Circulo de Periodistas de Bogota

Archivos febrero 2025

En el homenaje del CPB a doña Lucy Nieto de Samper: La periodista de ágil escritura

En el homenaje del CPB a doña Lucy Nieto de Samper: La periodista de ágil escritura

Doña Lucy Nieto de Samper con el reconocimiento del CPB

Por Guillermo Romero Salamanca – Comunicaciones CPB


Con la sonrisa que le ha caracterizado toda la vida, el brillo de sus ojos y la firmeza de sus manos, recibió en su casa la distinción que le hizo el Círculo de Periodistas de Bogotá (CPB) y que muy claro decía: “En honor de Lucy Nieto de Samper”, una obra diseñada por la artista Angélica Cuadros Jiménez.


Este reconocimiento es para exaltar la grandeza de doña Lucy Nieto de Samper quien, a lo extenso de su vida, dio ejemplo de ética, profesionalismo, libertad de expresión, redacción, liderazgo y es considerada como una decana del Periodismo. Una mujer de entereza. Luchó, entre otros grandes logros, para que las mujeres pudieran votar, defendió la democracia, quiso al país como pocos, reivindicó la libertad tanto de prensa como de expresión, fue una trabajadora incansable y escribió su columna quincenal durante varias décadas en El Tiempo.


Con una hoja de vida digna de enmarcar. Fue, entre otras, jefe de prensa de Palacio de Nariño durante los gobiernos de Alfonso López Michelsen y Virgilio Barco y como dato para exaltar, nunca utilizó el carro oficial que le asignaron y prefirió utilizar su Volkswagen, porque no le parecía justo hacer sus vueltas personales con gastos al Estado.


Siempre fue muy independiente, de pensamiento liberal. Al fallecer su esposo, luego de padecer cáncer, ella levantó su hogar con cinco hijos. No se amilanó y aceptó la invitación de Jaime Restrepo para que escribiera en Cromos y allí redactó notas sociales, hizo su primera entrevistas, muy famosa como la que le hizo a Gonzalo Arango, fundador del nadaísmo, comentó el periodista y expresidente del CPB, William Giraldo.

Ernesto, en nombre de doña Lucy recibe el reconocimiento de manos de Clara López, Fiscal del CPB

De esa entrevista, muy oportuna y que dio tanto para hablar en los círculos sociales no sólo de Bogotá sino de Medellín y Cali, la periodista le preguntó:


--¿De no haber fundado el nadaísmo, ¿qué habría hecho con su vida?


--Supongo que lo peor, como casarme, o haberme suicidado. Todo parecía indicar que iba a ser abogado, pero afortunadamente cierta inclinación a torcerlo todo me desvió del Derecho.


De una pluma ágil, con excelente redacción y puntuación, doña Lucy Nieto creó un estilo periodístico. Sus opiniones fueron seguidas por miles de personas.


La llamaron a trabajar a El Tiempo, donde la conocían desde niña. Ella es hija de otro gran periodista Luis Eduardo Nieto Caballero y su mamá hizo parte del grupo Las Policarpas, famosas por su lucha constante contra la dictadura de Gustavo Rojas Pinilla.


Muy aguerrida en su juventud y estuvo, incluso, en varias revueltas en las calles. Recibió gases lacrimógenos y en una oportunidad la llevaron a una estación de policía por “revoltosa”.


En el ejercicio periodístico no descartó cualquier novedad para hacerla noticia. Muchos de sus colegas pasaron por el lado de un lotero, convertido en personaje por el apodo: “Tiro-fijo”.


Entonces cuando ella ingresó a El Tiempo, llamó al vendedor de la suerte que se ubicaba en la avenida Jiménez con Séptima, en pleno centro de Bogotá y lo entrevistó. En ese momento era imposible hablar con el guerrillero, las preguntas y respuestas con el homónimo originaron múltiples comentarios por la ironía con que magistralmente manejo el tema doña Lucy.


De esa entrevista allí nació su columna “Cosas que pasan”. En 1984 en un proceso de paz conoció al verdadero delincuente y ella le recordó la nota publicada.


El periodista Jaime Soto la llamó para que hiciera sus comentarios en el programa radial “Contrapunto”. Era un espacio de sólo varones y la voz de doña Lucy hizo contrapeso en la audiencia y sus palabras eran seguidas por centenares de mujeres.

Después participó en decenas de espacios en Caracol, RCN y Todelar. “Y ahora, el comentario de doña Lucy”, decían los periodistas o cortinas de las emisoras.


Don Fernando Agudelo –precursor de la televisión— la llamó para ser la primera jefa de prensa de una programadora. Allí organizó las hojas de vida de los actores y directores. Llamaba muy puntual a los periodistas que cubrían la fuente de espectáculos y luego de informar que ya había enviado un boletín, les decía: “Si necesitan más material, por favor me indican”.


Su liderazgo fue marcado por la autoridad clara de sus pensamientos. Formó parte del CPB para ser voz de sus colegas y conocer de primera mano las dificultades que tenían con las fuentes y aplaudió cuando abrieron escuelas de periodismo en Colombia.


El 18 de noviembre de 2022 escribió su última columna “Cosas que pasan” en El Tiempo: “Cuando uno está a un paso de colgar la lira, los numerosos episodios de la trayectoria personal se acumulan en la memoria. Es como si viera la película de mi existencia. Paso a paso voy recordando algunas de las innumerables experiencias: las muchas que me han servido para aprender y disfrutar y las que he tenido que padecer. Recordando unos de los pasos que he dado en este planeta durante mi prolongada trayectoria vital, tengo que reconocer el paso del tiempo, y como la lechera, llorar sobre la leche derramada”.


El CPB, al cumplir sus 80 años de existencia como gremio, quiso rendir un homenaje a la mujer que es considerada como la decana del periodismo colombiano.

En hora buena.

Doña Lucy con sus tres hijos: Ernesto, Nora y María Alvira
Gabriel Cantor Zabala            

Gabriel Cantor Zabala

Porque los honores no se declinan estoy esta noche ante ustedes para agradecer a nombre del grupo de colegas al que el Círculo de Periodistas de Bogotá ha decidido otorgarle un reconocimiento especial tanto por su excelencia en el oficio como a la persona que lo ejerció, a través de los años.  Al repasar la lista he encontrado los nombres de   quienes, al promediar la década de los 50 del,  siglo anterior,  me ayudaron y fueron mis tutores en el inicio de la profesión ,como don Guillermo Cano y don José Salgar, otros que cayeron  victimas de la violencia, unos más que me acompañaron en la tarea diaria y ya descansan en paz, de  los restantes, fui observador de sus exitosas trayectorias.                                                                               

Este acto no pudo sustraerme de que llegaran a mi mente recuerdos imborrables porque cerca o distante de ellos, transite por una ruta tan caliente y dura como el plomo materia prima de los inicios de nuestra faena. Fue así como los avances técnicos y tecnológicos nos llevaron del sistema tradicional al off - set, si hablamos de los medios escritos y otro tanto o más cuando hablamos de la radio, la televisión y ahora los medios electrónicos. Fui afortunado al poder transitar por cada uno de ellos, no solo desde el punto de vista informativo sino también educativo.

El periodismo como tal conlleva una misión informativa y formativa que exige de la presencia de valores que nos congregan  en torno de propósitos comunes,  porque la Nación no es una abstracción que esta lejos, si no que hace parte de nosotros, de nuestras familias de nuestro suelo y nuestra casa nuestro futuro y nuestra esperanza, por que la comunidad no es una amenaza sino el entorno en que nos hacemos grandes asumimos responsabilidades y aprendemos un nuevo liderazgo que construye y libera.

El ejercicio del periodismo representa una misión y un compromiso consigo mismo con el país con la sociedad que nos rodea.  Colombia y el mundo entero están rodeados de peligros hasta con amenazas de muerte, que hacen difícil su ejercicio, por que ese es el precio de la verdad. Por eso en la seguridad en defensa de la vida de los periodistas aun nos embarga la angustia. Es así como ante la tumba de los colegas caídos nos descubrimos reverentes, pero seguimos la marcha, porque consideramos que la ofrenda de sus vidas es suficiente acicate para seguir en busca de la paz que contribuimos a labrar con las persuasivas armas de nuestras voces y nuestros mensajes.

El CPB ha llevado siempre la vocería de quienes todos los días ejercen un oficio que en Colombia no solo implica dedicación e inteligencia, capacidad de asombro e independencia, sino también, no hay duda, heroísmo y desprendimiento.

A lo largo de sus 80 años de existencia ha sido faro y baluarte de la libertad de prensa. En distintos momentos de la vida Republicana ha alzado su voz en defensa de sus afiliados para reclamar equidad en el trato y respeto a sus opiniones. Por eso es una entidad tan solida y vigorosa y a la cual nos enorgullecemos de pertenecer.

En esta noche de los mejores, que anualmente   celebra el Circulo para premiar las publicaciones más destacadas, presentadas en los diferentes medios de comunicación y los trabajos de grado de los estudiantes mas meritorios, les enviamos nuestra sincera felicitación a los ganadores.                        

A los familiares, allegados y amigos de quienes comparten conmigo el simbólico recuerdo que por “misión cumplida” nos quiere otorgar esta noche el CPB, les pido que reciban un abrazo emocionado que cubra a quienes ya están en la eternidad y a quienes aún deambulamos en busca de la noticia perdida. No en vano junto con los maestros, los periodistas estamos investidos   de una misión que no termina sino el ultimo día de nuestras vidas.

MUCHAS GRACIAS.

Gabriel Cantor Zabala
Alfonso Morillo Ricaurte: Un verdadero apasionado por el periodismo  

Alfonso Morillo Ricaurte: Un verdadero apasionado por el periodismo

Alfonso Morillo

Por Guillermo Romero Salamanca- Comunicaciones CPB

 

El viernes 7 de febrero en la ceremonia de La Noche de Los Mejores del Círculo de Periodistas de Bogotá hubo la entrega de los Premios de Periodista y la apertura de los certámenes en homenaje a los 80 años del CPB.

Fue una fiesta total. A la sede de la Cámara de Comercio de Bogotá unas 600 personas llegaron con sus mejores galas y miles de personas siguieron la transmisión internacional por el Canal Capital.


Luego de entregar los premios de las once nominaciones, de las palabras de Carlos Fernando Galán, alcalde de Bogotá y de José María Bolaño, presidente del CPB, se rindió un homenaje a tres periodistas que figuraron en una placa conmemorativa de hace 60 años: Gloria Pachón de Galán, Gloria Valencia Diago y Gabriel Cantor Zabala.


Después llamaron a un grupo de colegas que se han distinguido en la profesión, que han luchado por la defensa y de la Libertad de Prensa y que han estado en la Junta Directiva del CPB. Cuando Luis Guillermo Troya mencionó el nombre de Alfonso Morillo Ricaurte, el excelso profesional de las comunicaciones, se levantó con una amplia sonrisa, recibió su trofeo y, aunque pesaba más de 4 kilos, lo mantuvo hasta la finalización del coctel. Estuvo radiante y mostró su mejor sonrisa. Era el resultado de su gran esfuerzo por tantos años en el periodismo.


UNA HISTORIA EJEMPLAR

Una tarde, los treinta estudiantes del último semestre de la Facultad de Comunicación Social callaron cuando su profesor, Alfonso Morillo Ricaurte les dijo en tono claro y enérgico: “Si ustedes pasan el examen, desde luego que recibirán el título, pero de este grupo sólo veo a tres futuros periodistas, porque son los únicos que se les nota la pasión por esta profesión”.


Guardaron silencio, pero en el fondo de sus conciencias sabían que su maestro, tenía la razón. Durante varios años de cátedra de Periodismo y Televisión, Alfonso Morillo les imprimió a sus alumnos, por medio de docenas de ejemplos, cómo se debía vivir el arte de buscar todos los días la verdad. Alfonso vive la vida con intensidad, romántica por excelencia, nostálgica por genética. Alguna vez quiso aprender a tocar guitarra, veía como sus paisanos, en Ipiales, eran unos maestros en el tema del punteo. Él lo intentó, pero un día la colgó en la pared y desistió del ejercicio. Desde ese día, optó por escuchar con atención las tonadas de los pasillos y los bambucos andinos.


Cuando terminó el bachillerato viajó a Bogotá con el fin de adelantar sus estudios en Derecho, pero debía ingeniárselas para conseguir el sustento. Consiguió entonces un trabajo en el penúltimo puesto de la ANDI, como lo califica ahora, donde aprendió a manejar un mimeógrafo e imprimía un boletín de la Asociación. Pasaba horas y horas leyendo los comunicados y por ese olor a tinta le despertó el interés por el periodismo. Recibió una oportunidad para laborar en un programa de televisión auspiciado por Fruco y animado por doña Gloria Valencia de Castaño. Aceptó de inmediato.


Él era el coordinador de la logística y en uno de los descansos, ella le preguntó: “¿Qué estás estudiando?

-Derecho, le contestó el joven colaborador.

-Pero deberías de aprender Periodismo, tienes voz, ¿por qué no haces un curso de locución?, le aconsejó la primera dama de la televisión colombiana.

Alfonso, que siempre ha sido obediente, se inscribió en el Colegio Superior de Telecomunicaciones, abandonó el Derecho y con su tarjeta llegó a Radio Juventud, de don Jaime Espinosa.


EL PRIMER TELETIPO

“Ese día comencé a laborar con otro joven deseoso de incursionar en el mundo de las comunicaciones: Yamid Amat. Los dos dábamos la hora. “En Radio Juventud son las 3 y 15 y ahora escuchen un tema de don Antonio Aguilar, “El venadito”. Unas semanas después los dos locutores estaban cansados de la rutina.


--Alfonso, le dijo Yamid, compremos entre los dos un radio.

--¿Para qué?, le contestó Alfonso.

--Así tendremos un “teletipo”.


“Así lo hicimos. Yamit lo llamó “teletipo” porque de allí sacamos noticias de Caracol, RCN y Todelar y las transmitimos. A don Álvaro Ruiz, director de la emisora le encantó la idea y entonces se organizó un noticiero con la dirección de Jaime Villamil León. El otro integrante de esta nómina informativa era don David Cañón”.


Un par de años después, Yamid lo llevó a Caracol. “Era mi jefe, aprendí mucho de él. Es un extraordinario periodista, creativo, inteligente, inquieto. Me dieron la sección agropecuaria, luego estuve unos días cubriendo política por cuestiones electorales, pero no me gustó para nada ese tema y siempre he dicho que mi política es ser apolítico”, explica ahora.

Alfonso Morillo

UN DIRECTOR REPORTERO

Lo pasaron a cubrir información económica, donde ejerció el periodismo con seriedad y profesionalismo. Siempre ha sido un apasionado por las primicias. Llegó luego al noticiero Cinevisión y le tocaba atender todas las fuentes. La empresa lo envió a Nueva York para adelantar un curso de edición, producción y posproducción.


A su regreso fue nombrado director del noticiero. “En esa época había 6 noticieros. Entonces me llevé a varios compañeros de Caracol Radio. A William Giraldo lo nombramos jefe de redacción, a Efraín Marín cubría varios frentes y Mónica Rodríguez se encargó del Ministerio de la Defensa. El primer lugar lo disputamos con Mauricio Gómez del Noticiero 24 horas. Fueron 10 años de ardua competencia por la sintonía”.

Ahora, en su descanso en Cajicá, saca ratos para adelantar su libro titulado “A mi manera”, quizá inspirado en la famosa canción interpretada por Frank Sinatra o José José, donde narrará pormenores de cómo obtuvo muchas de sus “chivas” en su vida profesional.

Alfonso es ante todo un reportero.


“Yo vivía por las exclusivas, por buscar la verdad. En el noticiero fueron montones de primicias. Recuerdo cuando cayó la plana mayor del M-19 en la frontera colomboecuatoriana. El Tiempo tituló al día siguiente: “Cae plana mayor del M-19, informó anoche Cinevisión”, recuerda ahora y prosigue: “El noticiero tenía una seriedad y confiabilidad en las noticias”.


“Duré dos días con la noticia, no la podía soltar hasta que no lo confirmara con los comandantes de esa época. Llegó ese lunes festivo, televisión en blanco y negro, y dimos la noticia del momento. Recuerdo que el general Fernando Landazábal fue a Cali a mirar los pormenores y cuando un periodista nuestro lo quiso entrevistar, le respondió: ¿Qué me va a preguntar si ustedes lo saben todo?”.


POR ENTRE PEÑASCOS Y UNA CUEVA

“Yo, ante todo, soy reportero. Una de mis experiencias más recordadas fue cuando dimos la noticia del hallazgo de 25 esqueletos en la Serranía del Perijá. Un ex compañero mío de bachillerato, me llamó desde Barranquilla para darme la información. Nos fuimos con una patrulla de diez soldados, descendimos por una montaña, arriesgando la vida hasta llegar a la cueva. No se supo a ciencia cierta quiénes eran los difuntos. Unos decían que era un cementerio indígena, pero otros aseguraban que habían sido asesinados por agentes del narcotráfico”, recuerda.


“Los videos se llevaron a Medicina Legal, pero nunca dieron una versión porque con los videos no podían dar un concepto. Al día siguiente Yamid Amat comenzó a desarrollar la noticia diciendo que era una investigación de Caracol, entonces me tocó sacar en la emisión aspectos de la peripecia, de cómo bajamos unos 10 kilómetros por peñascos, ramas, peligros a izquierda y derecha y contar cómo habíamos tenido la exclusiva. Le dije a Yamid: las investigaciones no se hacen detrás de los micrófonos”.

“La Revista Semana me pidió detalles de cómo llegar al lugar y enviaron periodistas, días después”.


EN EL INSTITUTO LINGÜÍSTICO DE VERANO

En esos años existía en el país, en el Meta, el Instituto Lingüístico de Verano. Allí había franceses, alemanes, estadounidenses que adelantaban estudios de las lenguas indígenas. Ante las versiones que circulaban sobre el Instituto, me fui con un camarógrafo hasta Loma Linda. Era un gigantesco centro inexpugnable, que contaba, incluso, con una pista de aterrizaje. 


Existían rumores sobre la explotación de uranio en el lugar. Había una inmensa laguna. Allí, incluso, los instructores se metieron a nadar y hacían bromas sobre la explotación del apetecido mineral. En 20 años nosotros fuimos los primeros en visitar el exótico lugar. Luego fue abandonada la institución con el asesinato el 19 de enero de 1981 de Charles Allen Bitterman por parte del M-19”.

“Eso lo contaré en mi libro”, aclara.


ÚLTIMA ENTREVISTA A LEDHER

Nunca perdió su carácter de reportero. El 4 de febrero de 1987, cuando hacía programas de televisión para el Comando General de las Fuerzas Armadas tuvo una exclusiva: la extradición de Carlos Ledher, capturado horas antes en Guarne, Antioquia. Logró entrevistar al capo, minutos antes de ser enviado a los Estados Unidos. Aprovechó unos minutos mientras preparaban la avioneta. Fue cuestión de agilidad reporteril. Le pidió permiso al general Manuel Guerrero Paz para grabarlo. Luego le llevaron la grabación al presidente Virgilio Barco para que autorizara la distribución a los medios de comunicación. Él negó la petición. Tres años después, cuando se hizo la primera emisión de CM&, el 2 de enero de 1992, fue emitida en su totalidad”, cuenta ahora.


METIDO EN UN SUBMARINO

Cuando llegó a Colombia el submarino Tayrona hicimos un especial. No había sido autorizado el ingreso de periodistas a la nave, pero logramos navegar en profundidad y mostrar escenas de ascenso a superficie. “Se obtuvieron muchos puntos de sintonía”, dice ahora. “En mi libro contaré todos los detalles”, comenta, mientras sonríe.


DOS HORAS DETRÁS DE UNA CORTINA

Cubría información para Caracol Radio durante el gobierno de Misael Pastrana Borrero. Ingresó a uno de los salones del Ministerio de Agricultura y comenzó a escuchar conversaciones curiosas. Entonces se escondió detrás de unas cortinas.

“Ahí calladito, sin moverme, entre asustado y expectante oí cómo se planeaba el lanzamiento como candidato a la presidente de Hernán Jaramillo Ocampo”, revela ahora.


“Se trataba de un programa en el cual Jaramillo Ocampo aprovecharía su condición de ministro para visitar zonas rurales, hacer campaña, conseguir adeptos, tener líderes regionales y luego lanzarse a la presidencia. Yo lo grabé todo. Los tipos se fueron de la reunión y dejaron en la mesa el afiche que habían diseñado para el proceso electoral. Dimos la noticia. Al otro día El Espectador me pidió el afiche para publicarlo y lo colgaron en primera página. El presidente Pastrana destituyó al ministro”, relata con pasmosa memoria.


Días después, en un coctel vislumbró al caído titular de la cartera de Agricultura. Trató de escabullirse, pero el hombre lo alcanzó y le dijo: “Alfonso, yo nunca pensé salir en primera página de El Espectador”. Y después de unas sonrisas, apresuraron un whisky.


¿Y PARA ALFONSO QUÉ ES EL PERIODISMO?

Alfonso es un hombre observador, analítico, práctico, buscador de lo insólito. Apasionado por los medios y el periodismo.


--¿Cuánto tiempo como socio del CPB?

--Cuando laboraba en Caracol Radio, Daniel Samper y Enriquito –en esa época le decíamos así para diferenciarlo de su padre, don Enrique Santos-- me invitaron a formar parte del Círculo de Periodistas de Bogotá para ampliar el grupo y que no fuera sólo de El Tiempo y de El Espectador. Y aquí he estado, siempre activo. He seguido todas sus etapas, con altas y bajas, pero siempre adelante.


--¿Qué es el periodismo para Alfonso Morillo Ricaurte?

--Indudablemente una pasión, como tal lo ejercí durante más de 40 años, con ese criterio, siempre estuvo en mi mente la noticia, ante todo. Fui muy desprendido del mundo cotidiano, pero muy concentrado en buscar la noticia.


--¿Cómo se mantuvo diez años como director de noticiero?

--Porque siempre pensé como reportero. Yo era un reportero más.


--¿Le molestó el lobby de políticos en el noticiero?

--Cuando iban siempre estaba ocupado y los atendía otra persona. No me ha gustado la política, convertida en politiquería. Mi política es ser apolítico.


--¿Cuándo pierde el rumbo el periodismo?

--Cuando se desvirtúa el papel de ser fiscal y se va a la mera lagartería.


--¿Cómo fue su relación con los presidentes de la República?

--Con Andrés Pastrana fuimos colegas porque él dirigía el noticiero TV Hoy, con Belisario, hablamos sobre diferentes temas y con Ernesto Samper lo había conocido en ANIF, cuando yo era reportero económico.


--Como ahora vive en Cajicá, ¿cambió el cuy por la gallina?

--Imagínese que un día vi un restaurante que se llama “La gallina política”. Ni me atreví a entrar. Primero, mis cuyes.


--¿Ha vuelto a tocar guitarra?

--Ni de funda. Sólo me deleito escuchando música del sur, de mis paisanos donde existen los mejores tríos.

PREMIO CPB 2025
Premio Nacional de Periodismo CPB: La noche de los mejores

Premio Nacional de Periodismo CPB:

La noche de los mejores

Con la asistencia de Carlos Fernando Galán, alcalde de Bogotá, embajadores, directivos de empresas periodísticas, socios del CPB y más de 500 invitados se llevó a cabo la ceremonia de entrega del Premio Nacional de Periodismo del Círculo de Periodistas de Bogotá.

Con transmisión del Canal Capital, la ceremonia fue también una ocasión para recordar los 80 años de la agremiación y para un efusivo encuentro de colegas.


«Llevo gratos recuerdos del CPB, desde niño. Mis padres siempre acudieron a sus reuniones y participaron activamente en el Círculo. Obviamente ellos me inculcaron más allá de ese vínculo con el Círculo de Periodistas de Bogotá un respeto profundo por la labor de los periodistas, por entender la responsabilidad fundamental que tienen de vigilar el poder», dijo Carlos Fernando Galán, alcalde de Bogotá, en la gala del Premio Nacional de Periodismo CPB.


La celebración se llevó a cabo este 7 de febrero en el Auditorio de la Cámara de Comercio en la Avenida 26 de Bogotá.

La ceremonia fue transmitida por el Canal Capital y redes sociales. La conducción estuvo a cargo de los destacados presentadores Paola Toro y Luis Guillermo Troya.


La Orquesta Sinfónica de Bogotá hizo un mini concierto para recibir a los asistentes a la ceremonia.

“Hoy más que nunca se repliega este esfuerzo conjunto porque en la era digital el auge de las redes sociales ha permitido la proliferación de la desinformación y las noticias falsas, lo que pone a los periodista ante la responsabilidad de verificar rigurosamente la información antes de su publicación”, dijo en sus palabras de bienvenida José María Bolaño, presidente del Círculo de Periodistas de Bogotá.


LOS GANADORES


Mejor trabajo de radio: Cristina Navarro, de Caracol Radio, por su trabajo ‘La otra cara de la operación Perseo’.

Mejor trabajo en televisión: ‘Guerra del oro bajo tierra’, de Eduardo Andrés Conteras Monroy, del programa ‘Los informantes’, de Canal Caracol.

Mejor trabajo en prensa. Francisco José Arguello Rojas, por ‘Ricardo Roa y su novio se destapan’, de la revista Semana.

Mejor columna de opinión. Erika Fontalvo, del diario ‘El Heraldo’, por su columna ‘Petro, el misógino’.

Mejor trabajo en podcast. Natalia Chavarro, Víctor Cabezas Albán, Daniel Chávez, Juan Serrano Soto y Álvaro Guerrero, por su trabajo ‘El último comandante’, divulgado en La No Ficción, fueron los ganadores.

Mejor producción editorial. Fabio Alonso Salazar por su libro ‘El largo vuelo del cirirí’, de la editorial Penguin Random House.

Mejor caricatura. Vladdo, por su trabajo ‘Petro Pilatos’, publicado en su periódico ‘Un Pasquín’.

Mejor trabajo en medios digitales. "El explotador eres tú", el drama de la explotación sexual de la niñez en Antioquia, publicado por Cuestión Pública.

Mejor Tesis de grado. Juliana Flórez Alfonso, María Fernanda Quejada Loaiza y Camilo Giraldo Álvarez, con su tesis ‘Narrativas y dinámicas sociales contemporáneas sobre el río Medellín y su relación con los territorios’. Son estudiantes de la Universidad Católica Luis Amigó.

Mejor Investigación docente. Diego García, Paulina Morales y Óscar Parra por el trabajo llamado ‘Condiciones laborales de los periodistas en Colombia’. Son de la Universidad del Rosario.

Mejor fotografía. Andrés Camilo Suárez Echeverri, con la foto ‘Así se produjo la guerra campal en el Atanasio Girardot de Medellín’. Publicada por El Colombiano.


PREMIO AL MÉRITO PERIODÍSTICO

La junta directiva del Círculo de Periodistas de Bogotá concedió este año el Premio al Mérito Periodístico a la colega Amparo Peláez, quien ha ejercido como reportera, entrevistadora, presentadora de noticias y conductora de programas de radio y televisión por más de 40 años.


HOMENAJE A FUNDADORES Y DESTACADOS

Con motivo de los 80 años del Círculo de Periodistas de Bogotá, la junta directiva hizo un reconocimiento a los fundadores y a un destacado grupo de periodistas que han permanecido en el gremio.

En el evento estuvieron familiares de Enrique Santos Castillo –primer presidente del CPB--, de Álvaro Gómez Hurtado, de Guillermo Cano y de José Salgar.


De igual forma se reconoció su labor tanto en el periodismo como en la educación y profesionalismo a Yamid Amat, Alfonso Castellanos, Gloria Pachón de Galán, Gloria Valencia Diago, Alfonso Morillo, Lucy Nieto de Samper, Luis E. Denis, Félix Raffán, Jorge Cavarico, Antonio Cacua Prada y Gabriel Cantor Zabala.


EDUARDO DURÁN PRESIDENTE DEL JURADO

El director de la Academia Colombiana de la Lengua, abogado, periodista y exdirector del periódico Vanguardia Liberal fue seleccionado como presidente del Jurado del Premio Nacional de Periodismo.


Lo acompañaron en esta selección de trabajos periodísticos Adriana Bernal, directora del portal KienyKe, Mónica Rodríguez, periodista de radio y televisión; Jennifer Sánchez, Decana de la Facultad de Ciencias de la Comunicación Social de la Fundación Universidad Los Libertadores; Juan Eduardo Jaramillo, periodista; Álvaro García Decano de Comunicación de la Universidad Sergio Arboleda; Gabriel Ortiz, periodista y exdirector del Noticiero Nacional, Norberto Vallejo, del “Club de la Lectura” de Caracol Radio y la poeta Edda Cavarico.

El alcalde, en nombre de doña Gloria Pachón de Galán, recibió la distinción del CPB. Aparecen José María Bolaño, presidente del CPB y la socia Liliana Pinilla.
José María Bolaño, Presidente del CPB.
Los presentadores Luis Guillermo Troya y Paola Toro con José María Bolaño, presidente del CPB.
Mejor trabajo de radio: Cristina Navarro, de Caracol Radio, por su trabajo ‘La otra cara de la operación Perseo’.
Mejor trabajo en televisión: ‘Guerra del oro bajo tierra’, de Eduardo Andrés Conteras Monroy, del programa ‘Los informantes’, de Canal Caracol.
En modalidad de columna de opinión, ganó Erika Fontalvo, del diario ‘El Heraldo’, por su columna ‘Petro, el misógino’.
El vicepresidente del CPB Carlos Alberto Ortiz hizo entrega del premio de caricatura a Vlado.
Amparo Peláez fue homenajeada con el Premio al Mérito Periodístico Guillermo Cano.
PREMIO NACIONAL DE PERIODISMO CPB 2025

Premio Nacional de Periodismo CPB 2025, con motivo de la celebración de los 80 años del gremio. 
¡Una fiesta del periodismo para el periodismo!

Premiación de trabajos en once modalidades: prensa, radio, televisión, medios digitales, podcast, opinión, libros, caricatura, fotografía, investigación docente de comunicación y tesis de grado. Ceremonia que fue transmitida por el Canal Capital con la conducción a cargo de los destacados presentadores Paola Toro y Luis Guillermo Troya, además de la presencia y participación de la Orquesta Sinfónica de Bogotá para recibir a los asistentes.

Este 7 de febrero: Entrega del Premio Nacional de Periodismo del Círculo de Periodistas de Bogotá

Este 7 de febrero: Entrega del Premio Nacional de Periodismo del Círculo de Periodistas de Bogotá

Estatuilla “El Sacrificado”, del maestro Rodrigo Arenas Betancourt

Con la ceremonia de entrega del Premio Nacional de Periodismo este 7 de febrero, comenzarán las celebraciones de los 80 años de existencia del Círculo de Periodistas de Bogotá (CPB).

En un magno evento que se llevará a cabo en el auditorio de la sede principal de la Cámara de Comercio de Bogotá.

“Este es un premio de los periodistas para los periodistas. En esta oportunidad unos 500 colegas de diferentes partes del país y gracias a un excelente jurado se premiarán trabajos en once modalidades: prensa, radio, televisión, medios digitales, podcast, opinión, libros, caricatura, fotografía, investigación docente de comunicación y tesis de grado”, dijo José María Bolaño, presidente de la Junta Directiva del CPB.

“Será un encuentro también de los colegas y servirá para aunar más los esfuerzos del gremio por la defensa de la Libertad de Prensa y de Expresión en Colombia”, agregó. 


HOMENAJE A FUNDADORES Y DESTACADOS


Con motivo de los 80 años del Círculo de Periodistas de Bogotá, la junta directiva hará un reconocimiento a los fundadores y a un destacado grupo de periodistas que han permanecido en el gremio.


En el evento estarán familiares de Enrique Santos Castillo –primer presidente del CPB--, de Álvaro Gómez Hurtado, de Guillermo Cano y de José Salgar.


De igual forma se reconocerá su labor tanto en el periodismo como en la educación y profesionalismo a Yamid Amat, Alfonso Castellanos, Gloria Pachón de Galán, Gloria Valencia Diago, Alfonso Morillo, Lucy Nieto de Samper, Luis E. Denis, Félix Raffán, José Cavarico, Antonio Cacua Prada y Gabriel Cantor Zabala.


TRANSMISIÓN POR TELEVISIÓN


La ceremonia será transmitida por el Canal Capital y redes sociales. La conducción estará a cargo de los destacados presentadores Paola Toro y Luis Guillermo Troya. La Orquesta Sinfónica de Bogotá llevará unos temas para recibir a los asistentes a la ceremonia.


EDUARDO DURÁN PRESIDENTE DEL JURADO


El director de la Academia Colombiana de la Lengua, abogado, periodista y exdirector del periódico Vanguardia Liberal fue seleccionado como presidente del Jurado del Premio Nacional de Periodismo.


Lo acompañaron en esta selección de trabajos periodísticos Adriana Bernal, directora del portal KienyKe, Mónica Rodríguez, periodista de radio y televisión; Jennifer Sánchez, Decana de la Facultad de Ciencias de la Comunicación Social de la Fundación Universidad Los Libertadores; Juan Eduardo Jaramillo, periodista; Álvaro García Decano de Comunicación de la Universidad Sergio Arboleda; Gabriel Ortiz, periodista y exdirector del Noticiero Nacional, Norberto Vallejo, del “Club de la Lectura” de Caracol Radio y la poeta Edda Cavarico.

PREMIO NACIONAL DE PERIODISMO CPB 2025

Premio CPB

1982 – 2025

Este viernes 7 de febrero de 2025  a las 6 de la tarde se llevará a cabo la edición 43 de los Premios de Periodismo CPB, además de la celebración de los 80 años del Círculo de Periodistas de Bogotá en la sede Centro Empresarial Salitre de la Cámara de Comercio de Bogotá con su transmisión del Canal Capital. 
José María Bolaño de la Hoz
 Presidente de la actual Junta Directiva CPB
Periodista y Director Operativo es el encargado de la Entrega de los Premios y de las celebraciones con motivo de los 80 años del Círculo de Periodistas de Bogotá (CPB).

Claudio Ochoa Moreno: Periodista del CPB que ama a Cúcuta por siempre

Claudio Ochoa Moreno:

Periodista del CPB que ama a Cúcuta por siempre

Claudio Ochoa en Taipéi, Taiwán

Por Guillermo Romero Salamanca

Luego de una espléndida cena en el Hotel Alfonso XIII, en Sevilla, España, sirvieron un cortadito de sidra. Delicioso por demás. Al ser interrogado por su gusto por este manjar, Claudio Ochoa, frente a un numeroso grupo de periodistas internacionales, comentó: “Sí, está bueno, pero mejores son los cortados de leche, el dulce de arracacha, el dulce de tamarindo, o el arrastrado de mi tierra, Cúcuta, capital del Norte de Santander. Siempre con un buen vaso de agua helada”. Y la historia la repite en cuanto evento asiste, puede ser en Taipéi, Madrid, Seúl, Barranquilla, Sevilla o Bogotá.


Desde niño comprendió que la Economía era lo suyo y luego, con el devenir de los días, pasó al periodismo donde ha desarrollado una extensa carrera. Tan pronto recibió el diploma de Economista de la Universidad La Gran Colombia habló con su amigo Ruperto Molina, director de La República, y comenzó a enviarle columnas que fueron acogidas con prontitud, y donde luego hizo una carrera que lo llevó a la jefatura de redacción para participar como asesor del cambio informativo a la plenitud de información económica, idea que tenía el mayor accionista del diario, Rodrigo Ospina Hernández.


Después de su retiro como editor, siguió allí como columnista y haciendo una página dominical sobre “Empresarios de realidades”, consigna lanzada ante su Partido Conservador por el ex presidente de la República Mariano Ospina Pérez durante su campaña electoral de 1976. A la vez fue nombrado director del semanario Asia Hoy, auspiciado por la Central News Agency CNA de Taiwán, entre 1987 y 1992.


Asesor de prensa y relaciones públicas de empresas y entidades como Samsung Electronics, Embajada de Corea en Colombia, Siemens, Fendipetróleo Nacional, Cámara de Comercio e Integración Colombo Venezolana. Oficina Comercial de España en Colombia. Instituto Español de Comercio Exterior ICEX, la Aerolínea Iberia y la Consejería de Turismo de la Embajada de España en Colombia (en lo cual sigue).

Hizo promoción de eventos como el Festival del Rin, Alianza Francesa- Goethe Institut. Festival Europeo entre Ríos y Mares. EXPERIMENTA/ sur III 2014, evento de nuevas formas de teatro.


Asesoró a la Auditoría General de la República, la Comisión Nacional del Servicio Civil, Save the Children y el Semanario The Colombian Post, asesor y promotor junto al desaparecido periodista Tom Quin. Autor de la obra escrita “Empresarios de realidades” y co autor con Enrique Santos Molano de “El Siglo de la luz”. Director de la Gaceta Coreana en Colombia. Editor de la Revista Cultura y Prevención. En lo gremial, secretario general de la Asociación de Prensa Extranjera, fundador y secretario general del Club de Prensa, y secretario general del Círculo de Periodistas de Bogotá.

CPB FUNDADORES

Creador de la Fundación Colombo-coreana y de la Cámara de Comercio Colombo China Taiwán. Desde 1996 y en la actualidad, asesor de prensa de la Oficina Española de Turismo en Miami, Consejería de Turismo de la Embajada de España en Colombia. Director de la agencia de prensa Orbe Datos, desde 1991 y en la actualidad editor de la página www.orbedatos.com


Trabajador sin descanso durante más de 50 años pero un día determinó que el clima más propicio para el descanso era Mariquita. Allí pasa algunos días a la sombra de frutales y contemplando el panorama, mientras recuerda tantos años dedicados al periodismo. Ameno conversador. De memoria prodigiosa. Hombre puntual y de una honestidad incomparable. Poseedor del don del buen humor y coleccionador de anécdotas e impulsor de figuras del arte como la acuarelista cucuteña Eleonora Martín Abrajim.


--¿Cuántos años como secretario del CPB?

--Dos años, sin intención de reelección, como debe ser en toda democracia, con tantas personas que pueden cumplir esta función... 


--Una de sus nobles tareas consistió en la recuperación de la placa de los fundadores del CPB ¿Dónde estaba? ¿Cómo lograron cargarla? ¿Cómo fue esa operación?

--Según testimonios, cuando el edificio original del CPB de la calle 26 hubo de ser vendido a Bogotá, para abrir paso al Transmilenio por la calle 26, entre los objetos valiosos salvados por la Junta Directiva del momento estaba  esta histórica piedra que testimoniaba el aporte de sus socios de entonces a esa gran construcción de  1965, coincidiendo con los 20 años del CPB.

Durante el año 2018, ya estando en la Junta como secretario general, junto con la tesorera Clara López de Medina nos dedicamos a rescatar los archivos de la entidad, que reposaban en una casona de la ciudad, en medio de humedad, telarañas y algunos recuerdos de plagas.

Allí, nuestra diligente compañera encontró este tesoro que, para la historia del periodismo tiene grabados los nombres de quienes entonces, y posteriormente, han sido gobernantes y directivos del periodismo nacional, lo mejor que hemos tenido. Personalidades que están presentes, como Gabriel Cantor Zabala, Gloria Pachón de Galán y Gloria Valencia Diago.

El complemento fue la profunda limpieza de esta piedra, su cuidado durante varios días, al igual que la selección de condecoraciones entregadas a lo largo de décadas al CPB, como la Orden de Boyacá. Posteriormente llevamos todo esto, y lo ubicamos en sus sitios, en la sede del CPB de la carrera séptima.   


--El otro logro fue el rescate de los libros que estaban a punto de perderse con el archivo del CPB.

--Rescatamos cerca de 300 libros y decenas de revistas, que estaban siendo invadidos por polillas y el moho, en cajas de cartón ya destruidas por la humedad, dedicados a la historia del periodismo nacional, revistas del CPB en varias de sus etapas. Limpiamos ejemplar por ejemplar, durante varias semanas y lo colocamos en una estantería digna. Ojalá las juntas que han continuado conserven estos activos...Es un archivo que guarda buena parte de la historia del periodismo colombiano y que bien podrían consultar alumnos y estudiosos de esta profesión.


--¿Qué recuerda del CPB?

--Los valores humanos y periodísticos que no han sido aprovechados, tanto entre los fundadores como también miembros actuales. Recuerdo que tratamos, junto a la colega Clara López, de organizar todo ese activo. Que por fin se pueda, que el CPB aporte a la promoción de los periodistas y medios menos influyentes. Debe ser su razón de vida.

--¿Cómo fue su tarea como jefe de redacción de La República?

--Me correspondió una época interesante,  teniendo en la dirección del periódico  a Ruperto Molina Gracia, ante todo gran periodista político, y la oposición al gobierno López Michelsen. Entonces me inicié como columnista sobre temas ambientales y su relación con la economía, acababa de graduarme en la Universidad La Gran Colombia con la tesis “La Ecología factor en el Desarrollo”. Luego, con la dirección del ingeniero Rodrigo Ospina Hernández, quien inició la conversión de La República  en periódico económico, junto a personajes como Octavio Quintero y Guillermo Bravo.


El doctor Ospina, totalmente abierto a cuanto le propusiéramos los colaboradores, me facilitó integrarme a su equipo de consejeros, y un buen día de 1980 se formalizó, nombrándome jefe de redacción, luego con funciones de editor y apoyo en la parte de opinión.


Durante casi diez años nos dedicamos a recibir practicantes y a estimular a varios periodistas y trabajadores del Diario para que se le midieran a los temas económicos. Muchos de ellos temerosos, conseguimos que se familiarizaran con estos asuntos. Contribuimos al interés del país  por la economía y, especialmente, a la información agroeconómica y las finanzas.  Nos tocó la interesante tarea de informar sobre la crisis financiera de los años ochenta con protagonistas como los Grupos Colombiana y Grancolombiano.


--¿Cómo era el periodismo en esos años?


--Un periodismo presencial, casi todos los días con reunión del equipo a las 8 am, mirábamos  cómo nos había ido en materia de "chivas", a favor y en contra. Y la gente iba a buscar a sus fuentes. Cerrábamos la primera edición a las 7 de la noche, y luego la segunda hacia las 11 pm.  Las noticias nacionales e internacionales nos llegaban a través del télex, las locales las producíamos en la sala de redacción. Todos éramos "chuzógrafos". Las fotos importantes del país, vía Avianca, y las locales, a correr y recogerlas con los mensajeros. Luego llegaron las telefotos, el fax, y los primeros computadores.


No teníamos periodistas "estrella", y se notaba mucha cordialidad entre los periodistas, más que rivales, colegas. Gente sencilla, al estilo nuestro director Rodrigo Ospina Hernández. Buena parte de ellos formados en el medio --empíricos, los llamaban--, y pocos con estudios universitarios, hasta cuando comenzaron a dispararse las facultades de comunicación social y periodismo. 

En lo que respecta a La República, de puertas totalmente abiertas, a veces se nos iba la mano... aunque eso nos convenía, pues oíamos cuanto nos dijeran sobre hechos económicos. Nuestros corresponsales eran los periodistas de los diarios regionales afiliados a Colprensa. Aunque tuvimos un corresponsal en Washington, Benjamín Losada.


La República era un diario austero, con salarios regulares, pues recién salíamos de la crisis por hacer oposición al gobierno López Michelsen y el marcado compromiso con el Partido Conservador, pero el doctor Ospina Hernández, siempre generoso,  hacía maromas para cumplir con lo básico, y don Carlos Ardila Lulle, quien ya era accionista del diario daba algunos respaldos.  El diario se ayudaba con los ingresos que le producían los edictos de las páginas judiciales y la publicación de los balances empresariales.

Los cocteles, que entonces abundaban, pues no había la inseguridad de hoy día, favorecieron el acercamiento de los periodistas a sus fuentes. 

Como editor de La República, Claudio Ochoa ,junto a doña Bertha de Ospina, celebran con el presidente Belisario Betancur un aniversario del periódico.

--¿Qué es lo que más recuerda de su natal Cúcuta?

La armonía que vivíamos en la ciudad, la tertulia en los jardines luego de la comida, sin preocupación por ladrones o asaltos, los productos de todo el mundo  que comprábamos en San Antonio del Táchira, la cercanía a todo, unos políticos pulcros que, desafortunadamente, se rindieron ante las presiones y amenazas de los pillos en el Departamento. 


--¿Cómo le fue asesorando a la embajada de Taiwán durante tantos años?

--Mi relación con China Taiwán y con la República de Corea vienen desde La República. Semanalmente publicaba una página llamada Sala de Oriente, promoviendo el conocimiento y negocios con los Tigres Asiáticos (Singapur, Hong Kong, Taiwán y Corea), y por los lados Japón. Al retirarme del diario trabajé con la Central News Agency de Taipéi, elaborando una revista semanal llamada Asia Hoy, que distribuimos por correo aéreo en Latinoamérica. Con la Embajada de Corea publicamos una revista mensual y asesoraba a las empresas que iban llegando: LG, Daewoo. Hyundai, Samsung...


Han sido muy constructivas estas experiencias, conociendo algo de Asia. Aún conservo buena relación con la gente de Taiwán, que soporta pacientemente las agresiones de la China capitalista, la dictadura del Partido Comunista con cara de República Popular, y la indiferencia de los gobiernos colombianos ante las oportunidades que nos ofrece la democracia de la Isla.


--¿Quiénes fueron sus maestros en el periodismo?

--Traté de hacerme algo parecido a un periodista desde el colegio lasallista, pues elaboraba una hoja mimeografiada. En la universidad tuve dos "medios", una hoja mimeografiada y luego cuatro hojas impresas en caliente. Luego aprendí de la practicidad y agilidad del director de La República, Ruperto Molina, y la disposición a medirme a todos los temas, a través de observar durante años a Ovidio Rincón, subdirector de la República y uno de los fundadores de RCN en Antioquia, y consagrado "todero" en La Patria de Manizales. Del doctor Rodrigo Ospina, el servicio de la prensa con quien lo necesite, y su lealtad y gratitud con quien lo merezca. De resto, ha sido lo que he tratado de aprender en la práctica y con la lectura de cuanto periódico y revista del país he tenido a la mano, durante décadas. Siempre en medios escritos.


--En estos años de ejercicio profesional, ¿qué periodistas admira más?

--Naturalmente, a los de vieja data, como Alberto Acosta, José Fernández Gómez, Jaime Soto, Álvaro Gómez Hurtado, Alfonso Castellanos, Jaime Zamora Marín... y más recientes como Mauricio Gómez, Fabio Castillo, Hernán Peláez Restrepo, Gustavo Castro Caycedo y Gerardo Reyes Copello. Ahora, el periodismo de investigación y denuncia, que ejercen profesionales como Gustavo Gómez, Julián Parra, Martha Soto, Mauricio Reina, Giovanny Celis, Jairo Lozano, Salud Hernández-Mora, Aurelio Suárez, Alberto Donadío y otros más. Periodistas de cultura y variedades, como Indalecio Castellanos y Andrés López.


--¿Se está haciendo buen periodismo en la actualidad?

De todo un poco, a veces mezcla de periodismo, relaciones públicas, comunicación social y mercadeo... Difícil, casi imposible un periodismo puro. Claro que respeto, admiro y sigo con interés a quienes ejercen el periodismo de denuncia, es el verdadero poder en contra de los corruptos, violentos y falsos “amigos del pueblo”, la mejor manera de ponerlos al descubierto y acosarlos.  

Claudio Ochoa, 2024.
Claudio Ochoa.
Gabriel Cantor Zabala: “El CPB es un baluarte de la Libertad de Prensa en Colombia

Gabriel Cantor Zabala: “El CPB es un baluarte de la Libertad de Prensa en Colombia

Gabriel Cantor Zabala

Por Guillermo Romero Salamanca

Durante más de 40 años, Gabriel Cantor Zabala dedicó extensas horas de vida a la cátedra universitaria: dictó, entre otras materias, Redacción I, II, III, Teoría de la comunicación, Opinión Pública, Manejo de los géneros periodísticos, Análisis de la noticia, Manejo de la entrevista, Pensamiento contemporáneo de las comunicaciones y otro sinnúmero de temas. Sin embargo, entre sus centenares de alumnos sólo quedó una grata enseñanza: ser buenas personas.

El periodista, escritor y poeta polaco Rysard Kapuscinski escribió en una oportunidad que para ser buen periodista hay que ser buena persona. La diferencia con Gabriel Cantor Zabala es que nunca lo dijo, simplemente, lo practicó.

 

Además de periodista, profesor, analítico, Gabriel Cantor Zabala es un excelente ser humano y eso lo llevó a profundizar sobre el tema del periodismo. Llegó a esta profesión con un interés: estar informado de los sucesos que ocurrían, pero comprendió que debía y podía llevar la información a los demás de una manera correcta y siempre con la verdad. “Es que los periodistas debemos informar, pero también formar”, sentenció siempre en sus aulas donde se le recuerda por su impecable vestido y sus buzos con cuello de tortuga por el frío mañanero bogotano.

 

El clima lo sacó de Bogotá y lo trasladó a San Francisco, un tibio municipio de Cundinamarca, donde alejado del mundanal ruido capitalino, saca tiempo para sus caminatas, sus charlas en la emisora comunitaria y escuchar sus canciones de música colombiana y unos cuántos boleros.

 

En 1960, luego de varios años de ejercicio profesional, Gabriel Cantor Zabala ingresó como socio del Círculo de Periodistas de Bogotá.

“Mis compañeros de juramento fueron Ofelia Romero de Wills,  matemática y física, reportera de El Espectador, El Tiempo, Cromos y la radio del momento, luchadora por el voto femenino y de los derechos y el poeta,escritor y periodista Belisario Betancur Cuartas”, recuerda el periodista, locutor, catedrático y ex presidente del CPB.

“El Círculo de Periodistas era una reunión de buenos amigos, una especie de club, con gentes muy distinguidas y  por eso se originaron muchos comentarios por otros colegas que incluso determinaron fundar la Asociación Nacional de Periodistas y el Colegio Nacional de Periodistas, pero lo cierto es que el CPB nació con la premisa que debía defender la Libertad de Expresión y de Pensamiento y eso es lo que le sirvió y ha servido como bandera a lo largo de estos 80 años de ejercicio gremial”, dijo.

Cuenta que el 11 de febrero de 1945, una reunión de 30 periodistas que representaban a los cinco periódicos del momento: El Espectador, El Siglo, El Tiempo, La Razón y El Liberal, dio lugar a la primera asamblea. El nombre de Círculo lo dio don Eduardo Zalamea Borda. El primer presidente fue don Enrique Santos Castillo. El Primer vicepresidente fue Álvaro Gómez Hurtado, el Segundo Vicepresidente, José Salgar y el Fiscal Eduardo Zalamea Borda.

“El Círculo nació con periodistas de Bogotá. Nunca tuvo pretensiones nacionales. Lo más importante ha sido la ausencia total de carácter político. Han existido diferencias de carácter personal, pero nunca se han enfrentado por disputas políticas. Pero siempre el deseo de todas estas personas que se aglutinaron en este gremio fue por la defensa de la libertad de prensa y un deseo de aunar los esfuerzos comunes de las personas que aman esta profesión.

--¿Cómo fue su ingreso al periodismo?

--Siempre tuve el deseo de estar informado sobre el acontecer nacional e internacional, pero me interesó el tema de mantener informadas también a las personas pero con la rigurosidad de la verdad.

A Colombia fueron llegando los medios de comunicación: prensa, radio, televisión y revistas, pero necesitaban formar a los futuros periodistas. En un principio fueron los escritores, intelectuales o poetas como don Félix Raffán Gómez –secretario vitalicio del CPB—o personas como Belisario Betancur que buscaban que su interés literario se volcara hacia los medios informativos.

El periodismo es una necesidad de las personas. Todos desean mantenerse y mantener a los demás informados. Inicié mi carrera en El Espectador en 1955. Cada quien tenía en ese entonces una especie de padrino, en mi caso fue don Mike Forero Nougués, con quien laboré hasta cuando Gustavo Rojas Pinilla cerró el periódico. Pasé entonces a El Tiempo donde laboré un tiempo corto en la sección deportiva y luego me trasladé a La República para trabajar con temas deportivos. Luego pasé a Departamentales, después fui jefe de armada hasta llegar a la  jefatura de redacción, allí hice toda la carrera. Pasé del sistema en caliente como se llamaba en esa época por las planchas de plomo hasta el sistema en frío del offset. Crucé también de un periodismo informativo diario a uno de carácter económico.

--¿Cómo fueron esos años de periodismo?

--Por fortuna siempre habrá noticias. En esos años los medios eran escasos. La radio comandó por muchos años, por su inmediatez. Además la geografía del país dificulta la llegada oportuna de los periódicos a las regiones, entonces la radio llevó la delantera, pero luego, se volteó la situación.

--Hubo necesidad también de formar a los futuros profesionales de la comunicación…

--Desde luego. La primera facultad que existió fue la de la Universidad Javeriana. Allí surgió, Julio Nieto Bernal, un narrador de carreras hípicas, que se destacó en los medios y llegó a ser director de Coldeportes .

Al principio hubo un choque entre los llamados empíricos y los de escuela. El empírico no tenía el bagaje estructural del formado en la cátedra, pero poseía la habilidad profesional. Entonces, con el tiempo, se fueron sumando y  cohabitando .  Hoy en día el periodismo está en manos femeninas, lo que me parece muy bien porque han demostrado su capacidad para estar en el terreno.

--¿Cuál es su opinión de los influencers?

--Hoy hay que ver el periodismo desde dos puntos de vista. Uno humano y el otro técnico. En estos momentos estamos sometidos a un periodismo electrónico, que no tiene, por parte de quienes lo ejercen, la suficiente calidad humana, pero sí un interés de publicar. Estamos sometidos a ese tipo de  información que viene por los medios electrónicos. Eso no ha sido provechoso, en muchas oportunidades, porque ahora mismo no hay manera de distinguir la noticia realmente veraz de la falsa, inclusive con la ayuda de la inteligencia artificial.

Ahora vemos cómo con figuras  y voces idénticas se pueden alterar verdades.

--¿Qué ha representado el Círculo de Periodistas de Bogotá (CPB) para el periodismo colombiano?

--El CPB es un baluarte de la libertad de prensa. El CPB aglutina a gentes que han actuado dentro del campo literario y el campo periodístico. Ha sido un guardián de la verdad. El CPB ha sido una institución, que por su misma longevidad,  garantiza seriedad al  estar conformado por personas con verdadero profesionalismo.

--En estos años de tarea periodística, ¿Qué invento le ha parecido télex, fax, celular, internet le ha parecido que ha ganado?

--Ha sido un escalonamiento que nos ha llevado indudablemente a aceptar, ahora, que las redes sociales son el tema del día, pero considero que la televisión lleva la primacía porque la palabra acompañada de la imagen le da la seriedad y un matiz de verdad a lo que se afirma.

--¿Cómo llegó a la cátedra?

--El anhelo de formar nuevos periodistas y de contar mis experiencias. El hecho de que el empírico hubiera sobrevivido tanto tiempo en el manejo de los medios hasta encontrarse con los muchachos de  las escuelas de formación abrió  una esperanza y un horizonte para  que quienes estaban en la escuela pudiesen  asimilar parte de la experiencia. En donde un joven pueda preguntarse cómo hacer una entrevista o una crónica y  entonces la voz de la experiencia le dice que lo primordial es  conocer al entrevistado, en detalle y crear una imagen clara de él, eso resulta clave  Esas cosas, por ejemplo, se le enseñan al estudiante, y como ya tiene el bagaje  puede  hacer su trabajo.

--¿Puede calcular cuántos alumnos tuvo?

--No, fueron cientos. Muchas veces, ellos son los que se acuerdan de mí cuando me encuentran y lo hacen con cariño y saben que uno ayudó, que les dio el fundamento para que hicieran su carrera.  Laboré en la Fundación Los Libertadores, donde terminé como decano, en la Universidad de La Sabana, el Inpahu, América y Externado de Colombia.

--¿Luego de tantos estudios, el filósofo canadiense Marshall McLuhan, sigue siendo la guía para las comunicaciones?

--Hay gente que pelea con él, yo nunca. Lo considero un gran aliado, piensan que sus conceptos están revaluados, ahora el término de moda es comunicología y así tratan de deslumbrar a los muchachos en algunas escuelas. Pero todo depende de las circunstancias, del material, de la información que quieran dar y quieran manejar.

A McLuhan lo considero como el gran filósofo que es  porque trata directamente la relación entre la fuente y el receptor y esto es muy importante porque cuando uno conoce a quien va a llegar el mensaje, entonces será más acertado, más veraz y más útil.


Gabriel Cantor
Gabriel Cantor Zabala

--¿Cómo fue su paso como presidente del CPB?

--Fui presidente  por una situación especial. En ese año fue elegida Daisy Cañón, como presidente y yo como vicepresidente. A ella el Presidente de la República la nombró como jefe de prensa en el Palacio de Nariño. Entonces asumí el nuevo cargo y estuve al lado de grandes  periodistas como Alfonso Murillo, entre otros.  

--¿Qué debe hacer ahora el CPB luego de cumplir sus 80 años de existencia?

--Una mira sería el Centenario para llegar a solidificar esa estructura  que ha representado tanto dentro del periodismo colombiano y contar con el respaldo de las autoridades nacionales y departamentales.

Adquirir una sede propia que tenga una facilidad para reunir a la gente, un auditorio para conferencias, donde los socios puedan contar sus experiencias y llegar a las nuevas generaciones.

--¿Gracias a su trayectoria a quién considera que ha sido un buen colombiano?

--Son muchísimos. Los hay en diferentes disciplinas, científicos, en el plano gubernamental, educativo, deportivo, filosófico y el escenario en el periodismo es grande.

--¿Cuáles son sus grandes ejemplos en el periodismo colombiano?

--De la época mía, por su estilo y seriedad, Alfonso Castillo Gómez, quien fue una persona muy meritoria. Desde luego que Gabriel García Márquez quien llenó un espacio periodístico y literario. No hay que dejar por fuera a grandes mujeres como Maruja Vieira, Gloria Pachón de Galán, Flor Romero, Emilia Pardo Umaña y tantos otros que sería injusto no mencionarlos.

--¿Las mujeres dominarán el periodismo?

--Desde luego que sí. Será excelente.