Manuel del Socorro Rodríguez / alponiente.com
Por: Guillermo González Restrepo
Miembro de número de la Academia de Historia de Cundinamarca.
El cubano Manuel del Socorro Rodríguez de la Victoria, que en aquella la isla del caribe, ejercía su profesión de carpintero, llegó a ser el padre del periodismo colombiano y, por poco, pierde la vida fusilado por el Pacificador Pablo Morillo, en la Nueva Granada. Esta es la historieta.
Evidentemente, Manuel del Socorro Rodríguez pasó de ser ebanista en su país de origen, a ejercer importantes cargos de jerarquía intelectual en la Nueva Granada, como que el virrey José Manuel de Ezpeleta, lo encargó de la dirección de la Biblioteca Real y otras cosillas de este tenor aunque sentía una gran admiración por el movimiento independentista en Santafé de Bogotá hasta el punto que hizo parte del Colegio Electoral de Cundinamarca y colaboró activamente en el gobierno de Don Antonio Nariño. En esas estaba, cuando Pablo Morillo instauró lo que la historia conoce como “El régimen del terror”.
Denunciado por tales actividades subversivas, Morillo ordenó su detención con el ánimo de fusilarlo, pero cuando fue a visitarlo para comunicarle personalmente esa determinación, Rodríguez se las ingenió para colocar en el cuarto de la biblioteca que dirigía, en donde se encontraba preso, un cuadro del Rey Fernando VII, ante lo cual el Pacificador desistió de llevarlo al cadalso salvando así su vida.
Manuel del Socorro Rodríguez era igualmente dibujante y vendía sus bosquejos para sobrevivir. Murió en la miseria el 2 de junio de 1819 y los habitantes de la capital tuvieron que hacer colecta para su entierro.