La era de los ‘dignotarios’
Vladdo
Hace años el gran líder del No proponía un proceso de paz basado en todo lo que él y sus seguidores rechazan ahora del acuerdo con las Farc.
Los ‘noístas’ insisten en aplazar, postergar, retrasar, demorar, ralentizar, enredar, dilatar, retardar, diferir, demorar, prorrogar, posponer el cierre y la consiguiente implementación del nuevo acuerdo de paz; así el país siga sumido en la incertidumbre.
Es increíble que Álvaro Uribe y los demás ‘digNOtarios’ –encabezados por Marta Lucía Ramírez, Alejandro Ordóñez y Pacho Santos– quieran hoy hacer gala de tesón, altruismo, abnegación y otros preceptos que nunca exhibieron en oscuros episodios de nuestra historia reciente y que protagonizaba ¡qué casualidad! ese mismo expresidente que mutó en senador.
Estos dignotarios olvidan que hace diez años este gran líder político –o espiritual, vaya uno a saber– planteaba un proceso de paz basado en todo lo que ellos rechazan ahora del acuerdo entre Juan Manuel Santos y las Farc. ¿Dónde estaban estos ilustres personajes pataleando, protestando, organizando marchas, haciendo denuncias internacionales para que el mundo conociera las arbitrarias propuestas de Uribe?
Yo no recuerdo que los dignotarios modelo 2016 se hubieran indignado en 2006 por la falta de pedagogía del gobierno de la seguridad democrática, que nunca dio a conocer los términos de lo que se negociaba con los grupos paramilitares en Santa Fe de Ralito; esa zona de distensión en la cual no había ni dios ni ley. O, bueno, ley sí: la de ‘don Berna’, sin cuyo consentimiento no se movía una hoja en aquel territorio.
Tampoco nos consultaron a ver si teníamos alguna objeción –y cuando digo “nos” me refiero a esa sociedad civil cuya vocería los noístas han usurpado– acerca del desarrollo de las negociaciones con las Auc.
Antes de firmar unos acuerdos de paz tan trascendentales el hoy líder de los noístas no se tomó la molestia de convocar a nadie: ni a los militares retirados, ni a los jerarcas de las iglesias, ni a las comunidades LGBTI, ni mucho menos a las víctimas. Y ni hablar de los líderes de la oposición, de los periodistas independientes o de los magistrados de las altas cortes; nada de eso. Todo lo contrario: a estos, en vez de consultarlos, les interceptaba las comunicaciones o les hacía seguimientos ilegales. Y mientras tanto, ¿en qué andaban nuestros flamantes dignotarios?
A pesar de que el acuerdo con los ‘paras’ se firmó de manera casi clandestina –sin darle a nadie la oportunidad de modificar, revisar ni siquiera leer una sola línea del documento–, en ese caso los noístas no se atrevieron a tildar de castrochavistas a Luis Carlos Restrepo ni a Sabas Pretelt; ni de dictador a Álvaro Uribe. Lejos de ellos semejante herejía.
Para completar, si la memoria no me falla, esos honorables dignotarios jamás exigieron una refrendación de los acuerdos con los ‘paras’… ¿Dónde dejaron entonces el celo, la pulcritud y la vehemencia con que reclaman un nuevo plebiscito? ¿No dizque la voz del pueblo es la voz de Dios? ¿O es que en aquella ocasión con la voz de Uribe era suficiente?
En cambio, ahora los dignotarios se niegan a que este trámite se haga en el Congreso, aduciendo que esta institución es impopular y carece de legitimidad; a pesar de los 14 millones de votos que hubo en las legislativas de 2014. ¡Háganme el favor!
Eso sí, en otra época aplaudían a rabiar cuando su gran mentor, o mentidor, acudía a aquel Congreso de mayoría uribista a cambiar un articulito de la Constitución o a pedirles a los parlamentarios amigos de las Auc que le aprobaran sus proyecticos, antes de que los metieran a la cárcel…
No nos crean tan pendejos.
Colofón. Hay que ser muy morbosos y ruines para tratar de convertir en noticia las preferencias sexuales de la hija de un cantante, por muy famoso que sea. ¡Vaya horrible forma de maltrato!
@VLADDO
Tomado de:El Tiempo.com
* * * *
Hora de decisión
Alfonso Gómez Méndez
La legitimidad del Congreso para refrendar los acuerdos no puede estar en discusión con el argumento de que para esa elección los votos son ilegítimos. El Congreso no es nombrado por decreto, sino elegido por los ciudadanos.
5:31 p.m. | 22 de noviembre de 2016
Las dificultades que en el último mes ha afrontado el proceso de paz han dejado al descubierto, de un lado, el rechazo en amplios sectores de la opinión hacia muchas de las acciones de la guerrilla y, de otro, la inconveniencia de haber acudido a un mecanismo jurídicamente innecesario como el plebiscito para concretar una negociación con un grupo armado.
Así parece haberlo entendido el Gobierno al descartar su utilización para “refrendar” el nuevo acuerdo concertado después de escuchar a muchos representantes de los ciudadanos que votaron negativamente. La Corte Constitucional, en la decisión sobre el plebiscito, había dejado en claro, de una parte, que aquel no producía efectos jurídicos sino políticos, y, de otra, que el Presidente nunca pierde su atribución constitucional indelegable para negociar acuerdos de paz, como responsable político del mantenimiento del orden público.
En todos los procesos anteriores habían intervenido las tres ramas del poder. El Ejecutivo negociaba los acuerdos. El Legislativo se pronunciaba sobre las leyes de amnistía e indulto y otras dictadas para implementarlos, y el judicial, vía Corte Constitucional, o Suprema, o Consejo de Estado, estudiaba su conformidad con la Carta Política.
Es al mismo llano a donde finalmente va a llegar el Gobierno, como los sugerimos varias veces en esta columna, si no quiere correr el riesgo de empantanamiento definitivo del proceso.
Quienes se oponen a esta fórmula argumentan que se está desconociendo la voluntad popular y que el parlamento no es un órgano legítimo para refrendar negociaciones de paz. El Congreso no es nombrado por decreto, sino elegido por los ciudadanos. El censo electoral, y la base misma de los electores, es igual, bien sea para elegir legisladores, presidentes de la República o aprobar constituyentes, plebiscitos o referendos.
Es inadmisible el argumento que se adujo en 1991 para que un cuerpo elegido por tres millones de personas revocara un Congreso elegido por ocho millones, en el sentido de que los primeros eran “votos de opinión” y los segundos, “votos clientelistas”.
Es más, en la Constituyente, por ejemplo, al lado de las nuevas fuerzas surgidas de los acuerdos con el M-19 fueron elegidos muchos políticos tradicionales, incluyendo viejos congresistas, exministros, exgobernadores y hasta expresidentes de la República.
¿Dónde está, entonces, la diferencia? En el último plebiscito entre partidarios del Sí y del No, se llegó a una cifra ligeramente inferior a los 13 millones, mientras que para la elección del actual Congreso, en marzo del 2014, la votación fue superior a los 14 millones.
¿De qué lado está la legitimidad? ¿Hay votantes de primera y de segunda categoría en el sistema electoral colombiano?
La validez de la teoría del “constituyente primario”, que se expresa en votaciones como la de las constituyentes, referendos o plebiscitos, se desdibuja en situaciones políticas como la nuestra con márgenes de abstención cercanos al 65 por ciento.
De otro lado, y como lo mencionó en su entrevista dominical el negociador Humberto de la Calle, es posible que se reviva el acto legislativo que le da amplias facultades al Presidente para desarrollar los acuerdos. Lo irónico es que la Corte tendría que enmendarle la plana al Gobierno, que, sin razón y de manera inconstitucional, en el último debate del llamado fast track lo asoció a la aprobación plebiscitaria. Quienes desde la oposición demandaron ese artículo de la reforma, sin proponérselo le dan ahora un salvavidas al proceso.
En efecto, el artículo 374 de la Constitución dice que esta se puede reformar por el Congreso, por referendo o por constituyente. Lo que no puede hacerse es combinar los sistemas de reforma, como inconstitucionalmente se hizo a última hora.
La legitimidad del Congreso para refrendar los acuerdos no puede estar en discusión con el argumento de que para esa elección los votos son ilegítimos. Y con el auxilio de la demanda de la oposición, el camino para implementar los acuerdos estaría despejado.
Alfonso Gómez Méndez
Tomado de:El Tiempo.com
Congreso vs Plebiscito
Editorial
Noviembre 23, 2016 – 12:10 AM
Ha descartado el Gobierno cualquier mecanismo de participación popular para la refrendación del acuerdo de paz, a firmarse mañana en el Teatro Colón. De tal modo dejó de lado la legitimidad democrática aducida por la Corte Constitucional en su sentencia sobre el plebiscito especial y optó por la vía de decir que el Congreso es una corporación refrendataria. Pero el Parlamento, como se sabe, está exclusivamente instituido para hacer las leyes, reformar la Constitución y ejercer el control político. Tiene otras atribuciones básicamente electorales y judiciales, pero en ningún caso posee facultades refrendatarias de ninguna especie.
En Colombia, según ya lo dijimos en editorial anterior, la soberanía reside exclusivamente en el pueblo y la ejerce de forma directa o por medio de sus representantes.
El conducto escogido hace tiempo por el Gobierno para refrendar el Acuerdo de Cartagena fue el de la soberanía directa a través de un plebiscito que sufrió todo tipo de malabarismos jurídicos. El resultado de la consulta presidencial fue negativo y con ello el pueblo obligó a que se escuchara el núcleo de las solicitudes de los voceros del No. Si bien una votación de tal tipo obligaba a dar por cerrado el caso, un inciso de la sentencia de la Corte Constitucional, en su numeral 144, permitía decir que el triunfo del No abría campo para una renegociación y lograr “otro” acuerdo. Es decir, no un ajuste del anterior, sino uno diferente en sus características más determinantes.
Según lo dicho por el Gobierno, a su más alto nivel, no solo se cerró sorpresivamente el acuerdo, con ciertas aclaraciones, sino que además desestimó cualquier refrendación popular que desde luego venía predeterminada por el hecho de que la voluntad popular solo puede ser modificada por ella misma.
Pero ni siquiera vistas las cifras el Congreso, nuevo órgano supuestamente refrendatario, tiene la representación ni la capacidad de sobreponerse a los resultados del plebiscito.
En efecto, el plebiscito obtuvo un total de votos válidos de 12.808.858, mientras que el Senado, en circunscripción nacional, obtuvo solo 11.672.251 votos válidos. A lo último, además, hay que descontar 746.659 votos en blanco, que obviamente no tienen representación, por lo cual la votación cierta de los partidos en el Senado es de 10.925.592. Inclusive, para ser más exactos a estos habría que restarles los votos de los partidos que no alcanzaron el umbral, entre ellos los 326.942 del MIRA que no obtuvieron representación. Esto quiere decir, llanamente, que la representatividad de los partidos en el Senado se reduce aún más. Sumando los votos de los ocho partidos con representación en la Cámara alta se llega sólo a 10.598.000 votos. Es decir, que el plebiscito tiene 2.210.000 votos válidos más que la representación en esa corporación legislativa.
Caso similar ocurre en la Cámara de Representantes, en donde se dieron 11.715.956 votos válidos, de los cuales hay que restar 824.956 en blanco, para una cifra aproximada de 10.891.000, sin descontar los votos que no obtuvieron el cuociente reglamentario. Rubros, en ambas cámaras, en todo caso similares.
Incluso siendo mayor la abstención electoral en el plebiscito que en la elección de Congreso, la votación del primero fue bastante más alta. Y esto sin contar que algún sector de los ciudadanos tomó la vía de la abstención activa el pasado 2 de octubre.
De otra parte, es evidente que hay un desbalance de legitimidad democrática en la presunta refrendación del acuerdo de paz vía Congreso, toda vez que mientras que el No representó en el plebiscito un poco más del 50% de los votos, en el Congreso el único partido que representa a esta opción tiene apenas el 20% de las curules, mientras que la coalición de partidos que defendieron el Sí, y que perdieron en las urnas con alrededor del 49% de los votos, tiene el 80% de los escaños. Lo cual quiere decir que buena parte de los parlamentarios no están representando el dictamen popular de sus propios electores.
Y, como si fuera poco, desde el punto de vista institucional se pretende que con una simple proposición, la menor de las acciones del Congreso, se produzca la refrendación que suplante el voto directo del pueblo. Con ello, a su vez, dejando de lado el resultado del plebiscito, que es uno de los más altos mecanismos de participación ciudadana.
Visto esto quedaría a la orden del día la excepción de inconstitucionalidad ante los máximos operadores judiciales. De hecho la misma sentencia de la Corte Constitucional SU132/13, señala que “… esta herramienta se usa con el fin de proteger, en un caso concreto y con efecto inter-partes, los derechos fundamentales que se vean en riesgo por la aplicación de una norma de inferior jerarquía y que, de forma clara y evidente, contraría las normas contenidas dentro de la Constitución Política”.
Tomado de:El Nuevo Siglo.com
Refrendación del nuevo acuerdo de paz va al Congreso la otra semana
Foto: Presidencia
El presidente Santos dijo que el Congreso tiene la legitimidad del voto popular y representa a todas las regiones del país.
El Presidente y ‘Timochenko’ lo firmarán este jueves en Bogotá, en una ceremonia en el teatro Colón.
Por: POLÍTICA |
Si el acuerdo de paz que el presidente Juan Manuel Santos y ‘Timochenko’ firmaron el 26 de septiembre en Cartagena se consideraba el acontecimiento más importante del último medio siglo en Colombia porque ponía fin a 52 años de guerra, el nuevo Acuerdo Final de Paz tiene el valor adicional de contar con el respaldo de muchos sectores que votaron ‘No’ en la refrendación del primero.
Y así lo destacó la noche de este martes el presidente Santos. “Los jóvenes, las víctimas, los empresarios –recordó la carta que recibió de un importante grupo de ellos–, la Iglesia católica –en cabeza del cardenal Rubén Salazar–, la mayoría de los pastores cristianos, los medios de comunicación, los gobernadores y alcaldes de todo el país han reconocido que los cambios son de fondo, significativos y satisfactorios para ellos”, dijo.
(Le puede interesar: Así se realizará el proceso de refrendación del nuevo acuerdo de paz)
Incluso, el nuevo acuerdo tiene el apoyo de muchos de quienes se abstuvieron de votar en el plebiscito del 2 de octubre y que después, a través de marchas, pidieron prontitud para concretar la paz.
Por eso, la firma personal con la que el Presidente y ‘Timochenko’ sellarán este nuevo acuerdo de paz tendrá su propia ceremonia: este jueves en el teatro Colón, de Bogotá, a las 11 a. m.
Refrendación rápida
El Gobierno le apostaba a una vía de refrendación del Acuerdo Final de Paz “ágil, eficaz”, como el Congreso, y que no polarizara tanto al país. Y este martes quedó claro que las Farc respaldaron esta posición.
“La consolidación de la paz requiere que avancemos con paso firme hacia la implementación de los acuerdos que permitan superar tantos años de conflicto en Colombia”, dijeron en un comunicado conjunto esa guerrilla y el Gobierno, tras una reunión de los delegados de ambas partes en la Casa de Encuentros San Pedro Claver, donde se hospedan los jefes guerrilleros.
El Acuerdo Final de Paz comenzará su trámite de refrendación en el Congreso la semana próxima.
Sobre la legitimidad del Legislativo como escenario de refrendación, Alejandra Barrios, de la Misión de Observación Electoral (MOE), afirma que decir que el Congreso no es legítimo es como sostener que no puede tramitar ninguna ley. En este sentido, agrega que “en lugar de consultar a un censo electoral de 30 millones de ciudadanos, se le pregunta al Congreso, que es el que representa a esos 30 millones de ciudadanos”.
(Lea también: Uribismo deja acuerdo de paz y se va por la campaña)
Un nuevo plebiscito o la votación del nuevo acuerdo de paz en los concejos municipales o asambleas departamentales, las otras opciones que estuvieron sobre la mesa como mecanismos de refrendación, implicaban más tiempo, y está de por medio la urgencia de concretar la concentración de las tropas de las Farc en 27 puntos del país para la verificación del cese bilateral y definitivo del fuego.
Más aún, cuando ya se han presentado incidentes militares entre el Ejército y los guerrilleros en el sur de Bolívar y en Tumaco, Nariño.
Desde septiembre está lista en Colombia la Misión de la ONU que coordinará la verificación del cese del fuego, tarea en la cual también participan el Gobierno y las Farc.
Ya hay en el país 208 observadores, la mayoría de ellos de países que integran la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac). Llegaron desde México, Argentina, Bolivia, Chile, Paraguay, Uruguay, El Salvador, Guatemala, Honduras, República Dominicana y Costa Rica.
Hay además tres mujeres policías de Noruega y otros observadores de España, Portugal y Suecia.
‘La puerta está abierta’
Se da como un hecho que en el Congreso, donde deben tramitarse las leyes y reformas constitucionales para echar a andar los acuerdos con las Farc, el Centro Democrático se opondrá a estas. Este partido ya declaró que no respalda tampoco el nuevo acuerdo de paz.
(Lea también: Expectativa por ponencia en la Corte Constitucional sobre ‘fast track’)
Este martes, el presidente Santos lamentó que “algunos de los sectores más radicales del ‘No’ se siguen oponiendo al nuevo acuerdo, a pesar de sus claros e importantes cambios y ajustes”.
Sin embargo, el mandatario dijo que deja “la puerta abierta” para un diálogo que eventualmente propicie “consensos y entendimientos sobre la implementación del acuerdo, que es tan importante como el acuerdo mismo”.
La realidad, en todo caso, es que el Gobierno cuenta en el Legislativo con el apoyo del resto de los partidos para implementar los acuerdos de paz.
Tras la refrendación del nuevo Acuerdo Final de Paz, la expectativa queda puesta sobre la Corte Constitucional, tribunal en el que estudian cinco demandas contra el acto legislativo que establece un mecanismo abreviado para el trámite de las leyes de la paz en el Congreso.
Ese mecanismo, conocido como fast track, permitiría que las leyes y reformas salieran en la mitad del tiempo (hoy son cuatro debates para una ley y ocho para una reforma constitucional).
(Además: ‘Congreso es la instancia más idónea para refrendar acuerdo’: Santos)
Y es urgente, por ejemplo, tramitar la reforma constitucional para crear la Jurisdicción Especial para la Paz, pues debe ponerse en marcha lo antes posible para que comience a llamar a los responsables de crímenes graves y a imponerles las sanciones.
Por el trámite ordinario, esta reforma podría demorar más de un año, y no hay que olvidar que en el 2017 el país estará ya en la precampaña para las elecciones del 2018 y que en estas circunstancias el Congreso suele ir a media marcha.
POLÍTICA
Tomado de:El Tiempo.com
Uribismo deja acuerdo de paz y se va por la campaña
Foto: Carlos Ortega / EL TIEMPO
Para algunos líderes del ‘No’ faltan por incluir muchas de sus propuestas en el nuevo acuerdo.
Dicen que, por imposibilidad de hacer cambios a lo pactado, irán a la calle a expresar desacuerdo.
Por: POLÍTICA |
Las posiciones del Centro Democrático (CD) y el Gobierno alrededor del proceso de paz con las Farc son irreconciliables.
El asunto es muy sencillo: mientras el Gobierno dice que el acuerdo con las Farc es definitivo y como tal no se puede modificar, en el CD consideran que si no se pueden hacer cambios, no tiene sentido hablar de la búsqueda de un acuerdo nacional.
A partir de esto, en el uribismo consideran que el único camino que queda es salir a la plaza pública a expresar su desacuerdo con lo pactado.
Y esa salida a la calle de un partido que desde hace cerca de cuatro meses tiene tres precandidatos presidenciales simplemente significa que comienza en forma su campaña.
(Le puede interesar: Uribe insiste en que se debe acudir a refrendación popular)
Y ellos no lo desconocen, aunque aseguran que siempre insistieron en buscar un consenso para evitar que el tema de la paz se fuera a la contienda electoral.
Para el senador José Obdulio Gaviria, la decisión del Gobierno de refrendar el acuerdo sin permitir que se le hagan las modificaciones del ‘No’ “marca el punto de partida” para la contienda del 2018.
De acuerdo con el congresista, será el inicio de la campaña, en medio del “conejazo” que el Gobierno Nacional les hizo a quienes se impusieron en el plebiscito del 2 de octubre.
Gaviria dijo que van a “denunciar la impunidad que genera este acuerdo” y que van a mostrar “cómo la justicia especial la manejarán las Farc en contra de sus enemigos y para perseguir a miembros de las Fuerzas Armadas”.
Agregó que desde el Congreso lo que el Centro Democrático va a hacer es “resistir” y que “todos los días” los van a escuchar denunciando los exabruptos que contempla lo acordado, hasta el 2018, cuando tendrán la presidencia.
(Además: ‘Congreso es la instancia más idónea para refrendar acuerdo’: Santos)
El representante uribista Edward Rodríguez dijo que esta decisión del Gobierno “activa de una” la campaña para el 2018. “Vamos a salir a la calle a decirles a los colombianos que la única perspectiva de protegerlos de las Farc es ganando en 2018”, dijo el congresista.
Para Rodríguez, “la verdadera refrendación” del acuerdo será en el 2018, cuando se elija a los nuevos congresistas y al nuevo presidente, que será uno de ellos.
El senador Ernesto Macías (CD) dijo que en lo que tiene que ver con la refrendación e implementación el Gobierno “las va a definir por la puerta de atrás y mal”, por lo que “el tema queda vivo para la campaña del 2018 y se volverá definitivo de la contienda”.
Para él, el hecho de no llegar a un acuerdo nacional con el Gobierno los “obliga a salir a las calles a contarle al pueblo por qué estamos en la calle y por qué no estamos de acuerdo con lo que hicieron”.
El congresista, incluso, no descartó que su partido recoja firmas para hacer un referendo a fin de oponerse a lo acordado, aunque dijo que es un asunto que no han discutido.
(Lea también: Nuevo acuerdo de paz se firma este jueves en Bogotá)
Óscar Iván Zuluaga, director del Centro Democrático, también dijo que lo que ha ocurrido en los últimos días será punto de partida para la campaña para el 2018 y “eso significa que habrá polarización política fuerte”, porque lo acordado “nos divide”.
Polarización
Zuluaga señaló que en el Centro Democrático “quisimos evitar que esto fuera asunto de campaña”, pero debido a que los temas sustanciales no fueron incluidos en el acuerdo, es claro que habrá “una gran polarización por la imposición de los acuerdos y por desconocer una decisión democrática, lo que es una burla de la Constitución”.
Según el senador por el Centro Democrático Jaime Amín, el partido “solamente tomará una posición oficial” sobre este tema “cuando el Gobierno notifique formalmente” que no habrá modificaciones en el nuevo texto acordado en Cuba.
Según el uribismo, esto sucederá cuando el Ejecutivo presente el nuevo acuerdo al Congreso, lo cual, según manifestó el presidente Juan Manuel Santos, sería este miércoles.
“De aquí al fin de semana estamos resolviendo eso”, agregó el senador Macías.
Para Patricia Muñoz, catedrática de la Universidad Javeriana, el Centro Democrático y los partidos de Gobierno están rumbo al 2018 desde hace rato.
“Los del ‘No’ tienen ahora un tema que les sirve de argumento para salir a la calle y defenderlo y es la inconformidad frente a la ausencia de legitimidad en el acuerdo con las Farc. Y con esto, ellos pueden ganar espacio ante la opinión pública de cara a la campaña del 2018”, dijo la profesora.
Agregó que la campaña presidencial ya empezó y que el proceso de paz ahora, con mayor fuerza, seguirá metido en la contienda.
La campaña en el uribismo
El senador José Obdulio Gaviria reconoció este martes que su candidato, dentro de los tres que tiene el CD, es Iván Duque.
Dijo que le ve condiciones superiores a las de todos sus contrincantes. “En lo sustancial, es el mejor dotado intelectualmente”, indicó.
Y anunció que Duque va a contar con el mejor jefe de debate que pueda tener candidato alguno: Álvaro Uribe.
POLÍTICA
Tomado de:El Tiempo.com
Turistas, en acuartelamiento en hoteles de San Andrés por ‘Otto’
Foto: Archivo EL TIEMPO
El fenómeno meteorológico es esperado a partir de las 3:00 p. m. de este miércoles y afectará a la isla con fuertes vientos y mucha agua.
En la isla esperan el coletazo de la tormenta tropical este miércoles a partir de las 3:00 p. m.
Por: Redacción EL TIEMPO
Este miércoles, los hoteles de San Andrés no permitirán salida de turistas de sus instalaciones hasta nueva orden. La medida hace parte de una serie de decisiones que tomó la Gobernación de San Andrés de cara a lo que será el coletazo de la tormenta tropical ‘Otto’.
El fenómeno meteorológico es esperado a partir de las 3:00 p. m. de este miércoles y afectará a la isla con fuertes vientos y mucha agua. La situación se mantendrá hasta la madrugada del jueves.
Tormenta ‘Otto’, a pocas horas de convertirse en huracán
Según comentó el gobernador Ronald Housni Jaller, el aeropuerto, de mantenerse las condiciones climatológicas, también será cerrado hasta nueva orden y los servicios públicos funcionarán hasta que el clima lo permita. Además, desde la mañana de este miércoles, no se permitirá el uso de las playas.
“Contamos con 15 refugios y se recibirá a la gente que tenga necesidades”, aseguró el mandatario.
Otras de las medidas que regirán por la tormenta son la restricción del uso de motos, carros de golf, mulas, bader y similares, así como de escenarios deportivos.
Asimismo, se sugirió que las empresas solo laboren hasta mediodía del miércoles.
Tomado de:El Tiempo.com
Nuevo acuerdo de paz se firmará este jueves en Bogotá
Foto AFP
Las delegaciones del Gobierno y las FARC informaron que la firma será en el Teatro Colón de la capital. El mecanismo de refrendación será a través del Congreso.
La firma de un acuerdo entre las FARC y el Gobierno parece no tener marcha atrás. En un breve comunicado conjunto las dos delegaciones rompieron el silencio e informaron que el nuevo acuerdo se firmará este jueves 24 de noviembre. Incluso, a pesar de las objeciones de algunos promotores del No.
El escenario escogido para la nueva firma será el emblemático Teatro Colón de Bogotá. Este lugar se eligió por encima del Centro Nacional de Memoria Histórica que recuerda y exalta a los ocho millones de víctimas que ha dejado el conflicto armado en el país.
El comunicado además anuncia la forma de refrendación de los nuevos acuerdos. Esta vez, será el Congreso de la República el encargado de debatir y aprobar el reformado acuerdo, tal como lo había asegurado el presidente Juan Manuel Santos hace algunos días. Sin embargo, aclararon que están “precisando los procedimientos que se van a utilizar para este propósito”.
El anuncio se da en medio de la tensión política que ha representado la falta de consenso entre los promotores del No y el Gobierno en lo que respecta a los cambios al acuerdo que se realizaron en La Habana.
El pasado lunes las partes tuvieron la que fue denominada la “última reunión” en la que después de más de seis horas no llegaron a ningún acuerdo. Ante el panorama, Álvaro Uribe, Francisco Santos y Marta Lucía Ramírez, particularmente, no ocultaron su malestar por el hecho de que el Gobierno ya tenía la decisión de firmar y llevar al Congreso el nuevo acuerdo, sin el mínimo chance de hacerle modificación alguna al documento de 310 páginas.
Al final del encuentro Uribe sorprendió con una nueva propuesta: acepta conversar con las FARC. “Tenemos toda la disposición de dialogar con el Gobierno y la FARC sobre las modificaciones en los temas referidos. Para este diálogo proponemos aprovechar la presencia en Bogotá de los líderes de la FARC”, dijo en un comunicado que concertó con las más de 30 personas que asistieron a esta última reunión en calidad de voceros del No.
La propuesta la hizo sabiendo que miembros del Secretariado de las FARC habían llegado a la capital con un propósito: firmar el nuevo acuerdo.
Sin embargo, las FARC no manifestaron intención alguna de aceptar la invitación de Uribe. En vez de eso continuaron con su itinerario y tal como lo tenían planeado se reunieron con el Gobierno para tomar decisiones.
Los miembros del Secretariado fueron los primeros en reafirmar la noticia por medio de sus redes sociales y revelaron las primeras imágenes de la reunión.
La periodista Lucy Flórez fue amenazada a través de un mensaje de texto
El domingo 13 de noviembre la reportera recibió un mensaje de texto con la siguiente amenaza: » (…) siga persiguiendo y sedara cuenta de lo que soy capaz si tanto ama a sus dos hijas no denuncie tomelo como una albertencia nosotros como organisacion esperamos no tener que ir a su sitio de trabajo o a donde reside» (SIC).
La intimidación ocurrió luego de que la periodista Lucy Flórez registrara, en compañía de su camarógrafo, a Katherine Contreras, asistente de Karen Cure, representante a la Cámara por Cambio Radical. La relevancia del video se debe a que Contreras estaba ingresando al Hospital Cari de Barranquilla, donde se encuentra Enilce López, alias “La Gata”, quien está recluida allí por sus inconvenientes de salud.
La FLIP expresa su preocupación por la amenaza que recibió Flórez y le solicita a la Fiscalía y demás autoridades nacionales que investiguen los hechos para sancionar a los responsables. La Fundación le solicita a la Unidad Nacional de Protección que inicie la ruta de evaluación de riesgo con el fin de proteger a la periodista y a su familia.
Tomado de la Fundación para la Libertad de Prensa.
Don Antonio aprendió a leer,escribir y amar en puntos y rayas.
Foto:Unisabana
Don Antonio
En el barrio Manrique, de Medellín, no nace el que quiere sino el que puede. Allí nació el 22 de noviembre, hace 82 años con sus noches, el periodista Antonio Yesid Pardo García, a quien el Círculo de Periodistas de Bogotá, CPB, premió hace tiempos por su vida y obra periodísticas.
In illo témpore, la información llegaba en inglés. El imberbe reportero trabajaba en El Correo, periódico liberal, de la capital paisa. Las noticias debían ser traducidas – e infladas- al español.
Pardo hace parte de la nostalgia del periodismo. Y de la leyenda.
Recibió la alternativa en el Medellín de los años cuarenta. En la agencia de norteamericana de noticias AP, una de las mejores escuelas de periodismo de la época, aprendió a redactar bien y rápido, a valorar las noticias, y a hacer croché con sus colegas de La Defensa y El Colombiano.
La bohemia de entonces imponía largas e inevitables tenidas etílicas después del cierre.
Eran famosos radioperiódicos como Adelante por titulares de este corte: »Iba para Bello y se quedó en el hospital. Un bus lo arrolló frente al San Vicente de Paul».
En 1953 trabajó en El País, de Cali, como reportero estrella, contratado por don Lalo Lloreda. (Como el azar se da sus licencia, décadas después estaría al frente del Centro Informativo El País, CIEP, que satisfacía plenamente el deseo de estar informados de los caleños sobre lo que sucedía en la capital).
De Cali pasó a Bogotá tentado por el mariscal Alzate Avendaño para el Diario de Colombia. Después ancló en Colombia Press de otro inmortal del destino periodístico, Pepe Romero.
El caminante caldense Silvio Villegas lo fichó para La República de Ospina Pérez. Fernando Londoño, en 1957, lo reclutó para la radio.
En Todelar de la calle 19 con 5ª, en Bogotá, fui su mensajero (=patinador de redacción) con ochocientos pesos mensuales de salario ínfimo. La plata alcanzaba para sí fornicar, beber, pagar arriendo. Pardo compartía dirección con Alberto el Loco Giraldo y Gabriel Cuartas Franco.
Pardo fue la prolongación de la Escuela de Periodismo de la Universidad de Antioquia donde no peleché. Allí empecé a juntar vocales y consonantes. En el periodismo, el maestro Pardo tiene más historia que una mujer desmemoriada…
A las certeras noticias que redactaba a mil, solo les faltaba música de la Sonora Matancera. O de alguna milonga con las que creció en Manrique. Su periodismo era –es- una fiesta.
Nunca la forma de escribir de un periodista se pareció tanto a los vistosos, costosos y bien cortados trajes que lucía. Los párrafos de entrada que iba leyendo en voz alta para corregirse, eran tan festivos que provocaba sacar pareja. Había alegría y creativo estrés en la forma de ejercer su destino periodístico.
Lo ha hecho tan bien que el premio “Ivonne Bolívar” de periodismo merece ganarse un Pardo. No al revés. Los proclamamos sus pupilos de Caracol, Todelar, RCN, el servicio Nacional de Prensa, Centro Informativo El País, o la universidad, donde lo flechó su segunda esposa.
Oírlo sigue siendo una rumba. Se acomoda su gorra de pensionado y está dictando cátedra. Se lo pelean en múltiples tertulias. Su apellido hace rato es sinónimo del mejor periodismo.
En su página de Facebook Pardo nos recuerda hoy a sus fans que nació el mismo día que su hija Lorena. Le suelto los trastos al maestro:
Feliz este martes 22 de noviembre. En la fecha cumple 21 años mi ternurita Lorena Pardo Rojas, politóloga, abogada, actriz y líder estudiantil. Nació al medio día de un miércoles en 1995. Nació en fecha similar a la mía. Yo llegué a este maravilloso mundo 82 años atrás, también al medio día, en igual fecha, pero un jueves.
Yo a los 21 ya trabajaba como fundador y director de los Servicios Informativos de Caracol, y el dia de ese cumpleaños, el entonces gerente Fernando Londoño Henao reunió al personal encabezado por el secretario general de la empresa, Alfonso Turriago y brindò por mi con un extraordinario deseo: Antonio Pardo Garcia que llegues a los cien años, es decir al próximo siglo.
Felicidades para Antonio y su hija.