Miguel Alejandro Quiroga Murakami, piloto del avión que sufrió el accidente en Antioquia.
Familiares de Miguel Quiroga, una de las 71 víctimas del accidente aéreo, destacan su experiencia.
Por: DEICY JOHANA PAREJA M. |
La familia del piloto del vuelo de Chapecoense, Miguel Alejandro Quiroga Murakami, escucha una y otra vez el último mensaje de voz que recibieron de él, por medio de un grupo de WhatsApp cinco horas antes del accidente.
En la grabación, que dura menos de 20 segundos, decía: “Mami: voy saliendo del aeropuerto Viru Viru, de Santa Cruz (Bolivia) e iría hasta Medellín, llamo cuando llegue”.
Ellos aseguran que todavía no creen que él y otras 70 personas hayan fallecido ni que el vuelo se haya accidentado en el municipio de La Unión (Antioquia), pese a que han visto la noticia en muchos medios locales e internacionales.
Denise Pinto, familiar de Quiroga, contó a EL TIEMPO que escucharon la noticia a las 9 de la noche, hora de Brasil, y que la incertidumbre para saber qué había pasado exactamente fue mucha, pero que mantuvieron las esperanzas hasta que les confirmaron que ‘Micky’, como le decían de cariño, había muerto.
“El panorama en la casa es de tristeza total, todavía no lo creemos. Estamos muy quebrados, todo en este momento se desvanece, comenzamos a pensar que no podemos seguir, sabemos el dolor de las 71 familias que iban a cargo de él, sabiendo la responsabilidad que él sentía”, cuenta.
Denise cuenta que aún así les queda saber “la calidad de persona que era Miguel, siempre ayudando, preocupado por solucionar los problemas, poniendo el hombro arriba. Sabemos lo que significó para él esos momentos previos al accidente donde seguramente vio que iba a pasar lo inevitable y que todas las personas perderían la vida”, cuenta.
Ella asegura que están muy tristes tanto por la muerte de él como por el dolor ajeno, de las vidas que se perdieron.
Familiares aseguran que el piloto tenía la experiencia y capacidad suficiente para pilotear. Archivo particular |
“Estamos seguras que Miguel hizo hasta lo último para salvar a su tripulación y a todas las personas que iban en ese avión”, asegura.
Denise agrega que en cuanto a las versiones que dicen que él se quedó sin combustible, la familia se mantendrá al margen porque tienen la tranquilidad de que él tenía la experiencia y capacidad de pilotear. “Si nos vamos a su currículo, él tiene capacitaciones en el extranjero, exámenes y experiencia de la Fuerza Aérea de Bolivia”.
De acuerdo con la familiar, Quiroga se graduó de la Academia de Aviación de Bolivia en el 2002, luego se retiró para hacer su carrera militar y hace cinco años empezó su carrera de piloto. Quiroga tenía 36 años y era padre de tres niños de 5 meses y 4 años.
Por ahora, la familia está en contacto la aerolínea LaMia, quienes les aseguraron que siguen el protocolo establecido para estos casos, que activarán el seguro y procederán a realizar la repatriación desde Colombia.
“Nosotros estamos en una nebulosa, sabemos lo difícil y complicado de todo este proceso, tratamos de mantener las esperanzas de continuar en medio de esta situación, pero estamos impedidos de cierta manera de trasladarnos hacia Medellín”, cuenta.
Aunque Quiroga vivía en Santa Cruz, cada que tenía tiempo libre visitaba a su familia, que vive en Epitaciolândia (Brasil), frontera con Bolivia, un sitio alejado, selvático, con poca conexión aérea.
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DEICY JOHANA PAREJA M.
Redactora de EL TIEMPO
MEDELLÍN