“Los coreanos llaman ‘corona blues’ a la depresión consecuencia de la pandemia”. “‘Freinheit’, la palabra alemana para ‘libertad’, significa en origen ‘estar con amigos’… La libertad es la manifestación de una relación plena. Por tanto, también deberíamos redefinir la libertad a partir de la comunidad”.
Quien formula este par de tesis tiene autoridad de origen para hacerlo. Es coreano y bregó media vida en Seúl. Es también el filósofo vivo de Alemania -país donde vive- más leído en el mundo. Sabe de lo que escribe. Es Byung-Chul Han.
Acaba de publicar la traducción al español de su libro de ensayo “La desaparición de los rituales”, (Herder, 2020). Respondió por correo electrónico una entrevista para Babelia, suplemento cultural de El País, de Madrid, donde declaró lo anotado.
El virus nos ha hecho más intercomunicados digitalmente, pero la comunidad desaparece, la soledad y el aislamiento aumentan. A Han le gusta citar a Peter Handke, el reciente Nobel de Literatura, quien elogia la manera como los curas en misa tratan bien las cosas: hostias, cáliz, páginas del libro. El coreano asiente y confiesa que, aunque no es creyente, gusta de asistir a las ceremonias católicas. También adora a Bach y su arte de la repetición.
Allí experimenta que, en lugar de consumir y destruir las cosas como hace el capitalismo, en los rituales las tratamos como si fueran amigas. “Las cosas ritualizadas también pueden crear comunidad. Los rituales poseen un factor de repetición animada y vivificadora. Anclan la comunidad en el cuerpo. Sentimos físicamente la comunidad”.
Pero con la pandemia falta la comunidad palpable físicamente. “El coronavirus ha acabado totalmente con los rituales. Ni siquiera está permitido darse la mano. La distancia social destruye cualquier proximidad física”. En contraste, “en los rituales el cuerpo es un escenario en el que se inscriben los secretos, las divinidades y los sueños”.
Si Han investigara dónde residen en origen estos tres sustantivos inscritos en el cuerpo ritual, hallaría el baile Zaouli, de la etnia Guro de Costa de Marfil. El danzante brujo talla, con la ronda animada de sus piernas, una ceremonia más vivificante que la misa y que las variaciones de Bach:
https://www.youtube.com/watch?v=0J7QsjhYSfg.