Continuar la siembra

NOTAS AL VUELO
Por: Gonzalo Silva Rivas, Socio CPB

El año pasado el crecimiento del PIB turístico del país pasó rozando con un 0,3%, pero no sucedió lo mismo con América Latina, la única región del mundo donde decreció —en 1,7%—, debido a ciertas turbulencias que agitaron el horizonte, como la caída del gasto internacional de Brasil y la crisis política y económica que día a día se recrudece en la vecina República Bolivariana de Venezuela.

Pese al trastabilleo regional, el PIB turístico mundial creció 4,6%, impulsado por el dinamismo que el sector de los viajes obtuvo por los cielos de Europa, donde se registró un alza del 4,6%, gracias al aporte de más de un billón de pasajeros movilizados por sus terminales, cifra que equivale a la cuarta parte de los cuatro billones que viajaron alrededor del planeta.

Al Viejo Continente se sumó, con el acelerador a toda marcha y un registro impactante, el norte de África donde la curva ascendente tocó las nubes y alcanzó un techo del 22,6%. Lo significativo del caso africano es que algunas naciones, como Libia y Sudán, son escenario de agitación social, con elevados costos económicos y de vidas humanas y enfrentan una gran carga de afectación de su imagen como destinos turísticos.

En resumen, 2017 confirmó que el sector de viajes y turismo sigue pisando fuerte en el planeta. Se consolidó con el 10,4% del PIB mundial, equivalente a US$8,3 trillones americanos, y su crecimiento durante el período superó el de la economía global, que apenas arañó las redes del 4% y al que contribuyó con US$2,6 billones. Además, su participación en el crecimiento absoluto del gasto marcó el 16% del consumo global y generó 118 millones de plazas laborales.

El impacto que tienen los viajes y el turismo en la actividad económica global lo certifica desde 1991 el Consejo Mundial de Turismo y Viajes (WTTC), una entidad privada conformada por los principales actores del sector, que busca demostrar hasta dónde llega su capacidad de fuerza para expandir desarrollo y generar empleo. Las cifras confirman que el turismo rebasó el crecimiento de otras grandes industrias en el mundo, caracterizadas por altos volúmenes de negocios, entre las que se cuentan los transportes, la manufactura, las ventas al por menor, los servicios financieros y la agricultura.

En cuanto se refiere a Colombia, el informe de la WTTC confirma que los viajes y el turismo siguen jalonando la economía, como viene sucediendo en tiempos recientes. Su contribución al PIB nacional durante 2017 fue de $19,66 billones, equivalente al 2,1% del total, y la perspectiva de buenos vientos seguirá este año cuando se estima alcance un 3,2%. Por su parte, el aporte al empleo superó la barrera de los 541.000 puestos, cerca del 24% del total, y para fin de año proyecta un aumento de 1,7% de plazas laborales.

La radiografía destaca otros datos de interés. El sector representó el 14,3% de las exportaciones totales del país, alimentando divisas por $17,9 billones, y su meta de inversiones contabilizó $7,8 billones. 2019 heredará, posiblemente, un crecimiento en las exportaciones de visitantes del 3,6% y un aumento de 5,3% en el rubro de inversión.

El año pasado, en consecuencia, confirmó no solo que el sector de los viajes y el turismo sigue llevando la batuta en el crecimiento mundial, sino que en el caso colombiano mantiene buenas señales, incursiona exitosamente en el portafolio global y demuestra que su potencial está para grandes apuestas. Como lo ilustró la presidenta de la WTTC, la mexicana Gloria Guevara, en conversación con periodistas locales, el país tiene cuatro formidables barajas para jugarse el póker que habrá de convertirlo en potencia turística: atractivos naturales, historia, cultura y tradiciones.

Es cuestión de poner el ojo donde la violencia puso las balas, acercar la presencia del Estado, aclimatar la paz, generar confianza y atraer la inversión privada. En consecuencia, si se pretende ganar la partida será necesario fortalecer el liderazgo de la industria, organizarla e implementar polos turísticos que visibilicen la variada oferta que encierra el mercado nacional. Es decir, como nos lo recuerda la presidente de la WTTC, se tendrá que continuar la siembra. Y con semejante carta de naipes sobre la mesa, el país tiene múltiples opciones para llevarse una mano ganadora.

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Esta opinión es responsabilidad única del autor, y no compromete al Círculo de Periodistas de Bogotá.