Gabriel Cantor Zabala: “El CPB es un baluarte de la Libertad de Prensa en Colombia
Por Guillermo Romero Salamanca
Durante más de 40 años, Gabriel Cantor Zabala dedicó extensas horas de vida a la cátedra universitaria: dictó, entre otras materias, Redacción I, II, III, Teoría de la comunicación, Opinión Pública, Manejo de los géneros periodísticos, Análisis de la noticia, Manejo de la entrevista, Pensamiento contemporáneo de las comunicaciones y otro sinnúmero de temas. Sin embargo, entre sus centenares de alumnos sólo quedó una grata enseñanza: ser buenas personas.
El periodista, escritor y poeta polaco Rysard Kapuscinski escribió en una oportunidad que para ser buen periodista hay que ser buena persona. La diferencia con Gabriel Cantor Zabala es que nunca lo dijo, simplemente, lo practicó.
Además de periodista, profesor, analítico, Gabriel Cantor Zabala es un excelente ser humano y eso lo llevó a profundizar sobre el tema del periodismo. Llegó a esta profesión con un interés: estar informado de los sucesos que ocurrían, pero comprendió que debía y podía llevar la información a los demás de una manera correcta y siempre con la verdad. “Es que los periodistas debemos informar, pero también formar”, sentenció siempre en sus aulas donde se le recuerda por su impecable vestido y sus buzos con cuello de tortuga por el frío mañanero bogotano.
El clima lo sacó de Bogotá y lo trasladó a San Francisco, un tibio municipio de Cundinamarca, donde alejado del mundanal ruido capitalino, saca tiempo para sus caminatas, sus charlas en la emisora comunitaria y escuchar sus canciones de música colombiana y unos cuántos boleros.
En 1960, luego de varios años de ejercicio profesional, Gabriel Cantor Zabala ingresó como socio del Círculo de Periodistas de Bogotá.
“Mis compañeros de juramento fueron Ofelia Romero de Wills, matemática y física, reportera de El Espectador, El Tiempo, Cromos y la radio del momento, luchadora por el voto femenino y de los derechos y el poeta,escritor y periodista Belisario Betancur Cuartas”, recuerda el periodista, locutor, catedrático y ex presidente del CPB.
“El Círculo de Periodistas era una reunión de buenos amigos, una especie de club, con gentes muy distinguidas y por eso se originaron muchos comentarios por otros colegas que incluso determinaron fundar la Asociación Nacional de Periodistas y el Colegio Nacional de Periodistas, pero lo cierto es que el CPB nació con la premisa que debía defender la Libertad de Expresión y de Pensamiento y eso es lo que le sirvió y ha servido como bandera a lo largo de estos 80 años de ejercicio gremial”, dijo.
Cuenta que el 11 de febrero de 1945, una reunión de 30 periodistas que representaban a los cinco periódicos del momento: El Espectador, El Siglo, El Tiempo, La Razón y El Liberal, dio lugar a la primera asamblea. El nombre de Círculo lo dio don Eduardo Zalamea Borda. El primer presidente fue don Enrique Santos Castillo. El Primer vicepresidente fue Álvaro Gómez Hurtado, el Segundo Vicepresidente, José Salgar y el Fiscal Eduardo Zalamea Borda.
“El Círculo nació con periodistas de Bogotá. Nunca tuvo pretensiones nacionales. Lo más importante ha sido la ausencia total de carácter político. Han existido diferencias de carácter personal, pero nunca se han enfrentado por disputas políticas. Pero siempre el deseo de todas estas personas que se aglutinaron en este gremio fue por la defensa de la libertad de prensa y un deseo de aunar los esfuerzos comunes de las personas que aman esta profesión.
--¿Cómo fue su ingreso al periodismo?
--Siempre tuve el deseo de estar informado sobre el acontecer nacional e internacional, pero me interesó el tema de mantener informadas también a las personas pero con la rigurosidad de la verdad.
A Colombia fueron llegando los medios de comunicación: prensa, radio, televisión y revistas, pero necesitaban formar a los futuros periodistas. En un principio fueron los escritores, intelectuales o poetas como don Félix Raffán Gómez –secretario vitalicio del CPB—o personas como Belisario Betancur que buscaban que su interés literario se volcara hacia los medios informativos.
El periodismo es una necesidad de las personas. Todos desean mantenerse y mantener a los demás informados. Inicié mi carrera en El Espectador en 1955. Cada quien tenía en ese entonces una especie de padrino, en mi caso fue don Mike Forero Nougués, con quien laboré hasta cuando Gustavo Rojas Pinilla cerró el periódico. Pasé entonces a El Tiempo donde laboré un tiempo corto en la sección deportiva y luego me trasladé a La República para trabajar con temas deportivos. Luego pasé a Departamentales, después fui jefe de armada hasta llegar a la jefatura de redacción, allí hice toda la carrera. Pasé del sistema en caliente como se llamaba en esa época por las planchas de plomo hasta el sistema en frío del offset. Crucé también de un periodismo informativo diario a uno de carácter económico.
--¿Cómo fueron esos años de periodismo?
--Por fortuna siempre habrá noticias. En esos años los medios eran escasos. La radio comandó por muchos años, por su inmediatez. Además la geografía del país dificulta la llegada oportuna de los periódicos a las regiones, entonces la radio llevó la delantera, pero luego, se volteó la situación.
--Hubo necesidad también de formar a los futuros profesionales de la comunicación…
--Desde luego. La primera facultad que existió fue la de la Universidad Javeriana. Allí surgió, Julio Nieto Bernal, un narrador de carreras hípicas, que se destacó en los medios y llegó a ser director de Coldeportes .
Al principio hubo un choque entre los llamados empíricos y los de escuela. El empírico no tenía el bagaje estructural del formado en la cátedra, pero poseía la habilidad profesional. Entonces, con el tiempo, se fueron sumando y cohabitando . Hoy en día el periodismo está en manos femeninas, lo que me parece muy bien porque han demostrado su capacidad para estar en el terreno.
--¿Cuál es su opinión de los influencers?
--Hoy hay que ver el periodismo desde dos puntos de vista. Uno humano y el otro técnico. En estos momentos estamos sometidos a un periodismo electrónico, que no tiene, por parte de quienes lo ejercen, la suficiente calidad humana, pero sí un interés de publicar. Estamos sometidos a ese tipo de información que viene por los medios electrónicos. Eso no ha sido provechoso, en muchas oportunidades, porque ahora mismo no hay manera de distinguir la noticia realmente veraz de la falsa, inclusive con la ayuda de la inteligencia artificial.
Ahora vemos cómo con figuras y voces idénticas se pueden alterar verdades.
--¿Qué ha representado el Círculo de Periodistas de Bogotá (CPB) para el periodismo colombiano?
--El CPB es un baluarte de la libertad de prensa. El CPB aglutina a gentes que han actuado dentro del campo literario y el campo periodístico. Ha sido un guardián de la verdad. El CPB ha sido una institución, que por su misma longevidad, garantiza seriedad al estar conformado por personas con verdadero profesionalismo.
--En estos años de tarea periodística, ¿Qué invento le ha parecido télex, fax, celular, internet le ha parecido que ha ganado?
--Ha sido un escalonamiento que nos ha llevado indudablemente a aceptar, ahora, que las redes sociales son el tema del día, pero considero que la televisión lleva la primacía porque la palabra acompañada de la imagen le da la seriedad y un matiz de verdad a lo que se afirma.
--¿Cómo llegó a la cátedra?
--El anhelo de formar nuevos periodistas y de contar mis experiencias. El hecho de que el empírico hubiera sobrevivido tanto tiempo en el manejo de los medios hasta encontrarse con los muchachos de las escuelas de formación abrió una esperanza y un horizonte para que quienes estaban en la escuela pudiesen asimilar parte de la experiencia. En donde un joven pueda preguntarse cómo hacer una entrevista o una crónica y entonces la voz de la experiencia le dice que lo primordial es conocer al entrevistado, en detalle y crear una imagen clara de él, eso resulta clave Esas cosas, por ejemplo, se le enseñan al estudiante, y como ya tiene el bagaje puede hacer su trabajo.
--¿Puede calcular cuántos alumnos tuvo?
--No, fueron cientos. Muchas veces, ellos son los que se acuerdan de mí cuando me encuentran y lo hacen con cariño y saben que uno ayudó, que les dio el fundamento para que hicieran su carrera. Laboré en la Fundación Los Libertadores, donde terminé como decano, en la Universidad de La Sabana, el Inpahu, América y Externado de Colombia.
--¿Luego de tantos estudios, el filósofo canadiense Marshall McLuhan, sigue siendo la guía para las comunicaciones?
--Hay gente que pelea con él, yo nunca. Lo considero un gran aliado, piensan que sus conceptos están revaluados, ahora el término de moda es comunicología y así tratan de deslumbrar a los muchachos en algunas escuelas. Pero todo depende de las circunstancias, del material, de la información que quieran dar y quieran manejar.
A McLuhan lo considero como el gran filósofo que es porque trata directamente la relación entre la fuente y el receptor y esto es muy importante porque cuando uno conoce a quien va a llegar el mensaje, entonces será más acertado, más veraz y más útil.
--¿Cómo fue su paso como presidente del CPB?
--Fui presidente por una situación especial. En ese año fue elegida Daisy Cañón, como presidente y yo como vicepresidente. A ella el Presidente de la República la nombró como jefe de prensa en el Palacio de Nariño. Entonces asumí el nuevo cargo y estuve al lado de grandes periodistas como Alfonso Murillo, entre otros.
--¿Qué debe hacer ahora el CPB luego de cumplir sus 80 años de existencia?
--Una mira sería el Centenario para llegar a solidificar esa estructura que ha representado tanto dentro del periodismo colombiano y contar con el respaldo de las autoridades nacionales y departamentales.
Adquirir una sede propia que tenga una facilidad para reunir a la gente, un auditorio para conferencias, donde los socios puedan contar sus experiencias y llegar a las nuevas generaciones.
--¿Gracias a su trayectoria a quién considera que ha sido un buen colombiano?
--Son muchísimos. Los hay en diferentes disciplinas, científicos, en el plano gubernamental, educativo, deportivo, filosófico y el escenario en el periodismo es grande.
--¿Cuáles son sus grandes ejemplos en el periodismo colombiano?
--De la época mía, por su estilo y seriedad, Alfonso Castillo Gómez, quien fue una persona muy meritoria. Desde luego que Gabriel García Márquez quien llenó un espacio periodístico y literario. No hay que dejar por fuera a grandes mujeres como Maruja Vieira, Gloria Pachón de Galán, Flor Romero, Emilia Pardo Umaña y tantos otros que sería injusto no mencionarlos.
--¿Las mujeres dominarán el periodismo?
--Desde luego que sí. Será excelente.