Circulo de Periodistas de Bogota

Archivos septiembre 2019

Periodismo para desnudar al emperador cuando va vestido con mentiras

17 Septiembre 2019.

Tomado de: Pixabay.

Por: Carlos Domínguez / El Salvador.

“Porque se va a imponer el periodismo de excelencia, que comprueba las noticias, que fiscaliza al poder, que pone por delante la verdad y el interés general de sus lectores. Que rectifica y pide disculpas cuando se equivoca. Ese va a ser el periodismo del futuro y no solo porque sea moralmente superior a la propaganda…porque nuestro trabajo, cuando es honesto y riguroso, es un gran servicio público. El periodismo sirve para desnudar al emperador cuando va vestido con mentiras”

La dimensión de la libertad de expresión es amplia, porque es inherente a toda persona sin distinción alguna. Por eso quizá muchos la confundan con libertinaje, y como luz verde para sobrepasar los límites que —pese a tal amplitud— tiene.

En todos los países existen disposiciones constitucionales que garantizan la libertad de expresión, la reglamentación sobre la propiedad de los medios de comunicación, leyes de prensa, el derecho de rectificación y la confidencialidad de las fuentes noticiosas, la protección de la privacidad y el honor, regulaciones sobre la publicidad comercial, propaganda electoral, derechos de autor y colegiatura obligatoria. (No es nuestro caso).

Suele aceptarse en el ámbito de lo propiamente jurídico la existencia de dos bloques que constituyen límites a la libertad de expresión. Uno es el de la honra, la intimidad, el buen nombre de los demás, la reputación. Otro es en el contexto de la salud, moral u orden público y seguridad.

Sin caer en lo obvio, el derecho a la libertad de expresión incluye el derecho al disenso y a estar de acuerdo; pero aquél es la esencia de la libre expresión. Naciones Unidas destaca la relevancia de este derecho para la construcción de la paz, la justicia y los derechos humanos y su trascendencia para la formación de sociedades democráticas y transparentes.

La falta de transparencia se asocia casi automáticamente con la censura, entendida como, actos previos, explícitos, directos y verificables de fuerza o de autoridad, dirigidos a impedir la circulación de un periódico impreso, un mensaje electrónico, una pieza en la radio o la televisión. Existen otros mecanismos perversos que tienen el mismo fin y sin usar la violencia. De ésta tuvimos suficiente en el país en la historia reciente, con atentados dinamiteros, ametrallamientos, amenazas, homicidios. Y en los últimos años, periodistas que han debido abandonar el país.
Algunos de esos mecanismos perversos son el manejo de la pauta oficial como premio o castigo a líneas editoriales, descalificación pública a periodistas por altos funcionarios del Estado, acusaciones de montar campañas contra las acciones del gobierno, apología de la violencia contra periodistas y medios de comunicación, aplicación de seguimiento, monitoreo, vigilancia y control de los periodistas, por parte de los organismos de seguridad del Estado.

Por el contrario, hay suficientes instrumentos internacionales orientados a la protección de los periodistas. El Secretario General de Naciones Unidas, Antonio Guterres, ha exhortado a los países a defender a los periodistas y respetar el cumplimiento de la legislación que los protege en favor de un periodismo independiente, la libertad de expresión y el derecho a la información. El Estado de Derecho que promueve, estimula y fomenta las libertades individuales, como la de opinión, conciencia y expresión, da pasos firmes para fundar una prensa libre, independiente y sin ningún tipo de censura o coerción.

En tiempos de troles, similares y conexos sí es importante reflexionar en que aquellos medios que se ganen la confianza de sus lectores, van a consolidarse y crecer. Aquí no caben noticias virales, titulares exagerados, noticias falsas o que obedecen lo que dictó el poder. Hay una frontera muy clara entre prensa de calidad y la propaganda.

Al respecto, retomo palabras de Ignacio Escolar, fundador de eldiario.es, ganador del Reconocimiento a la Excelencia 2018 por la Fundación Gabo: “Porque se va a imponer el periodismo de excelencia, que comprueba las noticias, que fiscaliza al poder, que pone por delante la verdad y el interés general de sus lectores. Que rectifica y pide disculpas cuando se equivoca. Ese va a ser el periodismo del futuro y no solo porque sea moralmente superior a la propaganda…porque nuestro trabajo, cuando es honesto y riguroso, es un gran servicio público. El periodismo sirve para desnudar al emperador cuando va vestido con mentiras”.

La vida en un bloqueo de internet: cruzar fronteras para enviar un correo

17 Septiembre 2019.

Foto: vía Shutterstock.

Tomado de: The New York Times.

Suspender el acceso a la web se ha convertido en una de las herramientas de la represión gubernamental en el siglo XXI y ocurre cada vez más en países que buscan sofocar a los disidentes.

HARARE, Zimbabue — Cuando Zimbabue bloqueó el internet durante una represión reciente, Obert Masaraure, un prominente crítico del gobierno, no tenía manera de saber cuándo era seguro salir de su escondite.

Esperó un día y después otro. Al tercer día salió con la esperanza de que la ola de arrestos hubiera terminado.

Los soldados lo arrestaron en su casa doce horas más tarde.

“Si hubiera estado conectado, quizá habría sabido que no era seguro salir”, dijo Masaraure.

Los bloqueos de internet se han convertido en una de las herramientas definitorias de la represión gubernamental en el siglo XXI, no solo en Zimbabue, sino en cada vez más países que buscan sofocar a los disidentes, especialmente en Asia y África.

Los bloqueos hacen más que socavar el proceso democrático. Pueden afectar economías enteras y negocios individuales, así como trastornar drásticamente la vida cotidiana de los ciudadanos ordinarios, al convertir la búsqueda de servicios móviles en un juego del gato y el ratón con la policía, una situación por la que muchos se ven obligados a cruzar la frontera solo con el propósito de enviar correos electrónicos para el trabajo, por ejemplo.

El gobierno indio lleva a cabo esta práctica con más frecuencia que cualquier otro país —hace poco lo hizo en Cachemira—, pero no es el único: en 2018, hubo por lo menos 196 bloqueos en veinticinco países, en comparación con los 75 que hubo en veinticuatro países en 2016, de acuerdo con investigaciones de Access Now, un organismo independiente que defiende los derechos en internet. Tan solo en la primera mitad de este año, hubo 114 bloqueos en veintitrés países.

En total, más de un cuarto de los países del mundo han utilizado la táctica en un momento u otro a lo largo de los últimos cuatros años.

Generalmente utilizado durante momentos de agitación civil o inestabilidad política, un bloqueo permite que los funcionarios detengan el flujo de información sobre los actos indebidos del gobierno o frenen la comunicación entre activistas; en esos casos, les ordena a los proveedores de servicios que suspendan o lentifiquen el acceso a internet de sus clientes.

Aunque países autoritarios como China e Irán han bloqueado desde hace mucho algunos sitios web internacionales que consideran subversivos, como Facebook, un bloqueo del internet generalmente es una medida temporal, a menudo utilizada por gobiernos que históricamente han tenido un enfoque menos sistemático respecto a la censura de internet.

“La gente siempre tenía la opinión simplista de que la tecnología solo podría usarse de una sola manera y que era una gran herramienta para la democracia”, dijo Kuda Hove, investigador de derechos digitales en el Instituto de Medios en África del Sur (MISA). Sin embargo, después del surgimiento del bloqueo, dijo, “las personas entendieron que el gobierno podía usar la tecnología en contra de la gente”.

Las investigaciones sugieren que la economía a menudo paga el precio. En países con un nivel medio de penetración de internet —es decir, donde entre el 49 y el 79 por ciento de la población tiene acceso a internet— una suspensión podría arrebatarles 6,6 millones de dólares a las actividades económicas diarias por cada diez millones de personas, de acuerdo con analistas de Deloitte, una firma internacional de contaduría.

De julio de 2015 a junio de 2016, los bloqueos provocaron pérdidas mundiales de más de 2400 millones de dólares, de acuerdo con la Institución Brookings, un grupo de investigación.

El bloqueo de seis días en enero en Zimbabue tenía como propósito frenar las manifestaciones de la oposición, pero también terminó afectando gravemente a empresarios como Peter Makichi, distribuidor de combustible.

Como agente de una empresa sudafricana de combustible, Makichi debía transferirles a sus proveedores más de 100.000 dólares cada tres días. El bloqueo no solo le impidió transferir el dinero durante varios días, sino también enviarles correos electrónicos a sus clientes, que después cancelaron su contrato.

La cancelación lo obligó a cerrar tres de sus cuatro sucursales y despedir a 27 de sus 35 trabajadores, lo cual redujo sus ganancias más de un 90 por ciento todos los meses, comentó Makichi.

En las afueras de Harare, la capital de Zimbabue, la mayoría de los clientes de la tienda de abarrotes de Wisdom Fore sí tenía dinero para comprar alimentos, pero no tenía acceso a sus cuentas bancarias.

Debido a una escasez de billetes, muchas transacciones en Zimbabue se hacen a través de sistemas móviles de pago, incluso las compras pequeñas. Sin embargo, el sistema necesita internet para funcionar, así que Fore terminó desechando gran parte de la comida perecedera y perdió casi la mitad de sus ventas diarias.

El bloqueo incluso afectó la industria musical. Ameen Jaleel Matanga, un popular cantante que se presenta como Poptain, tenía la intención de lanzar su video musical más reciente el primer día de la suspensión de internet. El bloqueo evitó que lo subiera a la red y ese retraso alteró su plan de negocios para todo el año.

“La economía se suspende por un bloqueo en la red”, dijo Fore. “El flujo de todo se lentifica”.

En algunos países, eso además ha incluido el suministro de medicamentos esenciales y el despliegue de profesionales médicos.

En Sudán, el gobierno interino suspendió el servicio de internet durante un mes, principalmente para obstruir las actividades de la oposición después de que fuera derrocado el presidente Omar al Bashir. Sin embargo, también evitó que los médicos sudaneses ordenaran nuevos medicamentos, lo cual provocó una escasez de tratamientos para la diabetes y evitó que los líderes de las manifestaciones usaran WhatsApp para pedir asistencia médica, de acuerdo con Sara Abdelgalil, que a través del internet coordina la llegada de suministros a Sudán desde su casa en el extranjero.

“Teníamos un grupo de WhatsApp donde decíamos: ‘Necesitamos un cirujano en Omdurmán; necesitamos un anestesista en Buri’”, dijo Abdelgalil, presidenta de la sección británica del Sindicato Sudanés de Médicos, el cual apoya la transición de Sudán a un gobierno civil. “Todo eso se volvió muy difícil”.

En algunos países en vías de desarrollo, las ganancias de la mayoría de los vendedores dependen de publicitar sus productos en grupos públicos de WhatsApp, donde se pueden enviar anuncios a cientos de destinatarios a la vez. Durante un bloqueo, estos grupos se convierten en ciudades fantasmas en línea.

En Camerún, se bloqueó el acceso a internet de manera intermitente en las intranquilas regiones anglohablantes al oeste del país durante 240 días en 2017 y 2018.

Para mantener el flujo de las comunicaciones, los residentes escribían borradores de correos electrónicos en sus celulares y se los daban a amigos y colegas que viajarían a regiones francohablantes, dijo Rebecca Enonchong, emprendedora de internet en Camerún.

En cuanto los celulares atravesaban la frontera invisible entre las provincias anglohablantes y francohablantes, los correos electrónicos se enviaban.

“Todos lo estaban haciendo”, dijo Enonchong. “Le dabas a alguien el dispositivo y después regresaba con él al término del día”.

Sin embargo, esta solución alternativa no fue suficiente para rescatar a muchas de las firmas digitales en las regiones afectadas, las cuales eran el epicentro de los negocios tecnológicos cameruneses. “Imaginen qué pasaría si el internet se suspendiera en Silicon Valley”, dijo Enonchong, quien dirige centros de innovación digital en zonas anglo y francohablantes. “Ese es el equivalente de lo que sucedió en Camerún”.

En Zimbabue, un número creciente de personas han descargado redes privadas virtuales (VPN), sistemas que permiten que los usuarios evadan algunas restricciones de internet. Sin embargo, las VPN a menudo son bloqueadas por el gobierno y las que funcionan con frecuencia son demasiado lentas para ser útiles, dijo Hove, el investigador de derechos digitales.

Además, las VPN quizá no sean suficientes si los gobiernos adoptan formas más sofisticadas de censura en internet.

Al parecer el gobierno de Zimbabue ya está sacando partido de internet, pues usa programas para vigilar a sus oponentes y envía ejércitos de troles en contra de sus detractores, comentó Hove.

“En mi opinión, la siguiente batalla será en contra de que el gobierno suspenda el internet; eso quizá es demasiado evidente, y con el nivel de repudio internacional que recibieron, quizá no lo hagan de nuevo”, añadió. “Sin embargo, tal vez aumenten sus intentos de sofocar el discurso democrático en línea”.

Riesgo en el periodismo, una realidad que no desaparece

17 Septiembre 2019.

Foto: JOAQUÍN RAMÍREZ.

Tomado de: elpilon.com.co –

En medio de la melancolía y la dignidad, este lunes se llevó a cabo un plantón conmemorativo, en la plazoleta de la Gobernación del Cesar, en el que se rindió homenaje al periodista Guzmán Quintero Torres, ‘Manzo’.

Las lágrimas que asomaban en los ojos de su familia, amigos, colegas y valduparenses que han sentido su muerte, recordaban que hace 20 años fue vilmente asesinado. La dignidad entre tanto venía por cuenta de una pequeña conquista que se ha conseguido en medio de la búsqueda de verdad y justicia, su caso, a pocos días de prescribir, fue finalmente declarado por la Fiscalía como un crimen de lesa humanidad.

Esto, en palabras de Yuly Henriquez, abogada y delegada del Colectivo de Abogados José Alvear Restrepo, Cajar,  que ha llevado este caso en los últimos años, es un logro muy importante que representa un paso más, muy lento, pero significativo en la búsqueda de una sanción para los responsables de esta muerte.

“En comparación con hace una década podemos decir que la situación ha mejorado considerablemente, pero sin lugar a dudas las violaciones o los ataques para el ejercicio de la libertad de prensa siguen siendo el pan de cada día”, expresó Henriquez.

En efecto, aunque el panorama para los profesionales del periodismo ha mejorado paulatinamente en comparación con otras épocas de conflicto, todavía se corren muchos riesgos en este ejercicio.

Los periodistas mantienen su lucha porque haya más garantías de las entidades para el ejercicio de esta profesión. FOTO: JOAQUÍN RAMÍREZ

EN CIFRAS:

De acuerdo con la Fundación para la Libertad de Prensa, FLIP, en lo corrido de 2019 se han documentado 285 ataques contra la prensa a nivel nacional. Cuatro de estos casos se presentaron en el departamento del Cesar; dos amenazas, un caso de acoso judicial y una obstrucción a la labor periodística. Tres de ellos tuvieron lugar en Valledupar y el otro en el municipio de Becerril.

El año anterior en cambio, la FLIP documentó 477 ataques contra la prensa, 11 de ellos en el Cesar. Así pues, se presentaron seis amenazas, dos hostigamientos, una agresión física, una obstrucción y un acoso judicial. Ocho de estos casos se presentaron en la capital del departamento.

Por este motivo, dicha fundación concluyó que más allá de pensar que los otros municipios sean lugares ideales para desarrollar la labor periodística, este fenómeno se debe a la escasa oferta mediática regional y a los altos índices de autocensura.

“Según la investigación de Cartografías de la Información de la FLIP, de los 25 municipios de Cesar, 16 se encuentran en silencio; es decir, que en estos lugares no se produce información local”, informó Julián García, miembro de la Flip. Al tiempo, indicó que de esos 16 municipios, cinco no tienen medios de comunicación locales por lo cual en resumen, el 32 % de la población del departamento no tiene acceso a información local.

¿CÓMO ES EN LA ACTUALIDAD?

Para Ana María Ferrer, coordinadora de la Comisión de la Verdad en el Cesar y La Guajira, y corresponsal de la Flip en este departamento, la seguridad está igual que cualquier ciudadano  pero siempre ha sido una profesión de alto riesgo, en diferentes contextos.

“Hubo un contexto del conflicto armado, hubo un contexto de presión por grupos políticos, gobernantes, hoy estamos en un contexto donde hay de todo revuelto, bandas criminales, grupos armados, corrupción, entonces hoy el periodista está expuesto a muchas presiones, a muchos riesgos, creo que el periodismo nunca ha dejado de ser una profesión de alto riesgo”, sostuvo Ferrer.

Al tiempo, hizo referencia a que desde el año 1977 hasta el 2016 asesinaron a 166 periodistas y de esos números tan altos, solo seis casos fueron declarados de lesa humanidad.

Igualmente aclaró que actualmente no hay periodistas amenazados, pero sí existen periodistas presionados por el contenido de la información, también que se les obstruye el acceso a la información, sobre todo, en el tema judicial que no es fácil.

También, manifestó Ferrer, hay periodistas que prefieren no decir algo para no verse envueltos en los escenarios que impiden finalmente la libertad de prensa.

Por último, expresó que todavía algunos de estos profesionales cuentan con esquemas de seguridad  que se les han impuesto desde años atrás.

“Vienen de unos años atrás con esos riesgos de que pueda pasar algo por amenazas, pero amenazas de varios años y que aún se le sigue con el nivel de alto riesgo y por eso tienen escoltas, pero este 2019 periodistas amenazados como tal no hay”, agregó.

Por su parte Yanitza Fontalvo, periodista y ex presidenta del Círculo de Periodistas de Valledupar, CPV, reconoció que continúan las dificultades para ejercer el periodismo en las regiones.

“En el pasado en el Cesar nos asesinaron dos periodistas, a muchos los amenazaron y otros fueron secuestrados. A raíz de estos hechos muchos callaron, se autocensuraron, se dedicaron solamente a informar y no a investigar. Los violentos infundieron el temor en el periodismo y hoy son muy pocos los que se atreven a hacer periodismo de denuncia”, aseguró.

Entre tanto el actual presidente del CPV, Arnold Murillo, en estos seis meses que lleva al frente de este gremio no han recibido información de algún colega que haya recibido una amenaza contra su integridad.

Sin embargo,  también enfatizó en que hay una exposición a vivir este tipo de situaciones frente a lo que hacen un llamado de unidad como gremio a fin de resistir lo que ha pasado, está pasando y puede seguir ocurriendo como son las amenazas, maltratos y hasta, en las ocasiones más graves, los asesinatos.

“Que cada quien cumpla su rol, que la Fiscalía cumpla su rol, que la Policía cumpla su rol, que las entidades cumplan su rol para así poder salvaguardar la integridad del periodista. En la medida que cada quien cumpla su rol vamos a saber cómo actuar frente a la situación que se llegue a presentar”, finalizó el periodista reflexionando sobre cómo se puede garantizar el ejercicio de esta profesión a los periodistas.

Foto: Joaquín Ramírez

LO QUE VIENE:

Aunque la declaratoria del crimen de lesa humanidad de Guzmán Quintero Torres, quien fuera jefe de redacción del periódico EL PILÓN, es un paso significativo en el proceso, todavía se requiere más investigación para aclarar la verdad en este caso.

“Es una noticia que si bien es positiva no es todo lo que necesitamos para el caso, es necesario que la Fiscalía avance con una investigación seria y efectiva de este delito para hacer responsable a todos los involucrados en la cadena criminal, no solo a los autores materiales como han sido las condenas que han logrado hasta ahora sino también a los autores intelectuales”, dijo Luisa Isaza, abogada de la Flip, organización que aunque no es representante directamente en este caso, sí es parte civil en el proceso.

Ver un vídeo 10 minutos consume tanto como un móvil durante 10 días

17 Septiembre 2019.

Tomado de: El País (España).

El consumo de energía de acciones cotidianas pasa inadvertido. La invisibilidad de la infraestructura necesaria para operar con los móviles, las tabletas, los ordenadores o los servicios en la nube hacen que se menosprecie el inmenso uso de recursos que hay detrás. No se nota de forma directa en la factura de la luz, pero los fabricantes y proveedores de los servicios tienen que recurrir a un enorme caudal energético para que el usuario disfrute de la nueva era digital. El simple visionado de un vídeo durante 10 minutos equivale al consumo de un móvil durante 10 días, cinco horas sin parar de escribir y enviar correos con un documento adjunto de un mega o encender un horno de 2.000 vatios a máxima potencia durante cinco minutos.

El ejemplo del vídeo, reflejado en el informe LEAN ICT- Towards digital sobriety («hacia la sobriedad digital»), es fundamental para entender la huella de la nueva era porque el visionado de productos audiovisuales supone más del 80% del crecimiento del tráfico en Internet, según los datos de la multinacional Cisco reflejados en el estudio.

Detrás de una película de solo 10 minutos hay redes de telecomunicaciones, centros de datos y dispositivos personales. Cada elemento consume y suma. A este entramado se irán incorporando en estos años todos los aparatos del Internet de las Cosas. Según Cisco, el número de dispositivos conectados pasará de los 1,9 por persona que había en 2016 a entre 13 y nueve el próximo año en los países desarrollados. Un estudio de GSMA calcula que una casa con cuatro miembros habrá incrementado en un 50% el número de electrodomésticos vinculados a la Red en cinco años. La proliferación de dispositivos ha disparado la demanda de tráfico en la red (más del 25% por año, según Cisco) y de capacidad de los centros de datos (35% por año).

Pero al consumo durante la utilización de los aparatos hay que añadir el generado para su fabricación. En el caso de un móvil, de acuerdo con el informe LEAN ICT, antes de comprarlo ya se ha empleado un 90% del total de la energía que requerirá teniendo en cuenta una vida útil de dos años. Este impacto en las fases de producción es del 60% para la fabricación de una televisión inteligente o del 80% en un ordenador portátil.

Vista aérea de la ciudad tecnológica de Samsung en Giheung.
Vista aérea de la ciudad tecnológica de Samsung en Giheung. SAMSUNG

«Sobriedad digital»

Para reducir el impacto de la nueva era tecnológica, el informe promueve una serie de medidas encaminadas hacia la “sobriedad digital”. Entre ellas, dar a conocer la huella asociada a la cultura de compra y renovación de dispositivos (ampliar en un año o dos la vida útil de los aparatos puede reducir el consumo energético asociado en más de un 25%), adaptar los usos a una utilización moderada, evitar el consumo indiscriminado de material audiovisual y adquirir hábitos de recarga solo cuando sea necesario.

También los gestores de centros de datos pueden implementar medidas, como advertía Ramón Rodríguez, director asociado de Sostenibilidad y Energía en Arup España, una empresa de ingeniería y consultoría presente en todo el mundo que trabaja en proyectos para hacer más eficientes estas instalaciones.

Los centros de procesos de datos existentes necesitan una media de electricidad equivalente al consumo de un país como España. Esta demanda supone el 1% del total de electricidad del mundo y genera un 0,3% de las emisiones de carbono globales. El informe LEAN calcula que el desarrollo digital emitirá en los próximos ejercicios tanto CO2 como toda la India en 2015.

Si a los centros se le suman todos los dispositivos y redes vinculados a los mismos, toda esta tecnología necesita entre el 5% y el 9% del consumo mundial de electricidad y eleva al 2% su participación en la contaminación mundial, similar al generado por el transporte aéreo.

Rodríguez afirma que los mecanismos para hacer más eficientes los centros de datos suponen un retorno inmediato en la inversión. “Se puede conseguir un ahorro de entre un 28% y un 32% en el consumo por gigabyte y el correspondiente en emisiones contaminantes”, asegura.

Este experto explica que se pueden adoptar medidas sin interferir en la capacidad y calidad de los servicios, como la mejora de los equipos de refrigeración de los complejos de datos o mejorar la localización de los mismos para situarlos en los espacios más fríos o redistribuir la carga de los servidores para tener uno al 90% en vez de tres al 30% o llegar a acuerdos con compañías suministradoras para asegurar el mayor porcentaje de energía renovable.

The Story: El nuevo libro de Mario García para lectura en móviles

17 Septiembre 2019.

Es el primero de una trilogía sobre cómo ordenar los flujos de información a través de diversas plataformas que han invertido el papel de los diarios impresos.

El diario impreso sigue siendo una de las más poderosas fuentes narrativas. Para sobrevivir, el editor debe transformar, adaptar y administrar la sala de redacción de una manera diferente a como lo venía haciendo.

The Story, el libro de Mario Garcia que acaba de salir al mercado, es una herramienta de gran utilidad para que un editor puede encarar el cambio dramático y fulminante en el consumo de noticias e información en la sociedad móvil.
El flujo de noticias ha invertido el rol que tradicionalmente tenían los diarios impresos en el menú informativo de las audiencias. The Story, fue puesto a la venta el 15 de septiembre por la editorial norteamericana Thane & Prose. Puede pre ordenarlo desde aquí.
El hallazgo del árbol más alto del Amazonas (y por qué es una incógnita su gran tamaño)

17 Septiembre 2019.

Foto: Getty.

Tomado de:BBC.

Con ayuda de tecnología láser, un equipo de ecólogos encontró el que ahora se considera el árbol más alto de la selva amazónica. El hallazgo replantea no solo lo que se conocía sobre estos árboles, sino que revela que esta región del planeta tiene una habilidad natural mucho mayor de lo que se pensaba.

No son buenas las noticias que últimamente nos llegan del Amazonas. Pero en medio de los miles de incendios que han afectado a la selva durante las últimas semanas, se ha dado a conocer un hallazgo curioso y esperanzador.

Un equipo de científicos británicos y brasileros publicó una investigación en la que afirman haber encontrado el árbol más alto de la Amazonía. La buena noticia, además, es que el gigantesco árbol no está solo, sino que está rodeado de otros gigantes que pueden superar los 80 metros de altura.

El coloso fue hallado en el estado de Amapá, en el noreste de Brasil, cerca de una región conocida como el Escudo de guyanés, una zona rica en biodiversidad y que por ahora está a salvo de los incendios. Entre enero y agosto de 2019, el número de incendios forestales en Brasil aumentó casi en 84% con respecto al mismo periodo en 2018.

Un coloso natural

El árbol es un Angelim rojo (Dinizia excelsa) que mide 88 metros. Con esa altura, supera por 30 metros al que tenía el récord anterior. Su tronco mide 5,5 metros de diámetro.

Como referencia, la Estatua de la Libertad en Nueva York mide 93 metros de altura, incluyendo su base. El Cristo Redentor en Río de Janeiro mide 38 metros desde su pedestal. Estos árboles son muy comunes en la selva del Amazonas y, aunque son malolientes, su madera es muy apreciada.

¿Cómo lo encontraron?

Entre 2016 y 2018, el Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales de Brasil (INPE), escaneó vastas extensiones del Amazonas con tecnología láser.

El INPE rastreó 850 áreas de selva, cada una de 12 km de largo por 300 m de ancho. Siete de esas áreas mostraron evidencia de tener árboles que superaban los 80 metros, la mayoría de ellos en las cercanías del río Jari, un afluente del río Amazonas. Con esos indicios, los científicos tuvieron claro cuál era el siguiente paso.

 

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Foto: Getty. El área del Escudo guyanés no se ha visto afectada por los incendios.

«Nos sorprendimos con la colosal altura que mostraron los escáneres», escribieron en un artículo en The Conversation los ecólogos Tobias Jackson, de la Universidad de Cambridge, y Sami Rifai, de la Universidad de Oxford, coautores de la investigación. «Por eso emprendimos un viaje para confirmar los hallazgos con nuestros propios ojos, determinar su especie y, por supuesto, escalarlos«.

Así, luego de una travesía de 240 km que duró seis días en medio de una «selva implacable», llegaron a la zona donde los esperaban los gigantes. Después de haber usado la tecnología más sofisticada para encontrar los árboles, para medirlos simplemente los escalaron y dejaron caer una cuerda desde la copa hasta el suelo.

Más altos de lo esperado

Con el método de la cuerda midieron al menos 15 árboles que superaban los 70 metros. A pesar de lo diverso que es el Amazonas, a los científicos les sorprendió que todos estos árboles gigantes fueran de la misma especie.

Anteriormente se creía que los Angelim rojos solo crecían unos 60 metros. Los ecólogos aún no saben cómo lograron superar esas alturas, pero dicen que es posible que pueda estar relacionado con la lejanía de las áreas urbanas y zonas industriales.

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Foto: El hallazgo replantea lo que se sabe sobre el rol de la selva amazónica en el ciclo del carbón.

También puede deberse a que sean una «especie pionera», es decir, la primera que habitó una zona luego de que ésta hubiera sufrido algún tipo de devastación.

Cápsulas de carbono

Cada Angelim rojo es capaz de retener la misma cantidad de carbono que una hectárea promedio de selva tropical. Eso quiere decir que puede almacenar hasta 40 toneladas de carbono, lo que equivale a lo que absorberían entre 300 y 500 árboles más pequeños.

«Nuestro descubrimiento significa que la vasta selva puede ser un sumidero de carbono mayor de lo que se pensaba«, dicen Jackson y Rifai. Los ecólogos advierten que su investigación se enfocó en un área muy pequeña, así que podrían haber muchos otros árboles gigantes, incluso más altos que el que ahora tiene el récord.

Jackson y Rifai esperan que este tipo de investigaciones ayuden a entender mejor la estructura de la selva y su papel en el ciclo global de carbono. «El hecho de que aún ocurran descubrimientos como este, demuestra todo lo que aún hay por aprender de este increíble y misterioso ecosistema«, concluyen Jackson y Rifai.

Diez cosas que todas las mujeres que toman hormonas deben saber

17 Septiembre 2019.

Foto: iStock.

Tomado de: El Tiempo.

Hace dos semanas, investigadores de la Universidad de Oxford (Reino Unido) volvieron a poner sobre el tapete el tema de la Terapia Hormonal de Menopausia (THM), al publicar un artículo en la revista The Lancet, en el que se relaciona el uso de estas sustancias con el cáncer y en algunos casos sugiere una asociación mayor con la aparición de tumores de seno.

La investigación, un metaanálisis (estudio de varios estudios), analizó más de 110.000 mujeres con cáncer de mama diagnosticadas después de la menopausia y subraya que el riesgo depende de la duración de los tratamientos de las combinaciones de algunos productos y la vía de administración.

En armonía con lo anterior, ya las autoridades sanitarias europeas recomiendan desde hace varios años que estas terapias duren el menos tiempo posible y que se utilicen las dosis efectivas más bajas; y en Estados Unidos se ha demostrado que las combinaciones de estrógenos-progestágenos pueden tener un mayor riesgo que el uso solo de estrógenos, por lo que los tratamientos se han orientado a seguir estas recomendaciones.

En Colombia, Jaime Urdinola, ginecólogo, miembro de la Asociación Colombiana de Menopausia, aclara que el estudio no es nuevo, sino una revisión de estudios que recalca sobre elementos que ya se conocían, fundados sobre la combinación de hormonas, que dicho sea de paso, ya no se utilizan y además hace énfasis en los beneficios de las nuevas vías de administración que desde hace tiempo se utilizan en este país.

Como el tema genera controversia y temor en muchas usuarias, Adriana Camero, ginecóloga, presidenta de la Asociación Colombiana de Menopausia (ACM), manifiesta que no hay ningún miedo en estos anuncios que ya son conocidos y que todas las mujeres deben tener claro que el beneficio de las hormonas se mide en términos de dignidad en etapa menopáusica y que su tratamiento siempre debe estar bajo la tutela de un médico experto.

En ese sentido, Camero, en representación de la ACM, plantea los 10 temas que todas las mujeres deben conocer con respecto a la THM.

¿Porqué se toman hormonas?

La Terapia Hormonal de la Menopausia (THM) es un tratamiento que busca atenuar los efectos de la carencia de hormonas que el organismo de la mujer deja de producir en esta etapa. Actualmente está aprobada para tratar las oleadas de calor o sofocos, la menopausia prematura (antes de los 40 años), los síntomas genitourinarios y la prevención de la osteoporosis.

¿Qué tipos de hormonas se toman?

Se suplen los estrógenos y la progesterona (progestina) a las mujeres que no se les ha retirado el útero, se les formula tanto el estrógeno como la progestina, para evitar el aumento del grosor del endometrio (capa interna de la matriz), mientras que las pacientes que ya no tienen este órgano (a las que se les ha extirpado quirúrgicamente) solo deben recibir estrógenos.

¿Qué efectos busca la THM?

Mejorar la calidad de vida de cerca del 60 por ciento de las mujeres que en etapa de la menopausia pueden presentar calores, agotamiento, cambios emocionales, alteraciones en el sueño, resequedad vaginal y disminución de la libido, además de fragilidad en los huesos.

¿Quiénes pueden tomarla?

Todas las mujeres en esta etapa que presenten síntomas y que después de una evaluación médica no tengan ninguna contraindicación se favorecen de este tratamiento.

¿Quiénes no pueden tomarla?

Aquellas mujeres que presenten antecedentes familiares o personales de tumores de seno, de ovario o de útero, además de haber tenido algún episodio de trombosis, accidentes cerebrovasculares, enfermedades hepáticas o sangrados vaginales sin explicación, no deben recibir este tipo de suplencias.

¿Qué riesgos tienen?

En casos exagerados se han escrito alteraciones cardiacas, enfermedades cerebrovasculares, coágulos sanguíneos y tumores de seno. Sin embargo, los riesgos son mucho menores frente a sus beneficios si el tratamiento se otorga por tiempos cortos, con los medicamentos adecuados y las dosis exactas. Si está bajo control médico, no hay porqué temer.

¿Producen o no cáncer?

Definitivamente la respuesta es no. Aunque este es un temor muy difundido, hay que tener en cuenta que las hormonas utilizadas lo que hacen es replicar las funciones que hay en el organismo, por lo que no se puede pensar que estas desarrollen tumores. Es claro que los beneficios son reconocidos y la posibilidad de un pequeño incremento de riesgo genera mucha controversia. Sin embargo, hoy los estudios permiten que los tratamientos sean seguros individualizándolos.

¿Qué signos de alerta se deben tener en cuenta?

Todos los medicamentos pueden generar efectos adversos y las hormonas no son la excepción. De ahí que síntomas como tensión o dolor mamario, sangrado uterino, cambios en el estado de ánimo, dolor de cabeza o en las piernas y retención de líquidos son motivo de consulta.

¿Cuándo consultar al médico?

Toda mujer que reciba hormonas debe tener unos controles periódicos con el médico y por supuesto cuando se presente uno de los síntomas anteriormente descritos.

¿Qué deben hacer las mujeres que hoy toman hormonas?

Primero no asustarse y estar tranquilas. Segundo, si tiene alguna duda consultar consulte el médico y en caso de querer modificar o suspender estas medicaciones, asesorarse muy bien. Ajustarse siempre a las dosis y a los tiempos de prescripción es muy importante.

Claves para comprender qué es la andropausia, o «menopausia masculina»

17 Septiembre 2019.

Tomado de: Portal web 20 Minutos.

La andropausia es el nombre que recibe el descenso gradual de la testosterona en sangre asociado a la edad. Puede manifestarse a través de síntomás tanto físicos como psicológicos.
Con la edad, algunos hombres experimentan cambios en determinados aspectos de su vida sexual y afectiva que forman parte del proceso conocido como andropausia, una suerte de equivalente másculino de la menopausia femenina (el cese de la menstruación por el «agotamiento» de los óvulos, que viene precedido de un período conocido como climaterio y que consiste en un descenso gradual de ciertas hormonas).

La andropausia ha sido el objeto de una ponencia de los profesionales sanitarios Antonio Rodríguez y Carmen Molinos en el XXX Congreso Nacional de Técnicos en Cuidados de Enfermería y Técnicos en Emergencias Sanitarias, celebrado en Bilbao entre los días 29 y 31 de mayo. En este marco, han explicado que «hay que romper ese silencio impuesto por la cultura y la educación, y demandar ayuda» ya que, denuncian, muchos hombres no buscan ayuda médica a causa de «la vergüenza, los prejuicios y los orgullos machistas».

¿En que consiste la andropausia?

Ambos sanitarios han aclarado que «no se trata de una enfermedad, ni un defecto, y por tanto ni se puede prevenir ni tiene cura». Se trata de un proceso natural del cuerpo, por el que disminuye la testosterona en la sangre a consecuencia de la edad (descartando pues otras causas que puedan llevar asociado un descenso en los niveles de testosterona) y cuyos efectos se ven amplificados en parte por aumento paulatino de la SHBG (globulina transportadora de las hormonas sexuales) que impide que la testosterona actúe en sus receptores periféricos.

¿A quién afecta?

A diferencia de lo que sucede en el caso de la menopausia, que habitualmente afecta a todas las mujeres, la andropausia no se da necesariamente en todos los hombres. Así, tan sólo alrededor de un 35% de los hombres de 50 años ha sufrido un descenso hormonal lo bastante acusado como para padecer síntomas significativos de la andropausia.

Además, determinados factores pueden acelerar este proceso y hacer más notables los síntomas, como una predisposición genética, la obesidad, las enfermedades cardiovasculares, la diabetes, el consumo de alcohol, tabaco u otras drogas, el padecimiento de enfermedades tiroideas o el estrés.

¿Qué síntomas tiene?

De acuerdo a Rodríguez y Molinos, «no todos los hombres experimentan los mismos cambios ni los mismos síntomas, ni a la misma edad». Sin embargo, en términos generales «abarca un lapso de tiempo bastante más largo que la menopausia en las mujeres», y pueden señalarse como signos de este proceso la dificultad para mantener erecciones; un descenso en el apetito sexual; una disminución en el volumen y la fuerza de la eyaculación, así como en la facilidad para alcanzar la misma o la pérdida del vello genital. Además, dado que se trata de un proceso relacionado con el envejecimiento, estos signos pueden aparecer en conjunción con otros cambios típicos de la edad, como la aparición de arrugas, encanecimiento y caída del cabello, crecimiento del vello en las orejas, cejas y fosas nasales, cansancio, dolor muscular, osteoporosis, disminución de la vista y el oído y aumento de las arrugas en la piel.

Adicionalmente, es común también que esta sintomatología se presente asociada a otros síntomas de naturaleza anímica, como pudieran ser las alteraciones del sueño, la ansiedad, ganas de llorar, irritabilidad, depresión o astenia.

¿Cómo se trata?

Rodríguez y Molinos coinciden en que es necesario atajar este fenómeno «de manera individual», estudiando las peculiaridades de cada caso. Sin embargo, apuntan a la búsqueda de «apoyo profesional multidisciplinario», incluyendo atención psicológica para atajar esta etapa.

Por otro lado, consideran necesario que los hombres puedan acceder a una terapia de sustitución hormonal para restablecer unos niveles adecuados de testosterona en sangre, algo que contribuye a «prevenir la osteoporosis masculina y mejorar las funciones sexuales, cognitivas y físicas».

Como conclusión, ambos sanitarios recuerdan la necesidad de romper «el silencio», que «dificulta a los varones conocer lo que les sucede en ese momento de transición».

CPB rechaza agresiones y amenazas a periodistas en el país

16 Septiembre 2019.

El Círculo de Periodistas de Bogotá (CPB) expresa un rotundo rechazo por las agresiones, amenazas y estigmatizaciones que en los últimos días se han hecho a varios periodistas en cumplimiento de su labor profesional.
El sábado 14 de septiembre en Sincelejo simpatizantes de los esposos Manuel Cadrazco Salcedo y Milagro Martelo Imbett, procesados por lavado de activos y enriquecimiento ilícito, agredieron y amenazaron a los periodistas de El Heraldo, Ernesto Benavides Sierra, y de la página web Sucrenoticias.com, José Carlos Iriarte Díaz, cuando arribaron a la Torre A de los juzgados en la calle 22 del centro de esa ciudad.
“La pareja es procesada por amasar una fortuna de más de 3 mil millones de pesos, que al decir de la Fiscalía fueron obtenidos al margen de la ley”, informó El Heraldo.
Cuando los comunicadores realizaban su trabajo, acompañantes de los acusados los agredieron verbal y físicamente. “A Ernesto Benavides le propinaron un golpe en la cabeza, mientras que a José Carlos Iriarte, quien es el secretario general de la Asociación de Comunicadores Sociales y Periodistas de Sucre (Acps), lo golpearon y lo tomaron por la parte trasera del cuello”, publicó El Heraldo.
La Policía hizo presencia en el complejo judicial e intervino para evitar que continuaran las embestidas.
“El CPB rechaza estos atropellos que coartan la libertad de prensa y pide la máxima colaboración por parte de las autoridades. La principal labor de un periodista es cubrir la información y para ello requiere recopilar datos, testimonios y tener material gráfico como fotografías y videos”, dijo Gloria Vallejo, presidente de la agremiación.
El CPB también rechaza las amenazas que le han hecho en los últimos días a
Natalia Cabrera, periodista de Radio Nacional de Colombia en Pasto, quien recibió llamadas con intimidaciones por su trabajo periodístico sobre delitos electorales en la región.
“Natalia interpuso una demanda ante la Fiscalía y días después alertó a las autoridades porque la volvieron a llamar involucrando a sus hijos. Ante esta situación, por demás preocupante, el CPB solicita con carácter urgente la intervención de las autoridades competentes, Policía, Fiscalía y la Unidad para la Protección de las Victimas, para que tomen acciones que garanticen la vida de Natalia y su familia y para que pueda ejercer con libertad y seguridad la actividad periodística de informar”, pidió la vocera del CPB.
Campañas sin estigmatización
El Círculo también hace un llamado para que en este período de campañas electorales no se estigmatice a los periodistas por entregar información que resulte incómoda o inconveniente a algunos candidatos, seguidores y equipos de campaña, tal como sucedió en días pasados con Jhon Jairo Jácome, redactor de La Opinión de Cúcuta.
En un video Iván Gelves, candidato a la alcaldía de esa ciudad, acusó al periodista Jácome de haber pertenecido a un grupo subversivo, con señalamientos como “parece vocero del partido de las FARC, porque los defiende y ataca a todo lo que pertenece al partido de Álvaro Uribe”.
“El CPB rechaza estos señalamientos que dan cabida a malas interpretaciones. En un país como Colombia, afectado por violencias de diversa índole, polarización, estigmatización y odios, expresiones como la mencionada pueden ponen en riesgo la integridad física y profesional de la persona a las que van dirigidas”, concluyó Gloria Vallejo.
“La mayoría de usuarios de Internet son mirones que no hacen nada”

16 Septiembre 2019.

Foto: LEILA ZIA.

Tomado de: El País (España).

Todo lo que hay en Internet es obra de unos pocos. Unos «pocos» que son decenas de millones de personas, pero que solo representan un porcentaje pequeño del total de usuarios. La web es un océano infinito que cubre toda la Tierra, pero la gente que la alimenta cabría en una isla.

Menos del 1% de usuarios de Internet crea más del 50% del contenido. «Si tomas cualquier segmento de tiempo determinado, el porcentaje de gente activa en Internet seguro que es menos del 10%», explica el profesor chileno Ricardo Baeza-Yates. «Lo he visto en lugares donde he trabajado. La mayor parte de gente en internet, en las redes sociales sobre todo, está de mirón, sin hacer nada. Ni siquiera hace un like. No genera datos para internet, que no es lo mismo que estar activo. La gente que contribuye, que hace un like, podría ser un 10%, pero quienes hacen un tuit o un post o cuelgan una foto, van a ser menos», añade.

En distintos trabajos, Baeza-Yates ha encontrado que un 4% de los usuarios activos escribe las reseñas en Amazon («y eso que un mes después de publicar el artículo Amazon empezó a perseguir las reseñas pagadas, con lo que el número real es menor»), un 2% de usuarios escribe la mitad de tuits en Twitter y que la primera versión de la mitad de entradas de la Wikipedia en inglés fue creada por un 0,04% de sus usuarios registrados, unas 2.000 personas. «Y fue porque les pagaron, porque quién participa en algo que está vacío», dice Baeza-Yates.

En internet también funciona una ley humana que la sabiduría popular española conoce bien: uno hace, muchos miran. «Es el sesgo de actividad: pocos trabajan y muchos no hacen nada. En cualquier actividad humana, se ve este sesgo. Pocos tiran, los otros siguen», explica Baeza. Es un fenómeno tan establecido que tiene un nombre: la ley de Zipf.

«La consecuencia más importante de este fenómeno es que la sabiduría de masas es una ilusión», dice Baeza-Yates en una conversación con EL PAÍS en Madrid, donde acudió para participar en la inauguración de la sede de la factoría de inteligencia artificial del BBVA. Baeza-Yates es también premio Nacional de Informática en investigación industrial y transferencia tecnológica 2018, director de programas de posgrado en ciencia de datos en el campus de Silicon Valley de la Northeastern University, catedrático de la Universitat Pompeu Fabra y jefe de tecnología de NTENT, una compañía de búsquedas en Silicon Valley, donde vive.

La sabia masa de internet no es por tanto todos los humanos que usan la red, sino quienes generan contenido. «Es la sabiduría de la gente que está haciendo cosas. Si hay grupos que quieren manipular en Twitter en Estados Unidos, en Facebook en Filipinas o WhatsApp en Brasil tienen mucha potencia porque hay muchos que no hacen nada, que solo miran», explica.

Baeza-Yates cree que un rasgo a menudo común de los usuarios más activos es que son «los malos», como en los casos de Filipinas, Brasil o Estados Unidos. «La gente que quiere manipular es más activa que la que no quiere manipular», dice, «por una razón sencilla: la gente que quiere manipular tiene un objetivo y por tanto una motivación para actuar, mientras que la mayoría de la gente no tiene ni siquiera la motivación para participar». Las ganas de fastidiar son un incentivo maravilloso en un mundo donde la mayoría solo se asoma.

Estos hallazgos forman parte de una larga investigación de Baeza-Yates sobre los sesgos en la web. Como el ya canal principal de comunicación humana, los sesgos que produce internet están destinados a marcar muchas de nuestras decisiones futuras. Los pocos usuarios activos son un sesgo habitual que tenemos cuando creemos que lo que leemos en Twitter es lo que «cree la gente». Es el sesgo de actividad. Pero hay más.

La profundidad de internet

¿Qué hay en el fondo de internet? La sensación real de que en internet está todo no sirve para las cosas que no sabemos que existen. ¿Cómo sabe Netflix que una película no gusta si ni siquiera la ha enseñado a un grupo suficiente de usuarios para que decidan si quieren verla? Algo parecido pasa con los resultados de las búsquedas, más ahora cuando Google intenta que los usuarios no abandonen su página para ver lo que buscan. ¿Quién se molesta en ir a mirar el resultado 35 de una búsqueda? Una página puede subir en los resultados gracias a enlaces y otros criterios, pero la competición es cada vez mayor.

«Este sesgo de presentación o exposición es el más grave. Es imposible enseñar todo a todo el mundo para que decida», dice Baeza-Yates. Y tampoco es trivial calcularlo: ¿a quién se enseña lo que nadie ve? Por ejemplo, una película polaca en Netflix. Si se le muestra aleatoriamente a un 5% de los usuarios norteamericanos, ¿son esos representativos para luego enseñarla a más? «¿Y por qué en ese caso solo un 5%?», se pregunta Baeza-Yates. «Porque pierdo dinero», responde. Si Facebook se arriesga a enseñar más de un 5% de los posts que nadie presuntamente quiere ver, se arriesga a que los usuarios tengan menos interés y acaben viendo menos anuncios en los que clicar.

La larga cola de internet, donde cada cual tenía lo que quería porque colgar un libro o una película era casi gratis, se ha convertido en el «desierto digital». «La web se ha hecho casi infinita y ha crecido mucho más rápido que el número de personas conectadas a Internet», dice Baeza-Yates. En un artículo de 2015, intentó encontrar umbrales aproximados de ese desierto. Un 1,1% de los tuits son escritos por gente sin seguidores, decía Baeza-Yates, y un 31% de los artículos de la Wikipedia modificados en mayo de 2014 nunca fueron visitados en junio. «El tamaño de ese desierto digital probablemente esté en la parte baja de esa franja 1%-31%», dice Baeza-Yates. Y creciente.

¿Bodas entre libros? Tal vez la luna de miel

16 Septiembre 2019.

Por: 

Yo he visto cosas que ustedes nunca hubieran podido imaginar. Una librería que te regala una cerveza cuando vas a recoger el libro que le has encargado, más allá del desierto de Amazon. He visto relámpagos iluminar la Conspiración de la Pólvora a través de la Puerta de Tannhäuser. He dormido en un hotel librería de Tokio.

Y todo eso no se perderá en el tiempo, como lágrimas en la lluvia, porque es lo que voy a contar con muchos más ejemplos precisamente en este artículo.

Krishna Gowda —dueño de Bookworm de Bangalore— se ha hecho famoso entre los escritores de la ciudad india porque recomienda sistemáticamente sus libros y les cuenta qué han opinado sobre ellos los lectores de los que se va haciendo. El prescriptor, en efecto, es siempre un intermediario que genera una red social. Y el medio natural de una librería es su barrio y su ciudad, donde se da lo que ahora se llama comercio de proximidad.

Ante la competencia desproporcionada que suponen Amazon y el resto de empresas de venta de libros y otros objetos por internet, esos conceptos se han vuelto esenciales para la supervivencia de las librerías. Seleccionar, mediar, aproximar, en formas creativas que seduzcan a los lectores y los conciencie de la necesidad de apoyar a sus librerías.

“No tenemos servicio de compra en línea, pero si nos pides un libro, como no podemos enviártelo a casa, te invitamos a una bebida. Es decir, como decimos en broma, en lugar de cobrar gastos de envío, te invitamos a una copa”, me cuenta por mensaje de audio Javier García del Moral, de la librería The Wild Detectives de Dallas. Amazon no te paga una cerveza ni tiene sentido del humor.

Todos los libros de la librería bar han sido elegidos con extremo cuidado, en el marco de la iniciativa 100 % Vetted Books. “Invitamos a escritores, editores, a buenos lectores amigos, gente de confianza, a que nos envíen listas de libros que deben estar en una buena librería”, añade el librero de origen español. “Es con esa base de datos con la que configuramos el cuerpo de la selección, donde hay muy pocas novedades, todos los títulos o los hemos leído nosotros o han sido leídos por alguien a quien conocemos en persona”. Cada lector encarna, así, su propio e intransferible algoritmo.

Tom James y Dustin Ngo se casaron el 17 de junio de 2017 en el Rare Books Room de la mítica librería Strand de Nueva York. Aunque probablemente ellos se sintieron superespeciales, en realidad formaban parte de una tendencia del mercado casamentero, que ha encontrado en las librerías, las bibliotecas y las casas de escritores el marco ideal para formalizar ese contrato amoroso e indefinido.

En el vigésimo aniversario de la película de Hugh Grant y Julia Roberts —que se cumple este año—, la Notting Hill Bookshop de Londres ha recibido decenas de solicitudes para albergar bodas. Las librerías se han revestido de un aura romántica, a causa de su aspecto pintoresco (tan adecuado para el formato Instagram) y de las novelas y las películas superventas que las han retratado como espacios donde las almas solitarias y los corazones rotos reciben epifanías eróticas, inyecciones de consuelo, amigos para siempre.

También se han popularizado en el mundo anglosajón las sesiones de citas rápidas en librerías: el amor a primera vista puede nacer tanto de la atracción física como de la respuesta a la pregunta “¿Cuál es tu libro favorito?”. Al fin y al cabo, para las parejas de amantes de los libros hay un día tan memorable como el de la primera cita, el inicio de la convivencia, la boda o el del predictor positivo: el de la fusión —o no— de las respectivas bibliotecas.

La cadena japonesa Book and Bed ha sabido hacer de la necesidad una virtud: si el hotel cápsula tiene mala prensa, mejor disfrazarlo de librería (con la ayuda en la selección —o, en dialecto hípster, “curación”— de Keibunsha). Pasé una noche en uno de sus hoteles librería de Tokio y es —como el crucero de David Foster Wallace— una de esas cosas supuestamente divertidas que no volvería a hacer. Pero tengo que decir que, cuando cerré a medianoche la cortina negra de mi cubículo, había huéspedes leyendo en los sofás, bajo la luz tenue, sin más compañía que un té o una cerveza; y cuando me desperté a las ocho de la mañana, otros los habían remplazado, junto al humo de sus tazas de café.

Las ofertas de alojamientos en librerías crecen día a día, como lo hacen las narrativas que idealizan los mundos librescos. En el Reino Unido, la tierra de la tierna Notting Hill y de la pastelosa La sociedad literaria y el pastel de patata encontramos Booklovers, que es el bed and breakfast de The Sanctuary Bookshop de Lyme Regis; o The Open Book, que alquila un apartamento en Wigtown, Escocia, y te permite trabajar como librero durante tu estancia (me pregunto qué ocurrirá cuando los ingenuos clientes descubran que además de recomendar libros y que leer, hay que cargar cajas, quitar polvo e introducir aburridísimos datos técnicos en el ordenador).

Wigtown es un pueblo librería, por cierto: los paraísos de los #BookLovers (bibliófilos), otro concepto en expansión. Pero no es uno cualquiera, sino el que encontró Jessica Fox en Google cuando buscó “librería de libros leídos en Escocia”. Decidió dejar su trabajo en el Departamento de Comunicación de la NASA y vivir en una librería escocesa. Se enamoró. Lo demás no es silencio, sino un libro titulado Three Things You Need to Know About Rockets, que ella misma está adaptando como película. Ambos románticos, por supuesto, ya veremos si dulces, empalagosos o hipoglucémicos.

El pasado 8 de julio falleció el librero punk Michael Seidenberg, que durante muchos años regentó Brazenhead Books, una librería clandestina ubicada en un apartamento bohemio de Manhattan.

Se ha vuelto muy común la metamorfosis de hogares en librerías camufladas. En Buenos Aires encontramos incluso un pequeño fenómeno de contagio: en el barrio de Villa Crespo se encuentra Mi Casa y Gould; en Palermo, La Vaca Mariposa; en Colegiales, Libros del Vendaval; y en Paternal, la Librería Casera.

El gran problema de todos estos proyectos —como puede adivinarse— es Google Maps, que no te pregunta si quieres ser o no una librería secreta antes de revelar tu ubicación exacta.

Pero el espíritu de las librerías no solo se traslada hacia los interiores privados, también lo hace hacia los locales vecinos y públicos. Un ejemplo modélico de cómo tejer una red de complicidades entre comercios cercanos lo brinda A Capella Books de Atlanta, que organiza presentaciones, lecturas y firmas de libros tanto en la propia librería como en bibliotecas, hoteles, centros culturales, teatros… o el bar del barrio (el Wrecking Bar, que ya forma parte de mi imaginario privado).

Las alianzas pueden ser incluso interurbanas, como ocurre en La Conspiración de la Pólvora, el pacto de caballeros que permite que se encadenen presentaciones de libros —durante tres veladas consecutivas— en las librerías Letras Corsarias de Salamanca, Intempestivos de Segovia y La Puerta de Tannhäuser de Plasencia. La iniciativa —que ha mejorado considerablemente la vida cultural de las tres pequeñas ciudades españolas— mereció en 2016 el Premio Nacional de Fomento a la Lectura.

En Gould se imparten lecciones de piano; en A Capella Books se reúne un club de lectores de primeras ediciones de libros firmados; en Linguae, de Girona, se puede aprender a cocinar en alemán, italiano, francés e inglés; Hares & Hyenas, de Melbourne, es café y librería durante el día y local de actuaciones en vivo por las noches; Porter Square Books alberga una residencia de escritores locales en Cambridge, Massachusetts; la recién renovada Pynchon & Co. de Alicante, programa catas de vino y talleres de caligrafía; y Nollegiu ofrece paseos literarios por Barcelona (y convoca regularmente al club Jameson para comentar, al calor de un vaso de whisky, los más extensos clásicos de la literatura universal, desde el Tristam Shandy hasta el Ulises, pasando por nueve obras de Shakespeare o el Quijote).

Las librerías de todo el mundo refuerzan su dimensión académica y corporal, ofreciendo experiencias de convivencia, aprendizaje y placer que son imposibles en el entorno digital.

La librera más envidiada del mundo tal vez sea Aimée Johnston, que fue seleccionada entre innumerables candidatos para gestionar la pequeña librería del Soneva Fushi, uno de los complejos hoteleros más exclusivos del mundo (una media de 2000 dólares la noche). Entre sus ocupaciones —por supuesto— se encuentra la organización de clubes de lectura, de talleres de escritura y de sesiones de biblioterapia. No se me ocurre contexto más terapéutico que las islas Maldivas.

Nuevas versiones de viejos clásicos

Jan Smedh —de The English Bookshop de Upsala— me cuenta que a menudo llegan a la librería los hijos de los clientes habituales para que les digan “qué libros les regalan a sus padres para su cumpleaño o para Navidades”. Y que “muchos de esos lectores compran a ciegas cualquier recomendación que les hagamos en su librería de cabecera”.

Aunque en muchas librerías del mundo se estén recomendando libros por Twitter o por WhatsApp, se estén ofreciendo actividades o cursos que nunca antes habían tenido lugar en una librería o se estén ensayando tácticas de seducción totalmente inéditas, debajo de todas esas iniciativas laten las constantes de siempre, las que convierten a las librerías en librerías, como la recomendación personalísima o el conocimiento de los gustos de los sospechosos habituales.

No hay más que recordar todo lo que ocurrió entre las paredes de la Shakespeare & Company original de Silvia Beach entre 1919 y 1941 para entender que estamos ante nuevas versiones de viejos clásicos. En la librería de la rue de l’Odéon convivieron la venta y el préstamo de libros, las exposiciones, los recitales de música vanguardista, las lecturas y las tertulias, la edición del Ulises de Joyce (quien usó el local como espacio de cotrabajo o coworking), las visitas de Hemingway y los Scott Fitzgerald (para quienes la librería también era un bar) y el alojamiento improvisado en su sofá (bed sin breakfast).

El periodista Philippe Lançon cuenta en El colgajo que la mañana del atentado terrorista en la redacción de Charlie Hebdo él llevaba sus libros en una bolsa de tela que le había regalado el escritor colombiano Héctor Abad en la librería Palinuro de Medellín. “Siempre me han gustado las librerías pequeñas en las que los libros viejos lo invaden todo, al punto de parecer que le roban espacio al aire”, dice Lançon, porque en ellas tiene, dice: “La impresión de que nada malo podrá sucederme entre sus cuatro paredes: un laberinto sin angustias ni amenazas”.

De todos los elementos que se entremezclan en la fórmula de las librerías, quizá esa seguridad sea lo más importante en estos momentos. Mientras que en internet estamos cada vez más expuestos, en ellas nos sentimos a salvo; mientras que frente a las pantallas nos sentimos cada vez más aislados y deslocalizados, en ellas nos hablamos y nos miramos y nos tocamos, en el marco de un pueblo o de un barrio.

La realidad, a través de las plataformas y los algoritmos, ha cambiado monstruosamente de escala. Desde la perspectiva de un servidor en la nube, somos una colección de datos subatómicos, una microconstelación de puntos casi insignificantes; por eso necesitamos ir a bares, a museos o a librerías, para recuperar el cuerpo a cuerpo y nuestro propio y relativo sentido.

Corte establece cuándo se puede limitar libertad de expresión en redes

16 Septiembre 2019.

Foto: Carlos Durán / EFE.

Tomado de: El Tiempo.

Al estudiar cuatro tutelas de personas que afirmaron verse afectadas por publicaciones que se hicieron en su contra en redes sociales, la Corte Constitucional tomó una decisión clave para establecer cuáles son los límites de la libertad de expresión en estos espacios virtuales y en qué casos un juez pude intervenir o no.

Estas tutelas fueron por las que precisamente la Corte hizo una audiencia pública en febrero pasado y en la que incluso citó a los representantes de Facebook y Youtube para conocer su opinión al respecto.

Al estudiar las tutelas, la Corte determinó que en el primer caso en el que una empresa de muebles en Caquetá aseguraba estar afectada por las declaraciones de un particular que señalaba en un blog que su empres estafaba a los clientes, hay una carencia de objeto. Esto significa que la protección de los derechos de la empresa que dice estar afectada ya se había superado y por lo tanto, no existía la necesidad de intervenir.

Según la Corte, en estos casos cuando una empresa se ve afectada por las opiniones de los usuarios que compran sus productos, esa empresa tiene canales para contradecir lo que están diciendo, disputa que no tiene por qué siempre ser resuelta por medio de un juez.

La Corte también estudió la tutela de una mujer que presentó este recurso contra otras dos personas porque el 11 de septiembre del 2017 una de ellas publicó una imagen tipo collage en la que la señala como estafadora. También estudió la tutela que presentó el administrador de un edificio contra una mujer que lo señalaba en Facebook como un ladrón.

En esos dos casos la Corte encontró que las tutelas eran improcedentes porque no tenían una relevancia constitucional, es decir, porque si bien había una disputa entre ciudadanos en redes sociales, la afectación de lo dicho en esos mensajes no era tan grande como para que un juez interviniera.

Para estos casos la Corte precisó que no en todas las situaciones debe existir una intervención de los jueces y no todos los insultos y mensajes que se lanzan los usuarios de las redes sociales pueden ser llevados a la justicia.

«Esto es muy importante porque eso significa que la Corte se ha decantado porque no hay que judicializar todas las relaciones de malos tratos entre los ciudadanos, y que existen unas cargas para los ciudadanos en el sentido de que están interactuando en una red que tiene simetría», explicó el magistrado José Reyes Cuartas, ponente de las decisiones.

Según Reyes, no es un papel de los jueces estar corrigiendo a todos aquellos que se insultan y se tratan soezmente, pues «las obligaciones del juez van más allá de corregir el mal lenguaje de los ciudadanos». 

En cambio, en la cuarta tutela que estudió la Corte, el alto tribunal sí decidió pronunciarse a favor del ciudadano afectado. Este es el caso de un exintegrante de Sayco y un músico. La Corte protegió los derechos del exdirectivo de Sayco porque en su contra se difundieron varios videos y mensajes en Youtube y Facebook en las que se lo tacha como «ratero, mafioso y corrupto».

«En ese caso la Corte encontró que sí era relevante y sí ameritaba su protección a los derechos al bueno nombre y honra. Concedió la tutela y ordenó que el accionado en tres meses retire de su cuenta personal de Facebook y de las cuentas de Youtube los mensaje que había publicado en estas redes sociales en contra del que puso la tutela, en donde lo tacha de ratero, mafioso y corrupto, que eran ofensivos y vulneraban su derecho a la honra y el buen nombre», explicó la magistrada Gloria Ortiz, presidenta de la Corte Constitucional.

La razón por la que la Corte consideró que en este caso sí se debía limitar el derecho a la libertad de expresión es porque los mensajes en contra del ciudadano afectado se dieron por un periodo de siete años. Esa reiteración de las afectaciones, dice la Corte, vulneraron el derecho a la dignidad del ciudadano que presentó la tutela.

“La Corte entiende a que existe un derecho a vivir sin humillaciones y afectaciones, y que la reiteración de ese comportamiento (los mensajes publicados en su contra) exige que el juez constitucional actúe», dijo Reyes Cuartas.

Si en este caso la persona que hizo las publicaciones no retira el contenido, dijo el alto tribunal, el juez de primera instancia que estudió esta tutela tendrá que ordenarles a Facebook y a Youtube que eliminen ese contenido. 

Se debe evaluar caso por caso 

La Corte Constitucional aseguró que no hay una regla universal que aplique para todas las situaciones por lo que cuando un ciudadano interponga una tutela en la que estén en tensión los derechos a la libertad de expresión en redes sociales, por un lado, y la honra, dignidad y buen nombre, por el otro, los jueces deben evaluar caso a caso las circunstancias de cada proceso.

Aunque no hay reglas universales y la jurisprudencia sobre la libertad de expresión en redes sociales está en construcción, la Corte sí dio algunas líneas que se deberían tener en cuenta a la hora de estudiar tutelas en las que se deba ponderar si hay una grave afectación a los derechos de un ciudadano contra el que se publique un mensaje en Facebook o en Twitter.

  • No se necesita un fallo previo de un juez: La Corte dijo que no debe existir un fallo previo de un juez determinando si un caso corresponde a una injuria o calumnia para que un ciudadano pueda interponer una tutela cuando crea que sus derechos se están viendo afectados por un contenido publicado en una red social. 
  • La libertad de expresión es la regla general: La Corte precisó que el derecho a la libertad de expresión es la regla y que la excepción a esa regla se crea en los casos en los que un ciudadano ve gravemente afectados sus derechos a vivir una vida digna y sea humillado. Esto significa que la intervención de los jueces sobre lo que los usuarios de redes sociales se dicen debe ser excepcional, y solo cuando se esté ante un daño grave sobre los derechos del otro. 
  • No hay un común denominador sobre lo que constituye un insulto: Los insultos se deben valorar en cada caso para determinar en qué contexto se emiten. Si son insultos que tienen un gran impacto, en esos casos deberían intervenir los jueces. Pero si son insultos sin mayor repercusión, el ciudadano afectado tendría que tolerarlo. 
  • Discusiones entre ciudadanos en redes sociales se dan generalmente entre iguales: La Corte aseguró que uno de los aspectos a tener en cuenta es la proporcionalidad entre quienes están hablando e interactuando en redes. Al hablar de ciudadanos, no de funcionarios públicos, la Corte asegura que estos usuarios están generalmente en igualdad de condiciones, en una posición horizontal, en la que deberían tratar de resolver por la vía del diálogo sus conflictos en las redes sociales. 
  • Ciudadanos pueden acudir a las redes: En la misma vía de solucionar el problema de forma autónoma, la Corte dijo que la mayoría de redes sociales tienen espacios en los que los usuarios pueden  pedir que se eliminen contenidos que pasen por «límites infranqueables». 
  • Pero no todo lo pueden solucionar las redes: La Corte reconoce que  los dueños y administradores de las redes sociales tienen límites y no en todos los casos pueden actuar para eliminar contenidos. Así la Corte dice que no es posible imponerle a las redes un criterio único sobre qué tipo de lenguaje puede o no permitirse, pues esto implicaría censura. Las redes sociales no son jueces y, por lo tanto, hay ciertas situaciones que sólo podrá resolver un juez con un estudio del caso. 
  • Hay un derecho a vivir sin humillaciones: La Corte aseguró que en algunos casos, por más que la información que se dé sea cierta, o cuando se imputa un delito que alguien sí cometió, no existe un derecho a hacer miles de publicaciones en contra de otra persona sin ningún fin informativo, y sólo con el fin de mortificarla. Ese tipo de casos de publicaciones sistemáticas podrían llevar a que los jueces intervengan y ordenen eliminar esos contenidos. 
  • Los factores a la hora de evaluar la gravedad de un mensaje: A la hora de estudiar las tutelas los jueces deben establecer cuál es el impacto y la posible magnitud del daño de una publicación, quién la publica, qué mensaje se publica y si es lo suficientemente denigrante, qué medio se usa, qué tanta difusión tuvo (número de seguidores, por ejemplo), por cuánto tiempo (si es sistemático), cuántas personas lo vieron, y si el afectado tuvo o no la posibilidad de defenderse. 
  • Los límites a la libertad de expresión: En otras decisiones la Corte Constitucional ha dicho que no están protegidos por el derecho a la libertad de expresión los discursos discriminatorios,  la incitación al genocidio, la pornografía infantil, la propaganda de guerra, o la apología del odio que incite a la violencia.
  • Cuestionamientos a funcionarios públicos: En otros fallos la Corte también ha precisado que los funcionarios y figuras públicas tienen el deber de soportar mayores cuestionamientos en las redes sociales ya que esas opiniones hacen parte de la función de veeduría que tiene la ciudadanía.