8 julio 2020 –
Por: Jairo Ruíz Clavijo, Socio del CPB –
La prensa escrita está en crisis, no solo por el daño económico que padece por la competencia de los medios electrónicos, si no por la de la televisión, que es regida por la equivocada creencia de que informar es mostrar. Hemos retrocedido siglos.
La influencia de la TV es avasalladora y extiende su modelo hacia los otros medios: “El periodismo de televisión por su ideología de lo directo y del tiempo ha ido imponiendo poco a poco un concepto radicalmente distinto de la información. Informar es, desde entonces, mostrar la historia en marcha o, mas concretamente, hacernos asistir en directo al acontecimiento”, afirma Ignacio Ramonet, respetado periodista francés.
El periodismo ha retrocedido varios siglos. Está viviendo “una revolución copernicana cuyas consecuencias no se han terminado de medir” según Ramonet. En el periodismo actual la imagen o su descripción es la que le da el significado a un acontecimiento y no es así: aunque lo veamos, no es el sol el que gira alrededor de la tierra sino al contrario; vemos plano el horizonte, pero la Tierra es redonda.
Eso consolida la pobre concepción actual que convierte en periodista a cualquiera que cargue un celular y permite el nacimiento de contestables espacios televisivos como “El periodista es usted , donde se excluye, por completo, al periodista profesional.
Con la TV la audiencia se conforma con ver como se produce el acontecimiento, pero está lejos de su significado. Sin embargo, poco a poco, se crea la engañosa ilusión de que ver es comprender, lo cual significa un regreso a la época prerracional.
Los nacidos en el siglo pasado, nos criamos contra el postulado de que “ver es comprender”, no solo por Copérnico quien demostró que la Tierra gira alrededor el Sol, sino porque los enciclopedistas nos enseñaron que hay que desconfiar de nuestros propios ojos y de los sentidos. También, porque aprendimos de los abuelos que “el hábito no hace al monje”, que “las apariencias engañan” y que las cosas no siempre son lo que parecen.
Es el conocimiento lo que nos hace entender el significado de las cosas.
EL periodismo inmediatista de hoy trae aún peores consecuencias: hace creer que aquellos acontecimientos que no tienen imágenes no son importantes. Además, esa clase de periodismo arrastra consigo el concepto de actualidad: el impacto de las imágenes televisivas impulsa a la prensa a registrar esos acontecimientos. La imagen impele a los demás medios a registrar las noticias del día, minimiza la importancia del texto.
Por ello, la expedición de una ley, o una protesta social, se ven reducidas al movimiento de un bolígrafo, al sonido de cacerolas cuando son golpeadas, a la imagen destrozada de un bien público dañado o al enfrentamiento entre un grupo de manifestantes y la policía.
EN BUSCA DE LA NOTICIA
La noticia no es un espectáculo de TV. No sólo hay un ¿Qué?, un ¿Cómo? y un ¿Cuándo?, sino, también, un ¿Por qué? (la causa) y el ¿Para qué? (el objetivo) que son, precisamente, el contexto de la noticia. El ¿Dónde? , además, es fundamental pues no es lo mismo que las cámaras estén situadas en el lugar donde parte el misil a que se encuentren en el sitio donde estalla.
La inmediatez del radio y la TV, cambia otro concepto fundamental: La veracidad de la información: Actualmente un hecho es verdad no porque corresponda a criterios objetivos rigurosos y verificados, sino porque lo confirman los demás medios de comunicación al repetir y repetir las mismas informaciones.
En esta confusión informativa es difícil aislar un medio de los demás, es difícil analizar a la prensa escrita independiente de los otros medios y los periodistas se imitan, se repiten, se copian y se entremezclan al punto de que casi constituyen un solo sistema de información.
Esto, sin tener en cuenta que en algunas empresas “multimedia”, el mismo periodista, por falta de tiempo, simplemente copia y pega los mismos textos para prensa, radio y TV.
Como consecuencia, la información y la comunicación tienden a confundirse, los periodistas seguimos creyendo que somos los únicos que producimos la información, cuando toda la Sociedad hace lo mismo:
Ya no queda una sola institución, pública o privada, militar o cultural que no disponga de un servicio de prensa y/o relaciones públicas y no emita sobre ella misma unos documentos rebosantes de elogios y realizaciones. Es casi imposible penetrar esas positivas apariencias no solo por lo acorazadas que están, sino porque los periodistas poco disponemos del tiempo, los medios y los recursos que podría suministrarnos la empresa para la cual trabajamos muchas veces comprometida económicamente, por la publicidad, con la institución a que debemos criticar.
PAPEL HIGIÉNICO PARA
LIMPIAR LOS MEDIOS
Ahora, por la informática, las primeras páginas de periódicos y revistas se diseñan como “pantallas” de TV o de computador, con titulares impactantes, recuadros, artículos reducidos, “estrellato” de los periodistas, prioridad a lo sensacional y prácticamente olvido de la información que perdió actualidad, pero que sin embargo es la que influencia nuestras vidas,
Es más, a fuerza de noticias cortas y numerosas, mas de 20 en cada telenoticiero y centenares en la radio y las Redes Sociales, el ciudadano se crea el convencimiento de que está informado, cuando en realidad es todo lo contrario. Pruebas al canto: Cuando en las redes sociales y los medios pidieron a la ciudadanía tomar medidas contra la pandemia, se agotaron las mascarillas, filtraran o no los virus, se vendieron millones de insecticidas y… ¡se agotaron en todo el mundo las existencias de papel higiénico!
Es muy cómodo culpar de esas torpezas a la población, pero ¿Y los medios?
Cuando la prensa escrita acepta hacer eco de las noticias de televisión, frente a ciudadanos cada vez más estudiados y diplomados, pierde personalidad, su razón de ser, y por consiguiente lectores porque los ciudadanos no encuentran en sus páginas la explicación del mundo en el que están inmersos.
En algunos países, la prensa, para escapar de la influencia de la TV , ha abierto espacios en dos direcciones: El sensacionalista, muy de moda en periódicos tabloides norteamericanos, que cuentan detalles de la vida privada de personajes públicos y en especial aquellos que no quisiera que se supieran, y el segundo, el llamado periodismo de revelación, más serio porque se trata de revelar, de mostrar lo que las cámaras no pueden (papeles, documentos que en la pantalla no dicen nada pero que en manos de un periodista permite el razonamiento y la evaluación y trascendencia) y que se ve hoy en España, Francia e Italia.
LLEGA LA MULTIMEDIA
Lo peor, es que nos estamos quedando cortos en la evaluación de esta “revolución copernicana ” de la que habló arriba Ramonet. Aún no conocemos estudios sobre el poder de la multimedia que producirá cambios mayores a los ocasionados por la invención de la Imprenta. El televisor, el computador y el teléfono es la nueva maquinaria de las comunicaciones de hoy, una maquinaria interactiva que reúne los talentos y tecnologías dispersos (la tele copia, la telemática y la monética)
Esta revolución nos está llevando a la concentración de más poderes en manos de menos personas y a cuestionar el eventual fin de la democracia: Billones de dólares se mueven sin el control de ningún gobierno compitiendo por el monopolio de las autopistas de la información, se compran por miles de millones, empresas que están surgiendo para asegurar su control y, dentro de pocos años, apenas sobrevivirán un puñado de instituciones.
La prensa no está a salvo de ese huracán. El magnate australiano Rupert Murdoch, controla miles de los más importantes medios impresos y electrónicos de Estados Unidos, Australia y de buena parte de Europa, y es dueño de News Corp. el cuarto grupo más grande del mundo por sus ingresos -dueño de DirecTV- asociado en Colombia con el senador Álvaro Uribe. La República de Italia y El País de España ya pertenecen a grandes corporaciones, así como el New York Times, a Carlos Slim.
En el primer trabajo que escribí para ustedes, hace mas de tres años, revelé la telaraña que se ha apoderado de los medios colombianos. Desde entonces ha desaparecido una decena de diarios y casi un centenar de radiodifusoras.(1)
Ni Ted Turner de CNN, ni Rupert Murdoch de New Corp., ni Bill Gates de Microsoft, ni Jeffrey Vinik de Fidely Investmentts, ni Larri Rong, de China Trust, ni Robert Allen de ATT, ni las otras pocas decenas de los nuevos amos del mundo se han sometido nunca al sufragio universal, abundan los ejemplos de haber torcido en su favor las leyes no solo de sus naciones sino de aquellas en que actúan. (2)
La Democracia no es para ellos, se sienten por encima de asuntos como el bien público, la felicidad, la libertad, la solidaridad, no tienen “tiempo que perder”, sus objetivos, por su dinero, sus productos y sus ideas atraviesan sin obstáculos la era de la globalización, las fronteras del mercado.
El señor Berlusconi, el hombre mas rico de Italia, no encontró ningún inconveniente en hacerse elegir presidente, pero en la mayoría de los países, los mas ricos no se toman esas molestias, simplemente eligen entre sus empleados quienes serán las fichas claves de los tres poderes.
El Periodismo del Siglo XXI ha perdido su carácter del ”Cuarto Poder” encargado del control y vigilancia de los otros tres en un sistema democrático. Su poder ha sido secuestrado por los grandes grupos financieros que utilizan los medios de comunicación de su propiedad para tener a su servicio los poderes tradicionales(3)**
LA OPINION COLOMBIANA
A J.M. Alarcón, uno de los últimos directores de Inravisión quien además ha tenido una meritoria carrera como Docente, le solicitamos, para este trabajo, su opinión sobre el periodismo de la actualidad, He aquí su respuesta:
«El periodismo empírico del siglo pasado construyó sus principios éticos a partir de la independencia de los medios y los periodistas, construyendo pluralismo en la opinión y consultando fuentes de distinto enfoque para hacer las noticias. Se distinguía con claridad entre información y opinión. La información se presentaba como noticia y la opinión en los espacios editoriales.
Ese ejercicio ético se fue diluyendo por los compromisos comerciales de los medios y por la baja formación ética que impartieron las escuelas periodísticas que surgieron desde los años 70 y que aspiraban a consolidar un modelo periodístico profesional y académico que reemplazara el modelo empírico.
El ejercicio periodístico en radio, prensa y Televisión pierde el norte ético del siglo XX con la llegada de políticos y profesionales de otras disciplinas que lo ejercen para su beneficio personal y de las clases que representan.
Entre tanto la academia no logra consolidar un modelo ético que desde el ejercicio de la comunicación social reivindicara los principios de oportunidad, independencia y pluralismo en la información y el respeto de la opinión como ejercicio de la libertad de expresión.
Con los años quedó claro que, si bien todos los periodistas son comunicadores, no todos los comunicadores son periodistas por definición. Las escuelas cometen el grave error de asimilarlos y convertirlos en Comunicadores – Periodistas.
Simultáneamente el mundo político logra acabar en la profesión de periodista y deja abierto su ejercicio para que cualquiera que levantando la mano y reclamando la libertad de expresión lo quisiera ejercer. Ahí están las consecuencias.
Hoy, como ayer la responsabilidad social de los periodistas sigue siendo la de informar oportuna y verazmente utilizando las tecnologías disponibles, consultando varias fuentes en las reacciones y análisis de los sucesos y aclarando siempre a sus audiencias cuando se está informando y cuando se está opinando.
La información en la TV se convirtió hoy en un ejercicio de poder político y económico que valida los sucesos según los principios que se representen. Mala cosa.
Los periodistas deben saber y hacer valer son sus principios éticos y profesionales. Deben entender y respetar los objetivos políticos y económicos de los medios en los que trabajan. Si no lo logran, hay otras posibilidades de ejercicio profesional desde las nuevas tecnologías».
NOTAS:
1) La Internet y Nosotros
2) “Los Dueños de los Medios de Comunicación”
3) El periodismo, desde el punto de vista empresarial dejó de ser una categoría y ahora forma parte de la gran Industria del Entretenimiento que ve la noticia como mercancía. A manera de ejemplo, para que los lectores profundicen mas en el concepto les dejamos este Link de la mas grande de estas industrias en el mundo: https://es.wikipedia.org/wiki/The_Walt_Disney_Company