Preservar la leyenda

NOTAS AL VUELO
Por: Gonzalo Silva Rivas, Socio CPB

Dentro del proceso de transformaciones que en los últimos seis años ha tenido la infraestructura aeroportuaria de El Dorado, el próximo sábado se cumplirá una nueva etapa dirigida a mejorar los estándares de servicio y conectividad, en la que serán protagonistas tres aerolíneas. A partir de la fecha cambiarán los inquilinos del Puente Aéreo, construido y utilizado por Avianca desde 1981 para algunas de sus rutas troncales, y la totalidad de estas pasarán a la Terminal 1.

La movida de fichas, programada por la ANI y Opaín, se maduraba de tiempo atrás y con ella se rediseñan los espacios físicos del aeropuerto para mejorar el uso de la infraestructura, optimizar la eficiencia, facilitar la expansión de las aerolíneas y agilizar trámites y abordajes de los pasajeros. La medida traerá dividendos para el aeropuerto, las empresas y los usuarios.

Por una parte, El Dorado —que tiende a alcanzar otra vez los picos altos de saturación que tenía su vieja estructura— organiza la movilidad y descongestiona ciertas áreas, capoteando la progresiva demanda de pasajeros. Saltó de 12 millones, hace una década, a 32 millones en 2017, casi la mitad de los 66 millones que transitaron por los aeropuertos del país. Solo entre 2016 y 2017 el crecimiento superó el millón de pasajeros.

Avianca, a su vez, unificará su servicio nacional e internacional en un mismo lugar, solucionando un par de complicaciones que la tenían al borde de la asfixia: las limitaciones de espacio y las permanentes dificultades de conexión en su operación doméstica e internacional. Finalmente, Satena y Easy Fly, dos de los principales operadores del mercado regional, dispondrán a sus anchas de los 15.000 metros cuadrados del remodelado Puente Aéreo, y ahora contarán con diez pasarelas e igual número de posiciones de contacto.

La nueva acomodación les permitirá a las aerolíneas y a sus pasajeros optimizar los tiempos de respuesta durante embarque y desembarque, agilizar las filas de chequeo y entrega de equipajes y mejorar la conectividad, especialmente en el caso de Avianca, que al unificar servicios pone fin al viacrucis de desplazamientos entre terminales que sufrían los usuarios con conexiones. Las tres compañías manejan una porción significativa de la torta aérea del país, lo que incidirá para que cerca de 17 millones de usuarios se beneficien de manera directa con la formalización de estos cambios. Avianca estima que a lo largo del año moverá 15,7 millones de pasajeros nacionales; Easy Fly, 580.000, y Satena, 400.000.

De esta manera, El Dorado recibe las puntadas finales al primer desafío que se tenía previsto y que consistía en modernizar e implementar la infraestructura aeroportuaria, que ahora alcanza una superficie de 1.000 hectáreas, por la que diariamente transitan alrededor de 100.000 usuarios. En diciembre último se oficializó la entrega de 48.000 metros cuadrados de ampliación en los muelles nacional e internacional, incluidas zonas de plataforma y parqueo de aeronaves, obras que le permiten tener capacidad para conectar 40 millones de pasajeros.

El segundo reto trazado por la Agencia Nacional de Infraestructura y Opaín —en el que ya se viene trabajando— está encaminado al ajuste de la gestión para elevar los índices de productividad y competitividad del aeropuerto. La digitalización del servicio será la primera prueba que se pondrá a rodar a corto plazo. Con la tecnología disponible se espera facilitar la autogestión del pasajero, con el fin de que a través del teléfono celular adelante procedimientos de embarque, como el chequeo, y disponga de puertas de acceso inteligentes para validar tiquetes. El objetivo se focaliza en mejorar la eficiencia operativa para optimizar recursos y reducir retrasos en los vuelos.

El actual Gobierno, a cuatro meses de su último corte de cuentas, continuará impulsando las tres fases pendientes en los planes de ampliación, para consolidar El Dorado como la mejor terminal aérea de Suramérica y, de paso, para preservar la leyenda. El próximo decidirá si sigue adelante con el proyecto del aeropuerto alterno, previsto en terrenos aledaños al municipio de Madrid, o si le pone alas a la idea de la tercera pista. De esperar sería que al término de la turbulenta campaña electoral el nuevo presidente no vuelva trizas la herencia.

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