Crculo de Periodistas de Bogot

Archivos 2020

En el Hay Festival debatieron sobre el periodista como servidor de la sociedad

3 febrero 2020 –

Tomado de: RCN Radio.

En el marco de este evento cultural se hizo un homenaje a Javier Darío Restrepo, director del Consultorio Ético de la Fundación Gabo.

n la edición número 15 del Hay Festival en Cartagena, la directora de Noticias de RCN Radio, Yolanda Ruiz y la periodista Mónica González conversaron sobre la importancia de recuperar la confianza de lectores y oyentes, de forma que  se contribuya a las necesidades informativas de la audiencia y al servicio de la democracia; además, resaltaron los retos de la ética periodística.

¿Realmente existe la ética periodística?, se cuestionaron. “Está muy de moda tirarnos piedra y decirnos vendidos, Javier Darío Restrepo define que la ética no se enseña, no se aprende, no se obliga, la ética es algo que tú decides, es entender lo que hace el periodismo, el objetivo mismo no es el poder es el servicio público, y creo que la ética nos hace querer ser mejores”, dijo Yolanda Ruíz.

La periodista agregó que es necesario“construir todos los días algo distinto, cumplir con nuestra labor como veedores de todos los poderes; sí existe la ética pero la violamos, y es una de las razones por la cuales se pierde la confianza, pero también hay periodismo corrupto, la mayoría de los colegas que hace trabajo de campo, hacen su labor pero muchas veces terminamos pagando justos por pecadores, es hacer un periodismo que entienda lo que eso significa, es contarle a la sociedad lo que significa saber aunque no quiera saberlo”.

A este gran interrogante, sobre si existe la ética periodística, la periodista y escritora chilena Mónica González, aseguró que sin ética no hay periodismo, “y sin periodismo no tenemos libertad. La ética y la libertad van ligadas, porque enfrentamos el peligro de la democracia”.

“El problema ético es intrínsecamente de conciencia, para la difamación están los tribunales, pero la ética es un problema de conciencia, hay que tener un clima ético que obligue a que la vida es más importante que la propiedad, por lo menos yo quiero saber quiénes son esos más de 700 líderes sociales que han sido asesinados en Colombia después del proceso de paz”, manifestó.

Aclaró que los periodistas necesitan, en cada redacción, el recordatorio ético.“No debemos omitir ni ocultar, eso se llama ser cómplices de masacres, y en nuestro continente estamos llenos de esos, de cómplices activos y pasivos, de abusos, de despojo de tierras y del mal vivir”, afirmó.

González recordó además el discurso de Gabriel García Márquez en 1982 cuando recibió el Premio Nobel de Literatura. “Él entendió que la calidad de vida está ligada a un periodismo con verdad y ética, en ese discurso, nuestro premio nobel hablaba de lo que no se habla en los medios”, indicó.

Búsqueda de la verdad

Sobre este tema, la directora de Noticias Yolanda Ruíz expresó que hay que tratar que el periodismo se salga del escenario de la polarización,  “debemos revisar el papel que hicimos durante el momento del conflicto, se debe buscar el objetivo o sea acercarse a la verdad, dar contexto, escuchar las distintas voces, hay un reto que es hacer la tarea bien hecha”.

En un escenario donde no ha acabado la violencia, el trabajo del periodismo es descubrir los liderazgos tóxicos y tratar de desenmascarárlos. Las nuevas tecnologías nos han planteado unos retos enormes: los ciudadanos tienen la posibilidad de contar lo que puedan, la información se mueve a una velocidad que los periodistas no podemos controlar, estamos ante una escenario de herramientas que empoderaron a la ciudadanía, una persona con un celular no es periodista y por eso no podemos perder el norte”, indicó Ruíz.

“Aplaudo que todos puedan informar cualquier situación, eso es democracia, y es la posibilidad de contar, pero eso no es periodismo, el buen periodista confirma, luego contrasta, contextualiza y luego publica”, sostuvo.

En medio del conversatorio, Yolanda Ruiz recordó un capítulo de su libro En el filo de la navaja, tras señalar que “estamos cediendo a la dictadura del clic”, y sobre esto reflexionó: “el periodismo no es publicar algo que pueda ser falso, no es esperar un me gusta o algo que me de tráfico, en el caso de Colombia, tenemos que saber lo que estamos viviendo en un país que nos necesita debemos entender la realidad y usar las nuevas tecnologías como herramientas valiosas para hacer buen periodismo”.

Confianza

La directora de Noticias de RCN Radio indicó que “no se inventa lo que hoy sucede en el país, pero la gente piensa que solo mostramos la tragedia que ocurre, cuando tenemos que cubrir secuestros, masacres, muertos decapitados, se dejan de ver otras cosas, por eso yo todas las mañanas digo: pasan otras cosas, como la minería ilegal, los problemas de la salud y la educación, aquello que no se vio por enfrentar la guerra”.

Y al respecto recomendó:“tenemos que abrir la ventana para poder entender lo que pasa, tenemos que mirar lo que ocurre, hay crisis en el periodismo, pero hay crisis de confianza en las instituciones. La libertad de prensa es un derecho de la sociedad de estar bien informada”.

En compañía de Jaime Abello Banfi, Yolanda Ruiz y Mónica González concluyeron que el periodismo es una de las bases esenciales de la democracia. “A la sociedad le digo que tener buenos medios de comunicación depende de ellos mismos, de la información que están demandando y construyendo”, señaló.

“Debemos ser talentosos para escribir historias que nos permitan sacar el miedo, lo que está en peligro hoy día no es la libertad de expresión, es el acceso a la buena información”, apuntó.

El coronavirus pone a prueba al periodismo

3 febrero 2020 –

Foto: GETTY IMAGES / ANTHONY KWAN. 

Tomado de: El País (España).

La frontera entre la información y el alarmismo, o en temas de salud es muy tenue y la aparición de un nuevo coronavirus en China ha puesto otra vez a prueba a los medios de comunicación. El debate entre los lectores de EL PAÍS saltó desde que se publicó la primera noticia hace tres semanas. Desde entonces, casi todos los días hay alguien que critica al diario porque cree que exagera el problema. Otros opinan lo contrario. La polémica no acaba pese a que el propio periódico ha llamado públicamente a la cautela y la mesura.

El problema del nuevo virus fue identificado el 16 de diciembre en un hospital de Wuhan (China), pero Pekín no informó a la Organización Mundial de la Salud (OMS) hasta el 31 de diciembre. Diez días después, EL PAÍS publicó en la web la primera información con este titular: Un virus similar al SARS, responsable de la misteriosa neumonía en China.

En el texto se indicaba que había 59 personas infectadas, pero ningún fallecimiento. La comparación con el SARS (Síndrome Respiratorio Agudo Grave), que causó 774 muertes en 2002 y 2003, provocó las primeras críticas. Esto comentó un lector en la web: “Venga, a alarmar. 59 afectados por una pulmonía a lo sumo, cero muertos”. Otro le respondió: “Pues es para alarmarse. Si el virus procede de un animal (como se cree), hay un grave problema de salud pública que puede provocar una epidemia”.

Fue el principio de un debate que se disparó cuando el periódico comenzó a publicar el tema en su edición impresa a partir del 17 de enero. El titular en la página 26 de ese día fue: La OMS vigila el avance del virus descubierto en China y detectado en otros dos países. Para entonces, la enfermedad se había cobrado una víctima mortal. Y dos más el día 20, cuando el encabezamiento en la web fue este: El mortal virus de Wuhan se expande por China. El lector Pedro Brañas me dijo por correo que le parecía “inaceptablemente alarmista”. “No me parece un titular responsable para un periódico serio”.

Siete días después, los infectados eran ya 4.400 en una veintena de países —la mayoría en China, pero la infección ya había llegado a Europa— y la cifra de fallecidos superaba el centenar. Aun así, algunos lectores mantenían posiciones críticas como estas: “Este extraño virus tiene a todos los medios de comunicación poniendo a la población en alerta emocional como si se tratara de la epidemia del fin del mundo”; “alarmismo, que hay que vender”; “esta retransmisión puntual de cada caso solo sirve para transmitir paranoia y alarmismo”.

Varios lectores se preguntan por qué el periódico narra esta infección y no los graves efectos de la gripe. En la temporada 2018-2019, recuerda C.F., la gripe costó la vida en España a 6.300 personas.

Oriol Güell, especialista en sanidad y firmante de varias informaciones sobre el coronavirus, sostiene que el periódico está cubriendo con amplitud, pero también con prudencia, “una información de gran relevancia científica y médica y, por tanto, de indudable interés para los lectores”. Entre el 20 y el 27, dos noticias sobre el coronavirus estuvieron entre las diez más leídas del periódico y el 30 fue la más seguida cuando la OMS declaró la alerta internacional. “Desconocemos la magnitud que tendrá esta epidemia e informar de su evolución día a día es una obligación ineludible de los medios”, afirma Güell. Añade que la gripe común (como el tabaco, el tráfico o los suicidios) causa miles de muertes al año, pero “son fenómenos ya conocidos”, mientras el coronavirus de Wuhan “es algo nuevo de consecuencias aún imprevisibles”.

Para justificar semejante cobertura (medio centenar de textos en 15 días), Güell recuerda que las magnitudes de esta infección no tienen precedentes: 10.000 infectados en 25 países (España incluida) y más de 200 muertos en un mes, confinamiento de 56 millones de personas en 13 ciudades chinas, impactos bursátiles mundiales, medidas de prevención en miles de aviones y aeropuertos, repatriaciones de extranjeros…

Datos objetivos avalan que el comportamiento del diario no ha sido excesivo. EL PAÍS solo abordó el tema cuando hubo pruebas de la gravedad del caso: el 9 de enero en la web y el 17, en papel. Hasta el 21, no apareció ninguna llamada en primera página y el 24 fue, por vez primera, la principal noticia de la portada con un titular informativo, no alarmista: China aísla a 21 millones de personas para frenar la expansión del virus.

Incluso el periódico publicó un editorial el día 29 titulado Ponderación, en el que decía: “Hay que mantener una atenta vigilancia, pero sin caer en alarmismos que puedan agravar los daños consustanciales a una epidemia de esta naturaleza”.

Como ha señalado The Economist, “el mundo está mejor preparado que nunca para detener el coronavirus de Wuhan”. Es así, porque los gobiernos —el chino, el primero— y las autoridades sanitarias han aprendido de graves errores del pasado. Salvando las diferencias, también los periódicos, y entre ellos EL PAÍS, han aprendido de equivocaciones del pasado.

Cómo escribo mis crónicas

3 febrero 2020 –

Por Alfonso López Michelsen.

Nunca se me había venido a la mente auscultar el proceso de cómo escribo mis crónicas. Sin el requerimiento propio de la curiosidad periodística del director de “Opiniones”, don Arturo Villar Bergnes, probablemente nunca habría hecho esta confesión ante el público, ante Dios, ante mí mismo.

Divido mi tarea en dos etapas: La primera, generalmente obra del subconsciente, buscando el tema. La segunda, que yo llamaría de carpintería, poniéndolo en blanco y negro sobre el papel.

Hallar un tema que interese al mayor número de lectores y darle un tratamiento nuevo, no es cosa fácil. Toma a veces varios días y aun varias semanas, mientras rueda en la cabeza algo que se oyó en una conversación, que se leyó en un libro o de lo cual se fue testigo. Poco a poco se van elaborando los conceptos, en momentos de reflexión, y, finalmente, se van seleccionando los giros más apropiados para el tono que se le quiere dar al escrito, en procura del sector de la opinión lectora al cual se quiere llegar. Cuando comienzo a escribir –generalmente lo hago al dictado—no solamente tengo los conceptos ordenados sino los ejemplos y los vocablos a flor de labio, para entregar el mensaje que me propongo divulgar.

Escribir con claridad y en frases breves no parece una tarea difícil. Es, como decía el ingenio español, “hablar como mi madre hablaba”; pero se hace indispensable adornar la prosa, dándole cierto contenido literario, que no aparezca traído de los cabellos, y enlazar naturalmente las distintas partes de la oración.  Confieso que tengo horror de los superlativos y de las alusiones imprecisas, tanto como el uso de adjetivos gastados en los últimos tiempos como el reiterado “formidable” y el “tremendo”, que se predica por igual de la explosión demográfica y del puño de Kid Pambelé. Tampoco me engolosino con el procedimiento relativamente frecuente entre mis compatriotas de sustituir las palabras de uso corriente en nuestro medio por aquellas castellanas que aparecen afectadas y postizas en América, y que, para sorpresa mía, es algo de recibo como ejemplo del buen decir entre los profesores de segunda enseñanza, cuando se trata de la docencia de la lengua o de la calificación de los trabajos de los alumnos. Escribe bien, en este sentido, quien dice: “el labriego arriaba las acémilas por las dehesas”, y no quien escribe: “el campesino arriaba la recua por entre los potreros”. La reacción ha producido el abuso en el empleo de estos giros librescos ha sido tan extrema, con toda reacción violenta, que muchos han acabado por caer en la literatura de la alcantarilla. Trato de evitar uno y otro extremo.

El mayor problema con que tropieza el escritor, pero principalmente quien aspira a periodista, es el reducir a unas pocas cuartillas su pensamiento, procurando alcanzar la rara virtud de la concisión. Alguna vez en Francia mi profesor de latín me decía que la medida de un buen escritor estaba en la posibilidad de ser reducido al latín sin recurrir a expedientes aclaratorios. Lo ampuloso, lo retórico, lo insustancial, que permiten nuestras lenguas, no se puede aprisionar en cláusulas latinas. Sobre agregar que aquello que no es claro riñe, también, con un idioma en donde la construcción no permite incluir varios conceptos en una misma frase. Por cierto que el inglés, a pesar de contar con uno de los vocabularios más ricos de las lenguas modernas, tiene, en común con el latín, el mismo imperativo de uno admitir simultáneamente en la misma frase varios conceptos. En un idioma en donde no solamente impera, con contadas excepciones, la frase corta (la sentencia, si se pudiera traducir literalmente) sino también en donde, no obstante, la posibilidad de decir correctamente, en dos tres o cuatro formas, la misma idea, solo una, ya estereotipada, es de recibo. Construir frases a golpes de diccionario condice a veces a fabricar oraciones sin sentido. De ahí que, para mí la mayor dificultad, cuando trato de pergeñar mis crónicas, reside, después de la selección del tema, en la búsqueda de la claridad y de la concisión. Siempre recuerdo aquella carta de Madame de Sevigné a Madame de Grngman disculpándose de no tener disponible tiempo largo para escribir corto, lo cual constituye, en todo tiempo, una verdad de a puño. Siglos más tarde, Churchill, al dar consejos a un aprendiz de literato, le ponía de relieve cómo, para un discurso de diez minutos se necesitaban seis horas de preparación, a tiempo que, para uno de media hora, bastaban tres y cuando solo se disponía de una hora lo mejor era dedicarla a una intervención de una hora.

El tormento de estar sentado frente a una cuartilla virgen que se impone llenar con la pluma o con las teclas de una máquina de escribir no existe para mí. Dictar es una especie de conversación, que fluye naturalmente. Cuando se tiene por interlocutor a la misma persona, que ya conoce todas nuestras manías, no nos asalta ningún pudor de pensar en su presencia, y, lo que es más frecuente, de romper lo ya escrito, o ensamblarlo, en forma diferente, recortando con un par de tijeras los distintos puntos y parte.

Y, una última observación. Hace muchos años me había impuesto el hábito de consultar cada uno de mis escritos con el mayor número de personas entre quienes consideraba versadas acerca de los distintos temas. Su consejo, siempre valioso, pero contrario al de algún otro d ellos consultados, me iba obligando a restarle aristas a mis afirmaciones hasta convertirlas en un promedio de opiniones antagónicas y contradictorias. He preferido desde entonces darle rienda suelta a mi vehemencia y aun excederme en defensa de mis convicciones. Persuadido, como estoy, que el valor de un escrito depende de su capacidad de suscitar inquietudes en el lector, he llegado a la conclusión de que para abrir la puerta se impone golpear con aldabonazos tan fuertes que hagan despertar de su letargo a un muerto.

Tomado de la revista Periodismo, órgano de la Agencia Colombia Press. 1982.

 

¿Puede trasladarse el modelo de promociones de los periódicos impresos al digital? El caso de The Telegraph

3 febrero 2020 –

Tomado de: Laboratorio de Periodismo.

En la década de los 90 y el primer lustro del siglo XXI, (aunque aún colea incluso ahora la práctica en algunos periódicos) el sector de la prensa mantuvo e incluso incrementó notablemente sus grandes cifras de venta debido, en una gran parte, a la agresiva política de promociones que se llevaba a cabo.

Con la compra del ejemplar diario, se recibía una cartilla que debía rellenarse con varios cupones, para obtener gratis, o a un precio competitivo, desde libros, películas, colecciones de láminas, etc., hasta otros objetos algo más ajenos a la función cultural del periódico como sartenes y ollas, mantas, fundas nórdicas, robots de cocina, secadoras y hasta taladros percutores.

Los editores y directores generales ya sabían que la difusión real se había frenado y que las cifras de venta al punto, en general, se mantenían o incrementaban si se acertaba con la promoción, pero ya no guardaban esa relación tan directa de antaño con respecto al producto periodístico per sé.

Los quioscos se poblaron de cachivaches y semejaban más una tienda de todo a 100 que un espacio en el que se ofrecían revistas y periódicos. Cuando el boom de las promociones pasó, aunque algunos medios siguieron enzarzados en postreros rifirrafes promocionales, los periódicos se vieron cara a cara con sus verdaderas cifras de difusión.

Aunque evidentemente la crisis que sobrevino después y puso patas arriba la industria de los medios tal como la conocíamos, tuvo muchos aristas, esta de las promociones no fue banal.

Más pendientes de las promociones que de la calidad periodística

Durante la época de las grandes promociones, una gran parte de los directivos de los medios estaban más preocupados por conseguir una buena promoción que de supervisar el producto periodístico en sí y evitar que se fuera alejando de la ciudadanía. Y cuando el poder de las promociones se derrumbó, se vio que el rey estaba desnudo.

Ahora que empieza la batalla por conseguir usuarios de pago en los periódicos digitales, en un mercado reducido en muchos países, y en el que se sabe que el que primero que capte al lector, más opciones tiene de retenerlo, la pregunta es: ¿Puede trasladarse aquel modelo a las estrategias para captar suscriptores digitales?

The Telegraph y su agresiva promoción para captar suscriptores digitales ADA

Uno de los primeros periódicos que está probando la fórmula es The Telegraph. The Telegraph ha tenido un crecimiento del 44% en suscripciones digitales en 2019, hasta alcanzar  los 213.868, superando por primera vez las 209.443 suscripciones de la edición impresa. El mes pasado, el Telegraph logró el récord de suscripciones.

¿Qué está ofreciendo el Telegraph a aquellos que compran una suscripción digital ADA (All Digital Access) de un año? Un Fitbit charge 3, una pulsera de actividad con un precio oficial de 149,95 euros (aunque hay ofertas periódicas por debajo de los 100 euros).

Página de suscripciones de The Telegraph. Recuadrada en rojo, la oferta.

Por la suscripción ADA cobra 200 libras, unos 235 euros. La suscripción ADA brinda a los lectores acceso ilimitado a toda la información, desde todos los dispositivos y una App premium, así como servicios sólo premium “que ofrecen una perspectiva completa y noticias de última hora las 24 horas del día y los 7 días de la semana”.

La apuesta de The Telegraph llega en un momento en el que hace poco decidió salirse de la Audit Bureau of Circulations (ABC), la empresa que audita las ventas de la edición impresa en Reino Unido (como la OJD en España), porque el grupo va a centrarse “en una estrategia de “suscriptor first” respaldada por una inversión a largo plazo en la transformación digital de The Telegraph”, apuntaba la editora en un reciente comunicado.

Es decir, han decidido, al menos sobre el papel, dejar de preocuparse por la “foto fija” de la edición impresa, y centrar sus esfuerzos en captar a los usuarios de pago digitales antes que nadie, mediante agresivas promociones como la del Fitbit.

La pregunta es: ¿Puede funcionar el modelo de las promociones de prensa al entorno digital?

La pregunta es: ¿ese modelo de agresivas promociones para captar suscriptores digitales, como lo fue antaño en la edición impresa, puede funcionar y lograr que se fidelicen los suscriptores, o cuando acaben los 12 meses de suscripción (el equivalente a lo que duraban las promociones coleccionables en prensa), el suscriptor cancelará la cuenta? 

IRAK | Tres periodistas muertos y un intento de asesinato en lo que va de año

3 febrero 2020 –

Foto: Pixabay.

Tomado de: RSF.

El primer mes de 2020 ha sido especialmente duro para la prensa iraquí: tres periodistas han sido asesinados, mientras que una cuarta ha escapado de un intento de asesinato. Reporteros Sin Fronteras (RSF) expresa su enorme preocupación por la intensificación de los ataques contra la prensa e insta a las autoridades a fortalecer la protección de los periodistas.

El jueves 30 de enero, la periodista Ashteaq Adel, columnista del programa ‘Extra’ en Asia TV, escapó de un intento de asesinato en la capital, Bagdad. Varios hombres armados que llegaron en motocicletas dispararon contra ella, pero no lograron alcanzarla directamente. En estado de shock, Adel fue trasladada al hospital para recibir tratamiento médico.

Ashteaq Adel presenta una columna en el programa ‘Extra’ donde explica las noticias nacionales al público. En su espacio del 8 de diciembre, pidió a las autoridades que se responsabilicen por la gran cantidad de manifestantes asesinados desde el inicio de las protestas populares en octubre. Según la última evaluación de Amnistía Internacional, las manifestaciones ya se han cobrado la vida de 600 personas.

«Los periodistas iraquíes que cubren las manifestaciones ya no son los únicos objetivos, porque están en peligro incluso aquellos que hablan de ello en sus programas», advierte la oficina de RSF en Oriente Medio. «Las autoridades iraquíes deben hacer todo lo posible por esclarecer este intento de asesinato y garantizar la seguridad del columnista de Asia TV, pero también, en general, de los periodistas y fotógrafos iraquíes que son blancos directos».

Aunque Ashteaq Adel escapó de la muerte, diez días antes, el fotoperiodista Youssef Sattar recibió un disparo en la cabeza mientras cubría las protestas en el distrito Bab Al-Sharki, en el centro de Bagdad.

El 10 de enero, otros dos periodistas también murieron por cubrir las protestas. Ahmad Abdelsamad, corresponsal de la cadena Dijlah TV, recibió un disparo mortal en la cabeza y su cámara, Safaa Ghali, que resultó gravemente herido por los disparos, murió a causa de las heridas después de ser llevado al hospital.

Estas tres muertes desde el comienzo del año se suman a una cifra ya alta. Desde el inicio del movimiento de protesta, seis periodistas iraquíes han sido asesinados. Todos fueron atacados deliberadamente.

Coronavirus: cómo lavarse las manos para evitar el contagio y otras recomendaciones para protegerse

3 febrero 2020 –

Foto: Pixabay.

Tomado de: BBC.

Con más de 17.000 personas infectadas en China y más de 360 muertos, se agudiza la preocupación por frenar el avance del coronavirus.

Una de las cosas que más alarma crea es que, a diferencia del SARS o el ebola, el virus originado en Wuhan puede transmitirse de persona a persona, antes de que estas manifiesten síntomas.

Por esta razón, tomar medidas de prevención es más vital que nunca.

Una de las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud es lavarse las manos.

Parece sencillo, pero para que resulte efectivo, hay que saber cómo hacerlo.

En este video te lo mostramos paso por paso, y compartimos otras recomendaciones útiles para evitar el contagio del coronavirus.

Coronavirus de Wuhan: por qué la masiva cuarentena en China «creará más problemas de los que resuelve»

3 febrero 2020 –

Foto: GETTY IMAGES.

Tomado de: BBC.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha declarado que el nuevo brote de coronavirus es una emergencia de salud pública de preocupación internacional.

Hasta este lunes, China había registrado cerca de18.000 casos pero solo 360 muertes. En cuanto a las enfermedades emergentes, este virus parece relativamente inocuo.

A pesar de la leve gravedad de esta enfermedad, más de 50 millones de personas en la provincia de Hubei, en China, fueron confinadas en su región mientras las autoridades intentan prevenir la propagación del virus.

Las autoridades de salud pública de Wuhan dicen que están en un «estado de guerra» y el transporte público se ha cerrado en varias ciudades.

Acordonar la zona cero no es inusual en emergencias de salud pública. Un brote de norovirus o salmonella puede llevar al cierre de un restaurante. En el caso del nuevo coronavirus chino, el mercado donde pudo haberse originado (en Wuhan) se cerró de manera similar.

Eliminar la fuente de la enfermedad es necesario pero no suficiente.

metro sin personas en china
GETTY IMAGES – Debido a la «cuarentena» diversas ciudades de China parecen lugares «fantasmas».

Cualquier respuesta de salud pública a un brote de enfermedad debe evitar la transmisión a otros. Y aunque el aislamiento es una práctica bien establecida para casos individuales, poner en cuarentena a millones de personas sanas no tiene precedentes en salud pública.

En toda Asia, las máscaras faciales vuelven a estar de moda, con Alibaba vendiendo 80 millones en solo dos días.

Dado el contexto histórico, esto no es sorprendente. Los chinos conocen bien los brotes de enfermedades virales. Los recuerdos cristalinos del síndrome respiratorio agudo severo (SARS) han resurgido.

Pero es este mismo contexto el que plantea la pregunta: ¿se justifica una respuesta tan drástica?

¿Qué pasa con los derechos de las personas sanas?

Algunos, mirándolo desde fuera, pueden aplaudir la cuarentena masiva.

Pero en realidad, no es mejor que la respuesta habitual de salud pública de aislar casos y contactos con personas potencialmente de alto riesgo.

Ir más allá para aislar a aquellos que tienen algún riesgo teórico de enfermedad puede calmar el miedo público y proporcionar la ilusión de intervención, pero no puede considerarse una práctica basada en la evidencia.

ciudadanos chinos hacen largas filas para comprar remedios y mascarillas.
GETTY IMAGES – En medio de la cuarentena, ciudadanos chinos hacen largas filas para comprar remedios y mascarillas.

Primero, el argumento a favor de la cuarentena masiva se basa en la peligrosa suposición de que el riesgo de infección de una persona es el mismo que el de otra, simplemente porque viven en la misma región.

Sabemos que este no es el caso, particularmente en una etapa temprana de un brote, y que hay grupos de mayor riesgo que pueden ser identificados y dirigidos primero antes de considerar estrategias radicales que interfieren con las actividades habituales.

De hecho, cualquier impedimento para las funciones cotidianas de la asistencia sanitaria y otras infraestructuras puede ser un gran problema para el control de enfermedades.

La localización de contactos, la vigilancia de enfermedades, la educación pública y la administración de equipos de protección, medicamentos o vacunas, se basan en una comunicación efectiva con hospitales, atención primaria, laboratorios y otras instituciones, como escuelas u hogares de ancianos.

Descender a un escenario de apocalipsis zombie no ayuda en la coordinación operativa de las actividades complejas entre instituciones de salud pública.

personas en el supermercado con mascarillas, lentes y guantes para evitar el contagio.
GETTY IMAGES – En China, las personas acuden a los supermercados con mascarillas, lentes y guantes para evitar el contagio.

En segundo lugar, una respuesta de salud pública china debe proteger a los que están dentro de la región afectada y a los que están fuera de ella. La posición actual ignora flagrantemente los derechos de las personas sanas en Wuhan y sus alrededores.

Si asumimos que todos los casos registrados actualmente están dentro de la ciudad de Wuhan (de aproximadamente 11 millones) y no en la región en general, entonces podemos estimar conservadoramente que más del 99,9% de los habitantes del lugar no están contagiados.

Si bien la transmisión de persona a persona parece estar ocurriendo, los informes preliminares no sugieren que esta sea una enfermedad particularmente infecciosa.

Para cada caso, la OMS estima que otras 1,4 a 2,5 (o un promedio de dos) más personas están infectadas. Para poner esto en perspectiva, para el sarampión, se estima que 12 a 18 personas se infectarán de un solo caso.

Por lo tanto, la gran mayoría de la población atrapada en la región no se encuentra mal y es poco probable que se infecte con una respuesta adecuada de salud pública.

paciente con coronavirus
GETTY IMAGES – Quienes se contagiaron con el coronavirus están siendo tratados aisladamente.

Tal bloqueo geográfico de esta magnitud no solo es superfluo, sino que también introduce nuevos problemas de salud. La primera semana de cuarentena ha resultado en hospitales abarrotados, escasez de alimentos y la economía local estancada.

En medio de tal caos, incluso los chinos lucharán para evitar que los desertores huyan. Además, no está claro cuándo sería posible levantar tal bloqueo.

Un precio alto a pagar

Con los casos que aumentan día a día, la cuarentena parece que está aquí para quedarse, pero las crecientes presiones económicas y sociales serán importantes para quienes tomen decisiones.

Seguramente los miles de millones que la cuarentena le está costando a la economía china se utilizarían mejor para desarrollar nuevas tecnologías diagnósticas, preventivas o terapéuticas para el virus.

Una cuarentena de esta escala creará más problemas de los que resuelve. Otros países deben tener cuidado de no imitar apresuradamente a los chinos si se les da la oportunidad.

“El periodismo se redescubre a diario”

30 enero 2020 –

Foto: Canal Caracol –

Por: Prensa CPB.

“Los periodistas, para entregar su información, buscan cada día nuevos recursos, se redescubren a diario y se nota el interés por llevar al medio de comunicación a la calle, por conocer nuevas voces, nuevos personajes y nuevos pensamientos”, dijo la periodista y presentadora de televisión María Lucía Fernández, integrante del jurado del Premio CPB 2020.
“Después de analizar los 1.055 trabajos presentados considero que el periodismo se estructura cada vez más. Hay un gran afán por los buenos cubrimientos noticiosos. Fue difícil la elección de los ganadores en las once categorías. Es una de las experiencias más placenteras que he tenido en mi vida profesional”, agregó.
“El periodismo va en el camino de llevar, cada vez más, a los medios de comunicación a la calle. Creo que es una fortaleza y se revive ese espíritu inicial de darles voz los que no tienen voz, hacer interesantes debates, caminar tras la información, descubrir a nuevos personajes. Son periodistas que buscan la noticia y no que la noticia les llegue. Así se vislumbra el camino hacia donde tiene que encaminarse ahora el Periodismo”, explicó.
“Hay temas que desde luego son muy sensibles, como las injusticias sociales, la minería ilegal, todo lo relacionado con el medio ambiente y muchos más, pero también hay un trabajo proactivo en otros temas. Me llamó poderosamente la atención, por ejemplo, el recurso de las nuevas plataformas como el Podcast y también la tendencia que han tenido los periodistas de condensar historias a través de los libros, temas que no necesariamente se pueden contar en los medios tradicionales como la prensa, la radio y la televisión. Se ha encontrado en el libro y la literatura nuevas formas de hacer Periodismo”, manifestó.
Los ganadores en las once categorías de los Premios de Periodismo del Círculo de Periodistas de Bogotá se darán a conocer el próximo viernes 7 de febrero en La Noche de los Mejores, en ceremonia que será llevado a cabo en el Teatro Cafam, con la producción de Caracol Televisión y la transmisión en vivo del Canal Capital.
María Lucía Fernández nació en Bogotá, donde cursó estudios de Comunicación Social en la Universidad Javeriana. Ejerció el periodismo en Panorama, QAP y en 1995 ingresó a Caracol para presentar el Noticiero de las 7:30 p.m. Desde 2011 es co presentadora del programa Séptimo Día y durante 2018 llevó a los televidentes la sección Código Caracol.
Hizo parte de la mesa central de Caracol Radio con Darío Arizmendi. Es la presentadora de la emisión central del Noticiero Caracol.
Se ha destacado como presentadora de Noticias Caracol, no solo por su amplia trayectoria en este noticiero (desde que fue creado en 1995), sino por sus entrevistas a reconocidos personajes de la política y la vida pública colombiana.
Por su trabajo como presentadora de televisión recibió el Premio India Catalina.

Las nuevas amenazas al periodismo vienen de los gobiernos

30 enero 2020 –

Tomado de: The New York Times –

Las acusaciones contra Julian Assange en Estados Unidos y contra Glenn Greenwald en Brasil pueden ser el modelo para una ofensiva global contra la libertad de prensa.

Cuando Julian Assange, fundador de WikiLeaks, fue acusado el año pasado por el gobierno de Donald Trump por la publicación de documentos secretos del gobierno estadounidense casi una década antes, muchos periodistas manifestaron una profunda preocupación por el peligroso precedente que el caso podría sentar para el periodismo de investigación en Estados Unidos.

Sin embargo, pocos parecieron considerar que el caso también podría servir como ejemplo para otras naciones dispuestas a frenar la libertad de prensa.

El martes 21 de enero, Glenn Greenwald —un periodista estadounidense que reside y trabaja en Brasil—, fue acusado de cometer delitos cibernéticos por una serie de reportajes en los que se publicaron mensajes privados entre funcionarios brasileños que revelaron corrupción y abusos en los más altos niveles del gobierno de Brasil. Los fiscales brasileños que presentaron la demanda penal afirmaron que Greenwald formaba parte de una organización delictuosa que intervenía los teléfonos celulares de funcionarios gubernamentales. El periodista ha negado los cargos (una aclaración: Greenwald es cofundador de The Intercept, donde trabajo como reportero; yo también dirijo el Fondo para la Defensa de la Libertad de Prensa First Look, que es parte de la organización sin fines de lucro de la que forma parte The Intercept).

El caso contra Greenwald es siniestramente similar al caso contra Assange del gobierno de Trump. En abril de 2019, el Departamento de Justicia de Estados Unidos acusó a Assange de ayudar a una fuente —Chelsea Manning, exanalista de inteligencia del ejército—, a obtener acceso a la base de datos computarizada del ejército estadounidense. En mayo de 2019, los cargos en su contra se ampliaron y fue acusado formalmente conforme a la Ley de Espionaje por la publicación en WikiLeaks de documentos militares y diplomáticos del país.

Ambos casos se basan en parte en un nuevo concepto procesal que consiste en que se puede probar que el periodismo es un delito centrándose en las interacciones entre los periodistas y sus fuentes. Ahora los fiscales están analizando los procesos mediante los cuales las fuentes obtienen información clasificada o privada, que luego les entregan a los periodistas. Dado que actualmente dichas interacciones son principalmente electrónicas, los fiscales buscan penalizar al periodismo recurriendo a leyes antihackeo para implicar a los reporteros en la presunta actividad delictiva de sus fuentes al obtener acceso, sin autorización, a datos en computadoras o celulares.

Esta estrategia frontal da al gobierno una enorme ventaja sobre los periodistas y, en Estados Unidos, proporciona una manera de evadir las preocupaciones relacionadas con la Primera Enmienda. Si estos casos se vuelven modelos para los fiscales en Estados Unidos y otras naciones los copian, casi todo periodista de investigación acabará siendo susceptible de ser acusado y encarcelado.

Tanto el gobierno de Trump como el de Jair Bolsonaro, el presidente de Brasil, parecen haber decidido experimentar con esas tácticas draconianas contra la prensa poniéndolas a prueba con figuras que les resultan molestas.

De hecho, en el momento de su acusación formal el año pasado, ya había un debate dentro de los medios sobre si debería considerarse periodista a Assange.

En 2010, cuando WikiLeaks comenzó a publicar las filtraciones importantes de los documentos del gobierno estadounidense obtenidos de Manning, Assange surgió de manera repentina como un nuevo actor en el paisaje periodístico moderno. Bajo su liderazgo, WikiLeaks publicó los documentos filtrados, además de compartir muchos de ellos con otras importantes organizaciones noticiosas, entre ellas The New York Times.

Además de publicarlos, Assange fungió como intermediario entre las fuentes y los periodistas, lo cual dificultó poder definir su labor periodística. Su participación posterior en el caso entre Trump y Rusia —en 2016, WikiLeaks obtuvo e hizo públicos correos electrónicos, así como otros documentos de la campaña presidencial de Hillary Clinton y el Comité Nacional Demócrata, de un hacker que se creía que estaba relacionado con la inteligencia rusa— lo transformó en un personaje aún más incendiario con poco apoyo público (los cargos federales contra Assange no se relacionan con su participación en la campaña de 2016).

Greenwald se ufana de ser un personaje polémico y desdeñoso de los medios establecidos y, de hecho, hemos tenido enfrentamientos públicos en relación con nuestras posturas divergentes sobre el caso de Trump y Rusia. Sin embargo, también es un periodista apasionado que sobresalió en 2013 por su cobertura ganadora del Pulitzer de una enorme cantidad de documentos de la Agencia de Seguridad Nacional estadounidense que fueron filtrados por Edward Snowden, excontratista de ese organismo.

El año pasado, Greenwald consiguió otra filtración importante, los mensajes privados de funcionarios del gobierno brasileño en relación con un importante caso de corrupción que condujo a la sentencia del expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva.

El reportaje de Greenwald reveló que la investigación que produjo la sentencia del exmandatario estuvo fuertemente politizada y plagada de corrupción. Los reportajes fueron incendiarios en Brasil y, en última instancia, ayudaron a que Da Silva fuera puesto en libertad en noviembre.

Sin embargo, la labor periodística de Greenwald enfureció a Bolsonaro, quien meses antes de que se presentara la denuncia del 21 de enero ya lo había amenazado.

En una entrevista que le hice el jueves 23 de enero, Greenwald aceptó que hay paralelos entre su caso y el de Assange y agregó que no cree que Bolsonaro habría actuado en contra de un periodista estadounidense de haber pensado que el presidente Donald Trump se opondría.

El Departamento de Estado estadounidense no ha emitido ninguna declaración sobre el caso de Brasil contra Greenwald, lo cual en gobiernos pasados habría sido una práctica habitual.

“Esto se trata de actuar contra los reporteros que están publicando información que es vergonzosa y no es como el 90 por ciento de las filtraciones que salen de Washington y que son filtraciones oficiales diseñadas para apoyar a la gente en el poder”, dijo Joshua Dratel, abogado de defensa penal en Nueva York que ha representado a informantes importantes y que también representó a WikiLeaks en una demanda civil en su contra presentada por el Comité Nacional Demócrata.

De hecho, la retórica y las acciones de Trump contra la prensa han alentado a regímenes autoritarios de todo el mundo a procesar y encarcelar a los periodistas, así como a imponer nuevas leyes contra la prensa y otras medidas diseñadas para restringir la cobertura negativa.

Joel Simon, director ejecutivo del Comité para la Protección de los Periodistas, dijo en una entrevista que una de las tácticas más recientes que se están diseminando por todo el mundo es la creación de leyes contra las “noticias falsas”, cuya definición es vaga, y que criminalizan las noticias que a los funcionarios gubernamentales les parecen equivocadas. “Noticias falsas” es, por supuesto, una frase que Trump ha ayudado a popularizar.

“Esta semana Catar acaba de promulgar una ley contra las noticias falsas”, comentó Simon, y advirtió que Singapur también tiene una. “Estas leyes contra las noticias falsas están totalmente correlacionadas con el gobierno de Trump”.

La prueba más trágica de que Trump está permitiendo la mano dura contra la prensa ha sido su fracaso en hacer rendir cuentas al líder de Arabia Saudita, el príncipe heredero Mohamed bin Salmán, por el brutal asesinato en 2018 de Jamal Khashoggi, periodista de The Washington Post. “El gobierno de Trump ha encubierto el asesinato de Khashoggi”, afirmó Simon.

Aunque, según Simon, los gobiernos de Bush y Obama fueron “inconsistentes” en cuestiones relacionadas con la prensa, “estaban dispuestos a debatir preocupaciones en torno a la libertad de expresión con otro país en el marco de la relación bilateral. Eso ya no existe con Trump”.

Será trágico si los periodistas se encogen de hombros ante el ataque contra Greenwald y no ven este caso con todas sus implicaciones: que los ataques contra la prensa como los de Trump se están diseminando como un virus por todo el planeta.

Para el Papa, las falsas noticias “despojan al hombre de la dignidad”

30 enero 2020 –

Tomado de: La Croix –

El Vaticano desveló, el viernes 24 de enero, el mensaje del papa Francisco para la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, celebrada ese mismo día.

“La humanidad se merece relatos que estén a su altura”, afirma el Papa en su mensaje, que denuncia firmemente los “chismes y habladurías” que “narcotizan”.

Cada año, los periodistas y comunicadores (así como los sordomudos) celebran el 24 de enero el día de “su” santo patrón, San Francisco de Sales. La fecha fue elegida para ser la Jornada de las Comunicaciones Sociales. Los Papas sucesivos mantuvieron la tradición de publicar un mensaje para esta jornada.

“El hombre es un ser narrador”, afirma el papa Francisco en su mensaje para la edición 2020 de la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales. “Desde la infancia tenemos hambre de historias”, prosigue en este documento de unos veinte párrafos, porque estas “nos enseñan; plasman nuestras convicciones y nuestros comportamientos; nos pueden ayudar a entender y a decir quiénes somos”, a encontrar “motivaciones heroicas para enfrentar los retos de la vida”.

La Sagrada Escritura, “Historia de historias”

Sin embargo, a pesar de que “necesitamos respirar la verdad de las buenas historias”, “nuestro relato se ve amenazado: en la historia serpentea el mal”, escribe el Papa, y “casi no nos damos cuenta de cómo nos volvemos ávidos de chismes y habladurías; de cuánta violencia y falsedad consumimos”. Mediante estos relatos basados en una “falsificación” que “alcanza niveles exponenciales”, y “falsamente persuasivos”, “se despoja al hombre de la dignidad”, acusa gravemente el Papa, que considera que estos relatos “narcotizan”.

Es necesario “crear relatos bellos, verdaderos y buenos […] que saquen a la luz la verdad de lo que somos, incluso en la heroicidad ignorada de la vida cotidiana”. Y para ello, el Papa invita a basarse en la Sagrada Escritura, “Historia de historias”. La Biblia, asegura, es “la gran historia de amor entre Dios y la humanidad” que “se transmite sobre todo contando, de generación en generación”.

Dejar siempre lugar a la redención

Para Francisco, “el Dios de la vida se comunica contando la vida”. Es más, “en la historia de cada hombre, el Padre vuelve a ver la historia de su Hijo que bajó a la tierra”. Así, “la humanidad se merece relatos que estén a su altura, a esa altura vertiginosa y fascinante”.

El mensaje, firmado por el Papa, invita por tanto a cada persona a “contarse al Señor”, para “entrar en su mirada de amor compasivo”. Del mismo modo, afirma, es necesario “aprender a dejar espacio a la redención”, “incluso cuando contamos el mal”. No se trata, por tanto, según el Papa, de seguir la “lógica del storytelling”, “sino de rememorar lo que somos a los ojos de Dios”.

La SIP condena arremetida de autoridades cubanas contra periodistas independientes

30 enero 2020 –

Tomado de: SIP –

La Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) condenó las recientes medidas represivas del gobierno de Cuba contra periodistas independientes que incluyen arrestos temporales, interrogatorios, amenazas de juicio, acoso, prohibición de viajar al extranjero, citaciones, interrogatorios y otro tipo de agresiones.

El presidente de la SIP, Christopher Barnes y el presidente de la Comisión de Libertad de Prensa e Información, Roberto Rock, expresaron su condena a la constante represión gubernamental que busca silenciar a «los valientes periodistas y medios independientes» en Cuba.

El 27 de enero se le prohibió salir del país al editor jefe del portal de noticias 14ymedio, Reinaldo Escobar. El periodista tenía previsto viajar a Colombia a donde fue invitado por una universidad a participar en una conferencia. Al solicitar una explicación, el oficial de Inmigración y Extranjería del aeropuerto lo conminó a visitar la estación de policía de su zona de residencia para conocer la razón del impedimento pese a no estar procesado, ni investigado por delito alguno, así como no tener multas pendientes ni antecedentes penales, según 14ymedio.

El año pasado también se le prohibió la salida del país a los reporteros Luz Escobar y Ricardo Fernández de 14ymedio; así como a Abraham Jiménez Enoa, de El Estornudo y a Boris González Arenas, Maykel González Vivero y Jorge Amado de otros medios independientes.

El 8 de enero la policía allanó la residencia de Iliana Hernández, colaboradora de CiberCuba, confiscó su computadora, un teléfono móvil, documentos, y acusó a la periodista de recibir bienes robados, delito castigado en el Código Penal con la privación de libertad de hasta un año, según denuncia del Comité para la Protección de los Periodistas. Pese a que Hernández presentó documentos que legitimaban la adquisición del equipo requisado este no le fue devuelto. Además, fue amenazada con aplicársele una multa por la difusión de «información contraria al interés social, la moral, las buenas costumbres y la integridad de las personas».

A mediados de enero la familia del periodista y abogado, Roberto de Jesús Quiñones Haces, condenado a un año de prisión y encarcelado desde septiembre pasado, denunció el deterioro de su salud.

Barnes, director general del diario jamaiquino The Gleaner y Rock, director del portal mexicano de noticias La Silla Rota, reiteraron la denuncia de la SIP sobre la represión en Cuba que se ampara en el marco jurídico de la Constitución, el Código Penal, así como en otras leyes y decretos que justifican las sanciones al ejercicio libre de las libertades de expresión y de prensa.

La SIP es una entidad sin fines de lucro dedicada a la defensa y promoción de la libertad de prensa y de expresión en las Américas. Está compuesta por más de 1.300 publicaciones del hemisferio occidental; y tiene sede en Miami, Florida, Estados Unidos.

Nuevo podcast de la SIP sobre los retos para el periodismo hispano en EE.UU.

30 enero 2020 –

Tomado de: SIP –

Los retos que encaran los periodistas hispanos en Estados Unidos ante las coberturas de temas complejos como el juicio político al presidente Donald Trump, el proceso electoral que culminará con las elecciones generales de noviembre, las noticias sobre Inmigración, Rusia, Irán, etc., son el enfoque de una nueva edición de la serie de podcasts «Periodismo bajo Riesgo» bajo la producción de la presidente de la Comisión de Internet de la SIP, Martha Ramos.

Este es el octavo programa de la serie iniciada por Ramos en marzo de 2019 que incluye temas como la violencia contra periodistas, los riesgos para periodistas mujeres, las misiones internacionales de la SIP y La Declaración de Salta. El nuevo podcast incluye entrevistas con la vicepresidente senior y gerente general de CNN en Español, Cynthia Hudson, el director de Noticias del canal internacional NTN24, Gustau Alegret y la directora de programas del Fondo para Periodismo de Investigación en Washington DC, Ana Arana.

Martha Ramos es editora general editorial de Organización Editorial Mexicana (OEM), una de las principales editoriales de periódicos de América Latina.

El programa de 27 minutos de duración es co-presentado por el periodista mexicano Alejando Jiménez. Puede accederse aquí.

La serie «Periodismo bajo Riesgo» está dirigida a acrecentar la preocupación pública por temas relevantes para la libertad de prensa en el hemisferio occidental que, a menudo, reciben poca cobertura en los medios de comunicación. La iniciativa cuenta co el respaldo del vicepresidente ejecutivo de OEM, Francisco Torres Vázquez.

Los socios de la SIP pueden reproducir este trabajo en el sitio web de la SIP en SoundCloud o desde estas otras plataformas:

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