En diálogo con El Nuevo Siglo, Cipriano Heredia, diputado del consejo de Miranda y miembro del partido opositor, Voluntad Popular, cuenta cuáles son las implicaciones del abandono de cargo que Parlamento le decretó a Maduro. Entrevista EL NUEVO SIGLO
EL NUEVO SIGLO. ¿En qué consistió el abandono del cargo decretado a Nicolás Maduro?
CIPRIANO HEREDIA. En este caso, como todo el mundo los sabe, la oposición venezolana intentó una enmienda constitucional, que fue truncada por una sentencia del TSJ (Tribunal Supremo de Justicia). Luego nos fuimos por el camino del revocatorio que fue un largo “vía crucis”, lleno de trabas, que nos llevó desde el mes de marzo hasta octubre a afrontar obstáculos, que finalmente concluyeron con sentencias de tribunales regionales.
Ante eso, el Gobierno se aseguró cruzar la raya del 10 de enero, que divide los primeros cuatro años del periodo, con consecuencias distintitas. Por eso, la Asamblea hizo uso del último recurso que le quedaba en la mano, antes de que Maduro cumpliera cuatro años como presidente, que fue decretar el abandono de cargo.
Así se hizo uso de una facultad de la Constitución, que además fue precedida por un debate político a lo largo de diciembre, donde se determinó que el presidente Nicolás Maduro es el responsable de la crisis que vive Venezuela.
En este momento existe un debate sobre si hubo una interpretación exagerada de la Constitución sobre lo que significa el abandono. El Gobierno defiende la noción de abandono físico: él sigue despachando desde Miraflores. Esta es una visión coloquial. Resulta que el abandono implica muchas cosas más. Significa una actitud de negligencia manifiesta, cuando no cumples las tareas.
ENS. Pero, ¿la declaratoria de abandono tiene validez, teniendo en cuenta que la asamblea fue declarada en desacato por la el TSJ?
CH. El Gobierno ha logrado que el TSJ se encargue de anular todas las leyes emanadas de la Asamblea. Además, pretende anular el nombramiento de tres diputados del estado Amazonas, negándoles su fuero parlamentario mediante una decisión arbitraria. La oposición cometió el error de incorporar de manera sucesiva los tres diputados. Al principio se hizo de manera voluntaria, pero el Gobierno nos mantuvo en permanente jaque a la asamblea.
El argumento del TSJ es que mientras las Asamblea mantenga a los tres diputados está en desacato. Por lo tanto, todo lo que haga es ilegal. A pesar de que antes de la decisión del abandono de cargo se desvinculó a los tres diputados.
Pienso que no debemos ponerle demasiada atención a lo que dice el tribunal. Efectivamente hay un choque de poderes. En este caso, la Asamblea debe hacer respetar la decisión que tomó. Esta decisión es que Maduro ya no es el presidente de Venezuela y Tareck El Aissami debe ser juramentado para que cumpla esa función por 30 días y luego realizar una elección presidencial en el tiempo más breve posible.
ENS. Es decir, ¿durante el transcurso de los 30 días El Aissami debe ser el presidente, y luego elecciones?
CH. Sí, ese es el plazo que fija la Constitución para que se celebren las elecciones: 30 días. Todo el tema de hacer esto, todo esto el 9 de enero, es justamente haberlo hecho entre los primeros cuatro años (antes del 10 de enero). Porque la consecuencia de que haya una falta en los primeros cuatro años, es que tiene que haber una elección para escoger un presidente que termine. En cambio, la consecuencia de que haya una falta después, es que el vicepresidente culmina el periodo presidencial.
Ese lapso de 30 días hay que asumirlo con cierta flexibilidad. En mi criterio, la Asamblea debería notificarle a embajadas y organizaciones que Maduro ya no es presidente. Y, además, ordenarle al CNE que convoque de inmediato a elecciones.
ENS. Cambiando de tema, ¿qué opinión tiene sobre el “comando anti golpe” que creó Maduro?
CH. Es un comando “anti democracia”, de “represión”. Tareck El Aissami es un hombre que tiene experiencia en este tipo de organismos de inteligencia y policiales. Además, algunas personas a nivel nacional e internacional lo vinculan con grupos terroristas de Medio Oriente. Es un hombre peligroso. Algunos piensan que vino a frenar la conspiración interna que hay en el chavismo, porque ahora hay muchos oficialistas que intentan sustituir a Maduro.
Hay una situación muy complicada. Esta semana han detenido al general Baduel, a un diputado sin respetarle su inmunidad parlamentario (le pusieron armas al lado para decir que lo agarraron en fragancia). También detuvieron a dos concejales. Mi partido, Voluntad Popular, ha llevado la peor parte de la represión. Nuestro líder, Leopoldo López, está detenido (Febrero 2014). Nuestro segundo líder, Carlos Elpidio, está en el exilio. Tenemos una enorme cantidad de presos políticos. Cuando logramos que salgan, el Gobierno vuelve y los mete presos.
ENS. Ante este panorama, ¿cuál debe ser el camino que debe tomar la oposición?
CH. Nosotros privilegiamos la unidad como valor superior. No obstante, tenemos observaciones muy contundentes respecto al funcionamiento de la unidad. Se tiene que redefinir. No puede seguir siendo un club reducido de partidos. Creemos que tiene que pasar a ser un movimiento nacional, incluyendo sectores estudiantiles, sindicales, gremiales.
No podemos dejar que nos sigan robando en la cara como ocurrió con el referendo revocatorio y que la única respuesta sea sentarnos en una mesa de diálogo. Esto fue un grave error. Sin embargo, es posible recuperar la movilización de calle. Pienso que nuestra bandera es exigir las elecciones. Por el momento estamos convocando a una gran movilización el 23 de enero. Ese es el día en el que aquí se celebra la democracia, (en el año 1958 derrocaron a Marco Pérez, el penúltimo dictador, antes de éste).
ENS. ¿Qué va pasar con la mesa de diálogo?
CH. La mesa de diálogo entre oposición y Gobierno fue un estruendoso fracaso. No hay condiciones para seguir con ella. El Gobierno incumplió con lo acordado en el documento de noviembre. Lo del diálogo es una simple fachada para que el Gobierno de le diga al mundo que es un demócrata.
Tomado de:El Nuevo Siglo.com
