Crculo de Periodistas de Bogot
Corte Constitucional avala fast track y refrendación de acuerdo por Congreso

Foto: AFP


El tribunal no acoge la tesis de que debe haber una refrendación popular.


Con 8 votos a favor y uno en contra, la Corte Constitucional dio el visto bueno a la refrendación que hizo el Congreso de la República a los acuerdos de paz con las Farc.

El organismo dio vía libre al ‘fast track’ en todos los temas establecidos en el Acto Legislativo para la Paz.

Esto significa que no será necesaria la refrendación popular, tal como lo había propuesto el abogado Jesús Pérez González-Rubio.

Cabe señalar que el ‘fast track’ es el mecanismo que disminuye el número de debates necesarios en el Congreso para  aprobar las reformas necesarias para implementar el acuerdo de paz.

En desarrollo…

Tomado de: bluradio.com

‘Google purifica la información, pero no la reemplaza’
Foto: Claudia Rubio / EL TIEMPO

En su oficina de CM&, Yamid Amat habló con EL TIEMPO sobre cómo introdujo una revolución en la radio.

‘¡Cuidado con lo que dice!’ es el título del primer libro del periodista Yamid Amat.

Por:  CARLOS RESTREPO 

“¿Jesús sabía leer y escribir, o no? ¿Quién era San Pedro? ¿Quiénes eran los apóstoles? ¿Por qué había dos Judas, uno bueno y otro malo? ¿Y por qué Judas Iscariote decidió vender a Jesús? ¿Por qué Jesús fue un peligro para Roma? ¿Era Jesús un guerrillero o no?”.

Con estas preguntas, el periodista Yamid Amat se metió a la oficina de Fernando Londoño Henao, presidente de Caracol Radio, el día en que se le ocurrió revolucionar la radio en este país. Y no podía ser de otra manera, pues Yamid es considerado uno de los maestros en el género periodístico de la entrevista y en el arte de preguntar.

Ocurrió a mediados de la década de los años 70, cuando el recién elegido presidente Alfonso López Michelsen, uno de los accionistas de Caracol, le propuso a Yamid asumir la dirección de esa cadena radial.

Hasta ese momento, cuenta el periodista, la Semana Santa en la radio era fúnebre y la gente en el país ayunaba y se vestía de negro. Entonces, en 1975, con la idea de dilucidar las preguntas antes mencionadas, Yamid le propuso a Londoño que le permitiera hacer entrevistas en vivo sobre la vida de Jesús. Su jefe, un poco temeroso, lo aprobó.

“El primer entrevistado mío en la radio, en lo que sería 6 a. m. 9 a. m., fue el sacerdote jesuita Alberto Múnera, teólogo y experto en la vida de Jesús. En ese primer reportaje, el padre Múnera dijo: ‘Jesús era un hombre, que realizó todas las acciones propias de un hombre como usted y como yo. La condición divina es una consideración teológica, pero no es demostrable que Jesús hubiera sido el hijo de Dios’. Esa afirmación le costó al padre un reclamo, en forma de regaño, del cardenal Aníbal Muñoz Duque. Pero lo curioso es que a raíz de eso surgió entre los dos religiosos una gran amistad”, recuerda Yamid.

Ante el éxito arrollador de este formato de entrevistas, en vivo y en directo, Londoño le dio luz verde a Yamid para lanzarse a hacer este nuevo tipo de radio, que, sin que nadie lo supiera entonces, cambiaría para siempre la radio en Colombia. En esa primera etapa de 6 a. m. 9 a. m., el periodista creó su mesa de trabajo con amigos y colegas como Antonio Pardo García, Julio Nieto Bernal y Alfonso Castellanos.

“Lanzamos el programa que se llamó 6 a. m. 9 a. m.: noticias cada instante. Pero la fuerza del nombre 6 a. m. 9 a. m. fue tal que al cabo de un par de meses ‘Noticias cada instante’, que era la nominación original, desapareció y se fortaleció simplemente 6 a. m. 9 a. m.”, anota Yamid, quien además le agregó a la franja un boletín informativo cada hora hasta el minuto 12.

Desde entonces hasta hoy, cuando ya transita la séptima década de su vida, es admirable la versatilidad de Yamid Amat, no solo por seguir con las botas puestas en el terreno informativo, sino por su capacidad para reinventarse. No importa que el formato sea radio, televisión o prensa.

Así queda reflejado, precisamente, en su primer libro ‘¡Cuidado con lo que dice!’, que publica con Intermedio Editores, en el que reúne sus mejores entrevistas durante los últimos tres lustros en EL TIEMPO. Por estas páginas transitan desde guerrilleros y paramilitares hasta artistas y músicos, pasando por mandatarios internacionales, expresidentes de la República y deportistas.

“Este es un retrato del reportero puro, del entrevistador nato y febril. Es difícil encontrar a un periodista que lo sea tanto como Yamid Amat. No hay un momento del día o de la noche en el que no esté pensando en las noticias, en las entrevistas, en el impacto que puede tener en el momento colombiano una charla con un personaje, una respuesta específica con un ángulo determinado, que genere una reacción contundente, que impacte la actualidad nacional”, comenta en el prólogo Roberto Pombo, director de EL TIEMPO.

Llama la atención que solo ahora publica un libro. ¿Le habían propuesto antes hacerlo?

Propuestas muchas me habían hecho. Pero le confieso que la absoluta y física falta de tiempo es lo que me había impedido aceptar. Sin embargo, la propuesta que me hizo un periodista de la estatura de Roberto Pombo me condujo a meditar la idea que finalmente acogí. Este libro, al margen de la presentación, que me tomó unos días, es una recopilación de los reportajes que han incidido de una u otra manera en la vida del país. Y a pesar de que Colombia es una de las naciones con más dinámica en la información, donde todos los días pasan cosas totalmente diferentes, muchos de estos reportajes tienen el atractivo de una vigencia increíble.

¿Qué ha significado para usted esta última etapa de regreso al periodismo escrito en EL TIEMPO?

La gran diferencia que hay entre trabajar para la prensa o para la radio o la televisión es que la información en la prensa permanece como documento escrito.

¿Cómo se le ocurrió el título?

En una reunión con un grupo de amigos, estaba pensando en cuál podría ser el título del libro. Estaba presente mi amigo Alí Humar y le comenté que el libro iba a tratar sobre aspectos de mi vida periodística y de la vida de ellos.

Entonces Alí dijo: “¡Cuidado con lo que dice!”. Y exclamé: “Ese es el título que andaba buscando”. Le expliqué que no se trataba de publicar asuntos de la vida íntima ni personal de nadie. Que la idea era revelar algunas situaciones desconocidas que yo había vivido, como la invitación que alguna vez el mismo Alí me hizo para reunirme con Jaime Bateman y Álvaro Fayad, cuando el M-19 era un movimiento casi romántico y que no se presentaba, en ese entonces, como un grupo violento. En el libro hay una cantidad de anécdotas e historias de lo que han significado muchos reportajes que he hecho, que han contribuido, sin ninguna equivocación, a cambiar el país. Por ejemplo, cuando entrevisté a Fabio Echeverri Correa y dijo que había que reelegir al expresidente Álvaro Uribe. Y yo le dije: “Pero está prohibido en la Constitución”. Y él me respondió: “Eso no es sino cambiar un articulito”.

De todas estas entrevistas, ¿recuerda alguna anécdota por lo difícil o colorida?

Los reportajes de EL TIEMPO han ido desde el punto de vista puramente artístico o frívolo hasta el político y profundo. Recuerdo que cuando fui a entrevistar a Miguel Bosé, éramos varios periodistas de manera separada y me dijeron que solo tenía cinco minutos. Miguel estaba muy prevenido porque a él no le gusta que le pregunten de su vida privada. Comencé a hacer el reportaje y yo obviamente le hablé de todo, menos de los asuntos totalmente personales que él no quería tratar. A los cinco minutos entraron y dijeron: “Su tiempo terminó”. Entonces Miguel le dijo: “Déjelo que yo quiero seguir”. Estuvimos hora y media conversando sobre todo lo que salió publicado.

Otro que le haya impresionado…

Me impresionó la manera como el maestro Fernando Botero explica su obra y que no le molesta ningún tipo de pregunta. Ni siquiera si uno aborda el cuestionamiento que a él le han hecho, en el sentido de que lo que realmente tiene un valor inconmensurable en el maestro Botero son sus primeras obras, de hace 30 años; pero que últimamente, debido a su proliferación, su valor ha descendido un poco, como me lo expresó alguna vez un galerista en Nueva York. Contrariamente a lo que yo esperaba, que hubiera una reacción con cierta molestia, lo entendió perfectamente e hizo una vigorosa defensa de la evolución de su arte.

¿Cómo fue entrevistar a Salvatore Mancuso o ‘Raúl Reyes’?

Ni Mancuso ni ‘Reyes’ fueron amenazantes y respondieron preguntas que no tenían una fácil respuesta. En ambos casos estaba yo frente a dos personas que tenían en la mente el poder, ante la fuerza que por entonces tenían las Farc, que dominaban medio país –de eso no tenga ninguna duda–, mientras que el otro medio lo dominaban los paramilitares. Entonces, en ellos habría que reconocer que expresaron lo que sentían y pensaban en ese momento coyuntural del país.

¿Qué cree que es lo más importante a la hora de hacer una entrevista?

Escuchar y entender. El secreto de la comunicación es entender lo que no se dice. La gran crítica que les hago a mis colegas que estudian periodismo y que son practicantes es que no oyen. Muchas veces, cuando un periodista que comienza realiza una entrevista, mira simultáneamente sus apuntes y no atiende lo que está respondiendo el entrevistado. Eso no puede ser así. A lo largo de toda mi vida, por lo general, solo he tenido una pregunta lista o un gran tema para realizar el reportaje.

En sus entrevistas también se siente un sentido pedagógico, que no quiere quedarse solo con la opinión, sino que busca también la explicación. ¿Siente que es así?

Sí. Mire, en 6 a. m. lo que se hizo famoso fue decir: “Con todo respeto”. Y servía para que el entrevistado explicara o servía cuando venía la pregunta atrevida o molesta. Una pregunta puede ser muy agresiva, pero si se hace con respeto, no suena mal. Lo más importante para un periodista-director es trabajar en equipo. La opinión de los compañeros puede ser, en muchas ocasiones, más importante que la de uno mismo o permite abrir el camino a temas muy sensibles.

¿Cómo se hace para ser tan versátil y saltar sin problema de un mandatario a un guerrillero o a un artista?

El secreto es estar informado, como Julio Sánchez Cristo, Darío Arizmendi, Néstor Morales, Yolanda Ruiz, Juan Roberto Vargas, Daniel Coronel y tantos otros colegas, incluyendo a mi hijo, que está preguntando mejor que yo.

¿Se devora todas las revistas que recibe?

Sí, pero más que todo leo temas que a la gente la afecten. Temas que sean de interés público. Leo temas que me conduzcan a desarrollar mi profesión. No leo novelas. De vez en cuando un García Márquez o un Vargas Llosa por obvias razones. Pero leo, sobre todo, libros sobre periodismo.

¿Cómo ve el periodismo actual, en medio de este mundo dominado por la tecnología?

El gran reto de los periodistas de hoy es utilizar a Google como un instrumento que permita purificar la información, pero que no la reemplaza. Google debe ser un complemento del gran reportaje; no es el reportaje. Google debe ser utilizado como la gran biblioteca que facilita y enriquece una obra, pero no es la obra.

¿Cómo lograr que los jóvenes de hoy tengan visión de país?

Leyendo, informándose y teniendo contacto con la gente. Me atormenta decirlo, pero los jóvenes no parecen estar muy interesados ni en el pasado, ni el presente ni en el futuro del país. Una cosa es lo que piensen los gobernantes y otra cosa es lo que piensan los gobernados.

A propósito, ¿cómo debe ser esa relación de periodismo y poder?

Toda escuela de periodismo y todo periodista estilo Kapuscinski sostienen que no debe haber ninguna relación íntima entre el poder y el periodista, porque entonces uno se volvería un instrumento del poder. Pero hay que tener en cuenta lo siguiente: en un país como el nuestro, ¿qué son los medios de comunicación? Lo primero que tiene que decidir un periodista es si va a pertenecer o no a lo que puede llamarse “el establecimiento”. Porque si decide no pertenecer a él, pues debe abandonarlo y asumir una conducta de rebelión que también es absolutamente válida. No olvide que los medios de comunicación en cualquier sistema son las venas, la sangre del establecimiento. Yo he sido amigo de muchos de los hombres que han ocupado la jefatura del Estado. Pero amigo del hombre, no del mandatario.

¿Ha pensado darse el merecido ‘descanso de los guerreros’, como ocurría en Roma?

Le concluyo así. Cuando Mao Tse-Tung inició la larga marcha contra el régimen, que terminó con la conquista de China, un periodista como usted le preguntó luego de su triunfo: “¿Y usted qué piensa hacer ahora?”. Y Mao le respondió: “Mire, querido periodista, detrás de las montañas hay más montañas”.

CARLOS RESTREPO
Cultura y Entretenimiento

Tomado de:El Tiempo.com

Yo soy Yamid, cambiadme la receta

Yamid Amat y el Premio CPB. Foto iris,net.co

Por Oscar Domínguez Giraldo

La siguiente es una entrevista virtual (actualizada, claro) a Yamid Amat director de CM&, quien cumplió 75 años el 2 de diciembre, y quien acaba de publicar su primer libro: ¡Cuidado con lo que dice!

¿De donde se copió lo de las entrevistas virtuales?

– Soy un creador, no una fotocopiadora. Arranqué como control en Radio Boyacá, en Tunja. Cuando Gustavo Nieto Roa me dio la alternativa, me inventé los programas radiales para noctámbulos. Se llamaba El Club de los Murciélagos y se emitía de 10 PM a 1AM. Por primera vez los oyentes hacían llamadas telefónicas a la radio. El Club lo llevé luego a Radio Juventud, en Bogotá, con el gordo Jaime Villamil, de quien aprendí el abecé de la reportería. No nos dejaba oír la competencia radial pero ¡ay! de quien se dejara chiviar. En Juventud nació mi chivolatría. Me inventé el periodismo de farándula

"Los secretos, 1,2,3" en CM&. Foto elmundotkm.com

“Los secretos, 1,2,3” en CM&.
Foto elmundotkm.com

en El Espacio donde escribía con el alias de Juan Lumumba. En tiempos de los fenicios (¿o serían los romanos?), al pueblo le daban pan y circo. Ahora mi receta es SST: sangre, sudor (fútbol, mi debilidad) y tetas. Descubrí que la gente se levanta a trabajar y entonces colonicé la franja de radio de la mañana, idea que mejoré de Los Colectivos que escuché en Buenos Aires. Ahora, todo el mundo tiene sus 6 am- 9am. Con Radionet inventé las noticias de radio todo el día. Lástima que la idea no pegó. Desde siempre, Tunja y Bogotá que han disputado mi cuna, tuvieron su Ted Turner cundiboyacense. Fui jefe de redacción de TV Sucesos RCN, del maestro de Itagüí, Alberto Acosta, donde nos lucimos con gente como Nacho Ramírez (que del paraíso goce), el pastor Darío Silva, el chiquito César Fernández, Amparito Pérez, Virginia Vallejo. Usted, Trapito Domínguez, estorbaba en el noticiero de la medianoche y se nos pegaba a la hora de tomar proletaria brandy Domeq mientras paríamos el noticiero de la siete con el gordo Arturo Posada quien sufría pegando las películas con cinga. Ahora, al frente del noticiero de tv. CM& hago mi periodismo entre las 8:30 y las 10:30. Impuse las noticias libretiadas, actuadas, recitadas, por bellas que le quitan el sueño a los televidentes. Ya todos están con el cuento de 1, 2 y 3. Qué pena, soy un Rey Midas de los medios: todo lo que se me ocurre lo vuelvo sintonía.

Yamid Amat. Foto blogspot.com

Yamid Amat.
Foto blogspot.com

– ¿Considera ético el recurso de la entrevista virtual?

– Prefiero hablar de puro periodismo. Es mi dios y mi ley. Para preguntar soy un fenómeno. Con esta habilidad soy el Cassius Clay del periodismo colombiano. No tengo rival. Véanme en el noticiero y léanme los domingos en El Tiempo. (Acabo de recopilar mis entrevistas en mi primer libro que titulé ¡Cuidado con lo que dice! A ver si lo leen pa que aprendan, viejo. No les voy a durar toda la vida). Algún pupilo me comparó con Oriana Fallaci, en el arte de preguntar, aclaro, y sin los libros que ella se leyó. Todavía me critican porque confundí a María Kodama con la esposa de Jorge Luis Pinto, exentrenador de mi Santafecito lindo. Tampoco me perdonan que le haya conseguido mar a Bolivia por la vía del maremoto. Y hay quienes me dicen tacaño, por favor, viejo…

– ¿Trata bien a su tropa?

– Me dicen Alka-seltzer dizque porque me subo y me bajo rápido. Olvido pronto. Me enojo y tiembla la redacción. Tengo el defecto de que regaño en público y pido perdón en privado. Lo que pasa es soy adrenalina pura, el estrés es mi aliado. Me desestreso con las chivas, los caballos, el black jack, las muchachas. Pero una enojada mía se puede poner en la hoja de vida. Mejoro currículos a punta de gritos y de madrazos. Con razón el Círculo de Periodistas de Bogotá, aunque demorado, se enmendó la plana y me adjudicó también el premio a mi vida y obra que hace años me adjudicaron los del premio “Simón Bolívar”. Todos los premios me buscan. Soy grande.

– ¿Cuánto le debe en su carrera política al expresidente López de quien usted fue su Pájaro Hoyos…?

– Mérmele, maestro. Darío es Darío y Yamid soy yo. Por lo demás, pregúntele al presidente López – en el más allá- a quién le debe su presidencia.

– ¿Por qué lo sacaron de Caracol TV?

– Una gitana boyacense me dijo un día que había un Ricardo Alarcón en mi futuro. No le gustaron mis entrada$ y le tocó hacer el mandado de sacarme. Y de paso sacarse un clavo. Pero siempre caigo parado, como los gatos.

Yamid y 'las chivas'. Foto iris.net.co

Yamid y ‘las chivas’.
Foto iris.net.co

– ¿Defiende la chiva?

Nada más orgásmico que una chiva. La chiva en periodismo es como correr 100 metros por debajo de los diez segundos. Es la sal de mi vida. Yo tengo la chiva por cárcel. No puedo vivir sin ella. Soy ninfómano de noticias. Nací para ser un periodista las 24 horas, no un ratico sí y al ratico no. Soy un animal periodístico, viejo.

¿Su opinión sobre esta entrevista virtual?

Yo soy Yamid… “cambiadme la receta”. Mejor dicho, perro no come perro…

 Tomado de: Revista Corrientes.com

Macrolingotes de Óscar Alarcón Núñez
  • Resultado de imagen para fotos de gabo
    Gabriel García Márquez Foto de Revista Diners
    Resultado de imagen para fotos de vargas vila
    José María Vargas Vila. Foto de Biografías y vidas.com
    En un perfil que hizo el presidente López Michelsen de su amigo Gabriel García
    Márquez sostuvo: “En la proyección cultural del continente, ningún otro colombiano,
    con excepción de José María Vargas Vila, había alcanzado un renombre semejante, no solo en la comunidad hispanoparlante sino en el mundo entero, como García Márquez”.
    Cuando apareció la nota (“El Tiempo”, Lecturas Dominicales, 24-10-99), le comenté al
    Expresidente Alfonso López Michelsen.
    presidente López que eso lo había dicho el mismo García Márquez. Se sorprendió y le
    llevé el recorte de la revista “Mujer”, que dirigía Flor Romero, en donde, en un
    reportaje, declaraba “Yo soy el Vargas Vila de mi generación”. Era 1968. Hacía menos
    de un año había aparecido Cien Años de Soledad y vivía en Barcelona con su familia.
    Gabo entonces mostraba la coincidencia de que su libro se estuviera vendiendo mucho y
    que Vargas Vila hubiera vivido también en la hermosa ciudad de las Ramblas y de
    Gaudí.
    Hoy casi nadie se acuerda ni sabe quién fue Vargas Vila. Ensayista, historiador,
    novelista y sobre todo panfletario. Se enfrentó a los curas y a la regeneración y la mayor
    parte de su vida estuvo fuera del país, en el exilio, viviendo únicamente de sus libros,
    porque ellos se vendían como arroz. Malcon Deas ha descubierto que varios líderes
    latinoamericanos han tenido su influencia, y no lo han confesado.
    Una vez en un banco de Rio de Janeiro fue a cobrar un cheque y el cajero, con sorpresa,
    le comentó: “¡Es usted Vargas Vila! Pues sepa que hace unos quince días se suicidó una
    sobrina mía en cuya mesa de noche se hallaba Ibis, con una anotación marginal en la
    que aseguraba ser su libro el responsable de tamaña desgracia”.
  • Esa novela y otras como Aura y las violetas y un sin número de otras más hicieron parte
    de su producción. Hoy, repito, casi nadie lo recuerda. ¿Se parece a García Márquez?
    Quizá porque en su época vendió mucho y también porque escribió unos cien libros y
    Gabo, Cien… años de soldad.
    Tomado de Macrolingotes de Óscar Alarcón Núñez.