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Reporteros Sin Fronteras (RSF) reitera su llamamiento al gobierno chino para que deje de acosar a los reporteros extranjeros y A sus fuentes. La organización hace este llamamiento después de que el Club de Corresponsales Extranjeros de China (FCCC) revelase en su informe anual, publicado este 29 de enero, que el acoso a sus miembros volvió a aumentar en 2018.
Tomado de: (RSF)
Basándose en las 109 respuestas que recibió el FCCC al cuestionario enviado a sus 204 miembros de 31 países y territorios en diciembre, el informe describe la situación como «peor ahora que en los últimos 20 años», con la excepción de 2011, cuando la cobertura de las protestas a favor de la democracia provocó una gran reacción del gobierno.
«El hostigamiento constante es aún más impactante teniendo en cuenta que China se beneficia de la libertad de prensa en otros países para difundir su propaganda», destaca Cédric Alviani, jefe de la oficina de Reporteros Sin Fronteras en el este de Asia. «Instamos a la comunidad internacional a presionar al régimen chino para que deje de acosar a los periodistas extranjeros y a sus fuentes».
Hoy en día, el gobierno parece estar absteniéndose de las formas más abiertas de presión sobre los periodistas extranjeros, como las «invitaciones a tomar el té» en el Ministerio de Seguridad del Estado, o los intentos de los diplomáticos chinos de presionar a las oficinas centrales de sus medios de comunicación en el extranjero. En cambio, las autoridades están utilizando métodos más insidiosos, como las escuchas telefónicas, la piratería y la vigilancia física.
Casi todos los periodistas extranjeros que lograron visitar la región occidental de Xinjiang, donde se está llevando a cabo una importante represión contra la comunidad uigur, han denunciado diversas formas de acoso, como las breves detenciones, órdenes de destruir el material grabado o cancelaciones de sus reservas de hotel.
En 2018 se han intensificado las amenazas de denegación del visado. La jefa de la oficina de BuzzFeed News, Megha Rajagopalan, fue expulsada en agosto después de no poder renovar su visa. Era la primera vez que a un periodista extranjero se le rechazaba la renovación de su visado desde 2016, cuando lo sufrieron la periodista francesa Ursula Gauthier y el periodista sueco Jojje Olsson.
En lo que representa una clara advertencia, también se han emitido visados de duración inusualmente corta a periodistas de The New York Times, BBC, Australian Broadcasting Corporation, Sankei Shimbun y Voice of America.
Las amenazas a las fuentes chinas, especialmente las académicas, se han vuelto tan comunes que los periodistas extranjeros ahora dudan en contactarlos por temor a ponerlos en peligro. «Es, de lejos, lo peor que he visto trabajando como periodista en China o Hong Kong desde el año 2000», asegura el jefe de la oficina de Financial Times en Pekín, Tom Mitchell.
La presidenta de FCCC, Hanna Sahlberg, coincide. «Existe el riesgo de que incluso los medios de comunicación extranjeros eviten las historias que se perciben como demasiado problemáticas o costosas para contarlas en China», señala.
China se ocupa el puesto 176, entre 180 países, en la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa 2018 de Reporteros Sin Fronteras. Ver también el Informe Anual de la organización.