¿Qué hay detrás del aumento de robos violentos en Bogotá?

Foto: Cortesía de las víctimas.

Bogotá amaneció otra vez con la noticia de que un ciclista fue asesinado en plena ciclorruta de la carrera 68 a la altura de la calle 26. Hacia las 9:30 de la noche de este martes, dos hombres lo apuñalaron en el pecho, y aunque fue trasladado a la Clínica Colombia, llegó sin vida.

Tomado de: El Tiempo.

Media hora antes de ese crimen, cuyo móvil se intenta establecer, la actriz Marcela Carvajal narró en sus redes cómo fue atacada mientras rodaba por la carrera 7.ª con calle 86: “Me acaban de romper el vidrio de mi carro para sacar la cartera. (…) Duele Bogotá”.

Y hacia las 4:30 de la tarde, al otro extremo de la ciudad, en Cedritos, dos delincuentes robaron a una profesional que iba con su hijo, de 21 meses: “Le dijeron que si no les daba los anillos le disparaban al niño y le apuntaron al coche”, denunció su esposo.

Estos tres episodios, registrados en menos de cinco horas y en tres diferentes localidades de la capital, confirman la percepción ciudadana de que el hurto se volvió a disparar en Bogotá y, lo que es más grave, que los delincuentes están usando mecanismos cada vez más violentos.

EL TIEMPO estableció que en lo corrido del año se han denunciado 26.580 casos, 4.380 más que en el mismo periodo de 2018. Y esos dígitos prometen crecer, tras el marzo negro que han vivido los capitalinos.

En efecto, con el caso de la calle 68, ya son tres los ciclistas asesinados en menos de 15 días. Y a mitad de mes, la ciudad se estremeció al ver un video en el que dos sujetos asesinan a cachazos de revólver a María Gladys Ramírez, de 61 años, quien había retirado plata cerca del barrio Modelia, donde vivía.

La localidad de Suba tiene dos récords en términos de delincuencia: el mayor número de denuncias por hurto, con 1.905, y el de robo de bicicletas.

Y el segundo lugar en denuncias –con 1.887– se lo lleva Usaquén, que agrupa a barrios que van desde Santa Bárbara, La Sonora, Cedro Golf, Bella Suiza, Cedritos y Multicentro hasta Toberín, El Codito, Lijacá, Verbenal y Servitá.

En el top 10 siguen Kennedy, con 1.831; Chapinero, 1.688; Engativá, 1.632; Teusaquillo, 1.096; Santa Fe, 1.053; Fontibón, 1.044; Barrios Unidos, 775, y Bosa, con 776 denuncias.En ese mapa hay desde asaltos a mano armada a tiendas de barrios como Belalcázar hasta asalto con revólver a transeúntes del Park Way, pasando por atracos con cuchillo en La Sonora.

¿Qué está ocurriendo?

El general Hoover Penilla, director de la Policía Metropolitana, admite que se han registrado casos que han alarmado a la capital y que las redes han repotenciado. Pero para el oficial –quien ya lleva cuatro años en la ciudad– es claro que el incremento en los casos de hurto se debe al aumento en el número de denuncias.
Cifras señalan que, a través de la herramienta virtual, estas pasaron de un 40 por ciento a un 92 por ciento.

Eso nos arroja información valiosa. Ahora, con la misma estrategia con la que hemos reducido a cifras históricas los homicidios en la capital, vamos a bajar el hurto

“Eso nos arroja información valiosa. Ahora, con la misma estrategia con la que hemos reducido a cifras históricas los homicidios en la capital, vamos a bajar el hurto. Estamos detrás de grandes estructuras y en días vamos a dar resultados”, anunció Penilla.

En eso coincide su aliada en la estrategia contra el crimen, la Alcaldía de Bogotá.
“No se puede desconocer lo traumático de algunos casos violentos en la ciudad. Pero es necesario reconocer que los indicadores fuertes en materia de seguridad, como el homicidio y las lesiones personales, están todos a la baja. El panorama general de la ciudad está mejorando y nos aleja de las ciudades violentas a nivel mundial”, señaló el secretario de Seguridad de Bogotá, Jairo García.

No obstante, para la Policía es preocupante el nivel de violencia que han alcanzado episodios como el de Modelia, que en segundos pasan de hurto a homicidio. Para ellos, es claro que el fenómeno se debe a que los delincuentes reincidentes dedicados al hurto no tienen reparo en usar sus armas de fuego, cortopunzantes o contundentes contra sus víctimas.

Uno de los asesinos del ciclista José Antonio Silva, en la avenida Suba con calle 136, registraba 13 antecedentes, seis de carácter judicial y había sido capturado por lesiones personales.

Violencia y estructuras

Y autoridades locales coinciden con expertos consultados por EL TIEMPO en que las estructuras que actúan en Bogotá se dividieron roles y sectores, dependiendo del tipo de objeto que buscan robar.

“En esa cadena hay expertos en hacerles inteligencia a víctimas, que venden a otras bandas”, explicó Andrés Nieto, analista de la Universidad Central. Y agregó que estas bandas saben que robándose un celular diario, de lunes a viernes, se pueden hacer dos salarios mínimos: “Esto evidencia que falta una mirada desde la óptica de política pública”.

Y añadió que no hay personal policial y judicial suficientes para afrontar este delito.
Se estima que un país debe tener al menos 65 jueces por cada 100.000 habitantes, pero en Colombia solo hay 10. Esto se traduce en que no hay quién atienda capturas como se requiere y les haga seguimiento a grandes casos y bandas.

Además de reforzar ese personal, Jorge Restrepo, del Centro de Recursos para el Análisis de Conflictos (Cerac), señala que es necesario privilegiar el combate al uso de la violencia que están registrando los hurtos.

En este sentido, Restrepo aseguró que hay que convertir en agravante el uso de la violencia a la hora de emitir condenas o adelantar investigaciones: “Esto se logró hacer en casos como el de los feminicidios y se podría aplicar con efectividad frente a estos fenómenos para frenar la escalda de violencia que está viviendo la capital del país”, precisó el experto.

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‘Indicadores duros están a la baja’

El gobierno de Enrique Peñalosa admitió que los casos violentos que se han registrado en los últimos días en la ciudad son “traumáticos y dolorosos”, pero matizó al advertir que los indicadores generales de seguridad ponen a Bogotá lejos de las ciudades más violentas en el mundo.

Jairo García, secretario de Seguridad del Distrito, le aseguró a EL TIEMPO que los “indicadores duros” –homicidios y lesiones personales– van a la baja y que eso se debe a las estrategias diseñadas para combatir la criminalidad.

Por más traumáticos y dolorosos que sean los casos, no se pueden extrapolar para afirmar que hay más violencia en la ciudad. Los indicadores más duros están a la baja.Además, todos los casos los estamos investigando, por lo que vamos a encontrar a los responsables de los hechos violentos. De eso no quepa duda”, enfatizó.

El funcionario añadió que se están identificando e interviniendo las zonas con mayores índices de criminalidad para aumentar la presencia de las autoridades. Y dijo que también se están atacando los sitios donde se comercializan objetos robados de todo tipo y desarticulando a las bandas.

García dijo que le expresó al gobierno de Iván Duque que hay preocupación por el uso de armas blancas, tema que está en regulación en el Congreso. Solo en Bogotá, señaló, se han impuesto este año 110.000 comparendos –con el Código de Policía– por su porte ilegal. “Si una persona es reiterativa en el uso de arma blanca en la comisión de delitos, se debe judicializar con fuerza”.