10 Julio 2019.
Con 120 cámaras trampa, instaladas en 14 municipios, fue posible captar la rutina de osos de anteojos, pumas concolor, zorrillos, zarigüeyas y ardillas, entre otras especies. Así mismo, evaluar el estado y la importancia de los corredores ecosistémicos en la región nororiental del país.
Tomado de: Semana Sostenible.
La Universidad Nacional de Colombia, con apoyo de Parques Nacionales Naturales de Colombia, la Corporación Autónoma Regional de Boyacá, Rufford Foundation, Idea Wild, Colciencias y comunidades locales, vienen implementando un estudio sobre los corredores ecosistémicos en la región nororiental de Colombia, a través del cual evalúan la conectividad funcional para grandes mamíferos en los parques nacionales naturales de Tamá, El Cocuy, Pisba y en el Santuario de Fauna y Flora Guanenta Alto Río Fonce.
Con este propósito fueron instaladas 120 cámaras trampa en 14 municipios que comprenden cuatro parques nacionales naturales y sus áreas conexas en los departamentos de Santander, Norte de Santander y Boyacá.
Gracias a estos dispositivos, ubicados estratégicamente, se logró registrar la presencia de varios ejemplares de oso andino, también conocido como oso de anteojos, al igual que de zorrillos, guartinajas, ñeques, zarigüeya andina y común, tigrillos, margay, venado locho, guache de páramo y ardilla de cola roja. Así mismo, se pudieron observar venados cola blanca, armadillo, puma concolor, conejo de monte, zorro gatuno y oso hormiguero.
«El encontrar tantos individuos de fauna en la mayoría de áreas protegidas de la Direccion Terriotorial Andes Nororientales nos está indicando que su estado de conservación en la última década ha mejorado y esto ha permitido que tengamos mayor presencia, así como un repoblamiento de especies y poder garantizar su hábitat», manifestó Fabio Villamizar, director Territorial Andes Nororientales de Parques Nacionales Naturales de Colombia.
El funcionario considera que estos resultados también deben ser vistos como un aporte a las comunidades respecto a los bienes y servicios ecosistémicos que ofrecen dichas reservas. «Estas áreas también están garantizando el recurso hídrico para muchos acueductos municipales y veredales, al igual que para varias ciudades y la población campesina que hace uso del agua que se produce y regula en los parques nacionales», recalcó.
Villamizar destacó, además, la importancia que tienen algunos sectores en la continudad de los ecosistemas, pues asegura que estos corredores garantizan que las especies van a pervivir en el tiempo en esas zonas.
«Los registros de estos animales son importantes, ya que el oso andino es una especie valor objeto de conservación para estos cuatro parques nacionales y se encuentra dentro de las prioridades de investigación de las áreas protegidas. Igualmente, esta información será útil porque se incorporará en los planes de manejo de las áreas protegidas, permitirá delimitar corredores biológicos para el puma y el oso, y generará una herramienta para la priorización de áreas de conservación en los Andes del Norte que, posteriormente, se podrá usar con las mismas u otras especies en otras regiones o países», explicó Parques Nacionales en un comunicado de prensa.