Crculo de Periodistas de Bogot

Archivos julio 2020

EL PENSAMIENTO ÚNICO

1 julio 2020 –

Por: Jairo Ruiz, Socio del CPB –

El presidente de Los Estados Woodrow Wilson fue elegido en 1916, en plena primera guerra mundial, por una población pacifista que quería estar aparte del conflicto europeo.

Sin embargo, la administración Wilson había decidido que el país tomara parte en el conflicto y creó una comisión de propaganda gubernamental con el nombre de la Comisión Creel la cual, seis meses después, logró convertir al pacífico pueblo norteamericano en otro histérico y belicista que quería ir a la guerra, despedazar a todo lo que fuera alemán y salvar así al mundo.

Este extraordinario éxito llevó a utilizar las mismas técnicas para después de la guerra, a introducir el concepto de “el miedo rojo” que llevó a la destrucción de los sindicatos y la eliminación de asuntos tan peligrosos como la Libertad de Prensa y el pensamiento político.

Esos fueron los comienzos de las técnicas para pacificar el rebaño, para fabricar el consenso. Y curiosamente, en este punto coinciden los conceptos capitalistas y leninista que consideran que solo una clase especializada de seres responsables y cultos son lo bastante inteligentes para resolver los problemas de la comunidad.

Edward Bernays, quien hizo parte de la Comisión Creel, creó lo que el mismo llamó la Ingeniería del Consenso que describió como “la esencia de la Democracia”, que combatió lo que se daba en llamar “el síndrome de Vietnam” que según el intelectual reaganista Norman Podhoretz se definía como “las inhibiciones enfermizas respecto al uso de la fuerza militar infundiendo en la gente el respeto por los “valores marciales “y la creencia de que es mas importante invertir en defensa y seguridad que en alimentación y educación.

En los diez primeros puestos de los hombres mas influyentes del mundo, no figura ni un solo jefe de estado o de gobierno, ningún ministro ni político. La lista siempre la encabeza el señor Bill Gates, dueño de Microsoft quien domina los mercados de la comunicación y junto con los demás importantes, en su mayoría dueños de empresas .com, que dominan los mercados estratégicos de la comunicación y controlan las autopistas de la información.

La trasmisión de datos a la velocidad de la luz, la proliferación de textos e imágenes, el que ya sea banal estar comunicados con los satélites, la miniaturización de los ordenadores y su conexión con redes a escala cósmica, están cambiando de arriba abajo el orden del mundo y muy especialmente el MUNDO DE LAS FINANZAS.

Y en este punto nos vamos de la mano de Ignacio Ramonet que lo describe como un universo que reúne el modelo perfecto para adaptarse a la actual tecnología: es inmaterial, inmediato, permanente y planetario, atributos -por así decirlo- divinos y que por consiguiente dan lugar a un nuevo culto, una nueva religión. ¡EL MERCADO!

Todas las bolsas del mundo están conectadas entre sí, se intercambian datos  de uno a otro lado del planeta a través de terminales donde jóvenes superdotados y superdiplomados parecen extensiones de los computadores que trasmiten la ideología dominante, la del Pensamiento Único vigilado por una misteriosa y omnipresente policía de la opinión.

Pero ¿Qué es el Pensamiento Único?: La traducción en términos ideológicos de los intereses del gran capital.

El principio del Pensamiento Único, ni un marxista lo negaría: Lo económico prima sobre lo político.

Con base en ese principio, para poner un ejemplo cercano, “se independizó el Banco de la República” el cual pretende controlar la inflación, la devaluación, el costo de la vida… como si estos objetivos no fueran asuntos políticos.

El ensayista neoliberal Alain Minc afirma: “El Capitalismo no puede derrumbarse; es el estado natural de la sociedad. La Democracia no es el estado natural de la sociedad. El Mercado sí”.

Los otros elementos del Pensamiento Único son conocidos – o mejor sufridos- por todos: el mercado corrige o suaviza las asperezas del capitalismo, la libre competencia

estimula y favorece el desarrollo personal y empresarial, el intercambio sin límites es factor de desarrollo del comercio y por consiguiente de la sociedad, la mundialización, tanto de las mercancías como del flujo de capitales, la división internacional del trabajo que abarata la mano de obra y modera las reivindicaciones sindicales, la moneda como factor de intercambio, la privatización, la liberación y, en general, con todo lo que tenga que ver con MENOS ESTADO Y MAS MERCADO y una indiferencia total respecto al daño ecológico.

En todas las universidades, los círculos gubernamentales y sociales, desde las tertulias de café hasta los comunicados de las grandes cadenas de radio y televisión del mundo pasando por los mas importantes periódicos y revistas, se repite este Catecismo que, a fuerza de decirlo, termina por convencer al mundo. Poco importa que los mercados se guíen por los rumores, los imprevisibles como los terremotos, inundaciones o la actual pandemia. El Mercado es sabio, todopoderoso y ve  el futuro. ¡Tanto que ahora un gran número de transacciones se hacen sobre precios futuros!

Pero si, hay dueños de los mercados, Pontífices o mejor Mastodontes de las finanzas frente a los cuales poco o nada pueden hacer los países mas ricos del mundo. El mayor esfuerzo para rescatar un país se realizó hace pocos años a favor de México cuando los grandes del planeta: Estados Unidos, Japón, Alemania, el BM y el FMI reunieron todos ellos 50.000 millones de dólares, suma bastante grande, para ayu.

Pues los tres fondos de pensiones, los “Big Three” de hoy día: Fidelity Investments, Vanguard Group y Capital Research and Management, controlan 500.000 MILLONES DE DOLARES.

Los gerentes de estos fondos tienen más poder que ningún ministro de economía o banco del mundo, ellos pueden llevar a la quiebra a cualquier país, como lo han hecho con Venezuela, e irónicamente esos dineros son las sumas de los ahorros o previsiones de los obreros y empleados de todo el mundo, manejados ciertamente por los más poderosos cuyos nombres ellos desconocen y en cuya elección jamás participarán.

Ya en 1995 los dirigentes políticos de las principales potencias del mundo que se reunieron en el Foro Económico de Davos desaprobaron esa premisa de Todos los poderes al mercado y cuanto temían el poder sobrehumano de esos gerentes que manejan riqueza que esta totalmente liberada de los gobiernos y actúa a su gusto en el espacio cibernético del planeta.

Los recursos de la multimedia, las autopistas de la información que para el exvicepresidente Al Gore “Representan para Los Estados Unidos de hoy lo que las infraestructuras del transporte por carretera representaban a mediados del Siglo XX”, son ahora de esos mocosos de 30 años.

En este momento sólo tenemos dos cadenas planetarias: La CNN y Music Televisión (MTV) que, unidos al gigante del entretenimiento, Disney Production, dominan al mundo del entretenimiento, porque lo noticioso dejo de ser categoría y es solo un ítem mas en los que se suministra al público para su entretención.

Mañana serán decenas, China, Rusia, el mundo Árabe trabajan en sus propias cadenas, y es evidente que estas naciones veneran igualmente ese becerro de oro. ¿Son estas las máquinas del futuro para imponer un pensamiento administrado?

Los adoctrinadores de antes, la familia, la escuela, la iglesia, el ejército, los Estados, son impotentes ante los fenómenos cibernéticos donde lo adquirido puede a lo innato.

En Colombia, los dueños de los medios se han cuidado de que se adelanten esas investigaciones. Pero la  Asociación Americana de Sicología revela que durante los 5 años que dura la escuela primaria, un niño ve por televisión unos 8.000 asesinatos y más de 100.000 actos violentos; en Francia el semanario Le Point inventarió que en solo una semana los televidentes podrían haber visto 670 homicidios, 15 violaciones, 848 peleas, 419 fusilamientos, 14 secuestros, 32 tomas de rehenes, 27 escenas de torturas, 13 tentativas de estrangulamiento, 11 atracos a manos armada, 11 escenas de guerra, 9 defenestraciones… y, claro esta, sin contar que entre los programas más violentos están los telenoticieros.

Pero la violencia no es el único problema, nos olvidamos de la propaganda, ese motor del mercado que nos enseña que no somos, si no compramos.

Muy pronto las redes sociales, con la ayuda de la TV y en las manos de mercado impondrá criterios emocionales por encima de los racionales.

En mis años mozos, como publicista, nunca me pregunté si mis escritos tenían algo que ver con la verdad, jamás me importó colocar reinas de belleza montadas en el último modelo de automóvil, burlándome inconscientemente de aquellos que creyendo tener el carro compraban la hembra. Cualquier persona, antes de alcanzar la “edad de la razón” ha visto un millón de estos anuncios que de una u otra forma van modelando su personalidad.

Finalmente, si usted ha tenido la paciencia de llegar a este punto, quiero advertirle que estas ideas no son mías, que como periodista las he obtenido y condensado de grandes pensadores de mis lecturas, en este caso y en el de mi próximo artículo del libro “Como nos venden la moto” de Noam Chomsky e Ignacio Ramonet, y que todo es un afortunado, o desafortunado, compendio de esas y otras lecturas y naturalmente, de mis experiencias.

 

Beca Cosecha Anfibia: una invitación a transformar el periodismo en tiempos de coronavirus, crisis ecológica y feminismos

1 julio 2020 –

Por: Infobae – Argentina –

Revista Anfibia y Cosecha Roja se unieron para crear la Beca Cosecha Anfibia, un programa de formación para periodistas con experiencia, directores, editores de medios y líderes de equipos de comunicación de América Latina. La iniciativa promueve un espacio para repensar el periodismo con el aporte de los principales exponentes del pensamiento contemporáneo.

Durante cuatro meses, quienes resulten seleccionados participaán en espacios de reflexión y recibirán marcos teóricos de vanguardia y herramientas prácticas para la escritura. El programa parte de la experiencia de la Beca Cosecha Roja, que formó a más de 120 periodistas a lo largo de los últimos cuatro años, y los Talleres de Revista Anfibia, que fueron un prisma por donde pasaron muchos de los temas abordados en la publicación.

La Beca también ofrecerá conferencias magistrales sobre futuros, crisis ecológica, feminismos y periodismos.

“La pandemia transformó nuestras vidas, nuestras formas de trabajo, las economías, los vínculos, las formas de la democracia y del ejercicio del control. ¿Qué futuros posibles imagina la filosofía contemporánea? ¿Cuál es la ceguera epistémica que se oculta detrás de la pandemia? ¿Cómo administra el poder las fronteras entre la vida y la muerte? ¿Y qué relatos construye a partir del nuevo rol del estado?”, son algunos de los interrogantes que abordará el programa.

Participarán del espacio numerosos intelectuales de renombre; algunos han producido materiales considerados clásicos en sus disciplinas, mientras que otros son jóvenes figuras emergentes del pensamiento contemporáneo. Ellos son: Vandana Shiva (filósofa, activista y escritora), Sayak Valencia (filósofa, poeta y perfomer), Jaime Abello (director de la Fundación Gabo), Paula Sibilia (antropóloga y ensayista), Gabriel Markus (doctor en Filosofía y ensayista), Yuk Hui (doctor en Filosofía), Mara Viveros Vigoya (antropóloga y economista), Silvio Waisbord (teórico y académico), Cristina Rivera Garza (escritora y académica), Helen Hester (ensayista y profesora), Inés Camilloni (directora en Ciencias de la Atmósfera), Anabella Rosemberg (experta en crisis climática) y Srecko Horvat.

Los organizadores de la beca resaltaron a su vez que la actual crisis sanitaria, económica y social provocada por el coronavirus representa un gran desafío para directores, editores y líderes de grandes equipos de la región: “No sólo cómo narrar, investigar e informar sobre lo que está pasando sino hacerlo con nuevos marcos interpretativos. La Beca Cosecha Anfibia construye un recorrido posible por las grandes ideas contemporáneas, un modo de habitar el presente en diálogo con el conocimiento para producir transformaciones futuras. No sólo se trata de sobrevivir o de resistir, se trata también de crear una nueva conciencia para producir nuevos sentidos con más libertad”.

También habrá un encuentro semanal coordinado por Cristian Alarcón, el director de Revista Anfibia y Cosecha Roja. El acrónimo del formato es SPA (Sensaciones Periodísticas Anfibias) y tendrá como objetivo reflexionar sobre los contenidos incorporados para plasmarlos en la redacción de un ensayo sobre el futuro del periodismo: “Ha sido concebido como un espacio de relax intelectual en el que la circulación de las ideas y el compartir las experiencias posibiliten la reflexión crítica y la escritura. En la selección de los 16 becarios del programa será clave la propuesta temática para crear un ensayo narrativo sobre el futuro del periodismo en el contexto de una pandemia eternizada. Semejante desafío requiere mínimamente de confort, hedonismo y disfrute”.

“Los periodistas no necesitamos discursos de autoayuda ni de salvación individual. Necesitamos aclarar cuáles son las peleas fundamentales, que debe preocuparnos más allá de la noticia urgente y el agotador conteo de muertos”, dice Alarcón. Y agrega: “A la reconversión de los medios ante la crisis global debemos nutrirla con la profundidad del conocimiento contemporáneo: la filosofía, las ciencias sociales, la ecología, los feminismos son la proteína de este alimento deseado”, agrega la descripción de la iniciativa.

Los ensayos del SPA serán publicados en diversos medios de América Latina, Revista Anfibia y un libro editado en 2021. Al término de la cursada se entregará una certificación del programa Lectura Mundi de la Universidad Nacional de San Martín.

El jurado, que tendrá la misión de seleccionar a los 16 becarios, está integrado por Rossana Reguillo (México), Mónica González (Chile) y Mario Greco (Argentina).

La Beca nació en 2016 como un proceso de formación teórico-práctica para periodistas de América Latina sobre tres ejes: juventud, desigualdad y pobreza; feminismos, violencia contra las mujeres y crímenes de odio, y narrativas. En estos cuatro años participaron más de 100 periodistas de Argentina, Brasil, Bolivia, Colombia, Chile, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, Perú, Venezuela, Uruguay, Panamá, Paraguay y España.

 

Reporteros que hicieron historia

1 julio 2020 –

Por:  Juan Gargurevich – Somos Periodismo – Perú –

Los historiadores han rastreado el origen de este género que propone ir más allá de la cobertura simple y rutinaria para descubrir –y luego mostrar con detalle– vidas, lugares e historias que resultan invisibles ante los ojos de los lectores habituados a los resúmenes informativos.

Entre los pioneros de este tipo de búsquedas está nada menos que el célebre Charles Dickens quien, en 1836, con solo 21 años, recibió el encargo de The Morning Chronicle de abandonar las coberturas políticas para buscar historias en la sordidez del Londres desconocido. Sus relatos tuvieron gran éxito y es probable que fueran la semilla de sus posteriores novelas.

A partir de entonces la lista de reporteros que lograron fama por sus trabajos de “inmersión” es larga, aunque es necesario decirlo, tenemos referencias amplias del periodismo norteamericano, pero escasas del europeo.

Por ejemplo conocemos los casos de Nellie Bly, reportera del World, de Pulitzer, que logró hacerse pasar por demente, ser internada en un manicomio neoyorkino y luego publicar una demoledora serie denunciando las terribles condiciones de los enfermos mentales.

Dos periodistas que andando los años se harían famosos tuvieron experiencias parecidas en los bajos mundos de Londres y París. En 1902, el entonces reportero Jack London pretendía viajar a Sudáfrica para cubrir la guerra de los bóers. Llevaba varios meses varado en Londres, sin ninguna posibilidad de viajar, hasta que se le ocurrió la idea de hacerse pasar por marinero desempleado y vivir como mendigo.

La experiencia fue contada en el libro El pueblo del abismo (The People of the Abyss) y provocó gran conmoción. En su introducción London escribió: “Viví las experiencias recogidas en este volumen en el verano de 1902. Bajé a los submundos de Londres con una actitud mental propia de un explorador.  Estaba abierto a ser más convencido por lo que vieran mis propios ojos que por las enseñanzas de esos que fueron y vieron antes que yo”.

El otro caso es George Orwell, el célebre autor de 1984. Orwell  (cuyo verdadero nombre era Eric Blair), pasó penurias de mendigo en París y Londres, en 1931. Dos años tardó en escribir y finalmente publicar una larga crónica-testimonio sobre esta experiencia. La tituló Down and Out in Paris and London (en la edición en castellano se llama Sin blanca en París y Londres.  Al final de su relato escribió: “A pesar de todo, algo he aprendido. Nunca volveré a pensar que los vagabundos son malhechores borrachos, ni esperaré que un mendigo se sienta agradecido cuando le dé un penique, ni me sorprenderá que a los desempleados les falten energías, ni haré donativos al Ejército de Salvación, ni empeñaré mi ropa, ni rechazaré un folleto por la calle, ni disfrutaré de una comida en un restaurante pequeño. Por algo se empieza”.

Otro relato famoso de periodismo gonzo es el del norteamericano Hunter Thompson, quien se infiltró en  la temible banda de motociclistas Ángeles del Infierno y compartió con sus miembros una vida de alcohol, drogas y latrocinio para luego contarla en crónicas que le costaron, como represalia, una terrible paliza de sus antiguos compañeros de ruta.

De Europa debemos destacar al alemán Günter Wallraff, quien ha acuñado esta fórmula de hacer periodismo: “Hay que enmascararse para desenmascarar”, la cual practica desde los años sesenta.  Quizá su libro más conocido sea Cabeza de turco. Allí cuenta cómo se disfrazó para conocer y luego contar las penurias de los migrantes turcos en Alemania: “Encargué a un especialista que me fabricara dos finas lentillas de contacto, de color muy oscuro… me encasqueté una peluca negra para mis entonces ya ralos cabellos, lo que me hizo parecer varios años más joven”. Luego se lanzó a buscar trabajo recogiendo información que se publicaría en el diario Bild.

Pero no avanzaremos ahora en esta apasionante forma de hacer periodismo, de la que hay abundante bibliografía, para dar paso a las tres historias que habían sido olvidadas y que hemos recogido aquí.

 

Bibliografía consultada

Brincourt, Christian y Leblanc, MichelLos Reporteros. Noguer. Madrid. 1973.

London, Jack. El pueblo del abismo. Valdemar. Madrid. 2003.

Montoro, Isaac Felipe. Yo fui Mendigo. Impresora y Editora POPULAR.  2da. Edición. Lima. 1974.

Orwell, George. Sin blanca en París y Londres. Debate. Barcelona. 2015.

Salcedo, José María. El vuelo de la bala. Arte&Comunicación. Lima. 1990

Wallraff, Günter. Cabeza de Turco. Círculo de Lectores.  Barcelona, 1987.

Wallraff, Günter. Con los perdedores del mejor de los mundos. Anagrama. Barcelona. 2010.

Weingarten, Marc. La banda que escribía torcido. Una historia del Nuevo Periodismo. Libros del K.O. Madrid. 2013.

 

Periódicos y revistas

Expreso. 18, 19, 20 y 21 de noviembre de 1961

La Tercera. 18, 19, 21, 22, 23, 24, 25, 26 y 27 de agosto de 1992

QUEHACER, número. 29, de junio de 1984

 

Reportajes

1 julio 2020 –

Por: Muy Historia – España –

Descubre los reportajes en profundidad de Muy Historia. Nuestros expertos, historiadores y periodistas te contarán los enigmas y leyendas más increíbles de la antigüedad, la historia detrás de las batallas y guerras más sorprendentes, el apasionante retrato de los personajes que cambiaron el rumbo de la historia y mucho más.

Sello de John Fitzgerald Kennedy

JFK: golpe al sueño americano

A las 12:30 horas del 22 de noviembre de 1963, el presidente de Estados Unidos, el carismático John F. Kennedy, era a…
¿Y SERÁ QUE EL PRESIDENTE SI CAMBIA DIA SIN IVA?

1 julio 2020 –

Por: Gustavo Castro Caycedo, Socio del CPB -Visión 20/20 Noticias –

Nadie podría negar que el presidente Duque ha tenido afortunadas iniciativas ante la gravedad de la pandemia que tiene arrodillada a Colombia. Pero eso no implica que nos callemos frente a los graves errores, fallas y mentiras,  del gobierno durante esta terrible emergencia.

Incitados por la magia de un Iván Duque, que se convirtió en Emperador y en presentador de televisión,  mediante el indebido uso de miles de millones de pesos que eran para la paz, y de la apropiación abusiva de los canales de la TV, al estilo de algunos tiranos gobernantes de izquierda y de derecha, de algunas naciones, para imponer mitos, supuestas verdades que no lo son, y cuanto quieren mostrar, como acierto. Pocos se atreven a denunciar, a confrontarlos, o a desmentirlos, por compromisos, o porque falta carácter crítico y de fiscalización, propio del periodismo independiente.

Nunca, jamás, en los 66  años que tiene nuestra televisión, un presidente cometió tamaño  abuso y atropello; ninguno se atrevió a adueñarse dictatorialmente de todos los canales de la televisión. ¡Tamaño abuso, tamaña osadía!

Sirva de ejemplo de respeto por los colombianos, que, siendo yo director de Inravisión, durante el gobierno del Presidente Belisario Betancur, cuando él tenía algo muy importante que informarle al país, me, insistía: “Gustavo, esté atento a que este mensaje se emita solo por un canal, para no incomodar a los televidentes, ni dañarles sus programitas”. Esto lo puede atestiguar el periodista Fernando Barrero Chávez, que era su Jefe de Prensa.

Pero hoy no hay respeto, ni decoro, ni delicadeza, ni dignidad, y sí un tremendo abuso de autoridad para poder falsear las cosas desde el alto gobierno, donde hay  ministros mentirosos, como los de Salud y Comercio,  que además, manipulan la información para “vender” unas supuestas maravillas del régimen.

El hecho vergonzosos ya pasó, pero es bueno recordar que aunque al presidente y al ministro de “la Feria del IVA”, les aconsejaron y les insistieron públicamente, (en especial los médicos y los alcaldes), que en lugar de sacar “por decreto” a la gente a la calle a tirarse sus ahorritos o a endeudarse, Más bien, para no dañar la cuarentena y no poner a la gente en riesgo de contagio, les pidieron que redujeran reducir la “Feria del IVA”, a una ronda de compras virtuales.

Pero “no les pararon bolas”; es bien conocida ya la terquedad presidencial en contra de lo obvio, demostrada hasta en que no quería ordenar el cierre de los aeropuertos y las fronteras, ni la cuarentena, que a regañadientes ordenó por pocos días, porque  tampoco quiso entender que los Médicos y algunos alcaldes y columnistas le advertían que el fenómeno iba para largo. Y entonces, de tumbo en tumbo, fue extendiendo el confinamiento ciudadano, y ahora dice que esto va a durar años. A reconocer todo esto lo obligó la consciente y decidida presión de médicos, periodistas, empresarios, agremiaciones de varios sectores, congresistas, y de la opinión pública en general, como consta en los archivos de periódicos y noticieros de abril y marzo pasado.

Lo cierto es que, pese a las advertencias por riesgo de contagio, el presidente y sus ministros de Comercio y Salud, irresponsablemente incitaron a la gente a salir de sus casas a comprar lo que fuera. A gastarse sus ahorros, en electrodomésticos, y cachivaches de toda índole, o a que se endeudaran, lo cual a muchos les va a pesar pues lo de la pandemia, como ya se sabe va muy para largo, lo que ya aceptó el gobierno.

Es bueno recordar cuánto refunfuñó el presidente, cuando en abril le decían que había que declarar la cuarentena por lo menos hasta finales de junio. Luego de que este, hasta cuando la víspera de “La Feria del IVA” y durante los largos meses de su abuso con la televisión, el. Noche a noche le rogaba a los niños, los jóvenes las madres y a “los abuelitos”, (hoy indignados), que se lavaran las manos,  y que no salieran a la calle porque era un riesgo para su vida.

Y el día de “La Feria de IVA”,  hordas  de gente incivilizada, afloraron en toda la geografía nacional, como lo registraron los noticieros de televisión y radio con informes desde Bogotá, Medellín, Cali, Bucaramanga, Cúcuta, Pereira, Soledad, Valledupar, Soacha, Santa Marta, y muchas otras ciudades, para comprar y “ganarse” lo de un IVA que para muchos fue un engaño, porque algunos comerciantes inescrupulosos, abusaron sin que la hoy ineficiente Superintendencia de Industria y Comercio lo evitara. Además, el incumplimiento de las medidas de bioseguridad de algunos comerciantes, y la irresponsabilidad de miles personas sin tapabocas que se empujaban, gritaban, insultaba, y hasta se agredían, mientras compraban compulsivamente. ¡Qué exitazo de contagio!

Hipócritamente, todo esto siguen intentado minimizarlo y desmentirlo, (sin lograrlo, claro está), el Primer Mandatario, el “ministro de La feria del IVA”, y algunos “negacionistas” de la realidad que actúan como rescatistas de la desquebrajada imagen del hoy mandatario “presentador de televisión”, pretendiendo tapar el sol con “un dedo”, y convencernos de su autoengaño, pues como “El Pibe”, repiten: sin cesar: “¡Todo bien, todo bien!”…Pero la verdad se impuso ya, pues andan buscando cómo cambiar las reglas del juego para que los colombianos se gasten hasta lo que no tienen, pero de otra forma, tal vez virtualmente. Pero: ¿si lo del 19 de junio, “fue todo un éxito del que nos sentimos orgullosos”, ¿por qué cambiar?

Lo han dicho ya profusamente los médicos: “muy pronto se verá el contagio por la terrible testarudez de no haber limitado el día sin IVA, al comercio virtual, en lugar de sacar a la gente de sus hogares a que se infectara. El Ministro y los fanáticos limpiadores de imagen, pareciera que ven el asunto con la lógica inglesa de la ubicación del timón de los carros “a la derecha”; o como la de los espejos, o las cámaras digitales que muestran la cara de la gente, al revés.

Quedan solo dos cosas pendientes, una: ¿Será que alguien se va a responsabilizar de la muerte de quienes se “envenenaron” ese deplorable día en que  los medios colombianos mostraron el caos de “la feria del IVA” en todo el país, criticada por muchos columnistas; y lo peor, hazmerreir de muchos medios internacionales de comunicación que hasta se burlaron de Colombia y su “Covid Friday”; entre ellos:  El emblemático Bloomberg, The New York Times, The Financial Times, BBC Mundo, France 24, y otros menos importantes.

Finalizo con esta, a tiempo juiciosa reflexión de Juan Camilo Restrepo: “No deja de tener un sabor chocante la profusa campaña para que se compren cosas suntuarias de alto valor en el día del IVA. Qué pensarán los millones de hogares que esta crisis ha dejado sin con que comprar siquiera un mercado ante esta invitación al consumismo elitista?

La lucha contra la desinformación deriva en un proyecto de ley peligroso para la libertad de información

1 julio 2020 –

Por: Reporteros Sin Fronteras – Francia –

El 25 de junio 2020 se presentó ante el Senado de Brasil un proyecto de ley para luchar contra la difusión de información falsa, que contempla medidas que amenazan gravemente la libertad de información y el derecho a la privacidad de los ciudadanos. Reporteros sin Fronteras (RSF) recomienda que se retire este proyecto de ley y se realice una amplia consulta pública para que se elabore un nuevo texto que respete los estándares internacionales de libertad de expresión.

El proyecto de “Ley Brasileña de Libertad, Responsabilidad y Transparencia en Internet (proyecto de Ley 2.630/2020- Lei Brasileira de Liberdade, Responsabilidade e Transparência na Internet), debatido apresuradamente y en condiciones inusuales debido a la pandemia de coronavirus, propone luchar contra la “industria de las fake news” en el país.

La votación de este proyecto fue pospuesta dos veces consecutivas en junio pasado, bajo la presión de numerosas organizaciones de la sociedad civil –entre ellas RSF– y tras varias divergencias entre los parlamentarios. El texto sometido a votación en el Senado el 25 de junio de 2020 incluye medidas muy preocupantes, como el establecimiento de un sistema de vigilancia masiva de los internautas. Asimismo, prevé sanciones desproporcionadas que amenazan directamente la libertad de expresión y de opinión, así como el respeto de la privacidad de los ciudadanos en internet.

Estos son algunos de los elementos más preocupantes del texto:

  • Todos los usuarios de las redes sociales y de las aplicaciones de mensajería instantánea se verán obligados a presentar sus documentos de identidad y a contar con un número de teléfono móvil activo, lo que de hecho equivale a privar a miles de brasileños del acceso a estos servicios básicos.

  • Las plataformas de almacenamiento de datos y las aplicaciones de mensajería instantánea deberán conservar los registros, durante al menos cuatro meses, de todos los mensajes compartidos e intercambiados. Esto significa que cualquier persona (periodista, investigador, parlamentario, etc.) que comparta y/o denuncie un contenido sospechoso deberá probar después que no tiene ninguna relación con las organizaciones o individuos que difunden información falsa de forma masiva e intencionada.

El objetivo de estas dos obligaciones es poder rastrear el origen de las campañas de desinformación, para identificar y sancionar a los autores. El rastreo de información compartida a través de aplicaciones de mensajería privada atenta gravemente contra el derecho a la confidencialidad de las fuentes periodísticas.

Asimismo, la instauración de este mecanismo de vigilancia obligará a las empresas a adoptar disposiciones que limiten la protección de la privacidad de los usuarios de sus servicios, sin garantías de que quienes han generado las campañas de desinformación no puedan eludir estos dispositivos.

  • El endurecimiento de las penas para sancionar a quienes propaguen información falsa.

Los criterios elegidos para identificar la información falsa son ambiguos a propósito y se basan en conceptos demasiado amplios, como “las preferencias políticas”, o las amenazas para “la paz social” y “el orden económico”. Esto deja la puerta abierta a interpretaciones y, por tanto, a imponer sanciones desproporcionadas a personas que toman partido y a publicaciones legítimas.

  • El bloqueo generalizado y nacional de las redes sociales y de los servicios de mensajería instantánea que no respeten las nuevas obligaciones.

En Brasil, recientemente las autoridades judiciales suspendieron plataformas y servicios como Whatsapp y Youtube. Se trata de una solución inadecuada y contraproducente, que podría equipararse a un intento de censura y que afecta a todos sus usuarios, privándolos del acceso a la información.

Por otra parte, el bloqueo de servicios de mensajería dificulta el trabajo de los periodistas, sobre todo de aquellos que, para proteger a sus fuentes, emplean tecnologías de cifrado.

“Un asunto tan importante como la desinformación no puede debatirse de forma precipitada, sino que requiere una amplia consulta en la que participen todos los actores de la sociedad. Los parlamentarios brasileños no pueden ignorar la amenaza que representa este proyecto de ley para el futuro de las libertades en línea y para la democracia en general”, señaló Emmanuel Colombié, director del Despacho América Latina de RSF. “Es muy preocupante la insistencia del Senado para que se apruebe esta ley mientras Brasil se ve duramente golpeado por la pandemia de Covid19 y los ataques a periodistas se agravan en el país. RSF pide que se retire este texto y que se lleve a cabo un verdadero debate sobre el tema, a fin de que se elabore una nueva propuesta legislativa que respete las normas de libertad de expresión y el derecho a la privacidad de los internautas”, añadió.

Este tipo de regulaciones pueden tener consecuencias nefastas. A escala internacional, RSF registra cada vez más casos de periodistas perseguidos en nombre de la lucha contra la desinformación en línea, cuando lo único que hacen es su trabajo.

Por otra parte, castigar la difusión de “noticias falsas” equivale a suprimir el derecho de rectificación de los periodistas. Algunas leyes prevén penas muy severas sin tomar en cuenta la intención de los reporteros, que a veces simplemente se equivocan. En cualquier caso, existe una desproporción entre la información, incluso aunque resulte falsa, y la sanción.

Para luchar contra la desinformación en línea, RSF recomienda a las autoridades brasileñas que promuevan mecanismos de autorregulación que fomenten el respeto de las normas y la ética periodísticas, como la Iniciativa de Confianza en el Periodismo (Journalism Trust Initiative, JTI).

Esta iniciativa, lanzada por RSF y sus colaboradores, busca ser una referencia para un periodismo confiable, por lo que ofrece indicadores de fiabilidad e independencia de la información. Asimismo, permite a los medios de comunicación autoevaluarse, adherirse a estas normas y publicar voluntariamente los resultados. Entre los indicadores se incluyen la transparencia de la propiedad de los medios de comunicación y sus fuentes de ingresos, así como otras buenas prácticas.

Las plataformas también pueden emplear estos estándares como “factor de integridad” de sus algoritmos. La indexación de contenidos se basa en numerosos elementos, pero hasta ahora, no se había hecho según procesos editoriales y principios periodísticos básicos.

Brasil se encuentra en el lugar 107, entre 180 países, en la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa publicada en 2020 por RSF.

 

Las lecciones que aprendí del año que me espiaron

1 julio 2020 –

Por: Hugo Alconada Mon – The New York Times –

BUENOS AIRES — Me espiaron. La justicia federal argentina ya confirmó que agentes de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) me tuvieron en la mira al menos durante 2018. Me fotografiaron y me grabaron en la vía pública.

Me espiaron mientras trabajaba una investigación que incomodaba al poder político y empresarial. Ahora sé que, mientras buscaban identificar las fuentes periodísticas que me ayudaron a revelar cómo fue el capítulo argentino del Lava Jato, una pesquisa sobre la corrupción en el país, me siguieron, analizaron dónde vivo, en qué automóviles me muevo, cuál era mi nivel de vida y hasta fueron a la casa de mis padres —dos jubilados por arriba de los 70 años—. Queda más por salir a la luz; por ejemplo, si evaluaron colocar una bomba en la puerta de mi casa.

El espionaje en la Argentina —como en otros países de América Latina— poco y nada tienen en común con las películas de James Bond. Y sí tienen mucho que ver con el debilitado estado actual de la libertad de prensa y de la democracia en nuestro hemisferio.

Este proceso me ha enseñado por lo menos cinco lecciones.

Me enteré de que me espiaban de manera ilegal por un expediente que impulsa la justicia argentina. No fui el único objetivo. Las tareas de inteligencia indebida también alcanzaron a la expresidenta —y actual vicepresidenta— Cristina Fernández de Kirchner, a otros políticos —incluidos algunos del mismo bando político que el entonces presidente Mauricio Macri (como el jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta)— y a sindicalistas, jueces, obispos, líderes sociales y otros periodistas.

Los espías querían acceder a lo que de otro modo no tenían forma de saber de sus “objetivos”. Se trata de la tentación de obtener beneficios, muy rápido, por la vía de un atajo. Si sos un político, una escucha telefónica clandestina, te permitirá conocer y contrarrestar los planes del candidato rival en la campaña. Si sos un empresario, te dará la oportunidad de saber cuánto ofertará un competidor, presentar un valor más bajo y derrotarlo en la licitación. Y si la prensa te investiga, acaso encuentres la fórmula secreta para amedrentar o silenciar a ese periodista tan molesto.

Este mecanismo delictivo integra una investigación de la justicia que lleva ya meses y se inserta dentro de un rompecabezas más amplio que incluye varios expedientes judiciales y una investigación bicameral del Congreso nacional y que evidencia los métodos antidemocráticos a los que ha recurrido la inteligencia argentina. Combinados, permiten vislumbrar que el espionaje ilegal no se acotó a unos pocos casos aislados, propios de algún funcionario desquiciado, sino que resultó una operación sistemática.

Políticos de todos los partidos que llegaron a la Casa Rosada durante los últimos treinta años han tropezado con la misma piedra. Desde Carlos Menem, cuyo servicio de espionaje (conocido entonces como Secretaría de Inteligencia del Estado, SIDE) le pagó 400.000 dólares a un sospechoso para que incriminara a otros en tribunales y terminó arruinando, quizá para siempre, la investigación sobre el atentado contra la sede de la AMIA, a Cristina Fernández de Kirchner, quien disolvió la SIDE para recrearla como Agencia Federal de Inteligencia en los días que siguieron a la muerte del fiscal Alberto Nisman en 2015. El resultado ha sido el más puro gatopardismo: los gobiernos anunciaron reformas más o menos profundas, pero los problemas de fondo de la inteligencia argentina siguieron sin resolverse.

El espionaje argentino está disperso. Ni todos los que trabajan en la AFI son espías, ni todos los espías que deambulan por las calles o el ciberespacio trabajan para la AFI. Hay quienes husmean o han husmeado durante los últimos tiempos para otras fuerzas de seguridad —sea la policía federal, la Gendarmería, la Prefectura o las policías provinciales—, los que fisgonean para las fuerzas armadas —Ejército y Armada, en particular— y los que ofrecen sus servicios en el sector privado. Prácticas de las que han dado cuenta varias investigaciones.

Si el espionaje es sistemático, recurrente y anárquico, entonces la opción más sensata para una figura pública es moverse dando por sentado que lo espían. No para sumirse en las fauces de la paranoia, pero sí para redoblar los recaudos. Y en el caso de los periodistas, para proteger a sus fuentes y encriptar sus teléfonos y computadoras.

Semejante panorama explica por qué Alberto Fernández anunció la intervención y reforma de la AFI cuando asumió la presidencia en diciembre de 2019. “Tomamos la decisión de terminar con los sótanos de la democracia”, dijo cuando inauguró las sesiones del Congreso, el 1 de marzo, para ponerle “fin al oscurantismo”. Es hora de hacerlo.

De las cinco enseñanzas de este proceso, acaso la más difícil es que tenemos pocas herramientas legales para proteger la privacidad, libertad de expresión y el Estado de derecho. La prensa independiente y el disenso político son indispensables si queremos un mejor país.

El presidente enunció lo que organizaciones de la sociedad civil nucleadas en la llamada “Iniciativa Ciudadana para el Control del Sistema de Inteligencia (ICCSI)” reclaman desde hace muchos años: profesionalizar e institucionalizar la inteligencia argentina, establecer “mecanismos efectivos de control democrático” sobre sus acciones y su presupuesto, transparentar sus acciones todo lo que sea posible y acotar al mínimo indispensable la autonomía de los espías. Tomará años, acaso décadas, pero hay que dar el primer paso.

Eso, en la práctica, implicará depurar la nómina de espías, quedarse con los mejores, capacitarlos, limitar sus competencias, instaurar controles de vigilancia en el Congreso para evaluarlos de manera periódica, auditar sus gastos, reformar las leyes que regulan su trabajo y reforzar y potenciar las herramientas de quienes estén a cargo de su vigilancia, interna y externa.

Será difícil, pero es indispensable. Ningún periodista, opositor, juez o ciudadano debe mirar por encima del hombro para hacer su trabajo en plena vigencia del Estado de derecho. La inteligencia argentina debe servir a fortalecer la democracia y los derechos y garantías constitucionales, no a erosionarlos. Si no emprendemos esta reforma pendiente, tropezaremos con la misma piedra, otra vez.

Todo incluido

1 julio 2020 –

Por: Gonzalo Silva Rivas, Socio del CPB – El Espectador –

Este 2020 pintaba ser el superaño de Airbnb, el gigante de las plataformas de hospedaje en internet, muy utilizado en nuestro país. El positivo arranque del primer trimestre y el anuncio de su debut en bolsa, con una valoración superior a los US$50.000 millones, presagiaban que su explosivo crecimiento no tendría freno en el corto plazo. Pero las cosas se dieron al contrario. La prohibición de alquileres, vigente en muchos destinos hasta tanto no se resuelva la prolongada crisis sanitaria provocada por el coronavirus, puso en la cuerda floja su andamiaje empresarial y financiero.

Como sucede con la hotelería y en general con todos los actores de la economía global, la start-up, una de las empresas tecnológicas más valiosas de EE. UU., enfrenta la fuerte sequía de estos tiempos y sufre el impacto de las pérdidas experimentadas en el último cuatrimestre. En días pasados, el CEO, Brian Chesky —después de enviarles a sus empleados una sentida carta en la que les anunciaba la decisión de despedir al 25% de su plantilla, unos 1.900 trabajadores de los 7.000 que tiene en el mundo—, aseguró que la exitosa construcción empresarial, levantada en 12 años, se había desbaratado en tan solo seis semanas.

Las plataformas de hospedaje en internet irrumpieron en la última década y se convirtieron en una revolucionaria herramienta de la economía colaborativa, gracias a su rápido crecimiento y aceptación. Pero todas ellas, algunas dueñas de grandes tajadas del mercado, como HomeAway, FlipKey, Wimdu, Couchsurfing o OneFineStay, hoy día experimentan los sinsabores de la emergencia.

Airbnb no solo es la pionera, sino la de mayor expansión, extendida por casi todos los rincones del mundo, con un mercado de cuatro millones de viviendas y más de 500 millones de arribos de huéspedes. Su oferta habitacional supera en varios millares la de las cuatro cadenas hoteleras más importantes del mundo sumadas juntas —Marriott, Hilton, IHG y Wyndham—, gracias a un modelo de servicio que le ha permitido llegar a millares de anfitriones, propietarios de casas, apartamentos, bed and breakfast y hoteles boutique, quienes —desde que se fundó la start-up— han recibido más de US$65.000 millones por concepto de alquileres.

La aplicación es un promisorio negocio comercial. En 2019, su año de mayor crecimiento, la cantidad de habitaciones disponibles en hoteles boutique bed and breakfast aumentó un 160% y su oferta habitacional en otros espacios, como complejos y hostales, se duplicó. Su revolcón a las bases del hospedaje lo muestran las cifras: cada medio segundo tres personas hacían check-in en un alojamiento de la plataforma.

Sin embargo, el arranque de este año, con seis millones de anuncios de alojamiento antes de la pandemia, se frenó ahí, desencadenando la incertidumbre que se proyecta en toda la industria del turismo, la más afectada en el mundo, cuyo desenvolvimiento será lento y tardará un par de años en recobrar la normalidad. Durante un buen tiempo muchos usuarios no querrán subirse a los aviones, ni cruzar fronteras y preferirán quedarse en casa o viajar en automóvil cerca a su residencia.

Siguiendo la Ley de Murphy, la Corte de París acaba de emitir un veredicto que compromete su responsabilidad editorial en relación con el contenido publicado en su web y le impone una multa económica por no verificarlo, en razón a que fue utilizado por uno de sus usuarios, quien durante año y medio subarrendó un piso, sin permiso de sus propietarios. El hecho no fue ajeno a las principales asociaciones hoteleras del mundo, que replicaron la noticia para reforzar sus cuestionamientos a este tipo de hospedaje, que en muchos países funciona sin estar regulado ni pagar impuestos.

Las acusaciones de comercializar decenas de miles de camas turísticas sin conocimiento o sin permiso de autoridades locales ha enredado a la plataforma en pleitos jurídicos, y en Colombia enfrenta fuerte cuestionamientos de Cotelco, gremio que la acusa de fomentar la ilegalidad en el sector hotelero nacional. “No pretendemos que desaparezca, sino que genere competencia justa dentro de la formalidad”, ha dicho su presidente ejecutivo, Gustavo Toro.

En ese proceso de formalidad entró en febrero pasado, después de meses de negociaciones, al lograr un acuerdo con el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo y la DIAN para su inscripción en el Registro Único Tributario y el tributo efectivo del IVA. Este primer paso le permite obtener mayor legitimidad en su operación en el país y equilibrar las responsabilidades y cargas con el turismo tradicional.

Las plataformas digitales, ha dicho el viceministro de Turismo, Julián Guerrero, son bienvenidas como herramientas de promoción del turismo nacional y la comercialización de productos y servicios asociados a los viajes, pero siempre y cuando cumplan con la normatividad del país y se garantice el ejercicio de la sana y leal competencia en toda la cadena de valor del sector.

La recuperación y el desarrollo del turismo en Colombia requerirán de la presencia y el compromiso de todos los actores del comercio y de los servicios en la economía digital, y esta start-up sería una aliada necesaria en la promoción del segmento turístico vacacional, donde ejerce fuerte competencia, siempre y cuando —una vez sorteada la tempestad— se acomode a una política socialmente responsable, en un país en el que la hotelería se caracteriza por el “todo incluido” y donde bien vale la pena ponerles el tatequieto a hospedajes de mala muerte.

Posdata. En el sector de la hotelería formal en Colombia, como consecuencia de la parálisis de operaciones, cerca del 50% de los hoteles han cerrado de manera temporal, 1.100 empleos están en riesgo y las pérdidas sobrepasan los $2 billones.

[email protected]

@Gsilvar5

Polvo en el horizonte

1 julio 2020 –

Por: Arturo Guerrero, Socio del CPB – El Colombiano –

Un tercio de marzo, todo abril, mayo, junio, primer día de julio, comienzo de semestre. Cinco meses sumergidos en pandemia y encierro. Y “faltan dos semanas para que nos digan que faltan dos semanas para decirnos que faltan dos semanas”, como ironiza un meme.

Si se mira hacia atrás del tiempo, ya perdimos el año. Hacia adelante, el horizonte es nube de polvo con íntegras las arenas del Sahara. Nadie otea nada, la ciencia no sabe no responde, Nostradamus se echó a hibernar. La humanidad es isla en el tiempo. La historia, un paréntesis.

Ningún ser vivo guarda memoria de un lapso similar. Las pestes antiguas, medievales o menos funambulescas, son argucia de diarios o novelas resucitadas como muestras de la eficacia de la guadaña.

En las calles golpean los avisos de “Se arrienda” en locales náufragos. Los transeúntes hacen cábalas: quién se asfixió pagando el arriendo del negocio, quién se arriesgará a tomar el relevo en ese Titanic. Cada cual tiembla palpando su bolsillo, cualquiera podría ser protagonista de la quiebra.

Por los micrófonos noticiosos discurren los gremios afectados, suplicando las insignificancias del Gobierno y limosneando entre sus antiguos clientes hoy vedados. Teatreros, mariachis, ambulantes, chefs, cineastas, hoteleros, choferes, baristas.

Jadea el vasto hormiguero de esforzados que no han tenido patria. Los que en la noche saben cómo pagaron los veinte mil del cuarto, pero ignoran cómo se les aparecerá la Virgen mañana. Aquellos cuyo estómago se hace nudos, pues ante todo está el de los cinco niños ventrudos.

Así pasan los días que uno tras otros no son la vida, para contradecir a Aurelio Arturo. Son más bien una escaramuza para no volverse loco. Porque los colombianos andamos entre el vapor de una olla a presión. En la pitadora.

Uno a uno va pifiándose por el eslabón más débil de su temperamento. Alguien saca a flote el pequeño Hitler que se agazapaba detrás de su candor cotidiano. Alguien reduce su sueño nocturno a tres horas, porque la cabeza va a mil, y así prepara las condiciones para el bombazo del sistema nervioso.

La sociedad toma facha de zoociedad, como la anticipó Jaime Garzón. La envanecida “reinvención”, cantaleteada para después de la pandemia, parece cristalizar más bien en una orwelliana Rebelión en la granja.

Bogotá con Región

1 julio 2020 –

Por: Juan A. Castellanos, Socio del CPB – El Nuevo Siglo –

Bogotá y Cundinamarca comienzan a armar maquinaría ajustada para el plano que seguirán, una vez consoliden integración, la alcaldesa Claudia López de la capital y Nicolás García, en Gobernación de Cundinamarca. Ojalá se entiendan.

Estaba cantada la unión cuando se planteó en el Congreso la importancia que tendrán las Regiones Autónomas Territoriales, para agilizar esfuerzos y obtener resultados comunes, entre ciudades y periferias en sus respectivas zonas.

Esta Región Metropolitana, sin duda tiene coincidencias para desarrollar sus prioridades inaplazables. Fortalecimiento en salud, cubrimiento en educación básica y superior, agroindustria, transporte zonal, turismo y deportes.

La movilidad significará vuelco para buen servicio mediante: RegioTram de Occidente, el Tren-Sur Universitario a Chía y el Industrial de plantas, entre Bogotá y Tocancipá, donde están las grandes productoras.     

Se puede afirmar que los habitantes de 116 municipios cundinamarqueses y los más de 8 millones de personas en Bogotá, tendrán nuevo aire social y laboral, siempre que haya organización con calidad en servicio.  

Eso equivale a la formación de un eje de vida en desarrollo para trabajo, con creatividad y visos atractivos en beneficio de la población central de país.

El ideal es que se centre en nuevas generaciones, quienes al ver a la alcaldesa y al nuevo gobernador, ‘con las pilas puestas’, reaccionarán con propuestas para la fusión de sociedad, en orden e iniciativa, como empresa humanitaria.  

Es como si dos familias se acercaran para tener colaboración sana, con convivencia social en trabajo, comercio organizado y vida con calidad humana.

No pasa inadvertido el desarrollo productivo con escala de valores, toda vez que se animará inversión atractiva y promoción cultural, con trabajo de los pobladores de Cundinamarca y localidades distritales.

La integración tendrá además luz verde al potencial exportador, gracias a la territorialidad del aeropuerto El Dorado, aprovechando con las normas los trámites comerciales al exterior de productos industriales y manufacturados elaborados en la Región, entre otros.

Cuánto en menos tiempo se acerque la fecha de arranque de la Ley, le dará vigor a esta unión territorial y, abrirá clima de actividad con brazo funcional en labores conjuntas con el Gobierno Nacional.

La Región requiere presencia legal de Fiscalía, Contraloría y Procuraduría, así tanto más, se ganará en responder al amenazante desempleo que agobia al país por épocas, y del que ahora se espera, que este gancho, integre fuerza laboral de hombres y mujeres de capital y periferia.

Además, la justicia enarbola la bandera Constitucional contra toda clase de delitos y lucha contra corrupción. Es razón para que Bogotá y Cundinamarca sean, en breve, Región productiva con futuro.