Crculo de Periodistas de Bogot
Corte define futuro de ‘Fast Track’

Foto: Presidencia 


Aunque no haya ‘Fast Track’, el acuerdo de paz será implementado en el Congreso. Así lo sostuvo ayer el presidente Juan Manuel Santos desde Oslo, en donde recibió el Premio Nobel de Paz el sábado pasado. El pronunciamiento lo hizo frente a la expectativa que hay sobre la determinación que debe tomar a partir de mañana, la Corte Constitucional sobre los artículos uno y dos del llamado «acto legislativo para la paz».

Dichos artículos establecen, de un lado, un procedimiento legislativo especial o de vía rápida (Fast Track), que reduce a la mitad el tiempo de trámite de los proyectos de ley y acto legislativo que se deriven del acuerdo de paz renegociado por el Gobierno y las Farc, y que fue refrendado, en un procedimiento inédito y considerado inconstitucional por varios sectores, por el Congreso. 

La demanda que la Corte debe definir tiene ponencia de la magistrada María Victoria Calle, cuyo informe a la plenaria del acto tribunal deja vivo el ‘Fast Track’, pero no tomó ninguna decisión respecto al artículo cinco del «acto legislativo para la paz» que establece que la vigencia de toda esta reforma constitucional está supeditada a que exista una refrendación popular del acuerdo final de paz. 

Como se sabe el plebicito refrendatorio del primer acuerdo de paz fue votado el pasado 2 de octubre y ganó el No. Si bien se renegoció un nuevo acuerdo, este no se sometió a refrendación popular, es decir que no se sometió a las urnas para que fuera aprobado o rechazado por la ciudadanía. Todo lo contrario, el Gobierno decidió que la refrendación se haría por vía del Congreso, lo que se concretó a finales de noviembre.

Sin embargo, tanto el ejecutivo como sus mayorías parlamentarias, y otros sectores le están pidiendo a la Corte que en  el marco del fallo que debe darse sobre la demanda que lleva la magistrada Calle se reviva el ‘Fast Track’ así no haya existido refrendación popular del nuevo acuerdo.

“El Plan B como lo he dicho es que si no pasa el ‘Fast Track’, someteremos al Congreso las leyes de cualquier modo, pero espero que la Corte Constitucional se exprese y apruebe la posición del ‘Fast Track’”, dijo el hoy el Jefe de Estado.

Agregó que una de las lecciones que tuvo en cuenta del proceso de paz en el resto del mundo es la importancia de no dejar pasar mucho tiempo entre la firma y la implementación del acuerdo de paz, dada la inseguridad jurídica en la que se dejará a los integrantes de las Farc.

“La diferencia entre los procedimientos con ‘Fast Track’ o sin él, está en qué tan rápido se demorará el Congreso en aprobar las leyes”, sostuvo el mandatario al término de un encuentro bilateral con la primera ministra noruega, Erna Solberg.

La Corte Constitucional debate desde las nueve y media de la mañana, pero no se sabe si habrá debate ya que se espera que la magistrada Calle radique una nueva ponencia en la que podría adicionar la posibilidad de que el artículo cinco, es decir el de la vigencia, también haga parte del fallo. Aunque algunos magistrados consideran que debe eliminarse el condicionamiento de la refrendación popular, lo que reviviría el ‘Fast Track’, otros son de la tesis de que el alto tribunal no puede ir contra su misma jurisprudencia, especialmente la sentencia que avaló, en agosto pasado, la citación del peblicito refrendatorio, en la que dejó claro que el dictámen popular debía ser acatado por el Gobierno. Esto significaría, entonces, que no se puede utilizar la vía rápida para tramitar las leyes y actos legislativos que se requieren para implementar el acuerdo de paz, y todo el trámite tendría que hacerse por la vía ordinaria, que establece tiempos mucho más largos para la discusión y aprobación de las iniciativas.

Varios sectores, en cabeza del uribismo, han pedido a la Corte que no ceda a las presiones del Gobierno, y que el ‘Fast Track’ permanezca congelado a menos que haya una nueva citación a las urnas y que el resultado sea positivo.

Sobre este mismo tema, el presidente del Senado, Mauricio Lizcano, aseguró que “si no se aprueba el ‘Fast Track’ implementaremos acuerdos de manera ordinaria. La diferencia está en implementar en 6 meses o un año”.

Entre tanto, nuevamente el senador y expresidente Álvaro Uribe volvió a hablar sobre el ‘Fast Track’, antes de terminar su gira en los Estados Unidos. “Escribo estas líneas con la angustia democrática de temer al ‘Fast Track’, sin el plebiscito que el Gobierno perdió y después eludió, todo en beneficio del terrorismo, con anulación de debates y de procedimientos democráticos, como en nombre de la paz lo han hecho dictaduras». 

No compraron el Nobel 

La Primera Ministra Solberg se refirió a los señalamientos que según el propio presidente Santos ha hecho el expresidente Álvaro Uribe sobre supuestos intereses detrás de la entrega del Nobel de Paz.  Afirmó que “hay una cosa muy cierta y es que uno no puede comprar un Premio Nobel de Paz, ni los Nobel académicos. El escrutinio lo hace un comité independiente con un altísimo nivel de integridad; esa decisión la toma un comité”. 

Tomado de: Elnuevosiglo.com.co

Juan José Echavarria es el nuevo gerente del Banco de la República

Foto: Archivo / EL TIEMPO

es Ingeniero de la Escuela de Minas de Medellín. Tiene Maestría en Economía de la Universidad de Boston y Doctorado en Economía de la Universidad de Oxford.


Este ingeniero de la Escuela de Minas de Medellín será el encargado del Emisor hasta el 2021.


La Junta Directiva del Banco de la República designó este lunes al doctor Juan José Echavarría Soto como Gerente General, en reemplazo del doctor José Darío Uribe Escobar, para el período de cuatro años que inicia el 4 de enero de 2017.

Juan José Echavarría es Ingeniero de la Escuela de Minas de Medellín. Tiene una maestría en Economía de la Universidad de Boston y Doctorado en Economía de la Universidad de Oxford.

Se ha desempeñado en diversos cargos del sector público y privado, entre otros, fue Codirector de la Junta Directiva del Banco de la República, Director Ejecutivo de Fedesarrollo y Viceministro de Comercio Exterior.
 
Juan José Echavarría se ha desempeñado, en reciente oportunidad, como director de la Misión para la Reestructuración del Café en Colombia y director Programático de la Fundación Buen Gobierno.

Fue co-director del Banco de la República entre el 2003 y comienzos de 2013; director Ejecutivo de Fedesarrollo entre 1998 y 2003, y subdirector de esa misma entidad en 1989-90. Fue Ministro Plenipotenciario de Colombia en la OEA y Vice-Ministro de Comercio durante la Administración Gaviria (1994-1998).

Allí dirigió las negociaciones comerciales con México y Venezuela (G3), con Chile y con Caricom. Dirigió el Censo Cafetero Nacional en la Federación Nacional de Cafeteros (1990-92) y fue Decano de Economía en la Universidad Nacional en 1984-85, según datos de su hoja de vida.

Noticia en desarrollo….

REDACCIÓN ECONOMÍA Y NEGOCIOS

Tomado de: Eltiempo.com 

Encuentran muestras biológicas de Rafael Uribe en cuerpo de Yuliana

La Fiscalía confirmó que se encontraron muestras biológicas del presunto asesino de Yuliana Samboní, Rafael Uribe, en el cadáver de la niña.

POR SANTIAGO CÁRDENAS H. | PUBLICADO HACE 2 HORAS

La Fiscalía General de la Nación confirmó este lunes que se encontraron muestras biológicas del presunto asesino de Yuliana Samboní, Rafael Uribe, en el cadáver de la niña de 7 años.

Lea: Fiscalía negociaría preacuerdo con Rafael Uribe por caso de Yuliana

“Una vez terminado los análisis de laboratorio, Medicina Legal encontró, sin ninguna duda y con la mayor certeza científica, material biológico que vincula al señor Rafael Uribe en la muerte y abuso sexual de la menor de 7 años”, indicó el director de Medicina Legal, Carlos Valdés.

La entidad elaboró el informe sobre el material biológico encontrado en el lugar de los hechos y el cadáver de Yuliana y se lo entregó como prueba a la Fiscalía.

Por otro lado, la Fiscalía agregó que ya se tiene una teoría sólida sobre este caso.

«La Fiscalía con todas las evidencias que ha  recopilado e incorporado a la investigación le da la total certeza de una teoría del caso para que en tiempo récord se presente el escrito para iniciar la etapa de acusación respecto a la autoría de este señor del homicidio, secuestro, tortura y violación sobre esta niña”, indicó Luis González, director nacional de Fiscalías.

Por otro lado, se confirmó este lunes que tras terminar el procedimiento de necropsia al cuerpo del celador del edificio, donde la Policía encontró el cuerpo sin vida de Yuliana Samboní, la entidad aún no ha podido establecer si se trata de un suicidio.

Se trata de Fernando Merchán Murillo, quien habría estado de guardia en el edificio Equus 66, cuando presuntamente ingresó al inmueble Rafael Uribe Noguera con la menor.

Según el director de Medicina Legal, Carlos Valdés, la muerte de Merchán se produjo por cortadas infringidas en las extremidades inferiores y articulaciones del celador.

De acuerdo al dictamen forense, esas heridas no habrían tenido la gravedad para producir su muerte,por lo que aún no hay claridad si se trata de un suicidio.

“Ninguna de las heridas pueden explicar la muerte, por eso la causa seguirá siendo investigada, aún no hay claridad científica”, dijo Valdés.

Murillo Merchán apareció muerto el pasado viernes en el baño de su vivienda al sur de la ciudad, con una carta en la que se disculpaba con su familia por tomar dicha decisión, y diciendo que no quería volver a la cárcel. Documento que según el CTI, si habría sido elaborado por el celador.

Santiago Cárdenas Herrera
SANTIAGO CÁRDENAS HERRERA

Periodista de temas de actualidad en el área digital, comunicador social y periodista con estudios de maestría en Ciencias Sociales.

Tomado de:El Colombiano.com

 

Santos dona insignia con paloma de la paz y ‘balígrafo’ al Museo Nobel

Foto: Presidencia

El ‘balígrafo’, un bolígrafo hecho con proyectiles de fusil, fue usado por el mandatario colombiano para suscribir los acuerdos con las Farc.


El jefe de Estado entregó estos dos objetos al primer ministro sueco, Stefan Löfven.


El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, donó este lunes al Museo Nobel de Estocolmo la insignia con una paloma de la paz que ha lucido durante el proceso de negociación con las Farc y el ‘balígrafo’ con el que firmó los principales acuerdos.

Santos, que visitó este lunes Suecia tras recibir hace dos días el Nobel de la Paz en Oslo por sus esfuerzos para acabar con el conflicto armado en su país, entregó esos dos objetos al primer ministro sueco, Stefan Löfven, durante una reunión entre ambos, informó la Presidencia de la República de Colombia.

 
 El ‘balígrafo’, un bolígrafo hecho con proyectiles de fusil, fue usado por el mandatario colombiano para suscribir los acuerdos con las Farc, entre ellos el pacto firmado el mes pasado en el Teatro Colón de Bogotá, que fue aprobado días después por las dos cámaras.
 La insignia donada es una de las dos con ese símbolo que Santos ha lucido durante el proceso de paz y es la que llevó el pasado fin de semana en Oslo con motivo de la entrega del Nobel -la otra se la entregó al jefe de la guerrilla, Rodrigo Londoño Echeverri, en la firma en Cartagena del primer acuerdo-. (

Santos viajó este lunes a Estocolmo desde Oslo para mantener varias reuniones políticas dentro del programa del Nobel de la Paz, incluida una audiencia con el rey Carlos XVI Gustavo, una conferencia en un seminario en el Parlamento sueco y una entrevista con Stefan Löfven.

Aunque los actos centrales del premio de la Paz -que se otorga y entrega en Noruega por deseo expreso de Alfred Nobel, creador de los centenarios galardones- se desarrollan en Oslo y no en Estocolmo, es tradición que los premiados vayan luego a la capital de Suecia para reunirse con las principales autoridades de ese país.

Finalizado su programa en Estocolmo, Santos siguió viaje a Bruselas para firmar el acuerdo que creará el fondo fiduciario de la Unión Europea (UE) para el posconflicto colombiano. Desde ahí continuará viaje unas horas después a Madrid, siguiente punto de una gira europea que durará cinco días más e incluirá también Italia y El Vaticano. 

EFE

Tomado de: Eltiempo.com

Los mitos y los clichés del incremento del salario mínimo

Foto: Archivo// El espectador


Que este sueldo es uno de los más bajos de la región o que un aumento exagerado genera desempleo son algunos de los argumentos que siempre salen en las negociaciones. Expertos opinan.


Este lunes se llevará a cabo la cuarta sesión de negociación sobre el salario mínimo 2017, y las cartas están destapadas. Tanto los empresarios como los sindicatos ya revelaron sus propuestas de incremento salarial: los gremios proponen un alza de 6,5 %, con lo cual el pago pasaría de $689.455 a $734.269, es decir, habría un aumento de $44.814, y las centrales obreras piden un alza del 14 %, lo que implica que el pago quedaría en $785.977, un incremento de $96.522. 

Este es el panorama de la mesa de concertación. Una brecha de más de $50.000 separa las propuestas de cada sector y aleja la posibilidad de un incremento fijado por medio de un acuerdo entre empresarios y sindicatos. Mientras tanto, aumenta la polaridad que cada año suele apoderarse de estas negociaciones, pues regresan los argumentos de siempre: se sacan en cara viejas deudas y los clichés abundan. Por esta razón, El Espectador analizará algunos de los comentarios que nunca faltan durante las discusiones que definen el salario mínimo del que dependen más de 1,7 millones de colombianos.

El primer comentario que siempre sale a colación es que el salario mínimo en Colombia es bajo; incluso, algunos sindicatos lo califican como una miseria. Para Estefano Farné, director del Observatorio del Mercado de Trabajo de la Universidad Externado, “si se analiza este sueldo respecto a la productividad colombiana, en teoría este pago sería alto. Por lo que se les daría la razón a los empresarios que dicen que se debe aumentar de manera moderada. No obstante, si el punto de referencia es el nivel de ingresos, se justifica el argumento de los sindicatos de que los $689.455 no alcanzan para mucho”. Asimismo, de acuerdo con el Departamento Administrativo Nacional de Estadística, el costo de la canasta básica mensual de un hogar colombiano es de alrededor de $1’160.000, es decir, se requieren casi dos salarios mínimos para pagarla.

 

Respecto a las comparaciones internacionales, la información del Observatorio Laboral de la Universidad del Rosario indica que el salario mínimo local es el tercero más bajo entre las principales economías de América Latina: Venezuela (US$892), Argentina (US$511,49), Chile (US$359), Ecuador (US$354), Brasil (US$290), Colombia (US$233,71), Bolivia (US$206,90) y México (US$138).

Sin embargo, Farné advierte que “es difícil determinar si el pago mínimo es bajo o alto. Para empezar, se ha vuelto muy complicado hacer comparaciones internacionales por culpa del dólar. En los países con alta dependencia de materias primas se ve que este es inferior al de otros países en donde se ha visto menos devaluación. Este es el caso de Colombia, pero no es dato determinante, pues puede ser tan sólo un efecto cambiario”.

El otro argumento que no pueden dejar de sacar los empresarios es que un aumento excesivo en el salario mínimo puede generar desempleo. Por lo general, argumentan que se trata de una simple relación entre costos operativos y rentabilidad: si la nómina aumenta demasiado, no podrán seguir contratando o, en su defecto, se verán obligados a realizar despidos.

Para José Roberto Acosta, profesor de la Universidad Externado y miembro de la Red por la Justicia Tributaria, “decir que el alza del salario mínimo incrementa la inflación es uno de esos viejos clichés neoliberales que la misma historia se ha encargado de desmentir. La mejor muestra es que en los últimos cinco años se han quitado toda una serie de costos laborales a las empresas, por ejemplo los parafiscales, y el resultado es que sí ha habido una mejora en formalidad, pero no en reducciones del desempleo”.

Foto: Archivo// El espectador

De manera que “no es cierto que bajar los costos a las empresas garantiza un aumento en la generación de empleo. Pero hay que reconocer que no es viable un incremento del 14 %, como proponen los sindicatos, aunque debe ser cercano al 7 %, que es lo justo si se miran la inflación proyectada de 2017, la productividad laboral y los mayores costos por concepto de la reforma tributaria”, concluyó Acosta.

Por su parte, Farné afirma que “subir uno o dos puntos el salario mínimo por encima de la inflación no debería aumentar el desempleo si tan sólo se hace un año, pero si se hace de manera sistemática sí debería generar problemas de empleo en el mediano plazo”.

Este año se cumplen 20 años desde que nació la mesa de concertación, y en este tiempo sólo se ha llegado a cinco acuerdos. De acuerdo con todas las fuentes consultadas por El Espectador, este año tampoco habría consenso. “La falta de eficacia del proceso en el que se define el salario mínimo inquieta si realmente se busca llevar al diálogo o si es tan sólo un ritual que le sirve al Gobierno para decretar el incremento salarial que más le conviene: uno, porque el Estado es uno de los principales empleadores, y segundo, porque es uno de los instrumentos que tiene a la mano para controlar la inflación. Bajo esta óptica, la mesa de concertación tripartita podría ser también un mito”, afirmó Iván Daniel Jaramillo, investigador del Observatorio Laboral de la Universidad del Rosario.

Este es el panorama del posible incremento salarial en Colombia. Sólo falta esperar qué tanta fuerza tomarán los clichés y los mitos que hay cada año sobre el salario mínimo.

Tomado de: Elespectador.com 

Vigilante del Equus 66 presentaba cinco heridas, según Medicina Legal

Foto: Héctor Fabio Zamora / EL TIEMPO

Frente al edificio Equus 66, ciudadanos realizaron un altar en honor de Yuliana.


La institución dará a conocer el tipo de muerte del testigo clave en el caso de Yuliana Samboní.


Fernando Merchán Murillo, el vigilante que fue hallado muerto en el baño de su casa el viernes pasado, presentaba una herida en la parte inferior de la pierna derecha, y otra en el mismo lado de la pierna izquierda. Tenía una cortadura en el cuello, además de las dos heridas en cada una de las muñecas.

Esto se lee en un informe preliminar que surgió del primer examen al cadáver, durante la necropsia realizada por el Instituto de Medicina Legal, que indica que Merchán Murillo tenía cinco heridas producidas con elemento cortopunzante, en este caso un cuchillo de cocina.

 

El arma, que fue encontrada el día de su muerte por las autoridades al lado del cuerpo sin vida, la identificó su hija, Karen Lorena Merchán, quien les dijo a las autoridades que se trataba del mismo que era usado por ellos para preparar los alimentos.

Su muerte, revela el informe preliminar, se produjo “por un shock hipovolémico, por la pérdida de sangre que ocasionaron las graves lesiones”, indicó una fuente de Medicina Legal a EL TIEMPO.

En el cuerpo no se halló ningún otro tipo de lesión y no se descarta que se trate de un suicidio. El informe que entregará el director de Medicina Legal, Carlos Eduardo Valdés, formará parte de la investigación.

Merchán Murillo era uno de los testigos importantes en las indagaciones relacionadas con la muerte de la niña Yuliana Andrea Samboní, de 7 años. El cadáver de la menor fue encontrado por la Policía en el baño del apartamento 603 del edificio Equus 66, el domingo 4 de diciembre, en Chapinero.

Por este hecho se encuentra detenido el arquitecto Rafael Uribe Noguera, señalado de haber sido el autor material del homicidio. Ese domingo, el vigilante Merchán estaba de turno y fue la persona que abrió la puerta del parqueadero para el ingreso de Uribe Noguera en su camioneta color plata, de donde, al parecer, descendió la niña en compañía del residente. Él confirmó que el automotor fue estacionado en un lugar al que llamó “un punto ciego”, es decir, un sitio en donde las cámaras de seguridad pierden visibilidad.

En una entrevista que le realizó el fiscal del caso a Merchán Murillo, este confirmó los tiempos en los que Uribe Noguera ingresó al edificio e indicó la hora, según él, de la posterior llegada de los hermanos del indiciado, Francisco y Catalina Uribe Noguera.

Estos son los mismos datos que él registró en la minuta y que suministró a los investigadores el día de la inspección al cadáver de Yuliana.

Desde la fecha de los hechos y en su encuentro con el fiscal del proceso, Karen Lorena Merchán contó que su padre se encontraba muy preocupado, callado y buena parte del tiempo con la mirada perdida. Indicó, además, que su progenitor había dejado de comer. “Me decía que desde el domingo no había podido dormir”, relató la joven.

Ella se despidió de su padre el pasado viernes, a las 7 de la mañana, en la casa de su tía, donde ambos habían pasado la noche. Merchán le dijo a su hija antes de irse que iría a su casa a cambiarse de ropa. Debido a su estado de ánimo, Karen Lorena procuraba llamarlo repetidas veces para saber cómo estaba.

Desde las 8 de la mañana empezó a marcarle a su teléfono. Insistió y la llamada siempre se iba a buzón de voz. Por eso decidió ir a la casa, la número 140 del conjunto residencial Jardines de Castilla segunda etapa, en donde ambos vivían, en el suroccidente de la ciudad.

Cuando subió al segundo piso, relató la joven, lo encontró sin vida, en el espacio de la ducha y sentado en una silla con el cuchillo de cocina a su lado.

Merchán Murillo dejó escrita una nota en la que les pedía perdón a los suyos por “haberles dañado la Navidad”; en ella decía además: “Soy inocente”.

Algunos familiares del vigilante les han pedido a las autoridades que investiguen a fondo la extraña muerte.

Tomado de: Eltiempo.com

A través del espejo

La Fundación que lleva su nombre se propone “defender, promover y proteger los derechos humanos de las víctimas de ataques con químicos”. / Camilo Ponce de León

Personajes del año

Su nombre hoy no sólo es una ley que otorga penas más severas contra quienes atenten contra las mujeres, sino que desde su fundación apoya a quienes fueron víctimas de ataques con ácido.

Por: Sorayda Peguero Isaac

Había días en los que Natalia Ponce de León quería morirse. Con vendas que le cubrían el cuerpo minado por heridas lacerantes, con la morfina surcando sus venas, con los párpados inmóviles, con la luz quemándole los ojos, con el espanto y el desasosiego de no poder mitigar la urgencia de sus propias preguntas: ¿Dónde estoy? ¿Qué me está pasado? ¿Por qué a mí?

A veces quería creer que todo se arreglaría. Que despertaría una mañana y abandonaría el hospital para recuperar el pulso de su vida, tal y como era antes del jueves 27 de marzo de 2014, cuando Jonathan Vega volcó sobre ella un litro de ácido sulfúrico y toda la carga enfermiza de su obsesión. Natalia Ponce de León era, y sigue siendo, una amante confesa de la música, de los viajes, del vino, de los placeres de la risa y de la vida que transcurren en los espacios abiertos. Tres días después de que sufriera uno de los ataques con ácido más salvajes que se recuerdan en Colombia, el agente químico que había quemado una tercera parte de su cuerpo seguía carcomiendo su piel con la voracidad de una plaga. No se trataba de un mal sueño: Natalia Ponce de León tendría que sobrevivir a más de una veintena de cirugías y a un mes y tres semanas de duelos intermitentes con la muerte.

A veces quería zambullirse en un sueño profundo. En el hospital Simón Bolívar de Bogotá no abundan los espejos. Los objetos reflectantes son un peligro que puede provocar la desesperación de los pacientes que han sufrido quemaduras graves. Cincuenta días después de su ingreso, el jueves 15 de mayo de 2014, Natalia Ponce de León –profesional en medios audiovisuales, que entonces tenía 33 años y que nació en Bogotá– fue conducida hasta la séptima planta del hospital. Allí, en una habitación angosta, por primera vez desde el ataque, tuvo su primer encuentro con la otra Natalia: la nueva versión de sí misma que la miraba a través de un espejo. El renacimiento de Natalia Ponce de León –el libro escrito por la periodista Martha Elvira Soto– narra sus primeras impresiones: “Mi cara estaba desfigurada, morada y roja en algunos sectores. Solamente dije: ‘Ma, estoy como un monstruo’, y me eché a llorar. Quería que todo el mundo saliera de inmediato y que alguien me durmiera”.

El doctor Jorge Luis Gaviria –su cirujano– le pidió que escribiera una carta explicando cómo había sido su período de internamiento en el Simón Bolívar, el hospital que, según sus propias palabras, le salvó la vida y se convirtió en su segundo hogar. Natalia Ponce de León aceptó la petición. Escribió la carta y aprovechó la oportunidad para dar cuenta de las carencias del centro médico. Destacó que durante su ingreso fue testigo de la falta de medicamentos, alimentos, agua, sábanas, pañales y otros productos de higiene. Siendo consciente de que algunos aspectos de su situación podían situarla en una posición privilegiada, se preguntaba a menudo: “¿Cómo hacen las demás personas que no tienen dinero en su bolsillo o un medio de transporte para poder solucionar un tema así, a altas horas de la noche?”.

Colombia es uno de los países con el mayor número de ataques con ácido del mundo. Según datos del Instituto Nacional de Medicina Legal, 926 personas fueron víctimas de ataques con agentes químicos durante el período de 2004 a 2014. La repercusión mediática alcanzada por el caso de Natalia Ponce de León propició que la opinión pública y las autoridades pusieran el foco de atención en un delito con alarmantes índices de impunidad. Una característica destacable de los ataques con ácido es la discriminación de género. La mayoría de las víctimas, las que han recibido las lesiones más severas, han sido mujeres.

Natalia Ponce de León hizo acopio de una fortaleza que ni siquiera ella sabía que tenía. Poco a poco se convirtió en voz y símbolo de una tragedia que durante mucho tiempo estuvo rodeada por un cerco de silencio. “Es la primera vez que me paro acá –explicó ante la Cámara de Representantes en junio de 2015–. Los ataques con ácido destruyen a una persona totalmente en su estado físico, mental y emocional. Hay mujeres que han llegado a suicidarse. Sólo les pido que esta ley salga adelante”. Casi seis meses después de que pronunciara estas palabras, el 25 de noviembre, el Congreso colombiano aprobó una ley que lleva su nombre y que castiga con mayor severidad los ataques con agentes químicos que antes eran considerados “lesiones personales”. Cuando la noticia llegó a oídos de Natalia Ponce de León, decidió que había llegado el momento de dar la cara: quería presentarse ante el mundo sin las máscaras médicas que exige su tratamiento.

Un pequeño espejo de aumento que le regaló su tía Marinita la acompaña en su proceso de reconocerse y de descubrir que la agresión que sufrió no pudo borrar algunos rasgos característicos de su rostro: sus ojos rasgados, sus cejas gruesas y la expresión de su cara cuando sonríe. Desde abril de 2015 dedica la mayor parte de su tiempo a una fundación que lleva su nombre. La Fundación Natalia Ponce de León se propone “defender, promover y proteger los derechos humanos de las personas víctimas de ataques con químicos”.

Natalia Ponce de León quiere convertirse en conferencista. Quiere compartir su historia y su mensaje con personas de diferentes lugares del mundo. Quiere formar una familia. Quiere ser madre. Quiere mantenerse firme en su propósito de ayudar a mucha gente. Algún día, Natalia Ponce de León quiere plantarse ante el hombre que la atacó, hacerle saber que en su corazón no hay un ápice de rencor hacia él. Quiere decirle, mirándolo fijamente a los ojos: “¡Aquí está Natalia Ponce de León Gutiérrez de Piñeres, viva. Míreme!”.

Tomado de:El Espectador.com

Las otras Yulianas
Foto: Mauricio Dueñas / EFE
Columna de Jineth Bedoya sobre otros casos de violencia sexual que han pasado desapercibidos.
Foto: Mauricio Dueñas / EFE
Todos los casos merecen atención urgente, como la que ha recibido el atroz crimen de Yuliana.

Impotencia. Apatía. Impunidad. Tres palabras que describen la crisis humanitaria que afronta el país en el tema de violencia de género, especialmente contra menores de edad. Así lo han denunciado este año organizaciones de mujeres e instituciones que trabajan por los derechos de la infancia y la adolescencia, pero pocos estamentos han dado respuesta efectiva.

En el primer trimestre, Medicina Legal presentó un informe que señalaba la vulnerabilidad de las niñas frente a la violencia sexual. Fueron contados los medios que lo registraron y la indignación brilló por su ausencia. En junio, la Policía de Antioquia denunció la violación que sufrió por semanas, por parte de su padrastro, una niña de tres años. La información duró segundos en las parrillas de televisión y no se registró en muchos medios.

(También: El pacto de silencio en torno a la oscura vida de Rafael Uribe)

Luego, la intervención del ‘Bronx’ dejó al descubierto la explotación sexual de niñas, pero para el país fue más importante la novela detrás del expendio de droga más grande de Bogotá. En julio, organizaciones hicieron llamados para que se atendiera la trata de niñas en las principales ciudades; en agosto, el ICBF alertó sobre los embarazos en niñas de entre 9 y 12 años. Y hace pocos días, la barbárica violación, tortura y empalamiento que le provocaron la muerte a Dora Lilia Gálvez, en Buga, Valle, conmocionó a un sector de la opinión.

Atención para todos

Todos los casos merecen atención urgente, como la que ha recibido el atroz crimen de Yuliana. Pero el común denominador, además del dolor, es la impunidad, motor que impulsa la violencia contra mujeres. Jueces que les devuelven la custodia a padres abusadores; violadores que reciben casa por cárcel; testimonios de pequeños que son invalidados porque “fantasean mucho”; pruebas rechazadas con la frase “la mujer se lo busca”.

Según Lucero Ramírez, abogada que atiende casos de violencia de género, de cada cinco casos de menores abusados, uno llega a una condena. Y ni qué decir de los casos de violencia sexual en mujeres: impunidad del 98 por ciento tanto en el marco del conflicto armado como en el espacio ordinario.

El martes, la campaña No Es Hora De Callar, apoyada por EL TIEMPO, hizo en el puerto de Buenaventura el segundo retorno simbólico del año con víctimas y sobrevivientes de violencia sexual. Se logró una hermosa jornada de memoria, dignificación y de ratificación de que allí hay decenas de Yulianas: algunas ya no están, otras siguen a la sombra de sus victimarios. Es hora de levantar más fuerte la voz. Por todas.

JINETH BEDOYA
Subeditora de EL TIEMPO

Tomado de:El Tiempo.com

 

El Nobel y la envidia

La verdad es que no salgo de mi asombro al ver cómo para mucha gente, en Colombia, el premio Nobel de la Paz que este sábado recibe el presidente Santos es algo sin valor o a lo sumo de mediana valía, como si fuera un hecho banal que sucede con frecuencia y ante el cual el mundo permanece indiferente, cuando es justamente lo contrario: una de las pocas cosas que la entera comunidad de naciones reconoce, un valor universal que, además, supone para el país una segunda estrella (después del Nobel de Literatura) en ese palmarés planetario.
Por: Santiago Gamboa

Pero es normal si vemos que detrás de ese intento de desprestigiar al Nobel están los mismos que han estado saboteando cada uno de los peldaños del proceso de paz, y que hoy podemos definir como los del Nunca. Como es su costumbre, hicieron una intensa campaña de desinformación —parecida a la del plebiscito— basada sobre todo en la ignorancia y la falta de cultura y educación, pero esta vez motivada por uno de los sentimientos más perturbadores y negativos que pueden invadir el espíritu humano, el que mayor bilis negra requiere y que, según se dice, en Colombia abunda, que es la envidia. No me consta que aquí se sienta más envidia que en otras partes, pues descreo de esas teorías que intentan establecer “caracteres nacionales” (que somos los más felices o los más astutos o los más tontos), pero no me cabe duda de que en las filas de la oposición de ultraderecha, es decir el Centro Democrático y en concreto el senador Álvaro Uribe, este sábado se tragará mercurio cromo de la envidia, y esto corroerá sus intestinos y les hará sentir un sabor agrio en la boca cuando se abalancen sobre los asados o almuerzos sabatinos o se tomen esos primeros traguitos previos a la celebración de la Novena. Supongo que la mayoría permanecerá por prescripción médica lejos de los televisores, pero tendrán a su gente estudiando cada palabra de lo que se diga y del discurso de Santos para, luego, después de un buen canelazo y cuando hayan terminado de cantar el “Ven a nuestras almas, Jesús, ven, ven”, empezar la cotidiana labor de menoscabar, rebajar, denostar, injuriar y envilecer este premio, que en términos de algunos fue comprado por el comunismo mundial para Santos, demostrando en cada una de sus disparatadas objeciones no sólo su grosería y necedad, sino sobre todo su ignorancia.

Ya he escrito en esta columna que Aristóteles definió la envidia como el “dolor ante el bien ajeno”, y por eso, ante un Nobel que fue conferido al presidente, pero que es un claro reconocimiento a Colombia y a sus víctimas, a su capacidad de reaccionar ante la insensatez, el hecho de que algunos políticos se dejen carcomer por la multiforme envidia y lo rechacen con argumentos necios es, aparte de una actitud infantil, una bofetada al propio país que está siendo reconocido universalmente y al que ellos, por absurdo, anhelan con avidez volver a representar. ¡Cuánto no daría el supuesto Gran Colombiano por estar ahí, de frac, recibiendo la medalla! ¡Con cuánta energía intentaron sabotear, combinando todas las formas de lucha, para que ese premio no recayera en Colombia y no le fuera conferido a Santos! Sólo les deseo que en sus botiquines finqueros haya Mylanta, eficaz contra la acidez de estómago.

Tomado de:El Espectador.com

La inutilidad de la cadena perpetua
Foto: Óscar Pérez/El Espectador

Entendemos y compartimos la necesidad de honrar a Samboní y a tantas otras, pero la mejor manera de hacerlo es dejando de lado las soluciones fáciles que en realidad son cantos de sirena, como la cadena perpetua.La idea de que a mayores penas se producen menos delitos ha sido desvirtuada por la academia y denunciada como “populismo punitivo”.

Por: El Espectador

La violación y asesinato de Yuliana Samboní es una tragedia indescriptible. Colombia, desgraciadamente, parece ser tierra fértil para este tipo de bajezas: cada día 21 niñas entre 10 y 14 años son violadas, según un informe del Fondo para las Poblaciones de las Naciones Unidas. Según Plan International, el año pasado 2.011 niñas entre 0 y 4 años fueron abusadas sexualmente en Colombia. La rabia y la indignación que muchos colombianos han expresado en estos días es síntoma del dolor acumulado que genera vivir en un país hostil hasta para los más indefensos. Con todo, eso no es motivo para sucumbir ante los cantos de sirena del populismo punitivo.

Nos referimos a la propuesta de revivir la cadena perpetua como sanción para quienes violen menores de edad. Cristina Plazas, directora del ICBF, fue la primera funcionaria de alto rango que solicitó al Congreso considerar de nuevo esta pena. Pronto, personas de todo el espectro político se unieron al llamado. Ayer supimos que el presidente del Congreso, Mauricio Lizcano, introdujo un proyecto de ley llamado “Ley Yuliana”, para que, en sus palabras, “quienes violen un niño o niña se pudran en la cárcel”. La iniciativa parece contar con un apoyo popular abrumador, como en las épocas en que la senadora Gilma Jiménez construyó su proyecto político alrededor de una propuesta similar.

Es en estos momentos de justa rabia cuando una sociedad tiene que mirarse al espejo y hacerse las preguntas fundamentales: ¿queremos construir nuestro sistema penal, el más invasivo, por definición, de las libertades individuales, sobre una idea de venganza o darle un propósito de rehabilitación? El debate no es nuevo y, por lo mismo, abundan los argumentos que nos llevan a pedir cautela: aunque los propósitos de justicia que envuelven este apoyo a la iniciativa sean loables, la cadena perpetua no va a solucionar nada.

Primero, porque parte de una idea que no está probada científicamente sobre los violadores y es que se trata de enfermos mentales incapaces de rehabilitarse. Es fácil equiparar a quienes cometen estos crímenes a figuras monstruosas, pero no podemos olvidar que ellos también tienen derechos. Más aún porque las tasas de reincidencia en estos crímenes son menores de lo que la opinión pública cree. Un estudio de Human Rights Watch, por ejemplo, concluyó que tres de cada cuatro personas condenadas por crímenes sexuales no reincidieron, y que esa cifra puede disminuir si se invierten en acompañamientos psicológicos eficientes.

Segundo, no hay ninguna prueba de que la cadena perpetua intimide a quienes cometen esos crímenes. La idea de que a mayores penas se producen menos delitos ha sido desvirtuada por la academia y denunciada como “populismo punitivo”.

Tercero, introducir la cadena perpetua implicaría reformar la Constitución y abandonar por completo la política criminal que ve la cárcel como un espacio de resocialización. No somos ingenuos: sabemos que, en gran parte por el hacinamiento y la ausencia de recursos, ese objetivo de rehabilitación está fallando, pero la solución no es rendirnos y ya. Nos da más réditos como sociedad apostarle a un sistema penitenciario mucho más humano, que simplemente esperar que la gente “se pudra” en la cárcel.

Cuarto, y relacionado con la idea de las penas eternas, son los costos. El sistema, de por sí, está colapsado. Alargar la estadía de los presos es seguir alimentando ese “estado de cosas inconstitucional” que hay en las prisiones del país y que la Corte Constitucional ha denunciado en numerosas ocasiones.

Quinto, hay mejores formas de emplear los recursos para garantizar la seguridad de nuestros menores. Primero, reducir la impunidad en estos delitos, que ya de por sí tienen penas considerables. Segundo, afrontar en serio la guerra cultural que ha creado un ambiente complaciente con la violencia sexual, especialmente la que está motivada por el género.

Entendemos y compartimos la necesidad de honrar a Samboní y a tantas otras, pero la mejor manera de hacerlo es dejando de lado las soluciones fáciles que en realidad son cantos de sirena, como la cadena perpetua, y empezar con las reformas estructurales necesarias para combatir la violencia sexual.

¿Está en desacuerdo con este editorial? Envíe su antieditorial de 500 palabras a [email protected]

Tomado de:El Espectador.com

 

»Congreso sí puede refrendar acuerdo de paz» dice la Procuraduría

Foto: Archivo / EL TIEMPO

La Procuraduría considera que el Congreso sí puede refrendar los acuerdos de La Habana.

El concepto fue entregado a la Corte Constituciónal por demanda que interpuso Iván Duque.

Por:  POLÍTICA |

El Congreso sí puede refrendar los acuerdos de La Habana, consideró la Procuraduría en un concepto entregado a la Corte Constitucional, en la demanda que contra lo acordado interpuso el senador Iván Duque (Centro Democrático).

“El Congreso, no solo como hacedor de las leyes de este país (…) sino como el máximo órgano político dentro de nuestra estructura estatal (…) y foro natural y principalísimo para debatir grandes asuntos nacionales, puede actuar como refrendador de lo pactado entre el actual Gobierno y las Farc”, señala el documento del Ministerio Público que fue radicado ante el alto tribunal.

El concepto se da días después de que el Legislativo refrendó el acuerdo de paz, lo que generó que algunos sectores salieran a señalar que ese aval no era válido.

Pero para la Procuraduría, el Congreso “refrendó popularmente” el acuerdo y esa decisión se “encontraría revestida de legitimidad”.

Y estimó que con base en la Constitución, las corporaciones públicas, como “legítimos intérpretes del pueblo”, pueden “respaldar políticamente” esa decisión (refrendación) en aras de darle mayor legitimidad democrática a la misma.

POLÍTICA

Tomado de:El Tiempo.com

Lo que usted debe saber sobre la movilidad en el Día de las Velitas

Foto: Héctor Fabio Zamora / EL TIEMPO

Gran parte de los cierres se hace por los recorridos para ver las luces de la ciudad y el ascenso de la torre Colpatria.


Habrá cierres viales en el occidente y centro de Bogotá. Vea en estos mapas los desvíos autorizados.


Este miércoles y jueves, el tráfico de Bogotá tendrá afectaciones en el centro y occidente por cuenta de distintos cierres viales que se realizarán por el Día de las Velitas.

En el centro de la capital habrá restricción vehicular por el ascenso a la Torre Colpatria. Los principales cierres comenzarán a las 4 p. m., en vías como la carrera 9.ª. entre calles 24 y 25; la carrera 7.ª entre calles 24 y 26; y la conexión de la calle 26 con carrera 7.ª. en los sectores oriente y occidente; diagonal 27 entre transversal 6 y carrera 7.ª.

 Estas son las rutas alternas que podrá tomar para transitar por el centro de la capital:

 

Para eso, los usuarios que circulan en sentido occidente-oriente por la calle 24 y desean tomar la carrera 7.ª al norte deberán tomar la avenida Caracas o la carrera 10.ª al norte. / Movilidad Bogotá

 

Los que se mueven en sentido occidente–oriente por la calle 26 y desean tomar la carrera 7.ª al norte deberán tomar la carrera 13A al sur – calle 24A al occidente y la avenida Caracas al norte. /Movilidad Bogotá
Los usuarios que circulan en sentido oriente–occidente por la calle 26 y deseen tomar la carrera 7.ª al norte deberán tomar la avenida Caracas al norte. ´/ Movilidad Bogotá
Los usuarios que circulan en sentido sur–norte por la carrera 9.ª y toman la calle 24 al oriente y carrera 7.ª. al norte deberán continuar al norte por la carrera 9.ª– calle 25 al occidente y carrera 10 al norte. / Movilidad Bogotá
Quienes se movilizan en sentido norte-sur por la transversal 6 y toman la calle 26 al occidente deberán tomar por la calle 27 al oriente – carrera 5.ª al sur y la calle 26 al occidente. / Movilidad Bogotá

Otro de los cierres empezará a las 8 p. m. de este miércoles y terminará a las 11 p. m. Se hará en la avenida calle 63 entre las carreras 60 y 68 por la calzada sur, incluyendo la ciclorruta y el andén de ese costado.

Para eso, se autorizaron desvíos en puntos como la avenida 68, la calle 26, la carrera 50 y la calle 63.

Tomado de: Eltiempo.com