Circulo de Periodistas de Bogota
Lo que viene para Rafael Uribe Noguera, el asesino de Yuliana Samboní
A Rafael Uribe Noguera le espera una condena de hasta 60 años de prisión. / Colprensa

Rafael Uribe Noguera estaría obligado a pagar una alta condena de hasta 60 años de prisión y a reparar a la familia de la niña con una suma que, según cálculos preliminares, superaría los $1.000 millones. Fiscalía radicó ayer el escrito de acusación.

Por: Alexánder Marín Correa / Diana Durán Núñez
En Twitter: @alexmarin55

No hay prisión ni dinero que repare la muerte de un hijo. Y menos cuando se lo arrebatan de una forma tan cruel y violenta como a la familia de Yuliana Samboní Muñoz. Rafael Uribe Noguera,según la Fiscalía, secuestró, torturó, violó y mató a la pequeña de siete años. Ya lo aceptó ante los investigadores. Falta que lo ratifique ante un juez.

Por eso, en lo penal, su proceso parece claro: se enfrenta a una pena de hasta 60 años (máxima permitida en el país), pues las leyes castigan con severidad los crímenes contra los niños. No admiten preacuerdos, ni rebajas por aceptación de cargos. Incluso, cuando la víctima tiene menos de 11 años, las penas se deben duplicar. (Lea: “¡Asesino!… ¡Asesino!… ¡Asesino!”)

Sin embargo, hay una arista adicional: la reparación a la familia. La justicia prevé que un criminal no sólo debe pagar con su libertad, sino con su patrimonio, y está claro que la familia Uribe Noguera tiene con qué. Al menos el apartamento donde hallaron a Yuliana está a nombre del asesino y de su madre. (Lea: Crímenes contra niños: muchas denuncias y pocas condenas)

En lo penal

Rafael Uribe Noguera finalmente aceptó ante la Fiscalía lo que pareció evidente para todo el país desde el pasado 4 de diciembre: que él violó y asesinó a Yuliana Samboní. A pesar de que en la audiencia de imputación no aceptó cargos, las evidencias científicas, documentales y testimoniales no dejan duda de su autoría. La prueba clave la reveló Medicina Legal al ratificar que, pese al intento por borrar las huellas del crimen, en el cadáver hallaron material biológico que lo vinculaba con su muerte. (Lea: Uribe Noguera sí mató a Yuliana y el vigilante mintió)

Con su aceptación, han indicado fuentes cercanas al proceso, él busca llegar a un acuerdo con la Fiscalía a cambio de que lo acusen de homicidio y abuso sexual, pero no de tortura y secuestro.Una negociación que, de darse, no tendría mucha incidencia en cuanto a la condena: como su víctima fue una niña, las leyes no le permiten recibir beneficios penales. (Lea: ‘Si los jueces aplican la norma, no se necesita la cadena perpetua’)

Ayer la Fiscalía radicó el escrito de acusación y una vez Rafael Uribe Noguera ratifique su confesión ante un juez, el proceso se abreviará. Enfrenta un destino de hasta 60 años de prisión. Se han sembrado dudas sobre si él, por colaborar con la justicia, podría recibir rebaja de pena. Abogados consultados por este diario son enfáticos: esa puerta está cerrada para él. “Cuando las víctimas son niños no hay ningún tipo de beneficio, ni siquiera en virtud de un preacuerdo”, explica Olga Silva, la abogada que manejó el caso de los tres hermanos de Tame (Arauca), abusados y asesinados por el subteniente del Ejército Raúl Muñoz Linares en 2010.

Carlos Andrés Gómez, decano de derecho de la Universidad Jorge Tadeo Lozano, hace el mismo análisis, y agrega que si Uribe Noguera ofrece información sobre, por ejemplo, una red de explotación de menores, la Fiscalía podría no abrirle una nueva investigación a cambio de información efectiva. Lo mismo sostiene Alcira Granadas, de la organización Save The Children: “Debe ser una colaboración clave que permita acabar con este peligro para otros niños”. (Lea: Explotación sexual de menores en Bogotá: invisibilizada, pero latente)

Otra cosa es la redención de la pena, que se trata de reducir una sentencia en prisión con trabajo o estudio. A eso sí podría tener derecho, indican dos fallos emitidos el año pasado por las cortes Suprema de Justicia y Constitucional. Ambos tribunales concluyeron que, según las normas vigentes, es un derecho y no un privilegio. “No hay un derecho de los niños que colisione con la posibilidad que tienen los reclusos de alcanzar la resocialización mediante el desarrollo de actividades que, además, les generen redención de la pena que purgan”, señaló la Corte Suprema.

La reparación

Este no es momento para pensar en indemnizaciones, sobre todo cuando las heridas están vivas, pero el tema se discutirá a medida que avance el proceso penal. La ley establece que Uribe Noguera, además de perder la libertad, debe reparar a la familia de Yuliana por los gastos y las secuelas que le dejó a cada integrante: la ausencia, la angustia, el arrebatarles la posibilidad de verla crecer… El dolor. (Lea: Yuliana Samboní murió por estrangulamiento y fue abusada sexualmente: Medicina Legal)

El abogado David Peñuela Ortiz, especialista en responsabilidad y daño resarcible de la Universidad Externado, desde la justicia civil explica que el asesino se enfrentará a un pago multimillonario (superaría los $1.000 millones). Y lo hace desde esta jurisdicción, al creer que es más beneficiosa para la familia de Yuliana, pues mientras la justicia penal fija como única reparación un monto máximo de 1.000 salarios mínimos (unos $700 millones), en la civil la reparación es  para cada familiar que demande. (Lea: Crece la tragedia en el caso Yuliana Samboní)

Lo primero por lo que tendría que responder Uribe Noguera son por los daños patrimoniales, como los gastos en los que ha incurrido la familia y en los incurrirá a futuro en tratamientos médicos y psicológicos. También debería pagar los gastos médicos que se surtan, para la estabilización y control del embarazo de la madre de Yuliana, ya que ha tenido que ser sometida a sedación, debido a la magnitud de los eventos.  Así la EPS los cubra, todo se puede reclamar, porque la ley no dice lo contrario. El cálculo de cuánto tendría que pagar lo debe hacer un perito. (Lea: Madre de Yuliana Samboní insiste en acompañarla hasta su última morada) 

Adicionalmente, se podría buscar una eventual reparación por lucro cesante o el dinero que dejará de ingresar al patrimonio familiar por la muerte de la niña. Aunque en casos de menores es un daño discutido, ya que Yuliana no aportaba dinero a su hogar y se podría decir que su muerte no traerá ninguna frustración económica, el Consejo de Estado ha reconocido este tipo de daños a los padres, tasándolos con base en el salario mínimo, proyectándolo desde la mayoría de edad de la niña (cuando legalmente hubiera podido trabajar) y hasta la expectativa de vida de sus padres.

Daños extrapatrimoniales

Pero más allá de los daños cuantificable hay uno incalculable: el dolor. La justicia lo llama daño moral, que no es más que la lesión a la esfera sentimental y afectiva de cada miembro de la familia, así como el sufrimiento de Yuliana durante el crimen. El máximo rubro que ha reconocido la jurisdicción civil para reparar este daño ha sido de $60 millones por víctima. Es decir, en principio, el padre, la madre y la hermana. Podrían sumarse otros familiares. (Lea: El retorno de Yuliana Samboní a la tierra que la vio nacer)

Como la madre de la niña está en embarazo, un asunto que seguro generará debate, “es el daño moral del futuro bebé, ya que, en estricto sentido, no lo ha experimentado. No obstante, el Consejo de Estado ha reconocido una especie de daño futuro en casos donde el padre muere, pero la madre queda viva y en embarazo. Aunque la situación es diferente, un juez podría aplicarla por analogía”, dice Peñuela.

Otro aspecto a reparar es el daño a la vida de relación o a la actividad social de la familia, ya que después del crimen no será la misma. En estos casos la justicia ha reconocido un monto máximo de $140 millones por cada familiar. (Lea: Último adiós a Yuliana Samboní, en El Tambo (Cauca))

En nombre de Yuliana también podrían reclamar por el daño a bienes personalísimos, pues a Yuliana en vida le violentaron sus derechos a la libertad de locomoción, la libertad sexual y a la vida, entre otros. Hasta la fecha, el máximo valor reconocido por la justicia ha sido $20 millones.

“Tanto en el daño moral como en los demás, legalmente sería aconsejable que la petición económica sea mucho mayor, ya que, por las características del caso, es posible que el juez supere los topes mencionados”, explica Peñuela.

Aunque al sumar montos está claro que Rafael Uribe Noguera se enfrenta al pago de una indemnización multimillonaria, y que en lo penal le esperan largos años en prisión, al final lo único que vale es que este atroz crimen no quede en la impunidad.

@alexmarin55
@dicaduran

Tomado de:El Espectador.com

Amenazan a monseñor Darío de Jesús Monsalve, arzobispo de Cali
FOTO COLPRENSA
COLPRENSA | PUBLICADO HACE 18 MINUTOS

El Arzobispo de Cali, monseñor Darío de Jesús Monsalve denunció que fue amenazado de muerte las últimas horas cuando se encontraba en la Casa Arzobispal, ubicada en el centro de Cali.

Las intimidaciones fueron hechas al prelado a través de un panfleto en el que se puede leer: “Muerte a las Farc, a Santos y a los clérigos comunistas” y que fue lanzado por debajo de la puerta de la Casa Arzobispal.

Por el mensaje, se presume que dichas amenazas se deben al papel activo que tenido el Arzobispo de Cali en los diálogos de paz entre el Gobierno Nacional y las Farc; además de su labor en los acercamientos con el Eln.

En este último proceso, el prelado fue nombrado como coordinador de la comisión de obispos que acompaña los diálogos. Su designación fue hecha por el presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia, monseñor Luis Augusto Castro Quiroga.

A pesar de las amenazas, monseñor Darío de Jesús Monsalve manifestó que se encuentra tranquilo y que pondrá en conocimiento de las autoridades la situación para que se investigue el origen de las intimidaciones.

El general Nelson Ramírez, comandante de la Policía Metropolitana de Cali, manifestó que “ya estamos estableciendo contacto con Monseñor para la denuncia e iniciar una ruta de atención a esa amenaza para iniciar la investigación y establecer de dónde proviene la misma”.

Más acciones del Arzobispo de Cali en pro de la paz

Monseñor Darío de Jesús Monsalve fue uno de los facilitadores del acto de perdón que se cumplió entre los familiares de los diputados del Valle que fueron secuestrados y asesinados por las Farc con varios miembros de dicha guerrilla el 2 y 3 de diciembre pasados.

Además, antes del plebiscito, mostró su apoyo al mecanismo de refrendación de los acuerdos entre el Gobierno Nacional y las Farc y aseguró que “todo ciudadano honesto daría su voto por el Sí a los acuerdos no solo a los que se llegaran con las Farc sino con el Eln”.

Dichas declaraciones estuvieron en el centro de la polémica y muchos manifestaron que el Arzobispo de Cali debía retractarse, no obstante, él se mantuvo en su posición.

Incluso después de los resultados del plebiscito, donde el No se impuso en las urnas, el prelado aseguró que no estuvo de acuerdo con la posición que tuvo la Iglesia católica en el proceso refrendatorio.

Tomado de:El Colombiano.com 

La frontera necesita respeto y Santos lo debe exigir

Foto:César Obando

El sábado, seis días después de que las autoridades bolivarianas hubiesen decidido clausurar nuevamente el paso por los puentes internacionales que comunican a Colombia con Venezuela, las autoridades de Norte de Santander alzaron su voz de protesta, por lo que consideran un atropello y una falta de respeto.

Según Maduro, en la capital fronteriza están represados más de $2 billones de bolívares por las mafias.

Las casas de cambio de Cúcuta y el comercio de la región, son, según Maduro, los principales responsables de un ataque a la economía de su país, que incluye el acaparamiento de bolívares y la especulación del precio del dólar paralelo. De acuerdo con sus palabras, en la capital fronteriza están represados más de $2 billones de bolívares por las mafias.

También: Comerciantes de El Escobal no reciben bolívares.

Precisamente, esta fue una de las razones del país vecino para sacar de inmediato los billetes de 100 bolívares del mercado, lo cual generó una nueva crisis en su país y además, afectó a comerciantes colombianos que estaban vendiendo productos a los venezolanos.

La propuesta en este caso para ayudar a los comerciantes es que el Banco de la República de Colombia compre los bolívares que se quedaron en el mercado local producto de las transacciones legales. “De esta manera se evitarían pérdidas a los comerciantes que actuaron de buena fe recibiendo los bolívares y si son pocos nos quitaríamos el cuento de que en Cúcuta se estaban quedando los bolívares que están  desestabilizando a Venezuela (…) Nos hicieron trampa, nos pidieron que les vendiéramos, lo hicimos y ahora que tenemos la plata no la reciben”, precisó el diputado Pedro Mora.

La otra solicitud del comunicado es que Santos y su equipo de trabajo fijen por fin una posición frente a la frontera y Cúcuta. En relación a la frontera, porque aunque es una decisión soberana de un presidente cerrarla o abrirla, ya es hora de que Colombia establezca condiciones para la apertura de la misma y no estar sujetos a lo que se defina al otro lado de la línea limítrofe.

Lea la versión completa en La Opinión.com, de Cúcuta.

Colombia adulterada: una serie web que hace la radiografía de un flagelo
Colombia adulterada: una serie web que hace la radiografía de un flagelo

La serie web que ya está disponible, y que presenta Mario Duarte, relata cómo funcionan las redes criminales detrás de un negocio que genera casi tantas utilidades como la droga.

Conducida por Mario Duarte, ideada por Daniel Samper Ospina y dirigida por Álvaro Perea, la más reciente creación de Productora Semana relata cómo funcionan esas redes criminales que generan casi tantas utilidades como la droga e información nunca antes revelada sobre esa industria mortal. La Policía Fiscal y Aduanera entrega sus testimonios, como también lo hacen expertos en el tema, personas involucradas en el ciclo de la adulteración y personajes como Antanas Mockus, Ricardo Silva, Santiago Moure y Claudia López, entre otros. La serie de cinco capítulos puede verse en internet por medio de la página www.colombiaadulterada.com.

Tomado de:Semana.com

 

 

A los 80 años, el Papa quiere una vejez «tranquila», «fecunda» y «feliz»
El Papa Francisco/AFP
Ciudad del Vaticano
17 de Diciembre de 2016 10:46 am

El papa Francisco celebró el sábado sus 80 años deseándose una vejez tranquila, fecunda y feliz, sin mostrarse dispuesto a moderar su pontificado reformador.

«Desde hace unos días me viene en mente una palabra que parece fea: vejez. Por lo menos asusta (…). La vejez es sed de sabiduría», declaró el papa al concluir una misa con motivo de su cumpleaños ante unos sesenta cardenales en una capilla de los palacios pontificales.

«Rezad para que la mía sea así: tranquila, religiosa, fecunda. Y también alegre, gracias», pidió.

Antes de la misa, Francisco desayunó pasteles argentinos con ocho personas sin hogar. También envió pasteles para que se repartieran en numerosos comedores sociales de Roma y pequeños regalos para los huéspedes de los centros de acogida de la ciudad, anunció el Vaticano.

Por su cumpleaños, el papa recibió cerca de 50.000 mensajes de todo el mundo, principalmente a través de las direcciones de correo electrónico abiertas especialmente por el Vaticano en ocho idiomas.

El nuevo jefe de gobierno italiano, Paolo Gentiloni, le deseó feliz cumpleaños en Twitter de parte de una Italia «agradecida al Santo Padre por la fuerza inspiradora de su mensaje y de su ejemplo».

Según la prensa, el papa emérito Benedicto XVI también dedicó unas palabras por escrito a su sucesor.

«La oficina del papa está llena de dibujos de niños de todo el mundo para celebrar su cumpleaños», tuiteó Antonio Spadaro, un teólogo jesuita próximo al pontífice argentino, junto a imágenes de dibujos donde se ve al papa sonriendo con la Tierra en la cabeza o rodeado de niños y globos.

Excepto la misa con los cardenales, el papa no ha previsto nada especial para su aniversario, aseguró el Vaticano, añadiendo que la jornada sería «normal, llena de obligaciones».

‘Sigo adelante’

El papa celebró una audiencia con la presidenta maltesa, Marie-Louise Coleiro Preca, varios prelados y miembros de Nomadelfia, una comunidad de laicos que intenta vivir como los primeros cristianos. Estos últimos entonaron  un «Feliz Cumpleaños» en italiano a su llegada.

Alérgico a las vacaciones, el primer papa americano de la historia no parece dispuesto a dejar que su edad interfiera en su agenda, repleta de ceremonias religiosas, audiencias, baños de multitudes y viajes.

Pese a ser hogareño, ya ha viajado en 17 ocasiones al extranjero en sus casi cuatro años de pontificado. El Vaticano confirmó el sábado que el 12 y 13 de mayo visitaría Portugal con motivo del centenario de las apariciones de la Virgen. También ha previsto en 2017 un viaje a India y Bangladés y quizá otro a África.

El pontífice continúa con su obra de transformación de la Iglesia, que él desea que sea acompañada con misericordia para los católicos en situación irregular, sin cuestionar el mensaje y los dogmas de la institución. Su nuevo tono ha seducido al público en general y molestado al ala más conservadora de la Iglesia católica.

Además, continúa con su misión de reestructurar la economía de la Santa Sede, comenzada con Benedicto XVI con, por ejemplo, el cierre de cuentas irregulares en el banco del Vaticano, acusado durante mucho tiempo de blanquear dinero.

A pesar de la resistencia que generó, se rodeó de ocho cardenales para ayudarle a completar una reforma que la Curia, el gobierno del Vaticano, ha sembrado de obstáculos.

Pese a sus problemas de cadera, no evoca en ningún momento la idea de dimitir, en caso de que su energía lo abandone, como tuvo la audacia de hacer su predecesor, Benedicto XVI (89 años).

«Sigo adelante», lanzó este verano, enterrando unas melancólicas declaraciones de 2015: «Tengo la sensación de que mi pontificado será breve, de cuatro o cinco años».

Tomado deEl Universal

Venezolanos y colombianos cruzan la frontera en grupos
Foto:César Obando 

Varias personas cruzaron a la fuerza la frontera.

Autoridades de los dos países decidieron dejar pasar para evitar tumultos.

Un fenómeno atípico se presentó este sábado en el puente internacional Simón Bolívar, que comunica a Villa del Rosario con San Antonio del Táchira, y en el puente Francisco de Paula Santander, que comunica a Cúcuta con Ureña.

Un grupo de personas se agolpó en la frontera para exigir la reapertura y ante la insistente petición de la población, autoridades colombianas y venezolanas decidieron dejar pasar a las personas en grupos de 50.

Esto se da, luego de que el presidente de Venezuela Nicolás Maduro anunciara una prórroga en el cierre de la frontera por 72 horas más para controlar, según informó en medios venezolanos, el contrabando y el tráfico de bolívares.

Para el alcalde de Ureña, Alejandro García, esto no es raro «está pasando la gente normalmente para Cúcuta sin ningún problema, no ha habido ninguna alteración. Un grupo de 50 personas estaba protestando y no más».

Cabe resaltar que en días anteriores, el mandatario de los venezolanos prohibió el uso de billetes de 100 bolívares, lo que agravó la situación económica en el vecino país, pues al desabastecimiento se suma la escasez de efectivo.

En Norte de Santander, los empresarios, líderes políticos, gobernador y alcalde de Cúcuta se reúnen para pedir una frontera abierta, pero con respeto y condiciones claras. Esperan que el martes, tras una posible visita del presidente Juan Manuel Santos, puedan aclarar mejor esta situación.

Tomado de:

La Opinión

@laopinioncucuta

Medio de Comunicación de los nortesantandereanos.

Santos recibió la legendaria Lámpara de la Paz en Italia
Fotos: Presidencia de la República.
Escrito por  Redacción Web // La Nación

En un hecho histórico el Presidente Juan Manuel Santos recibió este sábado la Lámpara de la Paz, que fue entregada en la Basílica Papal de San Francisco de Asís por su esfuerzos inquebrantables en pos de la paz y la reconciliación en Colombia.

Al recibir la Lámpara de la Paz hoy, el Presidente Juan Manuel Santos dijo que lo hace “en nombre de quienes en Colombia murieron por la paz; en nombre de las millones de víctimas que hoy tienen la esperanza de ver cumplidos sus derechos: en nombre de quienes, habiendo hecho la guerra, están dispuestos a ser constructores de una Nueva Sociedad signada por la convivencia”.
“Sé que esta Lámpara me convierte en “Embajador Mundial de la Paz” y la entiendo como un símbolo que me compromete aún más –como persona y como católico– a trabajar por la paz y la reconciliación en mi país y en el mundo”, indicó.Así mismo, el Jefe del Estado sostuvo que también reciben la Lámpara de la Paz en nombre de “de los niños que crecen y nacen ahora en mi país, porque ellos vivirán su niñez y juventud en la paz que por décadas nos negamos a nosotros mismos”.

Al referirse a la disposición del Santo Francisco para hallar caminos de encuentro, el Presidente afirmó que eso fue lo que se hizo con las Farc.

“Los reconocimos como adversarios y –entendiendo que cada parte representa posiciones ideológicas opuestas– logramos, tras años de arduas negociaciones, el acuerdo de paz que ha puesto fin a una guerra interna de más de medio siglo”, señaló en su intervención en la emblemática Basílica.

Igualmente, el Mandatario invocó la influencia del Santo Francisco para que “nos siga inspirando para que esa paz que firmamos la podamos implementar y volver realidad en cada ciudad, en cada pueblo, en cada vereda, en cada familia de Colombia”.

El Presidente agradeció al “Santo Padre por su bendición al nuevo acuerdo y por su respaldo a su rápida implementación” y puso de presente que el máximo jerarca católico hoy cumple 80 años.

En ese orden de ideas trajo a colación la frase del Sumo Pontífice según la cual “La larga noche de dolor y violencia –con la voluntad de todos los colombianos– se puede transformar en un día sin ocaso, de concordia, justicia, fraternidad y amor”.

“Con emoción, hoy podemos afirmar desde Asís: ¡El “Día sin ocaso” ha llegado a Colombia, concluyó el Presidente Santos.

Tomado de:

Presidente Juan Manuel Santos recibió otro premio ‘nobel’ de paz, en Italia
Se trata del ‘Lámpara de la paz de San Francisco de Asís’, el llamado nobel de los católicos.

“He querido ser instrumento de paz” para Colombia, dijo el presidente Santos al recibir el premio en la basílica Superior de San Francisco de Asís, en Italia, este sábado, de acuerdo con AFP.

Luego, el mandatario de los colombianos dedicó la condecoración a las víctimas y a quienes “habiendo hecho la guerra están dispuesto a ser constructores de una nueva sociedad signada por la convivencia”, como lo hizo el fin de semana pasado en Oslo al recibir el Nobel de la Paz, recordó la agencia.

Santos agregó un agradecimiento a quienes lo han ayudado en la búsqueda de un acuerdo con las Farc para pone fin a más de 50 años de conflicto. “Muchos de los que me acompañaron en esta tarea fueron también ‘instrumentos de paz’. ¡Qué mayor privilegio en esta vida!”, dijo el Presidente y expresó que sabe que este nuevo galardón lo convierte en un “embajador de la paz”:

Sé que la lámpara me convierte en el ‘embajador mundial de la paz’ y la entiendo como un símbolo que me compromete aún más, como persona y como católico, a trabajar por la paz y la reconciliación en mi país y en el mundo […] Recibo este honor y la misión que él contiene en nombre de quienes en Colombia murieron por la paz; en nombre de las millones de víctimas que hoy tienen la esperanza de ver cumplidos sus derechos […] Hoy solo pido a San Francisco de Asís que nos siga inspirando para que esa paz que firmamos la podamos implementar y volver realidad en cada ciudad, en cada pueblo, en cada vereda, en cada familia de Colombia”.

Cabe recordar que esta semana el mandatario también estuvo en el Vaticano, donde se reunió el viernes con el papa Francisco y  el ex presidente colombiano Álvaro Uribe, jefe del partido opositor de los acuerdos de paz, en una inédita mediación del pontífice para que los dos políticos se unieran por la paz, pero que no habría dado resultados positivos.

Con información de AFP.

Tomado de:Pulzo

La agitación política: 99 días antes de que asesinaran a Guillermo Cano
Foto:El Universal.

Esto era lo que sucedía 99 días antes del asesinato del director de El Espectador. Septiembre 9 de 1986.

La decisión del presidente Virgilio Barco de promover un gobierno de partido, originó de entrada un tenso ambiente político con el conservatismo.

En la medida en que se fueron  conociendo sus principales colaboradores, creció el malestar en las filas azules. En ese contexto, los analistas comenzaron a hablar del fin del modelo del Frente Nacional, que obligaba a los dos partidos tradicionales –Liberal y Conservador-, a compartir las posiciones de poder. Barco entró rompiendo con el esquema. Por eso, el 9 de septiembre de 1986, la prensa se ocupó de evaluar la inmovilidad política en qué podía caer el poder Ejecutivo en razón de la dura confrontación del conservatismo, y la dificultad que este mismo esquema iba a crear para darle continuidad al proceso de paz heredado de la administración de Belisario Betancur. Ese día, el dirigente liberal Ernesto Samper habló literalmente de una emboscada  política contra el presidente Barco, según él, derivada de nombramientos y ejecutorias políticas.

 Como ya era común en esos días, las páginas judiciales reseñaron el desmantelamiento de un nuevo laboratorio para procesar cocaína, esta vez en el municipio de Nechí (Antioquia). De igual modo, continuaban los ecos de la frustrada investigación contra los asesinos del Superintendente de Seguridad de Avianca, Carlos Arturo Luna. En el ámbito del orden público, el ataque del M – 19 al municipio de Inzá (Cauca), a nombre del batallón América, daba cuenta de la reciedumbre de la violencia armada.

Tomado de:El Espectador.com

 

La plegaria por la paz que escribió Guillermo Cano hace 35 años

Por Guillermo Cano.

26 de julio de 1981

Una solución política

Los últimos acontecimientos, dolorosos, sangrientos, amedrentadores y amenazantes, tienden a indicar que la situación de violencia de variada índole que padece el país no tiene, por lo menos a plazo inmediato, una solución definida ni definitiva. Las Fuerzas Armadas, en cumplimiento de deberes que nadie les desconoce como guardianes del orden interno y externo, combaten a las fuerzas que se han levantado en armas contra el orden legítimo constituido. Y estas, a su vez, combaten a las instituciones con sistemas que abominamos y censuramos

En estas acciones, con diferencias de todos conocidas, llevamos ya más de tres décadas de constante desangre que desgarra nuestros sentimientos en lo más profundo, porque, como lo dijo el maestro Luis López de Mesa ya hace muchos años, nos duele Colombia, nos sigue doliendo Colombia y mucho nos tememos que nos seguirá doliendo Colombia. Jamás en este periódico hemos dicho una palabra en apología del delito atroz de la subversión. Jamás lo diremos. Esto nos permite plantear —ante el amenazante futuro la inquietud a todos los colombianos, a quienes defendemos la democracia y la libertad y participamos en contiendas ideológicas sin tener siquiera una navaja para pelar naranjas— las discusiones para lograr una Colombia en donde la sangre de los compatriotas no corra para esterilizar su porvenir. Y a quienes utilizan otros medios de buena o de mala fe, con unos sistemas anticristianos y crueles para alcanzar sus objetivos, si no ha llegado la hora de buscar, fuera de las soluciones de fuerza —que el gobierno emplea en legítimo y obligatorio derecho defender la legitimidad del Estado de derecho y que emplea la supresión para modificar las situaciones colombianas—, soluciones políticas que acaso, por nuevas, encuentren senderos posibles para solucionar el interminable diferendo.

Soluciones políticas se han logrado en varias oportunidades. Y casos hubo donde alcanzaron mejores efectos que los de la guerra, declarada o no, entre dos Colombias que empuñaban las armas para combatirse la una contra la otra. Bajo el gobierno del doctor Alberto Lleras Camargo, valga el ejemplo, el país pudo volver a pescar de noche, como lo dijera el maestro Echandía. Pero comenzaron a trabajar las fuerzas subterráneas que volvieron a enfrentar el Estado de derecho con el estado de subversión. Y regresamos así al pasado violento y nos embarcamos en un futuro idéntico que llega hasta nuestros días. Hoy no estamos, ciertamente, mejor que hace treinta años, con la agravante de que el enfrentamiento de fuerzas encuentra estímulos extraños al mismo país con todos los gravísimos riesgos que esto implica.

¿Cuáles soluciones políticas sugeriría usted, “pontífice” que escribe pero que no soluciona? Repito que no soy el llamado a darlas, sino a pedirlas a quienes tienen de un lado y de otro los medios para formularlas, negociarlas, concretarlas y realizarlas. Estamos ya en plena campaña electoral para corporaciones públicas y para elegir nuevo presidente de la República. Y salvo el obvio respaldo que los partidos que están en el Gobierno le reiteran en declaraciones, que son una repetición interminable de otros tantos documentos de solidaridad para con la autoridad legitimada y de protesta por los actos abominables de cruenta violencia que realizan los subversivos, no conocemos realmente pronunciamientos de fondo ni de los precandidatos a la presidencia ni de los aspirantes a las corporaciones públicas donde se diga a los colombianos, a todos los colombianos, cuál sería el manejo que ellos le darían al más grave problema nacional de estos momentos en el caso de recibir el mandato claro o no tan claro para dirigir nuestros destinos.

Nosotros, honestamente, vemos que la situación de orden público no se inclina hacia una tendencia próxima a disminuir las tensiones que a todos nos afecta, y al decir todos incluimos tanto a quienes defendemos la democracia como la concebimos como para quienes la entienden de otra manera. Se nos dirá que estamos desenfocados al afirmar que hay síntomas de un agotamiento de la capacidad ciudadana para recibir informaciones, no solo periodísticas y no oficiales y hasta forzadas, como las suministradas por uno de los grupos subversivos a dos periodistas retenidos, secuestrados y como quiera llamarse el acto ocurrido a mediados de la semana, de tanta gravedad como la que a lo largo de este año nos ha conmocionado. Y que son una escuela de las del pasado y el antepasado. Un día el optimismo cunde; al siguiente el terror se derrama sobre el país. Vivimos entre la esperanza del fin de la violencia y el miedo a su aterrador renacimiento.

Entonces, ¿no ha llegado el momento de que —sin debilitar de manera alguna el Estado de derecho que la mayoría de los colombianos hemos escogido y elegido, y paralelamente a la acción preventiva y represiva, si fuese absolutamente necesaria— se busquen nuevas fórmulas ya que ni la preventiva ni la represiva han dado los resultados que la inmensa mayoría de los colombianos desean? Pero sobre todo, cuando dentro de un año habrá un cambio de gobierno en la Presidencia de la República, en las corporaciones públicas, ¿no sería hora que los aspirantes a ser protagonistas de ese cambio comenzarán a decirles a los colombianos cuáles son sus programas y hasta dónde puede llegar su poder para devolver a Colombia la paz que ha perdido en un interminable combate de más de treinta años? Es posible que si se va haciendo claridad, cuando llegue el momento de las decisiones democráticas, el país nacional encuentre más y mejores argumentos para participar decididamente en la gran batalla incruenta por la pacificación de Colombia.

Estos apuntes, es cierto, no tienen más importancia que la espontaneidad, la honestidad y casi que la desesperada intención con que se escriben. Bien pueden interpretarlos quienes quieran y de la manera que ellos les venga a bien hacerlo. Pero acaso sirvan para una meditación menos ligera que la de sindicarnos temerariamente a estar participando como “viajeros útiles” en alguna maniobra que de alguna manera pueda beneficiar a movimientos que incurren en actos subversivos y plantear situaciones que nos repugnan ideológica y moralmente.

Porque la verdad es que nos da miedo. Físico miedo de que entre escalada y escalada de la lucha cruenta, el país se descomponga, se desangre, caiga en el caos impredecible de la opresión. De las opresiones de cualquier índole. Y porque nos negamos a creer, aun en momentos tan complejos, difíciles, críticos, graves y hasta contradictorios, que no puedan existir salidas a este laberinto temible, distintas a las que durante más de tres décadas se han buscado sin hallarlas.

Tomado de: Semana.com

 

15. Reina la impunidad en el asesinato de 153 periodistas
Germán Rey Foto:YouTubeEl escritor Gabriel García Márquez dijo alguna vez que el periodismo es el oficio más bello del mundo. Y también es uno de los más peligrosos, añade el Doctor en sicología Germán Rey Beltrán, relator del estudio “La palabra y el silencio”, que trae el macabro listado de 153 periodistas asesinados en Colombia entre 1977 y 2015. La mayoría de ellos están impunes y hacen tránsito silencioso a la prescripción.

Foto:arriba,de izquierda a derecha,Belisario Zambrano y Guillermo Cano.

Abajo, de izquierda a derecha,Héctor Abad y  Jorge Enrique Pulido.

En diálogo con este diario, Rey afirmó que si no se toman cartas en el asunto, o sea si la justicia no obra a tiempo, la impunidad podría llegar a ser del 90 por ciento, o más.

A Rey esta experiencia le pasó una cuenta de cobro. Al ponerle el punto final al texto del Centro Nacional deMemoria histórica, sintió que la obra le había salido por su espalda, pues allí se alojó un intenso dolor, que los médicos identificaron como herpes zóster.

“Cuando se asesina a un periodista se asesina a un ser humano, pero también a un representante de la sociedad”, afirmó el investigador. La razón es que las víctimas, y muchas veces los medios para los que laboraban, han sido silenciados por razón del oficio que desempeñaban, por desentrañar la verdad, por revelar casos de corrupción y por poner en la esfera pública la voz de las comunidades afectadas.

De lo arriesgado que resulta el ejercicio de este tipo de periodismo da cuenta la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP). De acuerdo con sus registros, entre 1987 y el 16 de septiembre de 2016, fueron asesinados y desaparecidos 508 periodistas en América Latina y Estados Unidos. Los muertos, en particular, fueron 483 y el 28 por ciento de los mismos eran colombianos.

Lo más grave es la manera como se “borra” a los periodistas “incómodos”para actores violentos como las guerrillas, los paramilitares, las bandas criminales, los parapolíticos, los narcotraficantes e inclusive para agentes del Estado.

Otros, y no son pocos, tienen esa forma de “muerte en vida” que es el miedo.

De acuerdo con la Fundación para la Defensa de la Libertad de Prensa (Flip), en lo corrido del presente año 232 periodistas han sido objeto de violaciones al libre ejercicio de su profesión. El método de intimidación por excelencia son las amenazas, con 83. Le siguen la obstrucción al trabajo periodístico (36) y las agresiones (34). También se ven estigmatizaciones, secuestros (4), tratos e inhumanos o degradantes y atentados contra la infraestructura. No faltan la detención ilegal y el desplazamiento.

Para el profesor Rey Beltrán, el colombiano es un periodismo amenazado. Tantas muertes, a lo largo de casi cuatro décadas, han producido un gran daño en las comunidades, los medios de comunicación, el país entero y la democracia.

Destaca, de igual manera, cómo el mayor impacto de esta violencia contra los periodistas recayó en periodistas humildes, que trabajaban en las regiones, inclusive para medios comunitarios.

En su concepto, varios fueron los perpetradores de esa violencia sistemática contra los periodistas y, agrega, estos actores ilegales tenían un proyecto intencionado para evitar que la verdad aflorara y fuera conocida por la comunidad.

Bien lo dijo Orlando Sierra Hernández, el asesinado subdirector del diario La Patria, de Manizales:“Tratar de silenciar o callar los medios de comunicación es un acto doblemente terrorista, porque es, al miedo, infundirle el silencio”.

No menos perverso considera el hecho de que en Colombia se tenga a más de un centenar de periodistas amenazados, que deben tener al lado escoltas para proteger sus vidas.

Una realidad terrible, para un país en el que, según el estudio, “hay apenas cuatro casos en los que se ha podido sentenciar a toda la cadena criminal, desde su determinador hasata quienes llevaron a cabo de manera material los crímenes”.

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153 periodistas han sido asesinados en 39 años en el país

2. Don Guillermo Cano

Enero de 1944. Redacción del periódico El Espectador. Centro de Bogotá. Allí estaba parado, con su cartón de bachiller, el joven Guillermo Cano Isaza. Silencio en el recinto. Luis, su tío, quien era por ese entonces uno de los periodistas y pensadores liberales más reconocidos en la capital, se preparaba para hacer un anuncio. Como director del medio de comunicación, presentó a su sobrino: “Enséñenle lo que ustedes saben. No lo elogien, regáñenlo”.

Una libreta de apuntes, unos zapatos y una máquina de escribir. Guillermo Cano no necesitó nada más para aprender el oficio del periodismo. Salía a la calle, buscaba noticias en los juzgados, en las comisarías, en los espectáculos. La noticia podía estar en cualquier evento. Sin embargo, como lo cuentan los editores de El Espectador, no todos los textos eran recompensados con la publicación. Poco a poco fue formando su propio criterio periodístico.

Su primera crónica, publicada el 27 de junio de 1944, tenía que ver con las corridas de toros, un tema que le apasionaba. La llegada de la torera Concepción Cintrón Verill, conocida como Conchita Cintrón, fue un evento nacional. Guillermo Cano cubrió la noticia desde que la celebridad aterrizó en Bogotá hasta que se retiró de la plaza de toros la Santamaría. “Juanita Cruz está en Bogotá. Desea a toda costa igualar los triunfos de su colega Conchita Cintrón. Pero ésta, como Ortega, Garza y los novilleros, deben esperar a que la plaza de toros sea una verdadera plaza de toros, sin carpas y sin el olor de las fieras, que tanto aborrecen los cornúpetos”, escribía el joven Guillermo Cano.

Fueron suficientes tres años de aprendizaje para que fuera designado Secretario de Dirección y Redacción en El Espectador. Además de revisar la agenda diaria con noticias de actualidad, Cano impulsó el Magazín Dominical de El Espectador, donde se publicarían temas relacionados con literatura y cultura, otras de sus pasiones. En octubre de 1952, cuando Guillermo Cano tenía 27 años, su nombre apareció en las páginas de El Espectador como el nuevo director del medio, tras la renuncia de su padre, Gabriel Cano.

El nuevo cargo representaba objetivos complejos, que iban más allá de su propio desempeño. Él lo admitía. El sábado 6 de diciembre de 1952 tuvo que vivir un incendio en su lugar de trabajo. Y tuvo que reportar, además, cómo una horda de conservadores trataba de destruirlos; a él, a sus periodistas y a sus colegas del diario El Tiempo. Las casas de los dirigentes liberales Carlos Lleras Restrepo y Alfonso López también fueron un blanco de los manifestantes.

Más allá de las pérdidas materiales que dejó el incendio, el miedo y las amenazas, a los periodistas de la época les preocupaba la censura del entonces gobierno conservador. El ministro de Gobierno de ese entonces, Luis Ignacio Andrade, había manifestado abiertamente que una opción para que el país “volviera a la normalidad” consistía en suspender a los periodistas. El presidente encargado, Roberto Urdaneta, le pidió a Cano reportarle al Gobierno informaciones de orden público, editoriales, investigaciones criminales, fotografías, asuntos económicos y caricaturas.

La censura crecía a medida que pasaban los años. En junio de 1953, cuando el general Gustavo Rojas Pinilla alcanzó la presidencia, las medidas de control para los medios de comunicación se intensificaron. Guillermo Cano tuvo que afrontar una lucha constante por la libertad de expresión. A manera de ejemplo está el caso de Primo Guerrero, el corresponsal del diario en Chocó que fue encarcelado en mayo de 1954 por publicar un caso de corrupción. Cano, en ese entonces, envió mensajes de protesta a la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), organización que lo respaldó en sus denuncias.

Como mediador entre los medios y el Estado, Guillermo Cano convocó una asamblea de periodistas en Bogotá. Con el apoyo de 130 delegados, el entonces director de El Espectador logró que Rojas Pinilla levantara la censura de prensa que había instaurado mediante el decreto del Estado de Sitio. Dicho decreto mereció la oposición rotunda de la Comisión Nacional de Prensa, presidida por Cano.

Sus palabras incomodaron a los Gobiernos de turno, a ciertos grupos políticos y a las mafias. El dominio de los carteles de droga no fue motivo de censura, en principio. En los años ochenta el director de El Espectador se mantuvo al margen del silencio y siguió con sus publicaciones. Su apuesta fue castigada por los narcotraficantes y en la noche del 17 de diciembre de 1986, cuando salía de las instalaciones del periódico, dos sicarios lo asesinaron. Un periodista de El Espectador, Rodolfo Rodríguez, lo vio morir: “Su rostro pálido no reflejaba ningún dolor, ni tristeza, estaba tranquilo, en paz como siempre vivió, mientras la vida se le escapaba por los agujeros de las balas de 9 milímetros”. El Estado, impotente, declaró muchos años después su caso como crimen de lesa humanidad.

En sus años como reportero, Guillermo Cano escribió un perfil sobre Luis, su tío, maestro y amigo. Las palabras de Luis toman vigencia cada vez que se recuerda la partida de Guillermo Cano Isaza: “Por la puerta grande de El Espectador vi salir lentamente, cojeando de su pierna izquierda, la figura de Luis Cano. Su cabeza blanca sobresalía por entre la turbamulta. Me acerqué a él.
–¿Para dónde vas?
–Para Palacio…
–Permíteme acompañarte…
–No, Quédate aquí. En el periódico te necesitan…”

1. Asesinatos de periodistas en Colombia por región

153 periodistas han sido asesinados en Colombia desde 1977. Valle y Antioquia son los departamentos que más reporteros muertos suman en estos 39 años. Si bien Colombia sigue siendo considerado como uno de los 50 países con las peores condiciones para ser periodista en el mundo, 2016 no registra ningún asesinato en este oficio.

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