen, genetista molecular de la Universidad Johns Hopkins, afirma que solo se han visto entre cuatro y 10 diferencias genéticas entre las cepas que han infectado a personas en Estados Unidos y el virus original que se propagó en Wuhan.

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GETTY Image captionLos expertos confían en que una única vacuna podría ser efectiva contra el SARS-CoV-2.

“Ese es un número relativamente bajo de mutaciones (para un virus) que ha pasado a través de una gran cantidad de personas”, dijo Thielen al diario The Washington Post.

«En este punto, la tasa de mutación del virus sugeriría que la vacuna que se desarrolle para el SARS-CoV-2 sería una vacuna única, en lugar de una vacuna nueva cada año, como la vacuna contra la gripe».

En un hilo de Twitter, el biólogo especialista en vacunas Trevor Bedford calculó que con base en las mutaciones ocasionales que podría tener el SARS-CoV-2, al virus le tomaría “algunos años en vez de meses” mutar lo suficiente como para «inhibir significativamente« el efecto de una vacuna.

Los expertos estiman que lograr un vacuna efectiva contra el covid-19 podría tardar entre un año y 18 meses.

La reapertura de las ciudades tras el virus debe ser paulatina

27 marzo 2020 –

Foto: EMILIO MORENATTI / AP.

 Tomado de: El País –

Varios estudios muestran los efectos positivos del distanciamiento social en Wuhan y advierten de que es necesario continuar con las restricciones para atenuar una posible segunda ola de la epidemia.

Algunos habitantes de la ciudad china de Wuhan han vivido esta semana lo más parecido a un milagro. Durante unas horas pudieron dejar el encierro domiciliario y salir a pasear por los parques, a caminar por una ciudad fantasma que ha estado –y sigue– cerrada al resto del país debido a la pandemia de coronavirus. Solo se ha permitido salir a una pequeña proporción de habitantes de barrios periféricos de la ciudad, pero aun así es una imagen de esperanza para el resto de ciudades y países que, como España, siguen sumidos en lo peor de la crisis. Es inevitable que Wuhan sea el espejo en el que se quieren mirar.

En febrero, durante el pico de la epidemia, se detectaban unos 3.000 nuevos infectados cada día. La epidemia comenzó el 31 de diciembre y Wuhan fue cerrada el 23 de enero. Ahora, después de más de 70 días de aislamiento, por primera vez no se ha registrado ningún contagio local durante cinco días consecutivos, según datos del 23 de marzo. Este martes, las autoridades provinciales han anunciado que el 8 de abril se levantará la dura cuarentena impuesta desde hace dos meses a esta ciudad de 11 millones de habitantes.

La luz al final del túnel empieza a verse y varios estudios publicados esta semana analizan en detalle el caso de Wuhan. Una de las principales conclusiones es que cerrar ciudades, aislar a la población, funciona. Las medidas adoptadas por China permitieron una drástica caída de los casos, explica un grupo de epidemiólogos de EE UU, Reino Unido, China, Italia y otros países en un estudio publicado en Science. Pero los efectos se hicieron esperar. Con un periodo de incubación de cinco días que en ocasiones llega hasta los 14, el efecto de las medidas no pudo comenzar a vislumbrarse hasta pasada una semana. Hasta entonces el número de casos y defunciones no dejó de crecer. Es lo mismo que están viendo ahora los países más afectados, entre ellos España.

Un dato de este estudio muestra la efectividad de las medidas de cierre para frenar la expansión del virus al resto del país. Si el 31 de enero hasta 515 casos registrados fuera de la provincia de Hubei, de la que Wuhan es capital, se debían a contagios de personas provenientes de esa ciudad, después de esa fecha el número de contagios exportados se redujo a 39 debido a las medidas de confinamiento, explican los responsables del trabajo.

“Las acciones políticas de muchos países han ido por detrás de la expansión de la Covid-19”, explica Moritz Kraemer, zoólogo de la Universidad de Oxford experto en genómica de pandemias y coautor del estudio, basado en el censo por edades de la ciudad china y sus patrones de contactos antes y después de las medidas restrictivas. “Restringir la movilidad de los ciudadanos es más útil justo al comienzo de la epidemia, cuando la infección local aún no se ha establecido. Una vez que esto sucede, lo más adecuado es el distanciamiento social y la cuarentena de los enfermos, pero estas medidas, efectivas, tardan tiempo en ofrecer resultados”, detalla en una nota de prensa difundida por su institución.

Los trabajos publicados explican que cerrar las escuelas y dejar que el resto de la gente haga vida normal no sirve para casi nada. Esta medida solo es efectiva cuando se suman medidas de aislamiento domiciliario, especialmente de la población de más edad, pues esto evita parte de los contactos entre los jóvenes –entre los que presumiblemente las infecciones circulan de forma poco patente– y la población de mayor riesgo: las personas mayores y con enfermedades previas.

«Si las medidas de aislamiento se levantan demasiado pronto esto puede llevar a un segundo pico de infecciones que a su vez podrá aplanarse levantando las restricciones de forma paulatina”

¿Cuándo pueden levantarse las medidas de confinamiento? Otro trabajo de modelización similar al anterior publicado en la revista médica The Lancet advierte de que cuanto después, mejor. En concreto, el equipo, del Centro de Modelos Matemáticos de Enfermedades Infecciosas de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres, advierte de que es probable que ni siquiera con las medidas de aislamiento se consiga evitar una segunda ola de Covid-19 en octubre debido a que aún queda una gran proporción de la población que no ha sido infectada y cuyo sistema inmune es completamente ajeno al virus. El trabajo calcula que para optimizar los efectos positivos del aislamiento, Wuhan tendrá que mantenerse cerrada y aislada por completo hasta comienzos de abril, fechas en las que ya se podrá hacer un retorno paulatino a la vida más o menos normal. Si esto se hace se conseguirá reducir las infecciones en esta oleada en un 92% y en un 24% en la segunda oleada que se espera en otoño.

“Aplanar la curva de la infección es importantísimo porque esto reduce la extrema tensión a la que está sometiendo la epidemia al sistema sanitario. Si las medidas de aislamiento se levantan demasiado pronto esto puede llevar a un segundo pico de infecciones que a su vez podrá aplanarse levantando las restricciones de forma paulatina”, escriben los responsables del trabajo.

Un tercer estudio sobre Wuhan arroja otro pequeño rayo de luz y esperanza. El trabajo ha estudiado los efectos que ha podido tener esa aún tímida relajación del aislamiento en Wuhan, aunque la ciudad siga aislada del resto de China. El trabajo ha sido dirigido por un equipo de epidemiólogos y matemáticos del Imperial College de Londres que asesora a la Organización Mundial de la Salud en modelización de enfermedades. Según su análisis, también basado en datos de seguimiento por GPS de los móviles, los desplazamientos internos que han comenzado a repuntar estos días no se correlacionan con un aumento de las infecciones en Wuhan.

“China está en una fase de la epidemia más avanzada”, escriben. “Las políticas que han implementado para contener el virus así como el levantamiento progresivo de estas pueden servir de referencia para otros países una vez hayan conseguido contener la epidemia”, añaden.

Hay que tener en cuenta que estos trabajos son modelos que proyectan la evolución de la epidemia basándose datos locales de Wuhan y variables sobre el virus, como su infectividad, que aún no están claras, por lo que sus resultados han de ser tomados como una orientación y no como una verdad absoluta. “Hay tantas incertidumbres”, explica al portal SMC Tom Solomon, médico especialista en enfermedades infecciosas de la Universidad de Liverpool, “que la única forma de estar seguros será ver qué sucede una vez se levanten las medidas de aislamiento”. Una opción en Wuhan será “levantar las restricciones de forma muy suave, por ejemplo dejar a la gente pasear pero evitando el contacto con otros y esperar tres semanas. Entonces sabremos el impacto en la cantidad de infecciones y se podrá volver a encerrar a la gente si es necesario. A la postre, lo que las autoridades de salud pública están buscando es que haya un aumento de infecciones pausado, evitando así los picos de infección”, resalta.

“Lo más importante que nos dicen estos estudios de cara a lo que sucede en España es que los casos van a bajar, pero más allá es difícil de extrapolar”, opina Ildefonso Hernández, portavoz de la Sociedad Española de Salud Pública. “Aquí la dinámica de la epidemia puede ser distinta por el tamaño de las familias y por la contribución de la gente que va a trabajar cada día en la expansión del virus. Un dato clave es saber la dimensión real de infectados y eso no lo tendremos hasta que se hagan pruebas serológicas. En cualquier caso es evidente que las medidas tienen que estar en pie dos meses al menos y, tras ellos, habrá que volver a seguir el del virus caso a caso”.

 

CHINA / CORONAVIRUS | Héroes de la información que fueron silenciados

26 marzo 2020 –

Foto: Pixabay.

Tomado de: RSF.

Tres meses después de que se publicaran en las redes sociales chinas los primeros informes de casos de coronavirus y de empezaran a circular entre la sociedad civil, Reporteros Sin Fronteras (RSF) analiza la forma en que el Estado chino, en su obsesión por el control total sobre la información, ha reprimido implacablemente a todas las fuentes de información independientes.

Mientras la libertad de prensa se ha ido reduciendo al mínimo en los medios tradicionales de China, los ciudadanos sustituyen a los periodistas. El primero fue Li Wenliang, un oftalmólogo del Hospital Central de Wuhan, donde se observaron los primeros casos de coronavirus en noviembre, aunque nadie entendía la naturaleza de la enfermedad en ese momento. Li fue el primero en denunciar la posibilidad de una pandemia de coronavirus.

«El doctor Li era como tantos otros ciudadanos chinos que quieren contar la realidad de lo que está sucediendo y alertar a sus conciudadanos sobre la negligencia del gobierno», señala Daniel Bastard, jefe del departamento de RSF para Asia y el Pacífico. “La crisis del coronavirus ha llamado la atención sobre la profunda sed de información fiable que tiene la sociedad china, saturada de propaganda. El gobierno de Xi Jinping ha respondido con una brutalidad mortal».

Armado con la foto de un test, Li habló sobre la epidemia por primera vez el 30 de diciembre. Lo hizo con ex alumnos de la Facultad de Medicina en un grupo privado en el servicio de mensajería WeChat. Sonaron las alarmas y sus mensajes fueron ampliamente compartidos en la red de microblogging Weibo.

Pero también fueron vistos por las autoridades. Dos días después, el 1 de enero, Li y otros siete médicos fueron interrogados. A Li lo intrepelaron durante varias horas y, el 3 de enero, la policía lo obligó a firmar una declaración reconociendo que había «difundido rumores falsos».

Amordazado

Después de dar positivo para el COVID-19 el 1 de febrero, el joven médico murió en las primeras horas del 7 de febrero. Las publicaciones en internet que anunciaron su muerte recibieron más de 1.500 millones de visitas en Weibo. Su foto con una máscarilla facial recorrió la blogosfera de China con un hashtag indicativo del estado de ánimo de la población china y su sensación de estar amordazada. El hashtag era #WomenYaoYanlunZiyou, que significa ‘Queremos libertad de expresión’, fue utilizado en más de 2 millones de publicaciones antes de ser censurado.

De hecho, desde la primera alerta, hubo mucha gente que sintió la necesidad de cubrir la crisis. Entre ellos estaba Chen Qiushi, un abogado de la provincia nororiental de Heilongjiang que se había hecho célebre en las redes chinas china por los vídeos que garbó meses antes en las manifestaciones de Hong Kong. Tomó un tren a Wuhan el 23 de enero para conseguir información de las propias fuentes.

“¿Qué clase de periodista serías si no te atrevieras a ir al frente?”, preguntó en un vídeo grabado fuera de la estación Hankou de Wuhan. En los días siguientes, Chen recorrió los hospitales de la ciudad cubriendo el caos, entrevistó a las familias de las víctimas y visitó un centro de exposiciones convertido en una zona de cuarentena. Cientos de miles de personas vieron sus vídeos a pesar de eran rápidamente censurados en Weibo y WeChat.

Sed de información fiable

Fang Bin, un sencillo empresario textil residente en Wuhan, nunca se consideró periodista hasta que también él sintió la necesidad de informar a sus conciudadanos sobre la situación real en la ciudad, más allá de las imágenes proporcionadas por la máquina de propaganda del Partido Comunista chino.

En su primer vídeo, el 25 de enero, documentó la saturación de los hospitales. Mostraba cuerpos de víctimas de coronavirus dentro de autobuses que se convirtieron en coches fúnebres improvisados. Se puede escuchar a Fang contar: «Cinco, seis, siete, ocho … Ocho cuerpos en cinco minutos (…) ¡Tantos muertos!». El vídeo también registró cientos de miles de visitas antes de que los censores lo eliminaran.

La atención que los informes de estos dos videoblogueros suscitaron en China refleja el profundo interés por la información fiable e independiente que sienten los ciudadanos chinos, que se están ahogando en la propaganda estatal. La necesidad está más que justificada, ya que justo antes de estos primeros vídeos, en un discurso del 20 de enero, el presidente Xi instó a los funcionarios a «reforzar la gestión de la opinión pública».

En otras palabras, el aparato estatal chino consideró intolerables las informaciones independientes de ciudadanos chinos convertidos en periodistas. El Estado aprieta la garra. Chen expresó sus temores en un vídeo del 30 de enero que RSF publicó junto con algunos antecedentes. «Tengo miedo», decía.»Delante de mí está el virus. Y, detrás, al poder legal y administrativo del Estado chino».

En su último vídeo, transmitido en vivo el 4 de febrero, Chen entrevistó a un residente de Wuhan cuyo padre había sucumbido al coronavirus. Su cuenta de Weibo fue eliminada dos días después. El 7 de febrero, a sus padres les dijeron que estaba «en cuarentena». Su familia no ha recibido noticias suyas desde entonces.

Valor de advertencia

Mientras tanto, Fang, el empresario textil convertido en reportero, había informado en un vídeo publicado el 2 de febrero que la policía había confiscado su ordenador portátil y lo había interrogado exhaustivamente. Dos días después, narró en un vídeo en directo desde su casa que estaba rodeado de policías vestidos de civil.

Continuó informando sobre el creciente hostigamiento de las fuerzas de seguridad hasta su último vídeo, de 12 segundos, el 9 de febrero, que simplemente mostraba un rollo de papel en el que habían sido caligrafiados ocho caracteres. Ponía: “¡Que todos los ciudadanos resistan! ¡Poder para la gente!”. Desde entonces no se ha sabido nada más de Fang.

Lo que es ocurrió a Fang y a Chen sirvió de advertencia. El 1 de marzo entró en vigor una normativa aún más represiva que permitía a Pekín apretar las tuercas en las redes sociales. Desde enero, 450 internautas han sido interrogados por haber compartido informaciones sobre el coronavirus calificadas por las autoridades como “falsos rumores”.

Pasarse de la raya

Había que detener a cualquier persona que intentase transmitir un mensaje o información que se desviara de la línea establecida por la dirección Partido. La prensa oficial recibió órdenes. La raya, ni pisarla. Dos famosos comentaristas políticos, Guo Quan y Xu Zhiyong, fueron detenidos en febrero. Un tercero, Xu Zhangrun, fue puesto bajo arresto domiciliario. El último número de la revista Ren Wu, una publicación del grupo de People’s Daily, fue retirada de los quioscos el 10 de marzo por publicar una entrevista en la que el jefe de urgencias del Hospital Central de Wuhan, Ai Fen, criticaba la censura impuesta a los médicos.

Casi al mismo tiempo, cumpliendo con las últimas directivas del departamento de propaganda que dictan que los orígenes chinos del virus deben ser cuestionados, el periódico en inglés China Daily censuró un artículo publicado el 28 de febrero en el que el famoso epidemiólogo Zhang Wenhong expresaba  dudas sobre la teoría de que el virus podría haber sido importado del extranjero.

Ataques a medios extranjeros

El 12 de marzo, se informó de que Ren Zhiqiang, un comentarista político y miembro del Partido Comunista Chino, había desaparecido después de criticar los fallos del régimen. Su familia dijo que estaba detenido cerca de Pekín.

Mientras se aceleraba la disidencia interna, el régimen también se dedicó a tratar de controlar la información que circulaba fuera del país hostigando a corresponsales extranjeros en China. El 18 de marzo, el Ministerio de Asuntos Exteriores chino anunció que el gobierno expulsaba al menos a 13 periodistas estadounidenses que trabajaban para The New York Times, The Washington Post y The Wall Street Journal.

Después de tener en sus manos la lista de fixers y otros empleados chinos que trabajan para estos periódicos, así como para Time y Voice of America, las autoridades chinas dijeron el 20 de marzo que habían dado órdenes para que los contratos de al menos siete de estos empleados fuesen rescindidos.

Con todo arreglado tanto en casa como en el extranjero, Pekín ahora solo tiene que desplegar su masivo aparato de propaganda y desinformación con el objetivo de hacer que todos olviden que el virus se salió de control en el corazón de China y que tuvieron que pasar tres semanas letales antes de que Pekín escuchara a los denunciantes.

La reacción del Gobierno frente a acusación de EE. UU. contra Maduro

26 marzo 2020 –

Foto: Miguel Gutiérrez / EFE –

Tomado de: El Tiempo.

EE. UU.  ofreció recompensa de 15 millones de dólares por información que permita captura de Maduro.

El Gobierno colombiano le pidió este jueves a la comunidad internacional tomar nota de los cargos por narcotráfico que anunció Estados Unidos contra Nicolás Maduro y varios de sus cercanos colaboradores.

El gobierno de Donald Trump Estados ofreció una recompensa de 15 millones de dólares – 60.000 millones de pesos- por información que conduzca a la captura de Maduro.

En una movida que involucró a varias agencias del gobierno, la administración de Donald Trump también se fue lanza en ristre contra otras 14 personas cercanas al mandatario venezolano al igual que contra ‘Jesús Santrich’ e ‘Iván Márquez’, exlíderes de las Farc que abandonaron el proceso de paz y han buscado refugio en el vecino país.

«Las decisiones comunicadas son un anuncio determinante en la lucha internacional contra el narcotráfico y el terrorismo», aseguró al respecto la cancillería colombiana.

El Ministerio de Relaciones Exteriores agregó a través de una comunicación que «Colombia ha tomado nota de la información, así como de los datos y hechos que se están divulgando. Hay en la acusación comunicada menciones directas a ‘Jesús Santrich’ y a ‘Iván Marquez’, líderes del GAO-R, organización terrorista de las disidencias (de las Farc).

Cabe recordar que en anteriores oportunidades, el Gobierno Nacional enfatizó en la necesidad de que se entreguen a la justicia ‘Jesus Santrich’, Iván Márquez’ y otros señalados delincuentes que serían «protegidos» por el régimen de Nicolás Maduro.

«Es urgente que la comunidad internacional tome nota de las acusaciones formuladas que indican el alcance de las actuaciones del régimen ilegítimo y de organizaciones terroristas como el Grupo Armado Residual de las disidencias», concluyó la Cancillería.

A través de su cuenta de Twitter, Maduro, aseguró en días anteriores que Estados Unidos y Colombia buscan desestabilizar «la revolución».

«¡Ratifico mi denuncia¡ Desde EE. UU. y Colombia se conspira y han dado la,orden de llenar de violencia a Venezuela. Como jefe de Estado estoy obligado a defender la paz y la estabilidad de toda la patria, en cualquier circunstancia que se nos presente», trinó el mandatario venezolano en la mañana de este jueves.

Nicolás Maduro

@NicolasMaduro

¡Ratifico mi denuncia! Desde EE.UU. y Colombia se conspira y han dado la orden de llenar de violencia a Venezuela. Como jefe de Estado estoy obligado a defender la Paz y la estabilidad de toda la Patria, en cualquier circunstancia que se nos presente. ¡No han podido ni podrán!

Coronavirus y la acusación contra Maduro, una mezcla explosiva

26 marzo 2020 –

Foto: AFP.

Tomado de: El Tiempo.

La acusación de Estados Unidos contra Nicolás Maduro y Diosdado Cabello por narcotráfico y terrorismo llega en un momento especialmente crítico para la frontera entre Colombia y Venezuela. Sin duda, el más delicado en los tiempos recientes.

En efecto, mientras el Departamento de Justicia acusó a la cúpula del régimen de convertir a Venezuela en un narcoestado que auspicia el terrorismo –en alianza con las disidencias de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, Farc, para exportar toneladas de cocaína a los Estados Unidos; a lo largo del límite internacional de 2.219 kilómetros sus pobladores viven en incertidumbre por los riesgos al coronavirus.

De hecho, en las últimas horas el expresidente Andrés Pastrana Arango, reconocido contradictor de Maduro, había pedido al presidente Duque tender puentes con Caracas pese a sus diferencias porque los riesgos para la salud de las personas que allí habitan no dan espera.

Mientras el eco de las palabras de Pastrana aún se escuchaba diáfano, el Fiscal General William Barr en una video conferencia de prensa anunció de una recompensa de $15 millones por información que ayude a capturar a Maduro.

Cabello, Maduro y el ministro de Defensa Vladimir Padrino López fueron acusados de conspirar con las Farc para en el envío de cargamentos de droga enviados a través de Venezuela. Un señalamiento de consecuencias imprevisibles para la política en el continente.

Una acusación que precisamente el presidente Iván Duque hizo, en septiembre pasado, cuando intervino ante el 74º período ordinario de sesiones de la Asamblea General de Organización de las Naciones Unidas (ONU).

Allí Duque fue enfático: “La dictadura venezolana es un eslabón más de la cadena del terrorismo transnacional”.

El Primer Mandatario señaló: “Señoras y señores, es el momento de llamar las cosas por su nombre: la dictadura venezolana es un eslabón más de la cadena del terrorismo transnacional».

«Sus estructuras corruptas son servidoras de los carteles de la droga; sus alfiles son secuaces de la mafia y alimentan la violencia en Colombia; refugian a asesinos y violadores de niños, y quieren ignorar, por completo, cualquier norma. Por supuesto, quienes pretenden ignorar todos estos hechos terminan convertidos en cómplices de la dictadura”, argumentó.

Duque dijo que el Gobierno tenía pruebas fehacientes y contundentes que corroboran el apoyo de la dictadura a grupos criminales y narcoterroristas que operan en Venezuela para atentar contra Colombia.

Y para sustentar esta afirmación Duque dijo que haría entrega al Presidente de la Asamblea y al Secretario General de la Organización de las Naciones Unidas de un documento escrito.

Se trata de un dossier, de 128 páginas, que, según Duque “contiene el acervo probatorio que demuestra la complicidad del régimen de Nicolás Maduro con los carteles terroristas que atentan contra el pueblo colombiano”.

“Ante la comunidad internacional presentamos la lista de una cuadrilla de menos de 20 criminales que traicionaron la generosidad de los colombianos, y hoy residen en Venezuela a sus anchas, con todas las capacidades logísticas, promovidos por la dictadura».

«También revelamos, en este reporte, la ubicación de más 1.400 hombres en armas pertenecientes a los bloques más peligrosos del Eln, y 207 ubicaciones controladas por esta organización criminal en territorio venezolano”.

“También incluimos los testimonios de los ciudadanos venezolanos que se quejan de la presencia del Eln en su territorio y la inocultable presencia de delincuentes en campos de entrenamiento, así como la existencia de 20 pistas de aterrizaje al servicio del narcotráfico», aseguró en el escenario de la ONU.

«Esta evidencia inequívoca prueba el auspicio, el patrocinio y el apoyo de la dictadura de Nicolás Maduro a esas estructuras criminales”, agregó el Jefe del Estado.

Venezuela, señores Presidente, se ha convertido en tierra fértil para estructuras delictivas aliadas con el Eln, que no conocen fronteras”, explicó.

“Esos cabecillas que hoy gozan del abrigo de Maduro, son los mismos cabecillas que se reivindicaron durante años los ataques a los oleoductos, causando irreparables daños ambientales y convirtiéndose en los más grandes ecocidas que haya conocido la humanidad”, señaló.

Duque dijo incluso que los crímenes de Nicolás Maduro contra su pueblo solo son comparables con los de Slobodan Milosevic en la antigua Yugoslavia. “Nosotros no podemos ser testigos indolentes de tanto dolor en nuestra Latinoamérica”.

Tras su intervención, el informe fue objeto de controversia porque varias de las fotos con que fue ilustrado no correspondían a los sitios señalados.

Sin embargo, el Gobierno Nacional en su momento dijo que unos errores en unos piedefotos no podían ocultar la gravedad de la situación: Maduro es un protector de terroristas, acusación que este jueves formalmente también hace la justicia de Estados Unidos.

Podcast: El coronavirus y la prensa

26 marzo 2020 –

Tomado de: Sociedad Interamericana de Prensa.

  La prensa en todo el planeta han tenido un papel importantísimo para hacer que la población mantenga la calma y cumpla las instrucciones que dan las autoridades de salud.

La prensa en todo el planeta han tenido un papel importantísimo para hacer que la población mantenga la calma y cumpla las instrucciones que dan las autoridades de salud. Diversos medios de prensa han entregado guías para indicarle a la ciudadanía y a su propio personal el modo de actuar en esta etapa especial con encierro domiciliario.

En cuanto a estos medios, muchos han publicado documentos periodísticos con recomendaciones para la labor, que pueden resumirse en: cómo cubrir la crisis y cómo sale el reportero a la calle para informar sin poner en riesgo la salud; cómo trabajar desde casa sin perder el ritmo permanente que los medios requieren; y, cómo le está pegando a la industria lo que se ve como una gran crisis económica que viene.

El Comité de Protección para Periodistas de Estados Unidos (CPJ) tiene en su sitio virtual un Aviso de Seguridad muy detallado sobre la cobertura del coronavirus y lo que debe saber y hacer el equipo de redacción antes de salir a reportear. Están considerados la seguridad digital, impidiendo que sus sitios sean hackeados y tener certeza de lo que estamos tomando de redes sociales. Y también sobre la movilidad que se requerirá para estar en el lugar de la noticia, considerando las restricciones de viaje que se han dispuesto. Recomienda otra serie de medidas, por ejemplo mantener el micrófono alejado, no asistir a conferencias de prensa donde hay mucha gente o sentarse a una silla de distancia, limpiar permanentemente el equipo de trabajo (grabadora, micrófono, celular) y llevar consigo un gel para limpiarse las manos. El documento en español está en www.cpj.org

A todo esto, la pandemia movió a la Sociedad Interamericana de Prensa a cancelar su asamblea de medio año que se celebraría a finales de marzo en Saltillo, Cohauila, México. Ricardo Trotti, director ejecutivo de la SIP, explica: «Hemos pospuesto nuestra reunión, no simplemente por una cuestión económica dentro del proceso que desarrollábamos para su celebración, sino en especial para cuidar salud y seguridad de todos los miembros y no miembros de la SIP, que pudieran viajar desde cualquier país hasta Saltillo. Mientras, los informes de medio año sobre libertad de prensa país por país, que son el corazón de esta institución, los entregaremos en los próximos días a través de nuestra plataforma virtual para informar a toda la comunidad».

CHINA / CORONAVIRUS | RSF pide a Pekín que ponga en libertad a todos los periodistas encarcelados

26 marzo 2020 –

Foto: Pixabay.

Tomado de: RSF.

El miércoles 25 de marzo, las autoridades australianas instaron a China a que anulara la condena por «espiar» impuesta al famoso escritor y bloguero Yang Hengjun, argumentando que su precario estado de salud es incompatible con la detención. RSF apoya esta solicitud y pide a Pekín que extienda su indulgencia a todos los periodistas, comentaristas políticos, blogueros y editores que están encarcelados, además de solicitar que los libere de inmediato.

«Aunque China afirma que la epidemia está bajo control, nadie puede estar seguro de que esto sea realmente así y de que el virus no afectará a las cárceles, que son notoriamente insalubres y que están atestadas», apunta Cédric Alviani, jefe de la oficina de Reporteros Sin Fronteras (RSF) en Asia Oriental. «Con su estado de salud ya debilitado por las condiciones de detención, los malos tratos e incluso la falta de tratamiento, los periodistas presos no tendrían la menor posibilidad de sobrevivir si se contagiaran».

China es la mayor prisión del mundo para los periodistas, con al menos 108 detenidos, según el recuento realizado por RSF. Algunos siguen entre rejas a pesar de padecer serios problemas de salud, lo que los pone en peligro de muerte a menos que sean inmediatamente excarcelados. Entre ellos se cuentan el periodista de investigación y dos veces ganador del premio RSF Huang Qi, el editor sueco de origen chino Gui Minhai , y los periodistas uigures Ilham Tohti y Gulmira Imin.