Circulo de Periodistas de Bogota
La periodista Jineth Bedoya recibió el premio Ana Politkovskaya

Desde 2009 la periodista lidera una campaña para visibilizar a las mujeres víctimas de violencia de género.

Foto:Twitter: @RawinWar

Fue galardonada por su labor periodística a favor de las víctimas de violencia sexual.

Por: REDACCIÓN EL TIEMPO
13 de marzo 2017 , 12:34 a.m.

La periodista Jineth Bedoya, subeditora de EL TIEMPO, recibió esta semana en Londres (Inglaterra) el prestigioso galardón Anna Politkovskaya por su trabajo periodístico en favor de las mujeres que han sufrido violencia sexual.

El premio- que lo entrega la ONG Raw in War (Reach All Women in WAR)- se instituyó en memoria del asesinato de la periodista rusa Anna Politkovskaya.

La organización resaltó el trabajo de la periodista colombiana “por su valentía para darle voz a más de 13.000 mujeres en Colombia, que como ella, han sido víctimas de violencia sexual a manos de grupos armados durante el conflicto”.

En sus redes sociales, Bedoya agradeció el galardón al recordar que ese premio “es un compromiso con la verdad, con el periodismo. El periodismo es mi vida y a él me debo. En memoria de la gran periodista Anna Politkovskya, asesinada por hablar con la verdad”.

La periodista también ha sido galardonada con, entre otros, el Premio al Coraje en el Periodismo Internacional, de la Escuela de Periodismo y Televisión de la Universidad de Western Kentucky (WKU), el cual recibió en octubre del 2016, en Estados Unidos.

En el 2000, la periodista fue víctima de secuestro, tortura y abuso sexual cuando cumplía con su trabajo, y desde el 2009 lidera la campaña ‘No es hora de callar’, con la que ha visibilizado a las mujeres víctimas de ese delito.

Tomado de:EL TIEMPO

Mujeres de El Zulia, protagonistas de su reparación

Carmen Liliana Luque es una de las 30 mujeres beneficiadas por el taller de costura iniciado por el Ministerio de Defensa y la Gobernación de Norte de Santander. / Cristian Garavito

Por:Susana Noguera /@011Noguera

“¡Muchachas, llegó el mesón para cortar la tela!”, dijo Gilma Obregón. Las catorce mujeres que estaban con ella en el taller de costura de la Asociación de Mujeres y Familias Zulianas (Asofazul), en Zulia, Norte de Santander, aplaudieron, se abrazaron. Llevaban tres meses esperando esa mesa para poder cortar los patrones con mayor precisión y agilizar el trabajo con el que 30 familias esperan mejorar sus ingresos.

Gilma, una mujer de ojos negros, rasgados, le sonrío a Roselino Obregón, su hermano, quien como ella tuvo que huir del municipio de El Tarra en el 2003, durante una incursión paramilitar. Ella ha liderado por más de 10 años proyectos con familias desplazadas y es una de las creadoras de la organización.

Asofazul montó el taller de costura en noviembre de 2016. Lo logró luego de 13 años de trabajo con la comunidad y de concientizar a la Alcaldía municipal y la Gobernación sobre la importancia de reparar a las víctimas. Después de tocar muchas puertas, el Ministerio de Defensa les dio ocho máquinas de costura y ocho fileteadoras, importantes para rematar los filos de los textiles. Luego participaron en una convocatoria de la Gobernación de Norte de Santander, y les entregaron algunas telas y el mesón. “La idea es que esto nos ayude financieramente, pero todavía estamos consolidando el negocio”, dice Gilma.

No ha sido fácil para las mujeres de El Zulia impulsar esta y otras iniciativas de reparación. Esa fue una de las conclusiones a las que llegaron las líderes mientras charlaban en el taller de costura que queda en una pequeña calle en el barrio Pueblo Nuevo, a 10 minutos del centro del municipio. Las máquinas y los demás implementos están en el último piso de la casa de Claudia Montes, una de las participantes de Asofazul. Unos plásticos evitan que la lluvia y el sol se metan por entre las tejas de zinc y los ladrillos desnudos.

Aunque las mujeres de Asofazul celebran estas iniciativas, explican que para que tengan un impacto real a largo plazo deben ponerse en marcha junto con otros proyectos empresariales, que solucionen los problemas de seguridad tanto en el campo como en el casco urbano, y se acelere así la reparación colectiva a las víctimas.

Afirman que es imperativo que municipios tan representativos como El Zulia reparen debidamente a las mujeres, niñas y jóvenes violentadas, no sólo para decir que se está aplicando el Acuerdo de La Habana, sino también porque es vital “para construir un país más equitativo y no perpetuar las violencias”, dice Gilma.

Ellas son el ejemplo de que, como dijo la Corte Constitucional en el 2008, el país ha fallado históricamente al no reconocer las violencias específicas que han padecido las mujeres en el conflicto armado y atender, así, su reparación.

Tomado de:El Espectador.com

 

Crónica / La pequeña Gabriela Rico, una de las herederas de la Colombia en paz.
Barrancabermeja, Santander , sábado, 11 de marzo de 2017
Foto: Efraín Herrera – SIG
Hace unas semanas el Jefe del Estado recibió una petición de esa pequeña de ocho años, quien con su inocencia, encantó al Jefe del Estado. Quiso conocerla y hoy ese encuentro se cumplió en Barrancabermeja, Santander.

Gabriela Rico es una niña de ocho años de edad. Tiene el cabello castaño oscuro y unos ojos vivaces que expresan inocencia y vitalidad. Cursa cuarto de primaria en el colegio Adventista La Libertad y es una de las mejores alumnas de su clase.

Recientemente sus maestros le pusieron una tarea para la clase de Sociales: averiguar cuáles son los logros del Gobierno del Presidente Juan Manuel Santos. Ella, aplicada y desenvuelta, no dudó en escribirle al Nobel de Paz.

“Señor Presidente Santos, mi nombre es Gabriela Rico y tengo ocho años. En el colegio me preguntaron cuáles propuestas ha cumplido pero yo no encuentro nada en Internet. ¿Usted me hace el favor de ayudarme?”, escribió a la cuenta en Facebook del Mandatario.

En pocas ocasiones el Mandatario tuvo una oportunidad tan agradable de exponer los logros de su Gobierno. Encantado con el carisma de Gabriela, accedió a responderle.

Se tomó la tarea muy en serio. Desde su despacho, el último 2 de marzo, el Presidente Santos decidió ayudarle a la pequeña. Y lo hizo a través de un video.

“Hemos cumplido muchas de las promesas que hicimos en la campaña. Por ejemplo la más importante es dejarte a ti y a todos los niños un país en paz. También para tu y para todos los niños estamos haciendo de la educación lo más importante”, señaló el Jefe del Estado en su respuesta.

“Ten la seguridad de que estamos todos trabajando para dejarte a ti y a todos los niños de Colombia un país en paz, un país más equitativo y un país mejor educado, donde tú y todos los niños tengan más oportunidades”, agregó el Mandatario en el video.

Pero Gabriela no solo recibió una respuesta del Presidente Santos. Integrantes del Gabinete y Altos Funcionarios del Gobierno Nacional le respondieron a Gabriela, también a través de videos, sobre los logros de su respectiva entidad.

Fue una bola de nieve. Incluso, se creó un hashtag #NuestraTareaPorGabriela.

Como era de esperarse, Gabriela sacó 5 en su tarea. Uno más en su colección de buenas calificaciones y reconocimientos por su alto rendimiento académico.

Pero el Presidente Santos quería conocerla. Y qué mejor ocasión que el sorteo más de 750 casas gratis en Barrancabermeja.

Ella vive con sus padres en el barrio La Esperanza de esa ciudad santandereana. Ellos, César Augusto Rico y Yerly Astrid Granados, se sienten orgullosos de su pequeña.

“Gabriela es una niña muy inquieta. Ella lo que no entiende, lo pregunta. Muy recursiva”, señaló su padre.

“Es muy creativa, no le gusta estarse quieta. En sus tiempos libres se dedica mucho es a leer, manualidades e Internet, los equipos, computadores. Ella ha leído varios libros, libros sobre animales, libros sobre la Iglesia a la cual asiste, ‘El Principito’”.

Y llegó el día.

Barranca entera esperaba la llegada del Nobel de Paz. La ansiedad invadía a los más de 700 habitantes de esa ciudad que resultarían beneficiados con unos de los programas bandera del Gobierno.

Para Gabriela, empero, era un día normal, pues no sabía de su encuentro con el Mandatario. Él quería que fuera una sorpresa.

El Presidente Santos llegó a Barranca sobre las 3:00 de la tarde.

Una camioneta de la comitiva presidencial recogió a la pequeña para llevarla al evento, liderado por el Presidente Santos y el Vicepresidente Germán Vargas Lleras.

El Jefe del Estado salió a su encuentro. La llevó de su mano a la tarima. Ella, vestida de camiseta blanca y falda de flores, estaba acompañada por su madre.

Educada, Gabriela no iba con las manos vacías. Le regaló una Biblia al Mandatario, que recibió el presente emocionado y sorprendido.

Foto de.Yariguies.com/Portal de Noticias/Barrancabermeja/11 de marzo 2017.

Se fundieron en un abrazo, tierno, sincero, inolvidable.

En su discurso, el Presidente Santos expuso de manera más amplia, los logros de su Gobierno. Abordó temas relativos a la educación, la salud y la vivienda de los colombianos. Y siempre hizo referencia a Gabriela durante su intervención.

Ella lo miraba atenta, expectante, admirada.

Y llegó el momento de la despedida. Feliz, pero nostálgico, el Jefe del Estado abrazó a Gabriela, que le ofreció sus brazos y le correspondió con una diáfana sonrisa.

Gabriela no olvidará este día y el Nobel de Paz satisfizo su curiosidad de conocer a esa pequeña de ocho años que lo sacó de la rutina de su apretada agenda.

Esa niña que de manera sencilla le permitió mostrar todo lo que ha hecho su Gobierno. Esa chiquita que junto a otros miles y miles de niños y niñas heredarán un país en paz.

[Ver: Especial – #NuestraTareaPorGabriela]

Tomado de: Web Presidencia de la República.

Trailer: El Silencio de los Fusiles, primera película del proceso de paz colombiano

Después de cuatro años de trabajo, está listo el documental de la periodista y realizadora Natalia Orozco que logró captar desde la intimidad de sus protagonistas la gran batalla por la paz

Por: Noviembre 22, 2016

El objetivo nunca fue recrear la historia de Colombia o entrar en los tecnicismos de la agenda de negociación.  Desde el 2012, año en que la periodista y realizadora Natalia Orozco hizo el primer viaje a la Habana, sabía que quería explorar como ese encuentro de dos visiones de mundo completamente opuestas, recorrían  en medio de la desconfianza,  caminos de diálogo y construían puentes para acercar el país a la idea de la paz.  El documental explora la fragilidad de la construcción de la reconciliación en  un país fragmentado después de tantos años de enfrentamientos y tantas heridas abiertas.

“Llegar hasta aquí, implicó recorrer el archivo doloroso de más de 60 años de violencia, seguir a los personajes esquivos y desconfiados, encerrarme en una sala de edición siete meses, para poder narrar, mi visión de este momento histórico,  en 120 minutos”, dice la realizadora.

El documental aborda la historia desde todos sus protagonistas, el Presidente Juan Manuel Santos y el comandante  Timoleón Jimenez, los negociadores del gobierno y la guerrilla que hablan en escenarios intimos y solitarios, pero además revuelca la memoria de Colombia  momentos dramáticos de este doloroso conflicto.

Con esta pieza, Natalia Orozco busca reivindicar dos convicciones que también expone en su anterior documental grabado durante la Caida de Muamar Gadafi en Libia, africa del Norte: Primero que las armas no son nunca el camino, y segundo, que ninguna guerra es un asunto simple “de buenos y de malos”.

Se trata de una coproducción del canal Franco- alemán ARTE y RCN TV.  Si bien RCN co-produjo el documental, la pieza esta destinada también a un público internacional, para lo cual se adaptará, durante el mes diciembre,  un versión en París. En Colombia, la presentación privada será en el Hay! Festival en Cartagena del 26 al 29 de enero de 2017.  Por eso desde un principio la decisión de la autora fue la de hacer abstracción de los detalles que en años serán “anécdota”  y concentrarse en como los ejércitos enfrentados silencian sus fusiles para que los colombianos, que vivieron escuchando en directo o en tv los estruendos de las bombas, las balas o los cilindros gas,   puedan comenzar a dialogar, a reconocerse, único camino para construir la paz.

“Cada vez que sucede algo relacionado con el proceso de paz  me preguntan si lo estoy grabando. Ha sido difícil elegir que es lo que verdaderamente quedara impreso en los anales de la historia. Mucho de lo que hoy le quita energía al país, muchos de los debates y pulsos de poder, mucho de los que tratan de ganar  protagonismo o rédito político, serán mañana,  simplemente anécdota. El reto estaba en discernir”, dice Natalia Orozco.

 

El documental le da la palabra a la visión de las FARC y del Gobierno, a las víctimas y pregunta sin concesiones a todos los bandos sobre su viculación con el nacotráfico, los excesos cometidos en las confrontaciones y la degradación de los métodos de combate, el tema de la justicia, la viculacion de las empresas con la financiación de la guerra.  La autora expresa sin juzgar o señalar sus inquietudes frente a estos temas y le da un espacio especial al capítulo de las víctimas.

En el fondo se deja leer una critica  a la indiferencia de las clases medias y privilegiadas que, como lo dice la autora al final del documental “también tienen parte de responsabilidad en esta violencia”.

El documental, que contó con el montaje de Etienne Boussac (editor de El Abrazo de la Serpiente) y la música original de Alejandro Ramirez Rojas,  pasará la primera prueba en una proyección privada en diciembre, en el marco de un foro de expertos en cine documental en París, organizado por la Universidad  de la Sorbonne.

Tomado de:Las»orillas.com

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«Timochenko» aparece en video para despejar dudas de su salud
AFP
Las Farc publicó este domingo un video de su máximo líder, Rodrigo Londoño, para despejar rumores sobre su precario estado de salud.

Las Farc publicó este domingo un video de su máximo líder Rodrigo Londoño, alias «Timochenko», para despejar rumores sobre su precario estado de salud.

En el video se ve a Londoño, aparentemente en un lugar de La Habana, leyendo el diario oficial cubano Granma, fechado el sábado 11 de marzo, con una música de fondo, pero sin que el líder de las Farc pronuncie palabra.

Diversos rumores sobre el estado e incluso el fallecimiento de Londoño corrieron por las redes sociales en los últimos días, a raíz de una crisis de salud conocida a comienzo de mes y que obligó su traslado a Cuba.

«Es de lamentar por aquellos que me quieren muerto, viviré más de lo que la ciencia diga. La Paz será la principal medicina», reafirmó en Twitter.

«Timochenko» fue tratado por su afección en La Habana, sede durante los cuatro años de las negociaciones con el gobierno de Juan Manuel Santos que culminaron en la firma de un acuerdo de paz para poner fin a medio siglo de conflicto armado.

Londoño, de 58 años y líder máximo de las Farc desde 2011, ha tenido un muy bajo perfil en las últimas semanas, aunque ha seguido activo en las redes sociales.

Los miembros de las Farc se encuentran agrupados en diversos lugares del país e iniciaron su proceso de dejación de las armas, según lo acordado por guerrilla y gobierno en el histórico pacto de paz.

Tomado de:El Espectador.com

Iglesia buscará donaciones privadas para financiar visita del Papa

“La visita se financiará con donaciones”, dice el cardenal Rubén Salazar.

Foto: / Archivo / EL TIEMPO
Por: José Alberto Mojica Patiño
11 de marzo 2017 , 09:33 p.m.

Si todo sale como se tiene planeado, el papa Francisco aterrizará en Bogotá sobre las 4:30 de la tarde en un avión de Alitalia el próximo 6 de septiembre. Estará en la capital ese día y el siguiente; el 8 de septiembre, muy temprano, volará rumbo a Villavicencio en un avión de Avianca, aerolínea que se encargará de los vuelos del tercer pontífice que pisa suelo colombiano.

Al día siguiente (9 de septiembre) estará en Medellín, y el 10 en Cartagena. A las 6 de la tarde de ese día regresará a Roma en un avión de Avianca.

Hasta el viernes, todo lo relacionado con la visita del papa Francisco a Colombia era pura especulación. Solo hace un par de semanas, con motivo de una avanzada del Vaticano en Bogotá –tal como lo anunció EL TIEMPO–, se definieron las fechas y la agenda que el Papa argentino cumplirá en Bogotá, Villavicencio, Medellín y Cartagena. Aunque, obviamente, falta ajustar muchos detalles.

El cardenal Rubén Salazar, máxima autoridad de la Iglesia católica en Colombia, cuenta cómo desde hace más de un año se ha venido trabajando en lo que será esta gran visita. Y aclara que la misma será fundamentalmente apostólica.

Aunque eso no quiere decir que se le pueda desvincular del trascendental momento que vive el país por la coyuntura de la implementación de los acuerdos entre el Gobierno y las Farc, y “de la oportunidad que tenemos los colombianos para comenzar de nuevo, perdonarnos y construir un país mejor”.

¿Por qué tanto sigilo y tanta discreción con la visita del Papa?

No ha habido un deseo de guardar secretos ni de hacernos los importantes. Es que todavía no se había precisado que realmente iba a venir. Lo había anunciado varias veces, pero al mismo tiempo se había dicho que él era quien iba a decidir cuándo era más conveniente venir. Nada era oficial, estábamos pendientes de la confirmación.

Se llegó a especular que no venía porque el país estaba muy convulsionado políticamente…

La decisión del santo padre de venir a visitarnos no tiene nada que ver con la situación política del país. Él no es un político que venga a tratar de influir políticamente en la vida del país. Viene como sucesor de san Pedro, como jefe de la Iglesia. Viene a fortalecer nuestra fe, a darnos esperanza y ánimo para que seamos capaces de dejar atrás todo el pasado terrible de Colombia con la guerra, con tanta violencia y tanta injusticia. Para que empecemos a construir la paz, a trabajar juntos por el perdón, la reconciliación, la solidaridad y la fraternidad; para que dejemos al lado todo lo que nos divide para construir juntos lo que nos une.

(También: Colombia comienza a prepararse para la visita del papa Francisco)

Pero él siempre apoyó el proceso de paz. De hecho, dijo que si no se firmaba, no venía…

Sí, para él era importante que se cesara el tema de la guerrilla, el tema de la guerra, y se concretara un proceso que se veía con esperanza pero al mismo tiempo con escepticismo, y casi con la incapacidad de creer que fuera posible. Esperaba que se consolidara para poder estar sobre un terreno más firme. No desde el punto de vista político, sino desde la situación misma de los colombianos en general.

Pero llega en un momento crucial, en medio de la implementación de los acuerdos de paz…

Indudablemente, el país está viviendo un momento crucial, un momento en el cual se va a definir el futuro del país: o dejamos atrás todo lo que ha sido nuestra historia de violencia, de injusticia, de guerras y enfrentamientos, o vamos a hacer las paces y a ser capaces de caminar hacia el futuro. Por eso, el lema de la visita: ‘Demos el primer paso’. Verdaderamente queremos que la visita del santo padre motive a todo el país para que abandonemos el pasado de rencillas y de enfrentamientos y construyamos un país mejor. Un país solidario y justo donde todos podamos vivir tranquilos, en paz, donde todos podamos tener acceso a nuestros derechos y podamos cumplir con nuestras obligaciones.

Aunque no había una fecha oficial, desde hace más de un año hay un comité trabajando en lo que será la visita. ¿Cómo ha sido ese proceso?

Con otros obispos fuimos a Roma en enero del año pasado para tratar de concretar la visita papal a nuestro país. Y desde ese momento empezamos a prepararnos, porque a pesar de no tener la certeza de cuándo vendría, era importante empezar a mover todo lo pertinente. No ha sido fácil planear sin tener fechas ni certezas. Sin embargo, hay un comité nombrado desde hace ya un tiempo.

¿Quiénes conforman ese comité?

El coordinador es monseñor Fabio Suescún, el obispo castrense, quien también fue el coordinador en la visita de Juan Pablo II en 1986. Están otros dos obispos que lo apoyan en la logística, y se han organizado comisiones para las liturgias, las comunicaciones, la producción de los eventos y comisiones financieras, pues hay que conseguir el dinero para la financiación de la visita.

¿Y quién representa al Gobierno?

Por parte del Gobierno está el general Óscar Naranjo. Él ha estado trabajando muy de la mano con monseñor Fabio Suescún para que haya una perfecta armonía y comprensión entre lo que hace la Iglesia y lo que hace el Gobierno.

Usted dice que hay que conseguir el dinero para la financiación de la visita papal. ¿Cuánto puede costar y quién lo va pagar?

No tenemos ni idea de cuánto pueda costar, pero hay un criterio fundamental y es el de la sobriedad. Vamos a gastar lo menos posible. Lógicamente hay que organizar escenarios para las eucaristías; en algunos casos tendrán que abrirse vías para el acceso a algunos territorios, pero, en principio, la norma es el gasto mínimo posible. ¿Quién lo va a pagar? Vamos a conseguir donaciones voluntarias, de empresas. Porque no queremos que ni la Iglesia ni el Gobierno gasten un solo peso.

Se había dicho que el Papa habría querido ir a lugares más alejados, como el Chocó. Pero escogieron a Bogotá, Villavicencio, Medellín y Cartagena. ¿Por qué?

El problema fundamental ha sido lo logístico y lo climático. Por ejemplo, se había propuesto que el Papa fuera a Chocó, pero pensar en un viaje a ese departamento es imposible desde el punto de vista logístico. Primero porque no hay escenarios en Quibdó, y el aeropuerto es muy pequeño para que aterrice un avión grande. Segundo, porque las condiciones climáticas impiden que tengamos certeza de que una vez este allí, el santo padre pueda salir a la hora determinada.

¿Y cómo escogieron a las ciudades ya definidas?

Se buscaron, fundamentalmente, sitios accesibles que facilitaran la logística y que también tuvieran un significado. Bogotá, por ejemplo, es la sede del Gobierno, la capital del país, sede cardenalicia. Villavicencio tiene una enorme importancia por varios aspectos: el primero, porque es una tierra que ha vivido la guerra; entonces, allí vamos a tener todo el tema de la reconciliación entre los diferentes actores de la violencia y sus víctimas. Además, en Villavicencio se abre el Llano, la Orinoquia y la Amazonia. Y estas son regiones sumamente importantes desde el componente ecológico. Y el Papa nos ha dado una encíclica muy importante sobre la ecología, así que Villavicencio coincide con ese punto. También va a haber un encuentro con los indígenas.

¿Y por qué Cartagena?

Tiene importancia por ser el territorio donde están los restos de san Pedro Claver, que fue el gran abogado de los derechos humanos en la época de los esclavos, a quienes él acogía y defendía. Y, por lo tanto, para nosotros es sumamente importante tener una conciencia clara sobre el respeto de los derechos humanos de las minorías y de los afrocolombianos. Todo esto hace que Cartagena sea un sitio simbólico para los colombianos.

¿Y por qué Medellín?

Es el centro más fuerte desde el punto de vista de estructura eclesial. Medellín tiene el mayor número de parroquias, el mayor número de sacerdotes y religiosas, Y se quiere reconocer ese carácter de gran fortaleza religiosa que existe en esa ciudad.

¿Qué tan fácil o difícil va a ser que la gente vea al Papa?

Eso no va a ser tan fácil porque, indudablemente, no tenemos espacios enormes donde puedan participar millones de personas. Los escenarios van a ser relativamente reducidos. ¿Y quién va a entrar y quién no? Eso va a ser un problema muy serio que tenemos que estudiar muy detenidamente. Pero también vamos a procurar que se hagan recorridos en el papamóvil en las ciudades. Y así, por lo menos, las personas que no puedan asistir a las celebraciones litúrgicas podrán saludarlo en la calle. Y vamos a instalar cuanta pantalla se pueda por todas las ciudades.

¿En Bogotá ya se ha pensado en algún escenario?

Cuando vino el papa Pablo VI, hace casi 50 años, se contó con un escenario enorme en Mosquera, Cundinamarca, que en ese momento era prácticamente baldío y pudo reunir a más de un millón de personas. El papa Juan Pablo II estuvo en El Tunal, que en ese momento era casi un potrero. Pero ahora está casi todo urbanizado. En este momento, el sitio más factible para un evento masivo parece ser el parque Simón Bolívar.

(Visite nuestro especial: El papa Francisco viene a Colombia)

¿Falta ajustar muchos detalles?

Sí, pero con la confirmación oficial de la visita ya podemos empezar verdaderamente a trabajar. Antes era muy difícil concretar detalles.

¿Por qué es importante que el papá Francisco venga a Colombia?

Por muchos motivos. En primer lugar porque Colombia es un país estratégicamente importante en América Latina. Y vive momentos de gran importancia política y económica dentro del continente. Y yo pienso que, desde el punto de vista católico, ha sido un país que ha tenido una enorme importancia en todo sentido. Tenemos una Iglesia bastante estructurada, una Iglesia con los suficientes sacerdotes, religiosas y fieles; es decir, hay una Iglesia que está verdaderamente presente en todo el país y por lo tanto tiene un peso grande. Y si el Papa viene es precisamente para hacer posible que ese papel importante que tiene Colombia en todo esos campos se fortalezca.

¿El Papa tiene contemplado encuentros con el Gobierno o con dirigentes de las Farc?

Indudablemente va a tener encuentros con el Gobierno, porque el Papa también viene invitado por el Gobierno, que, si no lo hubiera invitado, él no habría venido. Va a tener un encuentro con el Presidente y con aquellas personas que él determine. Ya con otros grupos humanos va a ser muy difícil predecirlo. Y decir que se va a encontrar con estos o con aquellos, eso es prácticamente imposible. Yo diría más bien que el Papa quiere encontrarse con la nación, sin distinciones, más que con grupos específicos.

¿Es difícil que el Papa pueda visitar una cárcel o un hospital como siempre lo hace? ¿O que tal vez dialogue con víctimas del conflicto?

Todavía está todo por determinar, pero pienso que en la visita del papa Francisco hay que tener en cuenta siempre ese aspecto de los más pobres, los más vulnerables, los que más sufren; porque ese es un aspecto que para él es fundamentalmente importante, como para nosotros como Iglesia.

Anteriores visitas

Fue un hito la llegada de Juan Pablo VI al país el jueves 22 de agosto de 1968, porque era la primera vez que un papa pisaba tierra latinoamericana. Al arribar, y antes de saludar al entonces presidente Carlos Restrepo, le dio un beso el suelo.

En solo tres días de estadía, casó a 24 parejas, hizo una misa masiva en el Templete Eucarístico del hoy parque Simón Bolívar y se reunió con familias humildes y campesinos. Llegó a Bogotá para inaugurar la II Conferencia General del Episcopado de América Latina y el Caribe y a raíz de su llegada, obras como el barrio de Bogotá que aún lleva su nombre y la construcción y ampliación de vías se llevaron a cabo. La preparación para su llegada tomó tres meses.

Juan Pablo II arribó a Colombia el primero de julio de 1986 a las 2:30 p. m., le dio un beso al suelo, saludó a la gente y se desplazó hasta la Catedral Primada. Llegó al país en la época más álgida del narcotráfico y en el que pasaron hechos dolorosos como la toma del Palacio de Justicia y la tragedia de Armero. Juan Pablo II dejó una huella en la historia del país cuando se arrodilló ante la cruz levantada de Armero y le dedicó sus plegarías a las víctimas de esa tragedia.

JOSÉ ALBERTO MOJICA PATIÑO
Subeditor de Vida

Tomado de:El Tiempo.com

Francisco llegará a Colombia como pastor / Análisis

El papa pernoctará todos los días en Bogotá, pero su agenda estará dividirá entre la capital, Cartagena, Medellín y Villavicencio.

Foto: / Filippo Monteforte / AFP
Por: Javier Darío Restrepo
11 de marzo 2017 , 10:53 p.m.

Cuando se hicieron los primeros anuncios de la visita del papa Francisco a Colombia, Guillermo León Escobar, el embajador ante la Santa Sede le dijo en Roma al periodista Miguel Angel Estupiñán, de ‘Vida Nueva’: “la visita del Papa es una visita pastoral que tendrá efectos políticos; pero no una visita política para que tenga efectos pastorales”.

La llegada de Francisco a Bogotá en el mes de septiembre es la culminación de un proceso largo y constante con antecedentes tan remotos como la permanencia en Roma de las delegaciones del gobierno Pastrana y la de las Farc, durante las negociaciones del Caguán. Hospedados por la Comunidad de san Egidio, una asociación laica especializada en mediación de conflictos que, entonces, para mantener el diálogo informaba a la guerrilla y al Gobierno las preocupaciones del otro.

La carta de las Farc en la que pedían la mediación del Papa llegó a manos del pontífice cuando visitó a esa comunidad en Roma. Hubo una segunda carta de las Farc que Francisco recibió durante su visita a Cuba. Allí la dirigencia guerrillera manifestaba su deseo de que la firma de los acuerdos fuera en presencia del Papa.

La misma percepción del papel definitivo de Francisco en la paz ha tenido el presidente Santos. Contra toda norma protocolaria y como quien expresa una gran angustia, Santos, en aquella visita del 15 de junio del 2015, dijo de sopetón: “Yo vengo a que usted me ayude con la paz de Colombia”, cuando tuvo delante a Francisco.

Después vendría el gesto del propio Papa. ¿Ingenuo? ¿Desacertado políticamente? ¿Simbólico? Así se calificó ese encuentro del expresidente Uribe, del presidente Santos y del Papa. ¿Pretendía él que dejaran atrás sus diferencias y que trabajaran conjuntamente por la paz de Colombia?

(También: Los dos Santos que visitará el papa Francisco en Cartagena)

Una mirada trascendente

Fue evidente que Francisco quería sacar la paz del lodazal en que los políticos la estaban hundiendo. En sus repetidas referencias a la paz de Colombia es evidente que el Papa ve más allá de lo que buscan los políticos. Identificado con las víctimas y los más débiles, Francisco siente que la paz no puede ser la victoria política de un grupo, ni puede ser limitada por las ambiciones, ni por los odios y el deseo de venganza. Por esto habría de manifestar que su visita ocurriría cuando la paz estuviera blindada, porque la suya no será la voz de un político sino la de un pastor.

Será el tercer Papa que visite a Colombia. El primero fue Pablo VI en agosto de 1968, cuando tres precedentes le dieron el tono a su visita y a su discurso. Acababa de clausurar las sesiones del Concilio Vaticano II, circulaba en el mundo su encíclica social ‘Populorum Progressio’ sobre el desarrollo de los pueblos y estaba reciente la muerte, en combate guerrillero contra el ejército, del sacerdote Camilo Torres. La lectura, hoy, de las intervenciones del Papa durante aquella visita, hace sentir que Colombia fue, entonces, un país de sordos. No se las llevó el viento, pero aquellas palabras cayeron en el vacío. No se puede pronosticar la suerte de las palabras de Francisco, pero sí se puede adelantar su temática: hablará a un país en etapa de posconflicto, dominado por las urgencias del perdón y de la reconciliación.

(Además: Iglesia buscará donaciones privadas para financiar visita del Papa)

La ayuda de los países amigos ha provisto toda clase de elementos necesarios para un país enfermo por el largo impacto de la violencia; pero el actor fundamental de la reconciliación y el perdón no lo puede aportar nadie distinto del visitante de septiembre. Las multitudes que seguirán a Francisco esperan su palabra de perdón y reconciliación, que será el tema omnipresente.

Este papa visitante estará frente a un país que para responder al compromiso de la paz tendrá que renacer, enfrentando toda clase de retos: contra la corrupción, contra la destrucción del medioambiente, contra la exclusión y la intolerancia y sobre todo, hacer el cambio profundo que supone acoger y convivir a los que durante decenios vieron como enemigos.

Será como empezar de nuevo, será un renacimiento para el que la visita de Francisco será un impulso y una guía.

JAVIER DARÍO RESTREPO (*)
Especial para EL TIEMPO
* Director de la revista ‘Vida Nueva’

Tomado de:El Tiempo.com

La rabia

No creamos en el cuento chimbo de que el cambio viene con o por la rabia.

12 de marzo 2017 , 01:22 a.m

De los deseos se desprenden la mayoría de las emociones. Eso dicen los sabios yoguis. Si alguien tiene un deseo y no se le cumple, o se le cumple al ‘vecino’, emergen la envidia, la avaricia y la rabia. Esta última, un sentimiento tan antiguo y destructor como el miedo, cuya potencia destruye la razón, y quien la sufre termina actuando de manera que nunca se imaginó. La rabia rompe las mejores amistades, los matrimonios más sólidos; es una fuente primaria de las guerras, es la enemiga número uno de la paz.

Dentro de pocos días renunciarán los funcionarios del Gobierno que participarán en la próxima contienda electoral, primer campanazo del inicio de las presidenciales. Y aunque es legal y legítimo que los candidatos utilicen las emociones de los ciudadanos para exprimir sus votos, los colombianos que ya hemos pasado las verdes y las maduras en todo tipo de campañas, con posverdad a bordo, debemos estar atentos a los candidatos cuya fuerza dependa de motivar o movilizar la rabia de los ciudadanos.

Ser esclavo de la rabia implica una debilidad mental infinita, porque una persona que actúa bajo su influencia abusa, maltrata e insulta. La rabia es una muestra de egoísmo, de un deseo ‘escondido’ de ser honrado, de imaginarse que se es superior a los demás. La rabia daña el cerebro, el sistema nervioso, envenena la sangre.

¿Aceptaremos que un líder nos inyecte rabia? ¡Mucho cuidado! Eso es reducirnos a una primitiva condición animal, a actuar como seres dependientes de otros, como al ganado que se saca para que tome aire y regrese al corral, sin saber que lo único que le espera de esa caminata es la muerte segura.

A quien lo mueve la rabia o a quien quiere movernos a través de la rabia solo lo motivan su egoísmo y sus complejos de inferioridad. No seamos tan ingenuos en creer que quien utiliza estas bajas emociones lo hace para que todos vivamos mejor, para tener mejor educación, mejor salud, para que haya igualdad, para respetar la dignidad humana. ¡NO! Lo hace única y exclusivamente con el objetivo de utilizar la ira para llegar al poder.

Así que mucho cuidado, porque cuando la rabia está en el trono, la razón se pierde y el entendimiento se eclipsa. El ser preso de la rabia no puede hacer sus tareas diarias de manera clara. Hay síntomas en la cara de una persona que indican la presencia de la rabia en su mente. Minutos de una ira pueden demorar meses o años en repararse.

Tampoco caigamos en la trampa de confundir la legítima e incluso necesaria indignación con la rabia. La indignación da cuenta de una inconformidad en una sociedad que está apenas en proceso de maduración, pero no es egoísta; por el contrario, busca y se basa en la esperanza y no en el odio.

El ser humano es una mezcla de virtudes y defectos, pero es el autocontrol lo que hace que el hombre sea superior a otros seres vivos; cuando la rabia se controla, el mal se controla. Cuando la rabia pasa, el entendimiento se aclara y el discernimiento se activa, se procede sin confusión.

Exijamos a nuestros líderes que dejen la rabia, que actúen de manera serena y tranquila, que no nos pringuen con sus odios, que no nos obliguen a convertirnos en una sociedad vengativa.

No creamos en el cuento chimbo de que el cambio viene con o por la rabia. Al final, esta es como un fuego que consume a quien la posee, pero mientras tanto ha alcanzado a causar mucho daño a los demás.

CECILIA ÁLVAREZ CORREA

Tomado de;El Tiempo.com

Memoria de lingotes ardientes

El viejo linotipo de El Universal de 1948, un a reliquia histórica//Archivo El Universal.

La Familia Trump: un costoso e incómodo clan presidencial

Trump tiene dos hijas, Ivanka y Tiffany, tres hijos, Donald Jr., Eric y Barron. Foto: Getty Images

Los hijos del magnate siguen viajando por el mundo, generando gastos y polémicas por dónde pasan. Estos son los Trump que, por más que intenten, no logran pasar desapercibidos.

Para empezar, son muchos. Trump tiene dos hijas Ivanka (35 años) y Tiffany (23 años), tres hijos, Donald Jr. (39), Eric (33) y Barron (12), que conforman una numerosa familia presidencial. Este volumen humano inevitablemente genera elevados costos de seguridad y de logística que, además, se multiplican por el número de viajes que hacen. Y el número no es bajo pues están regados por el país y el mundo, cuidando los intereses políticos de la -todavía- nación más poderosa del mundo y del emporio desde el cual proyectaron una imagen de triunfo y solidez.

Capítulo – Nueva York

Melania Trump, la primera dama, vive todavía en Nueva York con el más pequeño, Barron, mientras éste completa sus estudios (eso han dicho hasta la fecha). Esa decisión, según reveló el senador demócrata Chuck Schumer, le cuesta medio millón de dólares al día al Estado de Nueva York por cuenta de mantener un esquema de seguridad de 200 personas. En sumatoria, concluyó Schumer, al año se irán 183 millones de dólares solo en proteger Trump Tower, así este segundo rubro raye con lo antiético.

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Los estimados en costos de seguridad para el presidente y su familia en cuatro años llegan a casi 1.000 millones de dólares, una cifra que según el diario The Guardian multiplica ocho veces lo que costó proteger a Barack Obama en 8 años. Ahora, los Obama son una familia de cuatro, pero no incurrieron en la creativa idea de tener Casa Blanca, consulado de esta en la Gran manzana y además no contemplaban un consulado alternativo en Florida, que Trump escoge para sus viajes sobre Camp David, lugar de retiro presidencial clásico al que se puede llegar en helicóptero y no en el Air force one que por hora quema 180.000 dólares.

Capítulo – Florida

Schumer hablaba protegiendo los intereses de los ciudadanos de Nueva York, que vienen asumiendo los gastos, por lo cual le pide que sume eso al presupuesto federal y lo quiet del estatal. En Florida pasa algo similar, pues los frecuentes desplazamientos de Donald a su casa en Mar-a-Lago en la Florida. Su portavoz Stephanie Grisham asegura que va a trabajar, y hay que creerle. Por fortuna para él, le rinde y le alcanza el tiempo para jugar unos cuántos hoyos de golf, sería un crimen desperdiciar el clima y la compañía del profesional Rory McIlroy quien aseguró “es un jugador bastante bueno para tener 70 años ”.

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Los tres viajes de Trump allá, desde su posesión en enero, han costado 10 millones de dólares según estimados de The Washington Post.  Y la parafernalia que rodea sus desplazamientos ha echado a perder oportunidades de negocios de aviación de los locales. El Chicago Tribune registró el caso de una compañía de banderines aéreos que ha pedido contratos por 40.000 dólares en solo un mes.

Capítulo – El mundo

En la avanzada mundial aparecen los hijos mayores del presidente, que tienen un corte estrictamente empresarial y no van a descuidar el negocio. Donald Jr. y Eric. Recientemente viajaron a Dubai a la inauguración de un Resort de golf marca Trump en el ‘Beverly Hills’ local. Eric también  aprovechó para viajar a Uruguay a supervisar una misión parecida, y en solo hoteles gastó 100.000 dólares. Comparado a los valores expuestos anteriormente pueden no sonar mucho, pero si se considera que se les protege con dineros públicos, cualquier dólar, resulta bochornoso.

Capítulo – Nueva York II – Hostil

Tiffany Trump, la rubia de 23 años criada en California por su madre Marla Maples, está acostumbrada a la vida de alto lujo. En su cuenta de Instagram lo demuestra, y no tendría por qué ser de otra forma. Tiffany tiene una vena creativa, antes que su padre llegara a la Casa Blanca ya había grabado una canción () y modelado  de pasarela, siguiendo los pasos de su hermanastra Ivanka y su madrastra Melania.

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Por ahora, no tiene escándalos asociados a su seguridad y desplazamientos, pero no ha escapado al látigo indiferente de los estadounidenses que le hacen oposición fuerte a su padre. Para la muestra, en su reciente visita a la Semana de la Moda en Nueva York, específicamente en el desfile de Philipp Plein, ningún editor accedió a sentarse a su lado.

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El falso equilibrio

Hay muchos que van a insistir en vender un populismo barato e irresponsable disfrazado de progreso.

Por:  ADRIANA LA ROTTA

¿Cuál es el imperativo de los medios de comunicación? ¿Abrirles espacio a todas las voces, por más extremas que sean, y dejar que el público tome sus propias decisiones? ¿Implementar decisiones editoriales con un ojo en los estudios de audiencia para asegurar la estabilidad económica de la empresa, sus dueños y sus empleados? ¿Alinearse con los poderosos de turno para mantener el statu quo y garantizar que la torta se siga repartiendo entre los mismos privilegiados?

La prensa en las democracias es hoy, más que nunca, el cuarto poder. Y la responsabilidad o la ligereza con que ejerce ese poder tiene un impacto que es peligroso subestimar, por más que se hable todos los días de la crisis del periodismo y de la inviabilidad de su modelo de negocios dependiente de los anunciantes.

La prensa es una de las últimas –si no la última– frontera en la defensa de la democracia, y en ningún lugar eso es tan evidente como en Estados Unidos, donde la trivialidad con que los medios actuaron frente a la improbable candidatura del actual presidente ayudó a elevarlo, validarlo y, en última instancia, a elegirlo. Lo que parecer haber empezado como una táctica para hacerles publicidad gratuita a sus negocios particulares terminó en un presidente en la Casa Blanca rodeado por un grupo de asesores interesados en imponer ideas extremas en todos los ámbitos, desde cómo se debe ordenar la economía mundial hasta lo que las mujeres pueden o no pueden hacer con sus cuerpos.

Quienes todavía consumimos telenoticieros y programas de opinión vimos con desaliento cómo durante un año y medio los medios le ofrecieron al ahora presidente una plataforma gratuita y en prime time porque lo encontraban ocurrente y entretenido, y además les daba rating. Por codicia, frivolidad o por practicar una especie de falso equilibrio en el que todo el que decide lanzar su candidatura merece un altavoz para sus ideas, los medios contribuyeron de manera decisiva al resultado de las elecciones de noviembre. Esa lección, que está siendo ahora duramente aprendida, debe servirles de ejemplo a otras democracias y a quienes ejercen el oficio del periodismo en países que, como Colombia, calientan motores para las próximas elecciones presidenciales.

Porque la verdad es esta: hay muchos que se van a aprovechar de ese clima de escepticismo y desconfianza en las instituciones que permea a la sociedad. Hay muchos que, explotando el rechazo por quienes han hecho de la política una industria lucrativa, van a insistir en vender un populismo barato e irresponsable disfrazado de progreso.

Personajes como un cierto excontralor que andaba hablando esta semana en la radio, que van a tratar de convencer a los votantes de que el presente es caótico y el futuro, apocalíptico, a menos que creamos en sus promesas de redención condimentadas con ofertas de aumento del salario mínimo.

Para llegar a la presidencia en una democracia como la nuestra hay varios filtros. Los partidos son uno, pero este no es suficiente ni tampoco es siempre el más legítimo. Hoy, mucho más que en las décadas pasadas, la prensa tiene que jugar ese papel de filtro juicioso y responsable, quitándole el altavoz al populismo fácil y oportunista, cuidándose de la codicia y la frivolidad, evitando crear un falso equilibrio que legitima cuando debería más bien depurar a nombre de la sociedad que pretende servir.

La tentación populista va a ser una de las marcas de la campaña que apenas arranca, y la oferta de espejitos y baratijas que va a circular será motivo de deslumbramiento. Por eso, mucho ojo. Ya sabemos cómo empieza todo esto. Y lo que es peor, también sabemos cómo acaba.
ADRIANA LA ROTTA

Tomado de:El Tiempo.com

¿Caja de Pandora?

Por: Vivian Newman

¿Y si supiéramos quién mandó matar a Jorge Eliécer Gaitán? ¿O accediéramos a los papeles privados del general Rojas Pinilla? ¿Y si encontráramos los documentos que expliquen la sistematicidad en las muertes de la Unión Patriótica? ¿O las de miles de ejecuciones extrajudiciales y de desaparecidos del país? La clave para responder muchas de estas preguntas podría reposar en archivos secretos que guarda celosamente nuestra Fuerza Pública y acceder a ellos es una condición previa para comprender e interpretar nuestra violencia y poder transformar el país.

Sin embargo, la historia comparada no ha hecho sino demostrarnos que a estos archivos no se llega fácilmente. Por ejemplo, en Sudáfrica, para mantener ocultos los secretos más oscuros del estado del apartheid, se destruyeron toneladas de archivos. Por esto, cuando logramos conocer información sobre la policía secreta, se lo debemos más bien a filtraciones. Así pasó en Guatemala, donde gracias a una alerta de unos vecinos que pedían retirar explosivos de un lugar, se encontraron 80 millones de folios del archivo de la policía de ese país que sirvió para probar desapariciones forzadas. También por azar apareció el Diario Militar de Guatemala, que fue vendido por la módica suma de US$3.000, o el Libro Amarillo de El Salvador, ambos con listados de personas detenidas, torturadas y asesinadas por la policía de seguridad.

Sin información no se puede hacer nada en la transición. Y los archivos de inteligencia contienen mucha. Gracias a ellos se obtiene verdad judicial y extrajudicial. Con la primera se sabrán las circunstancias en que ocurren los hechos en un caso concreto, aportando justicia a las víctimas y definiendo responsabilidades individuales en la cadena de mando. Con la segunda se aclaran las violaciones a derechos humanos y se entiende el contexto histórico, para contribuir a la verdad colectiva y a la memoria histórica con narrativas globales que encontramos en periódicos y museos. También ayuda esta información a reparar a las víctimas, no sólo con indemnizaciones justas, sino porque las libera de incertidumbre o de mala reputación, y a los victimarios, porque en ocasiones ayuda a aclarar sus motivaciones. Finalmente, la verdad contenida en los archivos es una forma de identificar las reformas institucionales que será necesario implementar, para que cambiemos y se den las garantías de no repetición.

El problema es sencillo. En los acuerdos de paz no hay ninguna fórmula para que los militares o la guerrilla se encuentren obligados a mostrar su interior. Entonces tenemos que usar las reglas existentes, en las que hay una tensión entre las normas de inteligencia y de transparencia. La Fuerza Pública interpreta de forma parcial la ley de inteligencia para proteger toda su información y olvida que, según una interpretación armónica, lógica y sistémica, debe motivar y explicar cuándo no se quiere entregar cierta información. Además, es clave desclasificar archivos secretos extranjeros de las mismas épocas y promover nueva normativa que garantice mayor apertura y proteja los archivos existentes bajo una prohibición de destrucción de mínimo diez años en los que se estudie lo que se protege y lo que no. Así lo propuso Dejusticia en la colección Ideas para construir la paz, que acaba de presentar esta semana: si la inteligencia abre su pasado, puede contribuir a transformar las violencias y consolidar la paz.

Nota. Hay nueva prueba de los conflictos del fiscal… el concepto que firmó su hijo Néstor Camilo Martínez Beltrán el 23 de julio de 2015 a Navelena desde la firma MNA-Martínez Abogados. ¿Qué más necesita el fiscal para declararse impedido en Odebrecht?

*Subdirectora de dejusticia.org.

Tomado de:El Espectador.com