Crculo de Periodistas de Bogot

Archivos marzo 2020

Comunicaciones en tiempos de crisis

26 marzo 2020 –

Foto: Pixabay.

Por: Camilo Granada –

  • Las comunicaciones no son accesorias sino esenciales para la política pública, y la dimensión comunicacional debe ser parte de la política y no ser vista como un proceso secundario a la toma de decisiones.

Es común entre analistas y comentaristas políticos decir que todos los problemas de un gobierno son problemas de comunicaciones. Esa es también una defensa común entre los gobernantes “lo estamos haciendo bien, pero comunicamos mal”. Si bien eso no siempre es así, en el caso del covid -19 y la pandemia, es claro que esta crisis representa un reto sin precedentes en el ámbito sanitario y en el económico. También en materia de comunicaciones.

Dado que enfrentar y superar la epidemia exige tanto la acción efectiva y asertiva de los gobiernos como el compromiso de todos los ciudadanos, las comunicaciones gubernamentales adquieren un valor estratégico central. Y la pandemia nos ha mostrado toda la gama de formas de comunicación y de ejercicio del liderazgo por parte de los presidentes y primeros ministros alrededor del mundo.

La forma como China enfrentó la crisis ha hecho que algunos defiendan los métodos de los regímenes autoritarios: censura de prensa, control total de las comunicaciones, invasión permanente de la privacidad de los ciudadanos, un estado policial militarizado, fueron algunas de las herramientas que usó el gobierno chino para imponer las duras recetas necesarias para parar el contagio masivo, y que algunos despistados miran con envidia.

En las democracias, las cosas son a otro precio. La eficacia de las medidas que adoptan los gobiernos depende de la capacidad de los gobernantes para lograr la toma de conciencia de los ciudadanos, y por ende su acatamiento y aplicación. Por eso, las comunicaciones son no accesorias sino esenciales para la política pública, y la dimensión comunicacional debe ser parte de la política y no ser vista como un proceso secundario a la toma de decisiones.

Uno de los grandes retos en estas circunstancias es encontrar el balance correcto entre transmitir el sentido de urgencia, indispensable para lograr cambios de comportamiento drásticos e inmediatos, y no causar un pánico que genere respuestas totalmente contrarias al objetivo buscado. El ejemplo más dramático de este difícil equilibrio es sin duda Italia, donde el presidente del consejo, Guiseppe Conte no logró comunicar inicialmente la gravedad de la amenaza, las primeras medidas que adoptó fueron insuficientemente estrictas y los italianos se las tomaron a la ligera, sin cambiar sus comportamientos hasta que la epidemia tomó dimensiones dramáticas.

Esas mismas hesitaciones las hemos visto en otros jefes de gobierno, como Pedro Sánchez en España. Sin hablar de Trump en Estados Unidos, Johnson en Reino Unido, López Obrador en México o Bolsonaro en Brasil quienes optaron primero por la negación y el menosprecio de la epidemia.

Me permito sugerir siete principios fundamentales para comunicar en estos tiempos de crisis.

La primera regla es la Empatía. Expresar genuina preocupación y comprensión por lo que los demás sienten es esencial. “Ponerse en los zapatos del otro” permite conectar con la gente y abre las puertas de la mente y el corazón para recibir la información que se va a transmitir. Demuestra además que las decisiones que se están tomando tienen en consideración la situación del ciudadano común y corriente.

La segunda regla es la Honestidad. En las situaciones de crisis, más que en ninguna otra, la verdad y la franqueza son fundamentales para establecer puentes de comunicación. Incluso – y a menudo es lo más difícil para un gobernante—reconocer que no se tienen todas las respuestas es un acto de humildad que crea reacciones positivas en la gran mayoría de las personas, y hace al dirigente más humano, lo cual lo conecta con los gobernados.

La tercera es la Autoridad. En línea con la anterior, quien comunica debe ser una persona que inspire autoridad. En comunicaciones, la autoridad no la otorga el cargo o la investidura. Viene del respeto por la persona o su conocimiento. En casos de salud pública, deben ser los médicos y los expertos. Cuando además es necesario que el individuo se cuestione sus propias actitudes, una autoridad moral o social es útil. Por eso la responsabilidad de los líderes de opinión, políticos, los llamados “influencers” sociales, es enorme y su capacidad para contribuir a generar cambios es invaluable.

El cuarto es la Cercanía. En línea con la empatía, el lenguaje debe ser sencillo, comprensible y los mensajes deben evocar y conectar experiencias y situaciones reales cotidianas, con las cuales las personas se pueden identificar. Esto ayuda a la adopción de los comportamientos que se quieren promover.

La quinta regla es la Relevancia. Frente al bombardeo de información que recibimos todos hoy en día, las comunicaciones tienen que concentrarse en lo más relevante y significativo para la ciudadanía. Mantener el foco es parte de la relevancia, pero también conectar la información con lo que es importante para la gente: la salud, la economía personal, la seguridad…

Sexto, es fundamental transmitir Claridad de Propósito. En tiempos de crisis, la confusión, la incertidumbre, son elementos que desorientan y paralizan. La labor del líder es mostrar que hay un camino, y que los pasos que se están dando apuntan en la dirección correcta. Todo tiene que estar conectado con ese propósito esencial.

Y séptimo pero no menos importante, el Optimismo. No importa cuán difícil sea la situación, y sin caer en el negacionismo, hay que comunicar optimismo y esperanza. De lo contrario, es más fácil caer en el inmovilismo, o los comportamientos egoístas del “sálvese quien pueda”.

Estos principios y reglas deben contribuir a construir el bien más preciado de todo líder público: la Credibilidad. Sin ella, no habrá movilización, cambios de comportamiento ni adhesión y apoyo a las medidas adoptadas. Sin ella, el líder se convierte en el peor enemigo de sus políticas.

Coronavirus en Italia | «¡Y piense cuán frágiles somos que un virus nos puso a todos de rodillas!»

26 marzo 2020 –

Foto: LUCIA MACCHI.

Tomado de: BBC.

Desde su casa en Fagnano Olona, a 40 kilómetros de Milán, Lucia Macchi se disculpa una y otra vez porque no escucha bien las preguntas.

«Yo estoy bien, pero para hablar por teléfono estoy un poco lisiada», se explica.

«Y para peor ahora no puedo llevar a ajustar mi aparato porque el técnico que lo hace tuvo que cerrar», agrega con una voz dulce y fatigada por sus 90 años de vida.

Madre de tres, abuela de siete y bisabuela de cinco, única sobreviviente de 10 hermanos, Lucia es una de los millones de ancianos que hacen parte de la población más vulnerable a la pandemia del coronavirus.

BBC Mundo llegó a ella buscando darles voz en los medios.

Habla despacio, como midiendo cada palabra, y analiza la emergencia sanitaria con una extraordinaria lucidez. Y algo de poesía.»Es una experiencia inimaginable y mire que nosotros hemos pasado tantas. La Segunda Guerra Mundial, por ejemplo, la recuerdo muy bien. Pero era distinto, éramos jóvenes, despreocupados…

«Ahora nos están pidiendo el sacrificio de quedarnos en casa y la gente se queja. Sacrificio era ir a la guerra en Grecia, en África, ir a combatir como hicieron mis hermanos. ¡Eso era sacrificio!», comenta entre asombrada e indignada.

Este «sacrificio», o aislamiento social obligatorio, fue impuesto por el gobierno italiano luego de que se produjera un crecimiento exponencial de los casos positivos al coronavirus, que hasta el miércoles 25 de marzo se contabilizaba en 74.386 personas (en una población total de 60 millones), con 7.503 fallecidos, cuya edad media era de 78,5 años.

costumbrados a soportar»

Pero Lucia parece más interesada en ir más allá de los números y continúa su reflexión: «Tal vez estábamos demasiado bien. Con los supermercados llenos de comida, con esta cultura de la cocina que parece más para mirar que para comer… nos habíamos convertido en ricos, y hablo no solo de dinero. Ricos de tiempo, porque se trabaja menos. Ricos de viajes».

«Le digo siempre a mi hijo: ¡qué lindo que hoy la historia se puede tocar con las manos o ver por televisión! Cuando yo iba a la escuela no lograba ni siquiera entenderla del todo».

A ese mismo hijo, Giuseppe, quien cena con ella todas las noches, le decía ya antes de que llegara el coronavirus que hacía falta «frenar un poco el tren», que se corre demasiado en estos días.

«Y ahora escucho a las madres que están obligadas a estar en casa con sus hijos y que no lo soportan».

Lucia Macchi

Lucia Macchi

«Yo fui ama de casa toda la vida, sé lo que significa tener un hijo con fiebre y no poder sacar a la calle a los otros dos durante días. Pero no nos pesaba, estábamos más acostumbrados a soportar, a vivir en una economía más pobre, teníamos más paciencia», asegura.

«Y atención», dice alzando un poco la voz, «no eran sacrificios, no digo que tuve una vida sacrificada, para nada. Era un modo de vivir que estaba en nuestro código cultural, en cada familia. Se hablaba menos de dinero, había un código implícito de economizar, de medir los gastos. Todo eso se ha perdido».

Lucia hace una pausa, su voz se vuelve más fina, casi inentendible. Carraspea y se disculpa de nuevo: «Me falta un poco la voz porque soy alérgica y la primavera no me ayuda».

Le digo que si quiere paramos, pero no me oye. Y continúa: «Solo espero que esto termine pronto. Le pido a la gente, sobre todo a los jóvenes, que por favor tengan un poco de paciencia».

«Lo que me hace falta son los abrazos»

Lucia Macchi y su familia.Derechos de autor de la imagenLUCIA MACCHI
Image captionLucia dice que lo que más extraña son los abrazos: «somos una familia acostumbrada a abrazarse».

En medio de la «tragedia que estamos viviendo», Lucia rescata algo de positivo: «Este virus no es racista, no existe más el blanco, el negro, el amarillo, el violeta… Al que le toca, le toca. Esto debería aprender la gente».

«¡Y piense cuán frágiles somos que un virus nos puso a todos de rodillas, es algo increíble! Hace apenas un mes tenían que prohibir la circulación de autos por la contaminación. Ahora vino un virus a purificarnos el aire, el agua, todo. La estamos pagando cara porque estábamos acostumbrados a demasiado bienestar… demasiado bienestar».

Lucia vive sola en el mismo edificio adonde habita el resto de sus hijos y alguno de sus nietos. Su marido murió hace cinco años.

Hasta hace un mes salía a hacer las compras a un supermercado cercano y no faltaba jamás a su cita con la peluquera.

Desde que se decretó la cuarentena obligatoria solo recibe a los miembros de la familia que viven en el edificio porque el resto de la prole tiene prohibido salir de su municipio de residencia.

Lucia Macchi
Ahora nos están pidiendo el sacrificio de quedarnos en casa y la gente se queja. Sacrificio era ir a la guerra en Grecia, en África». Lucia Macchi Habitante de Fagnano Olona, Italia.
Lucia Macchi

«La compañía no me falta, siento la presencia de todos, siento a los niños que corren en el piso de arriba; no sé lo que es la soledad. Lo que me hace falta son los abrazos, somos una familia acostumbrada a abrazarse, a besarse. Eso extraño».

El coronavirus la privó también de la chica que la ayudaba con las tareas de la casa, así que es ella misma la que limpia, tiende su cama y mantiene la casa en orden.

«Sí, sí, ella se cocina sin problemas. Y ojo con que alguien le toque sus ollas, ¡eh!», cuenta su hijo Giuseppe entre risas.

Lucia Macchi.
LUCIA MACCHI Image captionA Lucia no le preocupa irse: «Si me toca a mí me voy en paz, ya viví mi vida».
El terror de los ancianos

En Italia, la población con más de 65 años representa el 23% del total; con 2,2 millones de personas mayores de 85 años y más de 15.000 «ultra centenarios» (dato que ubica a Italia en el segundo país del mundo con más cantidad de ancianos de más de 100 años, detrás de Japón).

Hasta el 20 de marzo, el 85% de los fallecidos tenían más de 70 años.

Pero este peligro inminente para los de su edad no parece angustiar a Lucia: «Si me toca a mí me voy en paz, ya viví mi vida, fin. Lo que me da miedo es que le pase algo a mis hijos, mis nietos, mis bisnietos. Tal vez soy egoísta, pero tengo miedo a perderlos».

«Y también me angustia mucho ver las noticias, ver que también mueren médicos, verlos agotados… y lo que me cansa esta atmósfera espesa. Muchas veces tengo que apagar el televisor porque me doy cuenta de que me hace mal«.

Pasados 20 minutos Lucia empieza a dar muestras de cansancio. Es mejor cortar acá. Cuando intento agradecerle me interrumpe: «Me hubiese gustado encontrarnos personalmente pero ya sabe que eso ahora está prohibido», me dice.

A mí también me hubiese gustado, señora Lucia, no se imagina cuánto. Pero como usted me acaba de recordar: paciencia.

Enlaces a más artículos sobre el coronavirus
Los donantes de sangre que han superado la Covid-19, nueva esperanza contra la enfermedad

26 marzo 2020 –

Foto: Pixabay –

 Tomado de: El País.

Las autoridades sanitarias madrileñas, en pleno colapso de los hospitales por la peste del nuevo coronavirus, han empezado a explorar un posible tratamiento experimental para los pacientes más graves: la transfusión directa de plasma sanguíneo de personas que se han recuperado de la infección. El Centro de Transfusión de la Comunidad de Madrid trabaja contra reloj con varios hospitales madrileños en un primer ensayo clínico, todavía en fase muy preliminar y pendiente de la autorización del Ministerio de Sanidad. Una carta con el membrete del centro filtrada ayer en redes sociales ha provocado una avalancha de ofrecimientos de potenciales donantes, pero una portavoz del Centro de Transfusión subraya que no están buscando voluntarios entre la población general, sino que serían los médicos los que se encargarían de encontrar a los candidatos idóneos para obtener su “plasma hiperinmune”.

El inmunólogo Arturo Casadevall lleva desde finales de enero desgañitándose para recordar a la comunidad científica internacional la opción de la sangre de las personas convalecientes. Es una estrategia tan vieja que ya se utilizó en la pandemia de gripe de 1918, cuando un virus desconocido se propagó por el planeta y mató a unos 50 millones de personas, más del doble que la Primera Guerra Mundial. Los chapuceros ensayos clínicos de la época, con plasma sanguíneo de supervivientes, lograron reducir la letalidad del virus a la mitad.

Casadevall nació en Cuba en 1957 y vivió de niño en Madrid, cerca de la Puerta del Sol, antes de emigrar a Estados Unidos, donde hoy es una autoridad en enfermedades infecciosas en la Universidad Johns Hopkins, en Baltimore. El 27 de febrero, escribió una tribuna en el periódico The Wall Street Journal advirtiendo de que la vacuna contra el nuevo coronavirus tardará meses, pero el plasma podría estar listo en semanas. Colegas de todo el país respondieron a su llamamiento. Este martes, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de EE UU ha autorizado el uso de estas transfusiones experimentales en pacientes graves.

“Cuando la situación empezó a empeorar, quedó claro que merecía la pena intentarlo”, afirma el inmunólogo Arturo Casadevall

“Cuando la situación empezó a empeorar, quedó claro que merecía la pena intentarlo. Todo ha ido muy rápido”, explica Casadevall por videoconferencia. Nueva York es el lugar del mundo con una tendencia más preocupante: el número de fallecidos por la Covid-19 se duplica cada dos días. Dos hospitales neoyorquinos —el Monte Sinaí y la Escuela de Medicina Albert Einstein— comenzarán la semana que viene a probar estas transfusiones.

La multinacional española Grifols, uno de los grandes productores mundiales de derivados de la sangre, anunció este miércoles un acuerdo de colaboración con la FDA para obtener plasma de pacientes recuperados de la Covid-19, procesarlo industrialmente y fabricar un medicamento experimental a partir de las inmunoglobulinas hiperinmunes, las proteínas generadas por el cuerpo humano para combatir la infección. “De demostrarse eficaz, podría utilizarse en la lucha contra esta pandemia”, ha asegurado la empresa, que se mete así en la carrera internacional para encontrar fármacos contra la nueva enfermedad.

Transfusión de plasma para sanar a los enfermos de la Covid-19

SARS-CoV-2

1.

Una persona se infecta con el coronavirus.

2.

Menos de un 0,1% del líquido sanguíneo (el plasma) son inmunogloblinas, es decir, anticuerpos que tratan de combatir virus y bacterias.

3.

El organismo trabaja para crear un anticuerpo específico que sea capaz de destruirlo. El paciente se recupera de la enfermedad.

4.

Se extrae el plasma sanguíneo del paciente curado.

5.

Se realiza un proceso industrial para depurarlo en forma de medicamento.

6.

Se administra a una persona que no pueda combatir la enfermedad porque su cuerpo no es capaz de generar respuesta inmune. Los nuevos anticuerpos (inmunoglobulinas hiperinmunes al coronavirus) atacan al SARS-CoV-19.

Fuente: Grifols.

EL PAÍS

Grifols también ha ofrecido en EE UU su colaboración para realizar las transfusiones directas de plasma de pacientes recuperados de la infección. La multinacional española garantiza la limpieza del plasma con una tecnología basada en el azul de metileno, un colorante con gran afinidad por el código genético de los virus. Cuando se ilumina con luz visible, el azul de metileno desata una catarata de reacciones que destruyen los microorganismos.

“Aunque prometedor, el plasma de personas recuperadas no ha demostrado ser efectivo en todas las enfermedades estudiadas”, advierte la FDA

La multinacional ha afirmado en el mismo comunicado que está “trabajando en España en un ensayo clínico con plasma inactivado por azul de metileno de pacientes recuperados, colaborando con determinados centros de donación y hospitales públicos”, sin ofrecer más detalles por el momento.

Casadevall es optimista. En un artículo científico publicado en The Journal of Clinical Investigation ha analizado los precedentes históricos, como un estudio con 69 pacientes de ébola en Sierra Leona durante el brote de 2014. Los que recibieron sangre de supervivientes sufrieron una tasa de letalidad del 28%, frente al 44% en el grupo con el tratamiento rutinario. Otra investigación con 80 enfermos durante el brote de síndrome respiratorio agudo grave (SARS) en Hong Kong en 2003 mostró que cuanto antes se realizaba la transfusión de plasma, más mejoraba el pronóstico de los pacientes.

“Aunque prometedor, el plasma de personas recuperadas no ha demostrado ser efectivo en todas las enfermedades estudiadas”, advierte sin embargo la FDA. Casadevall cree que algunos de estos fracasos del pasado se deben a que fueron tratamientos experimentales a la desesperada. “Cuando se recurre al plasma de personas convalecientes, a menudo se utiliza demasiado tarde”, lamenta Casadevall, que recuerda que China ya anunció hace un mes que había comenzado un ensayo clínico con plasma de donantes que habían superado la Covid-19. “Los chinos hablan de buenos resultados preliminares, pero todavía no hay datos definitivos”, apunta el inmunólogo.

Consejos para desinfectar tu casa durante la pandemia de coronavirus

26 marzo 2020 –

Foto: Pixabay.

Tomado de: CNN –

El covid-19 puede vivir durante varios días, dependiendo de la superficie. Aquí te mostramos la mejor forma de limpiar tu hogar para evitar contagios.

VIDEO

El planeta, el infinito

26 marzo 2020 –

Por: Arturo Guerrero, Socio CPB  – El Colombiano.

Por primera vez los terrícolas son conscientes de que habitan el mismo planeta. Por primera vez experimentan el concepto de infinito.

Encerrados por fuerza en sus casas, hombres y mujeres de todas las naciones tiemblan ante el mismo miedo, compran comida con avaricia, se lavan frenéticamente las manos con idénticos jabones, se asoman a la ventana y espían las calles vacías.

Las ciudades asustan sin personas, pero cada persona sabe que en la habitación de al lado subsisten personas iguales a todas las personas. Eso en Asia, Europa, América, Oceanía y África, de la cual nada se informa y a donde el virus comienza a llegar sin aspaviento.

La hermandad de la incertidumbre iguala a blancos, negros, amarillos, cobrizos. Nunca el globo había adquirido una homogeneidad tan repentina. Un sueco cocina solitario un almuerzo telegráfico, pensando en el almuerzo raquítico de mañana. Un chileno lo comprende y descifra el pasmo de estómago con que ambos amanecen.

Una causa compartida encierra a siete mil millones de amenazados. Todos entienden que no hay lugar de escape porque todos los lugares son la misma Tierra infestada. Por fin la aldea planetaria deja de ser una exageración o un oxímoron demagógico. Este planeta solar es una sola sombra azul.

¿Cuánto durará este novísimo lazo astral? Ni el enloquecido presidente del mundo, ni el blanquísimo Papa, ni los premios Nobel más agudos, nadie, nadie contesta esta pregunta. La ciencia balbucea, Nostradamus enceguece, las religiones naufragan, los adivinos callan.

La vigencia del virus y de sus consecuencias es infinita. Se va expandiendo como el ruido de las gotas que una más otra engruesan un aguacero amazónico. Gotas que golpean sobre un techo de zinc y aturden. La gente se resguarda en sus viviendas, sienten afuera la pandemia y por ninguna parte halla la contabilidad de cuántos días, meses, años tendrá que pernoctar de noche y de día.

He aquí el infinito. Se dice que algún día se acabará la peste, pero no cuál será ese día. Es imposible hacer planes, ni de vida ni de muerte. Los ahorros, la edad de los hijos, la paciencia, el aguante del cerebro, el amor de la pareja, asuntos que antes se dejaban calcular, hoy son inconmensurables.

Flotamos a bordo de un compartido organismo esférico y se nos borró el límite del tiempo .

Vacuna contra el temor

26 marzo 2020 –

Por: Gonzalo Silva, Socio CPB – El Espectador.

La actual crisis que enfrenta la industria turística mundial, como consecuencia de la agresiva expansión del COVID-19, supera en sus efectos demoledores a la registrada en 2001, cuando en ese fatídico 11 de septiembre cuatro atentados terroristas volaron el complejo de edificios del World Trade Center, en Nueva York, y al pánico y a la perplejidad que sumieron al mundo se les sumó una prolongada recesión.

En aquel entonces, el mercado bursátil se fue a la baja y el turismo se desplomó. La hotelería estadounidense, por ejemplo, duró tres años en reponerse. Fue una crisis regional que tuvo connotaciones globales, contrario a lo que sucede ahora, cuando el escenario es puntualmente global, pinta más oscuro y el temor y la incertidumbre son mayores. La difusión del coronavirus por todos los puntos cardinales del planeta obligó al encierro de los países y a ponerles tranca a sus fronteras. El desplazamiento de la gente se frenó y los destinos que ebullían al calor de millones de viajeros hoy se encuentran desolados.

Las consecuencias de la pandemia se reflejan en una paralización sustantiva de los viajes y, más grave aún, de los propios viajeros, con afectaciones económicas impredecibles para todos los actores del sector, entre aerolíneas, cruceros, hoteles, restaurantes, operadores turísticos y de entretenimiento, así como para sus respectivas cadenas de servicios.

La industria será severamente castigada y su caída, que hace 15 días se proyectaba en un 3%, según evaluaciones de la Organización Mundial del Turismo (OMT), puede elevarse varios puntos porcentuales más de prolongarse en el tiempo las restricciones a la movilidad, como lo prevén los gobiernos, ante la magnitud que alcanza el problema sanitario. Las pérdidas, que en un principio se estimaban en 40.000 millones de dólares, amenazan con excederse frente la extensión de la tragedia.

La parálisis de China, el epicentro del letal virus, representa el golpe más fuerte y sensible para el mercado de los viajes, por cuanto no solo es el principal país emisor de turistas en el mundo, sino un importante destino receptivo. En 2019, los chinos realizaron 150 millones de viajes al extranjero, alimentando las economías de muchos países, en los que dejaron divisas cercanas a 130.000 millones de dólares, conforme a las cifras reveladas por Financial Times.

La desaparición de sus turistas, sumada a la de los europeos, asiáticos y americanos, pone en estado de sequedad las finanzas en todos los niveles del sector y augura, desafortunadamente, una cascada de quiebras, que comenzará afectando a las empresas más débiles en la aviación, la hotelería y las agencias operadoras. Los cálculos iniciales advierten sobre la posibilidad de que no menos de 25 millones de empleos generados por la industria se pierdan en el mundo.

En consecuencia, enormes serán los retos que deberá enfrentar la industria turística a corto, mediano y largo plazo, luego de este viacrucis en el que paga la mayor cuota de sacrificio por ser la actividad económica con mayor impacto social basada en la interacción de las personas, a las que hoy, en contravía, se les ha impuesto un necesario, obligado y responsable aislamiento social, a través de medidas razonablemente extremas.

Una vez sorteada la crisis, cuando se aplane la curva epidémica o de contagio, el turismo requerirá la mayor atención de los gobiernos para estimular su rápida recuperación, porque a partir de esta coyuntura atípico será el escenario que habrá de abrírsele en el corto y mediano tiempo. La incertidumbre, la ansiedad, la austeridad y la desconfianza primarán entre los viajeros, que tomarán largo tiempo en recuperarse de lo sucedido y, por las características asintomáticas de una enfermedad que aún carece de vacuna, se resistirán a visitar aquellos lugares que han padecido el drama con todo rigor.

El turismo es la industria que más impulsa la economía mundial desde la década de los años 50, pero en muchos países, como en Italia o España, su volumen de negocios podría retroceder por lo menos medio siglo. Es decir, sus ingresos regresarían a los de aquellos años en los que la Guerra Fría y los aviones —como medio de transporte de lujo— hacían de los viajes una alternativa exclusiva solo para los más audaces y adinerados.

De modo pues que, así como los científicos tienen la misión de descubrir el antídoto contra el coronavirus, las autoridades oficiales, los gremios y los expertos en marketing y publicidad de la industria turística deberán trabajar, desde ya, para encontrar la respectiva vacuna contra la epidemia del temor y la desconfianza que ya reina entre los viajeros.

Posdata. También lo pronosticó Bill Gates, en 2005, a raíz del mortal brote del ébola: “La falta de preparación (del sistema general de salud en el mundo) podría hacer que la próxima epidemia sea más devastadora que el ébola… Podemos no tener la misma suerte, porque podría ser un virus en el que los transmisores… puedan viajar en avión… (y) se difundan por todo el mundo muy rápidamente”.

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@Gsilvar5

LA OTRA CARA

26 marzo 2020 –

Por: Juan Álvaro Castellanos, Socio CPB – El Nuevo Siglo.

Ahora que la Comisión de Regulación de Energía y Gas –CREG- está en  el foco de la candela investigativa, alrededor de su responsabilidad en la emergencia eléctrica, se ve de cuerpo entero, los orígenes en los elevados costos de la estructura del Estado.

Agencias estatales, comisiones reguladoras en servicios públicos, y algunos fondos oficiales, suman no menos de medio centenar de organismos tejidos en el Gobierno central. Están detrás de ministerios, con autonomía para hacer y deshacer, con el supuesto rótulo de ser servidores para enlazar protección a la ciudadanía con programas de Gobierno.

Se han convertido en platos servidos con lujo de detalles para la corrupción que, siempre se sienta a manteles, si el menú tiene cifras exquisitas.                                                                                                                                                                                                                      La CREG saltó a la palestra, no por llamados del Gobierno a la ciudadanía para ahorrar energía, sino para que explique el rumbo de 18 billones de pesos, cobrados durante la última década en  facturas a todos los usuarios como -cargo por confiabilidad- para garantizar suministro eléctrico sin racionamiento.

En palabras concretas, se trató de un pago adicional cobrado a la ciudadanía  para decir que no habría más  apagones. ¡Qué  cuentazo! bien disfrazado de eufemismo, propio de los términos del Derecho Público.

El cobro, le pasó por alto a la gente, como varios que son investigados sobre facturas de servicios públicos en todas las ciudades.  Asustan al consumidor fijando fechas de suspensión del servicio o cobros adicionales, si se paga tres o cuatro días después.

En la carpeta de investigaciones judiciales y del debate en el Congreso de la República, deben estar empresas de servicios domiciliarios y sus operadoras, en manos de compañías españolas y chilenas. Colombianas lo pueden hacer.

Lo mismo con agencias estatales, creadas por el Gobierno en 2011. Un listado oficial, obtenido por esta columna, cuenta 14 agencias, algunas con nombres ampulosos y funciones ignoradas.

Por ejemplo, no se sabe de la vida de la Agencia para la Cooperación Internacional de Colombia; tampoco de la Agencia de Acuicultura y Pesca, y  absolutamente nada, de una con nombre rebuscado: Agencia del Inspector General de Tributos. El país desconoce la existencia de la misma y  el señor del cargo mencionado.

Estas entidades manipulan a su antojo dineros públicos. Serían mejor unidades operativas  en cada ministerio, con resultados. La eficiencia no es  abundancia de instituciones.

Más que apretón económico hay gasto estatal a manos llenas. Si se eliminan algunos y se reducen otros organismos, habrá ahorro multibillonario.

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«Si la prensa china fuera libre, el coronavirus no sería una pandemia», sostiene RSF

24 marzo 2020 –

Por: RFS –

Reporteros Sin Fronteras (RSF) muestra cómo, sin el control y la censura impuesta por las autoridades de China, los medios chinos habrían informado a la ciudadanía mucho antes de la gravedad de epidemia de coronavirus, salvando así miles de vidas y evitando, quizás, la actual pandemia.

En un análisis publicado el 13 de marzo, los investigadores de la Universidad de Southampton sugieren que el número de casos de coronavirus en China podría haberse reducido en un 86% si las primeras medidas, que se tomaron el 20 de enero, se hubieran implementado dos semanas antes. Basándose en lo ocurrido en los primeros días de la crisis, Reporteros Sin Fronteras (RSF) pone de relieve que, sin el control y la censura impuestos por las autoridades, los medios chinos habrían informado al público mucho antes de la gravedad de la epidemia, salvando miles de vidas y, posiblemente, evitando la pandemia actual.

18 DE OCTUBRE:

La prensa china podría haber informado de los escalofriantes resultados de un simulacro de pandemia

El Centro John Hopkins para la Seguridad de la Salud, en asociación con el Foro Económico Mundial y la Fundación Bill y Melinda Gates, realiza un simulacro de pandemia de coronavirus el 18 de octubre de 2019 y alerta a la comunidad internacional sobre los resultados escalofriantes: 65 millones de muertes en 18 meses.

  • Si el internet chino no estuviera aislado por un elaborado sistema de censura electrónica y los medios no se vieran obligados a seguir las instrucciones del Partido Comunista, el público y las autoridades sin duda se habrían interesado por esta información procedente de Estados Unidos, que se hizo eco de la epidemia de SARS (síndrome respiratorio agudo severo) de 2003. El SARS infectó a 8.000 personas y causó más de 800 muertes, principalmente en China.

20 DE DICIEMBRE:

Las autoridades de la ciudad de Wuhan podrían haber informado a los periodistas

Un mes después del primer caso documentado, la ciudad de Wuhan ya tiene 60 pacientes con una neumonía desconocida similar al SARS; varios de ellos han frecuentado el mercado de pescado de Huanan. A pesar de la situación, las autoridades no consideran conveniente comunicar esta información a los medios.

  • Si las autoridades no hubieran ocultado a los medios la existencia de un brote epidémico vinculado a un mercado muy popular, el público habría dejado de visitar este lugar mucho antes de su cierre oficial, el 1 de enero.

25 DE DICIEMBRE:

El doctor Lu Xiaohong podría haber expresado sus temores a la prensa

El 25 de diciembre , el doctor Lu Xiaohong, jefe de gastroenterología del Hospital de la Ciudad de Wuhan No. 5, comienza a conocer casos de infección que afectan al personal médico y sospecha desde la primera semana de enero que la infección puede transmitirse entre humanos.

  • Si las fuentes de los periodistas en China no se expusieran a sanciones severas -que van desde una reprimenda profesional hasta penas de prisión-, el doctor Lu Xiaohong habría asumido la responsabilidad de alertar a los medios, obligando a las autoridades a tomar medidas, lo que no sucedió hasta tres semanas después.

30 DE DICIEMBRE

Los medios de comunicación habrían recogido la alerta temprana de los denunciantes

El director del departamento de emergencias del Hospital Central de Wuhan, Ai Fen, y un grupo de médicos lanzan una alerta sobre un «coronavirus similar al SARS». Ocho de ellos, incluido el doctor Li Wenliang, quien murió después a causa de la enfermedad, serán detenidos por la policía de Wuhan el 3 de enero por hacer circular «falsos rumores».

  • Si la prensa y las redes sociales hubieran podido difundir libremente la información facilitada por los denunciantes el 30 de diciembre, la ciudadanía se habría dado cuenta del peligro y habría presionado a las autoridades para que tomaran medidas que limitaran la expansión del virus.

31 DE DICIEMBRE:

Las redes sociales habrían transmitido la alerta oficial en China

China alerta oficialmente a la Organización Mundial de la Salud (OMS) el 31 de diciembre, pero al mismo tiempo obliga a la plataforma de discusión WeChat a censurar una gran cantidad de palabras clave que se refieren a la epidemia.

  • Sin censura, la red social WeChat, que tiene mil millones de usuarios activos en China, podría haber permitido a los periodistas transmitir informes y consejos de precaución que contribuyesen a un mejor cumplimiento de las normas recomendadas por las autoridades sanitarias.

5 DE ENERO:

Los medios científicos habrían secuenciado antes el genoma del coronavirus

El equipo del profesor Zhang Yongzhen en el Centro Clínico de Salud Pública de Shanghai logra secuenciar el virus el 5 de enero, pero las autoridades parecen reacias a hacer público el genoma. El 11 de enero, el día en que China confirma su primera muerte por el virus, los investigadores filtran información en plataformas de código abierto, lo que resultará en el cierre punitivo de su laboratorio.

  • Si las autoridades chinas fueran transparentes, habrían comunicado inmediatamente la secuencia del genoma del coronavirus a los medios científicos, ahorrando a la comunidad internacional un tiempo precioso en su investigación para el desarrollo de una vacuna.

13 DE ENERO

La comunidad internacional habría anticipado el riesgo de una pandemia

Se informa en Tailandia del primer caso de infección por coronavirus fuera de China, un turista de Wuhan.

  • Si los medios internacionales hubieran tenido acceso total a la información que tenían las autoridades chinas sobre la escala de la epidemia antes del 13 de enero, es probable que la comunidad internacional hubiera evaluado la crisis y la hubiera anticipado mejor, reduciendo el riesgo de que la epidemia se propagase fuera de China y, posiblemente, evitando su transformación en una pandemia.

Coronavirus en Italia: Alma Clara Corsini, la anciana de 95 años que superó el covid-19 y se convirtió en el rostro de la esperanza en el país europeo

24 marzo 2020 –

Por: BBC –

En las últimas semanas, Italia ha tenido pocos motivos para ser optimista.

Actualmente es el país más afectado por la expansión del coronavirus en Europa y hasta el lunes 23 de marzo reportaba más de 6.000 muertes, el mayor número en el mundo.

Pero un halo de esperanza ha conseguido romper el pesimismo.

Se trata del caso de Alma Clara Corsini, una anciana de 95 años que superó la enfermedad tras haber ingresado con síntomas el pasado 5 de marzo en un hospital en la provincia de Módena, al norte de Italia.

Según reportó el periódico local La Gazzetta di Modena, el estado de salud de Corsini ahora es tan bueno que fue dada de alta y ya se encuentra de vuelta en su residencia de ancianos en el municipio de Fanano, en la provincia de Módena.

La provincia de Módena se encuentra en la región de Emilia Romagna, la segunda más afectada por la expansión del coronavirus tras Lombardía.

Emilia Romagna, según los datos diarios ofrecidos por las autoridades italianas el lunes 23 de marzo, registra más de 8.500 casos y casi 900 fallecidos.

El mayor número de muertes se produce en personas mayores de 70 años.

Italia, con más de 6.000 fallecidos, superó la semana pasada a China (más de 3.200) como el país con mayor número de muertos a nivel mundial.

Sin embargo, las cifras de los últimos dos días muestran una ligera ralentización del crecimiento tanto de infectados como fallecidos.

Estas estadísticas e historias personales como la de Alma Clara Corsini esbozan un panorama algo más alentador para ese país.

 

Comentario revelador de Trump sobre médicos y coronavirus

24 marzo 2020 –

Por: The Washington Post –

En las últimas 24 horas, el presidente Trump ha manifestado su deseo de reabrir la economía estadounidense a pesar de la propagación acelerada del brote de coronavirus . Él sugirió que podría revertir las estrictas pautas establecidas durante la última semana más o menos más temprano que tarde.

Y el lunes por la noche, indicó que no será necesariamente disuadido de ese curso por los médicos.

En la conferencia de prensa diaria de la Casa Blanca, Trump aludió repetidamente a la idea de que Estados Unidos debe evitar dejar que el nuevo coronavirus destruya la economía y sugirió que podría abordarse al mismo tiempo que se reinician ciertas partes de la economía.

«Vamos a abrir nuestro país para los negocios porque nuestro país estaba destinado a ser abierto», dijo Trump. Agregó en otro momento que pensó que abriría las cosas en semanas en lugar de meses.

Trump dijo repetidamente que Estados Unidos «puede hacer dos cosas al mismo tiempo». Agregó que ciertas «partes de nuestro país están muy levemente afectadas» y nombró a los estados con relativamente pocos casos.

Sin embargo, quizás los comentarios más ilustrativos de Trump llegaron cuando le preguntaron si esto era algo que los profesionales médicos a su alrededor habían firmado. Trump dijo que consulta con esos expertos, incluidos el Dr. Deborah Birx y el Dr. Anthony S. Fauci, que estuvo ausente de la sesión informativa después de ofrecer comentarios algo críticos con Trump en una entrevista publicada el domingo por la noche.

Pero sugirió que lo que quieren los médicos podría ser demasiado oneroso.

«Si fuera por los médicos, podrían decir: ‘Mantengamos el cierre. Cerremos el mundo entero «, porque, de nuevo, tienes casi 150 países [con casos de coronavirus] -» así que cerremos el mundo entero. Y cuando lo cerremos, sería maravilloso. Y mantengámoslo cerrado durante un par de años », dijo Trump, y agregó: «Sabes, no puedes hacer eso. Y no se puede hacer eso con un país, especialmente la economía número 1 en el mundo, por el momento «.

Presionado sobre por qué, Trump dijo porque «causa problemas más grandes que el original».

Se le preguntó nuevamente a Trump si alguno de los médicos de su equipo había respaldado este enfoque, y dijo que no.

“No respaldado. Hablamos juntos, y creo que están de acuerdo con eso, y yo estoy de acuerdo con eso ”, dijo Trump. “Pero esto podría ser un problema mucho mayor. Esto podría crear un problema mucho mayor que el problema con el que comienzas «.

Otro intercambio revelador sobre este punto se produjo cuando se le preguntó a Birx sobre la afirmación de Trump de que pensaba que los médicos «estaban de acuerdo». Birx declinó responder directamente.

«Lo que el presidente ha pedido hacer es reunir todos los datos y darle nuestra mejor recomendación médica basada en todos los datos», dijo Birx. «Eso es lo que nos ha pedido que hagamos».

Cuando Birx fue presionada sobre si estaría de acuerdo con reabrir la economía después de que el período actual de 15 días termine dentro de una semana a partir de ahora, dijo: “No me gusta, nunca especularé sobre los datos. Tendré que ver los datos para entender realmente ”.
Más tarde, se le preguntó a Trump si Fauci estaba de acuerdo con su deseo de reabrir la economía, y dijo que Fauci «no está de acuerdo».

Presionado sobre si tomará la recomendación de Fauci sobre la reapertura de la economía, Trump nuevamente no se comprometió: «Ciertamente, es muy importante para mí, y lo escucharemos». Estaré escuchando a Deborah, con quien acabas de hablar. Estaré escuchando a otros expertos. Tenemos muchas personas que son muy buenas en esto. Y en última instancia, es un acto de equilibrio «.

En gran medida, Trump tiene razón. Todos los presidentes deben seguir el consejo de expertos y tomar decisiones sobre áreas en las que pueden no ser expertos. Pero Trump siempre ha ofrecido un tono mucho más optimista sobre el coronavirus que esos mismos expertos. Y las estrictas medidas utilizadas para contener el brote han sido aclamadas, incluso por Trump, como necesarias para prevenir una crisis de salud pública en la que los hospitales están abrumados con pacientes y el sistema se rompe.

En otras palabras, hay una razón importante para creer que Trump puede no apreciar completamente el alcance de las posibles consecuencias, especialmente dados sus comentarios repetidos que minimizan la amenaza antes de que esa postura fuera abandonada hace una semana.

Trump desde el principio ha señalado que está tan o más preocupado por el mercado de valores y la economía, y la economía es una preocupación legítima. Sin embargo, lo que el informe del lunes llevó a casa es que Trump no necesariamente se referirá a sus profesionales médicos cuando tome esa decisión de vida o muerte. Y escuchar la falta de apoyo expreso de los comentarios cuidadosamente redactados de Birx y Trump sobre cómo se siente Fauci realmente lo dice todo cuando se trata de quién respalda este movimiento.

Los comentarios de Trump sobre cómo los médicos querrían «cerrar el mundo entero» son otro ejemplo de su escepticismo de expertos de larga data.
“Los Gobiernos deben gastar en prevenir pandemias lo mismo que en Defensa”

24 marzo 2020 –

Por: El País –

Adolfo García-Sastre ha estado cara a cara con la peor pandemia de la historia reciente. Su equipo fue uno de los que consiguió resucitar el virus de la gripe de 1918 para poder estudiarlo y comprender cómo pudo infectar a un tercio de toda la población del planeta —unos 500 millones de personas— y acabar con la vida de 50 millones, la mayoría jóvenes sanos. Su principal conclusión es que las pandemias son recurrentes —hay una de gripe cada 20 años más o menos— y prácticamente inevitables. A pesar de ello, dice, casi ningún país toma medidas para estar preparado, como se ha demostrado con la actual pandemia de coronavirus.

El equipo de este microbiólogo burgalés de 55 años, director del Instituto de Salud Global y Patógenos Emergentes vinculado al Hospital Monte Sinaí de Nueva York, se ha volcado en la investigación del nuevo virus. Su equipo trabaja sin descanso en cuatro frentes: probar fármacos ya aprobados para el cáncer y otras dolencias en cultivos celulares de primates para ver si neutralizan al virus; desarrollar ratones humanizados para hacer pruebas de esos fármacos; ayudar al desarrollo de una vacuna —colabora con el laboratorio español de Luis Enjuanes e Isabel Sola— y, por último, encontrar marcadores moleculares en la sangre de los infectados que puedan predecir quién tendrá una enfermedad leve y quién corre riesgo de morir. Es algo esencial para priorizar casos con unos sistemas sanitarios llevados al límite por la pandemia, que ya lleva 382.000 contagios confirmados en 168 países. Uno de sus principales problemas es el espacio: en el laboratorio de alta seguridad biológica necesario para poder manejar el virus vivo solo caben cuatro personas a la vez.

Pregunta. En la pandemia de 1918 hubo una segunda oleada que fue la más mortal. ¿Habrá una segunda epidemia de coronavirus en octubre o se conseguirá erradicar antes?

Respuesta. Erradicarlo es imposible. Solo se podría conseguir si tuviéramos una vacuna muy buena y hubiese una campaña de vacunación masiva en todo el mundo. Eso es muy difícil de implementar. Llevamos décadas luchando para erradicar el sarampión y la polio, para los que sí hay vacunas, y no lo hemos conseguido. Por desgracia, aunque tengamos una vacuna no podremos erradicarlo. Lo que sí será posible es que el virus circule ya en grupos de menor riesgo, los más jóvenes, la gente que nazca después de esta pandemia. Esto con la gripe pandémica tarda un año más o menos y normalmente son necesarias dos olas, a veces tres. Yo creo que habrá dos olas, puede que tres, pero en un año a partir de ahora, aunque no haya vacuna, se habrá infectado un 40% o 50% de la población mundial, lo que ya dará lugar a que el virus frene su propagación. Todo depende de cuánta gente se infecte en cada una. Será diferente en cada país. Cuantos más se contagien en la primera menos habrá en la segunda y viceversa. Es muy difícil de predecir.

P. ¿Cómo se explica que el virus esté matando más a hombres que a mujeres?

R. No lo sabemos. Las mujeres en general tienen una respuesta inmune más fuerte. Un sistema inmune más fuerte tiene más probabilidades de que este se vuelva contra el propio cuerpo y lo ataque, lo que explica por qué ellas sufren más enfermedades autoinmunes. Puede que en el caso de este virus ese desequilibrio entre sexos sea más acentuado, aunque lo cierto es que no lo sabemos.

P. ¿Puede que fumar sea también parte de la explicación [la inmensa mayoría de los fumadores en China son hombres]?

R. Este virus ataca al pulmón. Cuanto más debilitado lo tengas más probabilidades tendrás de que una neumonía te cause complicaciones. Todo depende de cuánto afecte el tabaco a tu capacidad pulmonar. El fumar en general la reduce, pero sabemos que hay fumadores muy frecuentes a los que por alguna razón no les afecta tanto. Es más probable que tengas mejor capacidad pulmonar si no fumas pero eso no quiere decir que todos los fumadores vayan a morir y el resto se salve.

P. ¿Ayudará el verano a reducir los contagios?

R. No se sabe, pero es probable que sí. Estamos viendo que el calor no lo elimina, por ejemplo hay casos en Singapur, un país muy cálido, aunque no avanza tan rápido allí. De nuevo, es posible que las medidas de contención tomadas allí hayan funcionado mejor que en otros países. Hay tres factores: cuántas personas son susceptibles, que sería en principio toda la población de la Tierra; la densidad de población y los contactos frecuentes entre personas, aquí entran las medidas de distanciamiento social; y el tercero son las condiciones ambientales, también incontrolables.

P. ¿Qué posibilidades hay de tener fármacos efectivos contra la Covid-19 antes de que pase el pico de la epidemia?

R. No va a haber ningún fármaco milagroso que cure completamente la enfermedad. Conocemos fármacos de este tipo, existen para bacterias, son los antibióticos. No tenemos nada parecido para los virus porque estos son más difíciles de contener. Usan nuestra maquinaria biológica para hacer copias de sí mismos e inhibir esa maquinaria es mucho más difícil y peligroso. Es posible que encontremos alguna sustancia que funcione de forma parcial, que ayude a disminuir la proporción de muertes y de enfermedad severa, pero no habrá nada que lo frene por completo y evite que alguien muera. Por ahora lo más prometedor es el uso de suero hiperinmune de personas que ya han estado en contacto con el virus. Ese suero se puede infundir a otros pacientes y disminuirá la concentración de virus, aunque no lo bloqueará por completo. Hay otras moléculas, la cloroquina, los inhibidores de la polimerasa, de proteasas, que parece que funcionan, pero está por ver su impacto.

P. ¿Cuánto cree que durará esta pandemia?

R. Estará solucionada dentro de un año, más o menos, incluso sin vacuna. Dentro de un año se podría empezar a hacer vida normal. Habrá infecciones pero será más fácil controlarlas. Cuando empiece a bajar el número de contagios es importante no cantar victoria, no salir todo el mundo a la calle a hacer vida normal, porque es fácil que el virus vuelva a prender. Habrá que volver a la vida normal poco a poco y estar preparados para aislar a la gente de nuevo si es necesario.

P. ¿Cómo se conseguirá evitar que el virus siga circulando?

R. Hay dos posibilidades. La primera es que se contenga porque todos, o una gran mayoría de nosotros, nos habremos infectado. Cuando eso ocurra el virus dejará de transmitirse bien. Es posible pero improbable que el virus mute y siga causando problemas. La segunda opción es que acabe de forma parecida, pero en parte gracias a una vacuna que permita inmunizar a una buena parte de la población. [La vacuna no llegará hasta dentro de un año y medio, aproximadamente].

P. Usted dice que este virus es mucho menos letal de lo que dicen las estadísticas. ¿Por qué?

R. Debe de haber 10 veces más casos de los que conocemos, es posible que más. Cuando aparecen casos de la nada, sin que sepamos quién puede haberle contagiado, sabemos que tiene que haber alguien más infectado que no ha sido detectado. El número de casos confirmados depende de las pruebas diagnósticas que se hagan en cada país. Esto explica las discrepancias entre contagios y muertes entre EE UU, Alemania o España. El virus no es más letal en un país que en otro. Es porque cada país hace un número de tests determinado.

P. ¿Qué opina de la recomendación de la OMS de hacer cuantos más tests, mejor?

R. Depende de cuántos haya disponibles. En un mundo ideal nos haríamos la prueba todos cada dos días con un dispositivo personal. El que dé positivo se aísla. Eso es imposible. Al principio de la epidemia, cuando hay pocos casos, es importante saber quién está infectado para poder cortar la cadena de contagios. Para eso hay que hacer tests de forma muy agresiva a todos los contactos de un contagiado. Cuando ya el virus está muy extendido, esto ya no ayuda tanto. Si lo tiene por ejemplo el 1% de la población se te van a escapar demasiados casos. Aquí ya lo importante es aislarse, prevenir los contagios. Si hay pocos tests es más importante hacérselos a los enfermos graves, porque si en realidad tienen gripe o una enfermedad bacteriana sabemos que son tratables.

P. ¿En qué se ha fallado con esta pandemia?

R. Es muy difícil saber qué se podía haber hecho mejor. El principal problema no es tanto si las medidas de contención se han tomado antes o después. Esto viene de mucho antes. Se sabía que estas pandemias podían ocurrir. Sabemos que con la gripe suceden cada 20 o 30 años y que tienen una severidad parecida a la actual, pero no nos preparamos para ellas. No tenemos suficientes camas, ni personal, ni material. No es un problema del Gobierno de ahora ni del de antes, es de todos los Gobiernos. Tampoco es un problema de España, sino de todos los países. Nadie ha luchado para financiar esto. Esto explica por qué ahora tenemos que andar con medidas de contención tan severas para intentar evitar el colapso.

P. ¿Volverá a ocurrir otra pandemia como esta?

R. Sí, habrá otra pandemia, probablemente de gripe. Lo importante es poner ya presupuestos para frenarla. Los Gobiernos deben invertir contra las pandemias lo mismo que gastan en defensa. Para hacer la guerra con otros países o defendernos se gasta mucho dinero en armamento, tanques, torpedos, misiles, que al final no se usan, pero se consideran necesarios en el caso de que haya un ataque. Esto es igual, es casi más probable que nos afecte más una pandemia que una guerra. Debemos tener la capacidad hospitalaria y servicios en el caso de que haya una nueva.

P. ¿Se puede evitar que aparezcan estos nuevos patógenos que surgen de animales salvajes?

R. Es muy difícil. El ejemplo de la gripe es claro. Habría que erradicar la gripe de los animales salvajes en los que está, las aves salvajes. Es imposible acabar con ella. Puedes hacer que una pandemia sea menos probable, pero no puedes eliminar ese riesgo. Esto costará mucho dinero y habrá que pagarlo aunque no ocurra nada.

Síntomas del coronavirus: cómo diferenciar el covid-19 de una gripe, un resfriado o una rinitis alérgica

24 marzo 2020 –

Por: BBC-

La llegada del nuevo coronavirus a América Latina ha generado dudas sobre la diferencia entre los síntomas de la enfermedad covid-19 y los de una gripe común.

En Google, los términos de búsqueda como «mocos» y «estornudo» también han aumentado en relación con «síntomas de coronavirus» en el último mes, lo que puede indicar que existe una cierta confusión entre los síntomas del nuevo coronavirus y otros síndromes respiratorios leves como rinitis alérgica y resfriado.

«La gente debe ser consciente de que covid-19 es realmente un tipo de gripe, por lo que tiene muchos síntomas en común», dijo a BBC Mundo Paulo Sergio Ramos, especialista en enfermedades infecciosas de la Fiocruz Recife, instituto de investigación médica y científica de Brasil.

«Hay que estar alerta si siente una dificultad para respirar. Esto indica que la enfermedad se está complicando por lo que sería necesario buscar ayuda médica», explica el especialista.

En caso de duda, consulta y sigue la guía de actuación de tu municipio, estado o país.

Diferencias entre el coronavirus y la gripe común

La enfermedad que causa el virus SARS-Cov-2, llamada covid-19, es una infección respiratoria que comienza con síntomas como fiebre y tos seca y, después de una semana, puede causar dificultad para respirar.

Según un análisis de la Organización Mundial de la Salud basado en un estudio con 56.000 pacientes, el 80% de los infectados desarrollan síntomas leves (fiebre, tos y, en algunos casos, neumonía), el 14% síntomas graves (falta de aire y dificultad para respirar) y el 6% enfermedades graves (insuficiencia pulmonar, shock séptico, falla multiorgánica y riesgo de muerte).

Entre los síntomas presentados por los pacientes, los más comunes fueron la fiebre (aproximadamente 88% de los casos), la tos seca (casi 68%) y el cansancio (38%).

La dificultad para respirar ocurrió en casi el 19% de las personas, mientras síntomas como el dolor de garganta y el dolor de cabeza aparecieron en un 13% de los casos.

Un 4% de los pacientes con el nuevo coronavirus tuvo diarrea.

Sin embargo, muchos otros virus pueden causar tos, fiebre, dolor en la garganta y la cabeza y una sensación de fatiga.

«Probablemente hay más 200 virus que causan los síntomas del resfriado común y estos incluyen el virus de la Influenza (gripe), lo que quiere decir que a veces puedes tener gripe pero experimentar síntomas tan leves que los confundes con un resfriado», dijo el virólogo Jonathan Ball a la BBC.

Los expertos consultados dicen que los síntomas deben ser monitoreados y si permanecen leves, pueden ser tratados en casa.

Hay que tener especial atención en el caso de los ancianos y las personas con baja inmunidad y consultar con un profesional médico en caso de duda.

«La gripe suele ser la única que nos hace sentir dolor muscular. Y generalmente dura entre tres y cinco días. Estos podrían ser indicios de que se trata de un virus común «, le dijo a BBC Mundo Heloisa Ravagnani, presidenta de la Sociedad de Enfermedades Infecciosas del Distrito Federal, en Brasil.

¿Y el resfriado y las alergias?

En el caso del resfriado, los síntomas tienden a ser aún más leves y, en general, solo respiratorios: mocos, congestión nasal, tos y dolor de garganta, pero no siempre todos al mismo tiempo.

«Si la persona tose y tiene otros síntomas leves, no debe olvidarse de usar una mascarilla al entrar en contacto con otras personas y limpiar las superficies con las que tiene contacto. Puede que no tenga covid-19, pero, en un momento como este, todos los cuidados son bienvenidos», dice el infectólogo.

Los síndromes respiratorios alérgicos como la rinitis alérgica estacional, comunes en períodos como el otoño y la primavera, pueden causar secreción y congestión nasal, comunes también en resfriados, gripe y covid-19.

Pero generalmente estos síndromes se caracterizan por los estornudos y es poco probable que causen tos o fiebre, explica Paulo Sergio Ramos.

«Lo importante es que las personas, incluso si sufren de alergias, resfriados o gripe común, mantengan una distancia de un metro de los demás al toser o estornudar. También es esencial que usen su antebrazo o un pañuelo (que deben desechar) cuando tosen o estornudan y que tras hacerlo siempre se laven las manos para evitar la propagación de otros virus», advierte.

Seguir estas reglas es importante porque, según el estudio más grande hasta la fecha sobre el nuevo coronavirus, realizado por el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades en China, el 80% de los pacientes tendrán síntomas leves.

Sin embargo, existe evidencia científica de que incluso una persona sin síntomas puede transmitir el virus.