14 mayo 2020 –
Foto: Estudio Tecla.
Tomado de: Laboratorio de Periodismo –
El Laboratorio de Periodismo conversó con la Directora ejecutiva del medio digital de la Argentina, que se dedica a la verificación del discurso público y a la lucha contra la desinformación. A raíz de la infodemia relacionada al coronavirus, lanzaron un proyecto colaborativo para verificar datos dentro de la red de Latam Chequea, en la que participan dos organizaciones de «fact checking» de España. En esta entrevista, Zommer cuenta los retos que enfrentan los chequeadores de noticias; explica el método de trabajo que aplica el equipo que dirige, para responder a la alta demanda de la audiencia; y sostiene que los medios periodísticos deben darle prioridad a la información de calidad.
En febrero, la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró la “infodemia”. En la práctica, quiere decir que la desinformación y las fake news sobre temas relacionados al Covid-19 pueden desorientar y confundir a las personas y hasta distorsionar políticas públicas. Incluso, pueden llegar a poner en riesgo vidas.
En medio de esta crisis sin precedentes, los periodistas que chequean noticias enfrentan su mayor desafío: luchar contra las noticias erróneas sobre el coronavirus. La finalidad: que la sociedad tenga información de calidad y esté más preparada para tomar decisiones.
En América Latina, la red de Latam Chequea está más activa que nunca. Los chequeadores de Latinoamérica, más dos verificadores de España (Maldita.es y Newtral.es) y otros dos de Portugal, se aliaron para compartir y republicar la información que producen. La coordinación de estas 33 organizaciones de fact checking está a cargo de Chequeado, el medio digital argentino no partidario y sin fines de lucro que en 2014 creó la red y lanzó esta iniciativa colaborativa.
Para conocer los nuevos retos que persigue esta comunidad de chequeadores, conversamos con Laura Zommer, directora ejecutiva y periodística de Chequeado, que este año cumple 10 años. En esta entrevista, afirma que la demanda de la audiencia para que verifiquen contenidos aumentó. “El principal reto ahora es el aumento del compromiso. Porque uno siente que efectivamente tiene que poder responder a esa demanda genuina que existe”, asegura Zommer.
Para responder a esa demanda, la abogada y licenciada en ciencias de la comunicación cuenta que el equipo planificó estratégicamente cómo abordar los temas sobre Covid-19. Por lo que nos brinda detalles acerca del método que aplican para verificar contenidos virales y desinformación. Además, identifica a las redes sociales y a las aplicaciones de mensajería instantánea como los canales donde es más común encontrar fake news.
Mientras que en relación a los medios que republican ese tipo de contenidos, aconseja que “tengan ediciones con cuidados en la calidad de contenido y que prioricen la información de calidad versus tener más clics”.
(P) ¿Qué retos durante la pandemia deben enfrentar como medio especializado en el chequeo de datos?
(R) Todo el equipo de por sí está comprometido con que mejore la calidad del debate y que la gente tenga mejor información disponible. El principal reto ahora es el aumento del compromiso. Ahora sabemos que la desinformación cuando se vincula a cuestiones de salud es mucho más peligrosa porque puede poner en peligro la vida. La persona que administra el Whatsapp de Chequeado recibe muchísimas más consultas y pedidos de chequeos que en el pasado. Encima esas consultas están vinculadas, por ejemplo, a falsos tratamientos. Eso es probablemente el principal reto: el aumento del compromiso, porque uno siente que efectivamente tiene que poder responder a esa demanda genuina que existe. Esto enfocado sobre todo en las desinformaciones.
(P) Cuando reciben las consultas de la audiencia, ¿cómo las clasifican para luego decidir la urgencia del tratamiento?
(R) Nosotros dividimos las desinformaciones en cuatro tipologías. No son propias de Argentina, se confirman en toda América Latina. Y en la red global que estamos también las encontraríamos. Una primera línea de desinformaciones tiene que ver con teorías conspirativas sobre el origen del virus. La segunda es cómo se transmite y expande el virus. La tercera categoría es la más preocupante: la desinformación vinculada a falsas curas o tratamientos. Cuando nos llegan o por Whatsapp o por chequeos colectivos, es de las primeras que analizamos. Y la última tiene que ver con falsas medidas de las autoridades o alcances de las medidas distintos a lo que decretos o resoluciones dicen. Con la red Latam Chequea creamos una base con las medidas que se toman en toda la región, para hacer más rápido cuando hay que chequear una información que circula transfronterizamente. Sabemos que la desinformación se propaga mucho más rápido que la información. Ante esa desventaja, los chequeadores cuanto antes desmintamos un contenido, más chances tenemos de que esa desmentida use los mismos canales que la desinformación.
(P) ¿Qué contenidos priorizan al momento de elegir uno para chequear?
(R) Tomamos en cuenta viralización y daño. Los contenidos que ponen en riesgo la vida, que son los de salud, y los que pueden generar radicalización, como los que buscan perseguir a determinado grupo o etnia, esos son los primeros que chequeamos. Lo segundo es la afectación al sistema democrático. En elecciones, lo que tiene que ver con falsas boletas, por ejemplo. El tercero es daño al sistema económico. En Argentina cada vez que hay alguna crisis reaparecen contenidos que dicen que se reinstauró el corralito. Y luego están los que minan la confianza de la gente en el sistema político y en el prójimo.
(P) Sumaron a una editora de ciencia. ¿Fue a partir de la pandemia? ¿Cómo tomaron esta decisión?
(R) Para nosotros era importante tener a una editora especialista en ciencia. En Chequeado ninguna nota sale sin doble edición. Todas las notas tienen al menos un redactor y dos ediciones. En el tema de Covid-19, nos parecía que dado que ninguno de nosotros es experto en periodismo científico, sobre todo para las notas que tienen componente en las desmentidas de algún tratamiento médico, vacuna o hallazgo, necesitábamos una lectura extra de alguien que sí tuviera ese conocimiento específico.
(P) ¿Cómo es el método que aplican al momento de verificar un contenido viral?
(R) Primero le prestamos atención al grado de viralización y al posible daño. No nos alcanza que el usuario o el afectado lo desmienta. Aparece la consulta a la persona como un extra para darle lugar como si fuera una especie de réplica o explicación, pero las desmentidas se hacen de manera independiente a esa persona. Y se hacen con la metodología que usamos todos los chequeadores: consultamos a fuentes oficiales, que son las autoridades públicas, de cualquier nivel del Estado; a fuentes alternativas, que son expertos de universidades, ongs, cámaras empresarias, organismos internacionales, etcétera. En pandemia no sirven las fuentes indirectas. Cuando terminamos de hacer eso, lo más importante es la puesta en contexto. Muchas desinformaciones no es que son mentira de punta a punta, usan un elemento verdad y lo sacan de contexto. Suele pasar con las imágenes. Después confirmamos o desmentimos y le ponemos la calificación. Sumamos herramientas tecnológicas que ayudan al trabajo.
(P) En la Argentina, ¿quiénes crean la mayoría de las fake news?
(R) No tenemos estudios suficientemente sólidos como para decir: son estos actores. La desinformación tiene oculto o no transparente al autor original o a quienes son los que están motorizando esos contenidos. Sí hay hipótesis. En algunos temas, por ejemplo, la necesidad de hacer más tests o las comparaciones que al principio se hacían con Chile, que tenía menos casos, vos podías ver por cómo estaban circulando, que estaban asociadas a cuentas en general opositoras. Pero eso no significa que nosotros desde Chequeado podamos hoy decir ese contenido lo creo Juan o María, porque no tenemos esa investigación todavía hecha de manera concluyente.
(P) ¿Cuáles son los canales que más se usan para difundir o viralizar?
(R) No hay una investigación profunda en la Argentina de la desinformación. Sí puedo decirte que no hay ninguna red social que se salve. No es que es solo Facebook o es solo Twitter o es solo YouTube. En Instagram también hay desinformación, puede ser que menos por ahora por el tipo de manera en la que circula, que es más visual que textual. Y también circula muchísimo por WhatsApp.
(P) ¿Y en los medios?
(R) Cuando un medio publica una desinformación, como pasó con lo del origen del virus, aumenta el alcance de la desinformación y la valida tanto que aumenta muchísimo su daño. Lo que suele pasar es que algunos de estos medios crearon equipos que trabajan con “virales internacionales”, que básicamente es pensar cómo consigo clicks. Entonces, el desafío de nosotros como chequeadores y de las plataformas que empiezan a hacerse más cargo de cómo circulan sus contenidos, es cómo generamos incentivos positivos para que los medios no quieran publicar un viral flojo de papeles y no le convenga hacerlo. Cuando nos preguntan para qué funciona Chequeado, decimos que es para aumentar el costo de la mentira. Lo que queremos es ayudar a generar incentivos y que los editores se pregunten “esto me va a traer un montón de tráfico pero si después tengo que salir a rectificarme, mi audiencia me castiga porque publiqué algo que era peligroso”.
(P) ¿Un momento extraordinario como una pandemia es propicio para las “fake news”?
(R) Sí, propicia que haya un terreno más fértil a la desinformación. Esto de la tormenta perfecta: existen vacíos y existen emociones exacerbadas. Los vacíos son de información y de evidencia, porque es una enfermedad nueva, porque la ciencia todavía no tiene respuestas para todo. Y por otro lado existe esta angustia en muchos, miedo en otros, pánico en otros, ansiedades, etcétera, que exacerban la necesidad de querer saber. Además de lo que le pasa a la gente, está la complejización en lo que nos pasa a nosotros como periodistas. En general fuimos seteados para llevar certezas. Y ahora informar es en parte decir “de esto no se sabe, este nuevo tratamiento no sé si va a ser efectivo, este experimento de vacuna no sé si va a llevarnos a la vacuna que nos salve.
(P) ¿Para los medios el chequeo de información debería ser un formato que tendrían que incorporar en sus redacciones?
(R) Depende de las audiencias y el tipo de medios. A mí no me preocupa especialmente que todos los medios tengan equipos de chequeadores necesariamente para generar formato de chequeo, sino que me encantaría que tengan ediciones con cuidados en la calidad de contenido. Y que prioricen la información de calidad versus el llegar primero o tener más clics. Pero eso también depende mucho de la lógica o la filosofía de cada medio.