Análisis ¿Deben cobrar mejor los periodistas que más lectores y suscriptores atraen?

Los incentivos para periodistas por volumen de tráfico conseguido existen en los medios digitales desde más de una década, y han sido criticados por promover el clickbait. Ahora, cuando muchas cabeceras cambian su modelo de negocio publicitario por uno basado en las suscripciones, empiezan a vislumbrarse sistemas que recompensan o remuneran en función de la cantidad de usuarios de pago que cada periodista logre convertir. Es el caso de la propuesta de The Daily Telegraph filtrada el mes pasado, o del tabloide Herald Sun. Beneficiar a los periodistas más efectivos parece lógico. Todavía más en un momento en el que las firmas más talentosas y reconocidas disponen de herramientas suficientes para huir de las empresas y montárselo por su cuenta, en lo que se conoce como la economía de los creadores.

Pero el sistema entraña dificultades y peligros. Por un lado, la captación de suscripciones no depende única y directamente de los periodistas, sino que es un trabajo colectivo en el que los periodistas generan un contenido que otros se encargan de empaquetar, distribuir y monetizar. Además, es complicado atribuir una suscripción a un solo contenido o autor, y tampoco resulta sencillo cuantificar qué aporta cada periodista a una parte importante para el modelo de suscripción: la retención. Por otro lado, los incentivos pueden provocar una disminución de la calidad del producto al desalentar el trabajo colaborativo, estirar la competitividad hasta límites perjudiciales y supeditar demasiado el criterio informativo a los dictados de la audiencia.

Ventajas de los incentivos

El planteamiento de partida para estas propuestas es claro. «Parece justo que quienes atraigan y retengan mayor cantidad de suscriptores sean los que mejor cobran», afirmaba el editor de The Daily Telegraph, Chris Evans.

Kotter, padre del estilo de liderazgo transformacional, dice que se basa más en la convicción personal que en un sistema de premios y castigos, reconoce que una acertada configuración de las recompensas pueden ayudar a transmitir la visión de la empresa a sus trabajadores.

Inconvenientes

Si la captación de suscripciones no depende directa y exclusivamente de los periodistas, los sistemas de recompensas individuales basados en ella resultan injustos. En estos esquemas, los incentivos varían en función de factores que los periodistas no pueden controlar, como la asignación de temas por parte de los redactores jefe y los jefes de sección, el diseño de las piezas o su difusión por el equipo de audiencias, entre otros. Un periodista de The Daily Telegraph lo señalaba para The Guardian: «Si escribes historias de la realeza, grandes noticias políticas o cosas del coronavirus o eres famoso, vas a conseguir grandes números. La mayoría de los reporteros están a merced de los editores y no tienen la culpa de que les asignen cosas aburridas, y ahora eso va a afectar a su sueldo».

Por otra parte, pueden emerger prácticas sensacionalistas más relacionadas con la elección y el tratamiento de los temas que con la redacción de los titulares, como pasaba en el clickbait clásico. Informar solo sobre aquello por lo que la audiencia está dispuesta a pagar y con el enfoque y el discurso que demanda. En palabras de Daniel Muñoz, pasar de la dictadura del click a la dictadura del lector.

Algo peligroso si se tiene en cuenta que el posicionamiento ideológico de los medios es un factor fundamental para la conversión de suscripciones, y que los usuarios con ideas extremas suelen estar dispuestos a pagar por informaciones que refuercen sus argumentos. Si existen incentivos para los periodistas que generen más suscripciones, estos pueden verse tentados a elaborar piezas más polarizadas o partidistas, que suelen generar mejores resultados.

Avanzando hacia una medición más justa: 

recompensas grupales

Con todo, los detractores de estos sistemas basados en el tráfico y las sucripciones no renuncian a establecer otro tipo de incentivos, ni a medir los resultados del trabajo periodístico. “Si dependiera de mí, los incentivos por suscripciones se plantearían más a nivel de compañía. Y pueden ser un objetivo específico de los equipos de márketing o suscripciones. Pero de los periodistas no le veo mucho sentido, y en ningún caso individual”, afirma Daniel Muñoz. El director de Innovación de El Español aboga por premiar a los periodistas por el valor, la calidad y el impacto de sus contenidos, en lugar de por los ingresos que esté ayudando a generar.

Insider mantiene una serie de objetivos de tráfico y suscripciones para sus empleados, pero en abril de 2021 hizo pública su propuesta para integrar otros indicadores de calidad e influencia de los contenidos y los periodistas: los “puntos de impacto”. Entre estos criterios se encuentra la aparición en la televisión y la radio nacional, que las piezas sean citadas por webs con más de 10 millones de usuarios, que reciban premios nacionales o internacionales o que sean compartidas por usuarios de redes sociales con un mínimo de seguimiento, entre otros.

El analista de medios Simon Owens opina en su newsletter que el sistema de Insider ayuda a crear un mejor periodismo, y es más justo que aquellos que solo tienen en cuenta las páginas vistas y las suscripciones. Según el experto, la ventaja reside en que, bajo esta rúbrica, un escritor especializado en artículos largos y profundos puede ser juzgado en igualdad de condiciones en comparación con un colega que produce pequeñas piezas virales.

Apartes de artículo publicado en Reportaro