Bogotá quiere pasar del enterramiento a la incineración de basuras

Foto: Mauricio León.

Por primera vez en la historia de Bogotá, la Alcaldía Mayor está pensando en empezar a dejar atrás el modelo de enterramiento de basuras para entrar en el de incineración de parte de los residuos sólidos que produce la ciudad y que hoy se estiman en 6.368 toneladas diarias.

Tomado de: El Tiempo.


Ese modelo, que contaría inicialmente con cuatro plantas de incineración ubicadas en el relleno sanitario Doña Juana y en el norte, occidente y sur de la ciudad, estaría atado a un componente fuerte de reciclaje en la fuente.

La alternativa surgió de un estudio del Banco Mundial, en el marco de la búsqueda de opciones para ampliar la capacidad del relleno sanitario, que hoy tiene licencia ambiental para enterrar (disponer) basuras hasta el 2024. La construcción e instalación de las plantas hace parte de las propuestas del Plan de Ordenamiento Territorial (POT) que está en estudio.

Según la directora de la Unidad Administrativa Especial de Servicios Públicos (Uaesp), Beatriz Elena Cárdenas, lo que concluye el estudio del Banco Mundial es que Bogotá puede apostarle a que parte de los residuos que llegan al relleno se pueden utilizar para incinerarlos y generar energía.

El Distrito quiere aprovechar el decreto 2412 que expidió en diciembre del 2018 el Ministerio de Vivienda, que autoriza el pago de un componente de aprovechamiento de residuos en la tarifa. «Esto genera recursos para que podamos financiar este tipo de proyectos», dijo la directora de la Uaesp.

Los estudios concluyen, según la entidad, que la planta más viable para comenzar con la incineración de las basuras es la del relleno. Por eso es la primera que propone construir para que opere en combinación con la rehabilitación de la zona de Doña Juana donde se presentó un deslizamiento en 1997.

Ese sector no se ha utilizado desde la emergencia y un estudio contratado por la (Uaesp) determinó que se puede usar construyendo muros o diques de contención y adecuándolo para recibir residuos. Es de ahí que sale la proyección de que Doña Juana podría seguir usándose 37 años adicionales después del 2024.

La administración ya decidió que utilizará esos terrenos, que son unas 120 hectáreas. “Lo que queremos hacer en esta administración es dejar construidos estos muros de contención.

Ya tenemos el estudio, ya estamos haciendo los diseños y creemos que aproximadamente en dos o tres meses iniciamos esta construcción”, explicó Cárdenas.

Además de los muros, está previsto cubrir ese terreno con arcilla adicional, hacer los ductos por donde va el lixiviado (líquido contaminante de la basura) hacia los fondajes y hacia la planta y los ductos para el gas. Adecuar el terreno “es lo más importante de la obra, para que no vuelva a ocurrir lo que pasó en años anteriores”, explicó Cárdenas.

Ya está en marcha la alternativa de la incineración

La rehabilitación de la zona del derrumbe y la estructuración del esquema de incineración se están haciendo de manera paralela. “Lo que nosotros vamos a hacer es una convocatoria pública para todos aquellos que tengan proyectos sobre incineración u otro tipo de proyectos. Analizamos su viabilidad y ya procederemos a hacer o una licitación pública para hacer una concesión, una asociación público privada u otra alternativa que nos de la ley”, explicó Cárdenas.

El propósito del actual gobierno de la ciudad es dejar estructurado el proyecto de la incineración de residuos para que la nueva administración lo haga realidad al interior del relleno y en las zonas que quedan habilitadas por POT en Bogotá.

Todavía no se ha definido cuántas toneladas deberá incinerar cada una de las cuatro plantas, porque el tema depende de las propuestas que se hagan y de su cierre financiero.

Cárdenas aseguró que apostarle a plantas de incineración es un avance en el manejo y tratamiento de las basuras que resultará positivo para la ciudad y el país y que ya ha sido probado en España, Francia, Suecia y el Reino Unido.

Para utilizar el antiguo terreno del deslizamiento y construir las plantas, el Distrito necesitará licencias ambientales. La Uaesp espera iniciar el trámite en unos dos meses, para el caso de los muros y dejar avanzado el tema de la incineración, pero asegura que ha está hablando con la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (ANLA) para exponer el proyecto.

¿En qué está hoy el relleno sanitario Doña Juana?

El estudio de optimización de Doña Juana Contratado por la Uaesp evaluó 172 hectáreas y según la entidad encontró que hay una capacidad estimada para recibir 91’580.000 toneladas de residuos, si se estima una disposición diaria de 6.700 toneladas. De ahí sale la cifra de los 37 años de vida útil adicional de los que habla la administración.

La composición de los residuos que llegan hoy al relleno es de 51,32 por ciento de materia orgánica, 16,88 por ciento de plástico, 13,67 por ciento de cartón y papel, 4,54 por ciento de textiles y 13,59 por ciento de otros materiales.

Con base en esta composición es que la administración considera que es viable que la ciudad le apuesta a fortalecer el reciclaje, para que menos basura tenga que ser enterrada, y así aumente la vida útil de Doña Juana, que de todas formas deberá seguir operando porque en la alternativa de la incineración también hay que disponer de un sitio para llevar las cenizas.

Actualmente, en la zona permitida por la licencia ambiental que está vigente se ha trabajado en las coberturas con arcilla y manos sintéticos para reducir los olores y proliferación de moscas y otros vectores que molestan a los vecinos de Doña Juana y se avanza en la solución al tratamiento óptimo de los lixiviados.

Este es uno de los mayores problemas que ha enfrentado el relleno sanitario Doña Juana en los últimos ocho años, y se ha puesto en evidencia por la protesta constante de los vecinos debido la proliferación de malos olores, moscas y otros vectores, producidos por el deficiente tratamiento de los lixiviados.

Actualmente, la planta de tratamiento de lixiviados – PTL del relleno funciona 24 horas al día, siete días a la semana y los 365 días del año, su operación es continua e ininterrumpida.

Sin embargo, la información oficial de la Uaesp indica que los análisis de laboratorio muestran que se cumple entre un 65% a un 75% con la remoción de los parámetros establecidos en la normatividad ambiental vigente.

Para cumplir con el 100% de los parámetros se requiere implementar tecnologías adicionales (tratamientos terciarios) es decir, optimizar el sistema y ese es el proyecto de las cuatro fases.

“Nosotros vamos a dejar una nueva planta de lixiviados que tiene cuatro fases. En el mes de junio tendremos la fase I de la planta y en agosto o septiembre la fase II. Las dos fases restantes van para el año 2020”, anunció Cárdenas.

La plata para financiar las cuatro fases de la planta de tratamiento de los lixiviados sale de la tarifa de los usuarios, pero no habrá aumento de tarifa porque actualmente ese componente ya está incluido en lo que pagan los bogotanos.