Circulo de Periodistas de Bogota
TREGUA AL ODIO

BLANCO Y NEGRO

Atravesamos por una semana llena de paz y confraternidad, durante la cual se creyó que saldrían de vacaciones el odio, la envidia, el engaño, la mentira y la maldad. El Papa Francisco, quien nos pidió rezar por él, recorre Colombia con esperanzadores mensajes de reconciliación. El Pontífice ha destacado los pasos que estamos dando para amarnos, para extender nuestras manos y alcanzar el signo “de una paz estable y duradera que nos permita vernos y tratarnos como hermanos, nunca como enemigos”.

Desde luego que no todos hemos recibido a Francisco con alborozo y júbilo. Hay quienes tienen tristeza y desánimo. Han surgido Álvaros, Galats, Ordóñez y demás, que repudian la honorable visita y llegan a calificar de anticristo a Francisco. Son los mismos que no quisieron darle unos días de tregua a la envidia, la rabia y el odio. Han sido poseídos por la fobia a la paz y a la convivencia.

Coincide la visita de Francisco, con los buenos propósitos del ELN y del Clan del Golfo por sellar la fraternidad en Colombia. A cada párrafo o principio de acuerdo que contemplan las conversaciones con los líderes de esas organizaciones criminales, le inventan los más frenéticos peros. Nuestro Nobel de Paz y Presidente de Colombia con su equipo, buscan los mismos propósitos del Papa: “promover la reconciliación con el Señor y con los hermanos”.

Como siempre, el jefe del Centro Democrático, quiso “robar cámara” y figurar; aprovechar la visita de Santidad Francisco. Sacó su manida carta anticolombiana, cargada de agravios y descréditos sobre nuestro discurrir y nuestros logros. Esa misiva, debe tener a sus herederos vástagos rabiando, porque puede ocasionarles graves pérdidas a sus inexplicables inversiones por aquí y por allá, a lo largo y ancho de Colombia, “país inviable” según su padre. El expresidente tiene ya suficientes méritos para ganar el “premio lebon” del odio, la discordia, la envidia y el engaño. Mucho le convendría una bendición papal. Pero cuidado. Que no le vaya a dar por engarzarle un carriel de cuero de nutria, como trató de hacerlo con San Juan Pablo II.

Estamos pues con el más ilustre visitante que pueda tener el país. De un hombre amante y constructor de paz, de esa paz que hemos perseguido durante medio siglo. La iglesia Católica, ha sido acompañante de nuestro proceso y seguirá en esa misma línea, con el firme aporte del Sumo Pontífice y Jefe del Estado Vaticano.

El Papa refiriéndose a un grupo de jóvenes rehabilitaos, les pidió, no dejarse engañar, no dejarse robar la alegría y la esperanza.

Somos privilegiados, porque Francisco, nos vacunará contra la guerra y contra    quienes pretenden mantenerla, y convertir nuestra patria en una vorágine, para su propio beneficio.

BLANCO: El avance de las conversaciones con el clan del golfo, que permitirá conocer quiénes se beneficiaron con sus acciones, quiénes se enriquecieron y quienes los apoyaron.

NEGRO: Uribe gano otro No: No reunirse con el Papa Francisco.

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Tomada: El Nuevo Siglo.

Esta opinión es responsabilidad única del autor, y no compromete al Círculo de Periodistas de Bogotá.

LOS PAPÁS Y LOS MORENO

BLANCO Y NEGRO

La justicia colombiana ha llegado a sus más bajos niveles, producto de la politiquería a la que la condujo la Constitución del 91, la ausencia de la ética y los pésimos principios que le entregan las escuelas de derecho a sus estudiantes, especialmente las que proliferan en los garajes.

La Constituyente del 91, cambió el rumbo de nuestra justicia, aplicándole las normas del sistema penal acusatorio, que tiene muchos éxitos en poblaciones anglosajonas, como lo advirtió en su momento el ex presidente Alfonso López Michelsen. En nuestro medio ello no opera y sí se presta para desvíos y corrupciones. Nosotros no respetamos la verdad. Somos graduados en burlarla.

La politización es la espada que pende sobre nuestro sistema, porque los que eligen y los elegidos, la convierten en cadenas, contubernios y verdaderas empresas para negociar a todos los niveles. El gran caballero “don dinero”, con el que nos irrigó el narcotráfico, se ha apoderado de nuestra gente.

A esto hay que agregarle la Justicia Espectáculo que reina desde el más humilde juez hasta el gran magistrado. Los micrófonos, las cámaras y ahora la redes, los enloquece.

Todos estos vicios nos permiten observar cómo, para elegir a un magistrado se realizan, desayunos, almuerzos y cocteles a los que acuden quienes dirigen cada campaña y los parlamentarios y políticos interesados en tener un comodín en los altos crespones de los tribunales y Cortes.

Como en cualquier mercado persa, hoy se ofrecen decisiones judiciales, desde el modesto juzgado, hasta la más encumbrada Corte. El ladronzuelo de calle, sale antes de que la víctima termine de poner la denuncia y por un precio muy cómodo que el victimario se apresura a cancelar para salir a delinquir. El valor va subiendo según la categoría del crimen. Casa por cárcel, demora en una orden de captura, vencimiento de términos, tutelitis, absoluciones, etc. etc., tienen su tarifa. Todo en efectivo, no se reciben cheques, aunque si bienes.

En toda la rama, hay “papás y Morenos”.

Estos le han dado el más rudo golpe a nuestra justicia. Cualquier Moreno de los millares que deambulan a lo largo y ancho de nuestra justicia, ofrece y tiene respaldo, del “papá” de los inmorales despachos.

Estos, enlodan a millares de hombres honestos que conocen y practican la ética.

Es tal la inmoralidad, que hasta el propio gobierno ha pagado, para invadir la privacidad de las Cortes, grabando sus sesiones.

Las universidades deben –como se ha sugerido en muchas tertulias, según me dijo el abogado Hugo Artunduaga- crear la cátedra de judicatura, en la cual se prepare a quienes tienen vocación de jueces y magistrados. Así se daría un paso fundamental y urgente para despolitizar la justicia y garantizar la ética.

Mientras algo extraordinario ocurre, tendemos que continuar conviviendo con la corrupción, la deshonestidad y el envilecimiento de nuestra justicia. ¡Largo Morenos y papás!

BLANCO: El Papa Francisco, nos trae la pausa que nos refrescará.

NEGRO: Las insistentes provocaciones de Maduro.

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Tomada: El Nuevo Siglo.

Esta opinión es responsabilidad única del autor, y no compromete al Círculo de Periodistas de Bogotá.

Con el agua al cuello

NOTAS AL VUELO 

Por: Gonzalo Silva Rivas.

Lloró, pequeño municipio de mineros y agricultores refundido dentro de la espesura de la selva pacífica chocoana, se referencia en Colombia por sus penurias y en el exterior por registrar uno de los más altos niveles de pluviosidad del planeta. Tiene el privilegio de figurar en un rankingglobal, que lo acredita dentro de la escala de mayor precipitación anual, con un promedio de 13.300 mm; es decir, 12.217 más que la lluviosa Bogotá, donde apenas caen 1.083 mm.

Si de llorar se trata, las nubes lloran a diario sobre los 995 km2 de Lloró, sus ocho corregimientos y sus 11 veredas. Los indígenas y afrodescendientes lloroseños son alegres y amistosos y han templado el espíritu frente al cotidiano lagrimeo del cielo, cargado de rugientes tormentas eléctricas, un fenómeno usual en el departamento más húmedo de Colombia.

Pero junto a su particular contingencia climática, la rústica población —ubicada en el ángulo de confluencia entre los ríos Atrato y Andágueda, a 45 kilómetros de Quibdó— es epicentro de atractivos turísticos que de vez en cuando saborean los del interior. En la cabecera municipal se esparcen las sosegadas riberas de El Marañón, El Aguacate y El Paraíso. Y a sus pies desfilan los ríos Tumutumbudó, Capá y Mumbaradó, cristalinas corrientes de agua navegables en canoa, que permiten descubrir las costumbres ribereñas.

Su territorio está trazado por una topografía quebrada que se desplaza por todas las escalas climáticas, con vistosas ondulaciones y estrechos valles. La economía se sostiene gracias al impulso del sector primario. La suerte del municipio depende del aprovechamiento desbordado y artesanal de sus magníficos recursos naturales, con factura de costosos impactos ambientales. Su principal fuente de desarrollo, la agricultura y la explotación minera, perdieron ritmo ante la presencia guerrillera, pero ahora el auge maderero sostiene los ingresos locales y el empleo informal.

Lloró forma parte de ese inmenso patrimonio de paisajes exóticos y parajes asombrosos que envuelven los profundos misterios del Chocó. Un departamento privilegiado, desbordado en mitos y leyendas, por el que se cruzan playas fabulosas, como las de Bahía Solano, Nuquí y Acandí —con la blanca arena de Capurganá—; prodigiosos ecosistemas de bosque húmedo tropical, ciénagas y manglares; el río Atrato, el más caudaloso del país; el Parque Natural Nacional de los Katíos, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco; el Utría y el Tanamá. De abajo hacia arriba pincela todo un variado escenario de alternativas para planes de ecoturismo, aventura y deportes extremos.

Este rincón occidental de Colombia, donde el turista somete a prueba la adrenalina que lleva en las venas, es igualmente un verdadero paraíso de contemplación y tranquilidad. Reúne recursos naturales y características fisiográficas, climáticas e hidrográficas suficientes para ser punta de lanza de propuestas turísticas para el posconflicto. La promoción de una actividad sostenible será pieza clave para rescatar el magnífico pulmón natural, rico en biodiversidad, generar oportunidades de ingreso a sus empobrecidas comunidades y paliar sus adversidades.  

Superada la presencia de uno de los principales actores del conflicto armado —Chocó es el sexto departamento en cantidad de víctimas de guerra—, la mejor apuesta del Gobierno sería sacudirlo del histórico olvido oficial y de la corrupción política, llevándole inversión, mejorando su precaria infraestructura y poniéndolo en la mesa de juego como genuina alternativa turística del país.

La semana pasada, las cícilicas crecientes del Andágueda inundaron y arrastraron hacia su cauce el patrimonio de 347 familias de Lloró —en su corregimiento de Boraudó— y revivieron la terrible historia de abandono que envuelve al departamento, castigado por otros tantos males, como las variables del cambio climático, la deforestación, la erosión de sus corrientes fluviales y el atropello continuado de la minería ilegal, responsables de las inundaciones que acostumbran ahogarlo. 

Este hermoso y mágico territorio, encapotado y borrascoso, pese a tener un seductor potencial turístico, sufre la eterna sequedad de una industria prometedora —providencial pañuelo para sus lágrimas—, que sería la tabla de salvación para unas comunidades que —literalmente— viven con el agua al cuello.

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@Gsilvar5

Tomada: El Espectador.
Esta opinión es responsabilidad única del autor, y no compromete al Círculo de Periodistas de Bogotá.

¿VAMOS BIEN O MAL?

BLANCO Y NEGRO

El alborozo, optimismo y regocijo que llegan con la paz, no han logrado ser opacados por las temerarias, oscuras y sucias falsedades que pregonan los enemigos de este proceso que esperábamos desde hace más de medio siglo. 

Las baterías de unos pocos están orientadas al desprestigio. Para ellos, los “bandidos”, siguen delinquiendo, usufructúan beneficios incalculables e inmerecidos y van tras el poder; serán los ricos del mañana y podrían descubrir y denunciar atropellos y violaciones de la ley en épocas pasadas.

Ese miedo que sembraron se les está devolviendo, como lo observa, esta nación que se recupera y este mundo que no entiende por qué se nos impide entrar en recuperación.

Causa hilaridad, cómo el expresidente Uribe, que maltrata a su país local e internacionalmente, alienta y auspicia la onda expansionista e inversionista, de sus emprendedores y enriquecidos hijos, en este país que no tiene futuro, que es inviable, corrupto y fallido.

Como ocurre con muchas naciones que buscan las metas del desarrollo, aquí se aplican políticas de choque que dejan muchos interrogantes y ponen a pensar a los expertos. Nadie entiende aún, cómo se dejó devaluar el dólar en más de un 50%, cuando existían mecanismos ortodoxos y no ortodoxos que garantizaban una estabilidad económica firme y productiva, sin necesidad de acudir a envilecer su moneda.

Tampoco se logrará explicar, dentro de las normas racionales de la economía, cómo se ha acudido a la temeridad de echar mano al IVA, para marchitar un crecimiento y mejoramiento del estatus económico de un país que, hasta entonces, empezaba a saborear el halagüeño panorama de paz con plata.

Al reconocido y ejemplar empresario Arturo Calle, le cayeron encima, lo cuestionan y lo enjuician, porque su visión económica, lo obligó a ajustarse a elementales normas que le permitieran sostener la prosperidad de su organización.

Sus ventas, como las de todos los comerciantes colombianos, se han resentido, como producto de una fatal Reforma Tributaria, que solo puede caber en la “unidad sellada”, del ministro Cárdenas. Ya es poco el mercado que se compra, y nada digamos del rsto de bines y servicios.

Calle, tuvo que recortar la contratación de los llamados “finsemaneros”, que reforzaban el personal que viernes, sábados y domingos, atendían la clientela, porque esta se ha reducido. La industria de la confección también ha caído.

Se han unido, la pésima imagen que Uribe y su CD reparten como culebreros por el mundo, con el puntillazo de una Reforma Tributaria, para darle el más duro golpe a nuestra economía y a la prosperidad, de un pueblo que quería usufructuar paz con bienestar.

Duro el encargo que el presidente Santos encomienda a la nueva ministra Lorena Gutierrez. Puede ser que el turismo, permita eludir los errores cometidos y los por cometer, si seguimos de alcabaleros. “Aquí lo que tenemos es trabajo”.

BLANCO: La fiscal venezolana tiene el candado para Diosdado.

NEGRO: Pastrana se aplica el oro y la escoria al conservatismo. ¡Lo que hay que ver!

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Tomada: El Nuevo Siglo.

Esta opinión es responsabilidad única del autor, y no compromete al Círculo de Periodistas de Bogotá.

NOTAS AL VUELO: Derecho al cacareo

Por: Gonzalo Silva Rivas, socio CPB 

En los últimos tiempos se puso de moda en España el término “turismofobia”, para describir un fenómeno social de rechazo a los efectos depredadores que la mala planificación del turismo produce en los entornos de algunos destinos. Diversos movimientos de protesta han surgido en ciertas ciudades del país ibérico, e incluso de Italia —en varios casos con expresiones de violencia y vandalismo—, para exteriorizar sentimientos de aversión hacia la práctica de un modelo turístico que altera negativamente la cotidianidad de ciertas comunidades.     

La masificación es responsable de que tranquilos sectores urbanos se transformen en espacios comerciales desenfrenados que devoran patrimonios, ocasionan aglomeraciones, encarecen el costo de vida, generan problemas de convivencia e impulsan la emigración de los residentes. Está pasando con Barcelona, las Baleares, Valencia, Málaga y Andalucía, donde los pobladores se han visto obligados a renunciar a franjas de territorio para su disfrute, como consecuencia de los crecientes flujos de visitantes.

La alergia y los embates no están dirigidos contra el turismo como industria —de la que España es una reconocida potencia—, sino contra el desbordamiento permitido por las autoridades, sin que se pongan sobre la mesa soluciones radicales que aseguren la sostenibilidad de los entornos residenciales. Para quienes lideran la campaña de rechazo, entre los que priman jóvenes radicales, la actual apuesta turística es extractiva, socialmente depredadora y poca prosperidad irriga a la generalidad de la población. A espaldas de los numerosos damnificados se favorecen empresarios turísticos y propietarios de inmuebles, en cuyos bolsillos queda la tajada gorda de los ingresos que genera el sector. Su rechazo se encamina a recuperar las ciudades de un potencial y agresivo “colonialismo turístico”.

El malestar aumenta a diario, a la misma velocidad con la que los comercios locales se convierten en tiendas de souvenirs, los barrios se vuelven prohibitivos y los apacibles suburbios ceden ante el auge de los “pisos turísticos”, estimulado por plataformas como Airbnb y Homeaway. Y es que la industria de los viajes en España mueve cifras descomunales. El país recibió 75 millones de turistas en 2016, y al término de este año se espera la llegada de por lo menos 83 millones. Su peso en la economía es considerable: aporta alrededor del 11 por ciento del producto interno bruto y produce 3 millones de empleos.

El epicentro de este fenómeno, la asediada Barcelona —en cuyo paseo más privilegiado y concurrido, Las Ramblas, se acaba de presentar el criminal ataque terrorista yihadista, con una decena de muertos y centenares de heridos, en su mayoría turistas—, recibe al año 9 millones de usuarios en establecimientos hoteleros, cifra que puede doblarse con los que atrae el “boom” de los “pisos turísticos”, de los que están registrados oficialmente algo más de 10.000. Para una ciudad que apenas alcanza a tener 1,6 millones de habitantes, el volumen de turistas que recibe es exorbitante.   

Como sucede con otras tantas urbes, la capital del principado de Cataluña hizo del turismo su mayor fuente de riqueza, pero hoy paga las consecuencias con el desarrollo de un mercado que alcanza límites de saturación. La defensa del territorio ante el exacerbado flujo de visitantes inclina a parte de los habitantes a exigir un cambio de fórmula, en la que se busque privilegiar el turismo de altos ingresos, dada su capacidad para retornar mayores divisas con menos impacto ambiental.

Para destinos jóvenes e incipientes como el colombiano, el caso español es un llamado de alerta para trabajar en la implementación de un turismo de calidad, organizado y regulado, que promueva un modelo sostenible y socialmente redistributivo, en el que se prioricen las ofertas culturales y de naturaleza que tanto le sobran en este país. La masificación turística despunta en algunos lugares, como es el caso de Jhonny Cay, con impactos ecológicos, o los de Salento y Finlandia —como menciona Iván Restrepo, en la Crónica del Quindío—, donde la alta afluencia de turistas, particularmente durante la alta temporada, empieza a afectar el ajedrez inmobiliario. 

El turismo crece a ritmo vertiginoso alrededor del mundo. El año pasado movió 1.200 millones de personas y su ascenso promete paso firme. La arremetida de este sector económico, lejos de ser un mal necesario, jalona desarrollo, divisas, empleo calificado e inclusión social. Pero solo el apalancamiento de modelos turísticos sostenibles y regulados evitará que la amarga experiencia de las comunidades locales se convierta en la peor amenaza para la “gallina de los huevos de oro”, al intentar desplumarla y dejarla sin derecho al cacareo.

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@Gsilvar5

Tomada: El Espectador.
Esta opinión es responsabilidad única del autor, y no compromete al Círculo de Periodistas de Bogotá.

Clubes de odio y fanatismo

BLANCO Y NEGRO
Oleadas de violencia resurgen en los Estados Unidos, especialmente tras la elección del presidente Trump, a quien los denominados supremacistas blancos consideran su nuevo aliado, con una ¨resurgiente alt right¨ (nueva derecha norteamericana).

El desmonte de la estatua del general Robert E. Lee, de una plaza en el Estado de Virginia, enfureció a sus partidarios, quienes tras más de cien años siguen considerándolo como el emblema de la opresión, la esclavitud y el racismo.

El tenebroso Ku Klux Klan, los supremacistas blancos (quienes se creen únicos dueños de una nación de inmigrantes, provenientes especialmente de Irlanda) los neonazis y otras fuerzas de la extrema derecha alternativa, han protestado con violentas manifestaciones que dejan un muerto, y muchos heridos.

Supremacistas y nueva derecha alternativa, quieren restablecer el odio, el rencor, el fanatismo y el racismo contra toda descendencia no blanca, proceda de dónde sea.

Nadie esperaba que la estatua del general Lee fuera retirada. Una mujer negra, que observaba el hecho junto con centenares de personas que imprimían las imágenes en sus celulares, dijo llena de emoción: ¨nunca creí ver este día, pero vean. Está sucediendo¨. Los supremacistas y sus aliados rabiaron y a gredieron violentamente a los asistentes.

Se consideró que el presidente Trump, haría un pronunciamiento propio de un mandatario equilibrado, pero ocurrió todo lo contrario. Se dejó llevar de la lengua y del Twitter -como suele ocurrir con personajes ilusos- y repartió las culpas, pero salvando como gente buena a los violentos. A la pregunta de una periodista que sobre los hechos le pregunto si era una provocación de los ¨alt right¨, se apresuró a endilgar los disturbios a una ¨alt-left¨, izquierda alternativa. Esa actitud mortificó a muchos, de sus críticos, que ven con indignación pronunciamientos del Jefe de Estrategia de la casa Blanca, porque lo defendió: ¨es mi amigo, un buen hombre no racista¨.

El mundo empresarial, consideró tibia la reacción de Trump, a tal punto que los representantes de las importantes compañías Merck, Under Armour e Intel, abandonaron el Consejo Asesor del gobierno. Lo piensa hacer también la presidenta de Pepsi, Indra Nooyi y otros grandes empresarios estadunidenses.

La cosa cada vez sube el tono que utilizan los supremacistas, Ku Klux Klan y neonazis para golpear a la población y a la prensa. El jefe de KKK, Chris Barker, amenazó a nuestra colega, la periodista colombiana de Univisión a quien, con una mirada llena de odio y rencor, le dijo: ¨no te voy a echar el país, sino que te voy a quemar viva¨. Este hombre está en libertad provisional, por su alta peligrosidad.

Estados Unidos soporta el crecimiento de los Clubes del odio, el fanatismo y el rencor, contra los negros, los judíos, los nuevos inmigrantes, por acción de quienes hoy se consideran dueños del universo, creyendo que así Estados Unidos volverán a ser grandes.

BLANCO: Con palmas de oro abandona Ecopetrol Juan Carlos Echeverry.

NEGRO: La caída libre de la justicia.

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Tomada: El Nuevo Siglo.

Esta opinión es responsabilidad única del autor, y no compromete al Círculo de Periodistas de Bogotá.

 

NOTAS AL VUELO: Los picapiedra

NOTAS AL VUELO 

Por: Gonzalo Silva Rivas, socio CPB 

Mientras Bogotá recrudece sus problemas de movilidad, atada a la ineficiente infraestructura del siglo pasado, en otros rincones del mundo la apuesta hacia proyectos innovadores se perfila como la antesala de lo que será el transporte urbano de las próximas décadas. La movilidad es un referente real de los escenarios turísticos. De ahí que su capacidad y rapidez de transformación influya en la demanda de viajeros y, en consecuencia, en el éxito o fracaso de un destino.

Estudios adelantados por el Observatorio del Instituto Distrital de Turismo hace un par de años, durante la dirección de Luis Fernando Rosas, detectaron que un aspecto de la ciudad que afecta de manera negativa la experiencia de los turistas, especialmente de quienes proceden del extranjero, es la dificultad en el desplazamiento urbano por causa de trancones y congestiones. Los aprietos cotidianos en la movilización son razón suficiente para ahuyentar viajeros y producir retornos decrecientes reflejados en pérdidas de imagen y de ingresos.

La ciudad sigue creciendo sin avances para resolver el problema, que en cambio se agudiza por el rezago acumulado de varias décadas de imprevisión oficial. Al acercarse la primera mitad de la actual administración, el alcalde Peñalosa pareciera haber firmado en mármol su atractivo plan de megaobras de campaña y sigue enredado en elucubraciones. Su dialéctica y esfuerzos se concentran en librar la guerra contra los vehículos particulares —el 64 por ciento de los cuales son utilizados por la clase media—, pero no en brindar alternativas de infraestructura. La malla vial se mantiene congelada y en deterioro, las redes de semaforización ventilan atraso, la cultura ciudadana está abandonada y la policía de tránsito prioriza la sanción sobre la prevención.

Las propuestas de su megaplan, como la construcción de la Avenida Longitudinal de Occidente, la prolongación de la Autopista Norte, la Caracas hacia el sur, la Ciudad de Cali, las Américas, la Primero de Mayo y la calle 63, al igual que las mejoras al Transmilenio o el rescate del Sistema Integrado, permanecen engavetadas en el discurso. Y sin nuevas vías internas, los ciudadanos continúan embotellados en el drama de perder cientos de horas al año por el caos vehicular.

El cacareado proyecto del metro se mueve a la misma velocidad del tránsito capitalino y de los demás programas del alcalde. Los diseños de las 27 estaciones de la primera línea, que serían anunciados en junio, aún no se hacen públicos, y la fecha para licitar su construcción, prevista para noviembre, genera dudas por el atraso en los estudios de detalle para firmar el convenio de cofinanciación con el Gobierno Nacional.

El transporte en Bogotá, tradicionalmente minado por politiquería, monopolios y corrupción, tiene un largo camino por recorrer para adaptarse algún día a sistemas de movilidad que sean acordes con la dinámica de una metrópoli del siglo XXI. Las soluciones para reducir la dimensión de la crisis deben salir del llavero de una política integral de largo alcance que por ahora no asoma cabeza.

La movilidad del futuro, sin embargo, ya arrancó, y se encuentra haciendo lobby entre las tecnologías que habrán de liberarnos de atolladeros y contaminaciones. Son varios los proyectos que avanzan por esa ruta y que se disponen a hacer historia. Tal es el caso del Land Airbus, de la firma china TBS, ingenioso diseño con mixtura de túnel, tren y bus, que circulará por encima de las avenidas, como opción de primer orden para afrontar el tráfico de las grandes urbes.

Los drones conforman la más ambiciosa apuesta para darle paso a las alternativas de última generación. La empresa china EHang pondrá al servicio este verano un taxi volador no tripulado para transporte individual, luego del exitoso vuelo de prueba sobre el icónico hotel rascacielos de Burj al-Arab en Dubai, de 321 metros de altura. La israelí Urban Aeronautics anunció otro dron de pasajeros con capacidad de 500 kilos para 2020; Airbus trabaja en un avión-auto piloteado; la holandesa Pal-V lanza el primer vehículo homologado para circular por aire y tierra, y compañías como Uber, Google y Amazon aceleran experimentos para consolidar la realidad de esta clase de prototipos.

La tecnología para la movilización avanza a pasos agigantados en medio de una revolución que transformará el actual sistema de transporte urbano en el mundo. Y mientras Bogotá espera algún día arreglar sus calles y construir la primera línea de un ferrocarril metropolitano para atraer turistas, en otras latitudes estos ya piensan volar por lo alto y pasearse por las vías aéreas urbanas, montados en coches voladores. Cuando bajo otros cielos aspiran a ser como los Supersónicos, acá seguiremos todos como los Picapiedra…

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Tomada:El Espectador.
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Licencia para chuzar

BLANCO Y NEGRO 

Casi todos quieren violar las leyes, normas, legislaciones, preceptos y principios, para lucrarse política, social o económicamente. Esta la razón por la cual cada vez la corrupción se pavonea en todos nuestros países. Parece ser que no hay disposición, por fuerte que parezca, impermeable a la corrupción.

Hay enjambres de expertos en ¨deshonestidad¨, que deambulan por regiones, países, continentes y villorrios, a la caza de negociados. Aparecen las coimas, puertas giratorias, sobornos, dádivas, óbolos, presentes y halagos que deslumbran a funcionarios, legisladores y directivos con poder y decisión.

Esta no es una novedad en nuestro medio, pero existe y avanza aceleradamente.

Estas prácticas hacen cada vez más exorbitantes los impuestos, los costos de los servicios, licencias y normatividades. Los ingresos fiscales no alcanzan, las obras demoran eternidades en ejecutarse y su calidad da vergüenza.

Son las secuelas de la corrupción, práctica generalizada que parece no tener remedio y antes por el contrario crece aceleradamente. Reficar, Invercolsa, Isagén, etc. etc. son muestras que a diario refrescan nuestras memorias. Odebrecht, está de moda, y lo más grave es que sus orejas, aparecieron en plena Casa de Nariño por los años 2009 y 2010, y se han proyectado a los países vecinos.

Los ¨papeles de Panamᨠy negociados a granel se ventilaron durante el gobierno de Ricardo Martinelli.

Por ello es inconcebible la carta del ex presidente Uribe al Juez de La Florida, para defender a Martinelli, preso por corrupto en Estados Unidos. Inaudito que el ex mandatario se ampare en pasaporte diplomático colombiano, para aplicarle mayor poder a su defensa. Entendible sí, que lo haga aparecer como el gran defensor de la democracia y aproveche para ello el desprestigio de Hugo Chávez, a que consideró de terrorista y narcotraficante.

Uribe, sin sonrojarse dijo que Martinelli -chuzador empedernido de los panameños- es un perseguido político por haber enfrentado la amenaza socialista, ¨paraguas del chavismo¨. Nuestro ex mandatario, tiene mucho que agradecerse al panameño, porque asiló a Pilar Hurtado, quien también fue la temible chuzadora del DAS en Colombia, al parecer por órdenes directas de su jefe. Esa se la debe Uribe a Martinelli, al igual que otras ¨corru-cositas¨.

Y al parecer, es urgente y necesaria la absolución de Martinelli, porque son muchas las investigaciones en las Cortes Nacionales e Internacionales que ponen nerviosos a muchos prohombres que han actuado sin recato y sin moral, violando los Derechos Humanos, mientras exhiben una aureola de probidad.

Martinelli delinquió durante su presidencia en Panamá. Por ello lo tiene bajo su lupa la justicia norteamericana. Con el cuento de que fue demócrata y enfrentó a Chávez, no se puede esconder su acción depredadora, como tampoco se podrá borrar la ocurrid en otros lares. Que el juez Edwin Torres devuelva esa carta, o se estará institucionalizando internacionalmente la ¨licencia para chuzar¨ y delinquir, aprovechando el poder.

BLANCO: De la Calle, Vargas y Fajardo, excelente tripleta presidencial.   

NEGRO: El brutal recorte al presupuesto para el deporte, especialmente ahora, cundo brillan nuestras figuras.

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El bolsillo de Maduro

BLANCO Y NEGRO 

Por: Gabriel Ortiz

Ante los ojos del mundo, Maduro es un dictadorzuelo caribeño, el mismo que se aprovechó de su protector para colarse en la fila que usurparía el poder, cuando Chávez fuera considerado cadáver en Cuba.

La situación venezolana es tan dramática que nadie puede imaginar el destino del país que posee las mayores reservas petroleras del mundo. Los venezolanos eran los ricos de la cuadra. Eran los poderosos de este rincón continental y los más respetados cuando mostraban sus dólares en reuniones sociales o de negocios. La divisa norteamericana rodaba. Eran incalculables los ingresos por las exportaciones del oro negro, beneficiaban a gran parte de la población. Había programas educativos gratuitos para sus muchachos en cualquier parte del mundo. Nada era extraño por esas latitudes.

De pronto ese exceso de dinero llevó la tremenda maldición a la tierra de Bolívar. Muchos usufructuaron la corrupción y otros tantos se dejaron deslumbrar por el dinero fácil. Hasta que llegó un coronel golpista, que ilusionó a los millones de desamparados que buscaban un mejorestar.

Fue entonces cuando el “chavismo” penetró por las puertas principales del Palacio de Miraflores y se aposentó, a tal punto, que ahora lo ocupan las familias Chávez y Maduro, echando mano de cuanto ven a su alrededor.

Estas familias hicieron envalentonar a los militares, quienes ingresaron al negocio del narcotráfico con Diosdado Cabello a la cabeza. Montaron los contactos, las rutas y los negocios y conformaron el “Cartel de los Soles”.

Pero eso no era suficiente. Se requería “engordar” más a los militares. Se les entregó el mercado negro de alimentos y demás mercaderías. Los bolos tienen que llevarse en tulas y costales para comprar lo estrictamente necesario.

Quienes se apoderaron del poder y del dinero nunca pensaron que llegarían a esa lamentable situación. Los opositores están encarcelados, o hacen fila para la prisión, los más previsivos en el exterior y un abundante número de ellos camuflados en el madurismo.

Los idealistas y amantes de una democracia real están dando la lucha, pero no se dejan ayudar, ni aprovechan al mundo que los admira y los respalda. Hasta el propio Papa Francisco ha colocado sus granos de arena para buscar una solución al problema. Pero la oposición está dividida, aunque traten de negarlo. Hay muchos intereses. El diálogo logra alcanzar lo que las armas no generan. Colombia ha demostrado al mundo que si se pueden lograr acuerdos y alcanzar soluciones, pero hay que tener voluntad.

Maduro aprovecha esa división y por ello logró armar con grupos mercenarios una Constituyente de bolsillo, que puede llevar a Venezuela al infierno. Pero a Maduro le tocaron lo que más le duele: el bolsillo. Sus finanzas están bajo la mira del mundo financiero. Esa situación puede conducir a Maduro y sus secuaces al despeñadero. Solo así se lograra recuperar la democracia para la tierra de Bolívar.

BLANCO: El nuevo ministro de Transporte, Germán Cardona. Buen negociador y bloqueador de la corrupción.

NEGRO: A Cristina Plazas la sacaron lo corruptos.

Tomada: El Nuevo Siglo.

Esta opinión es responsabilidad única del autor, y no compromete al Círculo de Periodistas de Bogotá.

NOTAS AL VUELO: Valor agregado

Por: Gonzalo Silva Rivas, socio CPB 

Por estos días Parques Nacionales celebró 40 años de la creación de 18 áreas protegidas, el primer paso dado por el país para tomar conciencia ambiental y velar por la conservación de los recursos naturales. La firma adicional del Código de Recursos Naturales y Protección del Medioambiente marcó el sendero para la reglamentación del uso y la preservación de este  patrimonio, poniéndole freno a décadas de acelerado deterioro, en algunos casos irreversible.

En muchas naciones los invaluables beneficios de los parques naturales se ap,rovechan no solo como enclaves de biodiversidad, sino como impulsores socioeconómicos de las comunidades locales. Costa Rica, nuestro más cercano referente, cuenta con una cuarta parte de su territorio protegido y hoy convertido en excelente y rentable negocio económico. Lo ha transformado en herramienta esencial para la atracción de inversiones, la generación de energía sostenible y la experiencia de turistas.

Colombia, el país más biodiverso del mundo, cuenta con más de 14 millones de hectáreas (12,6 por ciento del territorio nacional), de área protegidas, un formidable atractivo para el turismo de naturaleza. Sin embargo, su protagonismo en el sector apenas empieza a despuntar. Entre tanto, contribuyen con producción de energía hidroeléctrica, con el 52 por ciento de los recursos hídricos y con su función mitigadora del cambio climático. Su valoración monetaria en aportes ecosistémicos, incluyendo los costos evitados por la depuración del agua, se estima en US$2.770 millones anuales.

Gran parte de esas áreas son desconocidas para los colombianos, como consecuencia del largo conflicto armado que ha vetado su disfrute. El 63 por ciento de sus territorios alcanzó a ser controlado por grupos subversivos, narcotraficantes y toda clase de actores al margen de la ley. Una decena de ellos logró liberarse con el acuerdo de paz, y el posconflicto les abre posibilidades de convertirse en instrumentos generadores de ingresos, que apoyen su sostenimiento y lleven progreso a las comunidades locales.

De las 59 áreas protegidas en el país, 29 tienen vocación ecoturística y solo 23 están abiertas para prestar el servicio. Las cifras sobre el ingreso de turistas llaman la atención por su ritmo de crecimiento. El año pasado recibieron 1,5 millones de viajeros —50 por ciento más que en 2015—, resultado de una proyección en alza del 75 por ciento durante el último cuatrienio, cuando poco se pensaba en alcanzar estos volúmenes.

Como es razonable, por sus condiciones de seguridad los parques más visitados son Corales del Rosario y San Bernardo, frente a las costas de Bolívar y Córdoba, y el emblemático Tayrona, en Santa Marta. Los dos suman el paquete más grueso de la torta turística, con un 1’300.000 visitantes. Se trata ahora de implementar propuestas en la veintena de alternativas restantes para ponerlas a producir, orientadas hacia un desarrollo sostenible. Pulmones naturales como Tuparro, Amayacacu, Paya o Punawai, e incluso Sanquianga, Las Hermosas, La Sierra de la Macarena, o Paramillo —estos últimos afectados por el medio siglo de ilicitudes de las Farc—, pueden ingresar a la economía, a través de una oferta ecoturística organizada, modalidad que atrae al 10 por ciento de los viajeros globales.

La Macarena, excepcional paraje de flora y fauna nativas, con vestigios de cultura indígena, en cuyas inmediaciones el Mono Jojoy construyó las llamadas cárceles para secuestrados, tiene en Caño Cristales —el único río de cinco colores del mundo— uno de los mejores ejemplos del turismo como fuente de irrigación económica y armonización social. De 35 familias dedicadas a la actividad en 2009, el año pasado registró 520, incorporadas en condiciones de trabajo dignas.  

El ecoturismo, mediante estrategias sostenibles y sin desmedro de las áreas protegidas, será un buen aliado para generar beneficios socioeconómicos. Parques Nacionales Naturales hace su labor y trabaja a través de acuerdos comunitarios locales para la prestación de servicios ecoturísticos, pero falta un largo trecho por recorrer. Logradas las condiciones necesarias de seguridad, es hora de dinamizar alianzas público-privadas para definir operadores turísticos; organizar senderos; desarrollar y adecuar la limitada infraestructura existente y mejorar el precario estado de las vías de acceso.   

Colombia dispone de un valioso e inexplorado capital en sus activos ambientales que merece ser visitado y conocido, no solo con el pretexto del disfrute personal, sino para generar ingresos en las economías locales y producir desarrollo. El ecoturismo, como valor agregado de nuestra oferta turística, es cabecera de puente para que el país se identifique y posicione como referente de la industria e incursione en los catálogos internacionales.

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Nota: Tomada del El Espectador.
Esta opinión es responsabilidad única del autor, y no compromete al círculo de periodistas de Bogotá.

Foto:Juan Pablo Cohen/ El director de La Opinión, José Eustorgio Colmenares Ossa, entregó el premio al Mérito Periodístico al cucuteño Alberto Donadío. 
El Premio La Bagatela
Foto:Juan Pablo Cohen/ El director de La Opinión, José Eustorgio Colmenares Ossa, entregó el premio al Mérito Periodístico al cucuteño Alberto Donadío.

Por: José Eustorgio Colmenares Ossa

Después de muchos años de ingratos recuerdos, de conductas y actitudes reprochables y de malos y sospechosos manejos en la seccional del otrora respetable CNP y que lo llevaron a su extinción, los periodistas de Cúcuta y Norte de Santander han logrado por fin asociarse en una nueva organización gremial, el Círculo de Periodistas y Comunicadores  (CPC), la que se ha venido consolidando y fortaleciendo con el trabajo encomiable y persistente de sus directivos y afiliados. 

Uno de sus logros ha sido la creación del Premio La Bagatela para reconocer y exaltar el trabajo de los colegas de la región en la prensa, la radio, la televisión, los medios digitales, la reportería gráfica, la caricatura y el cine documental.  

También instituyó el Premio al Mérito Periodístico Eustorgio Colmenares Baptista, en homenaje a nuestro fundador, el que en los dos últimos años se ha entregado a dos ilustres periodistas cucuteños que se han destacado en el país y en el exterior: Gerardo Reyes Copello, que lo recibió en 2016, y Alberto Donadío, ayer por la tarde en la Casa Museo La Bagatela, en Villa del Rosario.  

Nada más acertado para un premio de periodismo que el nombre de La Bagatela. Para el escritor e historiador Enrique Santos Molano “quien quiera entender el presente que vivimos no tiene sino que leer La Bagatela para darse una idea precisa de por qué nuestras vicisitudes de hoy tienen raíces hondas”. El prócer Antonio Nariño lo previó casi todo y advirtió, con su ironía insuperable, contra el engaño y la farsa. Para mostrar un solo ejemplo, Santos Molano citó  el párrafo de apertura de La Bagatela, el semanario político y satírico que fundó El Precursor y que circuló entre julio de 1811 y abril de 1812: 

“Es costumbre de todos los periodistas dar un prospecto de sus periódicos y amontonar en él todas las voces técnicas de las materias que ofrecen tratar. El público con semejantes entradas cree hallar un tesoro: se suscribe, se afana porque llegue el día en que se reparta el papel, y a pocos pasos se encuentra con el parto de los montes. El título del presente no nos provee de voces técnicas para engañar al público…”.´

Toda una lección que los periodistas debemos aprender y poner siempre en práctica. Es el gran reto para la nueva organización gremial que nos agrupa y que seguramente se podrá lograr a través de la capacitación permanente y el compromiso ético y moral de los colegas. Es lo que además espera la sociedad de sus comunicadores con la transmisión de una información responsable e independiente, sin sesgos, para no engañar al público, como pidió Nariño. 

El Círculo de Periodistas y Comunicadores de Norte de Santander (CPC) tiene que persistir y continuar su tarea por la promoción y capacitación de los periodistas de la región, para lo cual necesita el apoyo de todos los sectores de la comunidad. Felicitamos a los periodistas ganadores de esta nueva versión del Premio La Bagatela y estamos seguros que con su trabajo consagrado vamos a lograr una sociedad y una región más próspera, amable e igualitaria.

Tomada:  LaOpinion / Editorial.

 

NOTAS AL VUELO: Sin paracaídas

La azarosa situación política, económica y social por la que atraviesa Venezuela, agravada por la violación de derechos humanos y libertades fundamentales, recrudece la violencia y pone en jaque todas sus actividades comerciales e industriales. Uno de los sectores más afectados es el de la aviación comercial, que arrastra y profundiza una severa crisis desde los albores de la década, sin que se vislumbren perspectivas prontas de solución.

La suspensión de los servicios de Avianca —que puso llave a sus operaciones de más de 60 años, cesando sus conexiones hacia Estados Unidos y Europa—, marca otro apretón en el cuello de la conectividad aérea del vecino país. Su retiro temporal se suma a la decisión tomada por una docena de empresas que emigró en los últimos cuatro años, pese a las duras advertencias con tono subido del energúmeno Maduro, quien en 2014 amenazó con no autorizar la presencia de las aerolíneas que interrumpieran sus operaciones. Desde entonces, asumieron el desafío, cerraron oficinas y se fueron a volar hacia otros destinos Air Canada, Alitalia, GOL, Lufthansa, Latam, Tiara Air, Aeroméxico y United Airlines.

La gradual salida de las compañías ha colocado en caída libre la conectividad aérea venezolana, que registra en el último quinquenio una reducción de oferta superior al 60 por ciento. De 289 vuelos semanales, 37 rutas y 49.000 asientos disponibles en 2013, bajó a 105 viajes por semana, 15 rutas y 17.000 butacas. Las escasas opciones que aún se mantienen desde el exterior poco a poco aflojan su resistencia. American y Delta disminuyeron en un 80 por ciento su número de vuelos, e Iberia, Copa, Air France, Air Europa y Aerolíneas Argentinas no descartan abandonar el mercado, de agravarse el oscuro escenario social y no enmendarse el amañado sistema de control de cambios que golpea financieramente a las empresas del sector.

La voluminosa deuda contraída con las aerolíneas fue el punto de quiebre en las relaciones con el Gobierno. Desde el estreno presidencial de Maduro, en 2013, se les negó la repatriación de los dineros causados por la venta de boletos. La situación hoy en día es insostenible. La acumulación de obligaciones supera los US$3.800 millones. Desde entonces, las empresas debieron trabajar a pérdida, forzadas a restringir costos y operar aviones de menor capacidad. La decisión de resistirse en el mercado, pese a las dificultades, buscaba evitar el potencial riesgo de que las deudas pendientes quedaran en el limbo, pero para la mayoría de ellas se quebró y optaron por dar la vuelta y retirarse.

Por el camino de su estabilidad financiera fueron recrudeciéndose otra clase de dificultades que pintaron un escenario comercial espinoso, complejo e inaguantable. La baja demanda de tiquetes provocada por la crisis económica y la caída del poder adquisitivo; la restricción de divisas para viajar; el deterioro de la infraestructura aeroportuaria; las limitaciones operativas y de seguridad; el tratamiento discriminatorio en la venta del combustible, que les impide a las aerolíneas utilizar los fondos acumulados en moneda local, y el convulsionado ambiente político y social, que se agrava con la controvertida Constituyente oficializada el domingo, hacen de Venezuela un destino inviable.

El panorama de las aerolíneas nacionales es igualmente sombrío. Aunque algunas incursionan en los mercados internacionales para intentar cubrir las frecuencias suspendidas por las extranjeras, su limitada infraestructura, escasa capacidad y obsoleto equipo les impide hacer la tarea. Conviasa, fundada por Chaves en 2004 —como reemplazo de la desaparecida Viasa—, es la imagen de Venezuela ante el mundo, pero enfrenta severas turbulencias financieras y gerenciales. Un dolor de cabeza es el incumplimiento en los pagos con sus acreedores. Un par de meses atrás, los gobiernos de Aruba y Curazao le suspendieron los permisos de operación de su espacio aéreo, en tanto que las aseguradoras de su equipo y el arrendador español de su Boeing 747 hicieron lo mismo con sus contratos, debido a sus compromisos impagados. Ahora, su retiro temporal de Colombia, en inoficiosa reciprocidad a la decisión tomada por Avianca, le genera más lesiones que beneficios.

La competitividad y sostenibilidad del transporte aéreo en Venezuela hace aguas debido a su crisis social, política y económica, junto con el recurrente incumplimiento de los compromisos oficiales con las aerolíneas. El vecino e incendiado país se desconecta aceleradamente del mundo, al mismo ritmo con el que su sector aeronáutico apaga motores para dar un salto al vacío… y sin paracaídas!

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@Gsilvar5

Nota: Tomada del El Espectador.
Esta opinión es responsabilidad única del autor, y no compromete al círculo de periodistas de Bogotá.