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Juan Manuel Galán, Piedad Córdoba, Roy Barreras, Claudia López y Horacio Serpa reflexionaron sobre el día D, la paz, la implementación y la realidad política en que queda el país luego de la refrendación del acuerdo de paz.
En un panel integrado por cuatro senadores y una exparlamentaria, todo a favor del acuerdo de paz, se hizo un análisis de los significados políticos, jurídicos y simbólicos de la refrendación de lo pactado en La Habana. De igual forma, los invitados al foro que se realizó en el Centro Cultural Gabriel García Márquez, en el centro de Bogotá, dieron cuenta de sus temores y esperanzas en este capítulo que se empieza a escribir de la historia de Colombia. (Lea: Llegó el esperado Día D)
Planteó la exsenadora liberal Piedad Córdoba que a pesar de la satisfacción que le produce el que el acuerdo de paz finalmente haya quedado en firme luego de su refrendación ayer en la Cámara de Representantes, siente temor de que se incumpla el principio más importante de lo pactado en La Habana: las garantías de seguridad de quienes dejen las armas.
Córdoba argumentó que en los tres años de existencia de la Marcha Patriótica han sido asesinados 127 militantes de este movimiento, que en lo que va corrido del año 77 defensores de derechos humanos también han sido ultimados, y que hoy no existen condenas ni justicia en ninguno de estos casos. La dirigente de izquierda también expuso que para que este país pueda alcanzar la paz, no como un acuerdo político, sino como un estado social, se necesita educación, equidad social, y sobre todo construir una cultura del respeto y la tolerancia.
“Esta es una sociedad muy ignorante en la política. Primero porque la gente no tiene educación, pero sobre todo porque no tiene información. Y los medios de comunicación se han encargado de volverla más ignorante.Podemos construir carreteras, pero si no logramos despolarizar el país, no habremos logrados nada. Aquí no hay contradictores, hay enemigos”.
En este mismo sentido el senador Roy Barreras, plenipotenciario del Gobierno en los diálogos con las Farc, hizo una reflexión sobre cómo el lenguaje ha sido utilizado para promover una sociedad polarizada y dividida, incapaz de entablar diálogos respetuosos y construir un imaginario colectivo dentro de la diferencia. “Nos han enseñado a referirnos al otro con epítetos que impiden el diálogo. Nos dijeron que los guerrilleros eran unas fieras, monstruos, salvajes, narcoterroristas. Y uno no negocia con monstruos o fieras”, expresó.
Tomado de: Elespectador.com