Circulo de Periodistas de Bogota

Archivos 2020

Creativos y pioneros

8 julio 2020 –

Por: Juan Álvaro Castellanos, Socio del CPB – El Nuevo Siglo –

Ahora que Gobierno Nacional y sectores privados de industria, comercio y servicios impulsan reactivación económica, hacia últimos meses de año puede considerarse que Emprendimiento y Economía Naranja, salieron a flote con esfuerzos de creativos y pioneros, antes del -Covid19-.

Lo planteado por la actual administración para rescatar y valorar iniciativas con base en creatividad, demostrada con rendimiento laboral, a puro pulso de mujeres y hombres en todo el país, no debe naufragar.

Y esos protagonistas quedarían olvidados, atribuyendo el cambio a exigencias en tiempo de pandemia y, dejando en el recuerdo, los apoyos de pasados gobiernos, traducidos en crecimiento, exportaciones y fomento de empleo manufacturero, junto con desarrollo electrónico y confecciones.

La enseñanza técnica encendió con acierto, el Servicio Nacional de Capacitación -Sena- sostenido con ligeros vientos financieros de gobiernos y empresas privadas para premiar a mejores estudiantes.

Así décadas atrás, el -Sena- refleja debilitamiento por épocas, sin motivación a nuevas generaciones, para formación profesional en técnicas que siempre lo caracterizaron. Hoy debe revivir como motor activo prendido para presente y futuro

Son 3 millones 700 mil desempleados en el país. Se recuerda que detrás está el compromiso del Consejo Gremial para coordinar con Gobierno, las estrategias esperadas por personas de todas las edades, con bolsillos varados.

En consecuencia, como El Emprendimiento Económico, tiene experiencias desde décadas pasadas, al igual que la Economía Naranja, sería válido que los protagonistas de empresas levantadas a puro pulso desde 1960, ahora aporten y sugieran iniciativas.

Al plan previsto para producir y generar empleo en pleno Siglo XXI, debe agregarse ideales prácticos en este país de ilusiones y promesas, Son muchos quienes esperan hacer de los deportes, aficionados y profesionales, empresas comerciales y formativas para hombres y mujeres.

Quienes piensan hacer de la Cultura Nacional verdadera empresa, esperan perfilar cinematografía, música, coreografía y teatro, también son empresarios con futuro, sin recursos técnicos ni económicos. Al respecto no se conocen ideas del Ministerio de Cultura, ni menos quién ronda los pasillos del histórico Teatro Colón, joya de Colombia.

Si la fuerza laboral en la salud del momento han sido declarados Héroes de manera justa y merecida, tampoco puede el país, desconocer verdaderos científicos que aportan a la nación merecido premio internacional como ciencia productiva.

Así este enfoque, con modesta visión periodística, solo quiere resaltar protagonistas y escenarios con valores humanos que se destacan, sin posar ni presumir con inteligencia, sino con el resultado de sus obras, requeridas para borrar y desterrar, violencia armada y de las otras, frente a creativos y pioneros de paz para el país.

 

 

 

 

 

 

REINO UNIDO | Cuarenta organizaciones defensoras de derechos piden la libertad de Julian Assange al gobierno británico

6 julio 2020 –

Por: Reporteros Sin Fronteras – Francia-

Reporteros Sin Fronteras (RSF) y docenas de organizaciones defensoras de la libertad de prensa, los derechos humanos y el derecho a la privacidad de los cinco continentes, han firmado conjuntamente una carta abierta dirigida al gobierno del Reino Unido en la que piden la liberación inmediata del fundador de WikiLeaks, Julian Assange, actualmente encarcelado.

Assange, que este 3 de junio cumple 49 años en la prisión de Belmarsh, en Londres, puede ser extraditado a Estados Unidos, donde está acusado bajo la Ley de Espionaje por las publicaciones de WikiLeaks, en 2010 y 2011, de los Registros de la Guerra de Irak, los diarios de guerra afganos y los cables del Departamento de Estado. Si lo declaran culpable puede ser condenado a hasta 175 años de prisión, una pena «equivalente a una sentencia de muerte».

Rt Hon Robert Buckland QC MP

Secretario de Estado de Justicia y Lord Canciller

Ministerio de Justicia

102 Petty France

Londres

SW1H 9AJ

3 de julio de 2020

AS: Carta abierta pidiendo la puesta en libertad del editor de WikiLeaks, Julian Assange

CC: Rt Hon. Dominic Raab, Secretario de Estado de Asuntos Exteriores y de la Commonwealth

Estimado Rt Hon Robert Buckland QC MP,

El 8 de junio de 2020, respondiendo a una pregunta en la Cámara de los Lores sobre la postura del Reino Unido con respecto a la protección de los periodistas y las libertades de prensa, el ministro de Estado, Lord Ahmad de Wimbledon, dijo: «La libertad de los medios es vital para las sociedades abiertas. Los periodistas deben poder investigar e informar sin interferencias indebidas».

Nosotros, los abajo firmantes, estamos de acuerdo con esta declaración y pedimos al gobierno del Reino Unido que mantenga su compromiso con la libertad de prensa en su propio país. En el momento en que Lord Ahmad hizo estas declaraciones, el editor de WikiLeaks, Julian Assange, llevaba más de un año encarcelado en prisión preventiva en la cárcel de alta seguridad de Belmarsh, ya que se enfrenta a la extradición a los Estados Unidos por cargos de publicación. Pedimos al gobierno del Reino Unido que ponga en libertad al Sr. Assange de inmediato y que bloquee su extradición a Estados Unidos.

El gobierno de Estados Unidos ha acusado a Assange de 18 cargos por obtener, poseer, conspirar para publicar y publicar información clasificada. La acusación contiene 17 cargos por la Ley de Espionaje de 1917 y un cargo de conspiración (con una fuente) para violar la Ley de Abuso y Fraude Informático, que utiliza el lenguaje de la Ley de Espionaje. Es la primera vez que se utilizan tales cargos por publicar información veraz de interés público y representa un intento gravemente peligroso de criminalizar las comunicaciones entre periodistas y fuentes, así como la publicación de información clasificada por parte de periodistas, independientemente del valor periodístico de la información y sin tener en cuenta el derecho del público a saber.

El 24 de junio de 2020, el Departamento de Justicia de EEUU emitió una segunda formulación de cargos contra Assange, sin agregar nuevos cargos, pero ampliando el cargo de conspiración para cometer intrusión informática. Esta nueva acusación emplea una narrativa selectiva y engañosa en un intento de retratar las acciones de Assange como nefastas y conspirativas en lugar de como contribuciones al reporterismo de interés público.

Los cargos contra el Sr. Assange conllevan una pena máxima potencial de 175 años de prisión. Enviar al Sr. Assange a Estados Unidos, donde una condena es casi una certeza, equivale a una sentencia de muerte.

Esta es una escalada sin precedentes de un asalto ya inquietante contra el periodismo en Estados Unidos, donde el presidente Donald Trump se ha referido a los medios de comunicación como el «enemigo del pueblo». Mientras que los presidentes anteriores han procesado a denunciantes y a otras fuentes periodísticas en virtud de la Ley de Espionaje por filtrar información clasificada, la Administración Trump ha dado un paso más al perseguir al editor.

El mismo Assange ha sido perseguido por publicar durante casi una década. En 2012, temiendo ser encausado en Estados Unidos –algo que después resultaría ser profético-, Assange solicitó y recibió asilo del gobierno de Ecuador e ingresó en la embajada ecuatoriana en Londres. Al negarse el Reino Unido a garantizar que Assange no sería extraditado a EEUU, El Grupo de Trabajo de las Naciones Unidas sobre la Detención Arbitraria dictaminó que la detención del Sr. Assange era de hecho arbitraria y pidió al Reino Unido que «inmediatamente [permitiera] al fundador de Wikileaks, Julian Assange salir libremente de la embajada ecuatoriana en Londres».

La administración del presidente Obama procesó a la analista de inteligencia del ejército de los Estados Unidos Chelsea Manning por proporcionar cientos de miles de documentos a WikiLeaks sobre las guerras de los Estados Unidos en Irak y Afganistán, así como cables y archivos del Departamento de Estado sobre los reclusos en la prisión de la Bahía de Guantánamo. Pero la administración, que había iniciado una investigación del Gran Jurado sobre WikiLeaks en 2010, decidió explícitamente no procesar a Assange por lo que calificó como el «problema del New York Times». Como explicó The Washington Post en noviembre de 2013, «si el Departamento de Justicia acusaba a Assange, también tendría que procesar a The New York Times y otros medios informativos y escritores que publicaron material clasificado, incluidos The Washington Post y el periódico británico The Guardian».

Cuando el presidente Trump llegó al poder, el entonces fiscal general de los Estados Unidos, Jeff Sessions, anunció que procesar a Assange sería una «prioridad», a pesar de que no había salido a la luz ninguna nueva prueba ni información del caso. En abril de 2017, en un discurso sorprendente contra el derecho constitucional de WikiLeaks a publicar, el entonces director de la CIA, Mike Pompeo, calificó a WikiLeaks de «servicio de inteligencia hostil no estatal» y dijo: «Julian Assange no tiene privilegios de la Primera Enmienda».

El 11 de abril de 2019, Ecuador finlizó ilegalmente con el asilo diplomático del Sr. Assange violando la Convención de Ginebra sobre los Refugiados e invitó a la policía británica a su embajada, donde lo detivieron de inmediato a petición de Estados Unidos. Assange cumplió 50 semanas de prisión por quebrantar la libertad bajo fianza, pero cuando cumplió esa sentencia en septiembre de 2019 no fue puesto en libertad. Assange continúa detenido en la prisión de Belmarsh, ahora únicamente a instancias de Estados Unidos.

Incluso antes del confinamiento por la pandemia de coronavirus, el Sr. Assange estuvo recluido en condiciones de aislamiento, confinado en su celda durante más de 22 horas al día. Ahora, bajo medidas de contención, Assange está aún más aislado y no ha visto a sus propios hijos en varios meses. Además, al Sr. Assange se le ha permitido un acceso extremadamente limitado a sus abogados y documentos, lo que obstaculiza severamente su capacidad de participar en su propia defensa legal. Después de una visita a la prisión de Belmarsh acompañado por médicos, en mayo de 2019, el relator especial de la ONU sobre la tortura, Nils Melzer, determinó que Assange había sufrido tortura psicológica.

La audiencia por la extradición de Assange, que se celebró durante una semana en febrero de 2020 y está programada para continuar durante tres semanas más, se reanudará en septiembre. Pero el coronavirus, que según los informes ya ha matado al menos a un recluso en Belmarsh y que continúa propagándose a través de las cárceles a un ritmo alarmante, pone en grave riesgo la salud y el bienestar del Sr. Assange, que sufre de una enfermedad pulmonar crónica que lo hace especialmente vulnerable a la Covid-19.

La continua persecución del Sr. Assange está contribuyendo al deterioro de la libertad de prensa en el Reino Unido y está sirviendo para empañar la imagen internacional del Reino Unido. Para Reporteros Sin Fronteras, la desproporcionada sentencia de 50 semanas de cárcel al del Sr. Assange por inclumplir los términos la libertad bajo fianza, la decisión del Ministerio del Interior de dar luz verde a la solicitud de extradición de los Estados Unidos y la detención continua del Sr. Assange son factores que determinan la bajada del Reino Unido al puesto 35, de 180 países, en la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa 2020.

Llamamos al gobierno del Reino Unido para que deje en libertad al Sr. Assange sin más demora y bloquee su extradición a Estados Unidos, una medida que podría salvar la vida del Sr. Assange y preservar la libertad de prensa que el Reino Unido se ha comprometido a defender a nivel mundial.

Firmado:

 

  • Nathan Fuller, Director Ejecutivo, Courage Foundation
  • Rebecca Vincent, Directora de Campañas Internacionales, Reporteros Sin Fronteras (RSF)
  • Anthony Bellanger, Secretario General – Federación Internacional de Periodistas (FIP)
  • Archie Law, presidente de la Sydney Peace Foundation
  • Carles Torner, Director Ejecutivo, PEN International
  • Christine McKenzie, Presidenta, PEN Melbourne
  • Daniel Gorman, Director, PEN Inglés
  • Elena Cohen, Presidenta, National Lawyers Guild
  • Jeanne Mirer, Presidenta, Asociación Internacional de Abogados Democráticos
  • Kjersti Løken Stavrum, Presidente, PEN Noruega
  • Lasantha De Silva, Freed Media Movement
  • Marcus Strom, Presidente, MEAA Media, Australia
  • Mark Isaacs, Presidente de PEN International Sydney
  • Michelle Stanistreet, Secretaria Seneral, National Union of Journalists (NUJ)
  • Mousa Rimawi, Director, MADA – Centro Palestino para el Desarrollo y las Libertades de los Medios
  • Naomi Colvin, Directora de Programa para Reino Unido / Irlanda, Blueprint for Free Speech
  • Nora Wehofsits, Oficial de Defensa, Centro Europeo para la Libertad de Prensa y Medios (ECPMF)
  • Peter Tatchell, Fundación Peter Tatchell
  • Ralf Nestmeyer, Vicepresidente, PEN alemán
  • Rev Tim Costello AO, Director de Ethical Voice
  • Robert Wood, Presidente, PEN Perth
  • Ruth Smeeth, Directora Ejecutiva, Index on Censorship
  • Sarah Clarke, Jefa de Europa y Asia Central, ARTÍCULO 19
  • Silkie Carlo, Directora, Big Brother Watch
  • William Horsley, Representante de Libertad de Medios, Asociación de Periodistas Europeos
  • Adil Soz, Fundación Internacional para la Protección de la Libertad de Expresión
  • Americanos por la Democracia y los Derechos Humanos en Bahréin (ADHRB)
  • Bytes for All (B4A)
  • Center for Media Freedom & Responsibility (CMFR)
  • The Center for Media Studies and Peacebuilding (CEMESP-Liberia)
  • Centro de Periodismo de Investigación (CIJ)
  • Fundación para la Libertad de Prensa
  • Free Media Movement Sri Lanka
  • Freedom Forum Nepal
  • IFoX / Initiative for Freedom of Expression – Turkey
  • International Press Centre (IPC)
  • The International Press Institute (IPI)
  • Media Foundation for West Africa
  • Mediacentar Sarajevo
  • Pakistan Press Foundation (PPF)
  • South East Europe Media Organisation (SEEMO)
  • World Association of Community Radio Broadcasters (AMARC)

 

 

Adiós a Roberto Romero Ospina, uno de los grandes de la prensa revolucionaria de Colombia

6 julio 2020 –

Por: Comunicaciones CPB –

Víctima de una enfermedad pulmonar obstructiva crónica, el pasado 30 de junio falleció en Bogotá el colega Roberto Romero Ospina, quien fuera jefe de redacción del periódico Voz, Prensa Rural, director de la oficina de prensa de la Unión sindical Obrera USO y del Ministerio de Trabajo, entre otros cargos. Además, fue socio del Círculo de Periodistas de Bogotá (CPB) durante un largo periodo.
En sus últimos trabajos se desempeñó como investigador del Centro de Memoria, Paz y Reconciliación y como recopilador de información y escritor sobre la historia de la Unión Patriótica (UP)

LIBRO SOBRE LA UNIÓN PATRIÓTICA

Roberto Romero Ospina hizo un trabajo bibliográfico sobre el proceso político de la UP y los asesinatos de sus dirigentes y militantes. En su obra, Unión Patriótica Expedientes contra el olvido, Romero Ospina recoge y documenta 1598 asesinatos de los más de tres mil que hubo contra los militantes de esta expresión de izquierda.
“El objetivo del libro fue, según manifestó el propio Roberto, hacer justicia con la memoria histórica de Colombia, para que las nuevas generaciones sepan lo que ocurrió aquí, pues el genocidio de la UP fue la peor catástrofe histórica de América Latina en el último medio siglo respecto de la criminal desaparición de una colectividad política, solo comprable con el genocidio del gaitanismo, guardando las proporciones, aunque es una tragedia similar”.

RECUERDOS DE ROBERTO

Distintas manifestaciones se reflejaron al conocer la noticia de su fallecimiento.
“La muerte de un ser como Roberto, duele porque se pierde un hombre generoso, sincero y un gran maestro que tenía mucho para enseñar y sabía hacerlo. Con su ausencia sus amigos, quedamos disminuidos emocional y afectivamente. Viejo man has dejado una gran cosecha de gratitud y recuerdos generosos. Tu vida y acciones te eternizan en la memoria y en el corazón del pueblo colombiano que tanto defendiste y por el cual hiciste tantos estoicos sacrificios. Tu hijo y hermana cuentan con la solidaridad de los comunistas y de la dirección y de la redacción del semanario Voz, de tus discípulos a los cuales iniciaste en las lides del periodismo honesto y revolucionario”, escribió José Ramón Llanos, del periódico Voz.
“Deja Roberto un legado valioso. En Prensa Rural publicamos algunos de sus artículos, y nos acompañó en procesos de organización y formación de medios alternativos. Rendimos un homenaje, se suma al panteón de forjadores del periodismo revolucionario en Colombia, junto a Manuel Cepeda, Yira Castro, Carlos Arango Z., Álvaro Angarita y Armando Orozco, entre otros grandes que nos dieron pautas y hoy nos acompañan en el recuerdo imperecedero”, apuntó David Moreno Rodríguez, del Partido Comunista.
“Lo recuerdo como un miembro del CPB, al que ayudó no sólo con su acertada claridad sindical durante los debates gremiales, sino desde sus actividades como funcionario”, comentó René Pérez, socio del Círculo de Periodistas de Bogotá (CPB).
El Círculo de Periodistas de Bogotá lamenta su partida y expresa su solidaridad y compañía a sus familiares y amigos. QEPD.

 

Muere Ennio Morricone: 6 bandas sonoras inolvidables que el aclamado músico italiano creó para el cine

6 julio 2020 –

Por: BBC Londres –

Con más de 500 temas musicales a lo largo de su carrera, Ennio Morricone fue uno de los compositores más influyentes de la industria del cine.

El músico italiano murió este lunes a los 91 años en un hospital de Roma, donde estuvo ingresado tras sufrir una caída.

Según un comunicado emitido por su familia, falleció tras despedirse de su esposa, María, y haber dedicado «un emocionado recuerdo a su público, de cuyo cariñoso apoyo ha obtenido siempre la fuerza de su propia creatividad».

A partir de la década de 1960 en que inició su carrera, el compositor destacó por su colaboración con el director italiano Sergio Leone en la realización de filmes del subgénero llamado spaghetti westerns.

Sin embargo, ser encasillado solo en esos filmes del viejo oeste de EE.UU. era algo que le dolía, pues de hecho era un compositor de gran versatilidad con cientos de trabajos para el cine y la televisión.

«Me molesta cuando la gente piensa en mí como un especialista en westerns«, dijo una vez. «Son solo un porcentaje relativamente pequeño de la música que he escrito».

1. «El bueno, el malo y el feo»

El italiano compuso el memorable tema de The Good, the Bad and the Ugly («El bueno, el malo y el feo», 1966) de Sergio Leone, cuyo tema principal pronto se convirtió en un éxito mundial.

El músico fue galardonado en 2007 -tardíamente, según muchos críticos- con un Oscar honorífico por su carrera musical, el segundo compositor de partituras cinematográficas en recibir tal reconocimiento de la Academia de Cine de Hollywood.

https://www.youtube.com/watch?v=h1PfrmCGFnk&feature=youtu.be

2. «Cinema Paradiso«

Otro de los grandes éxitos del cine, Cinema Paradiso (1988), vino acompañado de la música de Morricone.

La conmovedora música de la película del italiano Giuseppe Tornatore, que en 1989 ganó el Oscar a mejor filme de habla no inglesa, estuvo a cargo del compositor nacido en Roma en 1928.

3. «Érase una vez en América»

Muchos críticos consideraron que la banda sonora de la película Once Upon A Time in America («Erase una vez en América») fue el mejor trabajo de Morricone.

La cinta de 1984, dirigida por Sergio Leone y de 322 minutos de duración, ganó el Globo de Oro por su música, pero la banda sonora no fue nominada a los Oscar debido a que el crédito al músico no fue incluido en una edición acortada para los cines de EE.UU.

https://www.youtube.com/watch?v=Jj5Xczethmw&feature=youtu.be

4. «Los intocables»

Morricone trabajó con el director estadounidense Brian de Palma en The Untouchables («Los intocables», 1987), cinta que estuvo entre las candidatas al Oscar a mejor banda sonora.

El italiano estuvo nominado seis veces al Oscar, pero solo pudo obtener la estatuilla en 2016, además del premio honorifico de 2007.

5. «Los odiosos ocho»

«No hay una gran banda sonora sin una gran película que la inspire», dijo Morricone cuando finalmente recibió el Oscar hace cuatro años.

El galardón fue por su destacable trabajo en The Hateful Eight («Los odiosos ocho», 2015), escrita y dirigida por el estadounidense Quentin Tarantino.

6. «La misión»

Su partitura para The Mission («La misión», 1986), de Roland Joffé, ha sido descrita como un trabajo tan conmovedor que, en lugar de complementar la película, la superó. Fue nominado al Oscar por este trabajo.

En particular, el tema «El oboe de Gabriel» ha sido uno de los más alabados.

«Trabajar para el cine ha sido una experiencia preciosa porque me dio la oportunidad de experimentar con mis ideas, escucharlas interpretadas por una orquesta para luego poder usarlas para un objetivo preciso», decía el compositor.

Homenaje al periódico El Espectador, institución del periodismo colombiano

6 julio 2020 –

Por: Redacción Digital Blu Radio – Colombia –

Jorge Cardona, María Jimena Duzán, Juan Carlos Rincón, Óscar Alarcón, Alfredo Molano y Carlos Mario Correa contaron anécdotas e historias del medio insignia en Mañanas BLU.

Mañanas BLU, cuando Colombia está al aire, rindió homenaje a uno de los periódicos emblemáticos de nuestro país, El Espectador, que por la crisis de la pandemia podría dejar de ser diario y pasar a semanario.

Jorge Cardona, María Jimena Duzán, Juan Carlos Rincón, Óscar Alarcón, Alfredo Molano y Carlos Mario Correa hablaron sobre el medio que es considerado toda una institución bandera del periodismo colombiano.

Jorge Cardona recordó a grandes maestros, como lo es él, entre ellos Luis de Castro. “A él le recibí la posta en la sección judicial”, contó.

“Mike Forero, Antonio Andraus, Óscar Alarcón y Jaime Diana hablaban de cosas maravillosas. Oírlos a ellos era una fantasía y una memoria que no puedo olvidar”, agregó el maestro Cardona.

María Jimena Duzán contó sobre sus primeros trabajos en El Espectador.

“Yo me crié allá, entré a los 16 años. Duré 22 años trabajando en El Espectador”, narró.

“La historia de Colombia ha marcado a El Espectador, que ha sido un contador de historias”, sostuvo el periodista y docente Carlos Mario Correa.

Ideas para renovar el periodismo cultural

6 julio 2020 –

Por: 

La profesión está en crisis: las publicaciones y los medios siguen entendiendo por producción narrativa y artística lo que se calificaba como tal durante el siglo pasado. Es necesario que reconsideremos qué entendemos por cultura.

BARCELONA — A mediados de marzo, cuando el virus acababa de aterrizar en América Latina, el grupo colombiano Publicaciones Semana anunció que suspendía la edición de la revista Arcadia y despidió a sus máximos responsables, Sara Malagón y Camilo Jiménez. Desde entonces, a causa de la cancelación de publicidad y de la congelación temporal de la industria cultural analógica, en la prensa iberoamericana no han cesado de descender el número de páginas y de recursos dedicados a la cultura.

La crisis ha puesto en evidencia dos hechos incómodos en el ámbito del periodismo cultural. Que los medios —por un lado— dependen excesivamente de los anunciantes y de la agenda de novedades musicales, editoriales, cinematográficas, expositivas o teatrales. Y —por el otro— que los profesionales de la comunicación siguen entendiendo por producción narrativa y artística lo que se calificaba como tal durante el siglo pasado. No se han adaptado a la realidad del siglo XXI.

Por eso durante los últimos meses se ha reducido el espacio cultural en los diarios. Aunque no llegaran nuevos libros a las librerías o no hubiera estrenos en cines y teatros, no se ha detenido la circulación de series de televisión, pódcasts, videojuegos y todo tipo de proyectos de calidad en las plataformas digitales y en las redes sociales. El problema es que las estructuras de muchos medios de comunicación y sus anacrónicas concepciones de lo que es cultura no han permitido que toda esa producción fuera considerada como objeto de análisis o prescripción. Por eso hay que plantear en serio una metamorfosis acelerada del periodismo cultural.

Desde su lenta gestación durante el siglo XVIII hasta la creación en 1902 del Times Literary Supplement, la prensa especializada en cultura fue prácticamente monopolizada por la literatura. Aunque tuvieran presencia en ella, primero, las exposiciones de pintura y los espectáculos de ópera, y durante la segunda mitad del siglo XX los discos o las películas, en su historia siempre han primado las reseñas de libros, las entrevistas a escritores, los cuentos y los ensayos literarios. Esa sobrerrepresentación sigue mermando espacio a los lenguajes que en nuestra época son tan centrales como lo fue antaño la literatura.

No hay más que comparar la desproporcionada atención que ha recibido Pandemic!, de Slavoj Žižek (que en español se ha convertido en un Cuaderno Anagrama), sobre todo por su condición de libro, respecto a otros proyectos creativos coetáneos cuya forma no siempre tiene cabida en las secciones de cultura. Porque no existen las páginas donde se publiquen reseñas de pódcast, de vídeos diseñados para las redes sociales o de fenómenos virales (de hecho, extrañamente, no contamos con ninguna revista en papel centrada en series de televisión en español, mientras que las hay de literatura, cine, caza, pasteles, aeromodelismo o drones).

Pienso, por ejemplo, en tres interesantísimos proyectos recientes de pódcast. Apenas han recibido la atención mediática que merecen ni Biotopía, un experimento de ciencia-ficción de Manuel Bartual —con expansión transmedia—, ni El Hilo, de carácter periodístico, liderado por Silvia Viñas y Eliezer Budasoff, que Radio Ambulante Estudios lanzó en marzo y que —por tanto— hasta el momento ha ido ofreciendo historias vinculadas de un modo u otro con la pandemia. Y XRey, la primera gran producción original de Spotify para España, que enfoca la polémica vida de Juan Carlos I, ha sido noticia sobre todo porque ha usado una inteligencia artificial para reconstruir la voz de Franco y porque va a ser adaptada a televisión.

No existe todavía una crítica sistemática de narrativas sonoras ni de otros lenguajes que ya se han consolidado en las principales redes sociales. Nadie reseña en serio los vídeos que más conversación y tráfico generan en YouTube. O los sofisticados vídeos de humor absurdo que ha colgado Alberto González Vázquez en su cuenta de Instagram durante la cuarentena. O los hilos de Twitter más leídos que se han publicado en los últimos meses. El “bioclassic”, el maravilloso artefacto que ha diseñado Sheila Blanco para comunicar mediante el canto biografías de compositores musicales en redes sociales, sí ha sido noticia, pero no objeto de reflexión.

Todos esos objetos culturales vagamente identificados merecen reseñas y exploraciones críticas de alto nivel analítico, en vez de aparecer con descripciones superficiales en listas temáticas o en las secciones de las páginas webs de los diarios que solo buscan el clic.

Para que puedan recibir la atención que reclaman, es preciso que los periodistas culturales abran su espectro de intereses y reconsideren qué entienden por cultura. La cultura no es lo que a uno le gusta o le interesa. La culltura no es lo que deciden las secciones de cultura o las instituciones. La cultura no está quieta y no para de descolocarnos y de sorprendernos.

Durante la cuarentena nos hemos dado cuenta de que la producción narrativa y artística es imprescindible para nuestro bienestar, nuestro pensamiento, nuestra salud. Hemos necesitado más que nunca tanto las novelas y los cómics de nuestras bibliotecas como las plataformas digitales y ese cosmos paralelo llamado internet.

Los medios deben entender que la cultura no se corresponde con la agenda de novedades de la industria cultural y que el periodismo es —entre muchas otras cosas— una representación del mundo. Un mundo que durante mucho tiempo va a ser analógico y digital, papel y pantalla, clásico y viral. Los periodistas culturales tienen que vencer la inercia del sistema y abrirse a todos los géneros y lenguajes, para que las secciones de cultura den cabida tanto a los lenguajes tradicionales como a las nuevas narrativas digitales. Solo así nuestra profesión seguirá teniendo vigencia y sentido.

 

 

 

AMI lanza una campaña para poner en valor a los periodistas españoles frente a las fake news

6 julio 2020 –

Por: Reason Why – Madrid España –

  • Se ha creado una gráfica para reivindicar la función del periodista como garante de la información veraz y contrastada
  • Un 28% de los encuestados por Adecco tienen peor percepción de los profesionales de los medios tras la pandemia

Los principales medios de España se han unido a la Asociación de Medios de Información (AMI) para destacar el papel crucial de la prensa como garantía de información veraz, de calidad y como baluartes de la democracia.

Según datos de Adecco el periodismo no está siendo bien percibido por la masa social en la crisis del coronavirus. Tan solo el 23% de los encuestados afirman valorar más ahora a este sector e incluso un 28% expresa que su percepción de los profesionales de los medios tras la pandemia es peor que antes.

Así, la iniciativa creada por AMI y a la que se han unido una parte importante de grupos editoriales españoles con sus principales diarios y cabeceras, consiste en la publicación de una página con una creatividad en todos los diarios de forma simultánea para revindicar la función del periodista como garante de la información veraz y contrastada y contra las fake news.

Bajo el mensaje “Creemos en el periodismo”, la campaña quiere poner en valor el papel que desempeñan los periodistas, más aún en situaciones de emergencia como esta, donde “ponen en riesgo su integridad física para informar de la mejor calidad posible a la sociedad”, aseguran desde AMI en un comunicado.

También como parte de la campaña de concienciación se ha realizado un vídeo en apoyo al periodismo, para concienciar del valor que tiene la profesión en estos tiempos. Y es que AMI reivindica la excelencia periodística porque “gracias a la profesionalidad de nuestros periodistas podemos cumplir con nuestra misión informativa, mientras luchamos contra las noticias falsas. Los medios de información creemos en el periodismo de calidad”.

Además, desde AMI se destaca la necesidad de la existencia de medios para que ofrezcan a la sociedad una ventana al mundo real con profesionales que investigan y luchan por la verdad, y hace un llamamiento claro: “Apoyar al periodismo de calidad es apoyar a la democracia”.

GOOGLE CAPACITARÁ VÍA YOUTUBE SOBRE HERRAMIENTAS DIGITALES PARA PERIODISTAS

6 julio 2020 –

Por: Totalmedios.com – Argentina –

Del 6 al 10 de julio, Google ofrecerá una serie de capacitaciones sobre herramientas digitales para periodistas. Estos trainings son abiertos, gratuitos y están impulsados por el equipo de News Lab. Búsqueda avanzada, verificación, maps y periodismo ambiental, serán los temas a tratar.

Estos trainings abiertos y gratuitos serán facilitados por Mariana Alvarado y Carla Nudel, Teaching Fellows del equipo de News Lab de Google.

La capacitación se hará por streaming a través de YouTube y podrás participar con tus preguntas, consultas e interactuar con las capacitadoras de Google en vivo.

6 de julio
Búsqueda Avanzada
Lleva tus habilidades de búsquedas avanzadas de información en Google al siguiente nivel.
Hora: 9 (CO, MX, PE) 10 (CH, VE) 11 (AR, UY) y 16 (ES)

7 de julio
Verificación
Herramientas para verificar imágenes y videos. Aprende a usar el Fact Check Explorer para verificaciones.
Hora: 9 (CO, MX, PE) 10 (CH, VE) 11 (AR, UY) y 16 (ES)

8 de julio
Visualización de Datos
Herramientas para ordenar y visualizar información. Aprende a utilizar datos para contar tus historias.
Hora: 9 (CO, MX, PE) 10 (CH, VE) 11 (AR, UY) y 16 (ES)

9 de julio
Contar historias con Mapas
Aprende cómo contar historias de todo el mundo utilizando Google My Maps y lo último de Google Earth.
Hora: 9 (CO, MX, PE) 10 (CH, VE) 11 (AR, UY) y 16 (ES)

10 de julio
Periodismo Ambiental
Rastrea la pérdida de las superficies del agua y de los bosques y visualiza su impacto con imágenes satelitales.
Hora: 9 (CO, MX, PE) 10 (CH, VE) 11 (AR, UY) y 16 (ES).

Coronavirus en Japón: la «misteriosa» baja tasa de mortalidad en el país más envejecido del mundo

6 julio 2020 –

Por: Rupert Wingfield-Hayes – BBC Londres –

¿Por qué no han muerto más personas en Japón de covid-19? Es una pregunta macabra que ha generado decenas de teorías, desde las que apuntan a los modales japoneses, hasta las que aseguran que los japoneses tienen una inmunidad superior al resto.

Japón no tiene la tasa de mortalidad más baja de covid-19; en la región, Corea del Sur, Taiwán, Hong Kong y Vietnam pueden presumir de una menor mortalidad.

Pero a principios de 2020, Japón tuvo menos muertes por el virus que el promedio, a pesar de que en abril Tokio registró un “exceso de muertes” de 1.000 personas, tal vez por covid-19.

Es un dato particularmente sorprendente, pues Japón tiene muchas de las condiciones que lo harían vulnerable frente al coronavirus. Sin embargo, nunca adoptó las estrictas medidas para combatir el virus que sus vecinos sí pusieron en marcha.

¿Qué pasó en Japón?

En el apogeo del brote en Wuhan en febrero, cuando los hospitales de la ciudad se vieron desbordados y el mundo levantaba muros a los viajeros chinos, Japón mantuvo las fronteras abiertas.

A medida que el virus se propagaba, pronto se hizo evidente que el covid-19 era una enfermedad que mata principalmente a personas de mayor edad y se extiende masivamente por las multitudes o el contacto cercano prolongado.

Japón tiene más ancianos per cápita que cualquier otro país. Además, la población de Japón se concentra en ciudades densamente pobladas.

El área del Gran Tokio —la amplia zona metropolitana— tiene la asombrosa cantidad de 37 millones de habitantes. Para la mayoría de ellos, la única forma de moverse es en los abarrotados trenes de la urbe.

Luego está la negativa de Japón a prestar atención a los consejos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de hacer «pruebas, pruebas y más pruebas». Incluso ahora, el número total de tests PCR (para diagnosticar el covid-19) es de apenas 34.000, o el 0,27% de la población de Japón.

Japón tampoco ha tenido un confinamiento severo como el de Europa.

A principios de abril, el gobierno ordenó un estado de emergencia. Sin embargo, el confinamiento se estableció de manera voluntaria. Se pidió a las empresas no esenciales que cerraran, pero no hubo penalizaciones legales por negarse a ello.

Muchos “países modelo” de la estrategia de covid-19, como Nueva Zelanda o Vietnam, aplicaron estrictas medidas, como el cierre de fronteras, fuertes confinamientos, pruebas a gran escala y cuarentenas estrictas.

Pero Japón no hizo nada de eso.

Sin embargo, cinco meses después de que se informara del primer caso de covid-19, el país asiático tiene menos de 20.000 casos confirmados y menos de 1.000 muertes. El estado de emergencia se ha levantado y la vida está volviendo rápidamente a la normalidad.

Además, hay una creciente evidencia científica que dice que Japón realmente ha contenido la propagación de la enfermedad, al menos hasta ahora.

El gigante de telecomunicaciones Softbank realizó pruebas de anticuerpos a 40.000 empleados que mostraron que solo el 0,24% había estado expuesto al virus.

Pruebas aleatorias a 8.000 personas en Tokio y otras dos prefecturas mostraron niveles aún menores de exposición. En Tokio, solo el 0,1% dio positivo.

Cuando anunció el levantamiento del estado de emergencia a finales del mes pasado, el primer ministro Shinzo Abe habló con orgullo del «modelo de Japón», insinuando que otros países deberían aprender del suyo.

El “factor X”: ¿tiene Japón algo diferente?

Si se escuchara al vice primer ministro Taro Aso, el triunfo frente al virus se debería a la «calidad superior» de los japoneses. En unas notorias declaraciones, Aso dijo que los líderes de otros países le habían pedido que explicara el éxito de Japón.

“Les dije: ‘Entre su país y el nuestro, mindo (el nivel de las personas) es diferente’. Y eso los dejó sin palabras”.

Literalmente traducido, mindo significa “el nivel de las personas”, aunque algunos lo traducen como “nivel cultural”.

Es un concepto que se remonta a la era imperial de Japón y denota un sentido de superioridad racial y chovinismo. Aso fue rotundamente reprobado por emplearlo.

Pero no hay duda de que muchos japoneses —y algunos científicos— piensan que hay algo en Japón que es diferente: un llamado “factor X” que protege a la población del covid-19.

Posiblemente, sea relevante que algunos aspectos de las costumbres japonesas —pocos abrazos y besos al saludar— tengan un distanciamiento social incorporado, pero nadie cree que esa sea la respuesta.

¿Tiene Japón una inmunidad especial?

El profesor de la Universidad de Tokio Tatsuhiko Kodama, quien estudia cómo los pacientes japoneses reaccionan al virus, cree que Japón pudo haber sufrido el coronavirus anteriormente. No el covid-19, sino algo similar que pudo haber dejado a su paso una “inmunidad histórica”.

Así es como él lo explica: cuando un virus ingresa al cuerpo humano, el sistema inmunológico produce anticuerpos que atacan al patógeno invasor. Hay dos tipos de anticuerpos (o inmunoglobulinas): IGM e IGG. La forma en que responden puede mostrar si alguien estuvo expuesto al virus anteriormente, o a algo similar.

“En una infección viral primaria (nueva), la respuesta de los IGM suele ser la primera”, me dice. “Más tarde, aparece la respuesta de los IGG. Pero en casos secundarios (exposición previa) el linfocito ya tiene memoria, por lo que solo la respuesta de los IGG se incrementa rápidamente».

Pero entonces, ¿qué les pasó a sus pacientes?

“Cuando observamos las pruebas, nos quedamos asombrados … en todos los pacientes, la respuesta de los IGG llegó rápidamente, y la respuesta de los IGM fue más tarde y más débil. Parecía que habían estado expuestos previamente a un virus muy similar”.

Él cree que es posible que un virus similar al SARS haya circulado en la región anteriormente, lo que podría explicar la baja tasa de mortalidad, no solo en Japón, sino en gran parte de China, Corea del Sur, Taiwán, Hong Kong y el Sudeste Asiático.

Esto ha sido recibido con cierto escepticismo.

“No estoy seguro de cómo un virus así podría circunscribirse a Asia”, dice Kenji Shibuya, director de Salud Pública en el Kings College de Londres, Reino Unido, y ex asesor principal del gobierno japonés.

Shibuya no descarta la posibilidad de diferencias regionales en inmunidad o susceptibilidad genética al covid-19, pero tiene sus sospechas respecto a la idea de un «factor X» que explique las diferencias de mortalidad.

Él cree que los países que han tenido éxito en la lucha contra el covid-19 lo han tenido por la misma razón: lograron reducir drásticamente la transmisión.

Los japoneses comenzaron a usar mascarillas hace más de 100 años durante la pandemia de gripe de 1919 y nunca dejaron de hacerlo. Acá, si tienes tos o resfriado se espera que te pongas una mascarilla para proteger a quienes te rodean.

“Creo que [la mascarilla] actúa como una barrera física. Pero también sirve como recordatorio para que todos sean conscientes de que todavía tenemos que tener cuidado unos con otros”, dice Keiji Fukuda, especialista en influenza y director de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Hong Kong.

El sistema de seguimiento y localización de casos de Japón también se remonta a la década de 1950, cuando el país luchó contra una ola de tuberculosis. El gobierno estableció una red nacional de centros de salud pública para identificar nuevas infecciones y reportarlas al Ministerio de Salud.

Si se sospecha que existe transmisión comunitaria, se envía a un equipo especializado para rastrear las infecciones, confiando en el seguimiento y aislamiento meticuloso de contactos humanos.

Japón descubrió temprano las “tres Cs”

Japón descubrió dos importantes patrones al inicio de la pandemia.

Kazuaki Jindai, investigador médico en la Universidad de Kioto, explicó que los datos mostraron que más de un tercio de las infecciones se originaron en lugares muy similares.

“Nuestras cifras mostraron que muchas personas infectadas habían visitado lugares de música donde gritaban y cantaban. Sabíamos que esos eran los lugares que la gente necesitaba evitar”.

Su equipo identificó la “respiración fuerte a corta distancia”, incluyendo “cantar en salas de karaoke, fiestas, gritar en clubes, conversaciones en bares y hacer ejercicio en gimnasios” como las actividades de mayor riesgo.

En segundo lugar, el equipo descubrió que la propagación de la infección se redujo a un pequeño porcentaje de los portadores del virus.

Un estudio inicial reveló que alrededor del 80% de las personas con SARS-CoV-2 no infectaron a otros, mientras que el 20% eran altamente infecciosas.

Estas conclusiones llevaron al gobierno a lanzar una campaña a nivel nacional que advierte a las personas que eviten las llamadas “tres C”:

  • (Closed espaces): espacios cerrados con poca ventilación.
  • (Crowded places): lugares llenos de gente.
  • (Close contact) Contacto cercano, como conversaciones cara a cara.

“Creo que probablemente funcionó mejor que simplemente decirle a la gente que se quedara en casa”, dice Jindai.

Aunque los lugares de trabajo quedaron fuera de la lista, se esperaba que la campaña de las “tres C” ralentizara la propagación lo suficiente como para evitar el confinamiento… y menos infecciones significan menos muertes.

Por un tiempo lo hizo, pero luego, a mediados de marzo, las infecciones en Tokio aumentaron y la ciudad parecía estar en camino de un crecimiento exponencial, como Milán, Londres y Nueva York.

En ese punto, Japón o bien fue inteligente o tuvo suerte. Todavía no hay consenso al respecto.

Cuestión de tiempo

Kenji Shibuya piensa que las lecciones de Japón no son tan diferentes a las de otras partes del mundo: “Para mí, fue una lección de tiempo”.

El 7 de abril, el primer ministro Shinzo Abe ordenó un estado de emergencia —sin confinamiento obligatorio— y pidió a las personas que se quedaran en casa “en la medida de lo posible”.

“Si tales medidas se hubieran demorado, podríamos haber experimentado una situación similar a Nueva York o Londres. La tasa de mortalidad (en Japón) es baja”.

“Pero un estudio reciente de la Universidad de Columbia sugiere que si Nueva York hubiera implementado medidas de confinamiento dos semanas antes, habría evitado decenas de miles de muertes”, señala Shibuya.

Un informe reciente de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC) concluyó que las personas con afecciones médicas subyacentes, como enfermedades cardíacas, obesidad y diabetes, tienen seis veces más probabilidades de ser hospitalizadas si sufren covid-19, y 12 veces más probabilidades de morir.

Japón tiene las tasas más bajas de enfermedad coronaria y obesidad en el mundo desarrollado. Aun así, los científicos insisten en que esa circunstancia no lo explica todo.

“Este tipo de diferencias físicas pueden tener algún efecto, pero creo que las otras áreas son más importantes. Si algo hemos aprendido del covid-19 es que no hay una explicación simple para ninguno de los fenómenos que estamos viendo. Son muchos los factores que contribuyen al resultado final”, subraya Fukuda.

El gobierno pidió, la gente escuchó

Volviendo a los alardes del primer ministro Shinzo Abe sobre el «modelo de Japón», ¿hay alguna lección que aprender?

¿El hecho de que Japón, hasta ahora, haya logrado mantener bajo el número de infecciones y muertes, sin confinamiento y sin ordenar a las personas que se queden en casa, muestra un camino a seguir? La respuesta es sí y no.

No existe un «factor X”. Como en todas partes, ha dependido de lo mismo: romper la cadena de transmisión. Sin embargo, en Japón el gobierno puede contar con el público para llevar a cabo sus planes.

A pesar de no ordenar a las personas que se quedaran en casa, en general lo hicieron.

“Fue afortunado pero también sorprendente”, considera Shibuya. “Los confinamientos leves de Japón parecen haber tenido un efecto de confinamiento real. Los japoneses cumplieron a pesar de la falta de medidas draconianas”.

“¿Cómo se reduce el contacto entre personas contagiadas y no contagiadas…? Se necesita un cierto tipo de respuesta del público, que no creo que se pueda replicar tan fácilmente en otros países”, agrega Fukuda.

Japón pidió a sus ciudadanos que se cuiden, que se mantengan alejados de lugares concurridos, que usen mascarillas y que se laven las manos, y en general, eso fue exactamente lo que la mayoría de la gente hizo.

 

“Crisis de los medios de comunicación afecta la democracia”

3 julio 2020 –

Por: Comunicaciones CPB –

“El debilitamiento de los medios de comunicación y, peor aún, su extinción lleva implícito el deterioro de la democracia, efecto del que debe ser consciente el gobierno nacional, los estamentos del Estado, el sector productivo y los ciudadanos en general¨, dijo Gloria Vallejo, presidente del Círculo de Periodistas de Bogotá.

“En el CPB vemos con profunda preocupación la situación del periodismo colombiano, de los medios de comunicación y la incertidumbre de miles de colegas, agudizada por la pandemia y su efecto sobre la pauta publicitaria y el empleo”, agregó.

Para la dirigente gremial noticias permanentes relacionadas con los despidos masivos de colegas, cierres de emisoras, de periódicos, cancelación de programas radiales, angustias de las estaciones independientes y la reducción dramática de la pauta publicitaria, “son sumamente preocupantes, porque reduce en forma considerable los canales de información, el derecho que tiene la población a estar bien informada, a enterarse de los sucesos del país, de su ciudad, municipio y regiones”.

“El debilitamiento de los medios de comunicación, la ausencia de periodistas con criterio, ética y experticia, afecta el periodismo investigativo, independiente, que busca la verdad para ponerla al servicio del país y de la comunidad”, dijo.

En este contexto preocupa el reciente anuncio de que El Espectador, un medio de tanta importancia y tradición, podría volver a ser semanario. Su director, Fidel Cano, expuso como uno de los principales factores de esta posible determinación

la subida del dólar. El papel para la impresión del periódico es importado.

“Se supo también que decenas de programas radiales han dejado de emitirse y publicaciones como Don Juan de El Tiempo, se cancelaron. Medios de trayectoria como El País de Cali, La Patria de Manizales, La Opinión de Cúcuta, entre otros, viven inquietantes situaciones económicas que afectan su funcionamiento y que podrían llevar al cierre o a efectuar cambios drásticos, en detrimento de la información, de los empleados administrativos y de los periodistas”, expresó Gloria Vallejo.

El CPB tiene conocimiento de que Todelar ha ido entregando al Ministerio de Comunicaciones sus frecuencias que tenía en AM y otras estaciones independientes le han pedido al gobierno apoyos en temas de impuestos, alivios con los derechos de difusión y que no se sigan incrementando los costos de energía.

De igual forma, un grupo de emisoras independientes encabezadas por las de Jaime Zamora Marín, Jazmar Estéreo en Villeta, Cundinamarca, Emisoras Cristalinas, Emisoras HJDOBLEK, la Caqueteña, Emisoras Ecos del Combeima, Heigel Armando Charry, Dulce Estéreo, Oscar Munévar, Voz Panamericana, Girardot, Marcolino Forero, Emisora Vilmar FM Estéreo, José Antonio Villamil, entre otros, le enviaron una carta al presidente poniéndole al tanto de la situación.

En la comunicación informan que “el agudizamiento de la crisis económica que agobia a los pequeños y medianos radiodifusores comerciales y las perspectivas sombrías que se ciernen sobre nuestro sector, por la merma verificable de la publicidad en nuestros poblados, derivada de las consecuencias nefastas de la virulencia del coronavirus, y los peligros de desaparición de muchas de nuestras estaciones de radio, nos obligan, señor Presidente, a reiterar ante usted y a su gobierno, el menoscabo de nuestra realidad que se traduce en la inminente imposibilidad de pagar los costos fijos de nuestra actividad como nomina, pago de servicios (energía eléctrica esencial para la radiodifusión se acrecienta desmesuradamente en sus costos) y otros más, junto con el pago de créditos e intereses, obtenidos gracias a la acción de su gobierno por la emergencia económica”.

“Al CPB le preocupa igualmente la calidad de la programación de los canales de televisión que se han visto obligados a repetir seriados, a “reencauchar” programas y a extender los informativos para llenar los horarios de programación, y si bien los noticieros cumplen con la función de tener al país informado, lo que en tiempo de pandemia adquiere la mayor relevancia, el resto de la programación poco o nada contribuye a fomentar la riqueza intelectual y cultural de los colombianos”, dijo la vocera del gremio.

UN LLAMADO A LA SOLIDARIDAD

“Hacemos un llamado al presidente Iván Duque para que dentro de su política de emergencia sanitaria, escuche y atienda el llamado que grupos de gremios de periodismo que a través de diferentes comunicaciones le hemos solicitado la expedición de medidas que permitan a los periodistas que han quedado cesantes solventar esta crisis y a los medios comunitarios, independientes, alternativos y demás, lanzarles un salvavidas. Al hacerlo, no solo está siendo solidario con un sector de la población y de las comunicaciones, sino blindando un derecho fundamental como es el de informar y ser informado, contemplado en la Constitución Nacional”, concluyó Gloria Vallejo.

En defensa del periodismo

3 julio –

Por: Antonio Caño – El Espectador –

De todos los acontecimientos inquietantes que en los últimos meses se acumulan en Estados Unidos, el más grave me parece, quizá por mi deformación profesional, la dimisión a comienzos de junio del director de Opinión del periódico The New York Times. Es un alarmante indicador del avance del activismo sobre el periodismo y una señal más de la degradación de las democracias modernas, que sacrifican sin pudor el derecho a la discrepancia y al libre pensamiento en aras de un poder identitario que cada día se hace más incontenible con las tradicionales armas del debate y la razón.

Por situar las cosas en su contexto, conviene señalar que el director de Opinión de un periódico norteamericano actúa con plena independencia del director y a su mismo nivel jerárquico. Representa la garantía de que, sean cuales sean las prioridades informativas que el director marque, la opinión será siempre plural, abierta y no se verá condicionada por los caprichos de la actualidad ni por las inclinaciones de los reporteros. El director de Opinión ocupa, por tanto, una posición institucional como referente de la línea editorial y la imparcialidad del periódico.

James Bennet ocupaba ese cargo en The New York Times hasta que el 6 de junio presentó su renuncia por la publicación, tres días antes, de un artículo del senador republicano Tom Cotton en el que apoyaba el empleo de tropas militares para hacer frente a las protestas que se sucedían en las calles de varias ciudades del país por la muerte de George Floyd. Entre la aparición del texto y la dimisión de Bennet se produjeron presiones de los periodistas del diario, quienes en una asamblea expresaron su indignación por un artículo que, aparentemente, representaba un insulto para sus compañeros negros. A eso se sumó una intensa campaña en Twitter contra lo que se presentó como una indecencia moral por parte de The New York Times y una auténtica afrenta para todos aquellos que protestaban contra el racismo en las calles. Bennet se quedó solo en la Redacción, la empresa decidió ceder a esa presión y el periodista, un ilustre colega al que se pronosticaba un brillante futuro en el oficio, accedió a dejar el puesto admitiendo públicamente su error.

El delito es haber publicado un artículo, no de un desconocido que pretendía llamar la atención, sino de un senador de Estados Unidos, de un senador, además, a quien se le atribuyen ambiciones presidenciales. Por lo demás, su propuesta de movilizar al Ejército para contener las protestas, por equivocada que me parezca, no es en absoluto un desatino. Varias ciudades, entre ellas Washington, con una alcaldesa demócrata y negra, sacaron a la calle a la Guardia Nacional, un cuerpo que participa en la guerra y dispone de la misma preparación y armamento que cualquier unidad del Ejército.

ncluso aunque el artículo sí fuera, en realidad, un disparate, ¿cuál es la razón para impedir su publicación? ¿No estaría el periódico contribuyendo a mejorar la información de sus lectores al ofrecerles un artículo sobre el pensamiento disparatado, nada más y nada menos que de un senador que quiere ser presidente del país? ¿A quién se ayuda con su prohibición? Solo a Cotton, que es ahora mucho más famoso.

Pero, no nos engañemos, no es eso lo que provocó la dimisión de este periodista. Bennet fue víctima, simplemente, de la caza a la disidencia que se ha desatado en tantos ámbitos e instituciones de las democracias occidentales, incluidos los periódicos. Bennet cayó porque ni sus compañeros ni la empresa tuvieron el valor de resistirse a las hordas que imponen su causa, por justa que sea, sobre la libertad de expresión, por equivocadas que sean las ideas que se expresan. Como ha escrito la columnista del diario The Washington Post Kathleen Parker, “no hace falta mucho coraje para sumarse a la turba y prohibir un artículo o arruinar una carrera; lo que requiere coraje es quedarse solo frente a una avalancha de Twitter en la defensa del libre intercambio de ideas, incluso si son malas”.

Nunca he creído en la objetividad del periodista, pero sí en su honestidad intelectual y su integridad ética para no deformar la realidad e imponer “claridad moral” de acuerdo con los intereses de su ideología o de su causa. Hemos de admitir, sin embargo, que se ha abierto paso con fuerza desde ya algún tiempo el supuesto periodismo “comprometido”, que exige a los profesionales algo más que la búsqueda de la verdad, su único y verdadero compromiso; exige la búsqueda de la verdad que favorezca una determinada causa.

Pero preservemos al menos los periódicos. Los periódicos están para publicar artículos que nos gustan y los que nos irritan, y son mejores cuantos más de estos últimos ofrecen. Son mejores porque hacen mejores lectores, más críticos, más libres.

* Ex director de El País,
de España.

Las denuncias de las mujeres y el periodismo

3 julio 2020 –

Por: Catalina Ruiz-Navarro – El Espectador –

La semana pasada la periodista Matilde de los Milagros Londoño y yo publicamos en la revista feminista Volcánicas el reportaje “Ocho denuncias por acoso y abuso sexual contra Ciro Guerra”, en donde documentamos ocho testimonios de mujeres que han vivido agresiones sexuales, en diferentes niveles de gravedad, por parte del cineasta, y los de siete testigos que confirman las denuncias. El reportaje es el resultado de cinco meses de trabajo de investigación en donde recogimos los testimonios y verificamos sus detalles, usando las herramientas de corroboración que nos da el periodismo, para ponerlos al servicio de las víctimas. Con frecuencia se dice que los y las periodistas “damos voz”, pero nosotras no estamos de acuerdo; sabemos que las víctimas tienen voz, lo que hacemos nosotras es darles un espacio seguro y protegido para que ellas puedan contar sus historias.

¿Por qué necesitan un espacio seguro? Porque tienen miedo de su agresor y de las posibles retaliaciones que pueda tomar contra ellas. El acoso y el abuso sexual siempre son en esencia un abuso de poder. A las mujeres no nos acosan y abusan por bobas o poco asertivas. Siempre que podemos decir no o rechazar un avance que no es bienvenido, lo hacemos. El problema son todas esas circunstancias en donde sabemos que una negativa tendrá consecuencias físicas, emocionales o profesionales, y todas esas otras veces en donde, como les pasa a las denunciantes, decimos que no, una y otra vez, pero el agresor tiene suficiente poder para que no tenga que importarle y no se detiene. En esa medida, cada denuncia por agresiones sexuales es una denuncia contra el poder, es una forma de resistencia frente a un sistema que históricamente ha subordinado nuestras vidas y nuestros cuerpos a los hombres. Esas denuncias contra el poder son objeto de interés para el periodismo.

Se ha dicho que las denunciantes son “anónimas”, esto es un error: son fuentes protegidas, y el principio de la protección de fuentes es uno de los puntos de apoyo para que un oficio como el periodismo pueda existir. Se ha dicho que Guerra tomará acciones legales y entonces ellas tendrán que ir a los estrados, pero esto también es falso: nosotras como periodistas no estamos obligadas a revelar nuestras fuentes ni vamos a hacerlo, primero, porque tenemos un compromiso ético con ellas y con nuestro oficio, y, segundo, porque lo único que aportarán sus nombres es el morbo. Los detalles de las agresiones ya están en sus historias y muestran un modus operandi sistemático por parte de Guerra, que va aumentando en violencia a medida que ha aumentado su fama. También se ha dicho que nosotras, como periodistas, estamos vulnerando el derecho de Guerra a la legítima defensa. Esto, de nuevo, es falso: nosotras no tenemos ese poder, tanto así que él se está defendiendo. Tampoco se le vulnera su derecho a la presunción de inocencia, que es un derecho frente a los jueces y juezas y frente al Estado. Yo, como ciudadana, no le debo presunción de inocencia a nadie, y como periodista, después de haber recogido y verificado estos testimonios, tengo todo el derecho a formar una opinión al respecto, así como cada persona que lea nuestro reportaje.

Se ha dicho que para poder creerles a las víctimas ellas deben interponer una denuncia judicial, en un país donde el 98 % de las denuncias por violencia de género quedan en la impunidad. Pero cada mujer tiene derecho a la libertad de expresión y derecho a contar sus historias de vida en el espacio que quiera. Decir que las mujeres solo pueden hablar de la violencia sexual que han vivido frente a un juez para que sea válida su queja es simplemente otra estrategia para silenciarnos a todas. Como dijo el editorial de este periódico: “Si bien no es juez, el periodismo es un espacio idóneo para que las víctimas de la violencia sexual cuenten sus historias, en vista de la comprobada incapacidad del sistema judicial para romper la abrumadora impunidad de estos casos”.