17 Octubre 2019.
Foto: Universidad de Sevilla
Tomado de: El País (España).
El periodista, investido doctor ‘honoris causa’ por la Universidad de Sevilla, observa «fatiga y debilidad» en los elementos que construyeron la democracia en España.
«Todos los elementos que construyeron estas cuatro décadas de democracia, de la que debemos sentirnos orgullosos, acusan fatiga de materiales y muestran signos de debilidad: la Corona, la Constitución, el Parlamento, los partidos, los sindicatos, los medios de comunicación… Lo que añade desconcierto al desconcierto», ha afirmado el periodista Iñaki Gabilondo, donostiarra de 76 años, que este martes ha sido investido doctor honoris causa por la Universidad de Sevilla a propuesta del decanato de la Facultad de Comunicación y con el apoyo de la Asociación de la Prensa de Sevilla.
«Todo agigantado y acelerado por las dos principales corrientes de fondo, la globalización y las nuevas tecnologías. Ambas abren un mundo abarrotado de posibilidades, que desafían nuestra capacidad de gestión y que pueden iluminar nuestro horizonte o atropellarnos», ha advertido el periodista, famoso por su defensa de la ética en la profesión, en un reconocimiento que ha aceptado en nombre de todos los que trabajan en la radio.
Gabilondo ha defendido el periodismo como herramienta para manejarse en una sociedad cada vez más compleja. «Cuanto dábamos por sólido, lo que mantenía la estabilidad de las relaciones internacionales y la regularidad del régimen económico; lo que limitaba la incertidumbre del mañana, es hoy puesto en duda».
«En un planeta que ya no tiene puertas ni ventanas y que permite la circulación de todos los vientos en todas las direcciones. En nuestras manos, a la velocidad de la luz, cuanto el ser humano hizo y hace, dijo y dice, en cualquier lugar de la Tierra. Bueno o malo, útil o peligroso, desde el pensamiento de los sabios hasta instrucciones para construir una ametralladora. Remolinos que nos aturden, que han desestabilizado nuestras estructuras y lo que quedaba de nuestras certezas», ha asegurado, después de recibir los atributos de su nuevo doctorado de manos del rector de la Universidad de Sevilla, Miguel Ángel Castro, y de oír la extensa laudatio que ha hecho sobre su trayectoria su padrino en el acto, el periodista y profesor Antonio López.
Gabilondo, con 52 años de profesión y otros cuatro nombramientos honoris causa por las universidades Rey Juan Carlos, de Valencia, de Lérida y de Burgos, ha afirmado que este nombramiento le produce una «emoción enorme». «Porque es Sevilla, la ciudad que me enseñó a entender la vida de una forma integral y en la que me descubrí a mí mismo. La ciudad que me presentó a Andalucía, una tierra a la que una parte de mí ya pertenece para siempre», ha dicho al principio de su discurso de aceptación haciendo referencia a la etapa, entre 1972 y 1976, en la que dirigió Radio Sevilla, de la Cadena SER.
«La globalización globaliza más rápido los intereses financieros, para los que no hay fronteras, que los intereses humanos, que las encuentran sin cesar. Al mismo tiempo, la biotecnología y la infotecnología nos plantean preguntas inéditas que van a necesitar nuevas respuestas políticas, jurídicas y éticas. En este escenario, fascinante e inquietante a la vez, el periodismo ha sufrido el impacto del terremoto: crisis agudas en las empresas, paro, contratos basura, salarios miseria… El periodismo ha llegado a dudar de sí mismo y se ha ido moviendo de forma errática hasta llegar a perder la conciencia de su papel», una etapa que, en opinión del multipremiado periodista, ha llegado a «la insensata glorificación del anonimato, asociado temerariamente al sueño de libertad total de Internet» pero que hoy ya se ha superado. «Hemos aprendido que es grotesco y contradictorio aceptar como válida la información sin preocuparnos de su origen en el momento en que se exige que se afine más el control y trazabilidad de cuanto comemos. Las redes sociales nos demuestran cada día que en periodismo el anonimato es un arma de destrucción masiva».
«Ante la tromba de impactos que recibimos, nos hacen falta balizas de orientación. En las inundaciones, lo primero que escasea es el agua potable. Los ciudadanos, necesitados de referencias para distinguir lo cierto de lo falso, lo comprobado de lo rumoreado, buscarán en defensa propia las ofertas periodísticas que le ayuden a jerarquizar, contextualizar y entender lo que ocurre. Y la ética, que hemos pregonado más que practicado, se convertirá en asunto de vida o muerte para el periodismo», ha dicho ante una audiencia ensimismada repleta de doctores y también con algunos estudiantes de Periodismo, cuya Facultad de Comunicación de Sevilla cumple este curso 30 años.
Iñaki Gabilondo, que durante su carrera ha pasado por, entre otros medios, la Cope, Televisión Española, CNN+, Cuatro y EL PAÍS, donde desde 2011 tiene el videoblog La voz de Iñaki, ha sido también el conductor de Hoy por hoy, el matinal de la Cadena SER con más audiencia en la historia de la radio española. En su intervención ha sido muy claro respecto al futuro de la profesión: «Internet no acabará con el periodismo, aunque le forzará a reinventarse. O más bien a reencontrarse, a reconciliarse consigo mismo (…) La pregunta no es ¿qué va a pasar?, lo que nos condena a un pesimismo atemorizado y defensivo, esperando vientos favorables. La pregunta correcta es ¿qué vamos a hacer? Porque, como decía Séneca, ‘no hay vientos favorables para el que no sabe a dónde quiere ir”.