Circulo de Periodistas de Bogota
Con la Ley 100, ¡pobre salud!

Algunos aspectos de la Ley 100 de 1993 se salvan. Otros son discutibles, como el cambio de criterio para el aumento anual de las pensiones, al señalar como porcentaje aplicable el IPC (Índice de Precios al Consumidor) y no el incremento acordado para el salario mínimo, como se había establecido en la Ley 71 de 1988, que reformó la Ley 4 de 1976. Ese cambio lleva mermándoles a las pensiones un 34,8 por ciento hasta ahora.

Por: Mario Méndez
Foto:Archivo Noticias RCN
Pero veamos lo de la salud. El principio neoliberal de convertir todo en mercancía, y así fortalecer el desarrollo empresarial como precepto sacrosanto, de la mano del mercado y la vida del ser humano, deshumanizándolo, hizo de la salud un negocio.

Las permanentes denuncias sobre negligencia, incumplimiento y cobertura en salud dejan ver unos elementos que resultan inmorales a la luz de las necesidades reales del paciente, ahora fríamente considerado un simple usuario, como el usuario de los servicios bancarios o los sitios de rumba. El negocio de la salud, pues, se mueve en el marco de parámetros empresariales que incluyen, por ejemplo, auditoría médica (¡qué feo suena!), cuya sola mención señala la inclinación a disminuir costos, como si éstos tuvieran por sí mismos mayor importancia que la vida.

Cuando la salud pública se prestaba como servicio, el médico general tenía autonomía, basado en su ética profesional, para ordenar interconsultas en forma automática. Aunque se ha dicho que se elimina la autorización, este cedazo no está totalmente eliminado, como si el facultativo fuera sólo un mandadero o informante, dejando decisiones médicas en manos de la burocracia, entendida ésta como la considera el común de la gente, en la que se adivina la nariz de unos firmantes.

Son incontables los casos de denuncia por negación del servicio, en los cuales generalmente está implícito el riesgo de muerte del paciente. Es el caso de niños que requieren atención y elementos específicos que no son autorizados sin que medie una tutela, todo porque la dinámica de las EPS tiene incorporados unos mecanismos que a éstas les permiten “rescatar” una parte de los costos. En cuanto a la territorialidad de las “cajas” que atendían las necesidades de la gente, antes era posible encontrar un servicio, al menos de primer nivel, en cualquier parte del país.

En términos de salud, hoy es una calamidad vivir en un lugar de escasa o mediana población, porque para la EPS no es rentable mantener unos servicios. Entonces, empresarialmente el usuario (¡!) no le sirve a la EPS, y éste tiene que desplazarse por sus propios medios para buscar atención en la capital del departamento, y hasta en la ciudad más importante de la región, como ocurre, por ejemplo, con Barranquilla, adonde deben llegar muchos pacientes de Córdoba, Sucre, La Guajira, Magdalena y el Cesar.

¿Es posible modificar estas situaciones? Claro que sí. Pero los mecanismos legislativos exigen un quórum no siempre posible. La suspicacia popular dice que las EPS enmermelan a los congresistas para que determinado día “no puedan ir”.

Ñapa. Que la gente baile sin comprometer sus deberes, en vez de echarse bala.

*Sociólogo Universidad Nacional.

Tomado de:El Espectador.com

El documental de la libertad de prensa en Colombia, ahora en internet

Chiribiquete Stereo nació a mediados de los 90 en Calamar, Guaviare. Funcionaron bajo la presión de la guerrilla durante la segunda mitad de esa década hasta que las Fuerzas Militares llegaron a la zona. Presionaron a la emisora para que pasara los programas del Ejército y, tras la negativa del equipo periodístico, este empezó a recibir amenazas. La continuidad de Chiribiquete Stereo empezaría a verse comprometida cuando los señalaron de ser una emisora de las FARC y les pidieron una licencia que no tenían cómo pagar.

Esta es una de las historias que reúne el documental En el medio: los silencios del periodismo colombiano, un proyecto realizado por la FLIP con el apoyo de la Universidad del Rosario y el Fondo para la Democracia de las Naciones Unidas (UNDEF). Luego de estrenarse en 2016 y circular por varios festivales de cine, la producción ahora se estrena para internet y estará disponible para todo el público.

El documental recoge las historias de periodistas y medios de comunicación en distintas regiones del país. Además del caso de Calamar, se habla de las condiciones para la prensa en el Chocó, Nariño y hasta los Montes de María, entre otros casos. Los temas que aborda esta realización son una muestra de los múltiples obstáculos a los que se enfrenta el periodismo en distintas zonas del país.

Las dificultades para acceder a la información pública, la difícil relación con las autoridades oficiales o las estigmatizaciones injustificadas son algunos de los problemas más frecuentes. Pero a estos se suman los asuntos más elementales para trabajar con normalidad: la irregularidad de las contrataciones o los costos de funcionamiento que cada vez son más difíciles de cubrir.

Por más de 20 años la Fundación para la Libertad de Prensa – FLIP ha recorrido el país estudiando la libertad de expresión, documentando las agresiones contra los periodistas, defendiendo sus derechos y denunciando los abusos de múltiples actores que atentan contra el trabajo periodístico en Colombia.

En los últimos años, además de las cifras y los documentos, la FLIP se ha esforzado por recoger las historias de los reporteros que lidian con múltiples obstáculos para hacer su trabajo. Por fortuna, las cifras de periodistas asesinados en el país han disminuido (en 2016 ningún periodista perdió la vida por hacer su trabajo), pero la censura ha mutado de muchas formas. Este documental es un reflejo de que los riesgos para ejercer el periodismo en el país siguen ahí y que todavía hay muchos retos para garantizar la libertad de prensa en Colombia. 

Tomado de FLIP, Fundación para la libertad de prensa.

“Una prensa libre puede ser buena o mala, pero sin libertad, la prensa nunca será otra cosa que mala”
Albert Camus (1913-1960)

Nada más que la verdad

Cada vez es más difícil juzgar la calidad del mensaje o la idoneidad de la fuente.

Columna dominical de Rudolf Hommes 

Se ha vuelto un lugar común decir que la verdad ya no existe, que lo que gana es la distorsión y la falsedad; y que el que no se someta a esto y aprenda a decir mentiras no tiene futuro, ni en política ni en su vida profesional. Son numerosos los artículos que han salido de periodistas que se dan golpes de pecho por la forma como han evolucionado la prensa y, en general, todos los medios que por ser dependientes de los ratings y de la publicidad, y por estar opacados por la avalancha informativa que circula en las redes sociales, han tenido que dejar de cubrir las noticias importantes y los hechos. Les hacen eco a políticos oportunistas, a lo que brilla y a lo que se mueve en las redes.

A tal punto ha llegado la desorientación que el No, el ‘brexit’ o Trump fueron sorpresas, triunfos electorales de excesos en el abuso del lenguaje, la mendacidad y el atropello a la buena fe. Los políticos tradicionales, y en general los que se consideraban líderes de opinión, ya no saben cómo comportarse o qué decir, porque han perdido su credibilidad.

Dice un artículo del periódico ‘The Guardian’, que hace una reseña del libro ‘Enough Said’, de Mark Thompson, jefe (CEO) de ‘The New York Times’, que “el ruido se ha magnificado y el contenido se ha infantilizado. El argumento se ha vuelto más crudo, más polarizado y menos anclado en los hechos… En gran medida, la manera como manejan los medios el debate político ha tomado ese mismo camino, reduciendo cada vez más los espacios en los que la gente razonable puede intervenir en una discusión racional…” (4 de septiembre del 2016).

Los periodistas que han terminado de leer este libro no cesan de elogiarlo porque le da un tratamiento moderno a la vieja preocupación sobre el abuso del lenguaje y el respeto a la verdad, que ha preocupado desde hace siglos a los que analizan la política. La tecnología ha hecho posible que internet ponga información abundante a disposición de millones de personas en fracciones de segundo. Se han amplificado los abusos del lenguaje y los atropellos a la verdad. Cada vez es más difícil juzgar la calidad del mensaje o la idoneidad de la fuente. La opinión de alguien que sabe compite con el chisme y la maledicencia. Hay información, pero no control de calidad ni forma de validación.

Los periódicos venerables y monumentos a la sobriedad como la BBC, que eran fuentes de las que la gente dependía para tratar de dilucidar la verdad, han perdido la compostura y, con ella, la credibilidad. Se han vuelto cámaras de resonancia de los políticos altisonantes, de los líderes carismáticos (charlatanes demagógicos) y de la información falsa que propagan en las redes sociales los intransigentes para ahogar las voces de los que están en desacuerdo con ellos.

Nicholas Kristof, de ‘The New York Times’, dice que los periodistas ya no escarban en búsqueda de la noticia. No confrontan a los políticos que mienten. “Son gozques que le ladran a cualquier carro”. En la campaña presidencial que culminó con el triunfo de Trump, no se les prestó mayor atención a los programas o a las ideas. Los periodistas “tuvieron que escoger entre complicidad (con Trump) o el desafío…”. Optaron por lo primero y volvieron la campaña un ‘reality’. (‘Lessons from the Media’s Campaign Failures’, NYT, 31 de diciembre del 2016).

Es más fácil repetir lo que dice Uribe o Trump que cubrir noticias importantes. Y estos políticos saben que por eso pueden hacer que los medios, sobre todo la radio, sean vehículos para hacer pasar lo que ellos dicen como si fuera verdad. Los medios serios tienen la oportunidad de recuperar su relevancia y detener la tendencia a decaer si verifican las noticias y publican lo que comprueban, nada más que la verdad.

RUDOLF HOMMES

Tomado de:El Tiempo.com

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Trump, el magnate con rabo de paja

La familia de Donald Trump será una pieza clave de su Presidencia. El magnate dejará su compañía en manos de sus dos hijos mayores, Donald Jr. y Eric Trump, en un débil intento para esquivar conflictos de interés. Foto: Getty Images

Muchos se preguntan si los negocios de Donald Trump en el extranjero le pasarán cuenta de cobro en un eventual juicio político, o si, por el contrario, el magnate quedará impune y acrecentará su fortuna y las de sus aliados gracias a su posición en la Casa Blanca. La segunda opción parece más probable.

Durante uno de los discursos de su campaña, Donald Trump afirmó que los políticos estadounidenses “han ejecutado agresivamente una política de globalización, llevándose nuestros trabajos, nuestra riqueza y nuestras fábricas a México y al extranjero”.

Sin embargo, los proyectos de la Trump Organization, desde un exótico spa en los Emiratos Árabes, pasando por hoteles en Indonesia, lujosos complejos inmobiliarios en India y campos de golf en la costa de Escocia, muestran que los negocios del nuevo presidente de Estados Unidos son todo menos estadounidenses. Aunque Trump ha amenazado con imponer altos impuestos a los bienes que las empresas produzcan en el extranjero, él mismo tiene negocios en al menos 25 países del mundo a través de 150 divisiones de su compañía.

Consulte: Nueva tendencia

Las actividades de la Trump Organization se dividen en cuatro frentes principales, la construcción, la hotelería, los campos de golf y la concesión de contratos a compañías externas, que le pagan para usar la marca Trump en diversos productos. Sin embargo, el magnate no es particularmente exigente a la hora de elegir a sus socios, por lo que muchas de sus operaciones le han ganado aliados y enemigos controversiales, que rara vez coinciden con los intereses de su país. Por ejemplo, mientras que Trump ha dicho que Estados Unidos debe dejar de importar petróleo de Arabia Saudita para reducir su dependencia energética, durante su campaña presidencial abrió ocho nuevas compañías de construcción de bienes raíces de lujo en territorio saudí, según el diario The Wall Street Journal.

Además, también construyó un spa, un club de golf, y un complejo de casas de lujo en Dubái en asociación con el empresario Hussain Sajwani, quien ha dicho que espera concretar más tratos con su organización mientras que él está en la Casa Blanca. Siguiendo con las incoherencias, el magnate ha acusado a China de devaluar su moneda y de inventar el concepto de cambio climático para hacer que la producción estadounidense sea menos competitiva.

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Sin embargo, en el plano de los negocios, Trump parece tener una relación mucho más amigable con este país, ya que el Banco Industrial y Comercial, de propiedad del Estado chino, es el mayor arrendatario de la Trump Tower en Nueva York. Además, la Trump Organization tiene al menos nueve compañías con sede en el gigante asiático, y cientos de los productos de sus líneas de ropa, cristalería, perfumes, gafas, etcétera, son fabricados en China.

Escándalos de talla mundial

Más allá de la hipocresía, los negocios de Trump ya han causado escándalos políticos a lo largo y ancho del planeta. El polémico presidente filipino, Rodrigo Duterte, acusado de múltiples violaciones a los derechos humanos, nombró como enviado especial en Estados Unidos a Jose Antonio, un viejo socio de negocios de Trump, con el que construyó una torre residencial de 150 millones de dólares en la ciudad de Makati. Además, después de que Trump propuso vetar temporalmente la entrada de musulmanes a Estados Unidos, el primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, anunció que no le permitiría usar su nombre en la torre que estaba construyendo en Estambul. Sin embargo, después de recibir un espaldarazo del magnate tras el intento de golpe de Estado en Turquía en julio del año pasado, Erdogan se retractó y defendió a Trump en una conferencia de prensa.

Versión completa en Semana.com 

Caso Sanín: ¿hasta dónde va la libertad de opinión?

Caso Sanín: ¿hasta dónde va la libertad de opinión?

La decisión de un juez de ordenar el reintegro de Carolina Sanín a la Universidad de los Andes abre una discusión sobre los límites de la libertad de opinión y la libertad académica.

La controversia más sonada del mundo académico colombiano dio un giro inesperado esta semana, cuando la escritora Carolina Sanín ganó en primera instancia la tutela que interpuso contra la Universidad de los Andes, la institución en la que hasta el año pasado ejercía de docente.

Desencadenó el problema un enfrentamiento de Sanín con Los Chompos, un grupo de Facebook conformado por estudiantes –muchos de ellos de Los Andes– que se dedican a hacer chistes ‘políticamente incorrectos’. Una publicación con una foto de la profesora con el ojo morado y el mensaje “cuando el heteropatriarcado opresor te pone en tu lugar”, detonó un cruce de declaraciones entre Sanín y Pablo Navas, el rector de Los Andes. La académica lo acusó de no reaccionar con contundencia a lo que consideraba una amenaza contra su integridad y dijo que la universidad cultiva una cultura carcelaria, que se lucra de la pobreza y que cría delincuentes. En respuesta, Navas envió un mensaje en el que rechazó los ataques anónimos en las redes, pero también reprochó directamente a Sanín por referirse “en términos peyorativos” a la institución.

Por eso, cuando la universidad decidió terminar su contrato, explicó que había recibido “múltiples denuncias y quejas” de estudiantes, profesores y egresados, y que con sus comentarios contra la universidad y los estudiantes Sanín había “afectado la convivencia entre los miembros de la comunidad”.

La escritora alegaba que la decisión era injustificada, que atentaba contra sus derechos y que había sido tomada con un procedimiento diferente (más rápido) al establecido en el reglamento interno de la institución. El juez que estudió la tutela le dio la razón, y ordenó a Los Andes reintegrarla en el cargo y pagarle los salarios y las prestaciones que dejó de recibir. Sin embargo, el viernes Sanín anunció que renunciaba a la universidad y dijo que “continuar en Los Andes sería someterme a trabajar sin seguridad, sin libertad y con mi dignidad vulnerada”.

A pesar de la decisión de la docente, quedó servida una polémica sobre los límites de la libertad de opinión. ¿Es justificado que una universidad eche a un docente que la critique en público, así use palabras agresivas? ¿Hasta qué punto los comentarios (o insultos) de un profesor en redes sociales pueden llevar a una institución educativa a sacarlo de su cargo?

Muchos de los defensores de la profesora dicen que la decisión de la Justicia es un triunfo para la libertad de expresión. Plantean que las opiniones de un docente, especialmente en contra de su propia universidad, están protegidas por la Constitución. “Estamos perdiendo hasta tal punto la libertad de análisis que ya cuestionamos hasta que los docentes critiquen a las instituciones”, dice la periodista y abogada María Teresa Herrán. Además, alegan que aunque otros profesores, como Lucas Ospina, han criticado a Los Andes en sus columnas en la prensa, a ellos nunca les abrieron un proceso disciplinario.

Pero esos no han sido los únicos comentarios de Sanín. En su página de Facebook la profesora acostumbra a escribir sobre todo tipo de temas y en algunas ocasiones ha acudido a insultos y términos denigrantes contra sus lectores o colegas. En uno de esos mensajes, por ejemplo, le preguntó a una persona que le escribió que una de sus columnas había estado floja si esta era “tan floja como el esfínter de su mamá”.

Por eso, hay muchos en el medio académico y periodístico que creen que Sanín ha ido demasiado lejos. Para la columnista María Antonia García de la Torre, “un docente representa a la institución académica en la que dicta clase”. Ponen como ejemplo el sistema norteamericano, en el que muchas instituciones son estrictas con la forma como sus docentes las representan fuera de las instalaciones, incluso en las redes sociales.

Lo cierto es que la libertad académica, que les permite a los profesores dar clase sin limitaciones y expresar libremente sus opiniones –incluso acerca de la institución en la cual trabajan–, también implica un grado de responsabilidad recíproca. La pregunta en este caso es si Sanín incumplió esa responsabilidad con sus comentarios soeces. Por ahora un juez cree que no, pero este será un caso que probablemente llegue a las altas cortes para que trace esos linderos.

Tomado de:Semana.com

En Facebook, falsas noticias de salud son más populares
ACTUALIDAD 22 ENE 2017 – 10:00 PM
Foto: Flickr

Una investigación de Wisconsin y Tulane

Un estudio en Estados Unidos analizó 200 publicaciones sobre la epidemia del zika hechas en la red social. En una semana, el 12 % transmitió datos incorrectos y estos rumores fueron más exitosos que los que informaban de manera fiable.

Por: Redacción Vivir

Mientras los “posts” de organismos como la Organización Mundial de la Salud alcanzaron 43.000 páginas vistas, otras engañosas, que describían el zika como un truco médico fraudulento, recibieron 530.000.

La epidemia de zika que se expandió por el continente americano en el último año estuvo acompañada por otra epidemia, una de rumores y falsas noticias sobre la enfermedad. Investigadores de la Universidad de Wisconsin y de Tulane analizaron 200 posts (en inglés) difundidos a través de Facebook y encontraron que los rumores y teorías conspirativas fueron más populares que la información confiable.

Usando las palabras claves “zika” y “virus”, los expertos rastrearon los videos y publicaciones del mes anterior. Dos médicos independientes seleccionaron los 200 posts más compartidos. El 12 % de ellos correspondía a publicaciones con desinformación.

En un artículo publicado en American Journal of Infection Controlreportaron que, mientras los posts de organismos como la Organización Mundial de la Salud alcanzaron 43.000 páginas vistas, otras engañosas, que describían el zika como un truco médico fraudulento, recibieron 530.000. “Este tipo de desinformación puede ser dañina porque refuerza narrativas existentes y entorpece medidas que intentan contener la pandemia”, concluyó el grupo de investigadores.

“Lo interesante en este trabajo es que los médicos estén estudiando fenómenos de comunicación. Esto es un buen síntoma”, comentó a SciDev.net Dominique Brossard, profesora del Departamento de Comunicación Científica de la Universidad Wisconsin-Madison. Sin embargo, como limitación, Brossard cree que al concentrarse en las publicaciones públicas de Facebook queda por fuera lo más importante de una plataforma: la información que circula de forma privada entre amigos. “Eso podría alterar los resultados del trabajo”, comento.

Carlos Daguer, asesor del Ministro de Salud de Colombia en estrategias de comunicación y quien diseñó el plan para enfrentar la desinformación en torno a la epidemia del zika y los falsos rumores que rondan la vacunación contra el virus del papiloma humano, cree que se trata de una “competencia desigual”.

Mientras los encargados de comunicación en organismos de salud generalmente se sienten maniatados en la construcción de los mensajes al público porque tienen que cuidar una imagen institucional, quienes difunden mensajes sin sustento científico recurren a elementos retóricos sin límites. Para Daguer, la información institucional, técnica, bien preparada, “suele terminar convertida en una narrativa predecible susceptible de caer en la incomprensión”.

Los autores del trabajo resaltaron la utilidad de plataformas como Facebook para diseminar información durante una crisis de salud pública. Hoy, cerca del 64 % de los adultos en Norteamérica se informan a través de ella.

Tomado de:El Espectador.com

En riesgo el diagnóstico para el cáncer en Colombia

Pacientes se demoran entre cuatro y siete meses para recibir los tratamientos de medicina nuclear. / Gustavo Torrijos

SALUD 21 ENE 2017 – 9:00 PM

La Asociación Colombiana de Medicina Nuclear advierte que estos servicios están colapsados y podrían desaparecer en dos años. En parte, explican, se debe a la dura reglamentación impuesta por el Ministerio de Minas.

Por: María Mónica Monsalve S.
En Twitter: @mariamonic91

Hasta ahora, Lilia Guacaneme Tovar había logrado superar las barreras que impone el sistema de salud. Desde que le diagnosticaron una enfermedad huérfana que le afecta el hígado, hace 16 años, y supo que sufría del síndrome de Sjogren, un trastorno autoinmune que le reseca la boca y los ojos, “aprendió a no quedarse quieta” para recibir sus tratamientos.

Sin embargo, justo cuando creía que había dominado el sistema, en marzo del 2016 le dijeron que tenía cáncer de tiroides. Una enfermedad que, explica, se convirtió en el mayor obstáculo que ha enfrentado, pues a pesar de que logró hacerse la cirugía en agosto, a la hora de recibir yodo radiactivo, tratamiento que los médicos recomiendan hacer máximo cuatro meses después de la cirugía, se lo programaron para junio de este año. Es decir, diez meses después.

Al igual que Lilia, son varios los pacientes que se han topado con un muro a la hora de acceder a los servicios de medicina nuclear, una especialidad que utiliza elementos radiactivos para diagnosticar y tratar varias enfermedades, incluidos ciertos tipos de cáncer. Lo paradójico es que mientras en el resto del mundo el campo crece, en Colombia parece ir en reversa.

Por lo menos, esta es la conclusión a la que llegó el doctor Germán Ríos, presidente de la Asociación Colombiana de Medicina Nuclear, después de ver como los consultorios se iban cerrando y eran cada vez más los pacientes que se sumaban a las listas de espera. “Pasamos de hacer 115 consultas en el 2005 a hacer alrededor de 102 hoy en día, de las cuales solo 30 hacen tratamientos y el resto se dedica al diagnóstico”, afirma.

Pero, más allá del dato, el problema de que estos servicios cierren se traduce en que los pacientes que quedan a la deriva terminan migrando a otras consultas. Esto hace que los tiempos de espera para estudios vitales como las gammagrafías, que detectan anomalías en los órganos, o el PET/CT, que permite localizar tumores y conocer estadio de distintos tipos de cáncer, entre otros, se prolonguen más allá de lo recomendado.

Sólo haciendo un sondeo rápido, entre sus colegas, para saber cuánto tiempo se demora un paciente para recibir el yodo radiactivo –como el que necesita Lilia y que debe hacerse en menos de cuatro meses–, Ríos obtuvo estos estimados: cuatro meses de espera en Cartagena, cinco en Pasto y Bucaramanga y ocho en Cali. “Estamos hablando de un promedio de siete meses para recibir el tratamiento contra el cáncer de tiroides, que es el séptimo de mayor incidencia en el país. Se cree que la población con cáncer aumentará a 4.000 personas, pero sólo tenemos capacidad para 1.600”, comenta.

Para agregarle fuerza a su preocupación, también arroja este dato: después de remover la glándula tiroidea, los pacientes con este cáncer que no reciben yodo radiactivo y supresión hormonal, bajan su probabilidad de curación del 97 % al 80 %.

¿Culpa de una reglamentación muy conservadora?

Hace dos meses, mientras el presidente Juan Manuel Santos viajaba al hospital Johns Hopkins (Estados Unidos) para realizarse un estudio conocido como PET/Scan, en el que se le hizo un barrido para identificar si su superado cáncer de próstata había hecho metástasis, entre los médicos nucleares colombianos empezó a correr un descontento. El afamado examen se habría podido hacer en el país, pero la reglamentación no lo permite.

“Acá tenemos los equipos, el personal y la capacitación, pero no hay autorización para ingresar el radioactivo que sirve como insumo”, afirma Ríos. “¿Qué pasa entonces con los demás colombianos que no pueden coger un avión e irse para ser tratados?”.

Al igual que Ríos, parecen ser varios los físicos médicos que creen que las estrictas normas que tienen el Invima y el Ministerio de Salud, pero sobre todo el Ministerio de Minas, ente encargado de regular la energía nuclear, son las que no les han permitido despegar.

Aunque el problema es de vieja data, la inquietud de los médicos nucleares aumentó en el 2014, cuando el Ministerio sacó una resolución que, según ellos, les ponía reglas excesivas para la situación social y económica del país. Por ejemplo, les exigían unas licencias de construcción y diseño para crear los centros de medicina nuclear que, desde el punto de vista de los médicos, no eran necesarias, teniendo en cuenta que la cantidad de radioactividad que utilizan en sus procedimientos es muy pequeña.

Por otro lado, los índices permitidos para verter el material que puede seguir teniendo propiedades radiactivas una vez el paciente lo desecha por la orina, sin recibir tratamiento, “eran 1.000 veces menores que lo recomendado por el Organismo Internacional de Energía Atómica de las Naciones Unidas (OIEA)”. Lo que implicaba, en otras palabras, que casi toda el agua que sale de estos consultorios y, por ende, de los hospitales que tienen estos servicios, debía ser tratada. Esto, sumado a otras normas que les exigen, haría que en un plazo no mayor a dos años la medicina nuclear desapareciera de Colombia, advirtieron los médicos nucleares.

Para resolver la cuestión, empezaron a crear mesas de discusión entre los médicos nucleares y el Ministerio de Minas. “El ministro Arce sí nos ha escuchado y hemos avanzado”, aclara Ríos.

Ante estas dos quejas, afirma Rosa Torres, coordinadora de Asuntos Nucleares del Ministerio, se hicieron unos cambios que, en resumen, adoptan los niveles de despensa establecidos por la OIEA, les permiten a los médicos presentar su propio diseño de gestión para manejar los desechos y les dan una prórroga de tres años para perfeccionarlos. Además, cambiaron la licencia de construcción por un registro lo que, en teoría, agilizaría el proceso para crear nuevos centros.

Por su parte, Rutty Paola Ortiz, viceministra de Energía, explica que detrás de todas las normas que exige el Ministerio, lo que se busca es garantizar los niveles de seguridad tanto para los ciudadanos como para el medio ambiente, pero “que siguen abiertos a recibir las inquietudes”.

La experiencia, sin embargo, ha cargado a los médicos nucleares de escepticismo, pues creen que esta normatividad, emitida apenas en diciembre de 2016, se puede sumar a una pila de documentos que no generen un cambio real. Su argumento, en parte, viene de que quienes se encargan de dar el sí o no a los registros son funcionarios del Instituto Geológico Colombiano, quienes no conocen sobre la práctica médica.

“Uno de los inconvenientes del proceso es que somos vigilados por un instituto de tierra, donde hay físicos, ingenieros, geógrafos con muchas capacidades, pero que no saben sobre la práctica hospitalaria. Aplican la reglamentación como si fuéramos Bavaria, pero es que nosotros vemos pacientes con una problemática social y con el agravante de que tenemos un déficit de medicina nuclear”, afirma Uriel Chica, doctor en bioingeniería y físico médico.

Frente a esto, advierte la viceministra de Energía, la cartera “no tiene por qué cumplir con los mismos perfiles profesionales que sus usuarios, ya que la tarea principal de los evaluadores es tener competencias en protección y seguridad radiológica”, no en física médica. Además, cuenta que entre el 2015 y el 2016, siete evaluadores tenían estudios de posgrado en protección radiológica y física médica.

Lo cierto, mientras se sabe cómo entrará en práctica la nueva regulación, es que en varias partes del país hay centros de medicina nuclear que se mantienen momificados. El único que existía en Popayán y que atendía a gran parte de los pacientes del Cauca, por ejemplo, está cerrado desde hace más de un año. Según la página del Servicio Geológico Colombiano, hasta el 21 de noviembre de 2016, sólo 95 centros tenían autorización para operar en el país.

En Medellín, el doctor Alejandro Ríos, que ha trabajado en esta especialidad desde 1985, cuenta que también tiene dos centros de medicina nuclear sin autorización: uno en el Pablo Tobón Uribe y otro en la Clínica Cardiovascular Santa María. En promedio, en ambos atendía a 500 pacientes mensuales que han tenido que irse a otros servicios.

“Aquí hay que entender que no es que queramos trabajar de una manera irresponsable o sin regulación, porque seriamos los más expuestos. Sino que toca expedir normas que tengan coherencia con las condiciones sociológicas del país”, advierte.

A los pacientes que estén en lista de espera, mientras tanto, les tocará aprender, como a Lilia Guacaneme, a moverse dentro del sistema. Ella, por ejemplo, pidió una segunda cita para ver si le pueden hacer la radioterapia antes. Si no, a mitad de año tendrá que viajar a Girardot porque, según le explicaron, en Bogotá no hay camas disponibles hasta entonces.

Tomado de:El Espectador.com

Oración por Trump

Quién lo creyera, Señor, pero a veces pecas y empatas: pusiste a vivir en el mismo país a Walt Whitman y a Trump.

Señor, los polacos dicen que la vejez te salió mal. En lo de Trump, tampoco te fue mejor. No había necesidad de incurrir en un lapsus con nombre de pato para notificarnos, ‘urbi et orbi’, que haces lo que quieres.

Sospecho que tomaste compensatorio el día que se aprobó el articulito aquel de la Constitución gringa, que le permite a gente como Trump ser presidente con dos millones de votos menos que Hillary. A veces tienes un sentido del humor que te envidiarían Mark Twain, Groucho Marx y Woody Allen juntos.

Si en algún momento de su eterno mandato de cuatro años se te ocurre decirle “estás despedido”, gracias mil.

Quién lo creyera, Señor, pero a veces pecas y empatas: pusiste a vivir en el mismo país a Walt Whitman y a Trump.
Por una vez, lamento que me hubieras negado la condición de suculenta fémina, de caderas hechizas hechas en el quirófano, para no darle ni la hora de la semana pasada en caso de que me echara los perros.

Pregunta: ¿podrías sacar de la manga algún escandalito que nos permita ahorrarnos al señor Trump? Ya nos diste la mano con Nixon.

Al lado de Nixon, Trump es un aprendiz con el sartal de mentiras que suele ensartar. El caballero se saca de la boca una hamburguesa para decir ‘posverdades’, el nuevo nombre de las mentiras. Señor, no es por molestar con jota, pero esta vez se te fue la mano en gallina. Puedes rectificar.

Menos mal Trump todavía ignora quiénes somos nosotros. En esto te damos unas cataratas del Niágara de agradecimientos.

Mafalda, retirada del bullicio, diría que el mundo está enfermo de los Estados Unidos.

¿Será que es mucho pedirte que le escondas el Twitter al hombre que se ha casado tres veces y detesta los números impares?

Si ya como presidente, posesionado este viernes, insiste en construir el nefasto muro en la frontera con México, te sugiero repetir el episodio de la torre de Babel y confundir a los trabajadores. Cuando pidan un ladrillo, que les alcancen una caja de condones.

Ah, recuerda esconderle el cuarto donde bosteza el botón nuclear.


Óscar Domínguez

www.oscardominguezgiraldo.com

Tomado de:El Tiempo.com

¿URIBE/SANTOS: La alternativa del 2018?

¿Uribe-Santos 2018? Foto iris.net.co

Por Octavio Quintero, El Satélite

Un ejemplo de periodismo objetivo es el trabajo desarrollado por Alejandro López Ortiz, internauta vinculado a la red social que propende por la reivindicación de los derechos de los pensionados a la igualdad y a una vida digna.

López Ortiz dudó de la veracidad de una información divulgada inicialmente por DEBATE, un periódico virtual de reciente aparición al servicio del Centro Democrático del expresidente Uribe, el cual, aprovechando una resolución de la Registraduría Nacional sobre el reconocimiento de un comité de ciudadanos dispuesto a recoger apoyos para un referendo constitucional aprobatorio, tituló la información, con evidente mala intención: “EN COLOMBIA SÍ SE PUEDE REVOCAR AL PRESIDENTE, REGISTRADURÍA APROBÓ RECOLECCIÓN DE FIRMAS PARA REFERENDO REVOCATORIO DE SANTOS”.

Para una persona que usualmente tenga que ver con asuntos constitucionales, de inmediato se da cuenta que el titular es fruto de la ignorancia o la mala fe porque tanto la Constitución como la ley solo habilitan en Colombia la revocatoria de mandato de gobernadores y alcaldes. Pero, para un lector que no tiene mayor información legal y constitucional, y que además tiene del presidente Santos tan mala imagen, según las encuestas, pues, su impulso es a dar por cierta la noticia, y hasta alegrarse de su consecuencia.

López se dio a la tarea de averiguar, por derecho de petición, el alcance de la resolución de la Registraduría y lo consiguió, y ha procedido correctamente a difundir en su red social la respuesta oficial del ente nacional.

VER RESPUESTA DE LA REGISTRADURÍA

Aprovechemos la circunstancia para hablar de posverdad, esa palabreja que, según el Diccionario Oxford, fue la más usada en los medios de comunicación en el 2016 con el significado de “circunstancias en las que los hechos objetivos tienen menor influencia en la formación de la opinión pública que los llamamientos a la emoción y a la creencia personal”.

La columnista en GES, Violeta Yangüela, se refirió recientemente al término, posverdad, en su columna “Hackeo y Twitter”, agregándole claridad al significado al explicar que el término “pos”, pegado a verdad, indica que la verdad, en este caso, pertenece a un tiempo en el cual se ha vuelto insignificante o irrelevante, o sea, lo que queda atrás, está superado.

Llegamos así a la era en la que algo que aparenta ser verdad es más importante que la verdad misma. Lo verdadero no es lo que está ocurriendo, es decir, la realidad misma, sino lo que se dice y guste a la gente y, además, haga parte de sus creencias. En pocas palabras, lo que importa no es la realidad sino su percepción.

¿Por qué ahora insistir tanto en esto, al menos de nuestra parte? Porque nos parece, salvo mejor opinión, que esta posverdad fue la que dominó tres resultados electorales que se erigieron en el 2016 como emblemáticos de que algo raro está sucediendo en la democracia occidental: el Brexit de Gran Bretaña; el NO del plebiscito por la paz en Colombia; y, la elección de Trump en Estados Unidos. En los tres casos, los analistas más conspicuos van coincidiendo en que la gente votó más con emoción y por creencias personales que por razones medibles, verificables y comprobables.

A decir verdad, posverdad es un arma electoral ya de uso corriente en nuestro medio. Posverdad dominó la reelección de Santos en donde la gente no votó tanto por sus resultados de gobierno del primer cuatrienio, como por la esperanza de una paz estable y duradera; posverdad que, dos años más tarde, adquiere otra dimensión: la gente ya no votó por la esperanza de una paz estable y duradera sino por la animadversión que tenía por las Farc-Ep y por el mismo gobierno. Si a esto le agregamos la creencia desplegada de que los acuerdos de La Habana se metían con la ideología de género y la familia, el coctel quedó servido a favor del NO. Nosotros le hemos agregado a este coctel un pasa bocas: la confianza del gobierno de que el SÍ a la paz ganaba por sí solo y que no era necesario regar mucha mermelada sobre los políticos para que salieran a comprar votos, como lo hacen en elecciones de Congreso y Presidencial.

¿Y qué tiene que ver todo lo anterior con la falsa noticia de que en Colombia se puede revocar el mandato presidencial?

Ah, pues, como políticamente al sistema le ha dado tanto resultado la polarización, qué mejor que cultivarla y llevarla hasta las elecciones de Congreso y Presidencial del 2018 en donde, con cara sigue ganado el sistema y con sello seguimos perdiendo todos nosotros.

Si en el pasado reciente nos llevaban a las urnas con la promesa de acabar con las Farc o negociar la paz, a partir del 2014 nos llevaron a escoger entre Santos o Uribe que son, como dice la gente, la misma perra con distinta guasca. Y parece que por el mismo camino nos quieren llevar a las elecciones del 2018. Hoy en día, para mal de Colombia y de sus gentes, la alternativa democrática no es gobierno-oposición sino los mismos con las mismas.

Fin de folio.- No es votando con el estómago como podremos sacar a los malos de la casa de todos. Si queremos cambiar no podemos seguir haciendo lo mismo, como alguna vez dijera Einstein.

Tomado de:Revista Corrientes.

El estilógrafo de Fidel Castro que terminó empeñado en Bogotá
Foto: Archivo particular

Juan Darío Lara (i), Jaime Viana, Amparo Pérez y Fernando Barrero 

Anécdotas del encuentro del fallecido líder cubano con una delegación de periodistas hace 40 años.

Por:  JUAN DARÍO LARA | 

Que se empeñe por razones económicas una joya o cualquier otro objeto de valor no es extraño, para eso están destinadas las casas de compraventa que, por una suma que no es la requerida ni la justa, sacan de apuros a cualquier persona.

Sin embargo, entre todos los tipos de artículos que circulan a diario en las vitrinas de estos establecimientos, hubo uno de valor emotivo y romántico que no merecía este triste final. Se trató del estilógrafo bañado en oro con el que el comandante Fidel Castro firmó la Constitución de Cuba.

Un valioso instrumento que estuvo ligado con un personaje que creó actitudes contradictorias en el mundo y que hace 40 años fue empeñado por una deuda en una de esas casas de compraventa o en algún lugar de diversión de la capital del país.

(Le puede interesar: Cuba rinde homenaje a Fidel Castro con mensaje de resistencia a Trump)

En febrero de 1976, el entonces Emabajador Ramiro Andrade, exparlamentario del Movimiento Revolucionario Liberal (MRL), fallecido en junio del año pasado, se reunió con el extinto Comandante para dialogar en tono jocoso y serio con algunos periodistas y empresarios colombianos que para esa fecha visitaban la embajada de La Habana, este último, en un acto de desprendimiento y generosidad, le obsequió el preciado estilógrafo al fallecido periodista Yolian Londoño Passos.

En un momento de la reunión, el emblemático líder cubano quiso prender un gigantesco habano, y en un gesto audaz Londoño le extendió su brazo que sostenía un ‘mechero’ prendido con una llama inmensa que sorprendió a Fidel, no solo por el fogonazo sino porque lo obligó a echar su cabeza hacia atrás para evitar de esta manera que se quemara su espesa barba.

Aterrado preguntó: “¿Qué es eso? ¿Un ‘mechero’ hecho por los ‘gringos’?”, lo que de inmediato causó un estallido de risas entre los asistentes que lo rodeábamos.

Como un acto de reciprocidad con el periodista, Castro sacó del bolsillo izquierdo de su chaqueta verde oliva el famoso estilógrafo de oro y se lo obsequió a Londoño, no sin antes decirle: “Con esta pluma firmé la Constitución de Cuba”.

Los periodistas Alberto Giraldo, Amparo Pérez, Fernando Barrero y Jaime Viana, con quien compartí esta experiencia en Cuba, quedaron al igual que yo, atónitos por el acto que había acabo de realizar el líder cubano. Entre los empresarios de la misión comercial que visitaban la isla en ese momento estaban Fabio Echeverry Correa, presidente de la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia (Andi); Emilio Urrea Delgado, presidente de Fenalco; Armando Devia, presidente de la Cámara Fedemetal adscrita a la Andi, y Alberto Galeano, director de Proexport (ahora Procolombia).

(Además: Cuba prohíbe usar el nombre de Fidel Castro en espacios públicos)

Al concluir la reunión con Fidel Castro, varios integrantes de esta comitiva le ofrecieron al periodista comprarle el invaluable objeto por el precio que fuera, sin embargo él prefirió guardarlo para mostrárselo a su familia y amigos una vez aterrizara de nuevo en Colombia.

No obstante, la admiración por el inesperado regalo que recibió de manos del propio Fidel Castro le duró poco a Londoño, quien en un arrebato de sinceridad me confesó que lo había empeñado; no recordaba dónde ni por cuánto dinero a cambio.

En ese diálogo que sostuvo en la embajada de La Habana hace cuatro décadas, el mandatario cubano exhibió a los asistentes los amplios conocimientos que tenía sobre Colombia, en especial sobre su economía, política y otras actividades; incluso en algún momento de la noche hasta llegó a preguntar sobre la producción de hierro del país y las “sabrosas arepas colombianas”.

Ése día además aprovechamos para preguntarle sobre la participación que tuvo en el desarrollo del famoso ‘Bogotazo’, que tuvo lugar el 9 de abril de 1948, tras el asesinato del excandidato presidencial por el partido Liberal Jorge Eliécer Gaitán.

(Lea: Raúl Castro convierte en ley el último deseo de Fidel)

Castro nos aclaró que nunca participó en esa acción. “Me hallaba en los alrededores del Hotel Granada, cuando observé una muchedumbre gritando que se dirigía hacia la avenida Jiménez, traté de ir pero me detuve por precaución. Lo lamenté mucho”.

Respondió también preguntas de los invitados a la embajada sobre la participación de las tropas cubanas en Angola, en lo que se conoció en su momento como ‘Operación Carlota’.

El Comandante argumentó que lo hacían por el abandono en que los tenía el ‘imperialismo yanqui’; potencia a la que despreció a causa del embargo comercial que realizó Estados Unidos a Cuba desde comienzos de los 60.

¡Qué paradoja! Castro no solo alcanzó a ver restablecidas las relaciones entre Cuba y los Estados Unidos en el 2015, además extendió su revolución a Colombia apoyando las guerrillas internas del país y facilitó su territorio por más de cuatro años para que se desarrollaran de manera efectiva los diálogos de paz entre las Farc y el Gobierno Nacional.
Fidel Castro murió el viernes 25 de noviembre del año pasado a las 9:30 de la noche (hora de Cuba), según lo comunicó oficialmente su hermano Raúl: “Ha muerto Fidel Castro, el Comandante de la Revolución Cubana”.

Tenía 90 años recién cumplidos y hacía algunos días había dicho ante el Congreso del Partido Comunista Cubano: “A todos nos llega nuestro turno”.

Por Juan Darío Lara, socio del CPB,
Especial para EL TIEMPO

Tomado de:El Tiempo.com

Trump revive los espíritus ‘salvajes’ del capitalismo global
Foto archivo

El equipo de máximo nivel del presidente electo Donald Trump ha pasado un total colectivo de 83 años en el ámbito de los negocios.

Se debe a sus propuestas de políticas, que incluyen medidas en pro de las empresas, como reformas fiscales, desregulación e incentivos a la inversión.

El sector corporativo de los Estados Unidos se muestra optimista conforme ejecutivos de primer nivel comienzan a ocupar las principales posiciones de la Casa Blanca.

La elección de Donald Trump ha generado un sinnúmero de sorprendentes estadísticas. Ray Dalio, jefe del fondo de cobertura de Bridgewater, analizó las biografías de la nueva administración y descubrió que los ocho funcionarios más altos tienen un total de 55 años de experiencia gubernamental, la mayor parte de la cual fue en el ejército.

(Lea: Farmacéuticas se salen con la suya’ y otros reclamos de Trump)

Eso es insignificante en comparación con los últimos ocho presidentes. El equipo de máximo nivel de Barack Obama (constituido por las posiciones de presidente, vicepresidente, jefe de gabinete, procurador general y secretarios de Estado, Comercio, Defensa y Tesoro) tenía 117 años de experiencia colectiva.

Para las presidencias de George W. Bush, Bill Clinton y George H. W. Bush, los totales eran de 80, 101 y 79 años, respectivamente.

Sin embargo, el equipo de máximo nivel de Trump ha pasado un total colectivo de 83 años en el ámbito de los negocios. La administración del presidente Obama tenía un total de solo cinco — sí, solo cinco — años.

Así es que la característica definitoria del ‘equipo Trump’ no es simplemente que muchos son ultrarricos; es que han sido curtidos por sus experiencias en las altas esferas corporativas.

Los nombramientos de menor envergadura que actualmente se están haciendo refuerzan ese patrón. Esta semana, por ejemplo, Trump puso la Comisión de Bolsa y Valores (SEC, por sus siglas en inglés) en manos de Jay Clayton, un abogado del sector privado que nunca ha trabajado en el gobierno.

¿Es esto bueno para los negocios estadounidenses? Se pudiera sugerir que algunos de los nombramientos de Trump dicen más acerca de su estilo que del contenido de sus políticas, ya que prefiere escoger a personas de una inclinación similar a la suya, específicamente a individuos ajenos al gobierno que odian los procesos burocráticos y que enfatizan los resultados tangibles.

Esto pudiera ser energizante. Pero no está claro si un equipo de “hacedores” tendrá una ideología coordinadora y, mucho menos, las habilidades diplomáticas necesarias para ser capaz de lograr algún resultado con el Congreso.

También es alarmante que el nombramiento de este equipo de alto nivel no haya detenido las críticas populistas antinegocios de Trump.

Esta semana, General Motors estaba en la mira de los tuits de Trump (por producir automóviles en México). Anteriormente era Ford (que acaba de cancelar una inversión en México debido a la presión).

Boeing, Apple y Carrier también han sido blancos, y otros les seguirán. Este no es el comportamiento normal de un presidente a favor de los negocios.

Pero la psicología empresarial, como la política de Washington, puede ser irracional. Y lo que llama la atención es que todos los ejecutivos con los que he hablado recientemente se sienten decididamente optimistas. “Lo que me ha impresionado durante las últimas semanas es el cambio en los ‘espíritus animales en los negocios, tanto pequeños como grandes”, me comentó esta semana David Cote, el presidente y director ejecutivo de Honeywell.

No cabe ninguna duda al respecto; existe un sentimiento de optimismo”. Esto se debe parcialmente a las propuestas de políticas de Trump, las cuales incluyen medidas en pro de las empresas, como las reformas fiscales, la desregulación y los incentivos a la inversión.

Pero el otro factor es el punto acerca de los datos de Dalio: esos 83 años de experiencia en las altas esferas corporativas.

Aunque nadie sabe si Trump realmente logrará hacer algo (ni si la Reserva Federal responderá a los recortes de impuestos subiendo las tasas), los líderes empresariales pueden ver el cambio simbólico que representan esos nombramientos al gabinete.
Y aunque nadie puede crear crecimiento económico con mero simbolismo, los símbolos pueden tener un poderoso impacto psicológico.

Estamos a punto de experimentar un profundo cambio ideológico liderado por el Presidente”, argumenta Dalio. “Esto pudiera tener un impacto mucho mayor sobre la economía estadounidense de lo que se pudiera calcular basándose únicamente en cambios en las políticas tributarias y de gastos públicos, porque pudiera animar a los ‘espíritus animales’”.

Tal y como señaló Jeff Immelt, el director ejecutivo de General Electric (GE), recientemente: “Simplemente se escucha mucho más optimismo: las personas están pensando en proyectos de inversión que no estaban considerando antes. La noción de que pudiéramos modernizar nuestro código tributario, todo esto hace que la gente piense de otra manera”.

Tal optimismo puede que sea inapropiado. Pero no puede ignorarse. El punto clave para los inversores es observar lo que el equipo de ejecutivos de alto nivel de Trump realmente realiza en el campo de las políticas durante los próximos meses y también lo que compañías como GE hacen con sus planes de inversión.

Eso no es solo por los tuits populistas de Trump. En términos económicos, intimidar a Ford para que mantuviera una planta de automóviles en EE. UU. es casi irrelevante. Pero si las compañías estadounidenses se están preparando para desatar más inversiones, como dice Immelt, esto pudiera ser verdaderamente significativo, sobre todo teniendo en cuenta que los gastos de capital (capex) han sido tan decepcionantemente débiles durante los últimos años.

Entonces hay que prestarle verdadera atención al siguiente conjunto de estadísticas de gastos de capital; y a los planes corporativos que los verdaderos ejecutivos de alto rango lanzarán cuando publiquen sus ganancias a finales de este mes, casi al mismo tiempo que el gabinete de ejecutivos de primer nivel de Trump estará siendo juramentado.

Financial Times

Tomado de Portafolio

Cambio de mando: sale Obama y entra Trump ¿Qué le espera a Colombia?

Barack Obama, el presidente que sacó a EE. UU. de la recesión

Recibió un país con la peor crisis económica y financiera en 80 años. En su mandato se crearon más de 17 millones de empleos.

Ni siquiera los 10 grados centígrados bajo cero de temperatura bastaron para apagar la efervescencia de los más de dos millones de personas que asistieron en Washington DC a la posesión de Barack Obama como presidente de Estados Unidos el 20 de enero de 2009.

Con el lema de ‘Esperanza’, el nuevo presidente simbolizaba ese cambio que pedían los estadounidenses después de dos devastadoras guerras en Irak y Afganistán con sus centenares de muertos, y sobretodo, una crisis económica que después fue reconocida como la otra ‘Gran Depresión’.

(Lea: La incierta presidencia del magnate republicano Donald Trump). 

Eran tiempos sombríos, de estrés, desesperanza, incertidumbre, temor y ansiedad para los habitantes de la primera potencia económica mundial que experimentaban día a día la pérdida de su propiedad raíz y empleos, mientras los grandes ejecutivos y el Gobierno luchaban contra la crisis financiera del 2008, el PIB caía aceleradamente, Wall Street se desplomaba hora tras hora, la quiebra de la industria automotriz y la quiebra de bancos como Lehman Brothers.

La situación era tan desesperante que una reunión con el congreso en la mañana del 18 de septiembre de ese año, el secretario del Tesoro, Henry Paulson, les aseguró que para las dos de la tarde de ese mismo día, se podrían desaparecer unos 5,5 billones de dólares de riqueza del país y pidió, junto con el presidente de la Reserva Federal, Ben S. Bernanke, 700.000 millones de dólares en un término máximo de tres días para salvar la economía del país.

(Colombia, el segundo país más vulnerable ante las políticas de Donald Trump). 

Consciente de la grave crisis económica, Obama se puso a trabajar inmediatamente el día posterior a su elección (4 de noviembre de 2008). Durante el 2009, la administración de Obama sufrió la pérdida de unos ocho millones de empleos, con una tasa de desempleo que rondó el 10 por ciento, la economía se contrajo 2,7 por ciento, mientras que hasta el 2010, más de 11 millones de personas perdieron sus casas y apartamentos.

Apenas un mes después de su posesión, el Congreso estadounidense aprobó un paquete de estímulo económico por 787.000 millones de dólares, con el cual se redujeron los impuestos, se extendieron beneficios para los desempleados y se iniciaron innumerables obras públicas en todo el país.

El 30 de marzo de 2009, el Gobierno federal rescató a la industria automotriz tomando el control de General Motors y Chrysler salvando tres millones de trabajos, forzando a las empresas a ser más eficientes y globalmente competitivas, lo mismo que a la banca con unos siete billones de dólares.

La recesión terminó seis meses después cuando el PIB volvió a positivo por primera vez desde el 2008, a comienzos del 2010 ya llegó a 3,9 por ciento. Para el 30 de marzo de 2010, ya se habían gastado 633.500 millones de dólares del paquete de estímulo.

El 23 de marzo de 2010, el presidente estadounidense revolucionó el sistema de salud del país, uno de los peores del mundo, con el popularmente conocido como ‘Obamacare’, un seguro de salud universal de bajo costo.

El mandatario vio la necesidad de crear un seguro de salud obligatorio, ya que la dificultad para pagar los altos costos médicos ocasionaban el 50 por ciento de las quiebras del país. Para el 2014, el 95 por ciento de la población estadounidense ya estaba bajo este esquema de salud mientras que las visitas al hospital y los costos se redujeron.

En julio del 2010, y como parte de las reformas para evitar otra crisis financiera, la administración promovió la ley Dodd-Frank, una legislación para regular a los grandes bancos y proteger financieramente al consumidor, que incluía tarjetas de crédito y cuotas inmobiliarias.

En cuanto a los bancos se estableció un control más exhaustivo a las entidades demasiado grandes para quebrarse, a las cuales, entre las principales medidas se les prohibió estar muy involucrados con los fondos hedge, derivados riesgosos, intercambios de créditos impagos y materias primas. De la misma manera a las agencias de calificación como Moody’s y Standard & Poor’s se les exigió volverse más estrictas en sus sistemas de evaluación.

En diciembre de 2010 y como parte de las medidas para sacar al país de la crisis, el Congreso aprobó un recorte de impuestos por 858.000 millones de dólares para personas naturales y empresas.

Desde ahí, el desempeño económico del país ha sido calificado entre ‘bueno y aceptable’ por gran parte de los economistas durante el resto de la administración Obama, la cual termina este viernes.

Todos los indicadores muestran números positivos: una baja inflación, crecimiento del PIB, PIB per cápita, disminución del déficit federal en dos tercios, aumento de las exportaciones, ventas récords de automóviles, minoristas y sector inmobiliario, las ganancias en Wall Street promediaron el 150 por ciento, ganancias de las compañías y comercio, pero sobre todo, la recuperación del empleo: durante la presidencia de Barack Obama se crearon 17 millones de empleos.

Sus detractores le achacan la baja tasa de crecimiento y el incremento de la deuda nacional.

Pedro Vargas Núñez
Subeditor Portafolio

Tomado de:Portafolio