Circulo de Periodistas de Bogota
‘Make Twitter great again’

La salvación de esta red social depende de la forma como afronten el reto de reinventarse, recuperando la esencia y sin descuidar a los usuarios.

Primero fue ICQ; después, el Messenger de Microsoft; luego, el Yahoo Messenger, y más tarde el turno les correspondió al Messenger de Blackberry y a MySpace. En sus tiempos de esplendor, a nadie le cabía en la cabeza la idea de que estos gigantes de la tecnología podrían dejar de existir. Pero, aunque parecían imprescindibles, lo cierto es que desaparecieron del mapa. ¿Será Twitter el próximo?

Yo empecé a usar Twitter a mediados de 2008, cuando por aquí mucha gente pensaba que esa palabreja era la marca de un detergente o el apellido de un político lituano. Llegar a esta red de ‘microblogging’ era internarse en un universo en el cual las personas más influyentes y las instituciones más prestigiosas compartían sus opiniones y contenidos. En esa época la fortuna le sonreía a esa plataforma y el valor de sus acciones parecía dirigirse al infinito y más allá.

Sin embargo, de un tiempo acá las cosas han dado un giro dramático y, según los reportes publicados la semana pasada, el valor de la compañía ha disminuido de manera drástica. En medio de rumores sobre una posible venta que al final nunca se produjo, 2016 resultó bastante tormentoso para la compañía fundada diez años antes, en San Francisco. Según Bloomberg, en cuestión de tres años el valor de la empresa pasó de 34,239 millones de dólares a 9,117 millones de dólares, que es su valor actual. Sin duda, una noticia poco alentadora no solo para accionistas y ejecutivos de la compañía, sino para los usuarios, cuya cifra, por cierto, está estancada en unos 319 millones de usuarios activos, pese a que los usuarios registrados superan los 1,000 millones.

Y si la noticia es regular en cuanto al número de usuarios, en términos bursátiles la situación no es mucho mejor. Twitter, que cotiza en bolsa desde 2013, ha visto un desplome continuo de sus acciones, que ayer se cotizaban a 16,57 dólares cada una, un precio muy inferior a los 69 dólares por acción que alcanzó a tener a comienzos de 2014.
Son muy variadas las razones que servirían para explicar el momento difícil que atraviesa Twitter, empezando por el ineficiente control que la compañía ejerce sobre las cuentas que se usan para el matoneo sistemático entre usuarios. Es de tal dimensión el problema que la propia compañía anunció medidas para evitar que las personas que han sido suspendidas abran nuevas cuentas. Falta ver qué tan efectivos resultan esos mecanismos, pero la verdad es que yo no me hago muchas ilusiones.

Otro problema que Twitter no ha sabido manejar, pese a las innumerables denuncias, es el de la propagación de mentiras e información tendenciosa; así como la difusión de material ofensivo, como esos cuerpos amputados o cadáveres en charcos de sangre, que tanto les gusta publicar a los del Centro Democrático, empezando por Álvaro Uribe. Y si a esto sumamos la inmensa cantidad de cuentas dedicadas a la pornografía, el panorama se pone aún más confuso.

Así las cosas, Jack Dorsey –uno de los fundadores y actual CEO de Twitter– tendrá que esforzarse mucho para devolverle a su red social la credibilidad y la rentabilidad perdidas. Pero la salvación no va a llegar solo aumentando la extensión de los trinos, ni gracias a los escándalos de Trump, que sirven para armar alboroto, pero no para mejorar la experiencia tuitera.

La solución depende de la forma como Dorsey y su equipo afronten el reto de reinventarse y evolucionar, recuperando la esencia y sin descuidar a los usuarios. Ojalá no sea demasiado tarde.

Colofón. ¿Dónde están los defensores de la familia, como Viviane Morales, Alejandro Ordóñez o María del Rosario Guerra, para defender niños violados por un cura en Cali? ¿Cuándo convocan una marcha contra la pederastia?

Tomado de: eltiempo.com 
El presidente Trump

||Por: José G. Hernández||


La historia de los Estados Unidos de América no había registrado momentos tan difíciles para un presidente de la República, y para la estabilidad del sistema, como ocurre con Donald Trump. Un hombre sin experiencia administrativa, y menos gubernamental -como lo ha demostrado en pocos días desde su toma de posesión-, que carece también de una elemental perspectiva acerca de lo que significa el cargo que desempeña y sobre  las graves  repercusiones, no solamente nacionales sino mundiales, de las controvertibles y controvertidas decisiones que está adoptando.

Un verdadero estadista, en especial en un sistema democrático -como se piensa que es el vigente en los Estados Unidos de América desde 1787- no se precipita, como lo viene haciendo Trump, a proferir, una tras otra, resoluciones u órdenes ejecutivas de aplicación inmediata en materias que -por su misma naturaleza, por su contenido marcadamente discriminatorio y por los efectos multiplicadores que tienen en el campo jurídico, en el político, en el internacional, en el económico y especialmente en el terreno social-, tendrían que haber sido estudiadas, sopesadas, analizadas y discutidas fríamente en el interior del Gobierno, frente a la Constitución y en relación con las actuales y sentidas necesidades de la sociedad norteamericana en su conjunto, y del mundo entero, y sobre todo respecto a los derechos -inclusive fundamentales- que están de por medio y que pueden resultar afectados, más allá de satisfacer el apetito de poder del gobernante.

La presidencia de los Estados Unidos no equivale a una monarquía. Hay allí todo un conjunto de centenarias instituciones que desarrollan los conceptos y principios democráticos y que han sido aplicadas durante más de dos siglos, sin mayores discusiones. Corresponden al sentimiento constitucional de la ciudadanía, aunque muchos de sus integrantes hayan sufragado válidamente por la «opción Trump”, quizá cansados por un prolongado estado de cosas que, de buena fe, quisieron cambiar; que habrían querido modificar para satisfacer derechos y expectativas reales y prácticas; pero que ahora perciben, en el nuevo gobernante, más una egoísta y desenfrenada actitud de arbitrariedad y dominio que un legítimo interés en el bien común. Como si, en vez de haber derivado su poder de la decisión soberana del pueblo en un Estado de Derecho, hubiese recibido un mandato de lo alto, similar a los de los arbitrarios monarcas de la Edad Media.

Reitero lo dicho en estos días en la columna radial Punto de referencia:

“En apenas diez días al frente de la Casa Blanca, Donald Trump ha mostrado -eso sí, cumpliendo lo prometido en la campaña presidencial- que no conoce ni de lejos conceptos indispensables en un estadista: la prudencia, la diplomacia, el buen trato, la consideración y ponderación de todos los elementos en juego, la proporcionalidad y la razonabilidad de las medidas. Él confunde la firmeza con la arbitrariedad,  la autoridad con el despotismo y el respeto con el miedo.

Seguramente, en su interior, sabe que está haciendo las cosas mal, pero considera necesario sostenerse, sea como sea, porque es el Presidente, y en su concepto, una vez ha juramentado, es una especie de monarca elegido por cuatro años, quizá -pensará- con la posibilidad de permanecer en el gobierno por cuatro más, lo que, en su concepto, conseguirá con el dinero”.

Está muy equivocado, y debe revisar a fondo el camino trazado a su administración. Está todavía a tiempo.

Tomado de: Elnuevosiglo.com.co

El fariseísmo, los niños de las Auc y los de las Farc

Por: Guilermo González Uribe


“Yo acompañé al doctor Restrepo (Luis Carlos) al Putumayo; allí nos reunimos en un estadero. Entonces me llamó poderosamente la atención que a la mesa donde estábamos se acercaron dos menores casi a suplicarle al comisionado que por qué no los metían ‘a la vuelta’. Cuando yo le dije que solucionáramos este problema, el doctor Restrepo respondió: ‘no, son instrucciones del señor presidente (Álvaro Uribe)’ ” .


 

Quien dio estas declaraciones ante el Tribunal Superior de Bogotá fue el excomandante paramilitar Iván Roberto Duque, en julio del 2014, y no tenía por qué mentir, dado que si lo hacía perdería los beneficios que le otorgó la Ley de Justicia y Paz que se creó dentro de los acuerdo con los paramilitares.

Agrega el texto citado: “En marzo del 2006, la madre de uno de esos jóvenes se dirigió a la zona de concentración de los ‘paras’ en Puerto Asís y le pidió a Carlos Mario Ospina, comandante urbano del Bloque Sur, que incluyera a su hijo en el proceso con el gobierno: ‘Ustedes lo utilizaron, ¿no les sirvió pues en la guerra? Ustedes le pusieron uniforme y le dieron arma a mi hijo, ¿ahora lo van a dejar tirado?’. Ante la insistencia de los menores y sus familias, Ospina se comunicó con Báez, quien le respondió que ‘el doctor Luis Carlos Restrepo no quiere de ninguna manera saber de los menores, la orden es clara: que se los lleven de ahí, que no pueden estar siquiera cerca del escenario donde se van a llevar a cabo las desmovilizaciones’…”.

A su vez el portal Verdad Abierta señaló: “Una y otra vez, en las versiones de Justicia y Paz, los exjefes paramilitares han dicho que no incluyeron a los niños en el proceso de desmovilización por recomendación del alto comisionado para la Paz, Luis Carlos Restrepo. Según los ‘paras’, el funcionario no quería presentar niños desmovilizados ante la comunidad internacional”.

Julián Aguirre, quien fuera coordinador del Grupo de Atención a Niños Víctimas de la Violencia por el Conflicto Armado, del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), entre los años 2000 y 2006, indicó que en el proceso con las Autodefensas Unidas de Colombia (Auc), de 36.000 desmovilizados, sólo entregaron 400 niños: “¿Qué pasó con los chicos de las Auc, que no eran 400 sino cerca de 4.000? Salieron por la puerta de atrás”. Relata Aguirre que por esa época la Corte Penal Internacional había instituido el reclutamiento de menores como un delito de lesa humanidad, y que posiblemente ésta fue la razón que tuvieron para hacerle el quite al tema durante el proceso de reincorporación de los paramilitares: “Pienso que no midieron lo que estaban haciendo”.

Añade que cuando ocurren las primeras entregas de paramilitares, en el 2003, lo primero que hicieron los del bloque Cacique Nutibara fue entregar niños: “Nosotros los recibimos y a las pocas horas tuvimos claro que eran niños que habían reclutado en las comunas de Medellín”. Para Julián Aguirre es claro que en el caso de las Auc la orientación era sacar a los muchachos por el lado, y que si los iban a entregar, lo hicieran como un gesto de buena voluntad, y no como un acuerdo entre el Gobierno y los paramilitares.

Escribe el investigador Álvaro Villarraga: “En las desmovilizaciones colectivas de los paramilitares de las Auc y grupos similares, entre el 2003 y el 2006, se estima que sólo un 10 % de los niños, niñas y adolescentes reclutados fueron legalizados y vinculados al programa del ICBF, mientras que la gran mayoría fue ocultada en su proceso de desvinculación por parte de mandos paramilitares, …al parecer en varios casos con anuencia de algunos funcionarios oficiales…”.

Queda claro entonces que en el proceso de paz con los paramilitares adelantado en el gobierno de Álvaro Uribe cientos, miles de niños de las Auc fueron devueltos a sus lugares de origen por orden directa del entonces presidente, según se afirma, sin algún tipo de acompañamiento o protección, quedando expuestos a la venganza de sus víctimas o familiares. El artículo citado afirma que, entre otros niños, los que pidieron ayuda desesperada a Restrepo fueron luego asesinados. ¿Es un crimen de lesa humanidad? Estos hechos aún no han sido investigados por las autoridades obligadas a hacerlo.

¿Tienen el expresidente y hoy senador Uribe y sus seguidores la autoridad ética o moral para buscar frenar el proceso de paz rasgando sus vestiduras por los niños de las Farc?

Definición de fariseísmo: “Actitud y cualidad de la persona que es hipócrita y finge una moral, unos sentimientos o unas creencias religiosas que no tiene”.

Los niños de las Farc

Varias consideraciones son necesarias para hablar de los niños de las Farc, pero hay una fundamental, basada en cifras. El Gobierno y la guerrilla iniciaron conversaciones el 1 de marzo del 2011, hace ya seis años. Era claro ya para las Farc, luego de 50 años de lucha armada, que la mejor alternativa que tenían era la paz. Así que, dado los costos que tiene mantener a un miliciano, es muy posible que las Farc suspendieran muy pronto sus políticas de reclutamiento de guerrilleros por esa época. O sea, si había niños de nueve años en ese entonces en la guerrilla, hoy tienen ya 15 años. Y no es muy factible que tuvieran en sus filas a menores de ocho años. Las cifras son las cifras. Así que lo más probable es que sea escaso o nulo el número de niños que están hoy en las filas de esta guerrilla.

* Periodista, investigador y editor, autor del libro «Los niños de la guerra quince años después» (PRH, 2016).

Tomado de: Elespectador.com

Trump y su política de refugiados

picture alliance/AA

Especialistas consultados por DW sostienen que, aunque la política de refugiados impulsada por el nuevo presidente de Estados Unidos está blindada en términos legales, ella podría terminar siendo contraproducente.

Estados, dentro y fuera de Occidente, organismos internacionales, organizaciones no gubernamentales, personalidades de todos los ámbitos y ciudadanos de a pie en las redes sociales han reaccionado ante la entrada en vigor de la nueva política migratoria de Estados Unidos, que suspendió por 120 días la acogida de refugiados y por 90 la concesión de visados a ciudadanos de Irak, Irán, Libia, Siria, Somalia, Sudán y Yemen. La orden ejecutiva que puso en marcha esas medidas fue dada por la Casa Blanca hace apenas dos días.

Pero la condena de buena parte de la opinión pública internacional no es la secuela más negativa de la política de refugiados impulsada por el nuevo presidente de Estados Unidos, Donald Trump. Especialistas consultados por DW alegan que, aunque su decreto es completamente legal –según Cristina Rodríguez, de la Universidad de Yale, el mandatario ni siquiera estaba obligado a consultar al Congreso–, éste podría ser contraproducente si la meta de Trump es realmente blindar a su país contra la ira yihadista y los ataques terroristas.

Política antiinmigración de Trump

Más política, menos seguridad

Rodríguez, experta en derecho constitucional aplicado a asuntos migratorios, recuerda que en el pasado reciente ya ha habido cambios abruptos en la política de refugiados del «gigante norteamericano”: una vez, tras los atentados del 11 de septiembre de 2001, y también a mediados del siglo pasado. «Al principio de la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos envió de regreso a Europa a refugiados judíos que terminaron muriendo en el Holocausto, lo cual es una vergüenza nacional de largo aliento”, comenta la jurista.

Pero Rodríguez plantea que, considerando la sofisticación de los procesos de inspección de los servicios secretos estadounidenses, la exhaustividad con que cada refugiado es escrutado en busca de conexiones con grupos extremistas y el reducido número de refugiados per cápita en Estados Unidos, en comparación con países como Canadá, la orden ejecutiva de Trump sólo puede ser descrita como una dramática sobrerreacción, que tiene más de manifiesto político que de medida de seguridad nacional.

EE. UU.: refugiados retenidos en aeropuertos

Poco después de que Estados Unidos prohibiera la entrada a su territorio de viajeros y refugiados provenientes de Irak, Irán, Libia, Siria, Somalia, Sudán y Yemen, varias retenciones tuvieron lugar en aeropuertos locales (28.01.2017)

ONU pide a EE. UU. que siga protegiendo a los refugiados

Trump firma orden para impedir «entrada de terroristas» a EE.UU.

«Cuidado, señor Presidente”

Robert Ford, otrora embajador de Estados Unidos en Siria y catedrático en la Universidad de Yale, coincide con Rodríguez en que la examinación a la que son sometidos los refugiados en Estados Unidos es meticulosa; pero él va más lejos y argumenta que la suspensión de la acogida de refugiados sirios podría conseguir lo contrario de lo que las políticas de seguridad nacionales buscan. «La exclusión de los refugiados sirios de las ofertas de acogida reforzaría la impresión ya prevalente en Siria de que los estadounidenses están en contra de los musulmanes sunitas”, explica Ford.

«Eso consolidaría la impresión que muchos tienen de que Estados Unidos es corresponsable de la matanza masiva de civiles en Siria”, acota el exdiplomático. A sus ojos, esta narrativa le facilita a los yihadistas del Cercano Oriente el reclutamiento de simpatizantes a mediano y largo plazo, y, en consecuencia, dificulta la lucha contra el extremismo islamista en la región, que es, según el propio Trump, uno de los objetivos principales de su gestión. De ahí que Ford le recomiende al nuevo ocupante de la Casa Blanca «sopesar con cuidado cómo abordará la cuestión de los refugiados”.

Rodríguez es menos diplomática cuando dice: «Todo está en manos del presidente. Pero el golpe de timón en materia de refugiados ha sido tan brusco que ojalá y la gente le ofrezcan resistencia”.

El trasfondo de la venta de Cafesalud/Saludcoop

Se anunció que la «Fiscalía revive investigación contra Carlos Palacino por caso Saludcoop” (noticias CM&, enero 19) por “posibles irregularidades en el manejo de recursos parafiscales recibidos por Saludcoop durante el 2002 y el 2003”.

Por: Fernando Galindo G.

Dicha acción se añadiría a la previamente abierta contra Palacino, por la pérdida de $1 billón 400 mil millones de pesos, denunciada por la contralora Morelli en 2012.

Esta noticia confirma que Saludcoop/Cafesalud exhiben el blasón de la más repugnante corrupción en el sector salud, denunciada en publicaciones recientes de quienes las han escrutado de tiempo atrás. En su libro “Recordar es morir” (Aguilar, 2016), Daniel Coronel titula “Saludcoop, un monstruo de mil cabezas”, en el que recopila sus publicaciones en revista Semana, originadas en la figuración de Saludcoop dentro de las 100 empresas más grandes de Colombia, cuando, para el año 2008, la salud atravesaba una enorme crisis, que se ha empeorado en los gobiernos de Santos.

El senador Jorge Enrique Robledo también relata sus documentados debates sobre esas EPS, en el libro “La corrupción en el poder” (Aguilar 2016). Recuerda que el desconcierto del ministro Gaviria ante la abrumadora evidencia presentada por él y el senador Ospina sobre la corrupción de dichas entidades, en el debate de control político del 30 de agosto pasado, forzaron al ministro a tildar tales pruebas de “refrito” , afirmación que le generó la censura del Senado.

Esa actitud del ministro, característica de los últimos gobiernos, de defender a las EPS a pesar de su corrupción, ya fue descrita por Stuckler y Basu, en el libro “Por qué la austeridad mata” (Taurus, 2013). Al referirse a la pasada recesión económica mundial, describen la “decisión política (de varios gobiernos) de rescatar a los banqueros y de recortar las redes de seguridad social para todos los demás”.

Ni más ni menos es lo que ha sucedido con el sistema de salud impuesto por la Ley 100 de 1993: la consigna neoliberal es defender el negocio de los intermediarios, a costa de sacrificar el bienestar de los ciudadanos.

Se informó que el Gobierno ha decidido vender a Cafesalud, confirmando su equivocación al trasladar a los usuarios de Saludcoop a esa subsidiaria del mismo grupo creado por Palacino y, por consiguiente, afectada por los mismos vicios previamente enumerados.

El nuevo presidente de la ofertada, Luis Guillermo Vélez, estima que la deuda de la EPS asciende a $600.000 millones. No obstante, la Asociación Colombiana de Hospitales y Clínicas tasó en diciembre de 2016, la deuda de las EPS con la red hospitalaria, en más de siete billones de pesos. El componente de Saludcoop/Cafesalud es, probablemente, uno de los de mayor porcentaje de tal obligación.

Para que el negocio de la venta de Cafesalud/Saludcoop sea atractivo para los posibles compradores, el Gobierno debe sanear las deudas de la dupla Cafesalud/Saludcoop cuya cuantía, además de mayúscula, es incierta.

Los organismos que deben actuar en defensa de los ciudadanos —Fiscalía, Procuraduría y Contraloría— seguramente vigilarán que la totalidad de las deudas de Cafesalud/Saludcoop sean pagadas por los desfalcadores del sistema y no nos las endosen a los colombianos por la socorrida figura de la nacionalización, como ya ocurrió con la de los banqueros.

En esta coyuntura de la salud, se aflige no solo el patrimonio de los ciudadanos, sino su derecho a la vida y a la dignidad humana.

Tomado de:El Espectador.com

BLANCO Y NEGRO, La guerra de un magnate

Gabriel Ortiz

Normalmente los nuevos presidentes se dan un tiempo para empezar a cumplir sus promesas de campaña, dado que en el momento de su posesión, aún quedaban rencores, resquemores, quemaduras, ardores y raspaduras. Por ello se ponen un plazo de 100 días para, moderadamente, ir aplicando su impronta al nuevo gobierno. Mucha gente sensata creyó que esto ocurriría en Estados Unidos con su nuevo mandatario, ante la dureza de una campaña que dejó graves heridas que aún subsisten.

El mismo día de su posesión, el Presidente Trump la emprendió contra la prensa, que fue precisamente la que le dio el triunfo, con ese inexplicable eco a cada una de sus palabras. Cuando a mediados del 2016, casi todos lo consideraban un payaso, la prensa llenaba sus espacios con las contradictorias teorías que expresaba. La campaña le salió gratis y sus contendores republicanos sintieron la descompensación informativa.

Desde su juramento, ha exhibido una “fast furia”. Se ha ido contra Raimundo y todo el mundo. A los inmigrantes los tiene en la mira, más si se trata de musulmanes.

Normalmente los norteamericanos llevaban sus guerras a los extramuros del mundo, lejos de sus fronteras, con sus tradicionales enemigos, con quienes no comulgaban con sus ideas; pero esta vez se está implantando una nueva modalidad. Es al otro lado de su línea divisoria, contra sus amigos, contra sus comercios tradicionales. Hay total desconcierto entre pensantes, pero regocijo en el gran capital, que el que se beneficia con los conflictos.

Trump le ha subido el ají a los mexicanos, que se niegan a pagar el muro que les quiere  construir. Con esa barrera quiere borrar a su vecino, y a todo lo que considera “el patio trasero”: Centroamérica, Suramérica y el Caribe.

Grave error, el de una persona que se considera el amo de la economía, el que iba a enseñar “cómo ser millonario” al gringo del común. Con arrogancia anuncia impuestos a las importaciones de Méjico, sin advertir cuánto le costará pagar en gravámenes por lo que vende a ese país.

En fin, todo se va a ir en palabras, porque empieza la destorcida: sus propias “ciudades santuario”, dicen que no cumplirán sus deseos, aumentan las manifestaciones de rechazo, que pueden frenar sus deseos de establecer el nuevo modelo de guerra de un magnate.

BLANCO: El gran reconocimiento a Flores El Capiro en Alemania.

NEGRO: Qué inequidad: Samuel para la Picota y los Nule para sus casas.

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Moore vaticina que el mandato de Trump “no durará 4 años”
Michael Moore/20 Minutos

El cineasta Michael Moore, lanzó una nueva predicción desfavorable contra el presidente de EE UU, Donald Trump, y es que este asegura que “el mandato del 45º presidente norteamericano no durará cuatro años porque va a violar la ley y, entonces, caerá”.

Recordemos que Moore pronosticó la victoria de Donald Trump en las elecciones de Estados Unidos. El cineasta definió al nuevo mandatario como “un narcisista sociópata” y, aunque aseguró que EE UU vive un momento “muy peligroso”, aseveró que “con mucho trabajo de nuestra parte conseguiremos detener a este hombre” y animó a los detractores de Trump a “no rendirse” y a participar “100 días de protesta”.
Moore realizó su vaticinio cuatro meses antes de los comicios estadounidenses y detalló las cinco ventajas que estimaba que poseía el político republicano: el voto de la clase obrera; el voto de los hombres blancos; las políticas de Hillary Clinton; la negativa de los simpatizantes de Bernie Sanders a votar por la antigua secretaria de Estado norteamericana y el enfado que muchos sienten hacia el sistema político.
La pregunta que todos se hacen es ¿Se cumplirá esta nueva predicción del cineasta?

Tomado de:Taringa.

Trump cumple con las amenazas: hispanos, LGBTI y cambio climático en la mira

48 horas de su posesión cerró los blogs y las redes sociales con las que La Casa Blanca mantenía un dialogo directo con las minorías

Por: enero 23, 2017

El nuevo presidente de Estados Unidos, Donald Trump, además de no contar con ningún hispano dentro de su gabinete, ha tomado una drástica medida que supone un bofetón a los más de 55 millones de población de origen hispano que vive en el país: cerrar la web de la Casa Blanca en español.

El viernes, mientras el recién investido pronunciaba su discurso inaugural, la nueva Casa Blanca cambiaba rápidamente de manos. La cuenta de Twitter del presidente Obama pasó a ser la de Trump, y lo mismo sucedió con la página web de la Casa Blanca, que rápidamente colocó en portada una foto del nuevo mandatario. Sin embargo, además de variar y recortar los enlaces a los “asuntos” del nuevo Gobierno —temas destacados en la web de Obama, como la política sobre cambio climático, Cuba o el pacto nuclear con Irán fueron eliminados—, hay otro botón que desapareció: “En Español”.

La nueva administración no parece interesada en facilitar a los ciudadanos hispanos la información en otro idioma que no sea inglés. Además, la parte del gabinete de prensa en la que se podían encontrar notas de prensa y otras información del equipo de comunciación del presidente en español ya no se encuentra operativa.

La versión en español de la página web se abrió por primera vez en los meses posteriores a la llegada al poder del ahora expresidente Obama y hasta días antes del traspaso de mando tenía un blog dedicado a temas de interés de la comunidad hispana.

La nueva administración Trump, en la que no hay ningún latino en puestos de responsabilidad del gabinete, ha ordenado también la clausura de otros instrumentos de comunicación en español como la cuenta @LaCasaBlanca que tenía en Twitter o su página de Facebook. Además, con la llegada del nuevo presidente a la Casa Blanca todavía no se ha nombrado un responsable de prensa para medios hispanos, un cargo que ocupaba hasta la fecha Gabriela Chojkier. También ha desaparecido de la web de la presidencia la información sobre los derechos de gays, lesbianas, transexuales y bisexuales (LGTB), que antes contaba con una sección destacada dentro de la página.

Retomado de 20minutos.es

Publicado por: Las 2 ORILLAS

¿A quién le importa, hoy, lo que hizo Pretelt?
 24 ENE 2017 – 10:57 PM

En medio del cúmulo de escándalos que se conocen en Colombia, suelen perderse de vista los que son más relevantes.

Por: Cecilia Orozco Tascón

Y no porque unos casos de corrupción sean menos graves que otros sino porque algunos son protagonizados por delincuentes comunes que pretenden ser diferentes a quienes rapan celulares en la calle, porque se visten con ropajes de alto mundo. Son idénticos pero con distinta responsabilidad: los personajes de sociedad expanden el daño porque los ciudadanos ven en ellos lo que quisieran ser: hombres de éxito que conquistan la cima del poder. Odebrecht involucra, hasta el momento, a un viceministro consentido de un ministro que, a su vez, era consentido del presidente de la República de la época en que se adjudicó el contrato de infraestructura más valioso del país; a un excongresista que fue compañero de listas electorales y de aventuras en negocios controvertidos, del pariente predilecto del mismo presidente. Ese excongresista tenía, además, magníficas relaciones con senadores actuales de la U —expartido de Álvaro Uribe y partido del presidente Santos— y con quien fuera el secretario general más poderoso que ha tenido el Senado en época reciente. Y los que faltan…

En otro ámbito de la corrupción, el que tiene infraalimentada a la Guajira, esta semana se conoció la condena de 55 años en prisión que un juez le impuso por tres homicidios a la figura política dominante de las elecciones en ese departamento durante muchos años: Kiko Gómez, un sujeto de la peor ralea asociado con un narcotraficante, y cuyos favores electorales se conquistó para sí, no obstante su fama, Cambio Radical. Y hace unas horas supimos que otro juez condenó al segundo procesado por el hondo lío penal y moral que enlodó a la Corte Constitucional: la coima de $500 millones de pesos que el magistrado titular de esa corporación, Jorge Pretelt Chaljub, habría pedido para incidir en el sentido de un fallo de tutela, de tal manera que favoreciera a la empresa Fidupetrol. $500 millones no era nada para esa firma si, a cambio, la Corte le suspendía la obligación de devolverle al Estado $26 mil millones de pesos que le birló a Casanare con la complicidad de su gobernador, el liberal Whitman Herney Porras, quien también fue condenado a 18 años de cárcel por este y otros robos ocurridos entre 2006 y 2007.

Por motivos que aún no se establecen (probablemente porque lo sacaron del juego y de las ganancias que se producirían si se completaba el cometido), el abogado Víctor Pacheco confesó la conspiración que se estaba tramando en la Corte. Él había sido contratado por Fidupetrol para hacer lobby en la Corte por su comprobada amistad con Pretelt y con Alberto Rojas Ríos, otro controvertido abogado que alcanzó silla en la Constitucional. Revelado el entuerto, Pacheco aceptó su participación, en el intento de desviar la justicia, ante la Fiscalía y paga pena en su domicilio por los beneficios que recibió al contar, con detalles, la identidad de los involucrados y los desarrollos que alcanzó a tener el ilícito. Hace un par de días, otro juez condenó al principal accionista de Fidupetrol, (vale decir, su propietario) Helbert Otero, quien también negoció con la Fiscalía rebajas al monto de su condena.

En resumen, Otero admitió que: 1. Contrató a Víctor Pacheco para que este contactara a sus magistrados amigos con el fin de que estos influyeran en los otros magistrados. 2. Contrató a Rodrigo Escobar Gil, tercer procesado de cuello blanco en este caso, y a solicitud de quien pidió la coima, para que apoyara el lobby ante la Corte. 3. Supo, efectivamente, de una petición de coima y de su monto.

Entre tanto, el principal implicado, extogado Jorge Pretelt, sigue su vida privada tranquilo y sin problemas. Ciertamente, fue suspendido del cargo por decisión mayoritaria del Senado de la República en el juicio político que se le adelantó. Su suerte está ahora en manos de la Corte Suprema. Pero allí no ha pasado nada, que se sepa. Mientras tanto, hablemos de otros escándalos ¿A quién le importa, hoy, lo que hizo –o dejó de hacer- Pretelt?

Tomado de:El Espectador.com

¿Dónde está el arte?

Con la misma convicción que me opongo a las corridas de toros, rechazo los actos de violencia física y verbal contra los taurinos.

Lo dije el mismo domingo en Twitter y lo voy a repetir aquí con todas sus letras: no se puede rechazar la violencia contra los animales haciendo uso de la violencia contra los humanos. Eso deslegitima cualquier protesta.

Ese día vi videos grabados por defensores de animales que asistieron a la manifestación y que tuvieron que retirarse de la misma, debido a la situación tan tensa que se generó con los gritos, los insultos, los escupitajos y los gestos amenazantes contra quienes querían asistir a la corrida. En esas imágenes era notoria la agresividad de algunos que, en teoría, iban a defender a los animales.

Me dio lástima ver que una manifestación en la cual se pretendía protestar contra la barbarie taurina terminara desfigurada por cuenta de aquellos que se convirtieron en burdos agresores de los aficionados al toreo.

Para nadie es un secreto que soy defensor incondicional de los animales. No obstante, con la misma convicción que me opongo a las corridas de toros rechazo todos esos actos de violencia física y verbal contra los taurinos. Tampoco puedo estar de acuerdo con los gestos vulgares o intimidatorios usados para defender la movida animalista ni ninguna otra causa, por noble que sea. Estoy seguro de que se puede ser elocuente sin acudir a la violencia; se puede ser vehemente sin recurrir al insulto.

Los hechos que se desencadenaron en esa protesta significaron un gran retroceso en la reivindicación de los derechos de los animales. Por más que se diga que fueron unos pocos o que se trataba de infiltrados, lo cierto del caso es que los desmanes se produjeron y las vergonzosas imágenes de los mismos no solo siguen dando vueltas por los medios y las redes sociales, sino que van a ser usadas ad infinitum por los defensores de la barbarie taurina para descalificar a los animalistas.

Dicho lo anterior –e insistiendo en mi indignación por lo ocurrido en la mencionada manifestación–, tengo que insistir en la gran decepción y la profunda tristeza que me produce el regreso a Bogotá de las corridas de toros. En pleno siglo 21 no se entiende cómo algunos todavía creen que el hecho de maltratar y sacrificar a un indefenso animal por mera diversión puede denominarse arte. En su afán de justificar esa práctica, los taurinos acuden a argumentos que carecen de fondo, pues es evidente que la del torero contra el toro es una pelea desigual, en la cual el pobre animal lleva siempre las de perder.

¿Dónde está el arte? ¿En humillar y torturar a unos seres indefensos en un espectáculo grotesco? ¿En ver cómo, desde sus caballos, los picadores puyan con una lanza el lomo de la criatura hasta hacer sangrar su piel desgarrada y ver mermar su bravura? ¿En clavarle a un noble animal seis pesadas banderillas, dizque para reanimarlo?

¿Dónde está el arte? ¿En vapulear a un pobre animal antes de atravesar su cuerpo con una fría espada de acero? ¿En ver doblarse al toro, moribundo, mientras cae en un charco de sangre? ¿En cortarle las orejas o la cola y exhibirlas como trofeos? ¿Me van a decir que es arte matar –al son de aclamaciones, gritos y fanfarria– a media docena de toros en una tarde?

Eso no es arte: es una tradición salvaje que debería ser erradicada de una sociedad que se las da de civilizada. Por mucho que los taurinos pongan carita y voz de cordero degollado cuando ven peligrar las corridas, no hay que olvidar que en esa falsa fiesta las únicas víctimas son los toros. Nadie debería tener derecho a torturar y matar a un animal con fines recreativos.
* * * *

Colofón. Una tristeza inmensa nos produce la partida de Ximena Peña, quien con entereza admirable perdió su batalla contra el cáncer. Deja lindos recuerdos.
@Vladdo

Tomado de:El Tiempo.com

Salto al vacío

El miércoles pasado, cuando me senté a escribir esta columna, supuse que iba a consistir en un lamento modulado sobre la pésima noticia de la posesión de Trump.

Por: Andrés Hoyos

Ya el viernes, tras ver trozos del desaguisado por televisión, me dije que lamentarse no tenía sentido y que había que mirar con frialdad tres escenarios: 1) el posible éxito de Trump (en sus términos, claro), 2) el posible marasmo de una presidencia empantanada y 3) una eventual catástrofe, es decir, el triunfo de las instituciones liberales. Pero vino el sábado con sus inmensas manifestaciones de repudio, que tan solo en Washington triplicaron en asistencia a la posesión, y me volvió el alma al cuerpo. Entonces empecé la redacción definitiva de la columna, porque sin que el hombre pasara todavía un día completo en el cargo, el primer escenario fue borrado de un plumazo y el tercero se volvió mucho más probable que el segundo.

Al señor del peluquín se le complicaron varios males a la vez. Buena parte del voto que obtuvo fue de castigo contra la desprestigiada Hillary Clinton —no tanto contra Obama, quien salió de sus ocho años con una popularidad envidiable—, pero cuando quedó archivada su oponente, a la gente le tocó mirar lo que había hecho y cundió el pánico. Aunque no creo que los republicanos, por más dispépticos que anden, se atrevan a hundir alguna de las nominaciones del gabinete, de ahí en adelante van a modificar mucho la agenda, lo que hará rabiar a Trump. Por vanidoso y perdonavidas, él mismo se ha granjeado varios Snowden potenciales en la comunidad de inteligencia, dado su desprecio de meses hacia ellos. Al retar y amenazar a la prensa, esta ha entendido que se juega la vida y está instalando una caja de resonancia en extremo potente en su contra. Hoy un periodista dócil corre el riego de recibir el rechazo fulminante del gremio en Estados Unidos. Si Trump trata de cumplir sus amenazas, podría desatar un proceso de Impeachment, pues estaría violando ni más ni menos que la Primera Enmienda de la Constitución, implantada en 1791. Y si no la cumple, envalentonará programas como el sangriento Saturday Night Live, que acaba de ganarse el Baloto en la forma de un presidente risible y fanfarrón.

Trump comete un error muy común en los políticos narcisos, que consiste en no captar el límite de su mandato. No es lo mismo ganar por barrida, como ganó Reagan en 1980, que ganar por unas cuantas decenas de miles de votos en tres o cuatro estados claves y aun así perder por 2’860.000 en la suma total. El primero tenía el derecho de hacer cambios de fondo, el segundo no. Y si Trump de todos modos insiste en voltear al país patas arriba, le sale un toro bravo, por el estilo del que le salió el sábado y del que seguirá saliendo adonde vaya.

No quiero decir con lo anterior que los peligros se hayan disipado o que dejará de haber conversos a la nueva religión. Algunos puntos del programa de Trump se materializarán. Yo creo que los que más sufrirán serán México, buena parte de los 20 millones de pobres que tenían un precario seguro de salud y lo van a perder, y los inmigrantes más vulnerables. Es también inevitable que la Corte Suprema tenga al menos un nuevo miembro troglodita. El primer año sin duda será espantoso y mucha gente la pasará mal, aunque a la larga el que lleve la peor parte sea Trump cuando la gente lo deje solo a la vera de un muro sin terminar, revisando decenas y decenas de demandas en su contra.

[email protected], @andrewholes

Tomado de:El Espectador.com

No combatir la corrupción. ¡Destruirla!
23 ENE 2017 – 2:58 PM

Ya no cabe duda: en Colombia, el sistema político es la corrupción.

Por: Cristina de la Torre

Vale decir, la estructura del poder, de Bogotá a Montería o a Yalí, se cimenta y apuntala en larga cadena de transacciones entre la clase política y delincuentes de toda laya para robarle hasta $50 billones al erario cada año. Diga usted seis veces lo esperado por reforma tributaria. Narcotraficantes, Gatas, contratistas de cuello blanco y de otros no menos turbios, contrabandistas, timadores y aprendices del oficio que pasan por jóvenes emprendedores financian a los políticos que, llegados al poder, retribuyen con contratos a sus beneficiarios. Y todo queda en familia. Botones de muestra recientes: Reficar, el mayor desfalco en la historia de Colombia, arroja a la fecha $12 billones en sobrecostos y $8,5 billones en pérdidas; uña de Saludcoop por $4,5 billones, sin que el ministro de la cartera mueva un dedo para apretar al responsable; coimas de Odebrecht por $US11 millones repartidos entre un senador y encumbrados funcionarios de los dos últimos Gobiernos.

Explicaciones le debe al país el expresidente Uribe por la adjudicación de la Ruta del Sol a esa firma, mediante soborno de $US6,5 millones a su viceministro de Transporte. Y explicaciones debe el presidente Santos sobre adición a ese contrato por la ANI, suscrito sin licitación pública y gracias a soborno de $US4,6 millones al senador Otto Bula. Inverosímil declararse aquí traicionado por el viceministro y “con dolor de patria”, como lo hizo el senador Uribe, hombre de astucia sin par. Y pueril la solución de suprimir casa por cárcel para los corruptos, que el presidente Santos avanzó.

Ha invadido la carroña todos los intersticios del sistema. El país se exaspera. Y la senadora Claudia López se lanza en pos de una coalición ciudadana contra la corrupción, capaz de suplantar a la clase política y su Congreso, foco de pestilencia irrespirable. Apunta ella al 80 % de los colombianos que no militan en partidos tradicionales, con una divisa revolucionaria: vamos por la Presidencia sin comprar votos, y a gobernar sin comprar congresistas; vamos a cambiar la lógica de que una minoría decente denuncia y un establecimiento corrupto gobierna.

Se dirá que el cambio debería principiar por los partidos. Improbable. Éstos derivaron hace rato en cascarones sin ideas y sin honor. Desechos del Frente Nacional que castró su imaginación política, muchos de sus círculos fraternizan hoy con el narcotráfico. Mercado negro que se montó sobre las estructuras ocultas de comercialización del contrabando y la exportación ilegal de esmeraldas. Y terminó por medrar en los partidos tradicionales, reeducados en la regla turbayista de reducir la corrupción a sus justas proporciones. Tal vez por eso a Cambio Radical le resulte natural brincarse su responsabilidad por dar aval político a un KikoGómez, sentenciado a 55 años de prisión por cohonestar tres asesinatos. Como elegante le parecerá a Juan Lozano sumarse ahora a la “rebelión ciudadana contra funcionarios y políticos corruptos”; tras 15 años de apasionado silencio sobre los parapolíticos que acompañaron el Gobierno de la Seguridad Democrática y que Claudia López había denunciado.

Entre medidas urgentes por tomar, insta el contralor a centralizar el control fiscal en una única Contraloría, a restablecer el control previo en la contratación pública que la Carta del 91 suprimió, y a crear un sistema único de selección de contratistas. A aplicar penas efectivas contra los corruptos, sanción social comprendida. Pero clama, sobre todo, por cambiar toda la estructura del poder político afirmado en la contraprestación de leyes por contratos. Y sentencia: a la corrupción no hay que combatirla sino destruirla.

Blogcdlt.wix.com/cristinadelatorre

Tomado de:El Espectador.com