15 Junio 2019.
Foto: Archivo particular.
La exmagistrada Margarita Cabello Blanco llegará a intentar apagar el incendio provocado por los episodios chocantes entre Ejecutivo y la rama judicial.
Tomado de: Semana.
La exmagistrada Margarita Cabello Blanco asumió este martes las riendas del Ministerio de Justicia cuando las relaciones entre el Gobierno y la rama judicial pasan por un momento crítico. Jesús Santrich, las objeciones a la JEP y la suspensión de visas de Estados Unidos a los magistrados son apenas los episodios más recientes de una confrontación que aún puede agravarse.
En los próximos días el presidente Iván Duque pondrá en consideración de la Corte Suprema de Justicia la terna para nuevo fiscal general de la nación, una elección que suele sacar chispas entre los dos poderes. Y para responder al reto de coordinar esta difícil relación llegó Cabello Blanco, abogada barranquillera, que hasta hace un par de semanas ocupó un despacho en la Sala Civil de la Corte Suprema de Justicia.
En su discurso de bienvenida, el presidente Iván Duque destacó la amplia experiencia que tiene la jurista, quien comenzó su carrera como jueza de Circuito de Barranquilla. Pasó por tribunales, por la Procuraduría, fue conjuez de la Corte Suprema hasta que consiguió su propio despacho en el Palacio de Justicia. A pocos meses de terminar su periodo de ocho años Cabello Blanco renunció a la magistratura para posesionarse como Ministra de Justicia.
Los desafíos que la esperan no son pocos ni nuevos. Hace apenas unas horas se hundió en el Congreso el intento más reciente por sacar adelante una reforma a la justicia, en esta ocasiónimpulsada por Cambio Radical. Una vez firmó el acta de posesión en la Casa de Nariño, la exmagistrada hizo de este su primer anuncio: trabajará para que el próximo 20 de julio se pueda presentar una nueva iniciativa de reforma que «que vaya conjunta entre Ejecutivo, Congreso y rama judicial».
Y uno de los puntos que se anticipa que será incluido está relacionado con un objetivo que planteó el presidente desde su campaña. Avanzar en los temas de precedentes para orientar de una forma mucho más ordenada la manera en la que los jueces interpretan la vasta jurisprudencia que existe sobre múltiples temas. Esto con el fin de «llegar a la más precisa de las decisiones en la sabiduría de sus providencias», precisó.
«Esperamos que no se hable solamente de una reforma, sino que se hable de modernización y de muchas medidas que se deban aplicar para que la selección de talento, la cercanía al ciudadano, la digitalización, los mecanismos alternativos de resolución de conflictos, los precedentes, la unificación jurisprudencial».
En materia de lucha contra las drogas, el campo que le espera a Cabello Blanco no parece menos despejado. La última medición de cultivos ilícitos de Naciones Unidas arrojó el incremento histórico de siembra de coca en Colombia. «El narcotráfico, cuando se expande, tiene el poder de amenazar la institucionalidad misma y la convivencia social si no es frenado». La nueva ministra ahora tendrá el poder de coordinar esta política de lucha contra las drogas. Y para ello el presidente le recordó la urgencia de tomar medidas que impacten la reducción de las siembras ilícitas, entre otras, por la mezcla mortal entre narcotráfico y el asesinato de líderes sociales.
También es evidente que Cabello Blanco llega al ministerio en un momento en que la Corte Constitucional dejó prácticamente sin piso jurídico una de las herramientas con las que Duque había declarado una lucha frontal contra las drogas en las calles.
A través de un decreto, desde el año pasado la Policía trabaja en el decomiso de cualquier tipo de sustancia ilícita en cualquier cantidad que sea portada por personas que no puedan demostrar su adicción. No obstante, esta medida se quedó sin oxígeno con un fallo en el que la corte tumba varios apartes del Código de Policía que prohibían el consumo de drogas y alcohol en lugares públicos.
“Necesitamos enfrentar a los jíbaros y al microtráfico en el territorio y, al mismo tiempo, desmantelar las organizaciones criminales apelando a la extinción de dominio cada vez más rápida”, insistió Duque en su discurso.
Otro de los retos que Duque le encargó a la ministra es el hacinamiento carcelario. Actualmente el sistema tiene 80.000 cupos cuando la población carcelaria ya supera los 114.000 internos. El presidente marcó el contraste entre la gran cantidad de sindicados que llegan a los centros de reclusión, frente a criminales de alta peligrosidad, que deberían estar en detención intramural y gozan hoy de privilegios domiciliarios. «Eso amerita que, en la cooperación armónica con toda la Rama, seamos más eficaces, más certeros y más contundentes», dijo.
¿Quién es Margarita Cabello Blanco?
La nueva Ministra de Justicia y del Derecho es abogada egresada de la Corporación Universitaria de la Costa; es especialista en Derecho de Familia de la Universidad Autónoma de Bucaramanga y en Derecho Procesal Civil de las universidades, Externado de Colombia y de Cartagena.
Inició su trayectoria profesional como Juez Penal Municipal de Sabanalarga. Luego fue juez de menores y juez Civil del Circuito de Barranquilla, hasta llegar a la magistratura del Tribunal Superior de Barranquilla y después a la Sala de Casación Civil de la Corte Suprema de Justicia, de la cual fue presidente en 2016.
También ejerció durante tres años el cargo de Procuradora Delegada de la Sala Disciplinaria de la Procuraduría General de la Nación, durante la administración de Alejandro Ordóñez. Ha sido catedrática por más de veinte años en Unicosta y en las universidades del Norte, Libre y Simón Bolívar de Barranquilla, en las especialidades de Derecho Probatorio, Procesal Civil y de Familia.