23 diciembre 2019 –
El turismo colombiano continúa atravesando por un buen momento. Este 2019 terminará con indicadores positivos que, aunque muy seguramente serán inferiores a los de los años más recientes, le permiten mantenerse en el sendero y seguir recorriendo camino hacia un proceso de consolidación, con repercusiones favorables para la economía y para el posicionamiento de la imagen nacional dentro de los portafolios internacionales de la industria.
El boom en el sector, surgido desde principios de la década, no se desvanece y, al contrario, conserva su dinámica de crecimiento. El país viene de mejorar varias posiciones en la evaluación del desarrollo sostenible de los viajes y el turismo, de acuerdo con el Índice de Competitividad presentado este año por el Foro Económico Mundial, y registra una marcada alza en el tamaño del mercado.
La continuidad de gestión por parte de los últimos gobiernos ha sido decisiva para impulsarle el vuelo, labor que se ha visto reflejada por el compromiso, la responsabilidad y el trabajo serio que han emprendido los actores públicos y privados para responder por su fortalecimiento. Sin embargo, dentro de este largo camino, falta un largo trecho por recorrer para hacer de Colombia un destino de calidad y de talla mundial, como es el propósito de la actual administración, en la que el viceministro del ramo, Julián Guerrero Orozco, cumple una valiosa labor.
En reciente estudio de Euromonitor, reconocida firma internacional involucrada en el análisis de mercado, se revela que para fin de año el mercado turístico del país podría alcanzar la suma de US$12.000 millones, cifra ilustrativa al compararse con el inicio del actual quinquenio cuando apenas se arañaba la barrera de los US$8.000 millones. De mantenerse firme el paso, el guarismo, cuya medición incluye el aporte de todos los subsectores, desde el transporte y las atracciones hasta el alojamiento, seguirá subiendo escalas hasta superar los US$15.000 millones de dólares para 2024.
El ingreso de turistas, que en años recientes venía creciendo cuatro veces más que el promedio mundial, bajó su ritmo, pero aún manda señales alentadoras. En lo corrido a octubre de este año se contabilizaron 3,4 millones de visitantes extranjeros, lo que significa un aumento del 2,7%, en comparación con el mismo periodo de 2018. La proyección admite concluir que 2019 estará por debajo del crecimiento porcentual registrado entre 2017 y 2018, cuando se alcanzó la meta de 10,4%. De acuerdo con los cálculos de Anato, se estima que para el cierre del presente año el crecimiento apenas oscilará entre el 2% y el 3%.
De igual manera, y según Migración Colombia, en los primeros diez meses de 2019, el flujo de colombianos que salieron al exterior se movió entre los 3,7 millones de viajeros, con incremento del 3,8% respecto a 2018, año que cerró con un 8,7%, más que en 2017. La actual temporada vacacional, para la que las agencias de viajes fortalecieron la comercialización de paquetes turísticos, tanto en lo emisivo como en lo receptivo, podría contribuir a mejorar la cifra. Para Anato, al cierre del año, los viajeros nacionales hacia el exterior podrían llegar a 4,4 millones, marcando un crecimiento del 3% frente a ese 2018.
Pese a las dificultades coyunturales que vivió el país este año, el turismo sigue pintando bien, y serán numerosos los retos que habrá que asumir en el que viene para alargar su buen momento. Son evidentes los avances en la paz y la seguridad, en la infraestructura y la conectividad, en la formalización de la actividad y la diversificación de la oferta y en la capacitación y mejoramiento de servicios, pero sin duda la tarea hasta ahora está empezando.
Gracias al Acuerdo de Paz con el mayor grupo guerrillero, Colombia salió de la lista negra en la que permaneció durante varias décadas, conquistó las páginas de las publicaciones internacionales y se proyectó en los catálogos como una joya turística que bien vale la pena conocer. Y su posicionamiento como destino de moda solo será posible de continuarse —el año entrante— con los esfuerzos necesarios por conservar ese buen camino, que se inició con tintes de realismo mágico y que habrá que transformar en mágica realidad.
Para todos los amables lectores una feliz Navidad y ¡muchos, pero muchos viajes para el 2020!
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