Crculo de Periodistas de Bogot
No son las redes, es el periodismo / El otro lado
Foto: Archivo / EL TIEMPO
Ómar Rincón, crítico de televisión.

El oficio se debe reinventar para ir más allá de la indignación, la solidaridad y el cinismo.

Por:  ÓMAR RINCÓN |

Las redes digitales nos están graduando en cuatro sentimientos: la indignación, el matoneo, el cinismo y, de vez en cuando, la solidaridad. Y los medios entramos a jugar el partido en la misma onda: indignar, matonear, ‘ciniquiar’ y, de vez en cuando, solidarizar.

La tragedia del Chapecoense nos graduó en solidaridad. Ahí las redes sacaron el lado bueno de nuestra alma y nos permitió hacer un ejercicio público de ciudadanía solidaria.

Los periodistas y medios hicieron lo mismo: todos solidarios, depusieron sus fanatismos de camiseta o arrogancias de sabios del fútbol. La noticia fue una sociedad muy humana, cercana, hermana y amorosa. (Lea: El periodismo guau)

La indignación nació ante la cruel realidad que nos habita: la barbarie producida en Yuliana Samboní y protagonizada por Uribe Noguera.

Aberrante desde donde se le mire. Y el periodismo hizo lo que pudo: hacer oda a la indignación. Y el estar indignado es pura emoción, poca pausa, nada de explicación. La indignación fue la noticia.

El matoneo es la noticia política. Por ejemplo, el Nobel de Paz a Santos se convirtió en campo de acusaciones falsas y terroristas por los que lo odian. Un hecho que debería juntarnos nos lleva a combatir con las balas de la mentira y el trino. (Lea también: La paz en el periodismo)

Los políticos han convertido al matoneo en su forma de hacer política. Y los medios han caído en la trampa de hacer del matoneo la noticia.

El cinismo es el otro escándalo. En España invitan a vivir “una Navidad blanca” con la serie ‘Narcos’. Y salen las redes y el Gobierno a decir que eso es sensacionalista, que los colombianos somos más y mejores que eso, que no hay derecho.

Pero si a la gente de cine, al Estado y el Presidente les mata de emoción que Netflix nos haya descubierto y le hicieron hasta ‘premier’ en la Casa de Nariño, ¿por qué el enojo? ¡Cínico!

Solidaridad de redes, indignación de redes, matoneo de redes y cinismo de redes… estas son las noticias de los medios que no investigan, no preguntan, no contextualizan, no hacen periodismo.

Los medios siguiendo a las emociones sensacionalistas de las redes antes que produciendo calidad de agenda que sigan los ciudadanos.

La indignación solo dura unos días, los problemas continúan; la solidaridad solo es noticia en las tragedias y debería ser de cultura ciudadana, el matoneo en las redes poco ayuda a convivir, el cinismo es de los mercaderes. Las redes no pueden ser la noticia. No basta con indignarse, eso solo sirve para graduarnos de tontos buenos y no nos lleva a ninguna parte. ¿Qué hacemos para desindignarnos? Más allá de la indignación, el periodismo debería pausar y ayudarnos a comprender.

El periodismo se debe reinventar para ir más allá de la indignación, la solidaridad, el cinismo y el matoneo de la semana.

El periodismo debe recuperar el contexto, volver a los datos, analizar qué nos está pasando como país, pausar las redes. El periodismo debería ser la noticia.

ÓMAR RINCÓN
Crítico de televisión

Tomado de:El Tiempo.com

Amenzan a monseñor Darío de Jesús Monsalve, el arzobispo de Cali

COLPRENSA |       CALI. El Arzobispo de Cali, monseñor Darío de Jesús Monsalve denunció que fue amenazado de muerte las últimas horas cuando se encontraba en la Casa Arzobispal, ubicada en el centro de Cali.

Las intimidaciones fueron hechas al prelado a través de un panfleto en el que se puede leer: “Muerte a las Farc, a Santos y a los clérigos comunistas” y que fue lanzado por debajo de la puerta de la Casa Arzobispal.

Por el mensaje, se presume que dichas amenazas se deben al papel activo que tenido el Arzobispo de Cali en los diálogos de paz entre el Gobierno Nacional y las Farc; además de su labor en los acercamientos con el Eln.

En este último proceso, el prelado fue nombrado como coordinador de la comisión de obispos que acompaña los diálogos. Su designación fue hecha por el presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia, monseñor Luis Augusto Castro Quiroga.

A pesar de las amenazas, monseñor Darío de Jesús Monsalve manifestó que se encuentra tranquilo y que pondrá en conocimiento de las autoridades la situación para que se investigue el origen de las intimidaciones.

El general Nelson Ramírez, comandante de la Policía Metropolitana de Cali, manifestó que “ya estamos estableciendo contacto con Monseñor para la denuncia e iniciar una ruta de atención a esa amenaza para iniciar la investigación y establecer de dónde proviene la misma”.

Más acciones del Arzobispo de Cali en pro de la paz

Monseñor Darío de Jesús Monsalve fue uno de los facilitadores del acto de perdón que se cumplió entre los familiares de los diputados del Valle que fueron secuestrados y asesinados por las Farc con varios miembros de dicha guerrilla el 2 y 3 de diciembre pasados.

Además, antes del plebiscito, mostró su apoyo al mecanismo de refrendación de los acuerdos entre el Gobierno Nacional y las Farc y aseguró que “todo ciudadano honesto daría su voto por el Sí a los acuerdos no solo a los que se llegaran con las Farc sino con el Eln”.

Dichas declaraciones estuvieron en el centro de la polémica y muchos manifestaron que el Arzobispo de Cali debía retractarse, no obstante, él se mantuvo en su posición.

Incluso después de los resultados del plebiscito, donde el No se impuso en las urnas, el prelado aseguró que no estuvo de acuerdo con la posición que tuvo la Iglesia católica en el proceso refrendatorio.

(Tomado de:El Colombiano.com)

y de Eje 21

Periodistas colombianos debemos crear un clima de paz: Javier Darío Restrepo
Javier Darío Restrepo. Foto: Ana Cristina Vallejo / FNPI

Luego del triunfo del No en el plebiscito donde los colombianos manifestaron su posición respecto a lo acordado entre el Gobierno y la guerrilla de las FARC durante el proceso de paz de La Habana, muchos tratan de entender todavía qué fue lo que sucedió.

A fin de analizar el papel de la prensa colombiana antes y después del plebiscito, la Red Ética Segura contactó al maestro Javier Darío Restrepo para conocer su opinión sobre cuál debería ser la labor del periodismo en este momento de incertidumbre que vive el país.

“Un medio de comunicación o periodista que esté vinculado a un partido político, debe dejar eso a un lado, y pensar que el único partido legítimo ahora es toda la sociedad, y que la única preocupación del periodista en esta coyuntura debe ser la creación de un clima de paz”, afirma el director del Consultorio Ético de la FNPI en entrevista telefónica concedida a Hernán Restrepo, gestor de contenidos de la Red Ética Segura.

En la entrevista, el maestro Javier Darío ofrece su visión sobre el papel de los medios tras el triunfo del No, la crisis de credibilidad en la que quedaron las firmas encuestadoras, y la manera en que reaccionaron los principales líderes políticos del país tras conocerse el resultado de las votaciones.

Red Ética Segura (RE): ¿Cuál es su opinión respecto al resultado del plebiscito?

Javier Darío Restrepo (JDR): A mí me parece que el resultado abrió los ojos a gran parte del país respecto a esta realidad: los políticos resultan siempre inferiores frente la causa de la paz. Cada uno tenía una visión del problema de acuerdo a su puja por el Sí o por el No. Pero una vez se vio con toda claridad la realidad de una votación, y por consiguiente la voluntad del pueblo colombiano, los políticos comprendieron que tanto el Sí como el No resultaban como algo muy frágil, si se miraba desde el punto de vista netamente partidista.

Aquí ya se comenzó a ver que hay algo mucho más grande que los partidos políticos: la voluntad de tener paz. Por lo tanto, es muy emotivo que las reacciones del presidente Santos, el expresidente Uribe y la guerrilla tuvieron un elemento en común: hay que defender la paz. Habría que ajustar algunos aspectos, pero coincidieron en lo fundamental, que es la defensa de la paz. Ninguno de ellos tomó una posición que se pudiera considerar en defensa de su punto de vista, pase lo que pase. Incluso la guerrilla manifestó su voluntad de paz, afirmando que la única arma que utilizarán será la palabra.

El presidente Santos habló acerca de la necesidad de reunir a todos los partidos políticos para buscar un camino. Lo mismo vino a decir el expresidente Uribe. Eso no se había visto antes. Es consecuencia del resultado electoral. En ese sentido, yo creo que el país quedó ganando. Ganó su voluntad de tener la paz, por encima de los intereses partidistas.

RE: Los medios de Colombia y el mundo han dicho que el resultado refleja que el país está dividido. ¿Le parece que es acertado decir esto?

JDR: Es un hecho. El país está dividido, casi que en 50 y 50 por ciento. Si miramos el mapa electoral, vas a encontrar una cosa muy interesante: el centro está muy del lado del No, mientras que la periferia está a favor del Sí. Hay una comprobación allí, y es que en los lugares donde más ardió la violencia, la gente hastiada por la violencia votó por el Sí. En cambio la gente que menos ha sufrido, que es la del centro, es la que se da el lujo de analizar, de condenar, de proponer otras alternativas.

Lo curioso es que Colombia se dividió en torno a un tema que debería unirla, la paz. Pero la paz significa algo muy distinto para el campesino que ha estado hostigado por la violencia, que para la persona que la ha mirado a la distancia y que no tiene mucho que reclamarle a la paz.

Lo que esto le plantea a los periodistas es que nosotros tenemos que mirar como una unidad a Colombia. Esa unidad tiene que hacerse alrededor de la paz y de los elementos que la construyen. Entre esos elementos están la reconciliación, comprensión y respeto del otro, que es algo que históricamente no hemos tenido nosotros. Casi desde el momento de la Independencia, los colombianos comenzamos a combatir unos con otros.

RE: ¿Le parece que fallaron en algo los medios en la etapa previa al plebiscito?

JDR: Nosotros como periodistas tenemos que cambiar nuestro ADN, pues los medios de comunicación colombianos tienden siempre a apoyarse en una adhesión. En este caso nuestro ahora, esa adhesión fue evidente. Fue evidente que gran parte de los medios estaban del lado del Sí, y era una mínima parte la que estaba apoyando el No. Tanto así que las mismas encuestadoras llegaron a pronosticar con grandes cifras el triunfo del Sí. La sorpresa que el país se llevó se debió a que tanto medios de comunicación como encuestadoras resultaron sorprendidos con un resultado que nunca se habían imaginado.

Esto hace que el periodismo nuestro llegue a ser más parte del problema que de la solución. El gran reto que se plantea ahora es hacer parte de la solución, a partir de una información que sea menos extraída desde el sentimiento y más apegada tanto a la verdad como a la voluntad de servir. Y servir no a una parte de la población, sino a toda ella. Ahí es donde estaría el gran desafío ético para los periodistas de nuestro país.

RE: Menciona usted el tema de las encuestadoras. Ninguna acertó con sus pronósticos. ¿Debería cambiar algo en la relación entre los medios de comunicación y estas encuestadoras, y la credibilidad que solemos depositar en ellas?

JDR: Sí, yo creo que tiene que cambiar esa relación. Primero porque está muy quebrantada la credibilidad de esas firmas. Segundo, porque los periodistas no hemos cumplido con las normas que hay para el manejo de las encuestas. Una de esas normas es tener en cuenta que esos porcentajes que dan las encuestadoras son apenas un indicio de la realidad. Por lo tanto, es sobredimensionarlas el estarlas utilizando para hacer titulares y ponerlas en el centro de las noticias que publicamos. Los resultados de las encuestas no se pueden tomar como hechos, son solamente indicios.

Me parece que este fracaso que han tenido las encuestadoras es una buena oportunidad para revisar la forma en que se están utilizando estas encuestas. Uno tiene la impresión de que se están utilizando más como propaganda que como información, con todos los vicios que esto implica.

RE: ¿Cómo podemos los periodistas evitar que con nuestra forma de informar terminemos polarizando más al país?

JDR: Yo creo que podemos trabajar sobre varios valores que son indispensables para hacer un periodismo de calidad. Inicialmente recomendaría centrar todo el esfuerzo informativo en el apoyo y fortalecimiento del bien común. En este momento el bien común es la paz. Esto implicaría varias cosas concretas. Primero, trabajar por encima de los partidos. Un medio de comunicación o periodista que esté vinculado a un partido político, debe dejar eso a un lado, y pensar que el único partido legítimo ahora es toda la sociedad, y que la única preocupación del periodista en esta coyuntura debe ser la creación de un clima de paz. Como resultado de esto, debe haber un gran compromiso con la verdad, con el rigor informativo para toda clase de noticias que se vayan a dar. Esto reemplazaría al afán por la ‘chiva’ que suele ser el motor de nuestro periodismo. Nos importa ser los primeros en informar, sin importar si la noticia fue bien investigada, si está completa, o si es oportuna. Eso nos ha hecho mucho daño como sociedad.

En segundo lugar, tenemos que trabajar para ayudar a construir un país distinto. Esto parece una fórmula ya muy repetida, pero lo cierto es que dadas las nuevas circunstancias en donde un grupo violento ha manifestado su deseo de dejar las armas, nos enfrentamos al proyecto de un nuevo país. Es un país donde tendrá que imponerse primero la tolerancia, es decir, ese clima donde crece la verdad del otro y la actitud de respeto hacia el otro. Y luego, tendremos que persistir en algo que los medios de comunicación colombianos ya están haciendo muy bien, promover el tema de la reconciliación.

Así las cosas, tendremos que comenzar a hacer un periodismo muy distinto, atento al uso de su poder para llegar a la conciencia de la gente todos los días. Será necesario dejar a un lado la editorialización y los sermones, para permitir que los hechos se desplieguen en todo su potencial. Que se puedan leer los hechos. Lo que los lectores buscan en los medios es cómo poder interpretar lo que nos acaba de suceder. Nuestra labor será ayudarlos a ver las cosas en clave de reconciliación. Como ves, todo se resume en una simple frase: tenemos que hacer un periodismo distinto, y ese periodismo distinto debe ser de una alta calidad, en razón del servicio que tiene que prestarle a la sociedad.

Tomado de la Fundación  Gabriel  García Márquez para el nuevo periodismo iberoamericano,fnpi.

Lo que viene para Rafael Uribe Noguera, el asesino de Yuliana Samboní
A Rafael Uribe Noguera le espera una condena de hasta 60 años de prisión. / Colprensa

Rafael Uribe Noguera estaría obligado a pagar una alta condena de hasta 60 años de prisión y a reparar a la familia de la niña con una suma que, según cálculos preliminares, superaría los $1.000 millones. Fiscalía radicó ayer el escrito de acusación.

Por: Alexánder Marín Correa / Diana Durán Núñez
En Twitter: @alexmarin55

No hay prisión ni dinero que repare la muerte de un hijo. Y menos cuando se lo arrebatan de una forma tan cruel y violenta como a la familia de Yuliana Samboní Muñoz. Rafael Uribe Noguera,según la Fiscalía, secuestró, torturó, violó y mató a la pequeña de siete años. Ya lo aceptó ante los investigadores. Falta que lo ratifique ante un juez.

Por eso, en lo penal, su proceso parece claro: se enfrenta a una pena de hasta 60 años (máxima permitida en el país), pues las leyes castigan con severidad los crímenes contra los niños. No admiten preacuerdos, ni rebajas por aceptación de cargos. Incluso, cuando la víctima tiene menos de 11 años, las penas se deben duplicar. (Lea: “¡Asesino!… ¡Asesino!… ¡Asesino!”)

Sin embargo, hay una arista adicional: la reparación a la familia. La justicia prevé que un criminal no sólo debe pagar con su libertad, sino con su patrimonio, y está claro que la familia Uribe Noguera tiene con qué. Al menos el apartamento donde hallaron a Yuliana está a nombre del asesino y de su madre. (Lea: Crímenes contra niños: muchas denuncias y pocas condenas)

En lo penal

Rafael Uribe Noguera finalmente aceptó ante la Fiscalía lo que pareció evidente para todo el país desde el pasado 4 de diciembre: que él violó y asesinó a Yuliana Samboní. A pesar de que en la audiencia de imputación no aceptó cargos, las evidencias científicas, documentales y testimoniales no dejan duda de su autoría. La prueba clave la reveló Medicina Legal al ratificar que, pese al intento por borrar las huellas del crimen, en el cadáver hallaron material biológico que lo vinculaba con su muerte. (Lea: Uribe Noguera sí mató a Yuliana y el vigilante mintió)

Con su aceptación, han indicado fuentes cercanas al proceso, él busca llegar a un acuerdo con la Fiscalía a cambio de que lo acusen de homicidio y abuso sexual, pero no de tortura y secuestro.Una negociación que, de darse, no tendría mucha incidencia en cuanto a la condena: como su víctima fue una niña, las leyes no le permiten recibir beneficios penales. (Lea: ‘Si los jueces aplican la norma, no se necesita la cadena perpetua’)

Ayer la Fiscalía radicó el escrito de acusación y una vez Rafael Uribe Noguera ratifique su confesión ante un juez, el proceso se abreviará. Enfrenta un destino de hasta 60 años de prisión. Se han sembrado dudas sobre si él, por colaborar con la justicia, podría recibir rebaja de pena. Abogados consultados por este diario son enfáticos: esa puerta está cerrada para él. “Cuando las víctimas son niños no hay ningún tipo de beneficio, ni siquiera en virtud de un preacuerdo”, explica Olga Silva, la abogada que manejó el caso de los tres hermanos de Tame (Arauca), abusados y asesinados por el subteniente del Ejército Raúl Muñoz Linares en 2010.

Carlos Andrés Gómez, decano de derecho de la Universidad Jorge Tadeo Lozano, hace el mismo análisis, y agrega que si Uribe Noguera ofrece información sobre, por ejemplo, una red de explotación de menores, la Fiscalía podría no abrirle una nueva investigación a cambio de información efectiva. Lo mismo sostiene Alcira Granadas, de la organización Save The Children: “Debe ser una colaboración clave que permita acabar con este peligro para otros niños”. (Lea: Explotación sexual de menores en Bogotá: invisibilizada, pero latente)

Otra cosa es la redención de la pena, que se trata de reducir una sentencia en prisión con trabajo o estudio. A eso sí podría tener derecho, indican dos fallos emitidos el año pasado por las cortes Suprema de Justicia y Constitucional. Ambos tribunales concluyeron que, según las normas vigentes, es un derecho y no un privilegio. “No hay un derecho de los niños que colisione con la posibilidad que tienen los reclusos de alcanzar la resocialización mediante el desarrollo de actividades que, además, les generen redención de la pena que purgan”, señaló la Corte Suprema.

La reparación

Este no es momento para pensar en indemnizaciones, sobre todo cuando las heridas están vivas, pero el tema se discutirá a medida que avance el proceso penal. La ley establece que Uribe Noguera, además de perder la libertad, debe reparar a la familia de Yuliana por los gastos y las secuelas que le dejó a cada integrante: la ausencia, la angustia, el arrebatarles la posibilidad de verla crecer… El dolor. (Lea: Yuliana Samboní murió por estrangulamiento y fue abusada sexualmente: Medicina Legal)

El abogado David Peñuela Ortiz, especialista en responsabilidad y daño resarcible de la Universidad Externado, desde la justicia civil explica que el asesino se enfrentará a un pago multimillonario (superaría los $1.000 millones). Y lo hace desde esta jurisdicción, al creer que es más beneficiosa para la familia de Yuliana, pues mientras la justicia penal fija como única reparación un monto máximo de 1.000 salarios mínimos (unos $700 millones), en la civil la reparación es  para cada familiar que demande. (Lea: Crece la tragedia en el caso Yuliana Samboní)

Lo primero por lo que tendría que responder Uribe Noguera son por los daños patrimoniales, como los gastos en los que ha incurrido la familia y en los incurrirá a futuro en tratamientos médicos y psicológicos. También debería pagar los gastos médicos que se surtan, para la estabilización y control del embarazo de la madre de Yuliana, ya que ha tenido que ser sometida a sedación, debido a la magnitud de los eventos.  Así la EPS los cubra, todo se puede reclamar, porque la ley no dice lo contrario. El cálculo de cuánto tendría que pagar lo debe hacer un perito. (Lea: Madre de Yuliana Samboní insiste en acompañarla hasta su última morada) 

Adicionalmente, se podría buscar una eventual reparación por lucro cesante o el dinero que dejará de ingresar al patrimonio familiar por la muerte de la niña. Aunque en casos de menores es un daño discutido, ya que Yuliana no aportaba dinero a su hogar y se podría decir que su muerte no traerá ninguna frustración económica, el Consejo de Estado ha reconocido este tipo de daños a los padres, tasándolos con base en el salario mínimo, proyectándolo desde la mayoría de edad de la niña (cuando legalmente hubiera podido trabajar) y hasta la expectativa de vida de sus padres.

Daños extrapatrimoniales

Pero más allá de los daños cuantificable hay uno incalculable: el dolor. La justicia lo llama daño moral, que no es más que la lesión a la esfera sentimental y afectiva de cada miembro de la familia, así como el sufrimiento de Yuliana durante el crimen. El máximo rubro que ha reconocido la jurisdicción civil para reparar este daño ha sido de $60 millones por víctima. Es decir, en principio, el padre, la madre y la hermana. Podrían sumarse otros familiares. (Lea: El retorno de Yuliana Samboní a la tierra que la vio nacer)

Como la madre de la niña está en embarazo, un asunto que seguro generará debate, “es el daño moral del futuro bebé, ya que, en estricto sentido, no lo ha experimentado. No obstante, el Consejo de Estado ha reconocido una especie de daño futuro en casos donde el padre muere, pero la madre queda viva y en embarazo. Aunque la situación es diferente, un juez podría aplicarla por analogía”, dice Peñuela.

Otro aspecto a reparar es el daño a la vida de relación o a la actividad social de la familia, ya que después del crimen no será la misma. En estos casos la justicia ha reconocido un monto máximo de $140 millones por cada familiar. (Lea: Último adiós a Yuliana Samboní, en El Tambo (Cauca))

En nombre de Yuliana también podrían reclamar por el daño a bienes personalísimos, pues a Yuliana en vida le violentaron sus derechos a la libertad de locomoción, la libertad sexual y a la vida, entre otros. Hasta la fecha, el máximo valor reconocido por la justicia ha sido $20 millones.

“Tanto en el daño moral como en los demás, legalmente sería aconsejable que la petición económica sea mucho mayor, ya que, por las características del caso, es posible que el juez supere los topes mencionados”, explica Peñuela.

Aunque al sumar montos está claro que Rafael Uribe Noguera se enfrenta al pago de una indemnización multimillonaria, y que en lo penal le esperan largos años en prisión, al final lo único que vale es que este atroz crimen no quede en la impunidad.

@alexmarin55
@dicaduran

Tomado de:El Espectador.com

Amenazan a monseñor Darío de Jesús Monsalve, arzobispo de Cali
FOTO COLPRENSA
COLPRENSA | PUBLICADO HACE 18 MINUTOS

El Arzobispo de Cali, monseñor Darío de Jesús Monsalve denunció que fue amenazado de muerte las últimas horas cuando se encontraba en la Casa Arzobispal, ubicada en el centro de Cali.

Las intimidaciones fueron hechas al prelado a través de un panfleto en el que se puede leer: “Muerte a las Farc, a Santos y a los clérigos comunistas” y que fue lanzado por debajo de la puerta de la Casa Arzobispal.

Por el mensaje, se presume que dichas amenazas se deben al papel activo que tenido el Arzobispo de Cali en los diálogos de paz entre el Gobierno Nacional y las Farc; además de su labor en los acercamientos con el Eln.

En este último proceso, el prelado fue nombrado como coordinador de la comisión de obispos que acompaña los diálogos. Su designación fue hecha por el presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia, monseñor Luis Augusto Castro Quiroga.

A pesar de las amenazas, monseñor Darío de Jesús Monsalve manifestó que se encuentra tranquilo y que pondrá en conocimiento de las autoridades la situación para que se investigue el origen de las intimidaciones.

El general Nelson Ramírez, comandante de la Policía Metropolitana de Cali, manifestó que “ya estamos estableciendo contacto con Monseñor para la denuncia e iniciar una ruta de atención a esa amenaza para iniciar la investigación y establecer de dónde proviene la misma”.

Más acciones del Arzobispo de Cali en pro de la paz

Monseñor Darío de Jesús Monsalve fue uno de los facilitadores del acto de perdón que se cumplió entre los familiares de los diputados del Valle que fueron secuestrados y asesinados por las Farc con varios miembros de dicha guerrilla el 2 y 3 de diciembre pasados.

Además, antes del plebiscito, mostró su apoyo al mecanismo de refrendación de los acuerdos entre el Gobierno Nacional y las Farc y aseguró que “todo ciudadano honesto daría su voto por el Sí a los acuerdos no solo a los que se llegaran con las Farc sino con el Eln”.

Dichas declaraciones estuvieron en el centro de la polémica y muchos manifestaron que el Arzobispo de Cali debía retractarse, no obstante, él se mantuvo en su posición.

Incluso después de los resultados del plebiscito, donde el No se impuso en las urnas, el prelado aseguró que no estuvo de acuerdo con la posición que tuvo la Iglesia católica en el proceso refrendatorio.

Tomado de:El Colombiano.com 

La frontera necesita respeto y Santos lo debe exigir

Foto:César Obando

El sábado, seis días después de que las autoridades bolivarianas hubiesen decidido clausurar nuevamente el paso por los puentes internacionales que comunican a Colombia con Venezuela, las autoridades de Norte de Santander alzaron su voz de protesta, por lo que consideran un atropello y una falta de respeto.

Según Maduro, en la capital fronteriza están represados más de $2 billones de bolívares por las mafias.

Las casas de cambio de Cúcuta y el comercio de la región, son, según Maduro, los principales responsables de un ataque a la economía de su país, que incluye el acaparamiento de bolívares y la especulación del precio del dólar paralelo. De acuerdo con sus palabras, en la capital fronteriza están represados más de $2 billones de bolívares por las mafias.

También: Comerciantes de El Escobal no reciben bolívares.

Precisamente, esta fue una de las razones del país vecino para sacar de inmediato los billetes de 100 bolívares del mercado, lo cual generó una nueva crisis en su país y además, afectó a comerciantes colombianos que estaban vendiendo productos a los venezolanos.

La propuesta en este caso para ayudar a los comerciantes es que el Banco de la República de Colombia compre los bolívares que se quedaron en el mercado local producto de las transacciones legales. “De esta manera se evitarían pérdidas a los comerciantes que actuaron de buena fe recibiendo los bolívares y si son pocos nos quitaríamos el cuento de que en Cúcuta se estaban quedando los bolívares que están  desestabilizando a Venezuela (…) Nos hicieron trampa, nos pidieron que les vendiéramos, lo hicimos y ahora que tenemos la plata no la reciben”, precisó el diputado Pedro Mora.

La otra solicitud del comunicado es que Santos y su equipo de trabajo fijen por fin una posición frente a la frontera y Cúcuta. En relación a la frontera, porque aunque es una decisión soberana de un presidente cerrarla o abrirla, ya es hora de que Colombia establezca condiciones para la apertura de la misma y no estar sujetos a lo que se defina al otro lado de la línea limítrofe.

Lea la versión completa en La Opinión.com, de Cúcuta.

Colombia adulterada: una serie web que hace la radiografía de un flagelo
Colombia adulterada: una serie web que hace la radiografía de un flagelo

La serie web que ya está disponible, y que presenta Mario Duarte, relata cómo funcionan las redes criminales detrás de un negocio que genera casi tantas utilidades como la droga.

Conducida por Mario Duarte, ideada por Daniel Samper Ospina y dirigida por Álvaro Perea, la más reciente creación de Productora Semana relata cómo funcionan esas redes criminales que generan casi tantas utilidades como la droga e información nunca antes revelada sobre esa industria mortal. La Policía Fiscal y Aduanera entrega sus testimonios, como también lo hacen expertos en el tema, personas involucradas en el ciclo de la adulteración y personajes como Antanas Mockus, Ricardo Silva, Santiago Moure y Claudia López, entre otros. La serie de cinco capítulos puede verse en internet por medio de la página www.colombiaadulterada.com.

Tomado de:Semana.com

 

 

Venezolanos y colombianos cruzan la frontera en grupos
Foto:César Obando 

Varias personas cruzaron a la fuerza la frontera.

Autoridades de los dos países decidieron dejar pasar para evitar tumultos.

Un fenómeno atípico se presentó este sábado en el puente internacional Simón Bolívar, que comunica a Villa del Rosario con San Antonio del Táchira, y en el puente Francisco de Paula Santander, que comunica a Cúcuta con Ureña.

Un grupo de personas se agolpó en la frontera para exigir la reapertura y ante la insistente petición de la población, autoridades colombianas y venezolanas decidieron dejar pasar a las personas en grupos de 50.

Esto se da, luego de que el presidente de Venezuela Nicolás Maduro anunciara una prórroga en el cierre de la frontera por 72 horas más para controlar, según informó en medios venezolanos, el contrabando y el tráfico de bolívares.

Para el alcalde de Ureña, Alejandro García, esto no es raro «está pasando la gente normalmente para Cúcuta sin ningún problema, no ha habido ninguna alteración. Un grupo de 50 personas estaba protestando y no más».

Cabe resaltar que en días anteriores, el mandatario de los venezolanos prohibió el uso de billetes de 100 bolívares, lo que agravó la situación económica en el vecino país, pues al desabastecimiento se suma la escasez de efectivo.

En Norte de Santander, los empresarios, líderes políticos, gobernador y alcalde de Cúcuta se reúnen para pedir una frontera abierta, pero con respeto y condiciones claras. Esperan que el martes, tras una posible visita del presidente Juan Manuel Santos, puedan aclarar mejor esta situación.

Tomado de:

La Opinión

@laopinioncucuta

Medio de Comunicación de los nortesantandereanos.

La plegaria por la paz que escribió Guillermo Cano hace 35 años

Por Guillermo Cano.

26 de julio de 1981

Una solución política

Los últimos acontecimientos, dolorosos, sangrientos, amedrentadores y amenazantes, tienden a indicar que la situación de violencia de variada índole que padece el país no tiene, por lo menos a plazo inmediato, una solución definida ni definitiva. Las Fuerzas Armadas, en cumplimiento de deberes que nadie les desconoce como guardianes del orden interno y externo, combaten a las fuerzas que se han levantado en armas contra el orden legítimo constituido. Y estas, a su vez, combaten a las instituciones con sistemas que abominamos y censuramos

En estas acciones, con diferencias de todos conocidas, llevamos ya más de tres décadas de constante desangre que desgarra nuestros sentimientos en lo más profundo, porque, como lo dijo el maestro Luis López de Mesa ya hace muchos años, nos duele Colombia, nos sigue doliendo Colombia y mucho nos tememos que nos seguirá doliendo Colombia. Jamás en este periódico hemos dicho una palabra en apología del delito atroz de la subversión. Jamás lo diremos. Esto nos permite plantear —ante el amenazante futuro la inquietud a todos los colombianos, a quienes defendemos la democracia y la libertad y participamos en contiendas ideológicas sin tener siquiera una navaja para pelar naranjas— las discusiones para lograr una Colombia en donde la sangre de los compatriotas no corra para esterilizar su porvenir. Y a quienes utilizan otros medios de buena o de mala fe, con unos sistemas anticristianos y crueles para alcanzar sus objetivos, si no ha llegado la hora de buscar, fuera de las soluciones de fuerza —que el gobierno emplea en legítimo y obligatorio derecho defender la legitimidad del Estado de derecho y que emplea la supresión para modificar las situaciones colombianas—, soluciones políticas que acaso, por nuevas, encuentren senderos posibles para solucionar el interminable diferendo.

Soluciones políticas se han logrado en varias oportunidades. Y casos hubo donde alcanzaron mejores efectos que los de la guerra, declarada o no, entre dos Colombias que empuñaban las armas para combatirse la una contra la otra. Bajo el gobierno del doctor Alberto Lleras Camargo, valga el ejemplo, el país pudo volver a pescar de noche, como lo dijera el maestro Echandía. Pero comenzaron a trabajar las fuerzas subterráneas que volvieron a enfrentar el Estado de derecho con el estado de subversión. Y regresamos así al pasado violento y nos embarcamos en un futuro idéntico que llega hasta nuestros días. Hoy no estamos, ciertamente, mejor que hace treinta años, con la agravante de que el enfrentamiento de fuerzas encuentra estímulos extraños al mismo país con todos los gravísimos riesgos que esto implica.

¿Cuáles soluciones políticas sugeriría usted, “pontífice” que escribe pero que no soluciona? Repito que no soy el llamado a darlas, sino a pedirlas a quienes tienen de un lado y de otro los medios para formularlas, negociarlas, concretarlas y realizarlas. Estamos ya en plena campaña electoral para corporaciones públicas y para elegir nuevo presidente de la República. Y salvo el obvio respaldo que los partidos que están en el Gobierno le reiteran en declaraciones, que son una repetición interminable de otros tantos documentos de solidaridad para con la autoridad legitimada y de protesta por los actos abominables de cruenta violencia que realizan los subversivos, no conocemos realmente pronunciamientos de fondo ni de los precandidatos a la presidencia ni de los aspirantes a las corporaciones públicas donde se diga a los colombianos, a todos los colombianos, cuál sería el manejo que ellos le darían al más grave problema nacional de estos momentos en el caso de recibir el mandato claro o no tan claro para dirigir nuestros destinos.

Nosotros, honestamente, vemos que la situación de orden público no se inclina hacia una tendencia próxima a disminuir las tensiones que a todos nos afecta, y al decir todos incluimos tanto a quienes defendemos la democracia como la concebimos como para quienes la entienden de otra manera. Se nos dirá que estamos desenfocados al afirmar que hay síntomas de un agotamiento de la capacidad ciudadana para recibir informaciones, no solo periodísticas y no oficiales y hasta forzadas, como las suministradas por uno de los grupos subversivos a dos periodistas retenidos, secuestrados y como quiera llamarse el acto ocurrido a mediados de la semana, de tanta gravedad como la que a lo largo de este año nos ha conmocionado. Y que son una escuela de las del pasado y el antepasado. Un día el optimismo cunde; al siguiente el terror se derrama sobre el país. Vivimos entre la esperanza del fin de la violencia y el miedo a su aterrador renacimiento.

Entonces, ¿no ha llegado el momento de que —sin debilitar de manera alguna el Estado de derecho que la mayoría de los colombianos hemos escogido y elegido, y paralelamente a la acción preventiva y represiva, si fuese absolutamente necesaria— se busquen nuevas fórmulas ya que ni la preventiva ni la represiva han dado los resultados que la inmensa mayoría de los colombianos desean? Pero sobre todo, cuando dentro de un año habrá un cambio de gobierno en la Presidencia de la República, en las corporaciones públicas, ¿no sería hora que los aspirantes a ser protagonistas de ese cambio comenzarán a decirles a los colombianos cuáles son sus programas y hasta dónde puede llegar su poder para devolver a Colombia la paz que ha perdido en un interminable combate de más de treinta años? Es posible que si se va haciendo claridad, cuando llegue el momento de las decisiones democráticas, el país nacional encuentre más y mejores argumentos para participar decididamente en la gran batalla incruenta por la pacificación de Colombia.

Estos apuntes, es cierto, no tienen más importancia que la espontaneidad, la honestidad y casi que la desesperada intención con que se escriben. Bien pueden interpretarlos quienes quieran y de la manera que ellos les venga a bien hacerlo. Pero acaso sirvan para una meditación menos ligera que la de sindicarnos temerariamente a estar participando como “viajeros útiles” en alguna maniobra que de alguna manera pueda beneficiar a movimientos que incurren en actos subversivos y plantear situaciones que nos repugnan ideológica y moralmente.

Porque la verdad es que nos da miedo. Físico miedo de que entre escalada y escalada de la lucha cruenta, el país se descomponga, se desangre, caiga en el caos impredecible de la opresión. De las opresiones de cualquier índole. Y porque nos negamos a creer, aun en momentos tan complejos, difíciles, críticos, graves y hasta contradictorios, que no puedan existir salidas a este laberinto temible, distintas a las que durante más de tres décadas se han buscado sin hallarlas.

Tomado de: Semana.com

 

153 periodistas han sido asesinados en 39 años en el país

2. Don Guillermo Cano

Enero de 1944. Redacción del periódico El Espectador. Centro de Bogotá. Allí estaba parado, con su cartón de bachiller, el joven Guillermo Cano Isaza. Silencio en el recinto. Luis, su tío, quien era por ese entonces uno de los periodistas y pensadores liberales más reconocidos en la capital, se preparaba para hacer un anuncio. Como director del medio de comunicación, presentó a su sobrino: “Enséñenle lo que ustedes saben. No lo elogien, regáñenlo”.

Una libreta de apuntes, unos zapatos y una máquina de escribir. Guillermo Cano no necesitó nada más para aprender el oficio del periodismo. Salía a la calle, buscaba noticias en los juzgados, en las comisarías, en los espectáculos. La noticia podía estar en cualquier evento. Sin embargo, como lo cuentan los editores de El Espectador, no todos los textos eran recompensados con la publicación. Poco a poco fue formando su propio criterio periodístico.

Su primera crónica, publicada el 27 de junio de 1944, tenía que ver con las corridas de toros, un tema que le apasionaba. La llegada de la torera Concepción Cintrón Verill, conocida como Conchita Cintrón, fue un evento nacional. Guillermo Cano cubrió la noticia desde que la celebridad aterrizó en Bogotá hasta que se retiró de la plaza de toros la Santamaría. “Juanita Cruz está en Bogotá. Desea a toda costa igualar los triunfos de su colega Conchita Cintrón. Pero ésta, como Ortega, Garza y los novilleros, deben esperar a que la plaza de toros sea una verdadera plaza de toros, sin carpas y sin el olor de las fieras, que tanto aborrecen los cornúpetos”, escribía el joven Guillermo Cano.

Fueron suficientes tres años de aprendizaje para que fuera designado Secretario de Dirección y Redacción en El Espectador. Además de revisar la agenda diaria con noticias de actualidad, Cano impulsó el Magazín Dominical de El Espectador, donde se publicarían temas relacionados con literatura y cultura, otras de sus pasiones. En octubre de 1952, cuando Guillermo Cano tenía 27 años, su nombre apareció en las páginas de El Espectador como el nuevo director del medio, tras la renuncia de su padre, Gabriel Cano.

El nuevo cargo representaba objetivos complejos, que iban más allá de su propio desempeño. Él lo admitía. El sábado 6 de diciembre de 1952 tuvo que vivir un incendio en su lugar de trabajo. Y tuvo que reportar, además, cómo una horda de conservadores trataba de destruirlos; a él, a sus periodistas y a sus colegas del diario El Tiempo. Las casas de los dirigentes liberales Carlos Lleras Restrepo y Alfonso López también fueron un blanco de los manifestantes.

Más allá de las pérdidas materiales que dejó el incendio, el miedo y las amenazas, a los periodistas de la época les preocupaba la censura del entonces gobierno conservador. El ministro de Gobierno de ese entonces, Luis Ignacio Andrade, había manifestado abiertamente que una opción para que el país “volviera a la normalidad” consistía en suspender a los periodistas. El presidente encargado, Roberto Urdaneta, le pidió a Cano reportarle al Gobierno informaciones de orden público, editoriales, investigaciones criminales, fotografías, asuntos económicos y caricaturas.

La censura crecía a medida que pasaban los años. En junio de 1953, cuando el general Gustavo Rojas Pinilla alcanzó la presidencia, las medidas de control para los medios de comunicación se intensificaron. Guillermo Cano tuvo que afrontar una lucha constante por la libertad de expresión. A manera de ejemplo está el caso de Primo Guerrero, el corresponsal del diario en Chocó que fue encarcelado en mayo de 1954 por publicar un caso de corrupción. Cano, en ese entonces, envió mensajes de protesta a la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), organización que lo respaldó en sus denuncias.

Como mediador entre los medios y el Estado, Guillermo Cano convocó una asamblea de periodistas en Bogotá. Con el apoyo de 130 delegados, el entonces director de El Espectador logró que Rojas Pinilla levantara la censura de prensa que había instaurado mediante el decreto del Estado de Sitio. Dicho decreto mereció la oposición rotunda de la Comisión Nacional de Prensa, presidida por Cano.

Sus palabras incomodaron a los Gobiernos de turno, a ciertos grupos políticos y a las mafias. El dominio de los carteles de droga no fue motivo de censura, en principio. En los años ochenta el director de El Espectador se mantuvo al margen del silencio y siguió con sus publicaciones. Su apuesta fue castigada por los narcotraficantes y en la noche del 17 de diciembre de 1986, cuando salía de las instalaciones del periódico, dos sicarios lo asesinaron. Un periodista de El Espectador, Rodolfo Rodríguez, lo vio morir: “Su rostro pálido no reflejaba ningún dolor, ni tristeza, estaba tranquilo, en paz como siempre vivió, mientras la vida se le escapaba por los agujeros de las balas de 9 milímetros”. El Estado, impotente, declaró muchos años después su caso como crimen de lesa humanidad.

En sus años como reportero, Guillermo Cano escribió un perfil sobre Luis, su tío, maestro y amigo. Las palabras de Luis toman vigencia cada vez que se recuerda la partida de Guillermo Cano Isaza: “Por la puerta grande de El Espectador vi salir lentamente, cojeando de su pierna izquierda, la figura de Luis Cano. Su cabeza blanca sobresalía por entre la turbamulta. Me acerqué a él.
–¿Para dónde vas?
–Para Palacio…
–Permíteme acompañarte…
–No, Quédate aquí. En el periódico te necesitan…”

1. Asesinatos de periodistas en Colombia por región

153 periodistas han sido asesinados en Colombia desde 1977. Valle y Antioquia son los departamentos que más reporteros muertos suman en estos 39 años. Si bien Colombia sigue siendo considerado como uno de los 50 países con las peores condiciones para ser periodista en el mundo, 2016 no registra ningún asesinato en este oficio.

Versión completa en El Colombiano.com

Presidente Nicolás Maduro prorroga el cierre de frontera por 72 horas más
Presidente Nicolás Maduro prorroga el cierre de frontera por 72 horas más. Foto: La W

Con un muro del lado venezolano, se impide el paso de los extranjeros y colombianos que permanecen en territorio del vecino país. Mientras que en Colombia, las vallas de seguridad se extienden por todo el puente internacional Simón Bolívar, que comunica a Cúcuta con San Antonio del Táchira.

Los venezolanos sobre el puente aseguraron: «Estamos cansados de los atropellos de Maduro, nosotros venimos desde Ecuador y buscando llegar a Venezuela para encontrarnos con la familia, ahora tendremos que pasar la noche aquí».

Los comerciantes en la frontera rechazaron la prórroga que ha anunciado el presidente Nicolás Maduro.

«Para nosotros ya nada es sorpresa, pues sospechabamos que este cierre se iba a prolongar, ahora nos preocupa una nueva crisis, en sólo tres días hemos tenido una reducción del 90%».

Los sectores económicos de la ciudad de Cúcuta, han determinado realizar un frente común para evaluar la situación y determinar estrategias para la zona de frontera.

Tomado de:WRadio.com

Este viernes se radicarán tres iniciativas del paquete legislativo para la paz
COLPRENSA
Bogotá
15 de Diciembre de 2016 07:33 pm

El ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, explicó que este viernes se radicarán tres iniciativas que se encuentran previstas dentro del paquete legislativo para la implementación de los acuerdos de paz firmados con las Farc.

«Al medio día vamos a presentar el acto legislativo de Justicia Especial para la Paz, que ya está prácticamente listo; vamos a presentar una reforma a la Ley Quinta del Congreso de la República, para garantizar la participación de los tres voceros de la nueva agrupación política en el Senado y los tres voceros en la Cámara; vamos a presentar también el acto legislativo para facilitar la creación del nuevo partido político que surja de la desmovilización y el desarme de las Farc», afirmó.

Sin embargo, sobre la participación de los voceros de Voces de Paz y Reconociliación, que este mismo jueves se inscribieron ante el Consejo Nacional Electoral como agrupación política, el ministro explicó que para que puedan participar la próxima semana en la discusión sobre la Ley de Amnistía la Cámara de Representantes y el Senado emitirán una resolución.

«A partir de la semana entrante es una resolución de las mesas directivas para que puedan participar los voceros y ya mañana presentamos el proyecto de ley que reforma la Ley Quinta para permitir la participación de estos voceros», dijo.

LO QUE TRAERÍA EL ACTO LEGISLATIVO DEL SISTEMA INTEGRAL DE VERDAD JUSTICIA Y REPARACIÓN

El borrador de la iniciativa está compuesto por siete páginas y cerca de 17 artículos que desarrollan la Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad; la Unidad para la Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas en razón del conflicto armado; la Jurisdicción Especial de Paz; y las medidas de reparación integral para la construcción de paz.

Sobre la Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad se establece que es un órgano autónomo y extrajudicial; se especifica que «no tendrá carácter judicial, ni podrán implicar la imputación penal de quienes comparezcan ante ella»; y también, que la información que reciba no se podrá trasladar a autoridades judiciales para procesos.

Determina que la Unidad de Búsqueda de personas desaparecidas tendrá carácter humanitario y extrajudicial, y que tanto sus funcionarios como los de la Comisión no podrán ser obligados a declarar en procesos judiciales desde que el conocimiento de los hechos se hayan dado dentro de sus funciones.

En su tercer capítulo habla sobre la Jurisdicción Especial para la Paz y especifica: «administrará la justicia de manera autónoma y conocerá de manera prevalente sobre todas las demás jurisdicciones y de forma exclusiva de las conductas cometidas por causa, con ocasión  y en relación directa o indirecta con el conflicto armado».

Sobre las tutelas en contra de las decisiones de la Jurisidicción determina que se deben presentar ante el Tribunal para la Paz. La primera instancia sería decidida por la Sección de Revisión y la segunda por la Sección de Apelaciones, y agregan: » El fallo de la tutela podrá ser revisado por la Corte Constitucional».

Además contiene un capítulo específico para el tema de extradición, en donde deja establecido que no se podrá conceder la extradicción a personas que estén acogidas en este sistema; y deja claro que quienes se sometan a la Jurisdicción Especial de Paz  y tengan sanciones no quedarán inhabilitados para participar en política.

 Tomado de:El Universal.com, de Cartagena.