Foto: Excelsior
La candidata demócrata se presentó el día de hoy después de perder la presidencia, donde dio un discurso agradeciendo a su equipo y la gente que creyó en ella
Foto: Excelsior
Tras unas elecciones polémicas, cerradas y sorpresivas, Donald Trump se alzó con el triunfo de la Casa Blanca, lo que lo convierte en el presidente número 45 de Estados Unidos.
Su contrincante, Hillary Clinton, aceptó la derrota y el día de hoy se presentó en Nueva York donde dio un conmovedor discurso a medios de comunicación, amigos y familiares, agradeciendo por el apoyo e incluso buscando una colaboración con Trump para ayudar a Estados Unidos.
Ayer por la noche felicité a Donald Trump y le ofrecí trabajar con él por el bienestar de nuestro país, espero que sea un presidente exitoso para todos los estadunidenses.
Este no es el resultado que queríamos. Siento mucho que no hayamos ganado esta elección por los valores que compartimos y la visión que compartimos por nuestro país. Ustedes representan lo mejor de Estados Unidos y ser su candidata ha sido uno de los grandes honores de mi vida. Quiero que recuerden esto: nuestra campaña nunca fue acerca de una persona o incluso una elección. Fue acerca del país que amamos.
Hemos visto que nuestra nación está más dividida que lo que creíamos. Pero aún creo en EU y siempre lo haré.
Donald Trump será nuestro presidente. Le debemos una mente abierta y la oportunidad de ser líder. Nuestra constitución democrática pide nuestra participación, no por cuatro años, sino siempre.
Nuestra responsabilidad como ciudadanos es continuar haciendo lo que nos corresponde para construir un Estados Unidos más fuerte, mejor y más justo. Y sé que lo harán.
Quiero agradecer a Tim Kaine y Anne Holton por ser mis compañeros en este viaje. A Barack y Michelle Obama, nuestro país les debe muchísima gratitud. Gracias por su determinado y gentil liderazgo.
A Bill, Chelsea, Marc, Charlotte, Aidan, nuestros hermanos y nuestra familia entera, mi amor por ustedes significa más de lo que puedo expresar.
Esta pérdida duele. Pero por favor, nunca dejen de creer que luchas por lo que es correcto vale la pena.
A todas las mujeres que pusieron su fe en mí y en mi campaña, nada me ha hecho sentir más orgullosa que ser su campeona. Todavía no tenemos ese techo de vidrio roto, pero algún día, alguien lo hará.
A todas las niñas pequeñas viendo esto, nunca duden que son valiosas, poderosas y que se merecen cualquier oportunidad en el mundo.
Estoy agradecida con nuestro país por todo lo que me ha dado. Cuento las bendiciones que ser estadunidense me da todos los días. Somos más fuertes juntos e iremos hacia adelante juntos. Y nunca, nunca, deben arrepentirse de luchar por eso.
Dejen que tengamos fe unos con otros. No hay que crecer separados. No hay que perder el corazón. Para eso hay más estaciones que vienen y más trabajo que hacer.
Cuando subió al escenario estalló un largo aplauso, y durante su discurso hubo momentos donde tuvo que guardar silencio por los aplausos y gritos de apoyo que recibió de los presentes.
En primera fila estaban sus asesores, con semblanza sombría. En las filas más atrás había seguidores abiertamente sollozando.
fbp
Tomado de: http://www.excelsior.com.mx/
Hillary Clinton ha comparecido este miércoles en un hotel de Nueva York para valorar los resultados de la noche electoral en Estados Unidos. La candidata demócrata, superada por Donald Trump en casi todos los estados clave para llegar a la Casa Blanca salvo Nevada, ha recibido la mayor derrota, y probablemente la definitiva, de su larga carrera política.
Pero se ha presentado ante el mundo con una sonrisa, agradecida por el apoyo recibido, cercana -rasgo que no ha sido uno de sus fuertes durante la campaña- y en tono conciliador. En un discurso emocionante y emocionado, la candidata demócrata ha reconocido públicamente su derrota. No lo hizo anoche, al conocerse los resultados, en una decisión que le ha granjeado bastantes críticas.
«Este no es el resultado para el que trabajamos», ha dicho, «y siento no haber ganado estas elecciones, por los valores que defendimos. Pero siento orgullo y gratitud por la campaña magnífica que hemos llevado a cabo». «Vosotros representáis lo mejor de Estados Unidos y ser vuestra candidata ha sido uno de los mayores honores de mi vida», le ha dicho a su equipo y a sus seguidores.
Clinton ha reconocido que felicitó el martes por la noche a Donald Trump y ha enviado un mensaje de unidad: «Nuestra nación está más dividida de lo que pensábamos, pero sigo creyendo y seguiré creyendo en Estados Unidos. Por eso, tenemos que aceptar este resultado y mirar hacia adelante. Donald Trump será nuestro presidente y le debemos mirar su liderazgo con mente abierta».
La demócrata, que no ha aclarado su futuro pero sí ha prometido más «trabajo», se ha hecho cargo de la decepción de sus votantes, que le han otorgado la victoria en el cómputo popular: «Soy consciente de vuestra tristeza, pero os pido que recordéis que nuestra campaña nunca fue sobre una sola persona y ni siquiera sobre una sola elección. Creemos en una América con esperanza, inclusiva y con un gran corazón».
«Creemos que el sueño americano es suficientemente grande para todos. Para todos y nuestro deber como ciudadanos es seguir trabajando para que sea posible», ha dicho en una de las frases más rotundamente aplaudidas de su discurso.
Visiblemente emocionada, Clinton ha dado las gracias a Tim Kaine, a Barack y a Michelle Obama, «a los que nuestro país debe una enorme gratitud» y también a su familia y a todos aquellos que la han acompañado durante la campaña. A estos últimos, a los que han formado parte de su equipo y a los jóvenes comprometidos con la política, Clinton les ha enviado un mensaje desde su propia experiencia:
«En mi larga carrera, he tenido éxitos y algunas derrotas. Algunas de esas derrotas duelen. Muchos de vosotros estáis al principio de vuestras carreras. Y también tendréis éxitos y derrotas. Esta derrota es de las que duelen pero por favor, nunca, jamás, dejéis de creer que luchar por lo que está bien merece la pena».
«No hemos roto el techo de cristal», ha dicho en referencia a la llegada de una mujer a la Casa Blanca, «pero estoy segura de que alguien lo romperá pronto. Cuanto antes, mejor».
«Estoy muy agradecida a nuestro país por todo lo que me ha dado», ha proseguido. «Soy estadounidense y sigo creyendo en lo más profundo de mi corazón que si estamos juntos, firmes en nuestras convicciones y con amor por esta nación, nuestros mejores días aun están por llegar. Porque sabéis que somos más fuertes juntos y que vamos a avanzar juntos».
Hillary Clinton había sido presentada por Tim Kaine, su compañero de ‘ticket’ electoral como vicepresidente. Él había mostrado su satisfacción por contar con la amistad de la candidata y por el trabajo realizado: «Estoy muy orgulloso de Hillary, porque es la mujer que podría haberse convertido en la primera presidenta de Estados Unidos y que ha ganado el voto popular. Es un logro increíble», ha dicho.
El actual presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, llamó a su triunfante sucesor, Donald Trump, en algún momento de la noche del martes al miércoles, según reportó NBC News. También se confirmó que se reunirán este jueves en la Casa Blanca.
La jefa de campaña del candidato republicano, Kellyanne Conway, informó a la periodista del medio estadounidense, Katy Tur, sobre la conversación telefónica que mantuvo el mandatario con el magnate.
«Kellyanne Conway me dice que el presidente Obama llamó a Trump esta noche», escribió la reportera en un mensaje de Twitter. «Ella no sabía lo que se habían dicho», agregó la reportera.
Kellyanne Conway tells me President Obama called Trump tonight. She did not know what they said.
— Katy Tur (@KatyTurNBC) 9 de noviembre de 2016
La campaña de la demócrata Hillary Clinton culminó el lunes con un multitudinario acto celebrado en Filadelfia, que contó con la participación del Presidente y la primera dama, Michelle Obama.
El mandatario pidió a las más de 40.000 personas congregadas en el Independence Mall que no lo escuchen a él, sino «a los republicanos que se niegan a apoyar» a Donald Trump.
En otras ocasiones, Obama comentó que Trump es «excepcionalmente incompetente» para ser jefe de Estado y «temperamentalmente incapaz» para el cargo. Donald Trump gobernará el país hasta 2021.
Tomado de: http://www.infobae.com/
PABLO PARDO, Corresponsal Washington
DANIEL VIAÑA, Madrid @DanielVianaR
Los mercados financieros han vuelto a fallar en su apuesta y lo están pagando. Como ya hicieron con el Brexit, apostaron en contra de la opción que finalmente se ha impuesto, esto es, apoyaron a Hillary Clinton y se mostraron muy contrarios a Donald Trump. Por eso, la victoria del candidato republicano está provocando el mayor shock en las Bolsas mundiales desde que Reino Unido decidió romper su relación con la Unión Europea y que, en el caso del Ibex, se traduce en unas pérdidas cercanas al 2%.
En el resto de Europa la situación es similar, siguiendo así la estela de los mercados asiáticos. El Nikkei de la Bolsa de Tokio ha cerrado con una caída del 5,36% y el Ministerio Japonés de Finanzas, el Banco de Japón (BoJ) y la Agencia de Servicios Financieros (FSA) del país asiático están reunidos de emergencia con el objetivo de estudiar una respuesta inmediata para lograr la estabilidad de los mercados financieros.
Mientras, el Hang Seng de Shanghai se ha dejado un 2,83%. Y en Estados Unidos, los futuros del Índice Standard and Poor’s de la Bolsa de Nueva York caen un 2%, lo que implica que el mercado estima que ese índice, que agrupa a las 500 mayores empresas cotizadas de EEUU.
Sin embargo, si hay un activo que está reflejando el temor que provoca la victoria de Trump es el peso mexicano. La divisa del vecino del sur de Estados Unidos se está hundiendo un 8% por los temores de que Trump inicie una guerra comercial con ese país, con lo que, por primera vez en la historia, el dólar supera la barrera de los 20 pesos. Paradójicamente, el presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, es el único jefe de Gobierno que se ha reunido con Trump. Fue en septiembre, en un controvertido encuentro que no reportó ninguna ganancia política a Peña Nieto, y que acabó cobrándose la cabeza política del promotor de la idea, el ministro de Finanzas Luis Videgaray.
También el oro y la deuda alemana, activos refugio por excelencia, están recogiendo la incertidumbre que genera la victoria republicana. El oro se aprecia un 5%, mientras que el interés del bund alemán cae con mucha lo que, a su vez, provoca que la prima de riesgo de España roce los 120 puntos básicos.
«La victoria de Trump ha cogido por sorpresa a los mercados y creemos que la volatilidad va a seguir reinando en los mercados. Su falta de experiencia y lo impredecible de sus políticas son razón más que suficiente para moverse con cautela durante los próximos meses», explica Stefan Kreuzkamp, CIO de Deutsche Asset Management.
Estos temores y cautelas tienen su origen, entre otros aspectos, en la intención de Trump de acabar con la independencia de la Reserva Federal de Estados Unidos, así como de iniciar lo que puede ser una guerra comercial con China.
BBVA, con un desplome del 7%, es el valor que más cae del Ibex 35. La razón de su fuerte pérdida está en la alta exposición que tiene a México, cuya moneda está sufriendo una fuerte devaluación tras la victoria de Trump. Esta misma situación también se deja nota en Telefónica y Meliá, que retroceden cerca de un 3%.
Tomado de: http://www.elmundo.es/
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La suya fue la campaña electoral más atípica que se haya visto en décadas en Estados Unidos y se ha llevado el premio mayor: Donald Trump es el nuevo presidente de la primera potencia del mundo.
Desde que en junio de 2015 anunció sus intenciones de competir para convertirse en candidato presidencial republicano, la polémica acompañó al magnate inmobiliario y desde entonces no le abandonó.
Su deliberado distanciamiento de la corrección política le valió numerosos enfrentamientos con los líderes de su propio partido, así como ser tachado de racista, machista, xenófobo y antisemita, entre otros calificativos.
Culminada la campaña, llegó el momento de ver cuán lejos llegará Trump en el cumplimiento de sus polémicas promesas.
BBC Mundo te cuenta sobre algunas de las cosas que cambiarán en Estados Unidos si el nuevo presidente cumple con su programa electoral.
La propuesta de erigir un muro a lo largo de toda la frontera de más de 3.000 kilómetros que separan a Estados Unidos de México es la primera promesa electoral incluida en el «Plan de 10 puntos de Donald Trump para poner a Estados Unidos primero».
El magnate dijo que se tratará de un muro impenetrable que se empezará a construir en el primer día de su gobierno y ha insistido en que México pagará por su edificación.
Este asunto fue motivo de polémica tras un encuentro privado que sostuvo Trump a fines de septiembre con el presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, quien ha afirmado que su país no pagará por el muro.
Aunque algunos expertos han puesto en duda la efectividad de esta construcción para, por ejemplo, combatir el narcotráfico, fue una idea bastante popular entre los asistentes a los actos de campaña del magnate.
Pero, el muro sólo será uno de varios puntos de fricción en la relación entre el nuevo gobierno estadounidense y México.
Trump anunció su intención de renegociar los términos del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), suscrito con México y Canadá, o de lo contrario su gobierno abandonará el acuerdo.
El TLCAN permitió elevar el comercio entre sus países miembros de US$290.000 millones en 1993 hasta más de US$1,1 billones en 2016.
También llevó a un incremento de la inversión directa estadounidense en México de US$15.000 millones a más de US$10.000 millones, según datos del estadounidense Consejo de Relaciones Exteriores (CFR).
Los partidarios del acuerdo estiman que hay unos 14 millones de puestos de trabajo que dependen del comercio con México y Canadá.
Los críticos -como Trump- destacan que Estados Unidos pasó de tener un superávit comercial con México de US$1.700 millones en 1993 a un déficit de US$54.000 millones de 2014.
Queda por ver cuál sería el alcance de una eventual renegociación del TLCAN, si acaso fuera posible de llevar a buen término.
Trump prometió una política de mano dura ante el tema de la inmigración.
Anunció que anulará dos decisiones ejecutivas clave tomadas por el presidente Barack Obama para permitir temporalmente la permanencia en Estados Unidos de muchos jóvenes que ingresaron al país siendo menores de edad, los llamados Dreamers, así como de los padres indocumentados de jóvenes estadounidenses o de residentes permanentes del país.
Se estima que ambas medidas de Obama amparan a unos 5,2 millones de personas, aproximadamente la mitad de los inmigrantes indocumentados que hay en Estados Unidos. Ahora, según el plan de Trump, deberán ser deportados.
«Todas las leyes de inmigración van a ser aplicadas. Cualquiera que entre al país ilegalmente será objeto de deportación», dice en su programa de gobierno.
El magnate anunció que retirará los fondos federales a las llamadas ciudades santuarios, como se conoce a las urbes que decidieron no usar sus recursos para perseguir a los indocumentados.
En general, emigrar a Estados Unidos se volverá más difícil.
Trump propuso suspender la inmigración de las «regiones propensas al terrorismo» en las cuales el proceso de examen de los inmigrantes no se puede realizar con seguridad.
Además, prometió que todas las personas que quieran viajar a Estados Unidos serán sometidas a «investigaciones extremas».
La Ley de Protección al Paciente y Cuidado de Salud Asequible, popularmente conocida como Obamacare, fue una de las banderas políticas del presidente Barack Obama.
Desde que entró en vigor, en enero de 2014, esta ley permitió acceder a cobertura sanitaria a unos 20 millones de personas que hasta entonces no disponían de ella, aunque aún quedan unos 24 millones de personas sin seguro.
Donald Trump prometió derogar esta legislación que en el último año ha sido objeto de muchas críticas por el aumento de las primas de los seguros y por las dificultades económicas que ha causado a las compañías aseguradoras, muchas de las cuales han anunciado que reducirán su participación en el programa.
El magnate inmobiliario prometió sustituir el Obamacare por un sistema que seguirá los «principios del libre mercado» para ampliar el acceso a la atención sanitaria y reducir sus costos.
La propuesta prevé permitir a los particulares deducir en su declaración de impuestos el costo total de sus primas de salud y exigir transparencia a las compañías prestadoras de servicios sanitarios para que los ciudadanos estén mejor informados al momento de escoger donde atenderse.
La Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) ha sido uno de los principales pilares de la política de defensa de Estados Unidos desde 1949.
Durante la Guerra Fría fue la herramienta clave para la política de contención aplicada ante la Unión Soviética gracias al compromiso de Estados Unidos de defender a sus aliados en Europa occidental.
Tras la caída del Muro de Berlín, la OTAN inició un proceso de ampliación para incluir a países procedentes de la ex órbita soviética.
Esta ha sido una de las principales causas del malestar en las relacionesentre Estados Unidos y Rusia, cuyo gobierno ve con resquemor que los países de su vecindario se unan a la alianza atlántica.
Durante la campaña, Donald Trump calificó a la OTAN de obsoleta y prometió que revisará el funcionamiento de esa organización.
Cuestionó que Estados Unidos se haga cargo de gran parte de los gastos de las operaciones de la organización, mientras que sólo 4 de los otros 28 miembros de la OTAN están invirtiendo un mínimo de 2% de la PIB en defensa.
«Los países que estamos defendiendo deben pagar por el costo de su defensa. De lo contrario, Estados Unidos debe estar preparado para dejar que esos países se defiendan solos. No tenemos elección», dijo Trump.
La ruptura por parte de Estados Unidos del compromiso de defensa mutua de la OTAN sería un giro político de imprevisibles consecuencias.
Tomado de: http://www.bbc.com/
El magnate y ‘antipolítico’ será el mandatario número 45 de EE. UU.
El gigante blanco estadounidense decidió y se quedó con la victoria en las votaciones acabando así con la amenaza hispana. Donald Trump, republicano, ganó la presidencia de Estados Unidos y echó por tierra el argumento al que muchos analistas se aferraron, que los latinos decidirían la continuidad de la política de Barack Obama.
Ganó el neoyorquino nacido el 14 de junio de 1946, el cuarto de los cinco hijos de Fred Trump, inmigrante alemán y de la escocesa Mary MacLeod, ama de casa. Ganó el hombre que dijo que construiría un muro de 1,000 millas a lo largo de la frontera con México, que prometió imponer un impuesto del 35 por ciento a las importaciones de automóviles fabricados en México y que amenaza con deportar a 11 millones de inmigrantes indocumentados.
¿Preso de sus promesas?
Andrés Oppenheimer en su columna publicada en El Nuevo Herald en marzo pasado, anunció que de llegar Trump a la Presidencia, terminaría preso de sus promesas. “La mayoría de los economistas coinciden en que haría subir el precio de varios productos para el estadounidense promedio –desde los automóviles hasta la lechuga que compran en el supermercado– y acabaría con más puestos de trabajo estadounidenses de los que ayudaría a crear”.
Y a eso es a lo que le temen académicos y analistas hoy. El profesor Gamarra, de la Florida International University, justamente asegura que Trump cumplirá con esa revisión de los acuerdos de libre comercio, que tanto han balanceado las economías de varios países latinoamericanos, entre ellos Colombia.
Eduardo Gamarra va más allá y se atreve a listar lo que podría ocurrir con la presidencia de Donald Trump: “El tema con México sería tenaz y el presidente Enrique Peña Nieto va a lamentar haberlo invitado a su país. Lo que se vislumbraba con el levantamiento de la sanción a Cuba seguro se congelará y Venezuela será un escenario más agresivo. Y eso alegra a mucha gente en la derecha latina, sobre todo acá en la Florida”, dice el experto”.
Si de estos resultados hay que hacer una lectura inmediata, esa es la de que Hillary Clinton no gusta a los estadounidenses. Se ha repetido hasta la saciedad desde antes de su campaña: no es capaz de conectar, de empatizar con la gente. Ni con las mujeres, ni con los latinos. Los ciudadanos de EEUU no han visto en ella a la líder que necesitaban para hacer frente a Donald Trump. Les ha podido que, en definitiva, cómo su persona se vincula con toda una vida en política y cómo está ligada al establishment de Washington. También que su marido es quien es: un expresidente. La suma de todos estos factores ha hecho que la ex secretaria de Estado se haya quedado si su sueño, el de alcanzar la presidencia, y que este sea, previsiblemente, el final de su carrera.
«Hillary Clinton ha hecho un trabajo increíble y todavía no está terminado, hablaremos mañana, ahora id todos a dormir», ha dicho John Podesta, jefe de la campaña electoral democrática, desde el cuartel general de Hillary en Nueva York. Trataba de dejar claro que, dado que el resultado era muy ajustado, Clinton no iba a comparecer para admitir públicamente que ha perdido. Pero lo que sí ha hecho la demócrata ha sido llamar a su rival para reconocer su derrota. «Nos felicitó por nuestra victoria, y yo la felicité a ella y su familia por esta campaña muy muy dura», ha explicado Trump durante su discurso de la victoria.
El republicano Donald Trump ha conmocionado a medio Estados Unidos y al mundo entero al derrotar a la demócrata Hillary Clinton en las elecciones presidenciales de Estados Unidos. Trump, un populista con un discurso xenófobo y antisistema, será el próximo presidente de Estados Unidos. Con el apoyo masivo de los estadounidenses blancos descontentos con las élites políticas y económicas, e inquietos por cambios demográficos acelerados, Trump rompió los pronósticos de los sondeos y logró una victoria que aboca a su país a lo desconocido. Nadie como Trump supo entender el hartazgo con el establishment, con el que se identificaba a Clinton. La ola populista global ha llegado a la Casa Blanca.
«Los hombres y mujeres olvidados de nuestro país ya no serán olvidados», dijo Trump en su discurso de la victoria, en Nueva York. El presidente electo, que debe jurar el cargo el 20 de enero, elogió a Clinton y dijo que es el momento de curar las divisiones del país
Clinton no pronunció el tradicional discurso de aceptación de la derrota, y felicitó a Trump por teléfono.
El mundo esperaba ver a la primera mujer en la presidencia de EE UU, después de tener a un presidente afroamericano. Ocurrió lo inesperado. Los votantes eligieron a un demagogo, un hombre que ha reavivado algunas de las tradiciones más oscuras del país, que ha colocado en el centro del discurso político el insulto y la descalificación, un admirador de Vladímir Putin que amaga con reformular las alianzas internacionales de EE UU y lanzar un desafío al vecino del sur, México
Estados Unidos elige este martes si su presidente durante los próximos cuatro años será Hillary Clinton o Donald Trump, dándole a uno de ellos un poder inmenso para gobernar la superpotencia planetaria.
De hecho, muchos creen que los estadounidenses están escogiendo en las urnas a la persona más poderosa del mundo.
El razonamiento detrás de esa idea es claro: el triunfador será a la vez el jefe de Estado y de gobierno del país con la principal economía, un alcance global único y las mayores Fuerzas Armadas.
Expertos como Daniel Drezner, profesor de política internacional en la Universidad Tufts y miembro no residente de Brookings Institution, un centro de análisis de Washington D.C., comparten la noción de que el inquilino de la Casa Blanca posee más poder que cualquier otro individuo.
«Diría que sí, dado que el presidente de EE.UU. tiene el comando de uno de los mayores arsenales nucleares del mundo, y puede decidir lanzar esas armas sin el control y equilibrio de otra rama del gobierno», dice Drezner a BBC Mundo.
Sin embargo, ¿cuánto poder ejerce realmente en la práctica un presidente estadounidense?
O, planteado de otra forma, ¿pasarán a ser la demócrata Clinton o el republicano Trump la persona capaz de afectar más vidas en la Tierra, directa o indirectamente?
La cuestión del poder real que tiene un mandatario estadounidense ha sobrevolado de un modo peculiar la campaña electoral en este país.
Clinton alertó varias veces sobre la posibilidad de que los códigos nucleares de EE.UU. puedan quedar en manos de Trump, a quien acusa de falta de temperamento y experiencia para ser comandante en jefe de las Fuerzas Armadas.
El magnate inmobiliario ha dicho que la proliferación nuclear es el «mayor problema» que enfrenta el mundo y no descartó el uso de ese tipo de armas como última opción siendo presidente, aunque aclaró que no sería de «gatillo fácil».
Arturo Valenzuela, que manejó temas interamericanos en el Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca en el gobierno de Bill Clinton y encabezó la diplomacia hemisférica de EE.UU. con Hillary Clinton como secretaria de Estado, dice que lainquietud radica en la capacidad de actuar que tendría Trump ante un «tema dramático», como por ejemplo un desafío de Corea del Norte.
«Sin embargo, en relación los temas de América Latina y la política exterior que podría implementar, el presidente de Estados Unidos es relativamente débil», aclara Valenzuela, que ha sido uno de los portavoces de la campaña de Clinton.
«Sus facultades para actuar de forma independiente son muy relativas«, explica a BBC Mundo. «Va a precisar del apoyo del Congreso y de otras entidades. El presidente de Estados Unidos no puede llegar, hacer un decreto y cambiar toda la política hacia la región. Y pasa lo mismo en temas de política interna».
Los límites que tiene un mandatario de EE.UU. para actuar están marcados por la Constitución y la ley, y responden a una obsesión que tenían los fundadores de este país: evitar la tiranía.
Asuntos importantes como la firma de nuevos acuerdos comerciales o una declaración de guerra por parte de Washington requieren autorización del Congreso.
Es cierto que un presidente estadounidense tiene margen, por ejemplo, para alterar pactos y políticas comerciales, o enviar tropas a una guerra sin esperar por el aval del Capitolio, como ha ocurrido, aunque en este último caso precisa de la autorización poco después.
El presidente Barack Obama ha intentado que el Congreso autorice la guerra contra Estados Islámico, pero no lo logró y su campaña militar contra ese grupo se apoya en un aval votado tras los ataques de septiembre de 2001 para luchar contra sus autores.
Varios expertos señalan que en los últimos tiempos, sobre todo después de aquellos ataques de al-Qaeda en Nueva York y Washington, los poderes del presidente de EE.UU. se han expandido.
Pero hay quienes creen que fuera del Despacho Oval existen líderes con más poder.
La revista Forbes ha colocado al presidente ruso, Vladimir Putin, al tope de su lista de personas más poderosas del mundo en los últimos tres años, señalando su capacidad «para hacer lo que quiera y salirse con la suya».
El segundo lugar de esa lista en 2015 tampoco fue para Obama sino para la canciller alemana, Angela Merkel, por considerarla «la columna vertebral de la Unión Europea de 28 miembros».
El presidente estadounidense quedó tercero, porque para Forbes su influencia disminuía al entrar en su último año de mandato, mientras el papa Francisco figuró cuarto, como líder espiritual de «un sexto de la población mundial».
Y hay otras personas que podrían aspirar al podio.
¿Qué tal por ejemplo de Xi Jinping, el presidente chino que ha concentrado poder?
¿Y Janet Yellen, la presidenta de la Reserva Federal, definida en la revista The Atlantic cuando fue propuesta para el cargo, como alguien que sería «la mujer más poderosa en la historia del mundo»?
Yellen, y no Obama o quien lo suceda, tiene una voz clave al decidir el cambio de las tasas de interés, que afectan los costos de tomar prestado de un banco o el valor del dólar globalmente.
El propio Trump sorprendió en esta campaña al hablar de Putin como un líder más fuerte que Obama, o al decir que el presidente ruso ha sido más astuto que el estadounidense y que Clinton.
Y ahora muchos se preguntan cómo una presidencia de Trump, que ha hablado de levantar un muro en la frontera con México o revisar pactos comerciales o de cooperación internacional, podría afectar a EE.UU. y al mundo.
«Si eligen a Donald Trump, me preocuparía mucho. Porque por un lado el presidente de EE.UU. está muy restringido por límites institucionales. Pero por otro lado, tiene mucha discrecionalidad», señala Peter Gourevitch, profesor de relaciones internacionales en la Universidad de California en San Diego.
«En cuestiones de seguridad, hay varias formas en que el presidente puede causar muchos problemas», agrega en diálogo con BBC Mundo. «En la crisis de misiles de Cuba, el presidente (John F.) Kennedy tuvo mucha discrecionalidad. Y (Lyndon) Johnson en Vietnam».
El propio Obama ha usado ampliamente su autoridad ejecutiva para dejar su huella en política doméstica y exterior eludiendo al Capitolio, por ejemplo al normalizar las relaciones con Cuba, aunque no logró que el Congreso levantara el embargo a la isla.
Quizá otra prueba de la influencia limitada de un mandatario en este país sea el hecho de que alguien como Trump, tan distinto a Obama en tantos aspectos, esté a un paso de llegar a la Casa Blanca.
«Los presidentes de Estados Unidos», dice Randall Kennedy, un profesor de derecho en la Universidad de Harvard, «son poderosos pero no son todopoderosos: no son capaces de cambiar la cultura política de Estados Unidos«.
Tomado de: http://www.bbc.com/
Las elecciones presidenciales en Estados Unidos no se ganan mediante el voto popular, sino a través del Colegio Electoral. En vez de una gran elección nacional, las elecciones presidenciales en realidad son 51 elecciones que se llevan a cabo simultáneamente en cada estado (y el Distrito de Columbia).
A cada uno de los 50 estados se les otorgan electores con base en sus miembros del congreso, básicamente por población. Washington, D.C., por ejemplo, obtiene tres votos; Florida obtiene 29. En casi todos los estados, el candidato ganador de la votación popular se lleva todos los votos del Colegio Electoral: hay 538 votos nacionales en total, y se necesitan 270 para ganar.
En cerca de dos tercios de los estados, incluyendo los más grandes, California (muy demócrata) y Texas (muy republicano), el resultado es predecible. Por lo tanto, la contienda se definirá por los resultados de 15 estados con menos de 200 votos electorales.
¿Cuáles son los estados clave?
Florida, Ohio y Pensilvania se perfilan como los estados más críticos. Estos estados seguramente sumarán el voto electoral que otorgue ventaja al ganador de la elección.
Incluso si Donald Trump gana Arizona, Iowa, Ohio, Utah, Carolina del Norte, Florida y New Hampshire, aún estará lejos de la victoria. Todavía necesitaría ganar uno de los siguientes estados: Pensilvania, Nevada, Michigan, Wisconsin, Colorado, Virginia, o quizá Nuevo México o Minnesota.
De todos estos estados, el único donde Trump ha estado cerca en las encuestas es Nevada.
¿Cuándo conoceremos los resultados?
Las votaciones comienzan a cerrarse en todo el país a las 6 p. m. El voto en persona terminará a la 1 a. m., hora del este, el miércoles en las islas occidentales de Alaska.
A las 8 p.m., suficientes estados habrán votado para conformar por lo menos la mitad del total de los 538 votos electorales.
La mitad de los 106 votos electorales en distritos y estados competitivos está en lugares que terminan de votar a las 7:30 p. m. Cerca del 90 por ciento de estos 106 votos electorales están en lugares que terminan de votar a las 9 p. m.
Si es la noche de Trump y gana cada uno de los nueve estados y distritos críticos que hoy compiten, podría asegurar exactamente los suficientes votos electorales para ganar —270— a las 10 p. m., suponiendo que también gane en Alaska, que termina de votar a la 1 a.m.
Tomado de: New york times
La noche será larga… o corta. Todo depende de quién sea el próximo presidente de Estados Unidos. Si es la candidata demórata, Hillary Clinton, que las encuestas sitúan como favorita por un estrecho margen, podemos saberlo a partir de las 3 de la madrugada hora española. Si por el contrario, el sucesor de Barack Obama es el republicano Donald Trump, no será hasta al menos las 5 de la madrugada que conoceremos al vencedor de las elecciones .
Las urnas empezarán a cerrar a las 6 de la tarde (hora de la Costa Este), que equivale a las 12 de la madrugada en España, en la mayor parte de Indiana y en la parte oriental de Kentucky pero no será hasta la 1 de la madrugada (a partir de ahora siempre hora española) que se conozca el sentido de los primeros 64 votos electorales en liza , pues cerrarán las urnas en la mayor parte de Florida, Georgia, el resto de Indiana y de Kentucky, Nuevo Hampshire, Carolinadel Sur, Vermont y Virginia. A la 1.30 cerrarán Carolina del Norte, Ohio y Virgina Occidental con lo que se conocerán 102 votos electorales.
Si un candidato fuera capaz de adjudicarse todos los estados que cierren hasta las 2 de la madrugada (totalmente improbable) ya conoceríamos al ganador puesto que ya habría 292 votos adjudicados. A esa hora cierran los estados de Alabama, Connecticut, Delaware, Distrito de Columbia, parte de Florida, Illinois, Kansas, Maine, Maryland, Massachusetts, la mayor parte de Michigan, Mississippi, Missouri, New Jersey, la mayor parte de Dakota del Norte, Oklahoma, Pennsylvania, Rhode Island, la parte oriental de Dakota del Sur, Tennessee y la mayor parte de Texas. Media hora después cierra Arkansas (298 votos).
A las 3 de la madrugada cerrarán Nueva York, Minnesota, la parte occidental de Dakota del Sur, Nebraska, la esquina meridional de Dakota del Norte, el noroeste de Michigan, Colorado, Louisiana, New Mexico, Texas, Arizona, Wisconsin y Wyoming (432 votos electorales). A esa hora, si Hillary Clinton es capaz de adjudicarse los estados que se dan por supuestos y los seis estados bisagra (conocidos como battleground states o swing states) que ya hayan votado entonces (Arizona, Florida, Georgia, New Hampshire, North Carolina y Ohio) y el segundo distrito de Maine, la candidata demócrata será ya la virtual vencedora de los comicios. A las 4 de la madrugada cerrarán Iowa, la mayor parte de Idaho, Utah, Nevada y Montana (457 votos electorales).
Si en lugar de Clinton el ganador es finalmente Donald Trump, lo sabremos a partir de las 5 de la madrugada cuando cierran California, el norte de Idaho, Oregon, Washington y Hawaii (535 votos electorales). A esa hora ya habrán votado los nueve estados donde la disputa está viva. Si el candidato republicano se adjudicas todos sus feudos y es capaz de imponerse en losnueve swing states se asegurará los 270 votos electorales que le llevarían a la Casa Blanca, asumiendo que también se impondría en Alaska, estado que acaba de votar a las 7 de la mañana. De hecho , la mayor parte de Alaska cierra a las 6 pero las islas orientales cierran a las 7, cuando de completan los 538 votos electorales en liza.
Tomado de: Lavanguardia.com
El martes después del primer lunes de noviembre es el día marcado por la ley estadounidense para la celebración de elecciones. Este día la Casa Blanca cambia de inquilinos y esta es la crónica en tiempo real.
Hollande muestra su apoyo a Clinton
(14.00 hora de Europa Central)
El presidente de Francia, François Hollande, afirmó, sin aludir a la candidata demócrata directamente por su nombre, que espera que los estadounidenses se decanten por Hillary Clinton. «Confío en que la población estadounidense sabe qué opción corresponde mejor a los valores, a los principios, a la libertad, a esta relación con Francia y con Europa», indicó durante un viaje de trabajo a La Rochelle en el que destacó el histórico vínculo de amistad entre ambos países. (EFE)
Rusia observa con atención las elecciones
(13.00 hora de Europa Central)
El Gobierno de Rusia confía en que las elecciones estadounidenses puedan inaugurar un nuevo comienzo en las enturbiadas relaciones bilaterales. «Estaremos dispuestos a movernos en aras del desarrollo y la restauración de las relaciones hasta donde estén dispuestos a llegar nuestros socios americanos», afirmó en Moscú el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov. El presidente Vladimir Putin ha ratificado varias veces que le interesa el contacto con Washington, señaló Peskov.
Entre tanto, el Ministerio ruso de Relaciones Exteriores criticó un incidente registrado en la ciudad texana de Houston, donde se les denegó a diplomáticos rusos observar el proceso de votación en algunos locales electorales. Según la agencia de noticias Ria Novosti, el viceministro ruso de Relaciones Exteriores, Serguei Riabkov, calificó de inaceptable la negativa a permitir el acceso de los diplomáticos rusos a los locales de votación.
El Ministerio del Exterior ruso entregó una nota de protesta a la embajada de Estados Unidos en Moscú y anunció que a su vez les denegará el acceso de diplomáticos estadounidenses a los locales de votación en las próximas elecciones presidenciales en Rusia. (dpa)
Los mercados se preparan ante posibles turbulencias financieras
(12:30 hora de Europa Central)
Grandes bancos globales como Morgan Stanley, JPMorgan Chase & Co y Goldman Sachs se preparan para posibles turbulencias en los mercados financieros provocadas por las elecciones. Sin embargo, no hay que olvidar que la volatilidad y las turbulencias generalizadas son propicias para los movimientos especulativos que, además, pueden incrementarlas. Los resultados comenzarán a conocerse mientras van abriendo los mercados asiáticos, así que será allí donde comience a notarse, si lo hay, un efecto Trump o un efecto Clinton.
Los bancos no quieren que el resultado les pille desprevenidos, como sucedió con el brexit. HSBC y el japonés Nomura Holdings, bancos enfocados en Asia, están entre las instituciones que han reforzado su personal, mientras que otros están elevando los requerimientos de márgenes en las operaciones para lidiar con un posible incremento en la volatilidad. En otros lugares se están tomando también medidas de precaución.
Los analistas cuentan con unos altibajos de más de un diez por ciento en los índices bursátiles hasta finales de semana. Algunos bancos están proyectando una caída más extrema en caso de una victoria del republicano Donald Trump. Citigroup, por ejemplo, estima que una victoria del magnate de los bienes raíces podría desatar una caída de 3 a 5 por ciento para el S&P 500. (Reuters)
Abren los colegios electorales en Vermont
(11.00 hora de Europa Central)
El estado de Vermont abre las puertas de sus centros de votación a las cinco de la mañana hora local (11:00 hora de Europa Central). Otros estados como Connecticut, Nueva Jersey, Nueva York y Virginia comenzarán la votación una hora más tarde, así como Indiana y Kentucky. E irán abriéndose, progresivamente, en el resto del país. Los habitantes de Alaska serán los últimos en votar en estos comicios. Unos 219 millones de estadounidenses tiene derecho a voto, pero sólo unos 153 millones están registrados para votar. En Estados Unidos, a diferencia de otros países, hay que registrarse para sufragar.
El recuento de votos comenzará a las 19.00 hora local (01.00 hora de Europa Central del miércoles) con el cierre de los centros de votación en parte de la costa este, en concreto, en Georgia, Indiana, Kentucky, Carolina del Sur, Vermont y Virginia. No obstante, el grueso de los resultados se empezarán a conocer alrededor de las 20 o las 21 horas (entre las dos y las tres de la madrugada del miércoles, hora de Europa Central), cuando cierran las urnas en 30 estados y el Distrito de Columbia.
Los estados de la costa oeste, como California (decisivo porque supone 55 votos electorales para el vencedor), cerrarán sus colegios electorales a las 11.00 horas (05.00 del miércoles hora de Europa Central). El último será Alaska, donde algunos colegios permanecerán abiertos hasta la 01.00 hora del este (07.00 CET del miércoles). (dpa/EFE)
La dura campaña electoral ha calado en la población
(10:30 hora de Europa Central)
El porcentaje de votantes que creen que insultar al adversario político es «a veces correcto» ha subido de un 30 por ciento al inicio de la campaña hasta un 43 por ciento en octubre, según sondeos del centro de estudios Pew Research Center. La mayoría de los votantes de ambos partidos tienen una percepción «desfavorable» del otro partido, la primera vez que ocurre desde que Pew comenzó a hacer la pregunta en 1992. Y la confianza en el Gobierno está cerca de mínimos históricos.
Optar por la confrontación política, llevar el debate a lo personal o lo emocional y buscar chivos expiatorios son estrategias electorales que pueden dar buenos resultados. Al fin y al cabo, cuántos candidatos se han quedado fuera de la carrera electoral por dedicarse únicamente a elaborar un programa político con propuestas que respondan a las necesidades de la sociedad. Sin embargo, ese discurso de confrontación ha calado en la población. «Las cifras reflejan una tensión entre grupos que se puede traducir en cualquier cosa, desde palabras rudas y agresiones de bajo impacto hasta actos extremistas», dijo Brian Levin, director del Centro de Estudios del Odio y el Extremismo de la Universidad Estatal de California.
En la pequeña y, hasta ahora, tranquila población de Kokomo, en Indiana, proliferan las pintadas racistas. » No recuerdo que nada de esto ocurriera aquí antes», dice el alcalde Greg Goodnight. Los republicanos locales se desmarcan de los hechos, aunque uno de los que ha sufrido estas pintadas en su casa no duda que es la retórica agresiva de la campaña y, en especial de Donald Trump, la que ha envalentonado a los extremistas. «Cuando (candidatos) hablan con ignorancia, quizás otros piensan que es correcto hacerlo (…) Parece como si el país fuera marcha atrás», declara a Reuters. También los republicanos han sido objeto de hostilidad en algunos lugares. (Reuters)
Las otras elecciones: al Senado en Nevada
Una latina podría entrar por primera vez en la Cámara Alta estadounidense
(09:30 hora de Europa Central)
Catherine Cortez Masto, candidata demócrata al Senado de Estados Unidos por Nevada, podría convertirse en la primera mujer hispana que logra un asiento en la Cámara Alta en unas elecciones que se celebrant también este 8 de noviembre en paralelo a las presidenciales. Ex fiscal general de ese estado, Cortez se enfrenta al republicano Joe Heck para ocupar la vacante del demócrata Harry Reid. Las encuestas reflejan una mínima ventaja de la demócrata. Ella tiene ascendencia mexicana, por parte de su padre, pero también italiana, por su madre. Su propio abuelo fue un inmigrante que llegó al país desde Chihuahua.
Así como Trump y Clinton han utilizado en su campaña a famosos como Madonna o Jennifer López, Cortez tiene también un aliado en Los Tigres del Norte, que han viajado a Las Vegas para mostrarle su apoyo. Durante la noche acudieron a un evento junto a la candidata. «Es una elección decisiva para los latinos porque sabemos que el voto latino va a decidir quién nos represente, (alguien) que sí quiera a los mexicanos, que sí quiera a los latinos. No vamos a votar por quien no nos quiere», dijo el bajista de la conocida banda mexicana, Hernán Hernández. «Si no votamos, no contamos. Así que mañana, a salir a votar», añadió el músico.
El grupo ha hecho también campaña por Hillary Clinton. No es de extrañar. La campaña de Donald Trump ha sido ofensiva para los mexicanos y uno de los sitios donde más se teme una posible victoria del magnate es en la frontera con su país, donde ha reiterado su intención de construir un muro para reforzarla, además de deportar a todos los indocumentados.
Y no sólo quiere echar a las personas, también a las mercancías. «Estamos muy preocupados. Sabemos qué es lo que Donald Trump está buscando hacer, que es limitar las importaciones: él quiere manufacturar todo en Estados Unidos», dijo Marcello Hinojosa, presidente de la asociación empresarial Canacintra en la fronteriza ciudad de Tijuana. «Pero esto ha sido analizado tanto por Estados Unidos como por México y es suicidio para ambos países», añadió. (EFE)
Sólo ocho personas votaron en Dixville Notch, la primera cita con las urnas en las elecciones estadounidenses.
(08:30 hora de Europa Central)
Apenas cierra la campaña electoral y empiezan a conocerse resultados
No pasa de ser una anécdota, pero las mesas electorales ya han ofrecido los primeros resultados. En los tres pequeños enclaves del estado de Nuevo Hampshire que votan a medianoche ha resultado vencedor, conjuntamente, Donald Trump. En otras dos de estas recónditas localidades (que ni siquiera llegan conjuntamente a los cien votantes) ganó, sin embargo, la candidata demócrata Hillary Clinton.
Como marca la tradición, los vecinos de Hart’s Location, Dixville Notch y Millsfield se reúnen a medianoche, votan y, si han completado el censo, pueden realizar el recuento de votos. En el primero, el único de los tres enclaves con título de municipio, Clinton obtuvo 17 frente a 14 de Trump. En Dixville Notch, Clinton logró cuatro votos frente a dos de su rival. Y en Millsfield, Trump consiguió 16 votos frente a cuatro de Clinton.
La contienda electoral se prevé ajustada. Muestra de ello son no tanto los resultados en estas pequeñas poblaciones, sino que ambos candidatos hayan organizado, a última hora y ya entrada la madrugada, actos de campaña en Carolina del Norte, Clinton, y Michigan, Trump, para tratar de atraer a los votantes indecisos. La campaña se cerró, así, prácticamente a la misma hora que empezaron a conocerse resultados. (EFE)
Tomado de: dw.com