Foto: Cortesía ONU.
Como antesala del taller de reportaje y noticia ‘Investigar y contar la migración’, que dirigirá María Teresa Ronderos en Cuernavaca del 8 al 12 de abril, la FNPI ofreció un seminario web sobre los retos relacionados con la cobertura de fenómenos migratorios que se presentan en toda América Latina.
Tomado de: fnpi
Valeria Scorza, coordinadora regional del Programa de Migraciones de Fundación Avina, conversó con Alejandra Cruz, directora del Taller de Periodismo de la FNPI, en una sesión en la que se dieron pautas y herramientas para periodistas que cubren este tópico en la región.
Lee estas ocho recomendaciones para periodistas que extrajimos del seminario web y postula, hasta el 4 de marzo, por uno de los 14 cupos al taller ‘Investigar y contar la migración’.
1. Dejar de entender la migración solo como una emergencia
La migración ha de dejarse de entender como una coyuntura de emergencia a la que hay que responder reactivamente cuando se da un fenómeno de movilidad.
En realidad se trata de un fenómeno mucho más intrincado, con diferentes aristas tanto en el país de origen como en el de destino. Una clave para cubrirlo es a volver la narrativa completa, vinculando antecedentes y contextos, que presenten la migración no como una coyuntura sino como una consecuencia de una problemática estructural.
2. Recurrir a colaboraciones internacionales para facilitar la cobertura
Cubrir la migración es costoso, más aún en la situación de escasez de recursos en la que se encuentra gran parte de los medios de la región. Un primer paso para facilitar esta cobertura es leer cómo se aborda la temática en diferentes países y plantear colaboraciones entre medios internacionales. Ejemplo de esta clase de cooperación es Venezuela a la fuga, un trabajo realizado por El Tiempo, de Colombia, y Efecto Cocuyo, de Venezuela, que exploró las tres principales rutas por donde se produce el éxodo de nacionales venezolanos hacia el resto de Sudamérica.
3. Evitar coberturas basadas solo en fuentes oficiales
Es fácil desconocer la realidad de quien migra forzosamente y pasa a una condición de desprotección, especialmente cuando se realiza una cobertura superficial, basada únicamente en fuentes oficiales. Esta clase de abordaje incompleto y reactivo puede terminar impulsando discursos emocionales y políticos, y narrativas xenofóbicas y discriminantes.
4. Humanizar las cifras
Una razón por la que, muchas veces, las audiencias parecen estar cansadas del tópico de la migración es la facilidad con la que los medios convierten al migrante en ‘el otro’ y lo reducen a una mera cifra.
Es importante humanizar esa cifra, hablando no solo del migrante sino también de la comunidad a la que llega, e incentivar una conversación entre estas dos partes, dándoles a ambos una voz que no los simplifique en una narrativa de ‘buenos y malos’.
5. Complejizar el relato sobre la migración
No debe confundirse el hecho de humanizar la migración con narrarla a través de noticias emocionales y sin profundidad. No se trata de contar historias de superación o de sufrimiento. En su lugar, es pertinente hacer preguntas que muestren las complejidades del asunto.
El rol del periodista debe ser entender la problemática y conocer al migrante a profundidad, de manera que las historias, en la voz de sus protagonistas, puedan ayudar a plantear los problemas estructurales y el trasfondo de la migración.
Al convertir el abordaje de la migración en historias con profundidad, rigor y personajes humanos, es posible abordar algunas temáticas que aún no se tocan en el periodismo, como la forma en la que afecta a niños y jóvenes el hecho de migrar, o los riesgos particulares que enfrentan las mujeres migrantes. Son temas que no se han terminado de explicar completamente.
6. Evitar mencionar nacionalidades al momento de informar sobre crimen o violencia
Es recomendable evitar titular notas que se refieren a delincuencia con la nacionalidad de las personas implicadas.
Si bien las olas migratorias traen problemas en el corto plazo, la violencia no puede ser considerada una característica intrínseca de la migración, ni de los migrantes de determinada nacionalidad. Por ende, no es ético relacionar actos delincuenciales con la nacionalidad del perpetrador, más aún si esta no ha sido verificada.
7. Usar términos precisos para evitar la estigmatización del migrante
Con el fin de generar narrativas éticas del fenómeno migratorio, es deber del periodista evitar la utilización de términos como ‘inmigrante ilegal’ para referirse a un migrante en situación irregular. Dicha locución refuerza la criminalización de los migrantes y el estereotipo negativo y falso que el migrante, por el simple hecho de encontrarse situación irregular, es un criminal.
8. Ser cuidadoso con la cobertura diaria de la migración
Si bien trabajos como Venezuela a la fuga y De migrantes a refugiados (ganador y finalista, respectivamente, del Premio Gabo 2018 en la categoría cobertura) dan cuenta de la alta calidad de grandes reportajes sobre migración que se han realizado en el último año, es importante ser más responsable con el cubrimiento diario de esta temática. Hay que tener en cuenta que la suma de noticias diarias es la que genera las narrativas de forma más fuerte y moldea la opinión de las audiencias con respecto a la migración.