Saru Saud, de 7 años, bebe agua en la comunidad en la empobrecida aldea de Biraltoli, en el distrito de Achham, en la región de Far-Western, en Nepal
Foto: UNICEF/NYHQ2012-2002/SHEHZAD NOORANI
La humanidad necesita agua
Una gota de agua es flexible. Una gota de agua es poderosa. Una gota de agua es más necesaria que nunca.
El agua es un elemento esencial del desarrollo sostenible. Los recursos hídricos, y la gama de servicios que prestan, juegan un papel clave en la reducción de la pobreza, el crecimiento económico y la sostenibilidad ambiental. El agua propicia el bienestar de la población y el crecimiento inclusivo, y tiene un impacto positivo en la vida de miles de millones de personas, al incidir en cuestiones que afectan a la seguridad alimentaria y energética, la salud humana y al medio ambiente.
En la actualidad más de 663 millones de personas viven sin suministro de agua potable cerca de casa, lo que les obliga a pasar horas haciendo cola o trasladándose a fuentes lejanas, así como a hacer frente a problemas de salud debido al consumo de agua contaminada.
«¿Por qué desperdiciar agua?»
Este año, nos concentramos en el desperdicio del agua y en cómo reducir y reutilizar hasta un 80% del agua que malgastamos en nuestras casas, ciudades, industrias y agricultura y que fluye de vuelta a la naturaleza, contaminando el medio ambiente y perdiendo nutrientes valiosos.
Necesitamos aumentar la recolección y tratamiento de las aguas residuales y reciclarlas de una forma segura. Al mismo tiempo, necesitamos reducir la cantidad de agua que contaminamos y malgastamos para ayudar a proteger el medio ambiente y los recursos hídricos.
El Objetivo de Desarrollo número 6 Garantizar la disponibilidad de agua y su gestión sostenible y el saneamiento para todos, incluye una meta de reducir a la mitad la proporción de agua dilapidada y aumentar su reciclaje.
Datos destacados
Mundialmente, más del 80% de las aguas residuales que generamos vuelve a los ecosistemas sin ser tratada ni reciclada.
1800 millones de personas usan una fuente de agua contaminada por material fecal, poniéndolas en riesgo de contraer el cólera, la disentería, el tifus o la polio. El agua no potable, y unas pobres infraestructuras sanitarias, así como la falta de higiene, causa alrededor de 842 000 muertes al año.
Las oportunidades de explotar las aguas residuales como un recurso son enormes. El agua tratada de una forma segura es una fuente sostenible y asequible de agua y energía, así como para obtener nutrientes y otros materiales recuperables.
El Día Mundial del Agua está coordinado por UN-Water , un mecanismo de colaboración de la ONU para temas relacionados con el agua potable en el que participan gobiernos y otras entidades.
Ivanka, que como «primera hija» ha tenido un rol frecuente y atípico en la Casa Blanca, aumentará de este modo su influencia en el círculo presidencial.
Trump, la hija mayor —y predilecta— del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, tendrá una oficina propia en el Ala Oeste de la Casa Blanca, según ha informado este martes su abogado. A sus 35 años, Ivanka, que como «primera hija» ha tenido un rol frecuente y atípico en la Casa Blanca desde que su padre tomó posesión del cargo, aumentará de este modo su influencia en el círculo presidencial.
En Washington ya es habitual ver a la hija del presidente acompañando a su padre en actos oficiales y también en reuniones con mandatarios internacionales. Desde el entorno del presidente la idea que se transmite es la de que la confianza del presidente en su hija como asesora es absoluta, de ahí que sea ella la que tenga más protagonismo en la campaña electoral y la etapa posterior que su madrastra, Melania Trump.
En diciembre pasado, la primera reunión que tuvo su padre como presidente electo con un líder extranjero, con el japonés Shinzo Abe en su residencia de Nueva York, ella estaba en la habitación. El pasado viernes se sentó al lado de la canciller alemana, Angela Merkel, durante su reunión en la Casa Blanca, posición que también ocupó en febrero en la visita del primer ministro canadiense, Justin Trudeau.
SIN CARGO NI SALARIO
De acuerdo con su abogado, Jamie Gorelick, al que citan medios locales, Ivanka Trump no tendrá un cargo oficial en la Casa Blanca y no recibirá salario alguno por su nuevo trabajo. Por otro lado, también ha confirmado a varios medios en Washington que a Ivanka se le aplicarán las mismas reglas éticas que a los empleados de la Administración. Tendrá acceso a información clasificada y un teléfono oficial. Según ha dicho el abogado a Politico, el papel de Trump será servir como «los ojos y los oídos» del presidente.
La hija de Trump se unirá así en el Ala Oeste de la Casa Blanca a su marido, Jared Kushner, que trabaja como asesor del presidente y ya es un habitual en el Despacho Oval. Ni él ni su esposa tienen experiencia en cargos públicos. Ivanka dirige una línea de modas con su nombre.
Ivanka es la única de los hijos de Trump que se mudó de Nueva York a Washington con su padre aunque entonces negó cualquier interés en trabajar en la Casa Blanca.
La fuerte influencia de la joven pareja sobre Trump ha levantado incertidumbre sobre un posible conflicto de intereses y alimentando un debate sobre la ausencia de límites definidos entre los negocios de la familia y las actividades políticas de varios de sus miembros.
Pese a las sospechas, el presidente insiste en que ha dejado todos sus negocios en manos de sus hijos y no tiene ninguna comunicación respecto de las decisiones que toman. En un tuit, atacó a los almacenes Nordstrom por dejar de vender la marca de ropa y complementos de Ivanka Trump.
Nordstrom terminó el acuerdo porque la marca no cumplía las expectativas comerciales. La consejera de la Casa Blanca Kellyanne Conway salió después en televisión pidiendo públicamente que los espectadores compraran productos de Ivanka Trump. Ese tipo de promoción está expresamente prohibida por ley.
Una mujer es asistida mientras intenta atravesar una calle inundada por el desborde del río Huaycoloro sobre el distrito de Huachipa, en las afueras de Lima, el 17 de marzoCreditGuadalupe Pardo/ReutersPor ERNESTO RÁEZ LUNA
LIMA — Desde diciembre pasado, Perú enfrenta un episodio de lluvias intensas a lo largo de los Andes y en la costa norte que han dado lugar a una tragedia conocida en el país, pero por primera vez transmitida a través de las redes sociales: quebradas inactivas durante medio siglo han reanudado sus flujos y avalanchas de lodo, denominadas localmente “huaycos”, descienden imparables de las montañas, arrasando campos de cultivo, criaderos de animales y viviendas, bloqueando carreteras y el tránsito de personas y mercancías.
Según las cifras oficiales del Centro de Operaciones de Emergencia Nacional, hasta el sábado 18 de marzo había casi 100 mil damnificados directos, más de 600 mil personas y 134.000 viviendas afectadas, 75 muertos y 20 desaparecidos. Las principales concentraciones humanas del país, ciudades costeras establecidas en valles desérticos como la capital, Lima (en el centro); Piura, Trujillo y Chiclayo (en el norte) y Huarmey, al norte de Lima, han sido duramente golpeadas.
La costa es la región más moderna y densamente poblada de Perú. Uno de cada tres peruanos vive en Lima, una ciudad con alrededor de 10 millones de personas. Muchas de ellas habitan zonas de alto riesgo, asentamientos establecidos mediante sucesivas invasiones y maniobras de tráfico de tierras. A mediados de la semana pasada, el río Rímac, que atraviesa Lima, y un afluente, el Huaycoloro, se desbordaron.
Simultáneamente, una serie de tormentas se abatieron sobre las ciudades de la costa norte. Las redes sociales y los noticieros difundieron escenas de puentes destruidos, gente varada en la orilla equivocada, vecindarios sumidos en el lodo y heroicos esfuerzos de rescate.
Desde la mañana del miércoles 15 hasta el lunes 20 de marzo, el suministro normal de agua potable fue suspendido en casi toda la capital, porque la turbidez del río y el exceso de desperdicios, animales muertos y escombros que arrastraba el Rímac no permitía captar aguas y tratarlas. En la tarde del sábado, el Servicio de Agua Potable y Alcantarillado de Lima (SEDAPAL) reanudó fugazmente el servicio y los limeños pudieron juntar algunos baldes de agua de emergencia.
Ya en febrero el gobierno había declarado cuatro regiones en emergencia. Aunque suena a medida extraordinaria, el estado de emergencia, en una u otra parte del país, es casi cotidiano en el Perú.
A fines de 2016, a tres meses de iniciar su gobierno, el presidente Pedro Pablo Kuczynski debió enfrentar una sequía prolongada en la costa norte, que impedía iniciar la campaña de cultivo de arroz, el principal alimento energético de los peruanos. La sequía propició también una docena de incendios forestales en el norte, que afectaron cinco áreas naturales protegidas. El país ya venía de experimentar incendios generalizados en la Amazonía entre junio y septiembre. Estos fueron precedidos por varios meses de alerta climática durante el verano 2015-2016, cuando la sospecha de un Niño en ciernes llevó al Presidente anterior, Ollanta Humala, a destinar tres mil millones de soles (casi mil millones de dólares) para labores preventivas.
El Niño es un fenómeno cíclico intrínseco a la dinámica climática del planeta. Se desarrolla en el Pacífico ecuatorial y afecta a la costa peruana, pero sus repercusiones pueden ser globales. Este fenómeno está asociado al ciclo anual de los vientos que soplan a lo largo de la costa de Perú y Chile, de sur a norte; y mantienen la superficie del mar fría. Cada verano, esos vientos se debilitan, permitiendo que el mar frente al Perú se caliente y que ingresen aguas cálidas desde el Ecuador e incluso desde Indonesia. La mayor evaporación sobre el mar y la calma se combinan para producir un poco de lluvia en el desierto.
Cada tres a ocho años, con recurrencia previsible pero impredecible, el ciclo se intensifica, y entonces se da un Niño con grandes lluvias que a veces se convierten en diluvios. En la historia reciente, hemos tenido eventos extremos, o Meganiños, en 1877, 1891, 1925, 1983 y 1998. El fenómeno no está conectado de ninguna manera evidente con el cambio climático, pero probablemente seguirá ocurriendo junto con el calentamiento global, que haría más intensos y frecuentes los eventos climáticos extremos.
El Niño de este verano todavía está muy lejos de provocar los perjuicios de un Meganiño. El último, en 1998, produjo más de 372 mil damnificados en la costa y la selva del país. Sin embargo, este Niño y las lluvias estacionales en los Andes ya pusieron al borde del colapso a las principales ciudades peruanas.
Pese a experimentar más de una década de crecimiento económico sostenido, Perú no ha logrado operar la alquimia social de pasar de la cantidad a la calidad, y sigue sin estar preparado para capear su propia variabilidad climática. Hoy se encuentra más vulnerable y bajo mayor riesgo climático que en el pasado.
Chamorro, según su esposo, estaba “en el centro del corral (de animales) y por ambos lados se venía el río”. La familia, se deduce, había decidido establecerse en el previsible camino del aluvión.
El alcalde, por su lado, ante la vergüenza del puente desplomado, explicó que “la ingeniería tiene un límite que siempre es superado por la naturaleza”.
Excusas parecidas han sido ensayadas por las autoridades en todas las regiones afectadas. El propio Kuczynski adjudicó la emergencia al “calentamiento global”, que tiene poco o nada que ver con la natural recurrencia del Niño, ni con las lluvias que arrecian en los Andes todos los veranos.
El que ha cambiado es el paisaje humano. Los campos cultivados han sido recubiertos de cemento. Allí donde la población era dispersa, hoy se agolpan millones de personas. Los techos, en las ciudades de la costa, son planos y permeables; pero las vías públicas son impermeables y sin drenajes, propensas a empozamientos.
La crisis, que ha tocado tan de cerca a la capital del país, podría catalizar voluntades amodorradas durante mucho tiempo. Un incierto espíritu de solidaridad surgió en los últimos días. El presidente y sus ministros repartieron su presencia en distintos puntos de atención crítica, ofreciendo una coherente sensación de serenidad ejecutiva. La información ofrecida a la población ha sido notablemente sensata y oportuna. La oposición suspendió el fuego cruzado que mantenía con el gobierno. Miles de ciudadanos enlodados, con sus bienes perdidos, sin agua potable y expuestos al sol inclemente, mantienen una estoica disciplina, salvo una que otra explosión verbal de angustia o impaciencia.
Más allá de las quejas previsibles contra las autoridades corruptas o ineptas, y contra la inoperancia del Estado, en las discusiones públicas y privadas abiertamente se reconoce la necesidad de incorporar elementos de ordenamiento territorial y urbano en la reconstrucción que seguirá a la atención de la emergencia, incluyendo la reubicación de cientos de miles de personas que han invadido y urbanizado orillas inundables, caminos de avalancha y quebradas secas, o que han interrumpido los cauces con desperdicios durante décadas. Muchas obras de infraestructura vial requieren ser reforzadas o construidas de nuevo para soportar eventos extremos.
Curiosamente, Kuczynski, un tecnócrata septuagenario y un político heterodoxo que sin ningún empacho se retrata como “un presidente sin esperanzas de grandeza”, podría, por la misma parsimonia y frialdad analítica que le ha valido ir descendiendo en popularidad, catalizar —ante la crisis— las voluntades coherentes y de largo aliento que será necesario movilizar para una reconstrucción fundamental, que no consista, otra vez, en salir del paso.
El presidente ya anunció un fondo de reconstrucción de 2500 millones de soles, que, sin embargo, solo debería ser el comienzo de una tarea enorme y sostenida.
El trabajo por el que se destacó consiste en actividades físicas y de reflexión a través de la respiración, el yoga y el entendimiento del cuerpo para generar conciencia de paz. Los estudiantes del colegio son de bajas condiciones socioeconómicas, están en riesgo o consumen drogas, algunos sufren violencia intrafamiliar, entre otros problemas. Sin embargo, aunque Rubio no quedó dentro de los diez, la Varkey Foundation lo invitó y lo nombró embajador.
Su representación como colombiano ha sido la del más alto nivel durante el Global Education and Skills Forum, evento que terminó con la entrega del Global Teacher Prize. Allí, profesores de todos los rincones del mundo se encontraron para compartir sus experiencias pedagógicas.
“Los profesores podemos incidir de manera positiva en la vida de los estudiantes y generar un proyecto de vida diferente”, aseguró el maestro colombiano.
Maggie, la profesora de Canadá condecorada como la mejor del mundo
Recibió el galardón por rescatar a los jóvenes de una alejada comunidad indígena de su país.
Cuando la canadiense Maggie MacDonnell decidió aceptar una oferta de trabajo con las comunidades indígenas en el Ártico de su país, hace seis años –después de terminar su maestría–, nunca pensó en convertirse en la mejor docente del mundo.
Este domingo fue reconocida así por el Global Teacher Prize, considerado en el mundo de la educación como el Nobel de los docentes. Su trabajo, destacaron los jurados en Dubái, donde recibió el trofeo, fue vital para que jóvenes de la remota escuela Ikusik de Salluit, la segunda comunidad de la tribu inuit más al norte de Canadá, lograran cambiar sus rutinas y alejarse de problemas como el embarazo, el consumo de drogas y los suicidios.
En esta pequeña aldea, la temperatura puede alcanzar en invierno los -25 grados centígrados. Precisamente por las difíciles condiciones y la lejanía, son pocos los profesores que se atreven a llegar allí.
La profesora habló con EL TIEMPO sobre su trabajo y explicó que ha desarrollado varios proyectos con los jóvenes de su escuela porque hay una fuerte problemática con este sector de la población. “El embarazo es común en las niñas inuits, especialmente por abuso sexual. Además, el consumo de drogas y de licor ha aumentado. Esa es una tendencia frecuente en las áreas de aislamiento y de recursos limitados. Es la forma de escapar de ellos”, aseguró la docente.
Por esas difíciles condiciones se han presentado suicidios en la comunidad. Tan solo en el 2015 se quitaron la vida seis estudiantes. Maggie explicó: “Intento con este trabajo generar espacios seguros por fuera de la escuela; de ahí que creamos un gimnasio y un equipo de baloncesto. Eso los motivó, los sacó del aburrimiento. Gracias a estos proyectos, ellos cultivaron una rutina saludable y pueden abrazar la vida”.
LOS “PROTECTORES DEL AGUA” se movilizan en defensa del río Missouri, para evitar que un oleoducto cruce sus tierras sagradas. Los legendarios Sioux se enfrentan a Donald Trump.
Hoy, los indígenas lakota-dakotas, conocidos como los sioux, se ponen de nuevo en pie de lucha en contra de la decisión del presidente Trump de transportar la mitad del petróleo crudo producido en el mercado de Estados Unidos a una milla de distancia de la reservación indígena de Standing Rock, en Dakota del Norte. El pasado diez de marzo más de 4.000 “protectores del agua” -como se denominan los indígenas y sus seguidores-, marcharon por las calles de Washington hasta la casa presidencial exigiendo se detenga al oleoducto de la empresa Energy Transfer Partners (ETP) en sus territorios.
Ahora, los lakota-dakota estarán en la Asamblea General de las Naciones Unidas en abril para presentar las evidencias de más de 750 casos de violación y abusos de derechos humanos, la profanación de 69 sitios sagrados y ceremoniales con la construcción del oleoducto, y el rompimiento de los tratados de soberanía de tierras que el gobierno estadounidense firmó con los indígenas en el siglo XIX. El presidente Trump en sus primeros días de mandato revocó la orden que Obama había firmado el 5 de diciembre de 2016, en el cual se suspendía la construcción del oleoducto cerca de la reservación indígena y se ordenaba buscar una nueva ruta para terminar la última sección de este gasoducto.
Los indígenas lakota-dakotas están protegiendo sus bancos de agua en el lago Oahe, que provienen del río Missouri, una de las fuentes hídricas más largas e importantes de Estados Unidos, por eso se hacen llamar los “protectores del agua”. Pero también están protegiendo la soberanía de sus territorios, cementerios, sitos sagrados y el futuro de sus generaciones y de las generaciones de muchos estadounidenses, ya que si hay una falla en el oleoducto por una tubería defectuosa o si hay un derrame, más de 18 millones de estadounidenses se verían afectados por la contaminación del río Missouri.
El oleoducto, que paradójicamente se llama Dakota, transportará 470.000 barriles de petróleo crudo por día y cruzará los estados de Illinois, Iowa, Dakota del Sur y Dakota del Norte a través de 1.120 millas de tubería, una de las más grandes en Estados Unidos. Según la empresa Energy Partners Transfer, este oleoducto es la manera más segura para mover el crudo. Pero en la opinión de los indígenas y de los ambientalistas el riesgo de contaminar el agua y destruir el medioambiente es grande. Según un informe publicado por la Red de Desastres en Estados Unidos y por Lousiana Bucket Bridage, en los dos último años, Energy Transfer Partners ha sido responsable de 69 accidentes, entre los que se cuentan fugas de cientos de miles de galones de productos petrolíferos y la contaminación de los ríos Delaware, Schuykill, Red y Netches en cuatro estados.
La protesta de los “protectores del agua” se ha convertido en un movimiento ambientalista con gran acogida en el mundo entero. No sólo por los indígenas de todas las tribus en Estados Unidos, sino también por indígenas de muchos países y gentes de todas las razas y culturas que estuvieron presentes en el fuego sagrado de los campamentos creados para cantar y orar con el lema de “El agua es vida/ MiniWiconi (lenguaje Lakota”). Más de 750 protectores del agua desarmados y quienes protestaron pacíficamente con cánticos y plegarias fueron arrestados y sus derechos humanos fueron violados por la Fuerza Pública.
Los escándalos de espionaje han entrado en rumbo de colisión con el presidente de Estados Unidos. En su comparecencia ante el Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes, el director del FBI, James Comey, no sólo desmintió su acusación de que Barak Obama le hubiese espiado, sino que admitió que su departamento investiga los nexos entre el Kremlin y el equipo del multimillonario. Unas pesquisas cuya mera existencia ponen contra las cuerdas a Trump y resucitan el espectro de Vladímir Putin en la Casa Blanca. “Si es cierto, estaríamos ante una de las mayores traiciones a la democracia de la historia”, afirmó el demócrata Adam Schiff.
Comey vive en la cuerda floja. Elegido por la anterior Administración, es de los pocos altos cargos que sobrevivió en el puesto. Su mantenimiento no es ajeno al golpe de gracia que propinó a Hillary Clinton en el tramo final de la campaña. A menos de dos semanas de los comicios, hizo público que reabría la investigación de los correos electrónicos de la demócrata. El anuncio dio un combustible de alto octanaje a las huestes republicanas y puso a la defensiva a la candidata. El propio Trump hizo del favor un obús electoral. “Esto lo cambia todo. Es la mayor historia desde el Watergate”, proclamó. Pasados los días, las investigación del FBI concluyó, al igual que lo había hecho en julio, que no había ningún indicio de delito. Pero el daño ya estaba hecho. Clinton atribuyó su derrota a esta maniobra del FBI y Comey fue confirmado en el cargo.
Desde entonces, el director del FBI no ha podido respirar un día tranquilo. El escándalo del espionaje ruso se ha vuelto su espada de Damocles y le han puesto en rumbo de colisión con el propio Trump. Aunque Comey ha tratado de sortear el conflicto, su campo de maniobra es limitado. Las agencias de inteligencia estadounidenses han confirmado públicamente que en 2015 y 2016 piratas informáticos rusos controlados por el Kremlin jaquearon los ordenadores del Comité Nacional Demócrata y de altos cargos de Clinton, como su jefe de campaña, John Podesta. La información posteriormente fue filtrada a Wikileaks para su difusión. El objetivo, según la conclusión de los servicios secretos, era “ayudar a Trump desacreditando a Clinton”. La respuesta de Barack Obama a esta inédita interferencia electoral fue la expulsión de 35 funcionarios rusos. El presidente Vladímir Putin, en un claro gesto hacia el republicano, no contestó. “Los rusos interfirieron en nuestra campaña electoral. Nuestra democracia fue atacada y hay mucho que no sabemos”, señaló el representante demócrata Adam Schiff en la comparecencia señalando el punto de fuga de la trama.
El ciberataque ruso que en un principio benefició al multimillonario se ha vuelto una pesadilla para la Casa Blanca. La pregunta general es si el equipo de Trump estuvo implicado. Las extrañas conexiones de los hombres de presidente con el Kremlin han abonado las sospechas y derivado en escándalos de calibre mayor. En febrero, el consejero de Seguridad Nacional, Michael Flynn, tuvo que dimitir al conocerse que ocultó que había negociado con el embajador ruso en Washington la respuesta a las represalias de Obama. Semanas después, el fiscal general, Jeff Sessions, y responsable último del FBI, tuvo que recusarse de cualquier investigación abierta sobre la conexión rusa. El motivo fue haber mentido al Senado sobre sus reuniones con el legado ruso. “Es posible que todos estos eventos e informaciones estén completamente desvinculados y no sean más una desafortunada coincidencia. Es posible. Pero también cabe que no estén desvinculadas. Entonces estaríamos ante una de las mayores traiciones a la democracia de la historia”, afirmó el demócrata Schiff.
Ante el avance del escándalo, Trump ha intentado un doble giro. Por un lado, acusó públicamente al FBI de incompetencia por no detener las filtraciones sobre el caso ni dar con sus responsables. Y al mismo tiempo, lanzó un gigantesca cortina de humo al afirmar que su predecesor le había espiado . “Qué bajo cayó el presidente Obama al grabar mis teléfonos durante el sagrado proceso electoral. Esto es Nixon/Watergate”, escribió en un tuit el 4 de marzo.
Aunque momentáneamente distrajo la atención, poco a poco el ataque se ha vuelto contra su autor. Más allá de una serie de artículos conspirativos aparecidos en medios ultramontanos, la Casa Blanca ha sido incapaz de fundamentar la imputación. Figuras del bando republicano, como John McCain, le han restado credibilidad y el propio presidente del comité de inteligencia de la Cámara de Representantes, el republicano Devin Nunnes, ha sostenido que no hay pruebas de tal espionaje. El último golpe le vino ayer del propio Comey, quien rompió la tradición de informar de investigaciones en curso. “Pero en estas circunstancias excepcionales, dado el interés público, es apropiado hacerlo”, dijo. Junto a Comey compareció el director de la Agencia Seguridad Nacional (NSA), Michael. S Rogers, quien apenas dio más que detalles generales de sus pesquisas.
Aunque en la comparecencia, los representantes republicanos quisieron derivar el caso a las filtraciones a la prensa, la declaración de que el FBI no tiene pruebas que avalen las acusaciones de Trump y de que se están investigando las conexiones de su equipo con el Kremlin, volvieron a centrar el escándalo en el centro de la diana: Donald Trump.
Huachipa, Carapongo y Chosica sufrieron hoy las consecuencias del paso de los huaicos que han arrasado viviendas y cultivos. La Policía continúa ayudando a la población damnificada utilizando helicópteros y portatropas para sus traslados. Según el último reporte del Centro de Operaciones de Emergencia Nacional (COEN) los desastres han dejado en Lima departamento al menos 2,739 personas damnificadas y 9,550 afectadas en ocho provincias.
El historiador y lingüista Noam Chomsky ha criticado con dureza a Donald Trump. De hecho, ha vaticinado un fuerte aumento de los precios, alimentado por Donald Trump, en los principales mercados que pronto dará lugar a otra grave crisis financiera.
Esa no es la única crítica al magnate. Chomsky ha asegurado que toda la campaña «anti-establishment» de Trump es simplemente «una broma». «¿Qué hay de anti-sistema en lo que está haciendo?», se ha preguntado mientras afirmaba que la administración Trump está favoreciendo a lo que siempre se ha considerado las instituciones del sistema: los multimillonarios, las grandes instituciones financieras o el ejército.
«Basta mirar al mercado de valores para entender cómo son las cosas», afirma. En particular, el filósofo se refiere a algunos hombres que forman parte del equipo del presidente, como Steve Mnuchin, procedente de Goldman Sachs, y Gary Cohn, director del Consejo Económico Nacional, que también es un ex miembro del banco de inversión de Nueva York.
«LOS INVERSORES ESTÁN ENCANTADOS»
«Tan pronto como fue elegido Trump, los valores de las acciones de las instituciones financieras se dispararon hacia el cielo», ha recordado Chomsky. «Los inversores están encantados porque para ellos significa tener más beneficios. Pero esto dará lugar a otra crisis financiera y los contribuyentes tendrán que pagar las consecuencias «, ha advertido.
Las palabras de Chomsky son confirmadas por otros expertos, que esperan un tiempo tumultuoso en el mundo financiero bajo el mandato de Trump.
En febrero de 2016, Chomsky ya vaticinó la victoria de Trump al explicar que la popularidad del magnate se debía al «miedo» y que es el resultado de una «sociedad quebrada» por el neoliberalismo.
Aseguró que su edad, 87 años, le permitía comparar la situación actual en la campaña electoral de Estados Unidos con la década de 1930 durante la que Estados Unidos sufrió la llamada Gran Depresión económica, cuando existía objetivamente mayor pobreza y mayor sufrimiento que ahora, aunque también había «una sensación de esperanza, que hoy falta».
Donald Trump, junto a sus asesores, muestra una nueva orden ejecutiva. Foto: AP
El presidente de EE. UU. presenta ante el Congreso su propuesta económica. El presupuesto en defensa aumentaría, mientras que se recortaría la ayuda para cooperación internacional, investigación científica, artes y el cambio climático.
El presidente Donald Trump finalizó su primer presupuesto para el gobierno federal, un borrador que incluiría fuertes recortes a la Agencia de Protección Ambiental (EPA por sus siglas en inglés) y a otros programas nacionales al tiempo que aumentaría considerablemente el gasto en las fuerzas militares.
La propuesta de Trump, que llamó «America primero: Un presupuesto para que Estados Unidos sea grande otra vez», aumentaría el gasto en defensa en 54.000 millones de dólares y recortaría los dineros de más de 18 agencias gubernamentales. Algunas de ellas se verían particularmente afectadas, con reducciones de más del 20% en los departamentos de Agricultura, Trabajo y Estado. Sin embargo, la que más sufriría sería la Agencia de Protección Ambiental (EPA en inglés), que vería su presupuesto reducido en un 31%.
En tanto, en el capítulo dedicado al Departamento de Justicia, se asigna un aumento de 80 millones de dólares a la contratación de 75 nuevos jueces de tribunales migratorios (elevando su número a 449), para determinar «más rápidamente los procedimientos de remoción» de extranjeros.
Tal vez una de las asignaciones más polémicas son los 2.600 millones de dólares para el inicio de «planificación, diseño y construcción» del controvertido muro en la frontera con México, informó la Casa Blanca.
Además asigna fondos de 314 millones de dólares para contratación y entrenamiento de 500 agentes fronterizos y 1.000 agentes migratorios. Ese personal tendrá la tarea de reforzar la «integridad del sistema migratorio» así como también «identificar y remover aquellos que ya están en Estados Unidos y han ingresado ilegalmente».
En relación con el muro, el Departamento de Justicia un equipo de 20 abogados para actuar en la obtención de tierras donde se realizará la construcción, y otro equipo de 20 abogados con sus respectivos auxiliares para ayuda en juicios migratorios.
La reforma sanitaria de Donald Trump podría dejar a 14 millones de estadounidenses sin seguro de salud.
Foto:Bloomberg
Por:(AFP)
14 de marzo 2017 , 12:26 p.m.
El proyecto de reforma sanitaria del presidente Donald Trump dejará el año que viene a 14 millones de estadounidenses sin seguro médico, según las previsiones de la Oficina de Presupuesto del Congreso (CBO) publicadas este lunes y que pueden dividir aún más a la mayoría republicana en el Congreso.
El número de personas sin cobertura ascendería a 52 millones en 2026, un 85 % más que con el plan Obamacare, si la emblemática ley firmada por el exmandatario Barack Obama fuera eliminada, de acuerdo con el esperado informe de la CBO.
El plan recudiría en 337.000 millones de dólares el déficit federal en la próxima década, es decir, 33.700 millones de dólares por año, mediante la rebaja de los subsidios públicos. El déficit rondó los 590.000 millones de dólares en el 2016.
Estos datos son mucho más elevados que los que preveían los congresistas republicanos moderados, que temen un retroceso brusco en el sector sanitario, teniendo en cuenta que desde 2010 la tasa de ciudadanos sin cobertura ha caído de 16 a 9 %.
La oposición demócrata reclamó inmediatamente la retirada del plan. «El informe del CBO muestra hasta qué punto las promesas del presidente son vacías, según estas todo el mundo estará cubierto y los costes serán bajos», declaró el líder de la minoría demócrata en el Senado, Chuck Schumer.
«Trumpcare será una pesadilla para los estadounidenses», agregó. Pero el arquitecto del plan defendió otra estimación que también aparece en la previsión del CBO: el descenso de las primas de seguro después de 2020, que antes iban en aumento. «Cuando la gente puede escoger, los costes bajan», aseguró Paul Ryan, presidente de la Cámara de Representantes, la instancia que actualmente debate el texto. «Como siempre hemos dicho, habrá una transición estable».
El secretario de Salud, Tom Price, rechazó el informe, señalando que la estimación del CBO no contempla las fases de la reforma que prevé el gobierno. «El CBO sólo mira una parte del plan, no todo el plan», subrayó.
Baño de sangre
Los republicanos moderados no son los únicos que se oponen al proyecto de reforma. El ala derecha del partido considera que el plan es poco agresivo y amenaza con boicotear.
Los demócratas están totalmente en contra. Consciente de la difícil batalla que se encara, Trump ha multiplicado sus comparecencias para reiterar que la actual legislación es «un desastre». «La prensa transmite una imagen muy positiva de
Obamacare (…), pero la ley está implosionando y el 2017 será aún peor», aseguró durante una mesa redonda, cuyo objetivo era demostrar que el coste de los seguros privados ha aumentado en los últimos años para la clase media.
Los trenes del Metro-North no saldrán de la Grand Central Station, en Nueva York, por “Stella” (Shutterstock)
Andrew Cuomo anunció la medida ya que la nieve está cayendo con más fuerza en el norte del Estado. Se trata del tercer sistema ferroviario más utilizado en los Estados Unidos
El gobernador del Estado de Nueva York, Andrew Cuomo, anunció el martes que el sistema ferroviario metropolitano norte, que conecta a la ciudad de Nueva York con localidades en los estados de Connecticut y Nueva Jersey, será cancelado al mediodía por motivo de la tormenta «Stella».
?#StellaBlizzard: Metro-North will close down at noon today.
Cuomo señaló a la cadena CBS que el temporal cambió de dirección levemente hacia el oeste, y que por esa razón no estaba cayendo tanta nieve en Nueva York como se esperaba y sí lo estaba haciendo en otras localidades del Estado.
Con un pronostico de precipitaciones de entre 30 y 60 centímetros de nieve, se espera que «Stella» sea la tormenta más fuerte de la temporada y una de las más intensas de los últimos tiempos.
El gobernador demócrata informó que el subterráneo funcionaba en forma normal así como la mayoría de las líneas de autobuses, pero reafirmó que los aeropuertos están cerrados y anunció la medida con respecto al tren metropolitano norte, que dirige a zonas fuertemente afectadas por la tormenta y la nevada.
El comúnmente llamado Metro-North es el tercer sistema ferroviario más utilizado de Estados Unidos, sólo superado por los otros dos servicios que funcionan desde la ciudad en otras direcciones, y es operado por la estatal Autoridad de Transporte Metropolitano (MTA).
Consta de cinco líneas que conectan la ciudad de Nueva York con Port Jarvis y Spring Valley, en el estado de Nueva Jersey; Poughkeepsie y Wassaic, en Nueva York; y New Haven, en Connecticut.
Mientras la Casa Blanca revisará todos los acuerdos del gobierno anterior con la isla, se multiplican los rumores sobre la sucesión: el vicepresidente Díaz Canel u otro Castro
El presidente de CubaRaúl Castro ha dicho varias veces que dejará el poder el 24 de febrero de 2018. Es decir que en menos de un año la generación histórica —como se denomina a los que combatieron en la Sierra Maestra y gobernaron el país desde 1959— terminará su extenso mandato. «Su anunciada salida del poder es tomada con suspicacia por algunos y vista como un hecho ineludible por otros», analizó 14yMedio.
«Sin embargo», agregó el sitio de Yoani Sánchez, «Castro puede mantener el mando del Partido Comunista hasta 2021, un cargo con poderes por encima del Ejecutivo y consagrados en la Constitución de la República».
Luego del descongelamiento de las relaciones entre Cuba y los Estados Unidos que se inició el 17 de diciembre de 2014 durante la presidencia de Barack Obama, la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca podría cambiar esa perspectiva: el nuevo mandatario dijo que se van a evaluar todos los acuerdos y se manifestó descontento con La Habana. Se espera, en consecuencia, que en los meses que le quedan en el poder Castro impulse varias medidas. «Entre ellas está la Ley Electoral, que anunció hace dos años y que determinará el panorama político que deje tras su retiro».
También la economía es una cuestión capital para esa transición, o sucesión de un nuevo grupo generacional. El presidente de 85 años enfrenta una situación interna que no ha mejorado sustancialmente: «Los bajos salarios, la dualidad monetaria[Cuba tiene en circulación el peso cubano para los ciudadanos y una divisa que vale 25 veces más], el déficit habitacional y el desabastecimiento de productos son algunos de los problemas más acuciantes para los que la población espera soluciones», según 14yMedio.
Cuando se retire, Castró habrá cumplido 10 años en la presidencia —más dos desde que en 2006 sustituyó a su hermano Fidel, muerto en 2016—, el tiempo máximo que él mismo impuso como duración de los cargos políticos. Tomó esa decisión en 2013, cuando fue confirmado para un segundo mandato, y explicó que lo hacía para abrir el espacio político a los cubanos más jóvenes. «Uno de esos rostros —ilustró la web cubana independiente— ha sido Miguel Díaz-Canel, un político de 56 años que escaló a través de la estructura partidista y que ahora ocupa la vicepresidencia.»
Con Díaz-Canel como vicepresidente y José Ramón Machado Ventura como segundo en el Partido Comunista Cubano (PCC), algunos imaginan un escenario de división del poder: Díaz-Canel en la presidencia (del Consejo de Estado y de Ministros, como se llama formalmente el cargo en la isla), y Machado Ventura como secretario general del PCC. «Sería una situación inédita para millones de cubanos que solo conocen la concentración de la autoridad en un solo hombre», según 14yMedio.
Otros especulan con la continuidad del apellido Castro por otros medios: uno de los hijos de Raúl Castro, Alejandro Castro Espín, actualmente asesor de seguridad nacional, es un economista que podría asumir el mando en lugar de Díaz-Canel. La web de Sánchez expresó una perspectiva intermedia: «Muchos sospechan que tras los rostros que ocupen los cargos públicos, el clan familiar seguirá moviendo los hilos» con Castro Espín, aunque todavía «no es miembro del Comité Central» del PCC.
El presidente «que pudo y no se atrevió»
Entre los conocedores de la política cubana a los que consultó 14yMedio se notó un consenso: Raúl Castro pudo haber hecho más —o al menos, lo prometió— de lo que finalmente realizó, y eso es algo que difícilmente cambie con las medidas que tome en su último año.
Dagoberto Valdés, director del Centro de Estudios Convivencia, dijo que dada la abundancia de pausas y la escasez de prisa, no se pudo realizar verdaderas reformas para pasar «de lo superficial a la profundidad del modelo: única manera de actualizar la economía, la política y la sociedad cubana». Valdés valoró que antes de dejar el poder Castro debería «por lo menos impulsar hasta que sea aprobada una Ley Electoral» que permita «la participación plural de los ciudadanos», y otorgar «personalidad jurídica a las empresas privadas» y «a otras organizaciones de la sociedad civil».
Regina Coyula, ex empleada de la Dirección de Contrainteligencia del Ministerio del Interior y autora del blog La Mala Letra, arriesgó que Castro será recordado como un presidente «que pudo y no se atrevió». Si bien lo consideró «un hombre más sensato que el hermano y mucho más pragmático», no hizo «lo que tenía que hacer». Quizá, analizó, cuando Castro reemplazó al líder histórico de la revolución llegó con ciertas ideas, pero la realidad que encontró fue muy distinta. «Se dio cuenta de que introducir determinados cambios inevitablemente iba a traer una transformación del sistema político del país», dijo Coyula. «No quiere ser él quien pase a la historia con esa nota en su biografía».