En periodismo no vale todo: Investigación, Datos y Fact-Checking

11 mayo 2020 –

Foto: Pixabay –

Tomado de: El Mundo.

El periodismo se ha visto afectado por la pandemia de la desinformación, lo que algunos llaman fake-news. La pregunta que nos podemos hacer es cómo y de qué forma se puede combatir esa desinformación, bulos y manipulaciones.

Dos Nobel, Albert Camus y García Márquez, consideraban que el periodismo era el mejor oficio del mundo. Eso fue ayer, hoy el periodismo se ha visto afectado por la pandemia de la desinformación, lo que algunos llaman fake-news. La pregunta que nos podemos hacer es cómo y de qué forma se puede combatir esa desinformación, bulos y manipulaciones. La respuesta es fácil, con más formación de los profesionales (nuevas técnicas) y verificación (fact-cheking) de la información que publicamos «para que no te la cuelen», como mantiene Maldita.es.

Para que este oficio continúe siendo el mejor del mundo también hay que recuperar otros pensamientos, prácticas y reflexiones de profesionales de largo recorrido. Ryszard Kapuscinki argumentaba que para ser un buen reportero se tenía que aplicar los cinco sentidos del periodismo: «Estar, ver, oír, compartir y sentir». Plàcid García-Planas, referente del periodismo español, mantiene que el reporterismo es la esencia del periodismo y que los periodistas somos como los taxistas de los lectores: «Los llevamos y le mostramos». Andy Young, editor del The New Yorker, planteó en el Congreso de Periodismo Digital de Huesca que «hay que verificar todos los datos que se publican». Hay dos elementos más que intento que apliquen mis alumnos, tanto en los másteres que dirijo como en los postgrados donde imparto docencia: «Citar y memoria periodística (contexto)«.

La combinación de todos esos preceptos es lo que necesita el periodismo de hoy. Al «estar, ver, oír, compartir y sentir» de Kapuscinski hay que añadirle «verificar, citar, documentar, acreditar y editar» del Máster de Periodismo de Investigación y Datos. Es decir, más formación, más tecnología para hacer que el periodismo consiga un «valor añadido» que podamos apreciar cuando leamos, veamos y escuchemos las informaciones e historias que nos ofrecen los medios de comunicación.

También necesitamos lectores, radioyentes y televidentes más críticos y exigentes con lo que se le ofrece. Pues en Periodismo no vale todo. En el Máster de Periodismo de Investigación, Datos y Visualización de El Mundo y la Universidad Rey Juan Carlos trabajamos para que el periodismo siga siendo el mejor oficio del mundo y para ello, desde su fundación en 2012, damos formación sobre cada uno de los módulos reseñados y sobre otros dos que consideramos fundamentales para los periodistas del presente y el futuro: verificación (fact-cheking) y transparencia.

LA IMPORTANCIA DE LA VERIFICACIÓN

La verificación (fact-cheking) corre a cargo de la asociación Maldita.es que dirigen Clara Jiménez y Julio Montes. Casi un tercio de su plantilla lo integran ex alumnos del Máster. En los Trabajos Fin de Máster (TFM) que elaboran los alumnos del postgrado y que después publican en los diferente medios donde hacen sus prácticas se aplica la filosofía de Andy Young, el editor de The New Yorker: «Todo lo que se publica es verificado». Y las técnicas de Maldita.es: «Periodismo para que no te la cuelen. A través de técnicas de verificación, periodismo de datos, investigación de hemeroteca, herramientas tecnológicas y educación creamos contenido que permite a los ciudadanos tener una mayor seguridad sobre lo que es real y lo que no».

Ignacio Calle, coordinador de la redacción de Maldita.es y de Maldito Dato -uno de los proyectos de este medio- es el encargado del programa de fact-cheking del Máster. Calle fue alumno de la segunda edición del postgrado y hoy es uno de los referentes nacionales e internacionales en esta modalidad periodística que combate la desinformación. Calle recuerda que «en la actualidad Maldita.es es una asociación sin ánimo de lucro que en fechas próximas se convertirá en fundación».

Desde junio de 2017 Maldita.es forma parte del International Fact Checking Network y fue el único medio español del Grupo de Alto Nivel sobre ‘fake news’ y desinformación que creó la Comisión Europea en 2018.

Se da la circunstancia de que las nuevas tecnologías, las que le dan «valor añadido» a las informaciones» y ayudan al lector a saber de dónde y cómo les llega la información todavía no ha entrado de lleno en los grados académicos de la mayoría de las facultades de Periodismo y Ciencias de la Información de España.

Junto al dominio de las técnicas propias del oficio de periodista y las nuevas herramientas es muy importante tener en cuenta un hecho que cada día se trabaja menos: la cita. El lector, el consumidor de información tiene que saber cómo, de qué forma y de dónde procede la información que se le facilita.

Los lectores no tienen que ser personas de fe. Los lectores (me refiero a radioyentes, televidentes y todo tipo de consumidores de información periodística) tienen y deben saber que grado o porcentaje de fiabilidad (verdad) hay en lo que le ofrecen y, sobre todo, quién se lo ofrece: qué medio y qué profesional. No vale aquello de «lo han dicho en la tele, en la radio…». El lector también es responsable de la desinformación. Ellos, en muchas ocasiones, son los propagadores de ese virus llamado desinformación o fake news. La mascarilla también sirve para no propagar cosas que simplemente son bulos, virus maliciosos que matan al buen periodismo.

LA FALTA DE CITAS REDUCE EL TRABAJO A LA FE QUE EL LECTOR TIENE SOBRE EL MEDIO O PERSONA QUE FIRMA

En noviembre de 2016 participé en el «III Congreso Latinoamericano de Defensorías de las Audiencias» y allí desarrollé y presenté la ponencia «Fuentes informativas. Falta de transparencia e indefensión del lector» como representante de la Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE). Pedía más claridad en las citas. Hoy me voy a permitir auto citarme.

La ponencia arrancaba con «Periodismo y verdad» y después pensaba en el lector: «Desde hace un tiempo observo, recojo y estudio diferentes informaciones que aparecen en los medios de comunicación españoles donde el concepto «fuente» o «fuentes», base de la información que nos traslada o aporta el periodista/comunicador para su compresión y credibilidad, se reduce a un simple: «Según fuentes solventes…según fuentes consultadas…según fuentes fiables…según fuentes de máxima credibilidad…según varias fuentes…».

Y continuaba: «Eso significa que los únicos que saben de dónde procede la información es el propio periodista y reducen todo el trabajo/credibilidad a la «fe» que el lector tiene sobre el medio o la persona que firma esa noticia».

Y acababa pidiendo, exigiendo más datos, más verificación, más documentación para recuperar la credibilidad ante el lector: «La información, y sobre todo la información sensible o que pretende ser intencional (la que intenta cambiar algo), necesita del mayor número de datos, documentos o aportaciones que explique de dónde procede y cómo se ha conseguido para que sea «transparente, creíble» y que los «lectores o audiencia» sean «más libres e iguales».

Lo dijo Camus, lo mantuvo García Márquez y nosotros, como formadores y docentes, tenemos que trabajar para que el Periodismo siga siendo el mejor oficio del mundo y que los periodistas aporten contexto (memoria periodística).