5 Mayo 2019.
La veraz y oportuna información es otro derecho humano.
Tal como lo enunció antes de 1960 Marshall Mcluhan, hoy más que siempre formamos parte de la “Aldea Global” poblada por más siete mil millones de “aldeanos” prestos y ávidos de ver o escuchar el acontecer diario en todos los confines de la tierra, transmitidos por el medio de comunicación que él mismo no soñó: la red.
Asombroso!
El periodista es libre pero responsable reza uno de nuestros pilares; la objetividad es otra de las fuentes que esperan beber los seres pensantes. Todos somos comunicadores por naturaleza: La gravedad consiste en que millones de personas se empoderaron de la información cotidiana, bajo el manto de un pseudo periodismo, con noticias que sin rigor ni filtro se difunden en segundos por todo el orbe y crean un perverso arco vicioso que solo genera caos.
La avalancha de deformaciones de la realidad genera “corrientes de aceptación” y todos creemos ser dueños de la verdad, hecho que cada vez produce conflictos que no demoran en cobrar con una guerra nefasta, la irresponsabilidad de los creadores del nuevo universo de las comunicaciones; se suma la tardanza de los gobiernos en contener el peligroso torrente que crece a diario: las falsas noticias.
Se hace tarde para que la academia, los centros de pensamiento, los filósofos y los prohombres, excluida la política, decidamos legar a las generaciones por venir, una sana, oportuna y objetiva información en tiempo real usando la gran herramienta que apareció en el destino del hombre.
La prensa tal como se conoce hoy, irrefragablemente está de salida así como la radio y la televisión: La libertad jamás.
A cambio de libertad de prensa se debería preceptuar “libertad de comunicación” que ya ha disminuido la desigualdad entre los humanos.
La meta será que los pueblos reclamen el derecho a la información de calidad como reclaman el derecho al agua pura y al aire limpio.
RAFAEL GALVIS
Secretario de Comunicaciones
Círculo de Periodistas de Bogotá