Por: Gabriel Meluk
Se murió Miguel Ángel Bastenier, un monstruo del periodismo, un animal del oficio. Sus virtudes se han repetido merecidamente desde el viernes pasado, cuando dejó de existir. Como hombre culto que era (un enciclopédico), fue gran fanático deportivo y como periodista le encantaban las secciones de deportes de los diarios. “Tenía saberes muy dispares; aunque no era un deportista, era sabio en ciclismo y en tenis, y al fútbol no le daba bola, le parecía vulgar”, escribió Juan Cruz, director adjunto de El País de Madrid, en su editorial del sábado pasado.
El periodismo es uno solo y sus rigores y técnicas las deben seguir por igual el que cubre informaciones políticas y económicas o el que reportea las fuentes de farándula y espectáculos. En marzo del año pasado, en una de sus columnas en El País (‘El deporte o la guerra incruenta’), Bastenier dio una de sus clases del oficio. Esta, de cómo comprendía los deportes en los periódicos. “Esta sección ha entendido que el público lo sabe todo antes de leerlo (…) lo ha visto en televisión, la web, y las redes”, escribió.
Así, para Bastenier en el comentario analítico, en el análisis noticioso, está la fórmula. Es un ‘género’ en el que a la noticia simple se le agregan datos nuevos o significativos para añadir, resaltar y generar mayor relevancia, sentimientos y novedad.
“Deportes es una sección en la que es grato pasarse, escribir recurriendo a la literatura, la política, la historia. Todo vale si es calidad. Y son estos profesionales los que nos cuentan lo que hemos visto, pero no nos hemos enterado. Eso no obviará, por supuesto, que la sección contenga una relación fáctica de lo sucedido, goles, puntos, tanteos, clasificación, aunque lo que se venda es la intrahistoria de los choques”, dijo. De la prensa deportiva española destacó a Santiago Segurola y José Sámano, “que han hecho del comentarismo analítico una forma de arte”.
En la fuente de deporte, como en todas, nos atacan las “plagas” de la declaracionitis, la politización, el oficialismo y la desconexión mundial, como lo dictó Bastenier. En una entrevista al diario El Comercio, de Ecuador, en septiembre del 2016, dijo que “en América Latina creen que hacer buen periodismo es emplear términos poco corrientes y presuntamente cultos”. Tal cual. Y en esta fuente sí que nos pasa.
Se murió Bastenier, pero no los principios básicos del oficio que defendió, amó, vivió y sufrió: reportear, investigar, verificar, entrevistar como un fiscal, tener independencia; redactar con los verbos y las tildes en su sitio y ser perspicaz (agudo), pertinaz (incansable) y suspicaz (escéptico).
La vida de los muertos perdura en la memoria de los vivos. Ojalá que la de Bastenier esté presente todos los días en los teclados de quienes nos sentamos a hacer periodismo ya sea como corresponsal de guerra o enviado a un juego de pelota…
Meluk le cuenta…
GABRIEL MELUK
Editor de Deportes
En Twitter: @MelukLeCuenta