Periodismo, activismo, ‘chuzadas’

8 mayo 2020 –

Por: Juan Carlos Martínez R – Director TNN@News -Socio del CPB –

«Círculo de Periodistas de Bogotá califica de vergonzosos perfilamientos del Ejército Nacional». Hasta ahí está bien. Y seguramente aplicarán todo el peso de la Ley si se demuestra que los oficiales caídos en desgracia y retirados de la institución violaron juramento «Honor, Patria, Lealtad», que ha publicado en varias ediciones la revista Semana. Es decir, es repetitivo el comportamiento de las agencias de inteligencia de Colombia. Inaceptable.

   Otra cosa es que activistas económicos, políticos y sociales se filtren en el periodismo para sus ganancias personales y lo utilicen como ‘trampolín’ de contratar millones de pesos con el Estado, frecuencias de emisoras, noticieros de televisión, pauta publicitaria y negocios que pueden ser legales sino es porque se rasgan las vestiduras cuando no consiguen nada de lo anterior y utilizan micrófonos y cámaras de video que de una manera desenfrenada y descarada denuncian agresión a la libertad de prensa. Doble moral.

    Sin embargo, otra cosa se piensa en el periodismo puro: se afecta la libertad de empresa camuflada de periodismo y se defienden con una cadena de nombres solidarios de comunicadores y otros que son activistas en el periodismo.

   Qué pena que no manifiesten la misma reacción con los periodistas, reporteros, camarógrafos, fotógrafos, auxiliares, asistentes que graneados mes a mes son echados de los medios de comunicación. Ni una lagrima, voz de aliento o ayudita solidaria reciben los despedidos a la calle que terminan desfilando por el Capitolio de Bogotá, la Casa de Nariño o los ministerios en busca de algún ‘contratico’ para sobrevivir en el ‘canibalesco’ periodismo del país americano.

   Estos activistas en los servicios de noticias son los mismos que por años han sonado con espectacularidad en grandes reportajes con guerrilleros de las Farc en campamentos transitorios sobre la extensa manigua del país y, una vez adquirida la fama, aparecen encabezando lista de los mismos movimientos con ideología a los que entrevistó, para cargos de elección popular -concejo, alcaldía- y, una vez más, el electorado engañado por activistas metidos en el periodismo.

   Ahí vemos casi todas las noches en la televisión y oímos en una emisora periodista que fungió en el gobierno pasado como activista de los fallidos acuerdos de paz con las Farc contratada con cerca de 500 millones de pesos por pocos meses. Y también departiendo en el Capitolio con los líderes de esos movimientos que en el pasado llevaron en la cintura granadas, en el pecho cananas llenas de balas y en los hombros el fusil AK-47 con los que mataron a miles de colombianos y volvieron cenizas sus casitas y parcelas. Seguramente ahora más enamorada del ‘abuelito’ millonario porque ‘el palo no está para cucharas’.

   Esos son algunos de los motivos por los cuales revistas, periódicos, noticieros ya no interesan a los ciudadanos. Se ‘fosilizan’ en los kioscos. Perdieron credibilidad. Las encuestas revelan que la imagen del periodista como formador de la realidad de lo que sucede en Colombia apenas pasa del 50%. Las redes sociales con sus defectos y muchas veces reportando ‘FakesNews’ llenaron ese espacio perdido por las empresas de noticias ‘invadidas’ de activistas y mercantilistas que se reinventan para intentar recuperar los negocios perdidos.

   Los teléfonos inteligentes y las redes sociales, están destruyendo los formatos de noticias universales.

   Es una verguenza. Mientras periodistas puros en las salas de redacción, algunos utilizados como idiotas útiles, estan asustados porque en cualquier momento les notifican que el contrato de uno o dos salarios mínimos, se cancela, activistas que claman solidaridad, no la expresan con los comunicadores parados que hacen fila para matricularse en el SISBEN.

   Periodistas puros, no se dejen adoctrinar.

   Es bien sabido de periodistas presuntamente simpatizantes de las Farc o de grupos criminales que debieron huir hacia otro país que financian a estos grupos terroristas y una vez obtenido el asilo político, fueron abandonados por sus ‘camaradas’. La pobreza, la soledad, el hambre los obligó regresar a su patria que los vio nacer.

   Hay centenares de casos que por ahí caminan sin que nadie se apiade de su situación mientras los mandatarios regionales y locales reparten el presupuesto para los llamados ‘pulpos’ que son los finalmente favorecidos con la ‘torta’ para adular y ocultar la realidad en tiempos de coronavirus chino.

   Están equivocados quienes creen que a la masa de colombianos les importa el alarido de los activistas vestidos de periodistas. No. Están ocupados es en sobrevivir a la pandemia.

   Ojalá, a los organismos de control no les tiemble la mano para esculcar la ‘vulgar’ contratación publicitaria y encuesta alcaldía de Bogotá denunciada por el concejo mientras la población vulnerable llora de hambre y se levanta para protestar.

Los amoríos furtivos sexuales deben ser cosa del pasado. Prima el buen uso del erario.

* No se citan nombres porque es dar ‘munición’ para que griten en cada esquina que se les puso la soga en el cuello o la lápida en la espalda y cualquier cosa que les pase es reponsabilidad de quien los mencionó en el artículo, y no faltará perversamente quien haga el mandado.

PD- El autor de esta columna lleva 47 años en los medios de comunicación, 38 en el periodismo, 34 socio CPB, periodista del área política en casi todos los medios de comunicación nacionales e internacionales, estudios de Derecho y Ciencias Políticas (NT) Universidad Autónoma de Colombia, profesor Introducción a la Comunicación Universidad ‘Sergio Arboleda’, Premio Nacional de Periodismo ‘Antonio Nariño’, fundador y director TNN@News 14 años.

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