Colombia adulterada: una serie web que hace la radiografía de un flagelo
La serie web que ya está disponible, y que presenta Mario Duarte, relata cómo funcionan las redes criminales detrás de un negocio que genera casi tantas utilidades como la droga.
Conducida por Mario Duarte, ideada por Daniel Samper Ospina y dirigida por Álvaro Perea, la más reciente creación de Productora Semana relata cómo funcionan esas redes criminales que generan casi tantas utilidades como la droga e información nunca antes revelada sobre esa industria mortal. La Policía Fiscal y Aduanera entrega sus testimonios, como también lo hacen expertos en el tema, personas involucradas en el ciclo de la adulteración y personajes como Antanas Mockus, Ricardo Silva, Santiago Moure y Claudia López, entre otros. La serie de cinco capítulos puede verse en internet por medio de la página www.colombiaadulterada.com.
(RV).- La mañana de este viernes, 16 de diciembre de 2016, el Papa Francisco recibió en audiencia en el Palacio Apostólico Vaticano al Presidente de la República de Colombia, el Sr. Juan Manuel Santos Calderón, que a continuación encontró a Su Eminencia Rev.ma el Cardenal Pietro Parolin, Secretario de Estado, a quien acompañaba su Excelencia Rev.ma el Arzobispo Paul Richard Gallagher, Secretario para las Relaciones con los Estados.
Las conversaciones se llevaron a cabo en un ambiente de gran cordialidad, confirmando las buenas relaciones existentes entre la Santa Sede y Colombia. Así mismo, se ha expresado reconocimiento por el apoyo del Papa al proceso de paz, así como la esperanza de que dicha paz sea estable y duradera. En ese sentido, se ha puesto de relieve la importancia del encuentro y de la unidad entre las fuerzas políticas colombianas y del compromiso de las FARC-EP, mientras la Iglesia local podrá continuar ofreciendo su contribución a favor de la reconciliación nacional y de la educación al perdón y a la concordia. También se han abordado algunas cuestiones relacionadas con la actualidad regional.
El Santo Padre se encontró seguidamente con Su Excelencia el senador Álvaro Uribe Vélez, primero en audiencia privada y luego junto con el presidente Santos. El Papa habló de la “cultura del encuentro” y señaló la importancia de un diálogo sincero entre todos los actores de la sociedad colombiana en este momento histórico.
El papa Francisco celebró el sábado sus 80 años deseándose una vejez tranquila, fecunda y feliz, sin mostrarse dispuesto a moderar su pontificado reformador.
«Desde hace unos días me viene en mente una palabra que parece fea: vejez. Por lo menos asusta (…). La vejez es sed de sabiduría», declaró el papa al concluir una misa con motivo de su cumpleaños ante unos sesenta cardenales en una capilla de los palacios pontificales.
«Rezad para que la mía sea así: tranquila, religiosa, fecunda. Y también alegre, gracias», pidió.
Antes de la misa, Francisco desayunó pasteles argentinos con ocho personas sin hogar. También envió pasteles para que se repartieran en numerosos comedores sociales de Roma y pequeños regalos para los huéspedes de los centros de acogida de la ciudad, anunció el Vaticano.
Por su cumpleaños, el papa recibió cerca de 50.000 mensajes de todo el mundo, principalmente a través de las direcciones de correo electrónico abiertas especialmente por el Vaticano en ocho idiomas.
El nuevo jefe de gobierno italiano, Paolo Gentiloni, le deseó feliz cumpleaños en Twitter de parte de una Italia «agradecida al Santo Padre por la fuerza inspiradora de su mensaje y de su ejemplo».
Según la prensa, el papa emérito Benedicto XVI también dedicó unas palabras por escrito a su sucesor.
«La oficina del papa está llena de dibujos de niños de todo el mundo para celebrar su cumpleaños», tuiteó Antonio Spadaro, un teólogo jesuita próximo al pontífice argentino, junto a imágenes de dibujos donde se ve al papa sonriendo con la Tierra en la cabeza o rodeado de niños y globos.
Excepto la misa con los cardenales, el papa no ha previsto nada especial para su aniversario, aseguró el Vaticano, añadiendo que la jornada sería «normal, llena de obligaciones».
‘Sigo adelante’
El papa celebró una audiencia con la presidenta maltesa, Marie-Louise Coleiro Preca, varios prelados y miembros de Nomadelfia, una comunidad de laicos que intenta vivir como los primeros cristianos. Estos últimos entonaron un «Feliz Cumpleaños» en italiano a su llegada.
Alérgico a las vacaciones, el primer papa americano de la historia no parece dispuesto a dejar que su edad interfiera en su agenda, repleta de ceremonias religiosas, audiencias, baños de multitudes y viajes.
Pese a ser hogareño, ya ha viajado en 17 ocasiones al extranjero en sus casi cuatro años de pontificado. El Vaticano confirmó el sábado que el 12 y 13 de mayo visitaría Portugal con motivo del centenario de las apariciones de la Virgen. También ha previsto en 2017 un viaje a India y Bangladés y quizá otro a África.
El pontífice continúa con su obra de transformación de la Iglesia, que él desea que sea acompañada con misericordia para los católicos en situación irregular, sin cuestionar el mensaje y los dogmas de la institución. Su nuevo tono ha seducido al público en general y molestado al ala más conservadora de la Iglesia católica.
Además, continúa con su misión de reestructurar la economía de la Santa Sede, comenzada con Benedicto XVI con, por ejemplo, el cierre de cuentas irregulares en el banco del Vaticano, acusado durante mucho tiempo de blanquear dinero.
A pesar de la resistencia que generó, se rodeó de ocho cardenales para ayudarle a completar una reforma que la Curia, el gobierno del Vaticano, ha sembrado de obstáculos.
Pese a sus problemas de cadera, no evoca en ningún momento la idea de dimitir, en caso de que su energía lo abandone, como tuvo la audacia de hacer su predecesor, Benedicto XVI (89 años).
«Sigo adelante», lanzó este verano, enterrando unas melancólicas declaraciones de 2015: «Tengo la sensación de que mi pontificado será breve, de cuatro o cinco años».
Autoridades de los dos países decidieron dejar pasar para evitar tumultos.
Un fenómeno atípico se presentó este sábado en el puente internacional Simón Bolívar, que comunica a Villa del Rosario con San Antonio del Táchira, y en el puente Francisco de Paula Santander, que comunica a Cúcuta con Ureña.
Un grupo de personas se agolpó en la frontera para exigir la reapertura y ante la insistente petición de la población, autoridades colombianas y venezolanas decidieron dejar pasar a las personas en grupos de 50.
Esto se da, luego de que el presidente de Venezuela Nicolás Maduro anunciara una prórroga en el cierre de la frontera por 72 horas más para controlar, según informó en medios venezolanos, el contrabando y el tráfico de bolívares.
Para el alcalde de Ureña, Alejandro García, esto no es raro «está pasando la gente normalmente para Cúcuta sin ningún problema, no ha habido ninguna alteración. Un grupo de 50 personas estaba protestando y no más».
Cabe resaltar que en días anteriores, el mandatario de los venezolanos prohibió el uso de billetes de 100 bolívares, lo que agravó la situación económica en el vecino país, pues al desabastecimiento se suma la escasez de efectivo.
En Norte de Santander, los empresarios, líderes políticos, gobernador y alcalde de Cúcuta se reúnen para pedir una frontera abierta, pero con respeto y condiciones claras. Esperan que el martes, tras una posible visita del presidente Juan Manuel Santos, puedan aclarar mejor esta situación.
En un hecho histórico el Presidente Juan Manuel Santos recibió este sábado la Lámpara de la Paz, que fue entregada en la Basílica Papal de San Francisco de Asís por su esfuerzos inquebrantables en pos de la paz y la reconciliación en Colombia.
Al recibir la Lámpara de la Paz hoy, el Presidente Juan Manuel Santos dijo que lo hace “en nombre de quienes en Colombia murieron por la paz; en nombre de las millones de víctimas que hoy tienen la esperanza de ver cumplidos sus derechos: en nombre de quienes, habiendo hecho la guerra, están dispuestos a ser constructores de una Nueva Sociedad signada por la convivencia”. “Sé que esta Lámpara me convierte en “Embajador Mundial de la Paz” y la entiendo como un símbolo que me compromete aún más –como persona y como católico– a trabajar por la paz y la reconciliación en mi país y en el mundo”, indicó.Así mismo, el Jefe del Estado sostuvo que también reciben la Lámpara de la Paz en nombre de “de los niños que crecen y nacen ahora en mi país, porque ellos vivirán su niñez y juventud en la paz que por décadas nos negamos a nosotros mismos”.
Al referirse a la disposición del Santo Francisco para hallar caminos de encuentro, el Presidente afirmó que eso fue lo que se hizo con las Farc.
“Los reconocimos como adversarios y –entendiendo que cada parte representa posiciones ideológicas opuestas– logramos, tras años de arduas negociaciones, el acuerdo de paz que ha puesto fin a una guerra interna de más de medio siglo”, señaló en su intervención en la emblemática Basílica.
Igualmente, el Mandatario invocó la influencia del Santo Francisco para que “nos siga inspirando para que esa paz que firmamos la podamos implementar y volver realidad en cada ciudad, en cada pueblo, en cada vereda, en cada familia de Colombia”.
El Presidente agradeció al “Santo Padre por su bendición al nuevo acuerdo y por su respaldo a su rápida implementación” y puso de presente que el máximo jerarca católico hoy cumple 80 años.
En ese orden de ideas trajo a colación la frase del Sumo Pontífice según la cual “La larga noche de dolor y violencia –con la voluntad de todos los colombianos– se puede transformar en un día sin ocaso, de concordia, justicia, fraternidad y amor”.
“Con emoción, hoy podemos afirmar desde Asís: ¡El “Día sin ocaso” ha llegado a Colombia, concluyó el Presidente Santos.
Se trata del ‘Lámpara de la paz de San Francisco de Asís’, el llamado nobel de los católicos.
“He querido ser instrumento de paz” para Colombia, dijo el presidente Santos al recibir el premio en la basílica Superior de San Francisco de Asís, en Italia, este sábado, de acuerdo con AFP.
Luego, el mandatario de los colombianos dedicó la condecoración a las víctimas y a quienes “habiendo hecho la guerra están dispuesto a ser constructores de una nueva sociedad signada por la convivencia”, como lo hizo el fin de semana pasado en Oslo al recibir el Nobel de la Paz, recordó la agencia.
Santos agregó un agradecimiento a quienes lo han ayudado en la búsqueda de un acuerdo con las Farc para pone fin a más de 50 años de conflicto. “Muchos de los que me acompañaron en esta tarea fueron también ‘instrumentos de paz’. ¡Qué mayor privilegio en esta vida!”, dijo el Presidente y expresó que sabe que este nuevo galardón lo convierte en un “embajador de la paz”:
Sé que la lámpara me convierte en el ‘embajador mundial de la paz’ y la entiendo como un símbolo que me compromete aún más, como persona y como católico, a trabajar por la paz y la reconciliación en mi país y en el mundo […] Recibo este honor y la misión que él contiene en nombre de quienes en Colombia murieron por la paz; en nombre de las millones de víctimas que hoy tienen la esperanza de ver cumplidos sus derechos […] Hoy solo pido a San Francisco de Asís que nos siga inspirando para que esa paz que firmamos la podamos implementar y volver realidad en cada ciudad, en cada pueblo, en cada vereda, en cada familia de Colombia”.
Cabe recordar que esta semana el mandatario también estuvo en el Vaticano, donde se reunió el viernes con el papa Francisco y el ex presidente colombiano Álvaro Uribe, jefe del partido opositor de los acuerdos de paz, en una inédita mediación del pontífice para que los dos políticos se unieran por la paz, pero que no habría dado resultados positivos.
Esto era lo que sucedía 99 días antes del asesinato del director de El Espectador. Septiembre 9 de 1986.
La decisión del presidente Virgilio Barco de promover un gobierno de partido, originó de entrada un tenso ambiente político con el conservatismo.
En la medida en que se fueron conociendo sus principales colaboradores, creció el malestar en las filas azules. En ese contexto, los analistas comenzaron a hablar del fin del modelo del Frente Nacional, que obligaba a los dos partidos tradicionales –Liberal y Conservador-, a compartir las posiciones de poder. Barco entró rompiendo con el esquema. Por eso, el 9 de septiembre de 1986, la prensa se ocupó de evaluar la inmovilidad política en qué podía caer el poder Ejecutivo en razón de la dura confrontación del conservatismo, y la dificultad que este mismo esquema iba a crear para darle continuidad al proceso de paz heredado de la administración de Belisario Betancur. Ese día, el dirigente liberal Ernesto Samper habló literalmente de una emboscada política contra el presidente Barco, según él, derivada de nombramientos y ejecutorias políticas.
Como ya era común en esos días, las páginas judiciales reseñaron el desmantelamiento de un nuevo laboratorio para procesar cocaína, esta vez en el municipio de Nechí (Antioquia). De igual modo, continuaban los ecos de la frustrada investigación contra los asesinos del Superintendente de Seguridad de Avianca, Carlos Arturo Luna. En el ámbito del orden público, el ataque del M – 19 al municipio de Inzá (Cauca), a nombre del batallón América, daba cuenta de la reciedumbre de la violencia armada.
Los últimos acontecimientos, dolorosos, sangrientos, amedrentadores y amenazantes, tienden a indicar que la situación de violencia de variada índole que padece el país no tiene, por lo menos a plazo inmediato, una solución definida ni definitiva. Las Fuerzas Armadas, en cumplimiento de deberes que nadie les desconoce como guardianes del orden interno y externo, combaten a las fuerzas que se han levantado en armas contra el orden legítimo constituido. Y estas, a su vez, combaten a las instituciones con sistemas que abominamos y censuramos
En estas acciones, con diferencias de todos conocidas, llevamos ya más de tres décadas de constante desangre que desgarra nuestros sentimientos en lo más profundo, porque, como lo dijo el maestro Luis López de Mesa ya hace muchos años, nos duele Colombia, nos sigue doliendo Colombia y mucho nos tememos que nos seguirá doliendo Colombia. Jamás en este periódico hemos dicho una palabra en apología del delito atroz de la subversión. Jamás lo diremos. Esto nos permite plantear —ante el amenazante futuro la inquietud a todos los colombianos, a quienes defendemos la democracia y la libertad y participamos en contiendas ideológicas sin tener siquiera una navaja para pelar naranjas— las discusiones para lograr una Colombia en donde la sangre de los compatriotas no corra para esterilizar su porvenir. Y a quienes utilizan otros medios de buena o de mala fe, con unos sistemas anticristianos y crueles para alcanzar sus objetivos, si no ha llegado la hora de buscar, fuera de las soluciones de fuerza —que el gobierno emplea en legítimo y obligatorio derecho defender la legitimidad del Estado de derecho y que emplea la supresión para modificar las situaciones colombianas—, soluciones políticas que acaso, por nuevas, encuentren senderos posibles para solucionar el interminable diferendo.
Soluciones políticas se han logrado en varias oportunidades. Y casos hubo donde alcanzaron mejores efectos que los de la guerra, declarada o no, entre dos Colombias que empuñaban las armas para combatirse la una contra la otra. Bajo el gobierno del doctor Alberto Lleras Camargo, valga el ejemplo, el país pudo volver a pescar de noche, como lo dijera el maestro Echandía. Pero comenzaron a trabajar las fuerzas subterráneas que volvieron a enfrentar el Estado de derecho con el estado de subversión. Y regresamos así al pasado violento y nos embarcamos en un futuro idéntico que llega hasta nuestros días. Hoy no estamos, ciertamente, mejor que hace treinta años, con la agravante de que el enfrentamiento de fuerzas encuentra estímulos extraños al mismo país con todos los gravísimos riesgos que esto implica.
¿Cuáles soluciones políticas sugeriría usted, “pontífice” que escribe pero que no soluciona? Repito que no soy el llamado a darlas, sino a pedirlas a quienes tienen de un lado y de otro los medios para formularlas, negociarlas, concretarlas y realizarlas. Estamos ya en plena campaña electoral para corporaciones públicas y para elegir nuevo presidente de la República. Y salvo el obvio respaldo que los partidos que están en el Gobierno le reiteran en declaraciones, que son una repetición interminable de otros tantos documentos de solidaridad para con la autoridad legitimada y de protesta por los actos abominables de cruenta violencia que realizan los subversivos, no conocemos realmente pronunciamientos de fondo ni de los precandidatos a la presidencia ni de los aspirantes a las corporaciones públicas donde se diga a los colombianos, a todos los colombianos, cuál sería el manejo que ellos le darían al más grave problema nacional de estos momentos en el caso de recibir el mandato claro o no tan claro para dirigir nuestros destinos.
Nosotros, honestamente, vemos que la situación de orden público no se inclina hacia una tendencia próxima a disminuir las tensiones que a todos nos afecta, y al decir todos incluimos tanto a quienes defendemos la democracia como la concebimos como para quienes la entienden de otra manera. Se nos dirá que estamos desenfocados al afirmar que hay síntomas de un agotamiento de la capacidad ciudadana para recibir informaciones, no solo periodísticas y no oficiales y hasta forzadas, como las suministradas por uno de los grupos subversivos a dos periodistas retenidos, secuestrados y como quiera llamarse el acto ocurrido a mediados de la semana, de tanta gravedad como la que a lo largo de este año nos ha conmocionado. Y que son una escuela de las del pasado y el antepasado. Un día el optimismo cunde; al siguiente el terror se derrama sobre el país. Vivimos entre la esperanza del fin de la violencia y el miedo a su aterrador renacimiento.
Entonces, ¿no ha llegado el momento de que —sin debilitar de manera alguna el Estado de derecho que la mayoría de los colombianos hemos escogido y elegido, y paralelamente a la acción preventiva y represiva, si fuese absolutamente necesaria— se busquen nuevas fórmulas ya que ni la preventiva ni la represiva han dado los resultados que la inmensa mayoría de los colombianos desean? Pero sobre todo, cuando dentro de un año habrá un cambio de gobierno en la Presidencia de la República, en las corporaciones públicas, ¿no sería hora que los aspirantes a ser protagonistas de ese cambio comenzarán a decirles a los colombianos cuáles son sus programas y hasta dónde puede llegar su poder para devolver a Colombia la paz que ha perdido en un interminable combate de más de treinta años? Es posible que si se va haciendo claridad, cuando llegue el momento de las decisiones democráticas, el país nacional encuentre más y mejores argumentos para participar decididamente en la gran batalla incruenta por la pacificación de Colombia.
Estos apuntes, es cierto, no tienen más importancia que la espontaneidad, la honestidad y casi que la desesperada intención con que se escriben. Bien pueden interpretarlos quienes quieran y de la manera que ellos les venga a bien hacerlo. Pero acaso sirvan para una meditación menos ligera que la de sindicarnos temerariamente a estar participando como “viajeros útiles” en alguna maniobra que de alguna manera pueda beneficiar a movimientos que incurren en actos subversivos y plantear situaciones que nos repugnan ideológica y moralmente.
Porque la verdad es que nos da miedo. Físico miedo de que entre escalada y escalada de la lucha cruenta, el país se descomponga, se desangre, caiga en el caos impredecible de la opresión. De las opresiones de cualquier índole. Y porque nos negamos a creer, aun en momentos tan complejos, difíciles, críticos, graves y hasta contradictorios, que no puedan existir salidas a este laberinto temible, distintas a las que durante más de tres décadas se han buscado sin hallarlas.
Foto:arriba,de izquierda a derecha,Belisario Zambrano y Guillermo Cano.
Abajo, de izquierda a derecha,Héctor Abad y Jorge Enrique Pulido.
En diálogo con este diario, Rey afirmó que si no se toman cartas en el asunto, o sea si la justicia no obra a tiempo, la impunidad podría llegar a ser del 90 por ciento, o más.
A Rey esta experiencia le pasó una cuenta de cobro. Al ponerle el punto final al texto del Centro Nacional deMemoria histórica, sintió que la obra le había salido por su espalda, pues allí se alojó un intenso dolor, que los médicos identificaron como herpes zóster.
“Cuando se asesina a un periodista se asesina a un ser humano, pero también a un representante de la sociedad”, afirmó el investigador. La razón es que las víctimas, y muchas veces los medios para los que laboraban, han sido silenciados por razón del oficio que desempeñaban, por desentrañar la verdad, por revelar casos de corrupción y por poner en la esfera pública la voz de las comunidades afectadas.
De lo arriesgado que resulta el ejercicio de este tipo de periodismo da cuenta la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP). De acuerdo con sus registros, entre 1987 y el 16 de septiembre de 2016, fueron asesinados y desaparecidos 508 periodistas en América Latina y Estados Unidos. Los muertos, en particular, fueron 483 y el 28 por ciento de los mismos eran colombianos.
Lo más grave es la manera como se “borra” a los periodistas “incómodos”para actores violentos como las guerrillas, los paramilitares, las bandas criminales, los parapolíticos, los narcotraficantes e inclusive para agentes del Estado.
Otros, y no son pocos, tienen esa forma de “muerte en vida” que es el miedo.
De acuerdo con la Fundación para la Defensa de la Libertad de Prensa (Flip), en lo corrido del presente año 232 periodistas han sido objeto de violaciones al libre ejercicio de su profesión. El método de intimidación por excelencia son las amenazas, con 83. Le siguen la obstrucción al trabajo periodístico (36) y las agresiones (34). También se ven estigmatizaciones, secuestros (4), tratos e inhumanos o degradantes y atentados contra la infraestructura. No faltan la detención ilegal y el desplazamiento.
Para el profesor Rey Beltrán, el colombiano es un periodismo amenazado. Tantas muertes, a lo largo de casi cuatro décadas, han producido un gran daño en las comunidades, los medios de comunicación, el país entero y la democracia.
Destaca, de igual manera, cómo el mayor impacto de esta violencia contra los periodistas recayó en periodistas humildes, que trabajaban en las regiones, inclusive para medios comunitarios.
En su concepto, varios fueron los perpetradores de esa violencia sistemática contra los periodistas y, agrega, estos actores ilegales tenían un proyecto intencionado para evitar que la verdad aflorara y fuera conocida por la comunidad.
Bien lo dijo Orlando Sierra Hernández, el asesinado subdirector del diario La Patria, de Manizales:“Tratar de silenciar o callar los medios de comunicación es un acto doblemente terrorista, porque es, al miedo, infundirle el silencio”.
No menos perverso considera el hecho de que en Colombia se tenga a más de un centenar de periodistas amenazados, que deben tener al lado escoltas para proteger sus vidas.
Una realidad terrible, para un país en el que, según el estudio, “hay apenas cuatro casos en los que se ha podido sentenciar a toda la cadena criminal, desde su determinador hasata quienes llevaron a cabo de manera material los crímenes”.
El presidente Juan Manuel Santos aseguró este sábado que «no se puede desfallecer» en el intento de implementar los acuerdos de paz firmados con las FARC, al recibir el premio «Lámpara de la Paz», que otorga la Orden de San Francisco de Asís.
Santos viajó a Asís para recibir en la basílica de San Francisco este galardón, que se otorga a quien se dedica a construir caminos de paz. El presidente declaró que ha querido ser un «instrumento de paz» para su país y que no «hay mayor privilegio en esta vida».
Agregó que San Francisco «nos siga inspirando para que esa paz que firmamos la podamos implementar y volver realidad en cada ciudad en cada pueblo, en cada vereda, en cada familia de Colombia».
«No se puede desfallecer y ahora más que nunca tiene valor la sabiduría de nuestra cultura latina que dice no avanzar es retroceder», exclamó.
El presidente recogió el premio y dedicó su nombramiento como «Embajador Mundial de Paz» a quienes en Colombia «murieron por la paz».
Lo recibió «en nombre de millones de víctimas que hoy tienen la esperanza de ver cumplidos sus derechos, en nombre de quienes, habiendo hecho la guerra están dispuestos a ser constructores de una nueva sociedad signada por la convivencia».
También «en nombre de los niños que crecen y nacen ahora en mi país, porque ellos vivirán su niñez y juventud en la paz que por décadas nos negamos a nosotros mismos», argumentó.
Al recibir la Lámpara, como la que ilumina la tumba de San
Francisco, Santos dijo que esto le compromete «aún mas – como persona y como católico – a trabajar por la paz y la reconciliación» tanto en su país como en el mundo.
Citó una de las escenas de los frescos de Giotto que decoran la basílica y que narran la vida de San Francisco, la referida a las conversaciones de paz entre el sultán musulmán y el santo de Asís.
Allí afirmó: «posiciones irreconciliables pueden encontrarse en una conversación civilizada, donde cada uno expresa sus argumentos y creencias».
«Ni el sultán perdió la voluntad de conversar, ni san Francisco la disposición a proponerles caminos de encuentros. Eso es lo que hicimos nosotros con la guerrilla de las FARC», aseguró.
Y agregó: «Les reconocimos como adversarios y – entendiendo que cada parte representa posiciones ideológicas opuestas – logramos tras años de arduas negociaciones, el acuerdo de paz que ha puesto fin a una guerra interna de más de medio siglo».
Citó al papa Francisco, del que dijo: «ha sido una voz permanente de aliento en esta tarea», al recordar que el papa pidió que «la larga noche de dolor y violencia con la voluntad de todos los colombianos se puede transformar en un día sin ocaso, de concordia y fraternidad y amor».
Y agradeció a Francisco, con quien se reunió ayer, «por su bendición al nuevo acuerdo y por su respaldo a su nueva implementación». «Hoy en Asís decimos con alegría, el día sin ocaso ha llegado a Colombia», concluyó.
Santos también asistirá al concierto en la basílica, que tradicionalmente se emite por la televisión pública RAI el día de Navidad.
La imaginación de los usuarios de las redes no tiene límites. Somos conscientes de ello. Pero en esta ocasión, lo han bordado.
Mira esta imagen, tomada en la isla Kvaløya, en Noruega, ¿no notas nada raro?
Seguro que te ha venido a la cabeza el pelo de Donald Trump. Si no es así, te ayudamos:
¿A que lo ves claro? La comparación original fue hecha por Christy Mohr, un canadiense que estaba visitando a sus amigos en la isla. Así, ha explicadoque mientras estaba caminando, notó algo que le hizo saltar y decir: «¡Eh, esto parece el pelo de Donald Trump!».
Centenares de venezolanos aguardan que se habilite en ciertas horas, el paso hacia su país.
El alcalde de Cúcuta, César Rojas, ha mostrado un fuerte rechazo a la medida de cierre de frontera.
“Cómo Maduro nos va a hacer esto en diciembre”, exclamó la venezolana Martha Gonzáles, apostada en el puente internacional Simón Bolívar, que comunica al municipio de Villa del Rosario con la población de San Antonio, en una muestra de indignación por la prórroga de 72 horas de la medida del cierre de la frontera ordenada por el presidente Nicolás Maduro para evitar que los billetes de 100 bolívares ingresen a ese territorio, luego de que decretó sacarlos de circulación.
“Vengo de Bogotá donde estoy trabajando. Quiero llegar a Venezuela a pasar esta fecha con mi familia y me encuentro con esto”, señaló la mujer.
Además de la molestia que ha generado en centenares de ciudadanos venezolanos que aguardan en la zona fronteriza que se les permita, en medio de fuertes controles, pasar a su país, también ha provocado un rechazo reiterado de las autoridades civiles de Norte de Santander.
“Lamentable con este gobierno de Venezuela que uno no sabe qué acciones va a tomar siempre en contra del pueblo colombiano y también el venezolano, porque son ellos los que necesitan venir acá a llevar productos de la canasta básica familiar y los medicamentos”, dijo el alcalde de Cúcuta, César Rojas Ayala.
El mandatario añadió que es necesario que el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, se pronuncie, así como se revise el tema de la frontera, el cual calificó de “grave” y sobre el cual hay que tomar medidas.
“Es un atropello lo que hace Venezuela con nosotros. Esto es grave y el Gobierno nacional debe tomar acciones para no permitir que Maduro nos trate de lo que quiera cada vez que se le antoje”, expresó el alcalde.
Rojas Ayala añadió que el cierre ya está generando afectación en el sector comercial de Cúcuta, que en medio de las expectativas por el paso masivo de compradores del vecino país en los últimos días, se habían aprovisionado para atender esa demanda.
Según Horacio Sánchez, administrador del supermercado Los Montes, en la zona céntrica de esa capital, en los últimos días se ha sentido bajas en las ventas en un 20 por ciento.