Crculo de Periodistas de Bogot

Archivos 2020

‘La demonización de los periodistas debe terminar’

24 enero 2020 –

Foto: Ian Langsdon / EFE.

Tomado de: El Tiempo.

Los asesinatos de Charlie Hebdo fueron el primer ataque masivo a periodistas en Europa.

En este mismo mes, hace cinco años, Saïd y Chérif Kouachi asaltaron las oficinas parisinas de la revista satírica francesa Charlie Hebdo y, en una pesadilla que duró apenas minutos, mataron a 12 personas. En los días posteriores, millones de personas marcharon en Francia y otras partes para manifestar su solidaridad con los periodistas asesinados.

Para los europeos, los asesinatos de Charlie Hebdo representaron el primer ataque masivo contra periodistas cerca de casa. #JeSuisCharlie (‘Soy Charlie’) se convirtió en uno de los hashtags de Twitter más populares de la historia. La libertad de prensa fue tendencia.

Desde entonces, sin embargo, la lucha para defender la libertad periodística ha decaído, y la movilización pública resultó ser efímera –inclusive en el caso de Charlie Hebdo–. En enero de 2019, el personal de la revista se quejó en un editorial de que la gente ya no quería oír hablar de la masacre. “¡Quizá deberían seguir adelante!”, aparentemente les decían.

Esta indiferencia evidente tiene mucho que ver con lo que muchos creen que representa Charlie Hebdo: la libertad de expresarse de una manera que podría provocar a los demás. Y esta libertad ha estado sometida a una presión cada vez mayor en los últimos cinco años.

En una conferencia de prensa hace dos años, el presidente checo blandió una réplica de un AK-47 inscrita con las palabras ‘para los periodistas’

Esta tendencia queda en evidencia en las respuestas dadas a los periodistas que arrojan luz sobre hechos y opiniones poco populares o inconvenientes. Están expuestos a un aluvión diario de ataques a su integridad, inclusive por parte de importantes líderes políticos.

En Estados Unidos, el presidente Donald Trump en repetidas oportunidades se ha referido a los periodistas que son críticos con él como el “enemigo del pueblo”. Y en una conferencia de prensa hace dos años, el presidente checo blandió una réplica de un AK-47 inscrita con las palabras “para los periodistas”. Al incurrir en este comportamiento, estos y otros líderes normalizan ataques contra los miembros de la prensa.

Y los miembros de la prensa están decididamente bajo ataque. Según Reporteros Sin Fronteras, 49 periodistas en todo el mundo fueron asesinados en 2019 por su trabajo. (El promedio anual para los últimos cinco años es aún más alto: 81).

Además de esto, la cantidad de periodistas que fueron detenidos arbitrariamente aumentó a 389 el año pasado. Las amenazas en las redes sociales, contra periodistas femeninas principalmente, son cosa de todos los días, y a los periodistas se los suele golpear, se los ataca con gases lacrimógenos o se les roban sus equipos.

La violencia contra los periodistas es un ataque a un pilar esencial de la democracia. Y mientras estos ataques continúen, no es “hora de seguir adelante” en absoluto.

Por el contrario, es hora de que los líderes de la Unión Europea despierten y protejan mejor a los periodistas en riesgo. Esfuerzos como la iniciativa PersVeilig en Holanda, en la que la policía, los fiscales públicos, el sindicato de periodistas y los editores colaboran para contrarrestar la violencia contra los periodistas, deberían implementarse en toda Europa.

Los políticos que atacan verbalmente a los periodistas tienen que asumir sus responsabilidades y los medios deberían hacer algo más para mostrar solidaridad con los colegas en otras publicaciones.

En términos más generales, existe una necesidad urgente de una mayor conciencia y una defensa pública más sólida del valor del periodismo para la sociedad. Y en este sentido ha habido ejemplos exitosos en los últimos años.

Los asesinatos de los periodistas Ján Kuciak, en Eslovaquia, y Daphne Caruana Galizia, en Malta, desataron protestas masivas que obligaron a los primeros ministros de estos dos países a renunciar. Por otra parte, la investigación de la relatora especial de las Naciones Unidas Agnès Callamard del asesinato de Jamal Khashoggi, columnista de The Washington Post, sensibilizó a la opinión pública sobre el comportamiento criminal de las autoridades de Arabia Saudita.

Estos casos necesitaban –y recibieron– una atención prolongada. ¿Pero quién ha oído de Norma Sarabia, de México, o de Eduardo Dizon, de las Filipinas, que también pagaron el precio máximo por ejercer su profesión? El periodista nigeriano Jones Abiri fue a prisión por segunda vez el año pasado con cargos inventados, mientras que un fotógrafo nicaragüense recientemente nos dijo que ha dejado de trabajar como periodista por el momento, porque implicaba poner en riesgo su vida todos los días. ¿Quién está defendiendo a estas personas menos conocidas?

El sistema judicial debería asignarle una mayor prioridad a procesar los ataques contra los periodistas, mientras que una serie de resoluciones relevantes adoptadas por la Asamblea General y el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas ha arrojado resultados limitados. Una mejor manera de poner fin a la inacción judicial sería crear una comisión de investigación con mandato internacional, que también allanara el camino para resolver los cientos de casos cerrados de periodistas asesinados por hacer su trabajo.

Decenas de periodistas son asesinados cada año y, en nueve de cada diez casos, los perpetradores caminan en libertad. Mientras exista esta impunidad, vale la pena matar periodistas.

Hace cinco años, todos éramos Charlie. Hoy seamos también los cientos de periodistas que han sido asesinados desde entonces.

Los inversores empiezan a fijarse de nuevo, aunque con timidez, en algunos medios

24 enero 2020 –

La falta de un modelo de negocio en los medios de comunicación, en un contexto de una larga crisis en la industria de los medios, había alejado el interés de los inversores por invertir en periódicos.

Modelos poco sostenibles e inciertos, en una ola en la que parecía que las grandes beneficiadas serían siempre las tecnológicas que median entre el contenido y los lectores, dejaron a la industria de medios fuera del foco de los inversores.

“No, no estamos interesados en invertir en medios”, era la respuesta habitual cuando medios nativos o incluso legacy en dificultades buscaban inversores que les dieran una inyección para poder sobrevivir o ponerse al día en tecnología en un momento complicado.

Sin embargo, algunas tendencias están haciendo que los medios de comunicación, unos más que otros, vuelvan a ser del interés de algunos fondos o inversores, aunque no de una manera prioritaria, según las fuentes consultadas por Laboratorio de Periodismo.

Estas fuentes apuntan a que la puesta en marcha de los muros de pago y la apuesta por una estrategia basada en los ingresos del lector, junto con una buena diversificación de negocio, hace que sean más atractivos ahora, “pero sin perder la cabeza”, matizan.

“En nuestro caso -apunta una de los inversores consultados – nos fijamos en empresas que tengan una trayectoria importante y sean sólidas, pero que estén atravesando momentos complicados porque la industria en la que están está sufriendo. En el momento en que empieza a percibirse que se puede salir de la crisis estructural, y que, además, se vislumbra un posible modelo de negocio, estas empresas pasan a ser interesantes, siempre y cuando su valor siga estando por debajo del precio de mercado que deberían tener en circunstancias normales”.

“En estos momentos -continúan estas fuentes-, parece que empieza a verse algo de luz, aún lejana, pero algo de luz en el fondo del túnel, y los medios que mejor lo estén haciendo son candidatos a que entren inversores, porque se van a revalorizar tan pronto como el mercado empiece a mejorar, aunque no es algo ni a corto, ni siquiera tal vez a medio plazo. En mi particular opinión, van a pasar al menos entre siete y diez años hasta que la industria se recupere bastante, Y, lógicamente, no todos van a sobrevivir”.

A este respecto -agregan estas fuentes- , “no todos los medios son igual de interesantes. Interesan más aquellos que tienen, digámoslo en términos  de “value”, un buen foso defensivo, porque tienen lectores muy leales y a poco que la situación escampe se va a notar; porque han hecho los ajustes que se debían y la estructura de costes es aceptable, siendo capaces de producir un producto de calidad; porque en el caso de que exista deuda, es asumible y las inversiones se realizaron en las áreas que se tenían que hacer para ganar competitividad, y muchos otros factores de valoración”.

El sector de los medios de comunicación escritos, aseveran, debe entrar en un proceso de fusiones, que logre consolidar la tendencia, “y eso ayudará a una revalorización de las participaciones que se tomen ahora. Eso también las hace interesantes. Pero ojo, se pueden contar con los dedos de dos manos y sobran varios dedos, los medios o grupos españoles atractivos en este momento”.

Estas fuentes indicaban que algunos inversores ya habían apostado por realizar importantes inversiones en grupos de comunicación españoles recientemente, como por ejemplo García Paramés (Cobas AM) en Vocento.

A escala internacional, justo esta semana, el nativo digital Axios recordaba que hay varias tendencias que hacen que los inversores estén de nuevo interesados en los medios de comunicación. Según indicaban, las principales tendencias son:

  1. Una ola global de nuevas leyes de derechos de autor que es probable que haga que las plataformas tengan que comenzar a pagar a los editores por usar su contenido, incluso si es solo un titular enlazado o un fragmento de texto.
  2. Algunas compañías tecnológicas se están adelantando. Facebook está pagando a editores seleccionados hasta varios millones de dólares anuales para distribuir su contenido. Plataformas como Apple, Twitter y Snapchat les dan a los editores una parte de los ingresos por publicidad que obtienen o venden su contenido.
  3. Mayor demanda de creadores y creatividad para producir podcasts y programas de televisión para las nuevas plataformas de transmisión.
  4. Un cambio normativo y cultural hacia la privacidad está empujando a más anunciantes a confiar en datos de origen para dirigirse a los usuarios. Varias editoriales, como Vox Media, News Corp. y The Washington Post, han creado nuevos mercados de datos para capturar esa demanda.

Estas tendencias harían que los inversores sean menos pesimistas a la hora de entrar a comprar participaciones de empresas o invertir en ellas por el potencial de crecimiento y rentabilidad futura que puedan tener. 

La edad de las palabras

24 enero 2020 –

Foto: El País –

Entrevista a Gabriel García Márquez

Por Mateo Cardona Vallejo y Miguel Ángel Flórez Góngora*

Todos los cartageneros son amigos de García Márquez. Más que eso, son los celosos protectores de su tranquilidad. Y a veces, cuando aparecen esas molestas ladillas –los inevitables periodistas– a montarle asedio, no hay ninguno que no esté dispuesto a prestarle una ayuda desinteresada: así, si el reportero de turno se atiene a la información recibida de boca de alguno de ellos, bien puede terminar siguiendo la procesión de la Virgen de Chiquinquirá –de veraneo por el cerro de La Popa–, desayunando en La Boquilla o interrogando los dibujos del salitre en lo profundo de las mazmorras de la fortaleza de San Felipe, a kilómetros de distancia del escritor, a quien los cartageneros han dotado finalmente de los mágicos dones de la presencia ubicua y la invisibilidad.

Y es que para encontrar a García Márquez de nada sirven los recursos usuales de la paciencia y el sentido común. Hace falta, en cambio, retroceder al juego de escondidas de la infancia, y entregarse a él con el dulce abandono de sí que exige todo verdadero juego. Una vez depuesta toda esperanza, no es raro verlo aparecer de pronto, sonriente y vestido de blanco, como una especie de duende burlón, preguntando qué pasó con la entrevista. En una habitación del hotel que sirve de sede al Festival de Cine nos sentamos al cabo, resueltos a sacarle al mago sus secretos.

La huella de Nostradamus

En Cien años de soledad se alude reiteradamente al arte de la alquimia. ¿Cuál ha sido su relación con esta tradición?

La poesía es alquimia pura, de manera que mi relación con la alquimia viene desde mi interés por la poesía. En el caso de Cien años de soledad, me interesaba entrar a la novela con una ciencia, la Opera Magna, que trataba de encontrar la piedra filosofal, el medio para convertir en oro todos los metales, la literatura pura; pero ante todo lo que decían los alquimistas: que la finalidad última de la alquimia era la transformación de su propia alma. Entonces, de paso establecía de una vez el ambiente, todas las posibilidades y, sobre todo, la libertad con que el libro iba a ser hecho. Al principio pensé simplemente en la alquimia como una cita en la novela; luego me di cuenta que para hablar de ella tenía que ir estudiando, y me entusiasmó hasta el punto que me costó muchísimo trabajo salir de la etapa de Melquíades.

¿Su interés por la tradición hermética obedece a una vocación por lo oculto?

Lo único que le reprocho a la pregunta es la palabra «oculto», porque no veo eso como ciencias ocultas. Creo que todo eso es verdad, que todo es posible y que así debe ser; es el racionalismo el que ha acabado con todo. Esto lo he discutido mucho con los europeos, y les he dicho que su mundo es igual al nuestro, que allí suceden cosas tan maravillosas como acá, sólo que ellos pueden estarlas viendo y no las creen, porque les han enseñado qué se puede creer y qué no. Nosotros estamos abiertos a todo; para nosotros la realidad es todo. Voy a dar un ejemplo: estaba trabajando en un taller –yo hago talleres sobre cómo se cuenta un cuento, y la primera condición que pongo es «no tengan límite de ninguna clase, ni les dé pena; digan lo que se les ocurra; después veremos si lo criticamos o lo evaluamos, pero suéltense…»– y, casualmente, ese día llevamos unos tés con galletitas. Una galletita se me cayó de la boca, y me acorde que cuando yo estaba chiquito me decía mi mamá: «Mijo, cuando a ti se te caiga el pan de la boca, acuérdate que tu mamá tiene hambre». Sin saber que era me dio mucha risa y cogí inmediatamente el teléfono y llamé a Cartagena a contarle el cuento a mi mamá. Me contesto mi hermana Margarita y le pregunté si mi mamá estaba ahí. «–No está aquí, porque hoy es el día de su cumpleaños. Llegaron Jaime y Enrique de Santa Marta, y la comida se estaba demorando y ellos tenían mucha hambre. Y se la llevaron a un restaurante». Les conté esto a los muchachos del taller y creyeron que me lo había inventado.

¿Eso podría sugerir que en alguna de sus obras ha podido anticiparse a los hechos reales?

En mil novecientos sesenta y dos publiqué Los funerales de la Mamá Grande, cuento en el que el Papa venía a Colombia. Después, cuando Pablo VI vino a Colombia, dijeron que yo me había anticipado… Lo que pasa es que era perfectamente factible que el Papa viniera a Colombia, sólo que en esa época los Papas no viajaban, y parecía imposible que se metiera por los caños de La Mojana. Porque, además, en el momento en que a un escritor se le ocurre que el Papa puede venir, de ahí en adelante ya puede hacer lo que le dé la gana con el Papa. Entonces, así me han ido sucediendo muchas cosas. La más preocupante de todas para mí es que en Cien años de soledad yo digo que Álvaro Cepeda «compró un pasaje eterno en un tren que nunca acababa de viajar». Álvaro estaba en Nueva York cuando, en Barranquilla, nosotros empezábamos a escribir, y nos enviaba postales donde nos hablaba de «la hierba azul de Kentucky», y todas esas citas que yo hago en esa frase eran la pura realidad. Yo me di cuenta que Álvaro se iba a morir: el problema es que, si no se hubiera muerto, nadie lo habría pensado.

¿A qué peligros lo ha expuesto este tipo de sabiduría?

Todos los intérpretes de Nostradamus y de cuantos han hecho predicciones saben que toda profecía es cifrada, para que no se derrote a sí misma. No sé si es verdad o es mentira; yo escribo lo que creo, pero me da mucho miedo cuando estoy escribiendo y descubro una cosa que puede ser interpretada en determinado sentido en relación conmigo, con mi familia o con mis amigos, y la cambio.

¿Lo fantástico en su producción literaria es resultado del ejercicio total de la imaginación o de experiencias visionarias?

Yo creo que es un mayor cuidado en la observación de la realidad, una cosa puramente profesional. Dentro de mi vocación y aptitudes está la manía de la observación, de observar con más atención la realidad que lo circunda a uno, de modo que ve cosas que los otros no ven, pero que verían también si tuvieran el mismo interés, porque ellas están allí.

¿Dentro de su imaginación creadora, es más determinante la tradición hispano-católica o las formas sincréticas del misticismo caribe?

No hay duda que es caribe, Yo soy bastante espontáneo en ese aspecto, y no trato de intelectualizar en absoluto, sino que me dejo a ver dónde me llevan las corrientes culturales que me atraviesan. Estoy del todo convencido, inclusive por el análisis de mis propios libros, que la mayor formación mía es el sincretismo del Caribe.

A mí me ha sucedido una cosa muy curiosa. Uno habla mucho de lo blanco, de lo español y de lo indio, a pesar de que en el Caribe dejaron muy pocos indígenas. Yo viví esto muy de cerca, por la Guajira: la casa de Aracataca estaba llena de guajiros –de indios guajiros, no de habitantes del departamento de la Guajira–. Eran gente distinta, que aportaba un pensamiento y una cultura a esa casa, que era de españoles, y que los mayores no apreciaban ni creían. Pero yo vivía más a nivel de los indios, y ellos me contaban historias y me metían supersticiones, ideas que yo notaba que no tenía la abuela –porque ella tenía otras, pero eran completamente católicas, muy ligadas a ese culto católico de la muerte, porque es una religión que está hecha para no ser feliz sino en la muerte, y no hay que preocuparse de cuándo se arregla esto–.

A pesar de todo, nunca tomé en cuenta el elemento negro. Además, en el Magdalena se veía menos que aquí en Cartagena. Ya a principios del setenta fui a Angola, y descubrí que estaba en mi casa de Aracataca. La conmoción cultural que tuve fue primero muy fuerte, y enseguida me paró las orejas y todos los sentidos: allí estaba el pilón, la mano del pilón, las totumas, el ñame, la yuca, pero unas matas de yuca tan grandes –aquí las cortan cuando llegan a cierta altura, y yo no sabía que pudieran crecer tanto– que metían los tanques de guerra y los camiones a su sombra, y eso sí era para mí el colmo de la fantasía, no encontrarme con matas de yuca sino con árboles de yuca, y entonces me di cuenta hasta qué punto tenía yo un ingrediente negro en mi cultura, del cual no había sido consciente. Y además está la música: esas vainas que hay en Cartagena, donde siempre está sonando un tamborcito… Uno se despierta por la madrugada y le pregunta a alguien de dónde proviene el sonido, y si sabe te explica y, si no, sales, lo vas buscando, y resulta que unos se quedaron trasnochados en La Boquilla… Pero ese tamborcito está en todo el Caribe; lo he oído en la Martinica, en la Guadalupe, en las inglesas, en las francesas, en las holandesas, en las españolas, en todas las islas del Caribe tú despiertas y suena un tamborcito.

En términos místicos, ¿se considera a sí mismo un mago, un aprendiz de mago o un iniciado? 

Soy un ser humano hecho y derecho, y es lo único que he querido ser en este mundo.

El poder de la poesía

El mito de Orfeo prescribe el descuartizamiento final del poeta. ¿Cómo cree usted que la sociedad occidental castiga hoy al artista?

No, yo creo que cuando menos ha sido castigado el artista en toda la historia de la humanidad es hoy. Antes tenían el terror de que cambiáramos la vida, la sociedad; ya no nos toman tan en serio…

¿Cree que la literatura puede ser más eficaz en la tarea de consolar a los hombres que la filosofía?

Creo que la literatura es el mejor instrumento, el ungüento mágico para hacer pasar todo. Cuando digo literatura pienso también en el cine y la televisión como una extensión creativa…

¿Qué es lo que sólo puede decirse a través de la literatura?

Más específicamente a través de la poesía… La poesía es un arte que informa, sobre todo. La fuerza de la poesía es su capacidad de comunicarlo todo. Como pertenezco a la comisión de Ciencia, Cultura y Educación, he tenido que investigar cómo se podría realizar la educación informal de las artes y las letras –porque evidentemente no es en los colegios, del modo en que se están enseñando la aritmética, la química, la física y las demás ciencias, como se lograría esto–, y en el camino de mi investigación he llegado a darme cuenta que en la formación artística la familia es lo determinante. Me encontré con una señora, que era como el caso extremo, que quería que su hija fuera pintora. Y ella estaba tan preocupada por esto que una tarde salió, vio el sol y le dijo a la amiga que la acompañaba: «Caray, mira el atardecer que le hizo a la niña». No se daba cuenta de la cantidad de poesía que le metió a esa frase. ¡Qué bello atardecer!

¿Escribir es realmente ser otro?

Entiendo que se diga, o que se piense, porque yo creo en la inspiración. No en la forma en que lo decían los románticos, que era como una especie de soplo divino. Tal vez sería un poco más materialista en el sentido de que uno tiene un tema y empieza a atizarlo, y llega un momento en que hay tal identificación entre uno y el tema, que es casi un milagro que estalla y empieza uno a flotar y a escribir como si alguien le estuviera soplando por dentro. Ese dominio de la narración a veces no se logra, y lo mejor es no escribir a la fuerza. Pero a ese punto se llega, y ése es el verdadero momento de felicidad… Es un orgasmo, que es lo que uno busca todos los días cuando se sienta a trabajar. Llegado a ese punto, entonces, claro, uno se siente otro, pero no es otro, es uno mismo.

Desde sus primeras obras usted ha insistido en la urgencia de reescribir la historia. ¿Piensa hoy que la historia humana tenga algún sentido que no sea literario?

En el caso concreto de Colombia, yo traigo el tema de que hay que reescribir y reinterpretar la historia. Nosotros no sabemos en qué país vivimos. Nosotros vivimos en un país que nos definieron probablemente a fines del siglo pasado o principios de éste, –los letrados; nos enseñaron que Colombia era de un modo, nos acostumbramos a creer que así mismo era, y de pronto nos damos cuenta que estamos viviendo en un país -tratando de gobernarlo, de arreglarlo o de acabarlo– sin saber qué país es.

Hay que reescribir la historia. Ustedes se dan cuenta que lo que enseñan en las escuelas no es la historia del país sino la historia de las administraciones. Y si queremos encontrarla, probablemente la verdadera historia ha ido quedando a pedazos en la literatura. Los mismos costumbristas, normalmente tenidos por menores, dejaron una imagen de la vida de su tiempo que no está en la historia. Cordovez Moure dice más del Santafé de su época que todos los historiadores juntos. Y yo, sin darme cuenta, he caído en la trampa de tratar de interpretar lo que yo creo es la historia a través de la literatura; y ése, en cierto modo, es el valor de Cien años de soledad: es una metáfora de la historia de este país, para no tener que meterla en los moldes de la cronología y los sistemas de pensamiento. Se identifica más este país en una obra de ésas que en un trabajo de historia académica. La trampa consiste en esto: después me meto en El amor en los tiempos del cólera, que está ubicada en una Cartagena entre finales del siglo pasado y principios de éste. Luego me pregunto: ¿qué habrá más atrás?, y acabo de escribir una novela, Del amor y otros demonios, que sucede en el siglo XVIII, con una ventaja sobre los historiadores: que hay elementos que no son del siglo XVIII sino del siglo XVII, sin especificarlo. Si yo digo que este es el siglo XVIII, inmediatamente aparecen los académicos diciendo: éste no es el siglo XVIII sino el XVII. No, yo no digo qué siglo es; trato de presentar un mundo del pasado que yo, por razones de pura carpintería, he decidido que es 1750, por ejemplo, para poder tener un punto de referencia.

El oficio de inventar la vida

En Del amor y otros demonios usted basó su investigación en la exploración léxica del momento histórico, ¿Cómo concilió esta exigencia con las expectativas del lector moderno?

El único límite que tuve fue el lenguaje, porque a mí me habría gustado que la historia ocurriera en el siglo XVII, pero en ese siglo el idioma que se hablaba aquí todavía era demasiado español, sobre todo en las formas de trato: el vos, el vosotros; y me encontraba que mis personajes empezaban a hablar de ese modo y yo no creía en ellos, los veía como de cartón-piedra o de plástico, y así no me servían… Entonces empecé a hacer una investigación del lenguaje a ver cuándo cambiaban esas formas de trato. Comenzaban a cambiar ya a mediados del siglo XVIII. Los diálogos los he escrito como hoy, con un cierto tono del siglo XVIII, pero sin usar las formas del trato de esa época. Hablando de anacronismos, sólo he tenido cuidado de no usar palabras que no existieran en ese momento. Es el problema de la edad de las palabras. Digo «problema» por facilidad, porque en realidad no es un problema sino un gusto, un placer. Es una parte del trabajo empezar a descubrir eso. A última hora se me iba la palabra «inmunizar», que no existía. Tengo la impresión de que muchos escritores y mucha gente que comienza a escribir no son conscientes del trabajo que implica hacerlo seriamente. A mí me ha tomado por lo menos un año buscar todos los datos y la información para mi último libro. Tengo un obispo que de pronto dice, «Mujeres, las había a manta». «A manta» significa exactamente la cosecha que se deja tirada en grandes cantidades. Alguien me dijo que esa forma de hablar, que ese giro era ya del siglo XIX. Iba a dejarlo así, pero me fui a buscar la edad de la palabra. No sólo sí existía en el XVII, sino que se decía más todavía: «a manta de Dios». Pues claro: gané, y di un salto. Entonces, siempre hay que seguir esa preocupación, porque a lo mejor te mejora. Es un trabajo de orfebrería, complementado por el trabajo adicional de que no se note el esfuerzo que costó. No hay un mejor oficio que el de inventar la vida como a uno se le da la gana.

Su obra ha contribuido a formar un nuevo tipo de lector y de crítico en el mundo hispánico actual ¿Cuál es su balance de esta nueva crítica?

Me parece, realmente, que ellos ayudan a acentuar y a mejorar la comunicación entre el autor y el lector. Pero no hay que dejar que lo confundan a uno: porque ellos hacen una lectura intelectualista, y yo he logrado que me lean desde el más bajo nivel cultural y el mínimo alfabetismo. Yo lo he descubierto porque la gente me para y me habla. Toda esta preocupación porque una palabra sea del siglo XVIII, y no del XIX o del XVII, todo esto es por la conciencia moral que tiene uno de que su trabajo debe estar bien hecho, y no por el temor de que lo entiendan o no. Porque es claro que lo que está limpiamente escrito y contado para la gente es bien recibido: lo que la gente quiere es que le cuenten cosas de otra gente, identificarse con ellos en el sufrimiento y en la alegría. Es lo que he pretendido siempre, más allá de segundos significados. Los críticos son unos intelectuales que buscan relaciones estéticas y culturales que yo francamente no entiendo porque para mí es un misterio qué es lo que quieren.

¿No es el crítico un lector que responde?

El crítico es un lector que no cree que lo que se le dice es lo que se dice, sino que hay otra cosa que no está dicha. Y entonces trata de buscarla y hace que el relato sea lo que él cree que se dijo y no lo que se está diciendo. Esto puede parecer simplista, pero ésa es mi cultura, yo soy un autodidacta: a los autodidactas se nos va la vida tapando huecos, porque no tenemos una estructura cultural, mental, sistematizada. Pero estoy absolutamente convencido que es lo mejor para las artes.

¿Correspondió el despertar de su vocación literaria con el descubrimiento del erotismo en la pubertad?

Nunca he pensado en eso. Cuando descubrí el erotismo ya me sabía de memoria casi todo lo que valía la pena de los clásicos españoles. A los once, doce años, era un lector desaforado de poesía. Mucha de la poesía romántica colombiana, Julio Flórez, y sobre todo una gran cantidad de poetas populares que había y que ya nadie recuerda; porque en las casas se recitaba mucho: no había televisión, no había radio, y la música se transmitía de forma oral, igual que la poesía, pero menos. Vendían cancioneros, pero también vendían antologías en cuadernitos, y lo que leía dos, tres veces, me lo aprendía de memoria y todavía me lo sé. Después perdí esa facultad. No me acuerdo ya de lo que leí ayer… Pero ahora, recordando esa época, puedo decir que aprendí el erotismo después que la poesía.

El amor es el gran tema de su obra, ¿Es posible rescatarlo de la degradación a que lo somete el tiempo?

Yo no siento el amor en el tiempo. El amor no transcurre en esa dimensión.

William Burroughs sostiene que el amor es un engaño inventado por el sexo femenino, y que hombres y mujeres no se entenderán jamás porque sus intereses son opuestos. ¿Cree en esa fatalidad?

No, la dificultad para entenderse es que tienen sexos opuestos. Son sexos distintos; ¿puede imaginarse el inmenso misterio que significa ser de otro sexo? De todas maneras, ha habido puntos de contacto, y la prueba está en la explosión demográfica que nos está ahogando. Una de las cosas que más me interesa a mí es la mujer, porque claro, yo he creído saber cómo son los hombres, pero se me ha ido la vida tratando de averiguar cómo son las mujeres. Y lo más misterioso que puede resultar es un ser de otro sexo, de otro género. Uno cree conocer muchísimo a una mujer; un día abres una gavetita por equivocación, porque uno no sabe a qué se debe, pero las mujeres tienen unos estancos donde uno no penetra, y buscando algo te encuentras con unas tijeritas, con un cuadernito y con un mundo totalmente insondable, que a mí me enternece mucho.

Cuando usted escribía Cien años de soledad en México, dijo que en cierto modo sentía que estaba inventando la literatura, ¿Indica ello que el libro que creaba desbordaba su propio conocimiento literario en aquel momento?

Verdaderamente, el origen de Cien años de soledad es que yo sentía que ni los libros que leía, ni los libros que había escrito antes –que eran cinco– no se atrevían lo suficiente. Y me preguntaba: ¿Por qué a las Mil y una noches les creemos que las alfombras vuelan y que sale un genio de una botella, que fue para mí el descubrimiento más fantástico de la literatura; por qué esto se lo han creído, y a nosotros no nos creen si decimos que una estera vuela, ¿si una estera es una alfombra de yute? Entonces dije: «Yo me voy a atrever», y me atreví porque veía que en la realidad de mi infancia todas esas cosas parecían normales. Hubo un momento en que empezaron a parecerme inverosímiles, cuando ya tuve una cierta formación racional. Lo que logré con Cien años de soledad fue atreverme, y cuando uno se atreve entonces se le amplía el universo creativo en una forma extraordinaria. Fue lo que sucedió.

Usted ha dicho que El otoño del Patriarca es una cantaleta. ¿Existe una relación concreta entre Su discurso y la tradición oral?

En mi caso sí. Mis puntos de partida siempre son como ése. Es algo que me quedó, que me viene dando vueltas. Ojalá la literatura pudiera ser una forma de la tradición oral. Yo no creo que mi gusto por el vallenato sea simplemente casual. Ahora hay vallenato comercializado y lo que se quiera, pero la creación dentro de la tradición oral ha existido siempre. Los cuenteros antioqueños son una cosa maravillosa.

¿Cuál es su aporte a la literatura utópica?

Yo no propongo mundos posibles. Trato de contar mundos inclusive imposibles, deseables o necesarios. Pero, ¿proponerlos?

Cartagena de Indias, 7 de marzo de 1994

  • MATEO CARDONA VALLEJO Escritor colombiano, profesor de la Universidad Javeriana y MIGUEL ANGEL FLOREZ Periodista colombiano. 

 

Coronavirus en China: cuáles son los síntomas y otras 3 preguntas clave

24 enero 2020 –

Tomado de: BBC.

Ya van cientos de casos confirmados y varias personas muertas a causa del coronavirus originado en la ciudad de Wuhan, en el centro de China, que mantiene en alerta a las organizaciones sanitarias alrededor del mundo.

Aunque la mayoría de los casos se han presentado en varias regiones del país asiático, también se ha confirmado la propagación del virus a países como Tailandia, Corea del Sur, Japón y Estados Unidos.

Pero, ¿cuán severos son los síntomas? ¿Cómo se transmite? ¿Y cómo se puede prevenir el contagio cuando hay riesgo?

En este video te damos algunas respuestas.

 

Los billetes concentran hasta 3.000 tipos de microbios

24 enero 2020 –

Foto: KEN RINALDO.

Tomado de: El País.

El hecho de que una bacteria consuma la figura de la reina de Inglaterra o la de George Washington impresas en un billete fue lo que más sorprendió e inspiró a Ken Rinaldo. Este artista estadounidense de 62 años expone este sábado su obra Borderless Bacteria / Colonialist Cash en el Laboratorio de Arte de Berlín para mostrar al público un mundo invisible que desconoce: la vida en el interior de un trozo de papel que se maneja a diario. Este objeto es, seguramente, el que más concentra bacterias y un vehículo de trasmisión. Estas pueden vivir varios días, e incluso semanas, fuera del sistema biológico que las hospeda como, por ejemplo, la piel. Al posarse sobre un billete, que está principalmente hecho de algodón, el microorganismo se adapta y encuentra nuevos nutrientes que le ayudan a sobrevivir.

Un dolar americano invadido por micelio y hongos en una caja enriquecida de agar.
Un dolar americano invadido por micelio y hongos en una caja enriquecida de agar. KEN RINALDO

Un estudio realizado por investigadores del Centro de Genoma y Biología de Sistemas de la Universidad de Nueva York (NYU) publicado en 2017 demostró que los dólares de un mismo banco de Manhattan contienen 3.000 tipos de microbios. La mayoría vienen de la piel, la boca y la vagina. Esta cifra tiene sentido ya que el ser humano alberga 38 billones de bacterias, que por mililitro de orina infectada se encuentran 100.000 colonias y que la mitad del peso de las heces son bacterias.

Además, las personas intercambian esos microorganismos generalmente inofensivos cada día, al dar un beso, al dar la mano, en el metro, al abrir una puerta y por supuesto, al utilizar dinero. Jane Cartlon, autora del estudio y directora del centro de investigación de Nueva York, asegura que comprender la distribución e interacciones de los microbios, importantes componentes del ecosistema, es clave para comprender el funcionamiento del planeta y que no hay que alarmarse. Eso sí, «las personas deben continuar lavándose las manos con frecuencia para evitar la transferencia de organismos de un lugar a otro», precisa.

Un billete chino en la exposición de Rinaldo tras semanas de cultivo.
Un billete chino en la exposición de Rinaldo tras semanas de cultivo. KEN RINALDO

Juan Fernando Alzate, bacteriólogo y director del Centro Nacional de Secuenciación Genómica de Colombia, piensa que es muy interesante ofrecer una imagen de algo que no se puede ver. «La gente en general no sabe de microbios y al hacerlos tangibles, les permite entender mejor su organismo. Es tener conciencia de que, en un objeto aparentemente muerto, hay vida», opina antes de añadir que si viviese en Berlín llevaría a sus hijos a ver la exposición de Rinaldo.

El científico explica que el billete es un vehículo de transmisión y seguramente el que más concentración de bacterias tenga al ser algodón, de ahí su interés para múltiples investigadores. «No hay que crear alarmismo, por supuesto, y si suprimimos esos objetos de la circulación, seguramente aparezca un sustituto. Sin embargo, hay que cuidar la higiene y cambiar el comportamiento», asevera. Al día siguiente de publicar su estudio sobre los billetes colombianos donde se encontraron 233 géneros bacterianos de los cuales 12 corresponden a especies con potencial patogénico y que varios medios hablaran de ello, Alzate fue a tomar su café en el bar de siempre. Por primera vez, el camarero llevaba guantes para manejar el dinero y al experto le pareció una buena iniciativa. «Que circule la microbiota en una casa me parece fabuloso, pero en un hospital o en centros que sirven comida, se tendría que restringir el uso de billetes o, al menos, controlarlo», concluye.

Un billete de 10 libras con la figura de la Reina de Inglaterra.
Un billete de 10 libras con la figura de la Reina de Inglaterra. KEN RINALDO

El proyecto expositivo de Ken Rinaldo, según cuenta, sirve también para denunciar los conflictos económicos y políticos actuales. “Las bacterias son los primeros colonizadores y es gracioso ver cómo son capaces de borrar el símbolo del poder de un país”, comenta. El artista y científico utiliza el cultivo de estos microorganismos para dibujar la relación entre Europa e Inglaterra o la de Estados Unidos y México y poner en evidencia las similitudes por encima de las diferencias. “He adaptado mi primera colección [de 12 parejas] de 2017 a nuestra actualidad”, justifica.

La primera idea del artista es que “antes de ser personas somos ecosistemas”. Sus obras consisten en cajas transparentes enriquecidas de agar, una sustancia que solidifica los medios de cultivo, en las cuales cohabitan dos billetes. Con el paso del tiempo y en función de las condiciones, aparecen manchas a veces uniformes, otras de colores distintos y formas dispares: el panorama microbiano, aunque incompleto, crece y se establece tras varias semanas. “Ver en imagen las bacterias y las reacciones biológicas ayuda a la persona a entender cómo se producen. Además, y sobre todo, permite ver que estamos todos conectados”, explica. El proyecto de Rinaldo, en definitiva, es una forma de saber si el yuan chino tiene las mismas comunidades de hongos y bacterias que un dólar americano y proponer una mirada divertida del conflicto entre los dos países. «En el universo de las bacterias, no existen las barreras. El efectivo es un vector de cultivos biológicos comercializados mundialmente», añade el artista.

CPB rechaza ataque a medios y agresiones contra periodistas en las marchas

22 enero 2020 –

Foto: AFP –

Prensa CPB.

“El Círculo de Periodistas de Bogotá (CPB) está de acuerdo con la realización de marchas pacíficas, justas y que busquen reivindicaciones sociales como una expresión digna y soberana, pero rechaza las discriminaciones contra medios de comunicación, las agresiones físicas y verbales contra periodistas que cubren las protestas y las infiltraciones de vándalos y encapuchados”, dijo Gloria Vallejo, presidente del CPB.

En las marchas de ayer 21 de enero, un grupo de encapuchados agredió verbal y físicamente a la periodista Katty Sánchez, de RCN, hecho que se suma a una serie de ataques cometidos en diferentes partes el país contra este y otros medios de comunicación.

“Muchos estudiantes dijeron que tenía que irme. Una muchacha me trató súper mal y me rapó el teléfono y también los audífonos, me los dañó. Me pegaron en la espalda durísimo, no sé con qué, pero fue muy fuerte, me duele bastante. Luego me empezaron a gritar que era una ‘paraca’ que tenía que irme”, denunció Katty, periodista de La Cariñosa de RCN Radio al ser entrevistada sobre los sucesos presentados en la marcha de ayer.

La intervención del Secretario de Gobierno, Luis Ernesto Gómez, y de varios gestores de convivencia que hacían presencia en la marcha que se desarrollaba en Kennedy, sobre la avenida Boyacá con Américas, evitó que la comunicadora siguiera siendo maltratada.

La presidente de la agremiación periodística recordó que la Constitución Política de Colombia garantiza la libertad de expresar y difundir el pensamiento y las opiniones, la de informar y recibir información veraz e imparcial, y la de fundar medios masivos de comunicación.

“Defendemos la libre expresión, las manifestaciones pacíficas y justas, pero no podemos aceptar y rechazamos que se ataquen los medios de comunicación y se tomen acciones violentas contra los periodistas”, concluyó Gloria Vallejo.

Estos son los retos del periodismo, según el CEO del New York Times

21 enero 2020 –

 Tomado de: Laboratorio de Periodismo –

La International News Media Association organizó días atrás un webinar cerrado en el que los socios pudieron preguntar al CEO del New York Times, Mark Thompson, cuáles son a su juicio los retos que debe encarar la industria de los medios en general y los periodistas en particular para salir de la crisis.

Estas son, según Mark Thompson, algunas de las claves que todo medio de comunicación y todo periodista debería tener en cuenta:

Claves en el crecimiento del New York Times

“Descubrimos hace unos cuatro o cinco años que debíamos ser, ante todo, un servicio de suscripción”. “Lo más importante fue vender nuestro contenido de calidad y aquello que puede hacer el periodismo de The Times. Deberíamos comenzar a pensar en nosotros mismos más como un servicio de suscripción de calidad, como un HBO o un Netflix”.

Para Thompson, lograr eso significaba que la empresa necesitaba invertir, ante todo, en periodismo. En ese sentido, The Times tiene cientos de periodistas más que hace unos años, unos 1.750 en total.

“Es muy inusual, en este momento de la historia, que los editores contraten periodistas en lugar de despedirlos”, dijo Thompson. “Pero en realidad, pensamos que era algo bueno. Vamos a ser diferentes a los demás. Vamos a construir nuestra fuerza mientras otros se debilitan, y eso nos ayudará a encontrar una audiencia “.

Agregó que el equipo de The Times cree firmemente que hay muchas personas que se preocupan profundamente por lo que está sucediendo en el mundo y que pagarán por el acceso al mejor periodismo que lo cubra.

Tendencias en cuanto a suscripciones digitales

Thompson explicó en cuanto a las tendencias en suscripciones digitales que cuando The Times lanzó su modelo de pago digital en 2011, la mayor parte de la gente no tenía grandes esperanzas de éxito. Pensaron que podría haber un par de cientos de miles de suscriptores digitales potenciales. Todavía estaban enfocados en el negocio de la impresión, tratando de detener su declive, en lugar de enfocarse y hacer crecer el negocio digital.

“Ahora, tenemos una visión muy diferente”, sostiene. “Tenemos muchas plataformas: la impresión es una de nuestras plataformas. Nos encanta nuestro producto impreso, vamos a imprimir durante otros 15 años o más, pero no hay crecimiento allí. Con el tiempo, el número de suscriptores disminuirá, los anunciantes disminuirán y, en última instancia, la economía de esa plataforma fracasará. Esa es nuestra opinión. El viejo barco se hundirá al final”.

La tarea, por lo tanto, se convirtió en hacer crecer un negocio digital que sea lo suficientemente grande como para cubrir todos los costes de la empresa y generar ganancias para sus accionistas. Para hacer eso, la compañía necesita muchos más suscriptores digitales que suscriptores impresos porque se gana menos dinero con las suscripciones digitales.

“Necesitas escala real. Lo que buscamos, quizás más que cualquier otro periódico del mundo, es una escala real. Lo realmente alentador de los resultados que anunciamos ayer es que nuestro modelo se está acelerando actualmente. Hemos sumado un millón de suscriptores digitales más en un solo año “. El periódico se ha fijado la meta de llegar a 10 millones de suscriptores para 2025.

El cambio cultural que se necesita

Además de la escala, el otro gran desafío es el aspecto del cambio cultural , dijo.

“Hemos estado en el infierno y regresamos con un cambio cultural en The New York Times. Es un cambio inmenso. Es un negocio muy diferente. Necesitas diferentes habilidades. Se necesita un enfoque diferente sobre la toma de decisiones. No se puede hacer de la manera clásica, de arriba hacia abajo. Estás haciendo la transición de un negocio de alto margen a un negocio de margen relativamente bajo”.

El error de asumir que conocemos el futuro

“Creo que a menudo todos somos culpables de asumir que conocemos el futuro”, compartió Thompson con los miembros de INMA. “Hubo un tiempo en que los editores pensaban que había un gran negocio con la publicidad digital y eso los salvaría.

Recientemente hubo un momento en que la gente pensaba que las plataformas principales se volverían tan poderosas que los editores quedarían excluidos del mercado”.

Sin embargo, ese equilibrio de poder está retrocediendo ligeramente a favor de los editores, agregó. Google y Facebook son más vulnerables y comienzan a hacer algunos movimientos positivos hacia los editores.

“Soy periodista”, dijo. “La mayoría de la gente odia estas disrupciones, estos cambios desgarradores, pero estoy fascinado por ellos. No sabemos dónde termina la historia. No sabemos cómo se verá el mundo “.

La relación de los medios con las plataformas

Hubo un momento en que las plataformas dijeron que estaban haciendo un favor a los editores al distribuir sus marcas, titulares e incluso contenido a nuevas audiencias globales, dijo Thompson, y esto era cierto, en cierto sentido. El complicado mundo de la distribución se hizo más simple a través de las plataformas.

“Podrías hacer una noticia y llevarla a todo el mundo. Así que había una ligera sensación de que las plataformas le estaban haciendo un favor a los editores. Creo que ahora, si tienes una marca de noticias de calidad, estás ayudando a una plataforma si estás permitiendo que tu marca de noticias se asocie con esa plataforma. Estás ayudando a Google o Facebook o Twitter con tu presencia, y eso debe reflejarse en la relación”.

“Nos vemos renegociando nuestra relación con las grandes plataformas y pidiendo valor a cambio de usar nuestro valioso contenido. Queremos que las personas puedan aprender sobre nuestro periodismo, tal vez incluso probarlo, pero si van a tener una experiencia completa de nuestro periodismo, queremos que lo hagan en nuestra plataforma. Queremos que las plataformas ayuden a pagar el periodismo del que obtienen los beneficios ”.

El desafío para los medios de comunicación

El desafío para los medios de comunicación, planteó, es estar a la altura de las circunstancias: “Este es un gran momento en la historia, y lo más importante es que tenemos que apoyarnos en eso y entender bien esas historias. Creo que en términos de vender suscripciones y vender publicidad, este es potencialmente un año muy importante”. 

Reiteró que los medios tradicionales están lejos de estar muertos. Las grandes marcas de noticias siguen siendo poderosas, y Thompson no cree que desaparezcan.

Relató un ejemplo personal de la historia de Nixon y el Watergate, que es lo que lo llevó a meterse en el periodismo. Fueron The New York Times y The Washington Post “luchando” por la cobertura de esa historia. 

“Eso no ha cambiado. Medio siglo después, los nombres no han cambiado. Los medios tradicionales, que no hace mucho tiempo eran un insulto, ahora son una ventaja colosal. Tener una marca, una cabecera, que las personas asocian con confianza, confiabilidad y consistencia, es una ventaja inmensa ”.

El impacto de los muros de pago en los ingresos publicitarios

“Para nosotros ha sido esencialmente neutral. Les damos a los usuarios registrados solo unos pocos artículos cada mes antes de que tengan que pagar. Esto no ha afectado nuestro número de usuarios únicos de ninguna manera. No puedo ver ningún impacto significativo a la baja en esto en nuestra publicidad “.

Agregó que los muros de pago solían ser una idea de “o uno u otro”, ya sea que tendría que sacrificar los ingresos por publicidad o los ingresos por suscripción. Sin embargo, eso ha resultado no ser cierto.

Equilibrio entre el instinto periodístico y las estadísticas y los datos

“Creo que depende de la organización de los medios. Nuestra tradición es muy sólidamente humana. Sabemos que cuando hablamos con nuestros usuarios y suscriptores, cuando comienzas a hablar de personalización, se ponen muy nerviosos. Quieren que los editores humanos les muestren las historias. Estamos muy comprometidos con la idea del juicio humano en el periodismo “.

Competir contra los periódicos gratuitos

Esta es un área difícil, dijo Thompson. “Si tienes una reputación de hacer buen periodismo y eras una marca de confianza, lo cual debes construirlo con un periodismo distintivo, creo que cualquier cosa que hagas obtendrá ese aura. Creo que el camino para un periódico que solo tiene noticias breves y genéricas es muy limitado, porque esas cosas están disponibles de forma gratuita en Internet “.

LOS CORRESPONSALES DE LA RADIO

21 enero 2020 –

Por: Orlando Cadavid Correa –

En la mejor época de 6 a.m. – 9 a.m., Yamid Amat tuvo en Caracol una nómina de corresponsales internacionales de respeto, encabezada por William Restrepo, en Nueva York; Pedro Clavijo, en Moscú, y Álvaro Galindo, en Roma. El primero nos dio sopa y seco a todos con la cobertura del gigantesco apagón que sumió en tinieblas a la Gran Manzana estadounidense.

La red nuestra, en RCN, no se quedaba atrás. La capitaneaban Antonio José Caballero, en Madrid; Hugo Alberto Muncker, en Colonia, Alemania, y Orlando López, en Nueva York, quien al mudarse a Miami fue sustituido por Alonso Parra en la Capital del mundo.

Tras sus maratónicas jornadas en Roma, como enviado especial, donde cubrió magistralmente la muerte del papa Pablo VI; la elección de Juan Pablo I y su deceso repentino, a un mes de haber sido ungido, y el escogimiento del papa polaco Juan Pablo II, repatriamos a Antonio José a la base central de la ”Torre Sonora”, en Bogotá.

A Caballero lo sustituyó en la corresponsalía, en España, el periodista boyacense Carlos Peñaloza. El cargo lo estrenó mucho antes de sus dos coterráneos la notable periodista bogotana Gloria Elena Rey. A ella le correspondió cubrir la dilatada enfermedad y el deceso del dictador Francisco Franco, y el retorno de la monarquía española al poder, en cabeza de don Juan Carlos de Borbón, quien en sus años mozos quiso arrastrarle el ala a la bella Luz Marina Zuluaga, pero no le alcanzó la cuerda para su requiebro.

Otros corresponsales de la cadena de las tres consonantes: en Italia, Óscar Alarcón Núñez, que alternó su especialización en Derecho Romano con el cubrimiento del secuestro y posterior asesinato de don Aldo Moro, el líder de la Democracia Cristiana, a manos de las temibles ”Brigadas Rojas”.

Eucario Bermúdez fue corresponsal, desde Manizales, del programa “Clave” (Cadena Latinoamericana de voces en el  éter, de la VOA, Voz de los Estados Unidos de América). Su conductor (el maestrísimo Llopis de Olivares) disfrutaba tanto con sus notas que en cada cambio lo llamaba “nuestro flamante corresponsal” en Colombia. Años después, al liar bártulos hacia Miami, Florida, ‘Don Eu’ asumiría la corresponsalía de Caracol en  la Capital del Sol.

Otros corresponsales: Rafael Manzano en España; Andrés Salcedo, desde  Alemania; Óscar Domínguez, que en Bogotá atendía sendas corresponsalías para emisoras alemanas y francesas; Félix de Bedout, de La W, de Julio Sánchez Cristo; Luis Gaitán y su esposa Doris Castañeda, quienes desde París se autodenominaban “La pareja feliz”;  Alejandro Oramas, en Nueva York; Álvaro Mutis, en Madrid; Néstor Pongutá, en Roma; Jorge Cantú, en México;  Jaime Flórez, en Estados Unidos; Enrique Molano, en Miami, y  Carlos Ilián, en España. Un manojito de mujeres en las corresponsalías: Athala Morris, en Buenos Aires y  Washington;  Elyangélica González, en  Venezuela; Celine Gesret, en Nueva York; Marcela Gutiérrez, en París; Catalina Gómez, en Washington; Yaridis Adrián, en
Caracas;  Gabriela González, en Miami, y  Stephanie Carrillo, en la capital española.

La apostilla: Una madrugada nos  levantamos con ganas de tratar de ofrecerle una corresponsalía radial al “Gorila” Iáder Giraldo, en Sofía, Bulgaria, donde oficiaba como encargado de negocios en la embajada de Colombia. Sin salir de la sorpresa, el sin tocayo nos dijo a través de Telecom: “Hermano, aquí hasta los periodistas locales se mueren de hambre,  noticiosamente  hablando… Nunca pasa nada… Te lo agradezco, pero no”.

«No puede amordazar a la prensa», juez a Néstor Humberto Martínez por tutela en caso chuzadas

21 enero 2020 –

Tomado de: Revista Semana-

Un juez de Bogotá negó la tutela con la que el exfiscal general pretendía que la columnista de SEMANA María Jimena Duzán rectificara tres publicaciones. Estas hacen referencia a las declaraciones de dos exfuncionarios de la Fiscalía capturados por interceptaciones ilegales. «Quedamos a merced de los delincuentes», insistió Martínez.

Luis Carlos Gómez Góngora y Fabio Martínez Lugo firmaron una confesión que causó gran revuelo. Ambos exfuncionarios del búnker, que buscan un cupo en la Jurisdicción Especial de Paz, aseguraron haber chuzado ilegalmente desde las salas interceptación de la Fiscalía contando con «el pleno respaldo y conocimiento» del fiscal general, Néstor Humberto Martínez.

Las declaraciones fueron reveladas por la columnista de SEMANA María Jimena Duzán a través de tres publicaciones del tema, todas difundidas por este medio de comunicación. En los informes periodísticos, Duzán lanzó duros cuestionamientos a la actuación de Martínez, quien a su vez respondió acusando a la periodista de crear una «obsesiva empresa de infundios en su contra».

El 19 de diciembre, Martínez Neira reclamó una rectificación por parte de la periodista por cinco de sus afirmaciones. Una de estas, relacionada a que uno de los blancos de las interceptaciones ilegales de Martínez fue el abogado Álex Vernot, actualmente preso supuestamente por intentar desviar a uno de los testigos estrella del caso Hyundai.

Martínez también alegó que no es cierto que haya interceptaciones ilegales hechas desde el Sistema Esperanza que no puedan rastrearse. Y señaló que pese a que el actual fiscal encargado Fabio Espitia y el vicefiscal Jaime Camacho desmintieron que políticos y negociadores de paz fueran chuzados por la Fiscalía, la periodista Duzán se empeñó en dar por ciertos tales hechos y sin fórmula de juicio señalarlo a él y a otros altos funcionarios de la Fiscalía como conocedores de tales actos ilegales.

En menos de 24 horas, la periodista publicó su respuesta. A través de un escrito titulado «Mis opiniones no son rectificables», aseguró que se limitó a comentar y a opinar acerca de las graves acusaciones que exfuncionarios de su Fiscalía han lanzado en contra suya. «Ninguna de mis opiniones recoge una información que haya suministrado la suscrita, sino mis criterios sobre lo que afirman quienes fueron sus subalternos. (…) Ni sus amenazas ni sus destempladas ofensas me intimidan», aseveró.

La respuesta de la columnista fue usada por Martínez para elevar una acción de tutela ante el juez 29 de Ejecución de Penas Hugo Fernando Matallana Gaviria. Para el exfiscal, las publicaciones violaban sus derechos fundamentales a la honra y buen nombre.

El juez acaba de emitir una dura respuesta al exfiscal Martínez y negó todas sus pretensiones. A pesar de que la decisión asegura que la periodista fue notificada del trámite, no hubo ninguna contestación adicional. Por lo que varias de las valoraciones del juez se basaron en las publicaciones divulgadas a través de SEMANA.

El funcionario judicial, señaló en primer lugar que las acusaciones por interceptaciones ilegales a diferentes personajes de la vida pública desde la Fiscalía no fueron una «invención de Duzán», sino de los dos exfuncionarios que están ofreciendo su colaboración a la JEP. Así las cosas, lo que hace la periodista es informar al respecto y a expresar su opinión sobre tales hechos y acusaciones dentro del marco de la libertad de información y de expresión. En este contexto, señala que no se puede afirmar –por lo menos no en el escenario de la tutela– que con tal comportamiento vulneró los derechos fundamentales a la honra y el buen nombre de Néstor Humberto Martínez.

El juez señala que Martínez le está atribuyendo a la periodista los señalamientos que ella reproduce de una versión entregada originalmente por Gómez Góngora y Martínez Lugo. Y esta controversia deberá ventilarse ante un juez penal competente y no ante un juez de tutela. «Será allí donde se establecerá, previo el trámite de un juicio oral, público y rodeado de todas las garantías, la veracidad o apocrifidad de dichos señalamientos», precisó.

Martínez también pretendió que Duzán rectifique la afirmación respecto a que la auditoría realizada al Sistema de Interceptación Esperanza de la Fiscalía no fue ordenada por Néstor Humberto Martínez sino que fue producto de una petición de las autoridades británicas y estadounidenses. No obstante, el juez considera que esta afirmación de la periodista no afecta la realidad ya que la realización de esta investigación interna es un hecho verídico que se adelantó siendo Martínez el máximo jefe de la entidad. Y las evidencias para despejar las dudas frente a quién dio la orden de realizar la auditoría deben ser debatidas en un escenario judicial.

El juez cuestiona la actuación de Martínez al señalar que no resulta procedente «pretender amordazar a la prensa e impedir que se informe la existencia de los mismos». «Tampoco resulta jurídico y constitucional dentro del Estado Social de Derecho, donde la democracia como valor fundante consagra y defiende el derecho a la libertad de expresión, de información en su doble connotación como lo expresara nuestro alto tribunal constitucional».

Al conocer la decisión del juez, Martínez dirigió una carta al despacho judicial. «Mucho lamento que en su providencia se acepte el criterio de que un servidor de la justicia pueda ser calumniado por unos delincuentes y que la prensa pueda recoger su dicho y divulgarlo con saña, sin dar cabida a la rectificación», cuestionó.

En el documento, Martínez asegura que si Duzán hubiera «constatado y confirmado» la información entregada por los dos exfuncionarios, habría concluido que no eran ciertos los «infundios promovidos por personas que están en la cárcel». Así lo afirma al considerar que la información oficial entregada por Espitia y por Camacho días después de la publicación son suficientes para concluir que personas como Humberto de la Calle o Iván Cepeda no fueron chuzadas desde la Fiscalía, como lo afirman Gómez Góngora y Martínez Lugo. «Quedamos todos, pues, a merced de los delincuentes», insiste.

La providencia del juzgado hace énfasis en este punto al señalar que la vía de la tutela no es la adecuada para controvertir la versión de los exfiscales y que para ello existe la vía penal. Así las cosas, Martínez manifiesta que se abstendrá de impugnar la decisión y acepta que existe la vía penal para dirimir la controversia que mantiene con la periodista.

Es la segunda vez que la periodista gana en los estrados judiciales un caso judicial relacionado con el exfiscal Martínez. En el pasado, una acción de tutela interpuesta por el fiscal Daniel Hernández buscaba que se desdijera de una columna de opinión en donde aseguraba que existió un «Pacto de Silencio» para que a través de las investigaciones de la Fiscalía no se tocara a los peces gordos del caso Odebrecht. Aunque la periodista en su escrito solo cuestionó el papel de Martínez, el fiscal subalterno del caso Odebrecht elevó una acción judicial al considerar vulnerados su derecho a la honra y buen nombre, pretensión que también fue negada por un juez.

El alto costo para los periodistas de Semana por destapar escándalos

21 enero 2020 –

Por: Vanesa Peralta.

El Espectador recogió una serie de denuncias de los periodistas de la Revista Semana a raíz de las investigaciones adelantadas en el país.

Muchos periodistas han sido amenazados en medio de su labor investigativa y periodística, sin embargo, en los últimos meses varios comunicadores de la Revista Semana que han liderado importantes investigaciones y por las cuales varios generales han sido procesados o destituidos, han denunciado graves hechos que atentan contra su vida y la de sus familiares.

El domingo pasado 12 de enero, cuando la Revista Semana publicó un trabajo titulado “Chuzadas sin cuartel”, que destapó unas posibles interceptaciones ilegales hechas por el Ejército, en el mismo artículo llamó la atención un aparte bautizado “La persecución a Semana”.

En esos apartes, Semana explicaba que las amenazas habían aumentado con envío de lápidas funerarias. “A esto se sumó una campaña de espionaje y seguimientos. Un coronel de ciberinteligencia me ofreció 50 millones de pesos para introducir un malware (virus) en los computadores de periodistas de Semana y así poder acceder a la información”, confirmó la revista.

El diario El Espectador dialogó con el equipo de periodistas que realizó la investigación, liderado por un experimentado periodista que se enteró que dos sicarios de Boyacá fueron contratados para matarlo.

“En esa vuelta, la gente del CTI detectó que había involucrados dos oficiales del Ejército retirados y uno activo. El CTI en realidad lo descubrió por accidente, en una investigación por otra cosa. Ellos no sabían nada del contexto en el que estábamos; les explicamos. Hasta ahí fue solo una tentativa, el plan no terminó cuajando, los sicarios no aceptaron. Pero los del CTI nos dijeron: ‘Acá tuvimos la suerte de enterarnos, pero puede ser que le ofrezcan el trabajo a alguien más. Paren bolas, cambien rutinas, este es un tema serio”, contó el periodista.

La revista tuvo acceso a fotografías y videos que sustentan su nueva denuncia y corroboró que algunos de sus integrantes desplegaron una operación no solo para intimidar y tratar de impedir que las investigaciones salieran a la luz, sino para tratar de dar con las fuentes que decidieron denunciar las irregularidades.

Incluso, denunciaron que una camioneta Toyota de color negro se parqueó durante varias semanas frente a las instalaciones de la revista con un equipo táctico en su interior que “intercepta la señal de los celulares” con el fin de vigilar las labores de reportería de los periodistas.

 “La única protección es Dios”, dijo el amenazado periodista a El Espectador, al tiempo que confirmó que, pese a tener esquemas de seguridad renunció a ellos, porque entorpecían sus labores de investigación.

“En la Fiscalía no pasa nada con las denuncias contra militares y creo que ellos saben que gozan de cierta impunidad, por eso no confiamos en esa institución”, concluyó.

Fuente

Sistema Integrado Digital

Segundo condenado por el homicidio de la periodista Flor Alba Núñez

21 enero 2020 –

Foto: Archivo particular –

 Tomado de: El Espectador.

Jahumeth Flórez, alias Chori, fue el coautor del crimen en contra de la comunicadora social. Este fue el encargado de conducir la moto en la que iba el hombre que le disparó a la mujer, el 10 de septiembre de 2015.

La justicia condenó a Jahumeth Flórez, alias Chori, por el asesinato de la periodista Flor Alba Núñez, crimen cometido el 10 de septiembre de 2015. Según pudo comprobar la Fiscalía, este hombre fue el encargado de trasportar en una moto a Juan Camilo Ortiz, conocido como El Loco y quien disparó en múltiples ocasiones en contra de la comunicadora huilense. Sin embargo, todavía no se conoce el monto de la condena.

Las autoridades determinaron que Chori conducía la motocicleta que se acercó a la periodista, en la mañana del 10 de septiembre de 2015, acompañado de un parrillero, Juan Camilo Ortiz, también conocido como Camilo o Bebé. Por esta razón, fue encontrado responsable como coautor del homicidio.

Se trata de la segunda condena por el homicidio de Núñez. La primera se dio en 2017, cuando la justicia sentenció a 47 años de prisión a Juan Camilo Ortiz. Este fue capturado 15 días después del asesinato de la comunicadora, por los delitos de homicidio agravado y fabricación, tráfico, porte y tenencia ilegal de arma de fuego. Tras un breve juicio, la justicia lo encontró culpable de haber disparado en contra de la periodista.

Curiosamente, este mismo lunes, el Tribunal Superior de Neiva confirmó la condena en contra de Ortiz. De esta forma, tendrá que pagar los 47 años de prisión por los que fue condenado. Antes de ser vinculado al crimen de Núñez, El Loco había sido mencionado como posible autor del atentado en contra de la veterinaria Juliette Henao, en Pitalito (Huila).

En esa ocasión, la Fiscalía acusó a Ortiz de ser uno de los sicarios que le había disparado en cinco ocasiones a la veterinaria. Flor Alba Núñez hizo el seguimiento periodístico al atentado, conoció detalles del proceso y los hizo públicos. Cuando se enteró que un juez le había dado casa por cárcel al Loco, cuestionó la medida de la justicia y recordó, de nuevo, las pruebas en su contra y advirtió el peligro que representaba el acusado.

El homicidio en contra de Núñez ocurrió el 10 de septiembre de 2015, a la entrada de la emisora La Preferida en Pitalito (Huila). La mujer estaba entrando a su lugar de trabajo cuando recibió dos disparos en la espalda. El impacto de las balas tumbó a la periodista y directora de la emisora al piso y perdió la vida. Su muerte fue calificada pronto como un atentado contra la libertad de prensa. Medios y organizaciones de todo el país se solidarizaron con la comunicadora que se había dedicado a romper el silencio que ha ocultado crímenes de bandas criminales en ese municipio del Huila.

De acuerdo con la hipótesis que manejó el ente investigador, el asesinato se planeó después de que Flor Alba Núñez hiciera varias publicaciones en Facebook en las que, precisamente, relató los avances del caso de la veterinaria y la captura de Ortiz. Este crimen habría sido planeado por Ortiz y Flórez. Sin embargo, por las múltiples denuncias que realizó la comunicadora en contra de la clase política de Pitalito, se llegó a pensar que los motivos se inclinaban más hacia estos temas.

Flor Alba Núñez y Miguel Rico, por ese entonces candidato a la alcaldía de Pitalito y miembro del Partido de la U, tuvieron varios roces por varias publicaciones que hizo la periodista en las que cuestionó los títulos universitarios del que fue alcalde de Pitalito entre 2016 y 2019. Rico también fue mencionado como posible determinador del homicidio del expersonero Gerardo Ochoa.

ESTADOS UNIDOS | RSF pide al Senado que revoque las restricciones a los periodistas que cubren el ‘impeachment’

21 enero 2020 –

Foto: Pixabay –

Tomado de: RSF.

Reporteros Sin Fronteras (RSF) condena fuertemente las restricciones que el Sargento de Armas del Senado  estadounidense y el Comité de Reglas y Administración del Senado están imponiendo a los reporteros del Capitolio durante el ‘impeachment’ (juicio político) contra el presidente Donald Trump. RSF pide al líder de la mayoría del Senado de EEUU que revoque estas reglas inmediatamente.

Los periodistas que cubren el impeachment (proceso de destitución) del presidente Trump en el Senado, que comenzó el 16 de enero, se enfrentan a nuevas «medidas de seguridad» en forma de restricciones inusuales para los reporteros en el Capitolio. La extensión total de estas medidas se desconoce, ya que el Sargento de Armas del Senado y el Comité de Reglas y Administración de la institución no han proporcionado un documento formal que las describa.

Sin embargo, hay una prohibición para los periodistas de caminar por los pasillos del Congreso para hacer preguntas a los senadores. Otra norma impide que los reporteros traigan dispositivos electrónicos a la Cámara del Senado, lo que los obliga a tomar notas a mano. Las nuevas medidas requieren que los periodistas pasen por un control de seguridad dentro del Senado y han puesto cordones de seguridad para que no puedan acceder a los senadores como lo hacían normalmente.

«Mientras no cambie estas nuevas reglas arbitrarias, el líder de la mayoría del Senado, Mitch McConnell, está violando los derechos de la Primera Enmienda, en un momento importante en la historia de los Estados Unidos: el impeachment del presidente.», señala Dokhi Fassihian, directora ejecutiva de RSF en EEUU. «Al evitar que la prensa haga preguntas en nombre del pueblo estadounidense durante este juicio, el Senado escapa al escrutinio público y socava los cimientos de nuestra democracia».

El Comité Permanente de Corresponsales, una organización que representa y acredita a los reporteros destinados en el Capitolio, envió una carta a los líderes del Senado el 14 de enero en protesta por las reglas. Y el 16 de enero, RSF se unió a otros 57 medios de comunicación y organizaciones de periodismo para enviar una carta al Senado oponiéndose a las restricciones.