Crculo de Periodistas de Bogot

Archivos abril 2020

Carlos Pinzón: Se nos fue el más grande periodista social de Colombia

30 abril 2020 –

Foto: Archivo particular Semana.

Por Guillermo Romero Salamanca-comunicaciones CPB.

Cuando tenía 15 años Carlos Alfonso Pinzón Moncaleano se fue de su casa para nunca más regresar. En una pequeña maleta empacó dos mudas completas y parte de sus sueños.

Quería, desde ese momento, conquistar al mundo, ver nuevos paisajes, escuchar otras melodías y aprender de la vida. Se fue con su amigo Alfonso Rey. Pidieron aventones a los camiones Ford de esos años cuarenta. Cuando llegaron a Santiago de Cali, su compañero de travesía le comentó que no podía seguir porque estaba enamorado de Carmencita, la hermana de Carlos.

La reacción del presentador no fue otra que la de enviar de regreso a Alfonso para que preparara su matrimonio.
Carlos siguió su recorrido y paró en Ecuador. Allá trabajó en un restaurante lavando platos.
Así comenzó su vida de conquistador del mundo.

A su regreso a Colombia buscó en el boxeo una oportunidad para destacarse en el mundo. En una pelea de semiprofesionales en la Plaza de toros La Santamaría, le dieron más de un golpe, situación que no agradó al joven y determinó colgar los guantes para siempre.

Debía buscar otra forma para vivir.

Meses después su hermano Julio Eduardo, un reconocido locutor en Tunja, lo invitó a conocer la tierra boyacense y a dar las primeras voces en los micrófonos de la radio.

Foto: El Espectador

Eso sí le gustó y antes del primer año de labores, ya era el director. De allí salió a buscar suerte en Manizales, Girardot e Ibagué. Programaba, entre otras cosas, música clásica, temas que le gustaron y que le quedaron grabados en su memoria para siempre.

El 9 de abril de 1948 les anunció a sus oyentes en Barranquilla el asesinato del líder Jorge Eliécer Gaitán. Sus planes artísticos de teatro con Hugo Pérez debieron cancelarse y optó por regresar a Bogotá donde encontró oficio como reparador de máquinas de escribir.

El tecleo y los aceites le cansaron y determinó presentarse como locutor a las Emisoras Nuevo Mundo. La magistral Teresa Gutiérrez le dio camino a la joven promesa de la locución.

SU CHARLA CON MAO TSÉ TUNG

Una de sus ideas fue la de montar el programa “Monitor”, situación que le abrió las puertas en muchas oficinas nacionales e internacionales. Un día le llegó una invitación muy especial: entrevistar a Mao Tsé Tung.

En esa época no había muchas grabadoras y la única que encontró se la prestaron en la Embajada de los Estados Unidos. “Había que darle manivela y era un encarte”, contaba siempre la anécdota.

Con su hermano condujo también el musical “Colombia sin fronteras”, en el cual presentaba lo más granado del pentagrama de esos congestionados años cincuenta.

Era un creativo permanente. Fue el pionero de las transmisiones radiales del Concurso Nacional de la Belleza en Cartagena y viajó a Israel para emitir desde allí una procesión.

Creo también la connotada Asociación Colombiana de Locutores con personalidades de la voz como Juan Harvey Caicedo, Otto Greiffenstein, Julo Sánchez, Eucario Bermúdez, Gloria Valencia de Castaño, Alberto Piedrahita Pacheco y Magda Egas, entre otros.

Era un permanente innovador y sus jingles son aún retrasmitidos por algunas emisoras. En uno de sus viajes escuchó una canción de Los Isleños “Goticas de dolor” y de allí sacó la canción famosa “Señor locutor, por favor diga usted qué hora es…Gracias, muchas gracias, muchas gracias señor locutor”.

En los maravillosos años sesenta el rock resplandeció en el mundo y Carlos Pinzón no podía estar alejado de ello. Con doña Gloria Valencia de Castaño montó la primera gran discoteca juvenil de Colombia: “La bomba”, donde los grupos yeyé y gogó del momento hacían las delicias para las muchachas que comenzaban a exhibir sus minifaldas.

Un día el maestro Fernando Gómez Agudelo le dijo claramente: “Carlitos, deja la radio y vente para la televisión. Su primer programa fue “Desfile de éxitos” con las canciones más populares del momento.

Luego presentó “El precio es correcto” y después causó sensación con el concurso “Usted vale lo que pesa”.

Los quinceañeros gozaron también con la ronda musical de “Domingos espectaculares”. Los baladistas del momento y los conjuntos tropicales comenzaron a desfilar por el programa de Carlos. Era el furor del momento.

Foto: web Teleton – Eucario Bermudez, Juan Harvey Caicedo, Gloria Valencia de Castaño y Carlos Pinzón

EL HOMBRE DEL CLUB DE TELEVISIÓN

En 1971 presentó un espacio benéfico para el Instituto Franklin Delano Roosevelt. Fue el primer evento de servicio social que le originara a Carlos la sensacional idea de organizar “El Club de la Televisión”. ¡Qué no hizo allí Carlos! Por ahí desfilaban reinas, modelos nuevas promesas de la canción. Era el certamen esperado de lunes a viernes a las 6 de la tarde.
En el Club de la Televisión surgieron proyectos como Solidaridad por Colombia, Navidad de los Reclusos, El concurso Nacional de presentes, Colombia para el niño, El Día de la banderita, Festival de la Primavera para la Cruz Roja y se entregaban ayudas en mercados y máquinas de trabajo para las personas damnificadas en diversas tragedias.

Allí se dieron a conocer las primeras vivencias de las personas en situación en discapacidad, tema que hasta el momento no era analizado con propiedad. Así fue dando paso a las primeras Teletón.

Pero también organizó los famosos C-100 en los cuales reunía a un centenar de figuras de la televisión, se iban en bicicletas por las calles de Bogotá y reunían patrocinios para alguna obra benéfica. Miles de personas salían a las calles para aplaudirlos, tomarse fotos y solicitarles algún autógrafo.

Para celebrar el programa número mil del Club de la Televisión organizó La Batalla de los Sexos. A Los Ocho de Colombia los puso contra la Tuna Femenina Javeriana, Pacheco contra Janeth Cifuentes en un partido de ping-pong, Claudia de Colombia versus Óscar Golden.

Durante el gobierno del presidente Julio César Turbay Ayala promovió la idea para que Colombia tuviera televisión a color. Y a punta de notas y sueños, lo logró.

Pedro Fuquen, Carlos Pinzón, Jorge Antonio Vega y Héctor Mora

EL HOMBRE EN LA LUNA

En medio del frío y con una altura de 3.106 metros sobre el nivel del mar, en la casa de los transmisores de la televisora nacional en el Cerro de Jurisdicciones, en Norte de Santander, el 20 de julio de 1969 los hermanos Julio Eduardo, Leopoldo, Germán y Carlos Pinzón le dieron la noticia a los colombianos sobre la llegada del primer hombre a la luna: Neil Armstrong.

La sintonía fue total. En las casas las personas miraban la pantalla chica y salían a los patios o a las terrazas tratando de divisar el Apolo que había alunizado. Algunas personas lloraban, otras se santiguaban y más de uno, presagiaba el fin del mundo.

Se emitía desde el Cerro de Jurisdicciones porque en ese momento era el punto ideal para recibir la señal de Cabo Cañaveral y para difundirla en Colombia.

Si para los Estados Unidos fue la gran noticia, en el país lo era mucho más. Eran los tiempos de un par de canales, que transmitían en blanco y negro y que tenían una programación que arrancaba a las cuatro de la tarde e iba hasta las once de la noche.

Carlos y sus hermanos comentaban cada suceso de lo que ocurrió en el alunizaje y luego, los primeros pasos de Neil Armstrong por la luna. Fue un momento histórico, único.

Foto: El Colombiano

SU ZIPACÓN DEL ALMA

Cuando todos pensaban que Carlos Pinzón dejaría a un lado sus programas y su innovación, creó en Zipacón, un municipio a una hora del centro de Bogotá, a El Festival de Música Clásica.

Fueron 30 años de encuentros donde se disfrutaba de las mejores creaciones artísticas del mundo. Organizó el Museo del Disco e impulsó la construcción de un escenario con una capacidad para 3 mil personas. Los zipacones no dudaron un segundo para bautizar la obra como La Concha Acústica Carlos Pinzón.

Este 30 de abril del 2020 les deja un sinsabor a los colombianos: la partida al más allá de uno de los grandes hombres de la radio y la televisión, pero, sobre todo, un ser que se dio por los demás y que soñó para que todos fueran felices.

El Círculo de Periodistas de Bogotá (CPB) expresa profunda tristeza por el deceso del gran filántropo de Colombia, por el periodista que amó a todos y trabajó por todos y que deja un invaluable legado para las actuales y futuras generaciones. QEPD.

En la actualidad equipos de biotecnología e investigación de todo el mundo están desarrollando hasta 100 posibles vacunas. Empezó la prueba con humanos

29 abril 2020.

Foto: Pixabay –

Por: Lina Aristizábal – france24.com –

Covid-19: Universidad de Oxford ensaya con humanos una posible vacuna

Según informó el centro universitario británico, cientos de ciudadanos se han presentado voluntarios para ser parte del estudio, que comenzó a administrar la primera dosis a una persona sana en la tarde de este 23 de abril.

Científicos en Gran Bretaña comenzaron los ensayos clínicos de una posible vacuna para el Covid-19, mientras que otros desarrolladores de vacunas en toda Europa también intensificaron el trabajo en las inyecciones experimentales contra la enfermedad.

University of Oxford

@UniofOxford

We’re so grateful to the volunteers & researchers working tirelessly to develop this: https://bit.ly/vaccinetrial

Edward O’Neill y Elisa Granato, fueron los primeros voluntarios en recibir una inyección de la vacuna denominada «ChAdOx1 nCoV-19», mientras que la italiana ReiThera, la alemana Leukocare y la belga Univercells dijeron que estaban trabajando juntos en otra posible vacuna y que tenían previsto iniciar las pruebas en unos meses.

Los científicos del Oxford Vaccine Group, el equipo creado con este fin, esperan repetir el proceso con seis voluntarios más el sábado, y de cara al lunes aumentará el número de involucrados.

En total, se espera que en el ensayo clínico liderado por Oxford haya 1.102 participantes en diferentes laboratorios de esta ciudad, Southampton, Londres y Bristol.

El equipo investigador calcula tener al menos un millón de dosis de la vacuna para septiembre, mientras que el Imperial College de Londres, que también desarrolla una candidata a vacuna, espera hacer lo mismo a finales de este año.

El doctor Paul McKay trabaja en una vacuna para la cepa 2019-nCoV del nuevo coronavirus Covid-19 en Londres el 10 de febrero de 2020.
El doctor Paul McKay trabaja en una vacuna para la cepa 2019-nCoV del nuevo coronavirus Covid-19 en Londres el 10 de febrero de 2020. © Tolga Akmen / AFP

El Gobierno británico ha puesto 20 millones de libras (23 millones de dólares) a disposición del equipo de Oxford y otros 22 millones de libras (25 millones de dólares) para el proyecto del Imperial College.

A pesar de los avances, el consejero médico del Gobierno británico, Chris Whitty, ha afirmado que la posibilidad de que el trabajo de la Universidad de Oxford se traduzca en una vacuna efectiva y segura que se pueda distribuir este año es «increíblemente pequeña».  Y añadió que sería «completamente ilusorio» pensar que las restricciones se van a levantar en pocos días, ya que el ritmo de muertes y contagiosos sigue siendo muy elevado en Reino Unido.

Según datos de este jueves, se contabilizaron 616 nuevas muertes por coronavirus en hospitales, entre un total de 18.791 fallecidos y 138.246 casos de contagio confirmados.

La carrera por la vacuna

En la actualidad, equipos de biotecnología e investigación de todo el mundo están desarrollando hasta 100 posibles vacunas candidatas, y al menos, cinco de ellas están en pruebas preliminares en personas, en lo que se conoce como ensayos clínicos de fase 1.

Este mismo jueves, la empresa de biotecnología Biosearch ha puesto en marcha un proyecto de ensayo clínico de su producto «Hereditum Immunactiv K8» para probar su eficacia en la reducción de la incidencia y la severidad de los síntomas del coronavirus.

Mientras tanto, un equipo de científicos chinos ha logrado proteger del Covid-19 a un grupo de macacos, además de a ratas y a ratones. Los investigadores explican que han desarrollado un candidato a vacuna que introdujo anticuerpos neutralizantes específicos del SARS-CoV-2 en ratones, ratas y en primates no humanos. Estos anticuerpos neutralizaron diez cepas representativas del virus. Esto -argumentan- apunta a una posible capacidad de neutralización del virus más amplia contra las cepas que circulan por todo el mundo.

La revista Science, en su apartado de noticias, se hace eco de este artículo y explica que los experimentos se hicieron con ocho macacos, a los que administraron las dos dosis diferentes de la vacuna.

@NewsfromScience

For the first time, one of the many vaccines in development has protected an animal, rhesus macaques, from infection by the new coronavirus, scientists report. https://fcld.ly/qxjtfs4  @pulitzercenter

La carrera por una vacuna se ha visto impulsada por la escasez de opciones para tratar la enfermedad. El regulador de medicamentos de la Unión Europea reiteró el jueves una advertencia contra el uso de dos medicamentos antipalúdicos más antiguos fuera de los ensayos o de los programas nacionales de uso de emergencia, citando efectos secundarios potencialmente letales.

Con EFE, Reuters y AP

Es momento clave para tomar conciencia sobre la segunda industria más contaminante del mundo

29 abril 2020-

Foto: Samuel Sánchez.

Tomado de: El País España –

Las tiendas están cerradas y la producción, estancada. La cadena de la industria textil se ha paralizado y el sector español podría sufrir una pérdida de hasta 360 millones de euros entre abril y junio, estima La Asociación de Creadores de Moda de España. Para el cliente, sin embargo, es el momento perfecto para mirar lo que hay en su armario y reflexionar. Gema Gómez, fundadora de la plataforma de divulgación y formación Slow Fashion Next con al menos 3.000 participantes, junto con otros expertos, asegura que la crisis por el coronavirus permitirá que mucha gente se dé cuenta de que la ropa no es una necesidad. «Seguro que si nos fijamos bien, más de la mitad de nuestro armario sobra. De verdad, ¿por qué queremos tener tanta ropa sabiendo que tan solo el 1% de todo lo que se genera vuelve a la cadena?”, pregunta.

Antes del confinamiento, la industria de la moda no paraba de crecer pese a las advertencias reiteradas sobre la amenaza que supone para el planeta y a su voluntad de minimizar los daños. Sigue siendo el segundo sector más contaminante del mundo después del transporte aéreo, con un 10% de la contaminación global bajo su responsabilidad, es decir, 1.700 millones de toneladas de CO2 emitidas por año. Kirsi Niinimäki, investigadora del departamento de diseño de la Universidad Aalto en Finlandia, ha recopilado todos estos datos en un artículo reciente publicado en Nature Earth and Environment. “Las medidas de las grandes empresas siguen sin ser suficientes”, comenta. “Son conscientes de lo que tienen que hacer, pero no saben cómo. Ahora es el momento de pensar. El confinamiento podría permitir, tanto a las empresas como al consumidor, informarse”, añade.

Tienda de Primark en la Gran Vía de Madrid durante el confinamiento.
Tienda de Primark en la Gran Vía de Madrid durante el confinamiento.PABLO MONGE

El primer campo de batalla que requiere cambios es la producción. Algunas empresas como H&M tienen un sistema de control del consumo mediante la inteligencia artificial RFID (identificación por radiofrecuencia) para saber lo que le gusta a su cliente y filtrar la producción. Sin embargo, la fabricación masiva es el mayor problema que destaca Marina López, presidenta de la Asociación de Moda Sostenible de España (AMSE). “Es bestial”, dice. Desde 1975, la producción de textiles ha aumentado más del doble: de unos 5,9 kilogramos por persona y por año a, al menos, 13, cuenta el estudio. Además, el poliéster, el material más contaminante, sigue siendo el dominante, seguido de cerca por el algodón, que requiere mucho riego. En total, la industria consume 1,5 billones de litros de agua anuales, según el estudio de Nature. En definitiva, cada año, se produce más de lo necesario y esta curva lo demuestra:

El crecimiento de la población mundial y la producción textil por tipo de fibra, en un gráfico del estudio.
El crecimiento de la población mundial y la producción textil por tipo de fibra, en un gráfico del estudio.

Reflexionar sobre nuestro consumo

Las empresas no son los únicos diablos de la cadena, ya que contestan a la demanda del cliente, otro eslabón que debe reaccionar. El consumo mundial de la población alcanza ya 62 millones de toneladas por año y los expertos prevén que llegue a los 102 para 2030, fecha en la que se podría producir el colapso de los ecosistemas. “Consumimos demasiado. No necesitamos tanto”, confirma la presidenta de AMSE. La gente utiliza una prenda un 36% menos que hace quince años, pero consume un 40% más y un estadounidense sale a la calle a comprar cada cinco días y medio, según asegura el mismo estudio de Nature. Por año, una persona puede adquirir hasta 27 kilogramos de ropa como es el caso en Inglaterra.

Pero Niinimäki explica que es muy difícil convencer al consumidor y controlar sus impulsos. “El mercado es atractivo y la gente tiende a querer lo nuevo para definir su identidad. Es algo emocional y las empresas lo saben y juegan con ello», asevera. “Lo que hay que hacer es educar. Partir desde el principio”, propone.

Un confinamiento para educar

Las expertas aseguran que aprovechar el confinamiento para informarse es una solución. Gómez trabajó para grandes cadenas textiles cuyo nombre no quiere mencionar. Como dice, no son ellas las culpables, sino todo el sistema que le resultó chocante. ”Ya no hablo solo de las condiciones laborales de los trabajadores ahí en Asia, sino de la salud. Había espumita en el agua», cuenta. Algo le hizo clic. Cuando volvió a su oficina, se puso a investigar, pero se dio cuenta de que para “hacerlo bien” y encontrar la buena información costaba mucho. “Creo que la gente está muy interesada, pero no lo suficiente formada. No es posible que en una revista lea que una camiseta 100% de poliéster sea sostenible, o que las personas crean que por ser una prenda local, basta. Va mucho más allá”, comenta.

Susana Alvárez, diseñadora de moda sostenible, ha ido más allá. Con 23 años fue a aprender a Alemania, dónde la palabra “sostenibilidad” era algo del día a día, mientras que en España ni siquiera se mencionaba. Con 40 años, volvió a España y empezó a hacer lo que llama “moda ética”, es decir, producir localmente. Pero algo fallaba: el material que usaba, como el neopreno, era muy nocivo para el medioabiente. “Ahora mis mayores compromisos son el triacetato de celulosa y el vaquero orgánico de mi colección que lleva el sello GOTS (Global Organic TextileStandard), hasta tener materiales sostenibles más potentes”, explica. Lo más importante para Alvárez es la transparencia, que las personas puedan saber el contenido exacto de la ropa que compran, dónde ha sido confeccionada, durante cuánto tiempo y por quién. “Es esencial tener una aplicación que te indique todo, como para la alimentación, y así, el cliente puede decidir, y sobre todo, saber”, propone.

El kimono de la colección vaquera orgánica MIRAMAR SÁ.
El kimono de la colección vaquera orgánica MIRAMAR SÁ.BENGALÚ

El material que se usa, no siempre se recicla. De hecho, casi nunca. El mercado textil crea 92 millones de toneladas de residuos por año, según el estudio y al menos el 85% de esos tejidos se entierran o queman emitiendo gases a efecto invernadero, según datos del centro de investigación Fair Fashion de la Universidad de Glasgow (Nueva York). La Unión Europea ha puesto una ley que obliga a cada país, de aquí a 2025, a gestionar los textiles. “España no lo vamos a conseguir, siempre estamos en la cola de todo. Para nosotros es más barato pagar la multa”, asevera López, la presidenta de AMSE.

Una pausa para buscar soluciones

La moda sostenible se hace un hueco cada vez más grande y la gente empieza a sensibilizarse. “La moda tiene un precio y el actual, no es el normal”, insiste López. La idea de la slow fashion es que una persona compre una camiseta, cierto más cara, pero con un tejido resistente, y no solo de dos a tres hilos por trama como se está haciendo en la industria fast fashion. «Así no acabará en la basura tan rápido por culpa del desgaste. La moda no es de usar y tirar”, insiste.

La economía circular es una vía de escape. Sin embargo, es complicado ampliar este sistema, ya que la mayoría de las prendas de la moda convencional no son de buena calidad y por lo tanto, no se puede tirar provecho. “Al cabo del sexto lavado ya hay agujeros, se va el color. Ya no podemos hacer nada con ellas”, comenta López.

La solución que se perfila es aumentar el uso de materiales como el cáñamo. El tejido no necesita riego en comparación con el algodón orgánico que puede llegar a requerir tres litros de agua por camiseta. La planta se utiliza en su totalidad y además es buena para la tierra. «Es ideal para sacar tejido además de tener dos cosechas al año. Antiguamente se hacía. Hay que recortar y volver atrás”, concluye la presidenta de AMSE.

Por su parte, Gómez utiliza una metáfora curiosa y optimista al acabar la conversación: “Esa industria, tarde o temprano, caerá. Esos dinosaurios del sistema que producen de manera deslocalizada y sobrepasando los límites del planeta, no están en armonía con el siglo XXI.», Y se pregunta: «Cómo cambiaría la cosa si dijésemos ‘el que contamina paga’ ¿no? ”

Profesionales de la salud cuidan pacientes en su casa y hacen acompañamiento a casos sospechosos de COVID-19

29 abril 2020 –

–  La Secretaría Distrital de Salud y la red pública hospitalaria han dispuesto de diferentes estrategias para atender a casos sospechosos y confirmados con el coronavirus en la ciudad.

– Más de 1.200 casos sospechosos por COVID-19 han sido atendidos por el programa de Atención Médica Domiciliaria de la Subred Centro Oriente. En toda la ciudad se han realizado 11.264 visitas y 13.731 consultas a dichos pacientes.

– Los equipos están conformados por un equipo médico interdisciplinario. Los casos son referenciados por el Centro Regulador de Urgencias y Emergencias o por los equipos de vigilancia epidemiológica dispuestos ante la pandemia.

*Bogotá D. C., abril 28 de 2020.* Ante la emergencia suscitada por la COVID-19 en la ciudad, la Secretaría Distrital de Salud ha implementado diferentes estrategias para atender a los casos sospechosos y confirmados con el virus, para realizar un acompañamiento permanente que incluye el monitoreo en el domicilio.

En este sentido, el Programa de Atención Médica Domiciliaria (AMED) de la Subred Integrada de Servicios de Salud Centro Oriente, tiene como objetivo extender la hospitalización de pacientes hasta su domicilio, trabajando de la mano con familiares y cuidadores para que se continúe este tratamiento en su casa.

Actualmente tiene dos grupos: el primero se llama ‘AMED’ y atiende diferentes casos como pacientes con enfermedades crónicas, en el que se realiza una constante monitoreo e involucra a un equipo interdisciplinario que busca garantizar la recuperación del paciente en el hogar.

El segundo grupo implementado de manera reciente se llama ‘COVID’, el cual se creó ante la pandemia y se encarga de visitar y hacer seguimiento a pacientes confirmados y realizar pruebas a pacientes sospechosos por COVID-19; está conformado por médicos, enfermeras, terapistas respiratorios y físicos, trabajadoras sociales y psicólogos.

El grupo ‘COVID’ trabaja de acuerdo con dos líneas; la primera es a través del Centro Regulador de Urgencias y Emergencias (CRUE), que reseña a los pacientes que el equipo debe visitar. La segunda modalidad es a través del reporte entregado por los equipos de vigilancia epidemiológica, los cuales refieren los casos sospechosos que deben ser atendidos.

Actualmente, la Subred Centro Oriente cuenta con 6 equipos que visitan a estos pacientes, todos equipados con los elementos de protección personal necesarios y quienes llegan a la casa del paciente sospechoso para toma la muestra respectiva y el médico valora si es necesario trasladarlo de manera inmediata a un centro asistencial de la Subred, habilitado para la atención de estos pacientes. En este caso, se activa la línea del CRUE para que envíe una ambulancia y sea trasladado.

Un caso para resaltar es el de Juan de Jesús Gamba de 73 años, paciente atendido por varios eventos adversos en su salud en la Unidad Médica Hospitalaria Especializada Santa Clara. En su historial, sufrió un infarto, luego se le realizó una revascularización al miocardio y después tuvo una infección. Ha ingresado en varias oportunidades y por diferentes sintomatologías al centro asistencial; sin embargo, el programa le continúa haciendo seguimiento a su salud directamente en su casa.

Juan de Jesús ingresó al programa el día 16 de abril y está en plena recuperación. A este paciente se le han llegado a realizar hasta 4 visitas al día. Juan de Jesús Gamba y su familia están muy satisfechos con la atención prestada por este equipo: “estoy  contenta con el servicio que le presta este equipo a mi padre”, dice su hija Sandra Milena Gamba, quien resaltó el trabajo humanizado del equipo de Atención Medica Domiciliaria, el cual presta sus servicios en las localidades de Mártires, San Cristóbal, Rafael Uribe Uribe, Santafé, La Candelaria y Antonio Nariño.

Dentro del programa de atención médica domiciliaria para COVID-19, se han atendido desde el 13 de marzo un total de 1.203 pacientes sospechosos por parte de la Subred. De los pacientes del programa de Atención Médica Domiciliaria (AMED) se han atendido durante este año 162 personas, y por interconsultas 365.

En toda la ciudad se han realizado 11.264 visitas y 13.731 consultas a casos sospechosos por el coronavirus, en la estrategia dispuesta para la atención de la pandemia.

Rosario Fernández Aljure: PERIODISTA «EMBAJADORA DEL HUILA»

29 abril 2020-

Por: Guillermo Romero Salamanca – Comunicaciones CPB.

Rosario Fernández Aljure ha dedicado su vida al periodismo, a escribir y a la cultura. Es Periodista egresada de la Universidad Javeriana, tiene diplomado en Gerencia Social y Participación Ciudadana y magíster en Ciencias Políticas de la misma Universidad.

Al terminar sus estudios de periodismo, fue designada Directora de Divulgación Cultural del Huila. De allí pasó a ocupar la Secretaría de Educación del Departamento. Durante dos períodos fue concejal de Neiva y colaboró en medios de comunicación regional como el Diario del Huila, El Debate y El Liberal Surcolombiano y fue directora de noticias de Radio Colosal.

En Bogotá se desempeñó como jefe de prensa de la Superintendencia de Notariado y Registro, del Senado de la República, de Telecom y de la Financiera de Desarrollo Territorial. Fue directora de la Delegación del Huila en la capital del país.

Ocupó la Secretaría General de Cajanal y en la Embajada de Colombia en la antigua Unión Soviética, actuó como Agregada Cultural y después ejerció funciones consulares.

Desde el año 2000 es socia del Círculo de Periodistas de Bogotá (CPB) y entre 2010-2012 fue miembro de la Junta  Directiva como Secretaria de Capacitación.

En una de sus entrevistas al maestro Jorge Villamil

 

LA EMBAJADORA

Cuando se habla de Rosario Fernández Aljure su nombre es relacionado de inmediato con el departamento del Huila. La conocen como la “embajadora cultural”, “la siempre soñadora de San Agustín”, “la vocera de las rajaleñas de Jorge Villamil”, “la dueña del sanjuanero” o “la siempre defensora de José Eustasio Rivera”.

–¿Usted por qué ama tanto al Huila?, le preguntamos tímidamente.

–Porque el Huila es el departamento más bello de Colombia. Tiene un enorme potencial turístico, todos los climas, es un bambuco lleno de gualandayes, con un olor a café fresco, con los aires de las canciones de Jorge Villamil y las letras exquisitas de José Eustasio Rivera.

–Pero, ¿ha sido un amor correspondido?

–Sabes que sí. Desde hace mucho tiempo. En una encuesta por allá en 1971, me pusieron como “el personaje del año” porque había sido la primera mujer en asumir una gobernación, aunque fuera de encargada. Un título no esperado pero que siempre agradecí.

–¿Rosario es una opita de Honda?

–“Amo al Huila como pocos. La verdad es que nací en Honda, mi papá era el gerente de Bavaria allá y cuando la empresa lo trasladó a Neiva, yo tenía ya siete años. Conservo películas de la época a orillas del río Magdalena, en épocas de subienda. Yo pensaba que con el hecho de guardar las cintas en sus cajas era suficiente, pero descubrí que se dañan y las llevé a Patrimonio Fílmico para recuperarlas un poco, pero no lograron rescatarlas”.

–¿Cómo fue su encuentro con Neiva?

–“Llegué a estudiar segundo de primaria a Neiva. Descubrir esa ciudad y ese departamento fue maravilloso. Luego, cuando fui por primera vez a San Agustín quedé enamorada de su cultura, su valor histórico como patrimonio de la humanidad. En otras partes, como en Perú, quieren a su Machu Pichu, en Egipto, sus Pirámides y en Colombia deberíamos también darle importancia a San Agustín. En el Huila quedan impresionados cuando ven a centenares de extranjeros admirar las esculturas, los caminos, los signos y cómo desarrollan documentales, mientras que, en la misma región, les parecen normales. Esa siempre ha sido mi pelea por defender al Huila”.

ME ENAMORÉ DEL PERIODISMO

–¿Cómo descubrió su vocación por el Periodismo?

–Cuando estaba en bachillerato me llamó poderosamente la atención el periodismo, entrevistar personajes, escribir sobre la cultura, defender la tierra y hacer investigaciones. No había muchos periodistas en el Huila y entonces determiné viajar a Bogotá para estudiar en la Universidad Javeriana Comunicación Social y Periodismo. Allí me vinculé al grupo de jóvenes huilenses bipartidistas para apoyar la candidatura de nuestro paisano Misael Pastrana Borrero a la presidencia. Yo le hice varias entrevistas. Él era muy amable, muy formal con nosotros.

Mandaba sus entrevistas al Diario del Huila y se las publicaban. Su papá que era de Garzón era muy liberal y ella siguió por ese mismo lado, pero, asegura, tenía excelentes amigos conservadores.

Una de las peleas que dio fue la de crear una universidad en Neiva. No había. Y uno de los promotores fue Guillermo Plazas Alcid. Ella apoyó la idea y publicó la iniciativa en el periódico quincenal que se llamaba “El Debate”. Eso causó tal revuelo que se logró tener una universidad en el Huila.

Cuando terminó la universidad fui nombrada como Directora de Divulgación Cultural, a los pocos meses Secretaria de Educación del Huila. “Eso fue para mí una sorpresa gigante”, dice ahora.

–Usted fue concejal sin votar ni siquiera por usted

–Cuando vino la campaña para las elecciones del concejo, me dijeron que me lanzara. Además, mi papá ya había sido concejal de Neiva. Lo curioso del caso es que, aunque cumplía con todos los requisitos, uno de ellos, la edad, porque tenía 21 años, no pude votar porque no tenía cédula. La Registraduría no alcanzó a entregármela y, claro no pude sufragar, pero igual, salí como concejal de Neiva.

EL PERIODISMO EN PROVINCIA SIEMPRE HA SIDO MUY DIFÍCIL.

A Rosario le ha gustado la investigación, expresar la verdad y, sobre todo, a ejercer un periodismo de profundidad.

“En Bogotá se ve con otra óptica el Periodismo, pero por fuera es muy distinto, muy complicado. Los medios se mantienen de la pauta oficial, hay muchas presiones para el ejercicio. Yo renuncié como directora de noticias porque me dijeron que no podía decir ciertas cosas o me retiraban la pauta y opté por renunciar”, cuenta. 

“Yo he considerado al Periodismo como un servicio. En esa época, que no había ni celulares ni teléfonos, debíamos enviar mensajes a las familias, indicando que debían estar en un punto para recibir los mercados, o para ir a firmar una escritura o se anunciaba al nacimiento de un niño o el fallecimiento de un familiar, con la hora de la misa y todo”, agrega.

–¿Cómo ve ahora al Huila, su tierra amada?

–“El Huila fue una tierra de grandes líderes, lamentablemente ahora no los tenemos. Aunque hay representantes y senadores, no hay liderazgo, no se aprovecha todo el potencial económico, cultural, histórico y patrimonial que tiene el departamento. Hace unos años una escuela de Gigante hizo un programa de reciclaje que recuperaba los cuadernos quitándoles la tinta y esa investigación fue noticia mundial, menos en el Huila. En el Huila nos debemos sentir orgullosos de lo que tenemos”.

–¿Qué le inspira Rivera?

–Su forma especial para redactar y describir historias. No hemos analizado aún todo lo que nos dejó José Eustasio Rivera y su obra, “La Vorágine, que es considerada como una obra precursora de la narrativa latinoamericana. En el 2024 se cumplen cien años de su primera edición y el Huila puede explotar el tema con una serie de conferencias, charlas, ediciones, programas de televisión…

–¿Y qué tal Jorge Villamil?

–Por favor. Ese es un tema apasionante, no es más sino escuchar y releer sus letras en bambucos y rajaleñas. Me fascina el tema “Vieja hacienda del Cedral” –“Viejo y amplio caserón, de recuerdos tan queridos, donde los cercos de piedra y añosos troncos de sauce duermen en silente olvido”–, Al sur, La Mortaja –que lo canta maravillosamente Helenita Vargas–, “Me llevarás en ti”, “El Barcino”, “Garza Morena”, “José Dolores” y narra todos los problemas de la violencia. Maravilloso Jorge Villamil. Cada vez que puedo escucho sus rajaleñas.

SU VIDA EN RUSIA

–¿Cómo fue su vida en la URSS?

“Un día me dijeron: ¿quieres irte de agregada cultural a URSS?

–¿A la URSS?, contesté con ingenuidad.

–Si, a Rusia.

–Si yo no sé hablar ruso.

–Pues aprende.

Y comencé a tomar clases de ruso. Lo primero que hice fue identificar el abecedario, luego aprenderme los números del uno al diez y algunas cosas sencillas como la lista del mercado. Al principio fue un poco complicado, pero después encontré a un estudiante colombiano que había ganado el concurso como mejor estudiante extranjero en hablar ruso. Era Rubén Darío Flórez. Excelente profesor. Un día me dijo que volvía a Colombia, pero que me dejaba un reemplazo, que también había sido ganador del premio. Era su hermano, Juan Carlos Flórez, hoy exconcejal de Bogotá.

Después de muchas clases, les comenté que no quería desacreditarlos como profesores y no recibiría más clases. Es que yo era muy mala estudiante”, cuenta ahora mientras suelta una de sus características carcajadas.

–Cómo era vivir en Rusia?

–Allá son famosas las sopas, como la shchi que es hecha con papas, desde luego las ensaladas rusas son muy famosas, los arenques, los guisados, los stroganoff, los pelmeni –muy parecidos a los raviolis— y desde luego los Bliní, que son muy parecidos a los creps…

–¿Y caviar?

–Por cantidades. Claro que ya llega un momento en que se cansa 

–¿Es verdad que allá bailó sanjuanero?

–Yo hice una gran amistad con los estudiantes colombianos que adelantaban sus cursos allá. Con ellos hacíamos recorridos por los museos o sitios de interés histórico y en varias oportunidades participamos en los encuentros culturales de Rusia y de las delegaciones diplomáticas. Una vez le dije a un muchacho que años después sería Médico: “Aquí no nos van a criticar si lo hacemos bien o mal, pero tenemos que mostrarles qué es un sanjuanero y, a decir la verdad, nos aplaudieron bastante”.

–¿Cómo fue su encuentro con Pierre Cardin?

–“Allá celebran el Día Internacional de la Mujer. Ese día no se trabaja y en la Embajada de Francia hicieron un festival del cuerpo diplomático. Yo pedí permiso para mostrar a Colombia. Llevé artesanías, desde luego réplicas de las estatuas de San Agustín, la famosa “chiva”, y el diseñador Francés Pierre Cardín fue invitado a la reunión, quedó emocionado con el costal y con los granos de café. Le di un casete con música colombiana.  

–¿Cómo fue su ingreso al CPB?

–Martha Josefina Alonso me invitó a formar parte del CPB. Yo trabajaba en Telecom, me quedaban cerca las oficinas del Círculo y adelantamos una labor con el comité de capacitación muy interesante. Nos reuníamos como Luz Stela Tocancipá, Jorge Salazar, Emiro Severiche y visitamos a las Facultades de Comunicación Social para averiguar cuáles eran los requisitos para estudiar y nos sorprendió que para ingenierías les pedían los más altos puntajes, en cambio para estudiar Periodismo, no. Nos pareció ilógico.

Antes de las entregas del Premio Nacional de Periodismo organizamos varios encuentros con estudiantes donde se les daban charlas sobre su carrera y se invitaban a destacados periodistas para que hablaran y los motivaran.

–¿Además del Periodismo qué le gusta hacer?

–Leer las poesías de José Eustasio Rivera, escuchar los bambucos de Jorge Villamil y soñar con los paisajes de san Agustín.

Periodista de pantalones bien puestos

29 abril 2020 –

Por: Orlando Cadavid Correa –

El periodista colombiano Juan Carlos López demuestra en cada una de sus apariciones cotidianas en la televisión de habla hispana que no nació en el mes de los temblores y que suele llamar pan al pan y vino al vino.

Profesional de todos los quilates, se ha lucido en la formidable cobertura que hace el Canal CNN en español de la pandemia que ha puesto al mundo contra la pared.

Este “Juan sin miedo” suele llevarle las cuentas al dedillo al mitómano presidente norteamericano, Donal Trump, en materia de mentiras.

Bajita la mano, son dieciocho mil durante su mandato las que ha dicho en público. Faltan las que ha lanzado en reuniones privadas en la Casa Blanca y las que repartió a diestra y siniestra en su campaña presidencial.
Las cuentas de López coinciden con las que publican los principales diarios de Washington y Nueva York, respetables medios a los que el mechimono maltrata en sus conferencias de prensa.

Como el mal ejemplo cunde, también le faltan al respeto a la prensa de sus países los presidentes López Obrador, de México, y Bolsonaro, de Brasil.

Édgar Hozzman, el crítico de los medios electrónicos radicado en Boston, nos proporciona este perfil del compatriota que tiene tanto éxito en Gringolandia:

“Juan Carlos López es una magnífica imagen de Colombia en el exterior.

Es el más importante y reconocido periodista colombiano en los Estados Unidos. Lo conocí cuando trabajamos en Todelar de la calle 57 en 1987. Allí comenzó su actividad como periodista en Todelar Estéreo, distinguiéndose por su sencillez y afán de superación.
Como reportero llegó al Canal Uno, donde fue presentador del Noticiero de las Siete.
Su trabajo en Univisión como reportero le valió ser nominado a un premio Emmy.
En 1993 fue contratado por CNN, donde han dejado huella sus excelentes reportajes.
Ha entrevistado a las más importantes figuras de la política de Los EE.UU, incluyendo a los presidentes Bill Clinton, George W. Bush, Barack Obama y Donald Trump. Y a todos los candidatos presidenciales de los últimos veinte años”.


Juan Carlos López, en compañía de Carmen Aristegui

El que sigue es el perfil que ofrece Google de Juan Carlos López: “Es presentador y corresponsal en jefe de CNN en Español en la ciudad de Washington, D.C. y ha colaborado como reportero de CNN desde 1993. Actualmente, López es el presentador de Directo USA, un programa diario que cubre las noticias que generan más interés en los Estados Unidos, con entrevistas y análisis profundo de cómo estas noticias afectan a la audiencia en el continente americano. A su vez, López es el presentador de Choque de Opiniones, el programa dominical que presenta discusiones dinámicas con invitados especiales que son interesantes e informativas. López transmite desde Washington, D.C”.

La apostilla: Este chascarrillo es de la autoría de un comediante neoyorquino: En las mañanas, antes de dirigirse al Salón Oval, cuando trata de poner en orden su bisoñé en el baño principal de la Casa Blanca, el presidente Donald Trump se lanza ante el espejo este cariñito: “Francamente, no sé qué haría yo sin mí”.

Facebook con IFCJ lanzan fondo de dos millones de dólares en apoyo a medios latinoamericanos

29 abril 2020 –

Tomado de: SIP.

El Proyecto de Periodismo de Facebook (FJP), en sociedad con el Centro Internacional de Periodistas (ICFJ), organización sin fines de lucro que promueve el periodismo de calidad en el mundo, anunciaron hoy un fondo por dos millones de dólares que ayudará a las organizaciones de noticias en América Latina durante la crisis del COVID-19.

Las solicitudes de subvención se abrirán el 5 de mayo. Para recibir detalles sobre cómo postularse y escuchar más acerca de la iniciativa a medida que evoluciona, suscríbase al boletín del Proyecto de Periodismo de Facebook y regístrese aquí para un seminario web el lunes 4 de mayo.

Para obtener más información sobre el programa, visite el sitio web de FJP.

Nos encantaría contar con su apoyo para promover esta iniciativa. Por favor puede incluirla en su sitio web, boletín o publicaciones en redes sociales.

Si publica en Facebook, etiquétanos. Si publica en Twitter, utilice el hashtag #FacebookJournalismProject

Su apoyo nos ayudará a maximizar el alcance de esta iniciativa.

Como siempre, nuestro sincero agradecimiento por su ayuda y por favor contáctenos si tiene alguna pregunta.

Julieta Shama
Manager, News Media Partnerships, Spanish Speaking Latam.

CHINA | “Cuidado con la desinformación china sobre el coronavirus”, advierte RSF

27 abril 2020-

Foto: Pixabay-

Por: Reporteros Sin Fronteras (RSF) – Francia –

Reporteros Sin Fronteras (RSF) insta a todo el mundo a ser precavidos con la campaña de desinformación global sobre el coronavirus que Pekín lleva orquestando desde el comienzo de la pandemia, que hasta ahora causado 150,000 víctimas mortales y ha infectado a más de dos millones de personas en todo el mundo.

La campaña china de desinformación está diseñada para ahogar a los críticos que culpan a Pekín de propagar el virus y que le achacan que, al censurar las advertencias tempranas, retrasó la adopción de las medidas de salud pública necesarias.

Las autoridades chinas han llegado a sugerir que podría haber sido el ejército estadounidense el que «trajo la epidemia a Wuhan» o que el coronavirus podría haber estado «circulando en zonas de Italia antes de que los médicos supieran del brote en China».

Es necesario mantener la máxima atención, ya que el régimen chino ha estado desarrollando su aparato de propaganda internacional durante años, como ya alertó RSF en su informe titulado «El nuevo orden mundial de la información según China «, publicado en marzo de 2019.

«Con el pretexto de ‘dejar las cosas claras’ sobre el coronavirus, Pekín está difundiendo mentiras e imprecisiones diseñadas para desacreditar el trabajo de los periodistas y para sembrar dudas sobre aquello de lo que están informando», señala Cédric Alviani, jefe de la oficina de Reporteros Sin Fronteras en Asia Oriental. «Es importante que el público no se deje engañar por la propaganda china y dé preferencia a las informaciones de los medios de comunicación que respetan los principios periodísticos».

El embajador de China en Francia, Lu Shaye, fue convocado por el Ministerio de Exteriores francés el 14 de abril a raíz de las publicaciones en la web de la embajada y en la cuenta de Twitter que difamaban al personal de salud francés y a una coalición parlamentaria francesa.

El 13 de marzo, el Departamento de Estado de EEUU convocó al embajador chino en Washington para preguntarle por qué dos funcionarios del Ministerio de Exteriores de China, Zhao Linjian y Hua Chunying, sugirieron que el coronavirus se había originado en Estados Unidos.

A finales de marzo, el canal internacional controlado por el Partido Comunista Chino, China Global Television Network, distorsionó las declaraciones del director de un instituto de investigación farmacológica italiano, Giuseppe Remuzzi, de forma que implicaba que este estaba diciendo que la epidemia de coronavirus había comenzado en Italia un mes antes de su aparición en China.

Al mismo tiempo, los embajadores de China y el periódico de propaganda Global Times han emprendido una cruzada contra los periodistas occidentales, acusándolos de «mentir» sistemáticamente para culpar a China de la pandemia.

China ocupa el puesto 177, de 180 países, en la Clasificación Mundial 2020 de la Libertad de Prensa, que RSF acaba de publicar. Ver también el Informe Anual de la organización y el Traker 19, la línea de noticias dedicada a la incidencia de la pandemia de Covid-19 en la libertad de información en todo el mundo.

Periodismo libre: los anticuerpos más eficaces contra la pandemia censora

27 de abril 2020-

Foto: Emiliano Amade-

Por: Jorge Benítez – El Mundo España-

Frente a los tics censores de los Gobiernos ante crisis como el Covid-19, los hechos prueban que la libertad de prensa ayuda a superarlas antes.

El primer capítulo del libro del coronavirus fue cauterizado como si de una hemorragia se tratara. Queda solo una cicatriz fea. Un borrón sobre el que aparecen varios médicos de hospitales de Wuhan entrevistados por un comisario político de provincias que les obliga a firmar con sus huellas dactilares un documento de confidencialidad. Que rastrea y elimina todos los mensajes de WeChat -el WhatsApp chino-, en los que se cita una neumonía desconocida y el mercado de pescado de Huanan. Que intenta borrar la historia con el rebobinado de un mando a distancia.

El segundo capítulo del libro del coronavirus arranca un mes más tarde, cuando China registra contagiados en la mayor parte de sus provincias y, al fin, reconoce al mundo la gravedad de la situación. Treinta días perdidos por la pulsión autoritaria que asalta a los gobiernos, sean dictatoriales o democráticos, al afrontar megacrisis.

La libertad de expresión, lejos de haber entorpecido una respuesta sanitaria, la habría acelerado. Por eso, en estos tiempos de incertidumbre, la transparencia exige una defensa no sólo ética, sino también pragmática: si las autoridades de Pekín hubieran permitido hablar a sus médicos e informado honestamente a su ciudadanía, se habría hecho un mejor diagnóstico de la situación, corregido errores y, sobre todo, no se habría difuminado la exigencia de responsabilidades.

La censura, lejos de limitar daños, aceleró todo el desastre,. Es una de las culpables, si no la principal, del colapso del mundo.

«Hay gobiernos que se están aprovechando para aumentar su poder», reflexiona por email Martin Baron, director del Washington Post. «Intentan minusvalorar la crisis ante sus ciudadanos, evitar asumir responsabilidades o acabar con la disidencia acusando a la prensa de propagar bulos. Como resultado, afrontamos un gran peligro».

Este periodista, galardonado en la última edición de los Premios de Periodismo de EL MUNDO, sabe muy bien de lo que habla. Tiene la experiencia de enfrentarse a una organización tan habituada al oscurantismo como la Iglesia Católica de Massachusetts. En 2002, cuando era director del Boston Globe, destapó los abusos sexuales que había sido silenciados por la Archidiócesis de la ciudad. A priori, esta investigación, relatada en la oscarizada Spotlight (2015), debilitó a la Iglesia, pero a largo plazo le permitió afrontar un tema que llevaba siglos bajo las alfombras eclesiales.

Lo cierto es que cualquier gran crisis ha sido utilizada como justificación para impedir la libertad de expresión. Bien lo advirtieron los autores romanos que eran desterrados por orden del emperador o los soldados británicos de la Primera Guerra Mundial a los que un censor examinaba las cartas enviadas a sus novias por si filtraban alguna pista estratégica. En ese sentido, el poder es repetitivo. Siempre ha manejado los mismos argumentos fuera en una guerra o ante un desastre nuclear como el de Chernóbil: la protección de secretos, el apoyo al esfuerzo bélico y la presunta eficiencia de una voz única, una hipótesis desmentida por la realidad.

Según la periodista turca Ece Temelkuran, que fue despedida de su medio y obligada a abandonar su país por sus críticas a la deriva autoritaria del gobierno de Recep Tayyip Erdogan, esta pandemia es un experimento moral a nivel mundial. «Ahora se va a escuchar más que nunca desde el poder el lacerante eslogan ‘No hay que politizar este asunto’», reconoce desde Zagreb, donde vive.

Por resumirlo: el problema es que en China ha sobrado un murciélago y han faltado moscas cojoneras.

Desde Occidente no cesan las críticas de sus gobiernos al régimen de Pekín por su actuación durante las primeras semanas del brote. China no sólo expulsó a varios periodistas extranjeros cuando estos empezaron a informar de la situación en Wuhan, sino que sancionó al médico Li Wenliang por revelar que había gente que estaba sufriendo una infección grave desconocida. El trato por parte del Estado a Li Wenliang, muerto en febrero por coronavirus, se volvió en su contra: una ola ciudadana de indignación que ha obligado al presidente Xi Jinping a hacer algo inimaginable en un régimen tan pétreo como el chino: rectificar y pedir disculpas.

Pero, por desgracia, el proceder chino con el coronavirus es imitado por muchos otros países. Claros ejemplos son Rusia, Irán -donde no se reparte la prensa para «evitar contagios»- y la Filipinas de Duterte, que se ha investido de poderes para condenar con penas de cárcel o los «instigadores» de fake news. Hasta en un paraíso democrático como la Unión Europea se registran fugas en la protección de derechos: en Hungría, el Ejecutivo ultranacionalista de Víktor Orban gobierna a golpe de decretos y puede alargar el estado de alarma todo el tiempo que quiera.

«El coronavirus ha desafiado a las democracias y a los medios de comunicación de todo el mundo», apunta Gideon Levy, un referente del periodismo libre, desde Israel. Califica a la prensa de su país como «libre» pero «víctima de la autocensura» en todo lo relacionado con la gestión gubernamental de una crisis que tiene al ejército y los servicios de inteligencia como actores principales . Es muy contundente: «Por temporal que sea esta situación, podría convertirse en una nueva realidad. Ayer fue el terror, hoy es una pandemia; mañana podría ser la lucha contra el crimen y finalmente la lucha contra los disidentes».

Estas pulsiones de los Estados por pastorear la información denunciadas por Levy han llegado incluso a Estados Unidos, a Europa Occidental y a nuestro propio país.

En España, la semana pasada una encuesta del CIS sobre el coronavirus sorprendía con una pregunta capciosa sobre el planteamiento de un monopolio gubernamental antibulos. A pesar de las protestas de distintas organizaciones que velan por la transparencia, los síntomas del interés por controlar la información no se han diluido.

Desde entonces se ha conocido una investigación en curso por parte de la Guardia Civil en busca de bulos que generen «desafección contra a instituciones del Gobierno», que no del Estado. Además, un miembro del Ejecutivo, la ministra de Educación, Isabel Celaá, ha defendido la persecución contra los fake news de una forma cuanto menos interpretativa: «No podemos aceptar que haya mensajes negativos, mensajes falsos, que transmiten a la ciudadanía consecuencias que luego pueden alterar su salud».

«Tenemos que pedir cuentas al poder, no en busca de algún interés propio, sino en nombre de nuestros lectores, que sufren ansiedad, por ellos mismos, por sus familias y por el país», apunta desde Londres, John Witherow, director de The Times y también premio de Periodismo de EL MUNDO. Y añade que no corresponde a los periodistas «vender falsa alegría o realzar la moral de la nación» y tampoco caer en el «escepticismo generalizado, la duda, el pánico o la penumbra».

Witherow se ha encontrado en el Reino Unido una situación difícil de procesar según los estándares de libertad de la democracia más antigua de Europa cuando el periódico The Independent reveló que el Gobierno de Boris Johnson -con muchos miembros que han criticado la actuación china- había prohibido al personal hospitalario, bajo amenaza de despido o expediente disciplinario, que se quejara de la falta de medios.

Esta actitud resulta paradójica en los países libres si tenemos en cuenta que los profesionales de la salud han demostrado ser mucho más eficientes que los políticos para contrarrestar los bulos sanitarios que pretenden perseguir los gobiernos.

Un reciente estudio del Instituto Reuters y la Universidad de Oxford sobre el análisis de la información del coronavirus y realizado en seis países (todos ellos democráticos) advierte que la confianza ciudadana es mucho mayor en los científicos que en sus respectivos gobiernos. «Los mensajes populistas que discuten las evidencias científicas son mucho menos efectivos que antes del coronavirus», confirma Temelkuran, autora de Cómo perder un país (Ed. Anagrama).

En España, según el informe, esa diferencia resulta mucho más elevada que la media. Un 84% de los encuestados confían en los especialistas en salud pública cuando les informan sobre la pandemia, mientras que el Ejecutivo de Pedro Sánchez sólo cuenta con la fe del 46% de los encuestados.

El nerviosismo de los líderes no deja de crecer a medida que se alarga el confinamiento. La crisis sanitaria y la hecatombe económica, que ya es comparada con la Gran Depresión, va a acabar con muchas carreras políticas que hace un par de meses parecían destinadas a la longevidad.

Estados Unidos, que vive una precampaña presidencial con el mayor número de fallecidos por coronavirus del mundo, tampoco es indemne a las presiones, a pesar de la fuerza de sus instituciones. En las últimas semanas se han hecho públicas sanciones a varios miembros de su personal médico que habían puesto en duda públicamente los recursos hospitalarios. No sólo eso, una institución tan respetada en este país como las Fuerzas Armadas ha sido víctima de las tensiones antes descritas.

El caso más mediático es sin duda el del capitán de la Marina Brett Crozier, relegado del mando del portaaviones USS Theodore Roosevelt por generar «un pánico innecesario» a raíz de una carta en la denunciaba la amenaza del brote. Crozier fue despedido por su tripulación entre aplausos. Los posteriores test han demostrado que 500 miembros del portaaviones estaban contagiados.

Este contexto, en el que la crítica es tomada como deslealtad, es avivado por el presidente Trump, primero negacionista en relación a los peligros del coronavirus, y ahora muy beligerante en sus ruedas de prensa contra aquellos expertos y medios que ponen en duda sus políticas.

«A pesar de las acusaciones del presidente -reconoce Martin Baron, del Post-, la libertad está garantizada por nuestra constitución. Nunca ha sido más importante para asegurar el acceso del pueblo a la información verificada y también que nuestro gobierno cumpla con sus responsabilidades».

La tirantez actual entre gobiernos y medios puede abrir por sorpresa un nuevo capítulo del libro del coronavirus gracias a una reflexión de Ece Temelkuran: «Ha llegado el fin de las postverdad nacida de la farsa».

Cuando se le pregunta si la pandemia es un punto de inflexión, ella responde afirmativamente. «Esta crisis puede suponer el fin de las fake news y de los imperios políticos que las inventan y extienden. Por supuesto esta extinción necesitará de políticas acertadas nacidas de la sociedad civil».

¿Esta respuesta es verdad o es mentira? Preguntémosle al Gobierno. O quizás al coronavirus.

David Felipe Arranz: «El periodismo debe contar la verdad, y no maquillarla»

27 abril 2020 –

Foto: Archivo D. A. –

Por: Antón Castro – El Heraldo Barranquilla –

El filólogo, periodista y profesor en la Universidad Carlos III de Madrid publica ‘Las cien mejores películas sobre periodismo’ (Cacitel)

¿Cuántas películas ha visto David Felipe Arranz para escribir ‘Las cien mejores películas sobre periodismo’?

Unas 350. Aunque más de un centenar ya las había visto, las he revisado para el libro. Otras, auténticas sorpresas, las he descubierto en el transcurso de la escritura del libro, como ‘Círculo de engaños’, de Volker Schlöndorff; ‘Novinar’, de Fadil Hadzic; ‘Una noche de claro de luna’, de Lina Vertmüller; ‘La pacifista’, de Miklós Jancsó; ‘Mil millones’, de Henri Verneuil; ‘La muerte en directo’, de Bertrand Tavernier, o ‘Judith Therpauve’, de Patrice Chéreau, joyas olvidadas de nuestra filmoteca europea. En cualquier caso, el amante del cine ve películas a lo largo de toda su vida.

¿Por qué dice que el cine quizá sea el género que mejor ha entendido al periodismo?

Ambas disciplinas comparten muchos puntos en común, entre ellos la habilidad para construir un relato, el proceso de investigación de una buena historia de vida, la arquitectura de los personajes, etc. Ni los más sesudos estudios de medios han entendido tan bien al quehacer informativo como Billy Wilder, Richard Brooks o Sam Fuller, entre otras cosas porque ellos también fueron periodistas.

Vayamos con un poco de historia. El periodismo es objeto de interés del cine bien temprano. Ya en 1914 se acerca a él Chaplin.

En el cortometraje ‘Charlot periodista’ (1914), de Henry Lehr-man, cuyo título original es ‘Ganándose la vida’ y que es toda una delicia. Destacamos también ‘Amor y periodismo’ (1916), mediometraje sueco de Mauritz Stiller, que marca la pauta de muchos argumentos venideros: la rivalidad entre los rotativos, las primeras mujeres periodistas, los futuros paparazzi en germen ya entonces, el ‘peligro’ de que una cercanía excesiva con tu entrevistado haga que brote algo más que el cariño… Es delicioso.

Ofrece distintas tipologías. ¿Qué le interesa al cine, qué visiones ofrece, en qué se fija?

En el que considero ya como un subgénero, el cine sobre periodismo recurre a tramas de reporterismo de guerra o en zona de conflicto, como ‘Welcome to Sarajevo’, de Michael Winterbottom; comedias románticas sobre la profesión, como ‘Íntimo y personal’, de Jon Avnet; reportajes reales llevados a la gran pantalla, como ‘A sangre fría’, de Richard Brooks; retratos de una época, como el que hace Fuller en ‘Park Row’; críticas a la mala praxis, como la de Billy Wilder en ‘El gran carnaval’; el cruce entre el género negro y el periodismo, ya bautizado como ‘noir journalism’, del que destacan, por ejemplo, ‘La ciudad cautiva’, de Robert Wise, o ‘Zodiac’, de David Fincher… En todas ellas prevalece la pasión insaciable por lo que hacemos.

Analicemos dos películas muy distintas: ‘El cuarto poder’ y ‘Ciudadano Kane’…

Richard Brooks y Orson Welles se centran respectivamente, pero desde una perspectiva distinta, en cómo los propietarios de los grandes medios en muchas ocasiones traicionan el fin último del periodismo, que es la búsqueda de la verdad. En ‘El cuarto poder’ -por cierto, un magnífico recital interpretativo de Humphrey Bogart-, un diario independiente de Nueva York, ‘The Day’ -basado en el caso de ‘The New York Sun’-, tiene que luchar a la vez contra un peligroso gánster, cuyas extorsiones investiga la redacción, y contra las hijas del recientemente fallecido propietario, que quieren cerrar el rotativo porque carecen de ese sentido de servicio a la comunidad. El caso de Welles y del retrato de William Randolph Hearst sobresale por sus implicaciones artísticas, antropológicas y simbólicas.

¿Cuándo van unidos periodismo y política?

Cuando en el periodista que cubre la información política de un líder poderoso se produce a veces un efecto de fascinación o empatía por la propia convivencia, como en ‘El político’, de Robert Rossen, en la que Broderick Crawford como el candidato corrupto, y John Ireland como el periodista, mantienen un soberbio duelo interpretativo. Elia Kazan también lo recoge en ‘¡Viva Zapata!’ en la figura del periodista Fernando Aguirre creada por John Steinbeck.

¿Cómo trata el cine al héroe del oficio, al corresponsal? Un caso especial sería ‘Rojos’.

El cine de corresponsales en territorio de conflicto bebe del género bélico, ‘También somos seres humanos’, del de espionaje, ’Enviado especial’, y del de aventuras, ‘El americano impasible’, de ahí que sea especialmente cinematográfico por sus grandes dosis de acción. El caso de ‘Rojos’, de Warren Beatty, es emblemático, porque se trata de una excelente adaptación del libro ‘Diez días que conmovieron al mundo’ (1919), de John Reed, periodista que fundó el Partido Comunista de los Estados Unidos.

Periodismo suele ser sinónimo de verdad. ¿Qué películas intentan desentrañar esta búsqueda?

Todo ejercicio de investigación periodística está orientado al esclarecimiento de la verdad, salvo que el periodista se haya corrompido por los muchos y tentadores mecanismos de los que se sirven los amos del poder, especialmente económicos si se trata de un tema que puede sacar a la luz pública un desajuste importante en las cúpulas de las élites del poder. Así, podríamos citar la excelente interpretación de Kate Beckinsale en ‘Nada más que la verdad’, de Rod Lurie, basada en el caso real de la periodista de ‘The New York Times’, Judith Miller, acorralada por un despiadado fiscal general que consigue encarcelarla.

El cine también ha sido muy duro con el oficio. ¿En qué se equivoca a veces el periodismo?

Se equivoca rotundamente en sacar provecho económico y profesional del sufrimiento de los demás, como en ‘El gran carnaval’ o ‘Nightcrawler’, ambas basadas en hechos reales. Se equivoca en el plagio de trabajos ajenos firmados como propios, como en ‘El precio de la verdad’.

¿Ha hallado referencias o situaciones como la que vivimos?

Sí. ‘El síndrome de China’, de James Bridges, con Jane Fonda y Michael Douglas como dos intrépidos periodistas de un noticiario televisivo que han de cubrir una noticia sobre los fallos de seguridad de una central nuclear. Se estrenó el 16 de marzo de 1979, solo doce días antes del accidente de la planta de energía nuclear de Three Mile Island, en Dauphin County (Pensilvania).

En tiempos de coronavirus, ¿para qué sirve el periodismo?

Debería servir para contar la verdad de lo que ocurre y no para maquillarla. ¿Se ha informado bien desde el principio, cuando los grandes medios le quitaban importancia a la pandemia? ¿Se ha perseguido a quienes trataban de contar una versión “no oficial”? Y, lo más importante: ¿vivimos en un país que siente la necesidad de ser informado por una pluralidad de medios? El coronavirus ha sentado simbólicamente al sistema del periodismo español en el banquillo, demasiado acostumbrado a la nota de prensa institucional: vamos a ver lo que ocurre cuando las aguas vuelvan a su cauce y enterremos a nuestros 25.000 muertos. En Francia, Estados Unidos y Reino Unido se han publicado reportajes documentadísimos sobre el coronavirus. ¿Y en España?.

 

Valentía: cuando el periodismo es un acto de valor civil

27 abril 2020 –

Por: Luis Guillermo Restrepo – director de Opinión de El País Cali – 

A través de su vida, Gerardo Bedoya Borrero predicó con su ejemplo. Su trayectoria pública y el ejercicio del periodismo de opinión le sirvieron para demostrar que sí es posible destacar lo que hace posible vivir tranquilos, y cómo es de necesario enfrentar con decisión aquellos males que desmoralizan y destruyen las sociedades.

Gerardo Bedoya fue asesinado el 20 de marzo de 1997. En ese momento ocupaba el cargo de subdirector de Opinión de El País.

Nunca se conocieron la causa ni los autores materiales ni intelectuales de su muerte. Pero sabiendo la templanza de Bedoya Borrero y su inclaudicable vocación por denunciar a los corruptos, a los mafiosos y a todo aquel que le hiciera daño a la sociedad, es seguro que esas balas fueron disparadas por alguien a quien le incomodaban las denuncias de Gerardo.

Su mundo intelectual no tenía límites. Fue un devorador de la literatura, un poeta capaz de recordar todos los versos posibles y apasionado lector de la filosofía.

En esa insaciable necesidad de aprender y entender el pensamiento humano en todas sus facetas está la explicación de su personalidad, difícil sin duda, pero amplia y profunda.

Fue un apasionado de la historia y la política, a lo cual dedicó su trayectoria vital. Su formación de gran influencia conservadora lo llevó a participar como servidor público, en la Secretaría General de Bogotá, en la de Gobierno del Departamento del Valle, como encargado de negocios ante la hoy Unión Europea y como Representante a la Cámara.

Toda esa trayectoria, que completó como escritor y periodista, le formó una poderosa conciencia de servicio, la cual volcó en bien del periodismo que inició con algunos textos y columnas.

Y empezó a tener su desenlace cuando su maestro y amigo Álvaro Gómez Hurtado lo invitó a ser su director alterno en El Siglo. Fue su bautizo como periodista y allí debió enfrentar el secuestro de Gómez por el M-19 cuando los jefes de esa guerrilla pensaban que la importancia se adquiría secuestrando y matando la inteligencia.

Rodrigo Lloreda Caicedo lo trajo a El País para que dirigiera la opinión del diario. Esa tribuna consolidó en Gerardo su vocación como periodista y su compromiso con los principios que constituyen la civilización, con la defensa de esos valores que hacen posible superar la barbarie y el atraso que pretenden imponer quienes usan las dignidades públicas o privadas para corromper y las armas para amedrentar y arrodillar a las sociedades.

Su misión fue entonces enfrentar el desafío de la violencia, la corrupción y el abuso de poder que se presentó en Colombia y en especial en el Valle durante las décadas del 80 y del 90.

Sus armas eran la máquina de escribir, su inteligencia y su compromiso con la verdad. Su instrumento, los editoriales y las páginas de Opinión de El País, desde donde defendió hasta su muerte sus creencias, a Colombia y al Valle, de la depredación y la inmoralidad.

Nunca buscó un reconocimiento. Hablar con él era encontrar la fuerza y las razones necesarias para enfrentar esa oscura noche que transitamos entonces y aún nos hace daño. Era como tener un faro que permitía ver más allá del infierno que manipulaban con desfachatez la mezcla del narcotráfico y el poder político y del Estado puestos al servicio de la inmoralidad.

Eso se llama Valor Civil.

5 años trabajó en El País Gerardo Bedoya, como subdirector de Opinión.

Cuando a Gerardo Bedoya lo asesinaron, los autores de su crimen, aún desconocidos por la justicia formal pero bien conocidos por la opinión pública, pensaron que con su muerte y la de Álvaro Gómez tenían la impunidad que buscaban y podían actuar como a bien tuvieran.

No fue así, por fortuna para Colombia y para el Valle.

Desde El País, la lucha contra esos males continuó, y puede decirse que se ha superado el imperio del mal que en la primera década del presente siglo se abatió sobre nuestra región.

Es el legado de quien nos mostró el compromiso con la defensa de los valores que nos hacen libres y decentes. Aunque subsistieron vicios y aparecieron nuevas amenazas, el legado de Gerardo ha servido de guía para combatir lo que sigue siendo la peor amenaza contra todos nosotros, vallecaucanos y colombianos.

Periodismo, una profesión de todo menos fácil

27 abril 2020 –

 Foto:  José Ángel en flickr usada bajo una licencia Creative Commons Atribución 2.0 Genérica (CC BY 2.0)

Por: Diana Carolina Ruiz Robayo– Las 2 Orillas Colombia –

«La información corre a gran velocidad en vías donde se puede manipular, tergiversar y calumniar los hechos, fomentando una sociedad desconectada de la realidad»

Imaginarios rondan alrededor de la carrera de comunicación social y periodismo, la han tildado de “fácil”, una buena alternativa para quienes no les gusta complicarse la vida. Pero la realidad es todo lo contrario. El periodismo es uno de los campos que cuestiona y complica la realidad para poder entenderla, nos encanta ser curiosos, preguntar, investigar e interpretar los datos para dar una respuesta coherente, argumentada y clara a la sociedad con quienes tenemos la responsabilidad de informar.

Como decía Ryszard Kapuscinski, reconocido periodista de guerra, dentro de la oferta académica, “hay profesiones en las que el conocimiento es fijo y al ejercerlo solo tienen que administrar lo que aprendieron, en cambio, el periodista está en una actualización y estudio constante del mundo contemporáneo, el cual está en un cambio continuo, profundo, dinámico y revolucionario día a día”. En el ciberespacio, con toda la libertad de participación,  la información no para de crecer ya sea cierta o falsa, no para de acumularse en las diferentes plataformas, lo cual nos exige una verificación de fuentes para una sociedad de la inmediatez.

Pero estas nuevas formas de escribir, transmitir y comunicar en redes exige unos patrones de uso, que puede llevar a una audiencia desinformada, que solo se conforma con un titular y dos líneas de contenido, perdiendo el camino de uno de nuestros mayores objetivos, el cual es potenciar una sociedad bien informada y abierta, con argumentos que le lleven a una postura crítica de la realidad.

Soy partidaria de que en la construcción de un profesional integro, un gran porcentaje debe ser trabajo autónomo, por lo que en lo personal, el estudiante de periodismo que no lee, que no sabe cuál es su entorno, qué lo altera o cúal es la historia de su país,  no es una falencia de la facultad, la cual promueve el estar informado y habilita varios espacios para la adquisición y ampliación del conocimiento (foros, conversatorios o seminarios), eso es una incompetencia y falta de compromiso y pasión del futuro comunicador.

Además, como dice Jineth Bedoya, importante periodista judicial y defensora de los derechos humanos, para los estudiantes de este campo “ la universidad es una fantasía, te prepara intelectualmente y da los elementos básicos para poderse mover, pero definitivamente la escuela es la calle, esa es la realidad”, de lo cual estoy totalmente de acuerdo, una de las fuentes más fiables son los lugares, los hechos y los testimonios de primera mano.

Una muestra de ello es la mencionada periodista Jineth Bedoya, su pasión por el periodismo judicial la lleva a ser una profesional de admirar; ella se mantuvo de pie a pesar de los malos presagios y las críticas que intentaron callar su verdad del sistema carcelario y el conflicto armado Colombia; desde su secuestro y violación, se marcó el objetivo de alzar la voz ante la injusticia y desde entonces lucha por provocar cambios en las mujeres violentadas que por temor a las represalias callan. Su campaña (No es hora de callar) ha logrado llevar al diálogo la violencia sexual, su inclusión en el acuerdo de paz como un delito no indultable, no amnistiable y de lesa humanidad, además de incorporar la violencia de género dentro de la política pública de nuestro país.

Así que, para quien lee este artículo le digo que el periodismo no es fácil y menos donde la información corre a gran velocidad, en vías donde se puede mentir, manipular, tergiversar y calumniar los hechos ignorando las fuentes oficiales, fomentando así una sociedad desconectada de la realidad pero entretenida con banalidades. Es imprescindible que nos preparemos para ser buenos habladores, conquistadores y puentes de la información verídica que necesitan los ciudadanos, y para ello es clave que este profesional comience a ponerse en los zapatos del otro, a sentir la noticia o acontecimiento que está cubriendo, a ser empático con los problemas de la sociedad.