16 Septiembre 2019.
Tomado de: El Universal.
15 de septiembre se celebra el Día Mundial del Linfoma, y en Colombia, de acuerdo a los últimos datos entregados por la Cuenta de Alto Costo, se estima que cerca de 11.000 personas viven con esta enfermedad, con más de 1.300 casos nuevos cada año.
Cada variedad histológica de linfoma no Hodgkin se caracteriza por la transformación maligna de las células linfoides, con morfología, inmunofenotipo, genética y clínica diferente. Este tipo de cáncer se nombra después de Thomas Hodgkin que en 1832 fue el primero en describir anormalidades en el sistema linfático, una compleja red de tejidos y órganos que se diseminan por todo el cuerpo y el encargado de combatir las infecciones y regular los líquidos del organismo.
Dentro de esta red están órganos como el bazo, el timo, la médula y los ganglios linfáticos.
¿Qué le pasa a una persona con este cáncer?
Cuando una persona tiene linfoma, sus linfocitos (un tipo de glóbulo blanco) crecen de manera anormal y en tamaños desproporcionados. Al distribuirse por todo el cuerpo, se pueden presentar inflamaciones de los ganglios linfáticos en zonas como el cuello, las axilas o la ingle. Otros síntomas del linfoma incluyen sudoración excesiva (especialmente en las noches), fiebre, pérdida inexplicable de peso y extrema fatiga.
Según el doctor William Mantilla, Jefe de Servicio Hematología y Oncología de la Fundación Cardioinfantil, la principal manifestación clínica de esta enfermedad es el crecimiento de masas tumorales en las regiones donde están ubicados los ganglios linfáticos como las axilas, el cuello, la ingle, el tórax y el abdomen.
Los especialistas no están seguros de la causa de esta enfermedad. Se sabe que comienza cuando un glóbulo blanco, encargado de combatir enfermedades, desarrolla una mutación genética, causando que se multiplique rápidamente, produciendo más células defectuosas que continúan multiplicándose.
Esta mutación permite que las células “cancerosas” sigan con vida, aún cuando otras células mueren, lo que produce una acumulación de linfocitos defectuosos e ineficaces en los ganglios linfáticos, causando inflamación excesiva que, en algunos casos puede llegar a causar dolor.
“El linfoma no Hodgkin presenta síntomas inespecíficos. Entre los factores que pueden aumentar el riesgo de padecer linfoma se incluye ser hombre, la edad, tener un sistema inmunitario afectado o tomar medicamentos que inhiban este sistema”, dice el doctor Mantilla.
¿Cómo se trata?
La quimioterapia y la radioterapia son los principales tratamientos para el linfoma no Hodgkin, sin embargo, dependiendo del caso, algunos pacientes podrían ser tratados con la inmuno-quimioterapia, una técnica en donde se estimula las defensas naturales del cuerpo para combatir las células cancerosas. En ocasiones, los pacientes reciben una combinación de estos tratamientos.
Por tales razones, y con motivo de la conmemoración del día mundial, los especialistas hacen un llamado para que la comunidad esté atenta a la aparición de cualquiera de estos síntomas, ya que pueden ser signos de alerta sobre la aparición de linfomas.
El próximo 15 de septiembre se celebra el Día Mundial del Linfoma, y en Colombia, de acuerdo a los últimos datos entregados por la Cuenta de Alto Costo, se estima que cerca de 11.000 personas viven con esta enfermedad, con más de 1.300 casos nuevos cada año.
Cada variedad histológica de linfoma no Hodgkin se caracteriza por la transformación maligna de las células linfoides, con morfología, inmunofenotipo, genética y clínica diferente. Este tipo de cáncer se nombra después de Thomas Hodgkin que en 1832 fue el primero en describir anormalidades en el sistema linfático, una compleja red de tejidos y órganos que se diseminan por todo el cuerpo y el encargado de combatir las infecciones y regular los líquidos del organismo.
Dentro de esta red están órganos como el bazo, el timo, la médula y los ganglios linfáticos.
¿Qué le pasa a una persona con este cáncer?
Cuando una persona tiene linfoma, sus linfocitos (un tipo de glóbulo blanco) crecen de manera anormal y en tamaños desproporcionados. Al distribuirse por todo el cuerpo, se pueden presentar inflamaciones de los ganglios linfáticos en zonas como el cuello, las axilas o la ingle. Otros síntomas del linfoma incluyen sudoración excesiva (especialmente en las noches), fiebre, pérdida inexplicable de peso y extrema fatiga.
Según el doctor William Mantilla, Jefe de Servicio Hematología y Oncología de la Fundación Cardioinfantil, la principal manifestación clínica de esta enfermedad es el crecimiento de masas tumorales en las regiones donde están ubicados los ganglios linfáticos como las axilas, el cuello, la ingle, el tórax y el abdomen.
Los especialistas no están seguros de la causa de esta enfermedad. Se sabe que comienza cuando un glóbulo blanco, encargado de combatir enfermedades, desarrolla una mutación genética, causando que se multiplique rápidamente, produciendo más células defectuosas que continúan multiplicándose.
Esta mutación permite que las células “cancerosas” sigan con vida, aun cuando otras células mueren, lo que produce una acumulación de linfocitos defectuosos e ineficaces en los ganglios linfáticos, causando inflamación excesiva que, en algunos casos puede llegar a causar dolor.
“El linfoma no Hodgkin presenta síntomas inespecíficos. Entre los factores que pueden aumentar el riesgo de padecer linfoma se incluye ser hombre, la edad, tener un sistema inmunitario afectado o tomar medicamentos que inhiban este sistema”, dice el doctor Mantilla.
¿Cómo se trata?
La quimioterapia y la radioterapia son los principales tratamientos para el linfoma no Hodgkin, sin embargo, dependiendo del caso, algunos pacientes podrían ser tratados con la inmuno-quimioterapia, una técnica en donde se estimula las defensas naturales del cuerpo para combatir las células cancerosas. En ocasiones, los pacientes reciben una combinación de estos tratamientos.
Por tales razones, y con motivo de la conmemoración del día mundial, los especialistas hacen un llamado para que la comunidad esté atenta a la aparición de cualquiera de estos síntomas, ya que pueden ser signos de alerta sobre la aparición de linfomas.
Síntomas generales:
– Ganglios linfáticos agrandados en el abdomen, la ingle, el cuello o las axilas.
– Hígado o bazo agrandados.
– Fiebre no relacionada con una infección u otra enfermedad.
– Pérdida de peso sin causa conocida.
– Sudoración y escalofríos.
– Fatiga.
Los grupos más grandes de ganglios linfáticos se encuentran en el abdomen, la ingle, la pelvis, el pecho, las axilas y el cuello.
Síntomas
Ganglios linfáticos agrandados en el
abdomen, la ingle,
el cuello o las axilas.
Hígado o bazo
agrandados.
Fiebre no relacionada con una infección
u otra enfermedad.
Pérdida de peso sin causa conocida.
Sudoración y
escalofríos.
Fatiga.